¿Perdida? ¡Lo qué faltaba! {Libre}

por **Suzanne K. Davies** Lun Nov 17, 2014 4:38 pm

Suzanne no es que tuviese una buena orientación y si a la luz del sol era pésima, a la luz de la luna y las estrellas ni os lo imagináis. Asi que ahí estaba ella, dando vueltas como una tonta por los callejones, intentando recordar por donde diantres se había metido para haber acabado ahí y poder volver de regreso a su hogar.
-La próxima vez no vuelves tan tarde a casa... encima hace frío-se dijo por lo bajo
Pasó rápidamente sus manos por sus brazos intentando crear calor por el roce de estos, pero no funcionaba a si que ahí estaba ella, patéticamente congelándose de frío por una suave y pequeña brisa que pasaba de vez en cuando.
Las calles estaban vacías, salvo por algún que otro borracho que le gritaba algun que otro piropo machista de los que tanto abundan hoy día y de los que tantos recibe la joven.

Pasaban los minutos y Suzanne seguía sin saber donde diablos estaba, se encontraba cansada y la desesperación y agobio comenzaban a hacer acto de presencia lo que no era muy recomendable para ella ¿Qué hora era?. Preguntar a un borracho no serviría para nada, lo sabía de sobra. Y tampoco había mucha pinta de que pasara gente sobria asi que le tocaba andar esquivando a personas tambaleantes y deseando salir de ese infierno.
Y vio a alguien que la podría ayudar a lo lejos.
Una sonrisa de alivio se asomó por su rostro, aceleró su paso hasta la persona, tomó aire y formuló la pregunta.
-Excuse moi .. ¿podría decirme donde estamos?-intentó pronunciar la frase desde donde su castañeo de dientes le permitía.

por **Chesire A. Firenze** Mar Nov 18, 2014 11:51 am

La noche ya había caído, y ciertamente no eran las horas más normales para que una muchacha andase por la calle, al menos una decente. Pero ella lo solía hacer una vez por semana. Algunos barcos pesqueros llegaban a esas horas, un poco más entrada la madrugada, o a veces rallando el alba, así que era la mejor hora para lograr comprar algo de pescado fresco. Una vez a la semana le daban dinero para que comprara algo de esto, y así poder servir algo muy barato a los internos, y lo bueno para los médicos que tenían que pernoctar en el mismo asilo.

La cuestión es que se había parado en uno de los callejones porque se había tropezado con un borracho, que le había pisado sin contemplaciones y se le había caído la cesta de mimbre que llevaba, junto con el dinero. Así que se había agachado a recogerlo todo. Estaba erguida ya, con la cesta colgada de un brazo y las monedas bailando entre sus dedos mientras las contaba, para asegurarse de que no había perdido ni un solo franco. Sonrió aliviada al creer que estaban todas, sobresaltándose un poco cuando escuchó la voz de una muchacha. En seguida se giró a mirar. Ella iba muy pobremente vestida, incluso un pañuelo cubría su pelo, así que su clase estaba más que clara, pero la chica no parecía alguien como ella, puede que sí de clase baja, pero tal vez tenía algo un poco diferente, claro que no sabía descifrar qué era. Aun así le sonrió con amabilidad.

— Claro. Estamos bastante cerca del puerto, donde descargan los pesqueros. — aseguró ella, ladeando un poco la cabeza y metiendo de nuevo los francos en la cesta, girándose algo más hacia la muchacha — ¿Está perdida? Conozco bastante bien esta zona, así que si necesita ayuda para guiarse no es ningún problema para mi ayudarla, aun falta un poco de tiempo hasta mi compromiso. — que era, básicamente, ir a recoger pescado que poder servir para comer en el sanatorio mental, pero eso no le importaba a nadie. Por el momento se mostró amable y servicial, como siempre. No era una persona que pudiera dejar a otra en apuros sin ayudarla con lo que fuera, no podría dormir bien por las noches de ser así.

por **Suzanne K. Davies** Vie Nov 28, 2014 6:38 pm

Se trataba de una chica de ojazos azules, bastate potente, era imposible no tener pensamientos sucios con semejante dama.
-Oh vaya, muchísimas gracias.
"¿Guíar? ¿Me podrías guiar hasta tu lecho?"-pensó mientras le echaba una ojeada.
Ya se estaba perdiendo en sus pensamientos, qué podría hacer con esa chica, había un amplio abanico de opciones, todos divertidos y placenteros, claro está. La voz de la chica resonaba en su cabeza y la transformaba en súplicas ahogadas en gemidos, pero sus pensamientos cesaron cuando recordó que no tenía a donde ir, bueno si, su "casa", siempre lograba que algún hombre pasara la noche con ella, pero hoy no hubo suerte.
-Esto... sinceramente, no tengo a donde ir-dijo entre carcajadas-soy una persona sin hogar fijo, me gustan las aventuras.
Mordió suavemente su labio inferior mientras echaba un vistazo a la hermosa luna que alumbraba la noche para volver a bajar la mirada a tierra firme.

Vio algo brillante, unas formas doradas redondas, antes la chica estaba recogiendo unas monedas que se le habían caído -Por cierto, hay algunas monedas por ahí, ¿no serán tuyas?-las señaló, a unos pasos de ellas dos.
¿Quizás no debería dejarse llevar tanto? ¿Debería controlarse? Necesitaría ganarse su confianza y no hacer cosas raras, a ver si le cede un sitio calentito donde poder descansar algo, o al menos, un sitio caliente, a secas.

OFF: creo que deberíamos hablar por MP como llevar este tema

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