Fiesta de mascaras [Melinda Chavànnell]

por Invitado Vie Mayo 13, 2011 10:10 pm

Fue solo por educación que acepte venir a esta fiesta, no acostumbraba a estar entre tanta gente, sobre todo si el 80% de ellos eran desconocidos.
Se podrías decir que toda la gente de clase alta estaba presente, todas las familias de gran riqueza y exquisita posición estaban allí, solo faltaba hacer presente a la mascota de la familia para que todo fuera completo.
Lady Holmes estaba de cumpleaños, su número 87, pero valla expectativa de vida, me preguntaba si pertenecía a la raza vampiresa. La conocí gracias a la simpatía de sus hijos, buenos jugadores de polo por cierto, al igual que a un gran grupo de jóvenes y adultos.

La regla de la fiesta era asistir con máscara y vestir de blanco, era algo interesante y sobre todo original. La única mascara que tenia era la que siempre usaba en todas las fiestas de mascaras, pero me dejaba satisfecho, su diseño me gustaba, para mí era perfecto. Mi traje era completamente blanco, salvo los diseños y los botones que eran dorados.

Mascara:

- ¡Lindemann! – escuche de pronto a mis espaldas. Me quite mi mascara y busque de donde provenía esa voz.

Off:

por **Melinda Chavànnell** Sáb Mayo 14, 2011 2:26 pm

OFF: ok le manejo yo si quieres y... tiene 23 años porque es 5 años mayor que Mel

Aquella era una fiesta más de sociedad, una fiesta llena de señoras de avanzada edad, mujeres casadas y numerosos hombres desesperados y que me doblaban la edad que trataban de buscar una esposa que les aceptara por sus riquezas. Aquel era el 87 cumpleaños de una mujer a la que apenas conocía y al cual no hubiera asistido de no ser por la insistencia de mi hermano para que le acompañara.

En la carta de invitación se exigía que se vistiera de riguroso blanco y que era imprescindible llevar una máscara, auqellas normas me agradaban, por los simples motivos de que el lanco resaltaba mi espléndida y sedosa piel de color aceituna y la máscara me permitía investigar a ciertas personas sin correr el riesgo de ser descubierta. Tras estas pequeñas meditaciones, até levemente la cinta negra de mi máscara soltando algunos mechones de mi cabello para que cayeran sobre ésta dándome un aspecto más apetecible.

Spoiler:

Miré a mi hermano, le sonreí y cogí su brazo tras escuchar su susurro "estás increiblemente bella" sonreí algo sonrojada y ambos montamos en nuestro coche de caballos hasta que, tras un tormentoso viaje llegamos a nuestro destino.

Todo estaba decorado lujosamente y yo no paraba de mirar hacia todos lados, intentando inútilmente encontrar alguna cara que me resultara familiar, conocida, o al menos, alguien de mi edad para poder entablar una deliciosa conversación. En esto estaba sumida cuando escuché la voz ronca de mi hermano
Lindemann!

Me giré para ver quien era ese tal Lindemann y me quedé sorprendida por su aspecto atlético, pulcro, educado e impecable. No pude evitar quedarme un rato con mis ojos posados sobre los suyos, pues no entraba entre mis espectativas encontrar esa noche en la fiesta a ningún hombre menor a los cuarenta años

Hacía mucho tiempo que no te veía Lindemann, qué haces tu aqui? mi hermano se giró y reparó en que yo estaba algo apartada con mi copa de champagne observándoles ¿Te acuerdas de mi hermana Melinda? Mel ven con nosotros no te quedes sola

Sonreí y caminé a un paso lento hasta ellos y al llegar a su altura hice una pequeña reverencia Creo que no tengo el gusto de conocerle Monsieur

por Invitado Dom Mayo 15, 2011 1:54 am

Le sonreí de lado al joven Chavànnell, quien era un conocido mío, siendo también parte del equipo de juego de los hijos de Lady Holmes. Le sonreí de lado, dejando mí mascara a un lado, ya que se manejaba con una leve vara. – Buenas noches Chavànnell – mientras el joven preguntaba el motivo de mi asistencia me di cuenta de que no vino solo. Una joven, mucho menor que Chavànnell, se acerco con timidez, tenía su máscara puesta, su vestido era asombrosamente hermoso, al igual que se adoptaba perfectamente a su esbelta y fina figura. Algunos cabellos traviesos caían sobre su rostro, dándole un toque jovial a su apariencia.

- …Melinda… - repetí para que su nombre fuese pronunciado por mi - … buenas noches señorita – respondí luego que ella hiciera su presentación con una dulce voz. Incline mi cabeza en forma de reverencia hacia ella.

- Vienes muy bien acompañado veo… - esa leve sonrisa proveniente de mi comisura aun no se escapaba, estaba complacido de ver a una joven tan hermosa, me pregunto qué edad tendrá exactamente. - …quise asistir solo por cortesía, para ser sincero no soy muy partidario de las fiestas.

Mire nuevamente a la joven, sus ojos, eran lo único que me hacia tener un contacto hacia su persona, gracias a esa mascara, no podía tener una verdadera visualidad sobre cómo podría reconocerla nuevamente, pero que importa… su olor era único, su esencia y energía, podría reconocerla hasta con los ojos cerrados.

- ¿ha visto a su hermano jugar en algún partido con nosotros? Debo decirle que es un pésimo marcador… - esta vez sonreí y pose mi mano sobre el hombro del chico – Si conoce bien a su hermano, sabrá si estoy mintiendo o no. – reí levemente.

por **Melinda Chavànnell** Dom Mayo 15, 2011 8:33 am

Mi sonrisa se hizo palpable al descubrir el bello rostro de aquel caballero conocido de mi hermano, ese rostro que... en cierto modo me resultaba vagamente familiar aunque no sabía muy bien de qué, seguramente debido a que mi mente infantil no habría reparado en él en un pasado.

La verdad Lindemman debo darte la razón, mi hermana es una exquisita compañía no me puedo quejar. Estas igual que siempre querido amigo, sin duda debes contarme cual ese secreto que utilizas para conseguir esa eterna juventud y lozanía

Noté como sus ojos se posaban sobre los míos, sobre mi cuerpo, me estaba analizando y no pude evitar sentir algo de rubor en mi cuerpo. Agaché la cabeza ligeramente y mis gráciles dedos se dirigieron a mi cabeza para desanudar la máscara dejando así al descubierto mi rostro. Levanté la mirada escuchando aquel gracioso comentario del caballero e inquirí Le creo no hace falta que lo jure Monsieur más de una vez he sufrido contratiempos en mis propias carnes por culpa de la falta de puntería de mi hermano le dedicqué una sonrisa encantadora y dulce, aunque en realidad no sabía muy bien el motivo... hbía algo en él que me atraía con más fuerza que un imán...

Muy mal querida hermanita debes defenderme ante mis amigos dijo mi hermano soltando una gran risotada que me sacó de mis pensamientos Oh! hay está mi amigo Friedérickle importa Monsieur Lindemann que le deje en la compañía de mi hermana mientras saludo al resto de mis amistades?

Cerré mis ojos con cierta fuerza deseando que aquel desconocido aceptara, para así poder hablar más abiertamente con él, aunque ello suponía el inconveniente de que mi hermano comenzaría a alabarme delante de aquellos cuarentones sin más objeto que encontrarme un aburrido y viejo prometido

por Invitado Miér Mayo 18, 2011 9:23 pm

Sonreí ampliamente, me había divertido mucho la gracia y la confesión de la señorita.
Su rostro había sido esculpido con gracia y pasión, se observaba una hermosa piel, tersa y nívea, sus ojos, sus pestañas, todo era agradable, daban ganas de seguir observando o simplemente, detener el tiempo.
Adelante señor… - incline mi cabeza en forma de reverencia y cortesía - …disfrute de la velada. – le dije antes de que se marchara.
Deje de observar a donde se dirigía el joven Chavànnell para encontrarme nuevamente con los dulces ojos de la joven dama.

- … señorita. – la luz favorecía todo el espectáculo, una gran lámpara de cristal estaba sobre nosotros, el ambiente era agradable, la música, el sonido de los violines y el piano estaba a un extremo, donde se encontraba el salón de baile. - ¿desearía algo de beber? – me acerque un poco más a ella y le ofrecí mi brazo –…espero que a su hermano no le moleste si la llevo a otro lado.

Caminamos entre la multitud, la mayoría de ellos tenía su máscara puesta, y qué decir de los hermosos trajes, pero que trabajo era el vestido de las damas, sobre todo el de la joven que acompañaba, todo estaba a la medida, no había nada que saliera de su encaje, su diseño era delicado.

Uno de los sirvientes de la mansión se acerco con una bandeja de diversos tragos, espere a que Melinda sacara una copa, para así escoger el vino blanco.

- Perdone mi intromisión, pero es algo curioso… son muy pocas las jóvenes que vienen a este tipo de fiestas… admiro mucho su valentía.

por **Melinda Chavànnell** Jue Mayo 19, 2011 5:05 am

Mis ojos se deslizaron recorriendo con la vista el camino de mi hermano hasta que éste llegó a su destino con una de las amistades que a mi gusto no eran muy simpáticas. Su melodiosa voz me sacó de mis pensamientos y giré mi rostro hasta toparme con sus ojos ¿Qué tal una copa del magnífico champagne francés o quizá un suave vino blanco Monsieur? ¿qué me recomienda? tomé su brazo con delicadeza haciendo que, de vez en cuando nuestras manos se rozaran y cuando esto ocurría mis labios ebozaban una breve y secreta sonrisa.

Dudo mucho que estando en su compañía Monsieur... Lindemann ¿no es así? y creáme mejor en su compañía que en la de otro de los amigos de mi hermano solté una pequeña risa, jovial y dulce y caminé con él hasta el otro extremo de la sala tratando de que aquellas mujeres no pisaran mi vestido y por lo consiguiente lo destrozaran. Al fin, llegamos a aquel rincón apartado de los bailes, las risotadas, los gritos, los cuchicheos y los coqueteos y un camarero se acercó a nosotros para hacernos la velada más agradable incluso. Vino blanco o rosado.... difícil elección sin duda, pero al ver que mi acompañante se decantaba por el blanco lo hice yo también, cogiendo la copa con mis delicadas manos y dando un pequeño sorbo.

Valentía? rei ligeramente para no sonar descortés Creame si he venido ha sido por hacer un favor a mi hermano... todo lo que tiene de mal jugador lo compensa con lo adulador que es conmigo y... no pude resistirme a acompañarle suspiré levemente bajando la mirada mientras mis dedos jugueteaban con el borde del cristal de aquella copa aunque... el motivo de la insistencia de mi hermano para acompañarle no es que disfrute de mi compañía... cree que aquí encontrará a mi prometido perfecto, pero... yo solo veo hombres que me doblan o triplican la edad, sin pelo y con una barriga que es compensa la falta de éste primero...

Levanté mi mirada hacia sus ojos notando el leve sentimiento de rareza que ahora le invadía Disculpeme he sido algo descortés... aunque usted desde luego no entra en esa descripción que yo acabo de darle Monsieur... usted ha sido como decirlo... la salvación para esta noche, su compañía resulta agradable

por Invitado Lun Mayo 23, 2011 5:52 pm

Escuchaba con toda mi atención a la joven, viendo como sus labios se movían con gran delicadeza, solo para sacar esas finas y dulces palabras, pero que suerte el tener a una compañía tan agradable y a la vez vulnerable.
- Es usted muy amable señorita al no… - deje escapar una risa leve – incorporarme en ese gran grupo de hombres. – alce mi copa en forma de agradecimiento.
Habia una gran cantidad de mujeres acompañada de hombres, pero se intensificaba cada veza más al ver que estas se agrupaban en solo rincón y comenzaban a hablar de diversas personalidades y de los muchos secretos que ya no jugarían un papel de “se dice que…”

Me hace recordar la fiesta en Pemberly, era uno de los invitado más esperados por los ciudadanos de la ciudad, sobre todo de su alcalde. En ese entonces mi hermana, Katherinne, era quien se llevaba las miradas de los hombres, mientras yo era el personaje principal de “adivina buen adivinador”. Era increíble, se escuchaba de todo…

De pronto a mis oídos llegaron una delicada sinfonía, tal vez improvisada por el maestro, me pareció agradable, sublime y delicado.

Orquesta de fondo:

- Con todo respeto, debo decir lo mismo señorita Chavànnell, ha resultado ser una agradable compañía, aun que solo lo he disfrutado por algunos minutos.- Desvié mi mirada y busque a su hermano, no estaba a mi vista y al parecer había salido del salón.
- Me pregunto si usted desea con el mismo ardor que los caballeros de este salón encontrar semejante prometido…

por **Melinda Chavànnell** Mar Mayo 24, 2011 2:38 pm

Escucé aquel suave y delicado sonido que emitía el canto del violín sin duda se trataba de un adagio... una de mis piezas musicales favoritas aunque... jamás había tenido la suerte de escuchar aquella maravillosa pieza. Noté como Gregory buscaba a mi hermano y yo hice lo mismo, aunque no logré encontrarle, la verdad no me importaba me resultaba agradable aquella compañía elegante, amable, educado...

No con ardor Monsieur dije soltando un leve suspiro Lo único que deseo con ardor es tener la posibilidad de desposarme con alguien agradable... alguien que pueda ser un amigo... y quizá en un lejano futuro ese matrimonio por conveniencia se convierta en un matrimonio cariñoso... no sabe la suerte que tienen ustedes los hombre Monsieur Lindemann

Le dediqué una dulce sonrisa y deslicé mis ojos por la sala hasta que estos se toparon con uno de los desagradables amigos de mi hermano, gordo, incipientemente calvo y un completo grosero... podía notar como su mirada se clavaba de forma descarada sobre los puntos clave de mi anatomía y no pude sino revolear los ojos ante aquel desagradable y odioso gesto ¿Ve a ese hombre de ahi? dije señalandole al hombre de antes Es uno de los hombres que desean casarse conmigo, en unos cinco segundos calculo comenzara a caminar hacia nosotros con una sonrisa desagradable en los labios mientras observa mi anatomía... le ruego que sea mi salvador e impida que me saque a bailar la pieza o tendré que soportar sus desagradables y lascivos gestos hacia mi persona

Dije pausadamente de espaldas a aquel hombre, sin duda deseaba que Gregory me salvara de aquella horrible situación y de una forma que dispiara cualquier intención por parte de aquel hombre.
Melinda! os he visto desde la distancia y no he podido resistir acercarme para solicitar su... sus ojos recorrieron mi cuerpo, pero no comenzando por mi rostro, sino que directamente los posó sobre mi busto. Este gesto me provocó repulsión y no pude evitar lanzar una mirada suplicante a Gregory bella compañía

por Invitado Vie Mayo 27, 2011 9:14 pm

“no sabe la suerte que tienen ustedes los hombres”
- Ya sabe usted cual es la mentalidad de esta época tan poco avanzada… - estaba pensando en lo difícil que era encontrar las características que buscaba la joven, el amor se veía en pocos matrimonios, la mujer era un símbolo de procreación, quien era el hombre capaz de tener hijos varones, quien encontraba a la joven más hermosa, y sobre todo, los requisitos eran altos, su nivel socioeconómico era el que definía todo.

Recuerdo la vez en que fui rechazado por aquella mujer… esa mujer con quien muy equivocadamente tuve la suerte de estar, hablar y besar…
Teníamos una gran diferencia, en todo sentido… pero eso era otra historia.

- ¿ese hombre? – mire solo de reojo, pero al parecer estaba muy entretenido con la esbelta figura de mi compañera.
Me sorprendió bastante, me fije que el hombre se acercaba hacia nosotros, mire a Melinda para ver su ultima suplica.

- Buenas noches señor… - incline un poco mi cabeza para saludarlo con cordialidad – me temo que no será posible, la dama acaba de aceptar una pieza de baile… espero pueda respetar su turno señor – sonreí en la ultima parte, quería ser lo más agradable posible. - ¿señor? – espere a su respuesta mientras ofrecía mi brazo a Melinda para alejarnos del gran salón. – señorita… por favor…

Finalmente ambos salimos del salón, sentí muy más aliviada a Melinda - ¿así esa bien? – Pregunte con una sonrisa en mi rostro - … me pareció algo gracioso en realidad.

Pasamos por el salón de baile, pero decidí pasar de largo, ya que no sabía si Melinda quería bailar una pieza. Seguimos hasta llegar a un balcón, donde había mucho menos gente que dentro del lugar.

- Si quiere podemos volver adentro… - sugerí.
La luna, aun que no estaba llena, podía iluminar los jardines de Lady Holmes, no había necesidad de las llamas, me apoye en la baranda de mármol muy grueso, me gire para ver a Melinda, sus ojos brillaban con la luz de la luna, su vestido se veía mucho más hermoso, su cabello, tan suave y dedicado… la noche estaba perfecta, un buen vino, buena música, y sobre todo… una buena compañía… Mire sus labios y me vi tentado a seguir por otro camino…

por **Melinda Chavànnell** Mar Mayo 31, 2011 2:13 pm

Sin duda aquel hombre era mi salvación en todos los sentidos durante aquella noche. en un principio me había salvado de conocer a nuevos amigos de mis hermanos que me examinarían como una mercancía con la que poder casarse más que como a una mujer con la que compartir el resto de los días de su vida y... ahora esto, me había salvado de un posible y horrible baile con aquel hombre que habría aprovechado cualquier descuido de mi hermano, de la gente de alrededor o del propio Gregory para deslizar su mano hasta cualquier parte impropia de mi anatomía.

Sonreí con cierta burla a aquel hombr y tomé el brazo de Gregory con una sonrisa en los labios que no podía ocultar mi triunfo Lo siento Monsieur pero compréndame, cómo rechazar una proposición así de Monsieur Lindemman? uno de los solteros de seguro más codiciados de todo París sonrei de nuevo y caminé con Gregory por los corredores de aquel palacio, atravesando el salón de baile sin poder evitar reir ligeramente.

Una vez fuera escuché sus comentarios mientras mi espalda se posaba sobre la magnífica balaustrada de mármol Creame Monsieur, si el que hubiera estado en mi situación fuera usted no le habría parecido tan gracioso como le resulta ahora Le sonreí de manera dulce y coqueta dejando que la suave brisa nocturna agitara mis dorados cabellos desperdigándolos por mi vestido.

Su presencia era agradable, de aquello no quedaba ninguna duda... la forma en que me trataba, la forma en que me miraba en esos instantes, dulce y a la vez como sintiendose admirado por alguno de mis rasgos... rasgos que yo no veía tan significativos. Me acerqué a él con paso lento y acompasado hasta quedar a una distancia recatada de su cuerpo. Francamente... no me gusta bailar y que todos me observen, analizando mis ropas, mis pasos, mis miradas a mi acompañante de baile... si no le importa... preferiría en cualquier caso bailar aquuí con usted sin que nadie nos interrumpa, susurre sobre nosotros o nos critique...

Pestañee ligeramente por culpa de un rebelde mechón de pelo que cayó sobre mis ojos. Reí coo una niña y lo aparté con delicadeza tratando de no arrebatar a la atmósfera que nos rodeaba aquel encanto... Sin saber por qué bajé mi rostro algo ruborizado por dibujar aquella sonrisa entre mis labios y esperé a su próximo movimiento

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