nuit du sexe et de luxure (+18) -priv.

Sus solos gemidos me crispaban como si fuera yo un tigre expectante para lanzarse sobre la gacela que se pavonea, cada respiracion y cada estremecimiento se transformaba en una sacudida que se centraba en mi pene, encontrandose este deseoso de llorar lagrimas blancas. Pero yo, demonios, debia aguantar aun cuando seria mas facil correrse y quedar como un joven inexperto o demasiado ansioso ante una dama cuyos gemidos lo devoran. Por ello me centre en su placer y no en el mio haciendo gala de un fuerte autocontrol. Mi diosa lujuriosa se estremecia, se alteraba y su turbacion era palpable. Mis manos no cesaban en caricias sobre sus muslos, manteniendolos abiertos cuando sus piernas amenazaban por aferrarme el cuello. Lo unico que veia si alzaba la vista eran sus generosos senos, como estos se alzaban en un lento y sensual vaivén y me parecio la vista mas hermosa del mundo.

Mas entusiasmo, mi lengua frotaba con demencia su clitores y mis dedos la invadian sin medida alguna. Deseaba escucharla por mi propio deseo y no por el del cliente del cual practicamente me habia olvidado, pues mas alla de esos senos no habia nada mas en mi campo de vision. Pronto senti que la abundancia de su liquido era mayor y me empape de sus fluidos con tal intensidad que perversamente lo hice mios. Finalmente ahi estaba el culmén de su agitacion y apenas me dedico esa sonrisa, yo le correspondi con otra insinuante. Me retire de entre sus piernas y arrodillado sobre la cama espere a calmara mi sexo hambriento de caricias. Aun tenia esa humedad en mis labios que prontamente me encargué de relamer con toda la intencion del mundo mientras miraba con ese atisbo de lujuria al viejo cliente. En el podia observar la desesperacion por la imagen presente, ella adorando mi cuerpo en lugar de el suyo por que realmente el no tenia nada por lo que adorarle. Pero en su masoquista mente sabia que deseaba esto, ver la belleza empalada por otra belleza, mientras que su mano toqueteaba sus partes intimas muertas, buscando algun indicio de vida.

Al ser mi miembro apresado de tal manera no me reprimi. -mmfhh....mi diosa- exhale junto con un suave jadeo haciendome dueño de su cabello al aferrarlo con mi diestra. Lo sujete de forma que no pudiera nublarse tal vision por sus hermosas ondas castañas. Mi cadera se echo hacia adelante y mis nalgas se tensaron automaticamente, una forma de exponer mejor mi virilidad que presentaba una clara alteracion e hinchazon.
Imposible mantener mis labios cerrados, por ellos se escapaba mi agitada respiracion, mis jadeos, asi como me era imposible dejar de observar a mi compañera y como esta comia con tal gula mi ereccion.

Inclinandome un poco sujete sus nalgas y las abri dejando ver su rosado interior al viejo. Aprete la carne con mis dedos y descargue un golpe lo suficientemente suave y excitante para no molestar, pero si para alebrestar, quedo mi mano sobre su suave y blanca carne como una rosada firma mas de propiedad. Captando la humedad de su vagina con mis dedos, acaricie su otro agujero, un fruncimiento rosado que se contrajo ante ese tacto. ¿Hasta donde estaba dispuesto a llegar? Yo no tenia limites mas allá de los que me impusiera el cliente, pero en verdad deseaba penetrarla por todos sus orificios.

-Ahh....- un gemido y una sacudida general que provoco que mi pene expulsara ese liquidillo preseminal fue la señal. Aleje su rostro de mi falo y lo sujete por sus mejillas delicadamente, inclinandome para besar sus labios, o mas bien devorarlos -mi diosa, te voy a follar de tal forma lanzaras a voces una oracion con mi nombre.- secretee cerca de sus labios manteniendose estos con una sonrisa entusiasta y ladina. Y ya era hora de calmarme. La inste que se se colocara en cuatro y que me regalara la perfecta vision de su culo, mas para cuando ella aun no se habia llegado a acomodar, fue tarde, dirigi mi verga a su entrada e irrumpi sin ninguna clase de suavidad. Pronto un profundo jadeo manó de mis labios al sentir mi sexo practicamente engullido por su estrechez que al recibirla con tal sorpresa, se achicó mucho mas. Su calor era ardiente y si me quemaba, bien sabe Dios que no me importaria morir abrasado por las llamas de la lujuria.

Un nuevo febril movimiento de cadera y la afiance por las caderas al tiempo que me enterraba en lo mas profundo de ella. Al pasear mi mirada por su espalda de piel suave y sus bucles de oro viejo llegué un poco mas alla y comprobe con sorpresa que al viejo si se le habia levantado. ¡Bravo por el!

Retozar con una compañera implicaba que el placer era verdadero, no habia fingimiento alguno, y como....lo estaba sintiendo bien real y perverso. Cada recondito lugar de mi cuerpo vibraba al son de las embestidas y en mis labios aun tenia el sabor de mi sexo, de sus labios...totalmente perverso y excitante. Su interior me atrapa, me devora y lucho contra viento y marea para que no quede estancado. Arremetó mas fuerte desquiciado, exhalando algunos jadeos que escapan furtivos al son de mi agitada respiracion.

Y sin querer mis uñas marcan sus nalgas en el afan de poseerlas del todo, masajeando la piel, abriendo y cerrando...presionando en torno a mi falo que se siente cada vez mas ufano, deseando liberar todo lo que adentro retiene. El cosquilleo intenso antecesor del orgasmo me golpea, cualquiera habria terminado, pero yo soy gobernante de mi cuerpo, yo decido cuando acabar y al escucharla a ella gimiendo por que lo haga, una sonrisa arrogante se fija en mi rostro.

-No...hasta que digas...mi nombre..- susurre al tiempo que arremetia con otra fuerte y unica embestida. En verdad, ella deberia gemir otro nombre, pero no se lo iba a permitir siendo un maldito arrogante que tendia al mas irracional egoismo. Una concisa palmada en su nalga izquierda y vuelvo a la carga, pero deseando tomarla de diferente forma, salgo de su humedo y escurridizo sexo para voltearla gentilmente pero con ansiedad palpable. Ahora frente a mi, mostrando su hermoso cuerpo de diosa, elevo sus piernas aclandolas sobre mis hombros y vuelvo a entrar. Otro jadeo interrumpido por lo apretado que me sentia dentro, inclino mas mi cuerpo hasta que sus senos rozan mi pecho y hasta que mis labios deboran su boca.

Juego con la lengua ajena mientras mi cadera inicia un movimiento cadencioso y casi musical procurando que mi vigoroso sexo explore cada recondito lugar del interior de su vagina.
-¿Deseas que te mancille....con mi pecado diosa?- pregunte jadeando contra sus labios -entonces...demuestralo- y alargando la mano aferre sus cabellos tirando de ellos hacia atras para encontrarme un suculento cuello el cual morder y besar. El calor desplegado entre ambos amenaza con fundir nuestros cuerpos, una agradable sensacion que solo obtengo al realizar tal despliegue de acciones, un calor que sofoca cada celula, suprimiendo la inteligencia y raciocinio de un humano para reedirigirlo unicamente en sus instintos mas primarios.

Y mientras mis labios buscaban plasmar trazos inconexos en su cuello y mi cuerpo se encajaba delirantemente en aquella estrecha humedad, experimente como el cuerpo de la joven florecia en toda su amplitud. Sus piernas temblorosas acariciaban mis costados y su piel parecia estremecerse, derretirse al contacto de la mia. El sudor perlo mi frente mojando mi cabello repleto de rizos dorados y se deslizo por mis mejillas, cuello....se olia a sexo, a puro sexo, ese olor que tanto me encantaba. La presion de su carne al llegar ella al extasis hizo mella directamente en mi falo babeante y encarcelado. La movilidad fue mas dificultosa, pero no por ello imposible, si bien el roce era mas intenso, la friccion avocaba a la llegada de mi propia orgasmo.

Su nombre...mi sexo....simplemente estallo glorioso haciendome gemir con tremulidad, encajandome en ella una ultima vez antes de percatarme de que otra jovencita habia cruzado el marco de la puerta.
Jadeante la mire fijamente con mis gemas intensamente celestes
-Mas vale tarde...que nunca...- susurre entrecortado mirando ahora a la chica que tenia bajo de mi -Señorita...- la bese de nuevo, con cierta dulzura, antes de incorporarme y salir de aquel candente interior. Un gemido manó de mi garganta al tiempo que me senti "liberado" y sujetando ese sexo humedo, rebosado en su propia semilla fui acariciando mirando al viejo que ya habia terminado de conseguir lo que deseaba, esas salpicaduras blancas entre sus dedos.

El viejo miró a la rubia y le dio señas para que se acercara a la pareja y en cuanto la joven estuvo al alcance de mi mano la atraje, sujetandola por la cintura.
-Me llamo Vittorio, compañera- lami sensualmente su mejilla y pegue posteriormente la mia a la suya -y bien mi lord...¿Que deberian hacer estas tres preciosidades para complaceros?- pregunte en ese tono de incitante lujuria, alargando la otra mano libre para sujetar la mano de Beu.

"Que te coman..quiero escucharlas gritar a ambas de placer, nuevamente" musitó con su voz rasgada por la bebida finalizando con una incipiente y nerviosa tos.

-mmhh...- ronronee mirandolas a las dos alternativamente -señoritas, soy todo vuestro.-