Una nueva vida {Rayner Andrews}

por **Khayla Di Beauté** Miér Mayo 18, 2011 12:28 pm

Los últimos años habían cambiado la vida de Khayla, la desaparición de su padre, la locura de su madre que vino posteriormente, haciendo que terminase encerrada en las mazmorras de Carcassonne, su pueblo natal, para fallecer meses después.
Khayla se vio obligada a huir de allí, cobijandose con los gitanos que estaban asentados en uno de los bosques a pocas millas de distancia.
Allí fue donde realmente se dio cuenta que tenia poder en sus venas, los gitanos le enseñaron el arte de la magia, a reconocer los ingredientes que podría usar para ungüentos y pociones. Pero la parte mas dura fue darse cuenta que corría un grave peligro, descubrir que en el mundo había mas criaturas a parte de los seres humanos corrientes. Así que debía mantener en secreto sus poderes, ocultar todo lo que sabia y actuar de la forma mas corriente que pudiera.

Pasados varios meses decidió ir a París en busca de unos parientes lejanos de clase media, primos de su fallecida madre.
Necesitaba una vida mejor y esperaba que estos le dieran cobijo, estaba dispuesta a trabajar lo que hiciera falta.
Tras un duro y largo viaje, durmiendo en las calles o cobijandose en lugares peores, logró llegar a París, cansada, despeinada y con una simple maleta en su mano.
Ahora solo tenia que buscar a sus parientes, cosa que seria un verdadero quebradero de cabeza, pero no quería seguir sin un techo mientras iniciaba su búsqueda.

Caminaba exhausta viendo a la gente pasear en sus carruajes, París era un lugar lleno de lujos si no terminabas metiéndote por algún callejón de mala muerte.
Se apoyó en una pared y dejó su maleta en el suelo para poder frotarse las manos. Cuando alzó la vista se llamó la atención un bonito letrero de madera que tenia justo arriba "L'arbre de vie: Horticultura, herbolaria, vivero y sumillería".
Cogió de nuevo su maleta y decidió entrar, desde que había llegado a París eso era lo más parecido a estar en "casa".

Abrió la puerta lentamente y asomó la cabeza, un fuerte olor a plantas la embriagó por unos segundos.
-Hola? Hay alguien?- dijo una vez dentro de la tienda mirando a ambos lados.

por Invitado Miér Mayo 18, 2011 10:08 pm

El cielo ilumina con fuerza este día, parece ser de esos en los que nada podrá salir mar. La tienda abrió desde temprano, pero decidí venir al traspatio a relajarme, pero la relajación me llevo a frustración, al recordar a Violeta. Sin mi violín cerca solo me queda entrar en desesperación contra el primer mueble que pueda ver aquí afuera. Golpeo la pared con ira, pateo con fuerza la madera, la tabla cae en pedazos y la miro enojado. Un escritorio destruido luce frente a mi. De nuevo volví a dejarme ir por la ira, la soledad, la falta de mi mujer. Grito de desesperación y pongo mi palma en lo que queda del objeto, rápidamente se vuelve aserrín ante palabras que susurro.

-Ya basta de esto-me digo a mi mismo hincándome en el suelo.

Escucho la puerta abrirse. Me levanto y acomodo mi saco, sacudo mis pantalones y abotono mi camisa sin corbata. Entro por la puerta de atrás sacudiéndome mis zapatos y procurando mantener una sonrisa.
El piso de madera luce perfectamente limpio, y mis pies con tierra lo manchan levemente, para mi tristeza. Mientras camino hacia la puerta principal veo a una chica asomándose lentamente por la puerta.

-¡Adelante ,Señorita!- le digo eufórico y sonriente-No sea tímida ¿Puedo ayudarle en algo?

Se ve cansada, despeinada, como si hubiera venido nadando desde América y de alguna de las colonias que aun existen allá. Me acerco a ella con curiosidad y la veo directo a los ojos.

-Creo que debería de descansar un momento-mientras le hablo le acerco una silla de madera oscura, que suena débilmente sobre el suelo-parece que ha viajado desde muy lejos.

Tomo su maleta y la acomoda al lado de la silla. La invito amable mente a sentarse

por **Khayla Di Beauté** Jue Mayo 19, 2011 1:09 pm

De repente aparece un chico de unos 30 años, camina seguro de si mismo y con buen porte, tiene toda la pinta de ser el dueño del local.
Le habla con voz firme y educada dándole la bienvenida, cosa que hace que se sienta menos insegura y más cómoda.

-¡Adelante, señorita! No sea tímida ¿Puedo ayudarle en algo?

Khayla cierra la puerta tras de si y le dedica una inclinación de cabeza a modo saludo mientras sonríe cordialmente.

-Creo que debería de descansar un momento, parece que ha viajado desde muy lejos.- le dice de forma hospitalaria mientras le ofrece una silla.

-Muchas gracias monsieur- se sienta cómodamente en la silla, parece que todo se vuelve positivo en el momento en que logra descansar un poco, se aparta unos mechones de pelo que cubrían su cara y le da la mano al chico para presentarse.- Soy Khayla Di Beauté, un placer. La verdad es que estaba buscando algún albergue para pasar algunas noches pero no he podido resistirme en entrar en la tienda, conozco muchas de estas plantas y quería echar un vistazo para futuras compras.

Khayla se prometió que cuando tuviera algunos ahorros los invertiría en este lugar.

por Invitado Sáb Mayo 21, 2011 1:42 am

A juzgar por la pinta de la chica, es claro que dice la verdad. Que ha estado buscando por un tiempo en donde quedarse. Se mira cansada e incluso su porte se ve afectado por todo el tiempo que a viajado.

-Yo soy Rayner Andrews. Dueño de esta humilde tienda. Aquí encontrara, seguramente todo lo que necesite para decorar su casa-le digo sonriente.

Claro que mi tienda es para hacer un jardín mas bello, sin embargo, para los brujos es un sitio de ingredientes y refugio. Se como nos cazan y que es difícil vivir como lo que somos sin que llamar la atención del publico. A diferencia de los vampiros o licántropos, no vivimos de la noche, siempre estamos vivos, no importa la hora del día. Si esta chica es una bruja, podría ayudarla, pero mientras no lo sepa, no puedo hacer nada por ella mas que darle la bienvenida a m iestablecimiento.

-Debe de estar sedienta. Permítame-le digo retirándome hacia la trastienda para buscar agua.

En el lugar al algunas de mis pócimas, las que todavía no caducan y que sirven como intercambio para algunos clientes, como el gitano Wesh. Casi en la esquina del fondo hay un barril de agua limpia, la cual uso como ingrediente para pociones o para beberla solamente. Tomo uno de los vasos y regreso con la chica con este lleno de agua.

-Aquí tiene, espero no le moleste que este un tanto fría. Debo de decirle que no se de algún alberque cerca de aquí, ya que no tengo mucho tiempo en la ciudad, pero encontrará principalmente tiendas en esta parte de Paris.

La analizo un poco con mi vista. Me gustaría ayudarla pero no se lo que es.

por **Khayla Di Beauté** Sáb Mayo 21, 2011 12:20 pm

El dueño de la tienda se presentó educadamente.

-Aquí encontrara, seguramente todo lo que necesite para decorar su casa- dijo.

Khayla miró a su alrededor algo decepcionada ¿decorar mi casa? ¿un jardín? ¿y todos esos ingredientes? No podía ser casualidad... aunque quizá solo fuera un buen hombre que le gustaba la jardinería.
El chico se prestó a traerle un poco de agua, cosa que agradeció enormemente, no se había dado cuenta de lo sedienta que estaba hasta que dio el primer sorbo.

-Muchas gracias- dijo mirándose los pies, finalmente decidió arriesgarse.- Disculpe, todas estas plantas... las conozco muy bien, puedo mezclar varios ingredientes y realizar ungüentos bastante útiles...

Cada vez le parecía más obvio, el chico no podía ser un simple jardinero, los jardineros no usaban ni la mitad de cosas que había en esa tienda, en cambio los brujos si lo hacían.
Se levantó de su asiento y le miró decidida.

-Verá usted, aprendí el arte de la brujería hace unos años, puedo serle útil, podría trabajar para usted a cambio de cobijo, hasta que encuentre a mis parientes, claro- le miró algo desconfiada, esperaba que de repente no la señalara con el dedo y gritase "¡bruja!", ese seria su fin.

por Invitado Dom Mayo 22, 2011 1:32 am

Hago una media sonrisa al escuchar su afirmación tan curiosa. Arriesgarse así para buscar un podría ser un terrible error. Esta muchacha o es muy lista o esta sumamente desesperada.

-Debería de ser mas discreta por como se dirige a la gente, señorita Di Beauté-comienzo a caminar hacia la puerta y me aseguro de que nadie este cerca del lugar- ¿Qué no sabe que nos cazan? Antes era así de confiando, una amiga me hizo darme cuenta que no debo de decir la palabra brujo a la ligera, no debería de hacerlo.

Cambio el letrero de la puerta ha cerrado para que la gente no se acerque. Me quito mi saco y lo coloco en la silla detrás del mostrador principal, remando mis mangas dejando ver mis tatuajes y trueno mis dedos, las plantas alrededor se mueven como si la brisa pasara dentro de la habitación.

-Listo- le digo poniendo una silla a su lado y sentándome-Ahora ¿Cómo sabe que tendría alojamiento en este lugar? Debería de tener mas cuidado donde pide alojamiento señorita. Pero si, esta tienda tiene otra cara.

Me pongo de pie y camino hacia el centro de la tienda. Toco la madera suavemente y un ruido fuerte se deja escuchar. Una ventanilla se abre, moviendo el piso hasta dejar ver un cristal. Abajo se puede ver a la perfección una mesa con varias sillas alrededor y decorada sencillamente con mantel y un florero vacio.

-Hice este lugar para proteger a las personas como yo, que encontraran un refugio en lo que escapan de los que nos cazan. Pero ¿Cómo se que es una bruja? Si es una cazadora aquí mismo podría acabar su vida.

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