Encallar en el muelle de tus labios (Rayner Andrews) +18!

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Mayo 11, 2011 9:06 am

Yulianna lo llevó hasta su casa. Cierto es que estaba a las afueras, pero por suerte se había encontrado con un amigo y los había acercado. Así que allí estaban. En la humilde aunque gran mansión Osolin. Sería toda para ellos. Nunca solía llevar a nadie, era cómo su refugio... su guarida secreta. Un lugar dónde estar tranquilos.

Entraron tras cruzar el camino del jardín. La ama de llaves tenía el día libre, pero estaba el mayordomo y el servicio, aunque no les molestarían. Cómplice de la mirada de Rayner lo llevó hasta su lugar favorito: su habitación. Toda decorada en tonos rojos y dorados. Le encantaba. Y ahora era toda para ellos. Sólo de los dos. Yulianna, presa de la timidez, le ofreció una copa de vino, esperando que la aceptase, y después se le acercó besándole cálidamente.

-Estamos solos... el resto del mundo se me olvidó.-Y de nuevo le besó.

por Invitado Miér Mayo 11, 2011 9:51 am

Le sonrió con seguridad esta vez. Me acerco a ella mientras nos besamos, sosteniendo su cintura con mi brazo izquierdo, mientras llevo la copa en el derecho. Le sonrió después del beso y me separo de ella de nuevo.

-El mundo puede esperar por nosotros, mientras estamos aquí solos, señorita Fiódorovna- paso mi mano por su hombro y lo acaricio suavemente con la yema de los dedos, siento su suave piel, como si mis dedos fueran los barcos sobre su mar tierno.

La beso de nuevo con ternura, con besos espaciados y finos, como si fueran mis dedos sobre las cuerdas de mi violín que descansa en la esquina de su pequeña mesa de noche.

-Es un honor permitirme entrar en su hogar-le susurro con suavidad-discúlpeme si soy atrevido al acariciarla, señorita-mientras le hablo mis manos van a su cintura, bajando a sus caderas.

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Mayo 11, 2011 10:00 am

Sonríe mientras siente sus caricias. Sin duda la está haciendo sentir muy bien. -Debe saber que no suelo abrirle las puertas de mi casa a cualquiera... pero usted... -y entonces notó que la miraba, y al ver su sonrisa y sus ojos no pudo reprimirse. Tuve que besarle con delicadeza. Disfrutando de sus labios. De su aroma. De él.

Soltó la copa de vino. La timidez desaparecía por momentos, ¿de qué temía? Él la trataba cómo si de una princesa se tratase, y eso era, en definitiva lo que la había encandilado. Eso, y claro, sin olvidar sus ojos. Tan penetrantes, seductores y bellos.

Yulianna sentía sus caricias, y fianalmente sonrió por sus palabras. -¿Cree que si me hubiese molestado le pediría que volviese a hacerlo?-dijo besando después su cuello con delicadeza. Sin duda, todo de él le gustaba. Su fresca piel, sus hermosos labios, su cabello rubio, su barba de varios días sin afeitar... y sobretodo sus suaves dedos acariciando su tibio cuerpo, preso de sus redes, de las cuales no quería escapar.

por Invitado Miér Mayo 11, 2011 10:22 am

-No sé hasta dónde quiere llegar hoy, señorita-le digo sin soltar su cuerpo, sin separarlo mucho del mío-no quisiera sobrepasarme, mas si el vino llega a mis sentidos y dejo que la privacidad me domine, tal vez ya entro en mi y es por eso que hablo así, como un bobo.

Doy un trago mas a la copa y la dejo al lado de la suya. Paso las manos por sus mejillas y las llevo hasta su cabello, entrelazando mis dedos con sus dorados hilos.

-De seguro si hago algo indebido usted me dejara marcada esa preciosa mano en mi mejilla y terminare con el rostro rojo-le digo sonriendo y besándole la frente-no me gustaría tener que soportar la vergüenza de hacer algo indebido, señorita.

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Mayo 11, 2011 10:32 am

Yulianna se separó de sus labios, y después de su cuerpo.

¿Qué pensaría Rayner de ella? Acababan de conocerse, y ya lo había llevado a su habitación. Pero ella, al besarle por primera vez, al sentir sus dulces labios, se había convertido en su presa. Y ahora no sabía cómo debería huir, como escapar. Pues ella no era una cualquiera, y no quería que eso pensase. Así que le miró por unos instantes, y después hundió la mirada en la humillación que la consumía.

Yulianna, era una muchacha joven, pero ciertamente inexperta en el tema del amor, y esta vez que se encontraba tan decidida a estar con un hombre, el cual le interesaba, le dice eso. Ella se quedó blanca. Y estática. No sabía cómo actuar, pues el le atraía. Así era. Y ella deseaba volver a rozar sus labios, pero ahora se sentía tímida, y un poco confusa.

Aún así se acercó lentamente hacia él. Le quitó la copa de vino, posándola después en la mesa, y cogió sus manos. Las miró detalladamente, y fue subiendo hasta encontrarse con sus ojos, aquellos que la llevaban hacia el delirio.
Comenzó por dar un paso al frente, uniéndose de nuevo a él. Después besó su nariz, su mejilla, la comisura de sus labios, aspiró su aroma una vez más, y finalmente se decantó por besarlo. Decidida, apasionada, sin temores, pero abierta al rechazo. Y después tan sólo le miró, y luego dirigió sus ojos hacia su cama.

por Invitado Miér Mayo 11, 2011 10:51 am

Siento su corazón, un sentimiento tan fuerte que parece destruir una muralla. Siento algo de miedo, duda, incluso inseguridad. Parece que he hablado de más y he tocado un tema del que debería de haberme mantenido callado. Siento la vergüenza aumentar en mi cara, seguramente tornándome rojo, es cierto que no he podido callar mi boca en el momento exacto.

-Disculpe, he hablado de mas-le digo después de besarla despacio-sin duda soy el peor de los idiotas.

Procuro no mirar cuando dirige sus ojos a su cama, pues preferiría fingir demencia y no llevarla a algo que no desea

-Parece que sólo soy un tonto que habla mucho, señorita-le digo sonriéndole alejándome un poco de ella pero sosteniendo sus dos manos con las mías-No quiero que se sienta incomoda conmigo ni mucho menos, así que prefiero que esto sea algo que deseo con su corazón y los pasos seas de usted seguidos por los míos, no al revés-me acerco y la beso despacio-disculpe mi tonta duda que le mencione, yo iré a donde me lleve usted, si es lo que desea….

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Mayo 11, 2011 10:59 am

Sonríe ante su delicadeza. Sin duda era una persona excepcional. Y ella deseaba estar con él.

Cogió su mano, después de corresponder su anterior beso, y finalmente le besó de nuevo.

-Yo te deseo, Rayner... -aseguró intentando mantenerle la mirada -Pero no quiero obligarle a nada. -dijo con una tímida sonrisa.

Caminó con lentitud hasta su cama, mirando hacia atrás para verle. Quería asegurarse que permanecía ahí.

Se sentó en su cama, acomodándose, y finalmente se sentó. Observando la belleza de los rasgos de Ray. Estaba segura de que quería pasar esa noche con él, y quizás muchas más, pues para ella era la persona ideal. Era espléndido en todos los sentidos, atento, educado y cariñoso.

Le miró seductoramente esperando un beso.

por Invitado Miér Mayo 11, 2011 3:24 pm

La beso despacio, par air aumentando la pasión poco a poco, como una cascada a la que le han abierto el paso de lentamente, hasta convertirse en un corriente sin remedio. Juego con su cabello con mis dedos pasando entre el, dejando que cambie de forma un poco, por el constante movimiento de mis manos atravesándolo, mientras hundo mis labios en los suyos, probando el néctar dulce de su boca, y mi lengua invadiéndola por dentro, buscando la suya, para enredarse en secreto.
Vamos bajando la velocidad de del beso poco a poco, como el carruaje que va llegando a su destino, corono el momento con un beso tierno a sus labios y una sonrisa.

-No quiero ser la causa de un odio futuro, señorita-le digo moviendo su cabello, descubriendo su rostro-Lo que quiera hacer, sabe bien que yo lo mantendré como el tesoro más grande que cualquier riqueza podría proporcionar, pero deseo que lo hago porque desea hacerlo ,no porque sus impulsos la controlan, pues al fin somos dos personas que se acaban de conocer, dos extraños que se cautivaron mutuamente al instante y que el destino les permitió la dicha de los besos, no sabemos si el destino nos permitirá encontrarnos de nuevo el día de mañana o si nuestros corazones se entrelazaran tan fuerte que sea imposible separarlos. No deseo ser la causa de su dolor-le sostengo la mano y se la beso despacio-así que su decisión, piénselo bien por favor, una que el día de mañana o cuando yo no este, siga estando feliz de haberla tomado. Ya se debe de a ver dado cuenta a estas alturas lo que soy, señorita. Que no soy un simple hombre, pero tampoco soy un monstruo dispuesto a lastimarla. Lo que decida con gusto aceptare, si decide que sigamos o que me vaya y no volvere a preguntar

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Mayo 11, 2011 3:42 pm

Se acercó y la besó. Detenidamente. Sin duda estaba disfrutando de su compañía, de sus caricias, y por momentos se olvidaba de las anteriores dudas... pues, ¿a su edad para qué dudar? Siempre se había dicho que no se debía tener miedo al amor, y ella parecía tenerlo... Pero no debía.

Esa noche, aunque sólo fuese esa, disfrutaría como si de una princesa se tratase. Le sonreiría, le besaría, le adoraría, le entregaría su ser. Él había sido el elegido... ¿y si se arrepentia? No podría enmendar "el error", pero no lo haría, pues Rayner era especial, y eso se notaba en la conexión que ambos habían tenido.

Y entonces recordó lo que su Nianunkina un día le dijo, y era que no se fiase de los pertenecientes a clases más bajas, pues podían jugar malas pasadas, pero estaba convencida de que él no estaba allí, en su alcoba, sólo por conseguir dinero, sino porque estaba interesado en ella. Lo veía en su critalina mirada.

Disfrutó del último beso como si fuese el último, y entonces él de nuevo habló, mostrándose tan atento y preocupado como siempre. Era un ser extraordinario, del cual quería saberlo todo, pero en ese momento quería, ansiaba y necesitaba conocer cada centímetro de su piel. Y comenzó por besarle la mejilla, después le miró, buscando aprobación, y finalmente besó sus labios, con la dulzura que la caracterizaba. Tras eso, le quitó la americana. Quería que se sintiese seguro, tranquilo, amado... como nunca ninguna mujer lo había querido, como ninguna le había echo el amor. Quería que nunca olvidase esa noche. Deseaba curar todas sus heridas.

por Invitado Miér Mayo 11, 2011 4:09 pm

Las palabras ya no son necesarias en estos momentos. Pongo mi mano en su espalda y otra en su abdomen, empujo despacio para hacerla caer de espaldas a la cama, haciendo que caiga a la cama con la delicadeza de una pluma de ave.

Me acerco a su cuello y se lo beso despacio, entre cada beso procurando acariciar su piel con mis labios, como si fueran los pinceles sobre el lienzo blanco. Paso de extremo a extremo del, y mis manos acarician sus brazos, con los dedos, con las palmas, recorriendo como si de carruajes se tratasen. Le beso despacio y dejo pasar el dedo índice por su cuello, bajando en zigzag hasta su pecho a la altura de su corazón, son cierro los dedos y los vuelvo abrir para retirar mi mano después.
Continúa trazando su cuerpo, como si quisiera asegurarme de cada lugar, memorizándome como llegar a cada uno, todo sobre la tela de su bello vestido. Pasando por sus caderas, sus piernas su abdomen, su busto y acabar por sostener su mejilla y besarla con ternura.

Le sonrió tímidamente, mientras mi mano busca con lentitud el listón exacto que jalar y que soltara su vestido.

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Mayo 11, 2011 4:17 pm

Se dejó poseer. Sencillamente acompañó cada movimiento de él con caricias en su espalda, cubierta por una camisa blanca.

-Rayner... -dijo en un susurro. -Te... -pero no pudo seguir. Sus besos ahogaban sus ganas de hablar, de expresarse. Y le miraba. Pero sólo por un instante, pues mientras éste recorría su cuerpo con sus cálidos dedos, ella cerró los ojos, con una sonrisa en los labios, disfrutando.

Pero quiso ayudarle, así que se volteó levemente para que viese dónde estaba la cremallera que separaba sus cuerpos.
Le desabrochó la camisa, poco a poco, mientras le miraba con seducción, mientras que le besaba de poco a poco, y es que no podía separarse de esos labios que la enloquecían.

Ansiaba la próxima caricia, no sabía cómo pedirla. Se sentía inexperta, pero al fin y al cabo eso tenía que pasar algún día, aunque notó que perdía el control. Estaba nerviosa. Necesitaba que él se mostrase cariñoso y comprensivo, al menos, lo máximo posible.

por Invitado Miér Mayo 11, 2011 4:29 pm

Le ayudo a quitarme la camisa, dejando mi pecho desnudo, tomo sus manos y la invito acariciarme la piel, que me sienta que estoy aquí para ella solamente. Sostengo sus manos y la ayudo a ponerse de rodillas, yo hago lo mismo y dejo que sus manos me recorran, le sonrió mientras lo hace, dándole besos cálidos por momentos, sintiendo el sabor de su cariño.

Llevo mis dedos a su cremallera lera y la bajo lentamente, sin quitarle su delicado vestido. La abrazo contra mí, hundiendo mi rostro entre su cabellera dorada, impregnándome de su hermoso aroma que me llena los sentidos enteros. Al separarme le beso la bella con ternura, haciendo un camino con mis labios hasta los suyos, la miro sonriendo sin dejar de abrazarla.

-Que bella eres-le digo mirándola a los ojos, sonriéndole sin parar-el sol queda eclipsado ante el brillo de su cabello y el cielo le pide algo de luz a sus ojos.

Le beso el hombro y me quedo así, abrazándola con ternura

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Mayo 11, 2011 4:37 pm

Siente cada tímida caricia, cada suave movimiento, y se eclipsa más. Su mirada la hace libre.

-Quiero que al menos esta noche sea sólo mio... -pide en su oido, en un susurro. Rayner tenía una fuerza sobrenatural sobre ella. La miraba y con eso la eclipsaba.

-Eres... -pero no quiso hablar más. Seguían abrazados, envueltos en el hechizo de esa noche, de esos besos, abrazos y caricias. Y ahora darían paso a la pasión. Le acarició primero la espalda, después el pecho y finalmente llegó hasta su cuello. Su aroma la hipnotizaba, hacía que no se alejase de él. Que lo necesitase, y ella se impregnaba de este como si el tiempo se acabase.

Y poco a poco fue bajándose el vestido, quedando en una hermosa ropa interior color crema. Sólo para él.

por Invitado Miér Mayo 11, 2011 4:49 pm

Pongo mis manos en su espalda baja, empujando su cuerpo contra mío, sintiendo su piel pegada a la mía, queriéndonos fundir en uno. Mis manos subes hasta su espalda, entran bajo su sostén y lo suelta, sin quitarlo. Con su espalda libre, mis dedos explorar su piel como el nuevo continente fue explorado por Cortez, decididas a conquistar cada lugar de su piel.

La beso despacio, con pasión en mi lengua al entrar en su boca, pero haciendo besos cortos y cálidos, cuando quiere que el beso sea más largo, me detengo y la dejo con el deseo que puedo ver en sus ojos como la enloquece. La beso, por fin, con pasión juntando su pecho contra el mío. Mientras sigue el beso la despojo de su sostén y siento sus firmes pechos en contacto directo conmigo. La abrazo ahogado en la pasión de sentirla tan cerca, tan entrega a la noche en que la hare mujer y que se sentirá mía.

Dejo de abrazarla, haciendo que nos despeguemos un poco, suelto mis pantalones sin quitármelos y mis manos van a sus caderas, acariciándoselas sobre la única prenda que aun posee

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Mayo 11, 2011 5:02 pm

Acaricia su pecho, con suma delicadeza, desplazando sus manos por su piel. Poco a poco, y con mucha lentitud quitó su sostén. Ella sonrió al sentir sus caricias. Al notar su pecho contra el suyo. Sus pasioanales besos.

Notó como se desabrochó el pantalón, lo miró de reojo pero luego le besó. Sin duda le atraían los besos cortos, la desesperación que creaba la espera, el silencio que habitaba la habitación, las caricias, el roce de sus cuerpos semidesnudos. Y finalmente bajó su pantalón. No pudo aguantar más y le colocó sobre su cama. Poco a poco se colocó encima de él, acariciando su pecho, su cuello, besando cada centímetro de su sutuil piel.

-¿Quieres continuar? -preguntó en su oido, sintiéndose tensa por momentos.

por Invitado Miér Mayo 11, 2011 5:12 pm

-Hasta que el sol salga, querida-le digo sonriente.

Me siento a su merced arrojado ala cama, de alguna manera pase a ser el pasivo en un segundo, pues soy yo el que ahora esta desnudo mientras ella aun tiene una prenda, hasta ahora.
Me inclino hacia ella y la beso tiernamente, la muevo despacio para juntas tus piernas y me deshago de lo último que evitaba verla desnuda para mí. Vuelvo a ayudarla a que quede sobre mi, con nuestros sexos a unos milímetros uno del otro.

-Tu piel brilla mas que la luna-le susurro a su oído y la beso de nuevo.

Sin dejarme caer de nuevo, levantando mi espalda comienzo a pasar los labios por sus pechos, acariciando la punta de ellos con mis labios, pasando como la brisa, hasta que aprisiono al primero, el izquierdo, en mi boca y comienzo a moverlo dentro de ella, haciendo círculos pequeños con mi lengua, su pezón se somete poco a poco a los movimientos que hago contra él. Mi otra mano acaricia su espalda, pasando por ella mientras siento como se va arqueando levemente, mientras mi mano sigue el contorno de su cuerpo hasta su glúteos que aprieto suavemente.

por **Yulianna Fiódorovna** Miér Mayo 11, 2011 5:21 pm

Ahora estoy encima de él, totalmente. Comenzó a acariciar su espalda, y mientras tanto sus sexos se rozaban. Ella podía en ese momento sentir el deseo que él le provocaba. Le quitó la última prenda que le quedaba. Ahora ya estaban en igualdad de condiciones: "hasta que el sol, salga". Le besó con dulzura, acomodándose en su pecho, después que él hubiese jugado con sus pechos.

-Me haces sentir tan bien... -susurró, para después morder el lóbulo de su oreja. Después le besó de nuevo. Sintiendo su fresco aliento, mirando de nuevo sus bellos ojos, que de nuevo la incandilaban. Y ahora se sentía más rígida, temerosa... necesitaba seguridad.
-Tus ojos me iluminan... -aseguró besándole después.

por Invitado Miér Mayo 11, 2011 11:52 pm

-Los suyos son un amanecer eterno, querida-le digo mirando y sonriéndole. La abrazo de nuevo contra mi, esta vez sin soltarla cambio de lugar acostándola a ella boca arriba.

Me acomodo ligeramente sobre ella, con mi pene tocando su sexo, sintiendo su calor. Me inclino hacia ella, besando sus mejillas, sus orejas y su rostro.

-Me encanta, señorita-le susurro a la oreja para después besársela-sin duda me ha hechizado esta noche.

Pongo mis manos con las suyas y entrelazo mis dedos con los de ella. La beso suavemente de nuevo, pego mi cuerpo con el de ella, mi sexo se recarga contra el de ella, mis caderas se mueven suavemente, recargado contra ella, mi sexo frota suavemente el suyo.

por **Yulianna Fiódorovna** Jue Mayo 12, 2011 3:27 am

Yulianna corresponde cada uno de sus besos, y escucha sus susurros. Es una persona única, sin duda la que esa noche la acompaña. Y ella estaba segura de que nunca se arrepentería de aquello.

Sintió su beso en la oreja, y él la hizo moverse. Ahora se encontraba encima de ella. Le miraba con sensualidad, pues su cuerpo la deslumbraba. Y él entrelazó sus manos con las de ella. Sentía su apoyo, su confianza, su cariño y eso la embaucaba aún más.

Sonrio con dulzura, y cuando sus sexos se rozaron, ella abrió un poco más las piernas para que no la lastimase. En esos momentos, le besó con pasión, pidiéndole el segundo paso. Se encontraba nerviosa, pero confiada, querida.

-No pares por favor... -pidió en un susurro. Deseaba ese momento. Y él lo estaba haciendo idóneo, inolvidable.

por Invitado Jue Mayo 12, 2011 4:03 pm

La beso despacio, controlando su pasión un poco. Me separo de ella un tanto y sostengo mi miembro apuntando hacia su sexo. El nerviosismo en su ser se puede sentir incluso si no tuviera poderes. La miro sonriéndole mientras introduzco el principio de mi miembro en ella, sospechando que con el siguiente empujón su barrera se rompería haciendo un ruido sordo y delicado, anunciándole que su virginidad se acabo.

Me inclino hacia ella, sin soltar mi miembro para no introducirlo mas, pero tampoco sacarlo, la beso con desesperación buscando su lengua con la mía, entrando en su boca tocándola como loco por dentro. Haciendo de este momento un paraíso de sensaciones para su cuerpo, para su piel y sus sentidos.
Después del beso la miro algo serio, aunque me inclinaría más hacia la preocupación.

-Espero que este lista-le susurro, cambiando mi seriedad a mi sonrisa para darle un tierno beso al terminar de hablar. Empujo mis caderas hacia ella indicándole lo que seguirá de aquí, pues puedo sentir su himen cediendo en ese primer empujón, confirmando lo que ya venía sabiendo desde hace un rato, que yo seré el primero.

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