AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Bonne Nuit Camarade [Priv]
2 participantes
Página 2 de 2.
Página 2 de 2. • 1, 2
Bonne Nuit Camarade [Priv]
Recuerdo del primer mensaje :
Tomé el primer abrigo que encontré y sali a toda prisa de mi habitación. De haber llamado la atención seguramente no lo habria escuchado, estaba obcecado por salir. De pronto me senti como un gavilán enjaulado, que desea mas que nada alzar el vuelo. Las madrugadas parisinas eran frias incluso para los corazones mas calientes, un escalofrio hizo que mis dientes tiritaran.
Avancé raudo esquivando algunas parejas nocturnas, algun que otro borracho y algunos que otros alborotadores hasta detenerme frente a un cartel que rezaba "Heaven". Por alguna razon ese nombre me atrajo...miento, me dio morbo..¿Y si por algun motivo me topaba con un angelito o angelia?.
Asi que sin mas dilación empuje la pesada puerta de madera y me impregne rapidamente de el ambiente cargado mas tipico. La decoracion era pobre y simple, pero no se le podia pedir mucho mas a una taberna en la zona en la cual estaba situada. Eche un furtivo vistazo a mi alrededor y al descartar a alguien interesante con quien entablar una conversacion, desisti y me dirigí directamente a la barra.
-¿Que le recomendaria a su mejor cliente?- pregunte apoyando ambas manos sobre la barra para terminar acomodandome en uno de los taburetes. Espere a que el mesero dejara de repasarme con la mirada y mostrando una sonrisa algo forzada logré que sacara su mejor vino, o al menos algo, lo suficientemente especial como para que tuviera que tenerlo escondido.
"¿Puedes pagarlo?" me preguntó en un gruñido a lo que le respondi con un gesto simple y bastante resumido: un puñado de francos de plata sobre la mesa. Fue un acto de pura chuleria que quizas desperto el interes de alguno, mas era lo minimo que podia hacer ante el refunfuñar del mesero. Entendió la directa y dejó la botella a mi lado junto a una copa cristalina.
"Querido desconocido:
¿Cuantas horas habre pasado en vela observando
silencioso a las estrellas?
Mis ojos apenas se mantienen abiertos, no asi mi mente.
Me siento imcompleto, me falta algo ¿Que sera? Ni
siquiera puedo comprender el por que de este desasosiego...
No puedo acostarme aun, la noche es joven y quizas
encuentre algun cliente noctambulo. Aqui me siento encerrado.
Ire en busca de una copa.
Hasta otra.
Vittorio."
¿Cuantas horas habre pasado en vela observando
silencioso a las estrellas?
Mis ojos apenas se mantienen abiertos, no asi mi mente.
Me siento imcompleto, me falta algo ¿Que sera? Ni
siquiera puedo comprender el por que de este desasosiego...
No puedo acostarme aun, la noche es joven y quizas
encuentre algun cliente noctambulo. Aqui me siento encerrado.
Ire en busca de una copa.
Hasta otra.
Vittorio."
Tomé el primer abrigo que encontré y sali a toda prisa de mi habitación. De haber llamado la atención seguramente no lo habria escuchado, estaba obcecado por salir. De pronto me senti como un gavilán enjaulado, que desea mas que nada alzar el vuelo. Las madrugadas parisinas eran frias incluso para los corazones mas calientes, un escalofrio hizo que mis dientes tiritaran.
Avancé raudo esquivando algunas parejas nocturnas, algun que otro borracho y algunos que otros alborotadores hasta detenerme frente a un cartel que rezaba "Heaven". Por alguna razon ese nombre me atrajo...miento, me dio morbo..¿Y si por algun motivo me topaba con un angelito o angelia?.
Asi que sin mas dilación empuje la pesada puerta de madera y me impregne rapidamente de el ambiente cargado mas tipico. La decoracion era pobre y simple, pero no se le podia pedir mucho mas a una taberna en la zona en la cual estaba situada. Eche un furtivo vistazo a mi alrededor y al descartar a alguien interesante con quien entablar una conversacion, desisti y me dirigí directamente a la barra.
-¿Que le recomendaria a su mejor cliente?- pregunte apoyando ambas manos sobre la barra para terminar acomodandome en uno de los taburetes. Espere a que el mesero dejara de repasarme con la mirada y mostrando una sonrisa algo forzada logré que sacara su mejor vino, o al menos algo, lo suficientemente especial como para que tuviera que tenerlo escondido.
"¿Puedes pagarlo?" me preguntó en un gruñido a lo que le respondi con un gesto simple y bastante resumido: un puñado de francos de plata sobre la mesa. Fue un acto de pura chuleria que quizas desperto el interes de alguno, mas era lo minimo que podia hacer ante el refunfuñar del mesero. Entendió la directa y dejó la botella a mi lado junto a una copa cristalina.
Vittorio Solderini- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 07/05/2011
Re: Bonne Nuit Camarade [Priv]
Hermoso, adorable, la lujuria impregnada en cada musculo facial, en cada musculo corporal...en su sexo babeante y erecto. Su cuerpo enchido, tras el mio, ambos frotandose...se sentia en el jardin del eden, en el de los pecadores. Quise devorar las manzanas de sus mejillas, esos rubores que colorearon el rostro del cortesano, haciendolo ver tan delicado..cuando en verdad no lo era. Mas era un estimulo, un simbolo de poder...la dominacion del cuerpo ajeno, un juego de posturas, de probar cosas nuevas. Despues de todo, teniamos que enseñarnos bien, los unos a los otros. Se olia a sexo, la excitacion bullia por cada poro, mi propio pene rozandose entre aquellas estrechas montañas tersas y suaves, enloquecia, se inchaba y se frotaba en el interior de estas, en su inexplorada estrechez.
-Al principio...sientes que atacan tu orgullo, pero creeme no es lo que pretendo, quiero darte un placer...profundo, nuevo..- susurre entre jadeos en su oido, mi respiracion era erratica, como la de un animal en celo, un celo que ya habia impregnado todo mi cuerpo. Tras la puerta seguramente habria una oreja que escucha, puede que estuviera la mujer de los vestidos, excitada por las voces de ambos hombres, ahora casi silentes, pero de vez en cuando sorpresivamente fuertes. Apenas me acordaba de donde estaba y de que estaba haciendo, su cuerpo, su alma, su mente, me habia atrapado y el tiempo se habia detenido para mi.
Mis manos tenian tanta piel que tocar, que arañar, lastimar...casi no daban a basto, pero la diestra deseaba estrujar ese sexo y no paso mucho tiempo hasta que asi lo hizo, bombeandolo frente aquel espejo que sin duda, finalmente quedaria manchado. La nocion del tiempo se habia esfumado, queria verlo mas sonrojado, gimiente, alicientes para desatar mi animalismo interior y fue verme atrapado en aquella deliciosa friccion que me hizo jadear al tiempo que mi cuerpo se tensaba por un intenso espasmo placentero que desemboco en mi verga. Sin separarme del goloso cuerpo, sujete su menton, atrayendo su rostro hacia el mio, para comerme su boca freneticamente. Deslice mi mano por su cabello, desordenandolo a su paso, jalandolo en momentos de algida excitacion, acariciandolo con ternura tras los tirones.
Labios, lengua, atropellados se encontraban con el contrario, jugaban hasta el punto de que la saliva propiamente escapara de la comisura de ambos labios.
-aah...- jadee profundo al separarme de la dulzura de su boca y aprovechando la humedad que de esta escapaba lleve un par de dedos a ella, acariciando la tersura de su labios inferior, adentrandolos lenta y sensualmente. -Quiero joderte como a un animal....quiero sentirte desde adentro- musite perdiendo la cordura a medida que la livido aumentaba. Mi frotamiento se volvio mas desbocado, queria entrar, me moria de ganas por entrar, pero el no estaba preparado. Por experiencia sabia que tanto podia doler un desgarramiendo de este tipo...aunque era un dolor placentero, que yo fuera un tanto masoca no significaba que el lo fuera. Sus gemidos me darian la respuesta.
"calma...tranquilo" mi mente busco un autocontrol ya olvidado, debia andar en alguna parte, entre el extasis, la lujuria y la vehemencia. Aleje mis dedos humedecidos y suplante mi sexo por ellos, internandome entre ambos montes de carne para buscar entrar en su oscuro pasaje. Adentre uno, estaba estrecho, apretado, pero no detuve el movimiento de mi falange hasta que llego al tope.
Bese su aromatica nuca, bese su cuello y ascendiendo prendi con mis labios el pabellon de su oreja. -Abrete para mi Adam- sugeri con voz tremula, clavando mi mirada azul, intensa y depredadora en el reflejo de su rostro. Saque y hundi lentamente el digito, realizando movimientos circulares para ensanchar el lugar, un lugar caliente y humeda, un verdadero horno que estaba dispuesto a explorar.
La idea era dilatarle en cada intrusion, por lo que no tarde en añadir un segundo dedo cuando la carne comenzo a ceder. Aquel pequeño vestidor parecia un horno al contener la alta temperatura de ambos cuerpos. Mi frente estaba perlada con unas gotitas cristalinas que se desplegaban por mi cuello y hombros, seguramente por mi pecho tambien. A Adam le ocurria lo mismo y ese extra, lo hacia mas sensual, anhelante, su boca entreabierta, la queria de nuevo, queria profanarlam, hacerme con su aliento. Lami el lateral de su mandibula, su mejilla. Mis manos estaban ocupadas, en todos sus puntos de placer, por ello, mi boca solo podia anhelar la contraria, incitar a ser besada.
-Al principio...sientes que atacan tu orgullo, pero creeme no es lo que pretendo, quiero darte un placer...profundo, nuevo..- susurre entre jadeos en su oido, mi respiracion era erratica, como la de un animal en celo, un celo que ya habia impregnado todo mi cuerpo. Tras la puerta seguramente habria una oreja que escucha, puede que estuviera la mujer de los vestidos, excitada por las voces de ambos hombres, ahora casi silentes, pero de vez en cuando sorpresivamente fuertes. Apenas me acordaba de donde estaba y de que estaba haciendo, su cuerpo, su alma, su mente, me habia atrapado y el tiempo se habia detenido para mi.
Mis manos tenian tanta piel que tocar, que arañar, lastimar...casi no daban a basto, pero la diestra deseaba estrujar ese sexo y no paso mucho tiempo hasta que asi lo hizo, bombeandolo frente aquel espejo que sin duda, finalmente quedaria manchado. La nocion del tiempo se habia esfumado, queria verlo mas sonrojado, gimiente, alicientes para desatar mi animalismo interior y fue verme atrapado en aquella deliciosa friccion que me hizo jadear al tiempo que mi cuerpo se tensaba por un intenso espasmo placentero que desemboco en mi verga. Sin separarme del goloso cuerpo, sujete su menton, atrayendo su rostro hacia el mio, para comerme su boca freneticamente. Deslice mi mano por su cabello, desordenandolo a su paso, jalandolo en momentos de algida excitacion, acariciandolo con ternura tras los tirones.
Labios, lengua, atropellados se encontraban con el contrario, jugaban hasta el punto de que la saliva propiamente escapara de la comisura de ambos labios.
-aah...- jadee profundo al separarme de la dulzura de su boca y aprovechando la humedad que de esta escapaba lleve un par de dedos a ella, acariciando la tersura de su labios inferior, adentrandolos lenta y sensualmente. -Quiero joderte como a un animal....quiero sentirte desde adentro- musite perdiendo la cordura a medida que la livido aumentaba. Mi frotamiento se volvio mas desbocado, queria entrar, me moria de ganas por entrar, pero el no estaba preparado. Por experiencia sabia que tanto podia doler un desgarramiendo de este tipo...aunque era un dolor placentero, que yo fuera un tanto masoca no significaba que el lo fuera. Sus gemidos me darian la respuesta.
"calma...tranquilo" mi mente busco un autocontrol ya olvidado, debia andar en alguna parte, entre el extasis, la lujuria y la vehemencia. Aleje mis dedos humedecidos y suplante mi sexo por ellos, internandome entre ambos montes de carne para buscar entrar en su oscuro pasaje. Adentre uno, estaba estrecho, apretado, pero no detuve el movimiento de mi falange hasta que llego al tope.
Bese su aromatica nuca, bese su cuello y ascendiendo prendi con mis labios el pabellon de su oreja. -Abrete para mi Adam- sugeri con voz tremula, clavando mi mirada azul, intensa y depredadora en el reflejo de su rostro. Saque y hundi lentamente el digito, realizando movimientos circulares para ensanchar el lugar, un lugar caliente y humeda, un verdadero horno que estaba dispuesto a explorar.
La idea era dilatarle en cada intrusion, por lo que no tarde en añadir un segundo dedo cuando la carne comenzo a ceder. Aquel pequeño vestidor parecia un horno al contener la alta temperatura de ambos cuerpos. Mi frente estaba perlada con unas gotitas cristalinas que se desplegaban por mi cuello y hombros, seguramente por mi pecho tambien. A Adam le ocurria lo mismo y ese extra, lo hacia mas sensual, anhelante, su boca entreabierta, la queria de nuevo, queria profanarlam, hacerme con su aliento. Lami el lateral de su mandibula, su mejilla. Mis manos estaban ocupadas, en todos sus puntos de placer, por ello, mi boca solo podia anhelar la contraria, incitar a ser besada.
- Spoiler:
- [esta vez no tarde tanto >.< saludos!]
Vittorio Solderini- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 07/05/2011
Re: Bonne Nuit Camarade [Priv]
Adam creía las palabras de su acompañante. Sabía que por ser una experiencia nueva no quitaba que él no quisiera darle placer. El mismo que él se había propuesto hacer llegar al cuerpo ajeno mediante los movimientos de su cuerpo. Su parte trasera, concretamente, que no dejó de moverse verticalmente contra el sexo ajeno. Frotandose. Notando el calor y la excitación que emanaban de este como del suyo propio ¡Era obvio! Ambos estaban completamente calientes. Cachondos. Fue la palabra que se le vino a la mente al escucharle hablar de aquella manera tan sucia. "Quiero joderte como a un animal" Sonrió repitiendose esas palabras mentalmente, de manera inevitable, porque ese hombre era demasiado formal como para pensar en escucharle hablar de esa manera. Sin embargo, no había sido producto de su imaginación aunque pensara eso por unos segundos. Lo único que podía sacar en claro esque la cordura que parecía ser innata en él empezaba a dejar su cuerpo. Él era el causante y solo de pensarlo su miembro se punzaba ligeramente en un electrificante espasmo de excitación.
El pensar que había excitado a un hombre tan correcto era demasiado morboso como para quedarse impasible. En él, si, no era tan extraño pero a Vittorio a penas desde hacia poco había empezado a tratarle de tú a tú como signo de confianza. Una confianza que sin duda auguraba una amistad. Una muy buena amistad por ambas partes. Que a Adam las formalidades no se le dieran bien no significaba que no respetara a la gente, simplemente, tenía sus propias maneras de hacerlo.
Este pequeño periodo de lapsus en su mente le pasó factura cuando sintió como el intrépido cortesano se hacía paso entre sus nalgas. Apretó ligeramente los dientes y seguidamente entreabrió la boca, como señal de que el pequeño pinchazo de dolor ya había dado paso al placer sin ningún problema. Como todo en lo que tenía que ver el sexo y, en cierto modo, se estaba empezando a sentir como una mujer al pensa de esa manera. Y no pudo evitar sonreir ante ese pensamiento. Aceptó los labios ajenos al sentir que le pedía un beso. Volteó el rostro y le agarró de la nuca, con fuerza. Con fiereza. Para que el beso fuera más pasional que los anterior. Su cadera por otra parte, se movía. Ya se había zafado de su agarre gracias a que se preocupó más por complacerle que podía moverse con mucha más libertad, tanta como para indicarle que podría arriesgarse a introducir más dentro de ese pequeño agujero. Agujero al que habitualmente nadie solía darle aquel uso, tal vez, un privilegio que le había otorgado a Vittorio en ese momento solo por el echo de complacerle tanto.
El beso no fue corto, todo lo que su capacidad de respiración le dió, pero al separarse soltó un suspiro de alivio sobre sus labios. - Ya..voy.. - apretó la mano en la nuca y la otra, en el aire, se hizo un puño al mismo tiempo que su espalda se inclinaba y ese espeso líquido salía de su miembro. - A-ah.. - gimió, entrecerrando sus ojos sin nisiquiera voltear el rostro hacia delante, mantiendolo frente al de Vittorio lo que posiblemente le dió ese otro privilegio de verle plenamente al correrse. Cosa con lo que habitualmente jugaba en sus parejas, pocas veces dejaba que le vieran de aquella manera tan..¿Fácil? Sin hacerse de rogar, sí, eso era lo que ocurría. No se estaba haciendo nada de rogar.
Su cuerpo tardó unos cuantos minutos en volver a la normalidad después del orgasmo. Los espasos fueron bastante intensos y a pesar de haber descargado el tener la mano de su compañero allí le hacía todavía mantenerse muy duro. Como una señal indirecta de que no se había acabado para él, claro que, ahora sería su turno de complacerle. Suspiro, por segunda vez, abriendo ahora los ojos. Lo miró y esbozó una sonrisita maliciosa al mismo tiempo que le acariciaba la nuca con la mano, enterrandola en su espeso cabello, tan lacio y suave. Le encantaba. Le comió los labios con la suavidad que podría hacer caer hasta el mismisimo diablo y poco a poco volteó su cuerpo, obviamente, retirando de su cavidad el dedo ajeno. Puede que después de todo si le quedara algo con lo que hacerse de rogar. Ahora, procuró que sus miembros quedaran a la misma altura y empezó de nuevo a frotarse, sí, estaba erecto y dispuesto para otra ronda, sin embargo, no se encargaría esta vez él de ello. Pasó sus manos por el cuello ajeno en un abrazo y volvió a entregarse a sus labios en un beso largo y varios que le siguieron. Jugueteaba con él. Le provocaba.
- Me abriré para ti pero..no ahora.. - soltó una pequeña carcajada y pasó uno de sus dedos por una de las mejillas ajenas. Al dedo le precedió la lengua, notando la aspereza de esos pelillos que se hacían llamar barba aunque sería posiblemente de pocos días. Ese hombre se veía increiblemente sexy con ella, aunque, sin ella ya se lo imaginaba tremendamente inocente. Que ricura. Pensó y volvió a sonreir sin mediar ninguna palabra más. Él era de hablar, si, pero ya que estaba adoptando otro rol en la situación también callaría sus labios y dejaría que los del otro se expresaran por él. - Solo disfruta - susurró por última vez antes de volver a besarle. Empezaba su pequeño "plan". Deslizó su mano por todo el cuerpo hasta el miembro, el cual no dudó en agarrar y masturbar durante unos cuantos segundos, los que duró el beso. Lentamente, empezó a moverse, a "resbalar" su lengua por el pectoral ajeno, los pezones, la pelvis. Y finalmente quedar arrodillado. Tenían poco espacio pero el suficiente como para darle ese pequeño placer. Dárselo a él y a si mismo, porque para él también lo era. Mordió su ombligo y lo que le seguía, asegurandose de hacer presente sus premolares sobresalientes siendo un simple humano. Y bajo. Y bajó hasta llegar al punto clave de todo el asunto. Ese irguiente, húmedo y caliente miembro que se erguía firme. Excitado.
Lo tomó con una mano y por instinto lo primero que hizo fue recorrerlo con sus labios. Besarlo. Hasta que su lengua dejó de ser tímida y salió para lamerlo. ¿Qué estaría pensando Vittorio? ¿Qué cara pondría? ¿Le gustaría? No quería mirarlo en ese momento, solo imaginarlo. Porque su prioridad era en ese momento lo que tenía en frente.
El pensar que había excitado a un hombre tan correcto era demasiado morboso como para quedarse impasible. En él, si, no era tan extraño pero a Vittorio a penas desde hacia poco había empezado a tratarle de tú a tú como signo de confianza. Una confianza que sin duda auguraba una amistad. Una muy buena amistad por ambas partes. Que a Adam las formalidades no se le dieran bien no significaba que no respetara a la gente, simplemente, tenía sus propias maneras de hacerlo.
Este pequeño periodo de lapsus en su mente le pasó factura cuando sintió como el intrépido cortesano se hacía paso entre sus nalgas. Apretó ligeramente los dientes y seguidamente entreabrió la boca, como señal de que el pequeño pinchazo de dolor ya había dado paso al placer sin ningún problema. Como todo en lo que tenía que ver el sexo y, en cierto modo, se estaba empezando a sentir como una mujer al pensa de esa manera. Y no pudo evitar sonreir ante ese pensamiento. Aceptó los labios ajenos al sentir que le pedía un beso. Volteó el rostro y le agarró de la nuca, con fuerza. Con fiereza. Para que el beso fuera más pasional que los anterior. Su cadera por otra parte, se movía. Ya se había zafado de su agarre gracias a que se preocupó más por complacerle que podía moverse con mucha más libertad, tanta como para indicarle que podría arriesgarse a introducir más dentro de ese pequeño agujero. Agujero al que habitualmente nadie solía darle aquel uso, tal vez, un privilegio que le había otorgado a Vittorio en ese momento solo por el echo de complacerle tanto.
El beso no fue corto, todo lo que su capacidad de respiración le dió, pero al separarse soltó un suspiro de alivio sobre sus labios. - Ya..voy.. - apretó la mano en la nuca y la otra, en el aire, se hizo un puño al mismo tiempo que su espalda se inclinaba y ese espeso líquido salía de su miembro. - A-ah.. - gimió, entrecerrando sus ojos sin nisiquiera voltear el rostro hacia delante, mantiendolo frente al de Vittorio lo que posiblemente le dió ese otro privilegio de verle plenamente al correrse. Cosa con lo que habitualmente jugaba en sus parejas, pocas veces dejaba que le vieran de aquella manera tan..¿Fácil? Sin hacerse de rogar, sí, eso era lo que ocurría. No se estaba haciendo nada de rogar.
Su cuerpo tardó unos cuantos minutos en volver a la normalidad después del orgasmo. Los espasos fueron bastante intensos y a pesar de haber descargado el tener la mano de su compañero allí le hacía todavía mantenerse muy duro. Como una señal indirecta de que no se había acabado para él, claro que, ahora sería su turno de complacerle. Suspiro, por segunda vez, abriendo ahora los ojos. Lo miró y esbozó una sonrisita maliciosa al mismo tiempo que le acariciaba la nuca con la mano, enterrandola en su espeso cabello, tan lacio y suave. Le encantaba. Le comió los labios con la suavidad que podría hacer caer hasta el mismisimo diablo y poco a poco volteó su cuerpo, obviamente, retirando de su cavidad el dedo ajeno. Puede que después de todo si le quedara algo con lo que hacerse de rogar. Ahora, procuró que sus miembros quedaran a la misma altura y empezó de nuevo a frotarse, sí, estaba erecto y dispuesto para otra ronda, sin embargo, no se encargaría esta vez él de ello. Pasó sus manos por el cuello ajeno en un abrazo y volvió a entregarse a sus labios en un beso largo y varios que le siguieron. Jugueteaba con él. Le provocaba.
- Me abriré para ti pero..no ahora.. - soltó una pequeña carcajada y pasó uno de sus dedos por una de las mejillas ajenas. Al dedo le precedió la lengua, notando la aspereza de esos pelillos que se hacían llamar barba aunque sería posiblemente de pocos días. Ese hombre se veía increiblemente sexy con ella, aunque, sin ella ya se lo imaginaba tremendamente inocente. Que ricura. Pensó y volvió a sonreir sin mediar ninguna palabra más. Él era de hablar, si, pero ya que estaba adoptando otro rol en la situación también callaría sus labios y dejaría que los del otro se expresaran por él. - Solo disfruta - susurró por última vez antes de volver a besarle. Empezaba su pequeño "plan". Deslizó su mano por todo el cuerpo hasta el miembro, el cual no dudó en agarrar y masturbar durante unos cuantos segundos, los que duró el beso. Lentamente, empezó a moverse, a "resbalar" su lengua por el pectoral ajeno, los pezones, la pelvis. Y finalmente quedar arrodillado. Tenían poco espacio pero el suficiente como para darle ese pequeño placer. Dárselo a él y a si mismo, porque para él también lo era. Mordió su ombligo y lo que le seguía, asegurandose de hacer presente sus premolares sobresalientes siendo un simple humano. Y bajo. Y bajó hasta llegar al punto clave de todo el asunto. Ese irguiente, húmedo y caliente miembro que se erguía firme. Excitado.
Lo tomó con una mano y por instinto lo primero que hizo fue recorrerlo con sus labios. Besarlo. Hasta que su lengua dejó de ser tímida y salió para lamerlo. ¿Qué estaría pensando Vittorio? ¿Qué cara pondría? ¿Le gustaría? No quería mirarlo en ese momento, solo imaginarlo. Porque su prioridad era en ese momento lo que tenía en frente.
Jean-Luc Tessier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 510
Fecha de inscripción : 16/05/2011
Edad : 32
Localización : Encima o Debajo de tí ¿qué prefieres?
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Bonne Nuit Camarade [Priv]
La antesala del sexo, propiamente dicho, los preliminares, conseguian atraparme mucho mas que la penetracion en si. Los preliminares era ese momento en el cual podias llegar a una delirante sensacion de placer, pero sin llegar a correrte. No muchos hombres apreciaban ese tipo de jueguecitos, mas populares entre las mujeres... mas tampoco sabian que el placer que se obtenia al final era mucho mas intenso que una simple corrida. Y yo...ya casi estaba ahi, y podria adentrarme sin mas, corriendo ese riesgo de dañarlo de tal forma que le costara andar, mas en el fondo era un buenazo, no disfrutaba haciendo sufrir a la gente si antes no me lo habian pedido expresamente...no seria la ultima vez ni la primera que me viera sujetando una fusta y golpeando el trasero de alguien.
La respiracion me falto en ese beso, pero no me importo sentirme afixiado por esos labios, eran demasiado golosos como para ignorarlos. Jadee estremecido, hundiendo mas esos digitos que se impregnaron de humedad y con mis gemas azules, brillantes de excitacion pretendiendo asemejarse a dos joyas pude comteplar como las facciones del otro se contraian de placer, como sus labios mojados exhalaban ese gemido culminante y como todo su cuerpo sentia esa ligera convulsion, señal de que se habia dejado llevar desahogo de su sexo. Sonrei suavemente, no por ello menos excitado, al contrario, su rostro se habia teñido de una nueva belleza, incluso de un nuevo color. Mis dedos derramaban de su esencia y deje de aferrar su sexo permitiendo que algunas de esas gotas mancharan el suelo.
Cuando me miro percibi sus pupilas dilatadas, como las de un felino excitado provocando unas carcajadas incoherentes.
-Deberias ver tu rostro a la llegada del orgasmo, es toda una oda a la belleza y lujuria.- susurre tremulo siguiendo con mi mirada sus cortos y sutiles movimientos en los que acaricio mi rostro con esa ternura inusitada. Al momento de recibir sus labios, correspondi con entrega experimentando el calor y la presion en mi pelvis y el consiguiente efluvio de unas pocas gotas manar de mi carne hinchada. Lo segui con mis ojos, o al menos trate de hacerlo cuando estos no se cerraban involuntariamente por las caricias y mordiscos que ahora, el otro cortesano se propuso brindarme. No me afligió perder la oportunidad de montarlo, por que supe que en algun momento de la noche o dia, terminaria siendo mio en todos los aspectos sexuales posibles. Mi vientre se contrajo y se tenso la suave musculatura que conformaban los abdominales al tiempo que mi cadera se movia involuntaria contra esa mano.
Disfrutar habia disfrutado desde el primer beso, pero al verle, bajando sin precipitacion hasta quedar abajo supe lo que haria y fue cuando sus labios recorrieron la delicada piel que tuve que apoyar ambas manos en las paredes, aguantando con ello el peso de mi cuerpo que parecio derretirse. Lance un jadeo, gemido, gruñido, un sonido al fin y al cabo indicando lo bien que se sentia con esas atenciones. Electrizante, esa seria la palabra mas adecuada para ese encuentro. Entrecerrando mi mirada me encontre con la suya y cuando supe que mis piernas no caerian debiles y presas del placer, baje una mano a sus cabellos hundiendo los digitos en su espesa y suave mata induciendole a que mimara mas intensamente el algido punto de placer.
-Tu...boca...suave...- musite palabras sin demasiado sentido relamiendo mis labios al sentirlos secos y era bien cierto que cuando uno se dejaba guiar por los instintos mas primarios a penas tenia espacio para razonar -Adam- susurre grave sin apartar mis ojos de los suyos, ni tan siquiera para mirar mi propio reflejo, mi propio rostro excitado.
La respiracion me falto en ese beso, pero no me importo sentirme afixiado por esos labios, eran demasiado golosos como para ignorarlos. Jadee estremecido, hundiendo mas esos digitos que se impregnaron de humedad y con mis gemas azules, brillantes de excitacion pretendiendo asemejarse a dos joyas pude comteplar como las facciones del otro se contraian de placer, como sus labios mojados exhalaban ese gemido culminante y como todo su cuerpo sentia esa ligera convulsion, señal de que se habia dejado llevar desahogo de su sexo. Sonrei suavemente, no por ello menos excitado, al contrario, su rostro se habia teñido de una nueva belleza, incluso de un nuevo color. Mis dedos derramaban de su esencia y deje de aferrar su sexo permitiendo que algunas de esas gotas mancharan el suelo.
Cuando me miro percibi sus pupilas dilatadas, como las de un felino excitado provocando unas carcajadas incoherentes.
-Deberias ver tu rostro a la llegada del orgasmo, es toda una oda a la belleza y lujuria.- susurre tremulo siguiendo con mi mirada sus cortos y sutiles movimientos en los que acaricio mi rostro con esa ternura inusitada. Al momento de recibir sus labios, correspondi con entrega experimentando el calor y la presion en mi pelvis y el consiguiente efluvio de unas pocas gotas manar de mi carne hinchada. Lo segui con mis ojos, o al menos trate de hacerlo cuando estos no se cerraban involuntariamente por las caricias y mordiscos que ahora, el otro cortesano se propuso brindarme. No me afligió perder la oportunidad de montarlo, por que supe que en algun momento de la noche o dia, terminaria siendo mio en todos los aspectos sexuales posibles. Mi vientre se contrajo y se tenso la suave musculatura que conformaban los abdominales al tiempo que mi cadera se movia involuntaria contra esa mano.
Disfrutar habia disfrutado desde el primer beso, pero al verle, bajando sin precipitacion hasta quedar abajo supe lo que haria y fue cuando sus labios recorrieron la delicada piel que tuve que apoyar ambas manos en las paredes, aguantando con ello el peso de mi cuerpo que parecio derretirse. Lance un jadeo, gemido, gruñido, un sonido al fin y al cabo indicando lo bien que se sentia con esas atenciones. Electrizante, esa seria la palabra mas adecuada para ese encuentro. Entrecerrando mi mirada me encontre con la suya y cuando supe que mis piernas no caerian debiles y presas del placer, baje una mano a sus cabellos hundiendo los digitos en su espesa y suave mata induciendole a que mimara mas intensamente el algido punto de placer.
-Tu...boca...suave...- musite palabras sin demasiado sentido relamiendo mis labios al sentirlos secos y era bien cierto que cuando uno se dejaba guiar por los instintos mas primarios a penas tenia espacio para razonar -Adam- susurre grave sin apartar mis ojos de los suyos, ni tan siquiera para mirar mi propio reflejo, mi propio rostro excitado.
Vittorio Solderini- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 07/05/2011
Re: Bonne Nuit Camarade [Priv]
Las palabras de Vittorio no pasaron desapercibidas para Adam pues le hicieron sonreir. El escucharle jadear de aquella manera descubrió que se sentía igual que cuando ocurría con una mujer. Porque empezaba a tener el control de la situación, ya empezaba a sentirse más normal y cuanto más segundos pasaban más le gustaba todo aquello. Sus labios recorrían el miembro entero y su lengua se centraba en dar atenciones a su glande, llevandose por medio los líquidos preseminales que le provocaban. Líquido que demostraba que aquello le estaba gustando. Además de los pequeños espasmos que notaba le provocaba a su compañero. Recordó como él le había llebado al orgasmo segundos atrás y de solo pensarlo su miembro volvió a erguirse firme entre sus piernas. Aunque había echo lo posible para contenerlo porque no era su momento. Su momento ya había pasado y ahora era él el que tenía que dar placer a su compañero.
Y a eso se dispuso, sin más, tras relamerse los labios empezó a introducirselo en la boca. De manera lenta, provocativa y sobretodo torturadora. Cuanto más lento fuera al principio más podría disfrutarlo él al ir más deprisa luego. Porque él mismo lo había experimentado. Y porque le gustaba hacer sufrir a sus acompañantes de cama en un determinado momento.
Una de sus manos aferrada al miembro se movía de manera coordinada con la boca y la otra empezó a viajar por los alrededores. Los muslos, las naglas. Pensó en provar adentrarse en ese hueco prohibido. Hueco que Vittorio había explorado en su propio cuerpo pero, indeciso, decidió pasar de largo y dejarlo en una simple caricia por el lugar hasta llegar dónde su mente había pensado desde un principio. Esos pequeños montículos que podían llegar a dar tanto placer a todo el cuerpo. Los testículos. Situados debajo del miembro, hinchados y ligeramente rojos por la excitación. Cuanto más estuviesen así menos le quedaría para correrse y era precisamente lo que pretendía. Obviamente. Que se corriera. Y que lo hiciera dentro de él, en ese caso, en su boca. Pero no iba a ser el único lugar en el que se correría y lo sabía. Todavía quedaba mucha noche. Mucho que explorar en ambos. Y aquello solo había empezado, no era más que el comienzo. Una pequeña prueba de lo calientes que ambos podrían resultar juntos. ¿Qué mejor mezcla que dos "expertos" en el tema? Él se consideraba un genio, dentro de la medida, y Vittorio le estaba haciendo descubrir cosas nuevas. Siempre acababa aprendiendo algo.
El vaivén continuó precisamente cada vez con más fuerza y más velocidad. Por cada empujón introduciendoselo un poco más dentro suyo hasta llegar a tocar el fondo de la garganta con la punta. Momento en el cual lo dejó unos segundos quietos y succionó. Dedujo que eso podría gustarle, de echo, sabía lo que iba a gustarle porque era una de las partes buenas de que fuese de su mismo sexo. Ya se lo habían echo a él. Y, aunque no era experto, si era capaz de recordar las sensaciones. Lo que más le gustaba de las felaciones. Y eso era lo que intentaba reproducir en el cuerpo ajeno. Solo esperaba que su poca práctica no se notara demasiado.
Se separó para respirar y aprovechó para lamer el glande de nuevo. Ya podía recoger algo más de fluido y no solo por la parte de Vittorio, su propio miembro ya estaba que casi iba a explotar ¡Qué fácil se calentaba! Se avergonzó ligeramente de eso pues quería aguantar un poco más..que no le vencieran las ganas y por otra parte no quería apartar sus manos del cuerpo ajeno por mucho que su entrepierna le estuviera reclamando caricias.
Poco a poco volvió a subir en un camino de besos y sin dejar de masturbar su miembro. Lo besó en la pelvis, el vientre, se entretuvo a mordisquear sus pezones unos segundos, pasando luego a su cuello y acabó en sus labios. Sin besarlos pero si lamiendolos. - No..no puedo aguantar.. - susurró sobre sus labios y al mismo tiempo junto sus caderas con las de él, agarrando ahora no solo el miembro de él sino también su miembro que se frotaba. - Voy a correrme..otra vez.. - ahogó un gemido cuando su miembro recibió por fin sus atenciones e incluso movió las caderas para notar el frotamiento con el miembro ajeno, esparciendo los líquidos de ambos por toda la zona y jadeando sobre los labios ajenos. Se mordió el labio y cerrós los ojos notando no solo su respiración agitada sino también la de su compañero..
Aquello era una especie de sauna que ambos cuerpos ardiendo habían provocado y él estaba a punto de explotar. Por segunda vez.
Y a eso se dispuso, sin más, tras relamerse los labios empezó a introducirselo en la boca. De manera lenta, provocativa y sobretodo torturadora. Cuanto más lento fuera al principio más podría disfrutarlo él al ir más deprisa luego. Porque él mismo lo había experimentado. Y porque le gustaba hacer sufrir a sus acompañantes de cama en un determinado momento.
Una de sus manos aferrada al miembro se movía de manera coordinada con la boca y la otra empezó a viajar por los alrededores. Los muslos, las naglas. Pensó en provar adentrarse en ese hueco prohibido. Hueco que Vittorio había explorado en su propio cuerpo pero, indeciso, decidió pasar de largo y dejarlo en una simple caricia por el lugar hasta llegar dónde su mente había pensado desde un principio. Esos pequeños montículos que podían llegar a dar tanto placer a todo el cuerpo. Los testículos. Situados debajo del miembro, hinchados y ligeramente rojos por la excitación. Cuanto más estuviesen así menos le quedaría para correrse y era precisamente lo que pretendía. Obviamente. Que se corriera. Y que lo hiciera dentro de él, en ese caso, en su boca. Pero no iba a ser el único lugar en el que se correría y lo sabía. Todavía quedaba mucha noche. Mucho que explorar en ambos. Y aquello solo había empezado, no era más que el comienzo. Una pequeña prueba de lo calientes que ambos podrían resultar juntos. ¿Qué mejor mezcla que dos "expertos" en el tema? Él se consideraba un genio, dentro de la medida, y Vittorio le estaba haciendo descubrir cosas nuevas. Siempre acababa aprendiendo algo.
El vaivén continuó precisamente cada vez con más fuerza y más velocidad. Por cada empujón introduciendoselo un poco más dentro suyo hasta llegar a tocar el fondo de la garganta con la punta. Momento en el cual lo dejó unos segundos quietos y succionó. Dedujo que eso podría gustarle, de echo, sabía lo que iba a gustarle porque era una de las partes buenas de que fuese de su mismo sexo. Ya se lo habían echo a él. Y, aunque no era experto, si era capaz de recordar las sensaciones. Lo que más le gustaba de las felaciones. Y eso era lo que intentaba reproducir en el cuerpo ajeno. Solo esperaba que su poca práctica no se notara demasiado.
Se separó para respirar y aprovechó para lamer el glande de nuevo. Ya podía recoger algo más de fluido y no solo por la parte de Vittorio, su propio miembro ya estaba que casi iba a explotar ¡Qué fácil se calentaba! Se avergonzó ligeramente de eso pues quería aguantar un poco más..que no le vencieran las ganas y por otra parte no quería apartar sus manos del cuerpo ajeno por mucho que su entrepierna le estuviera reclamando caricias.
Poco a poco volvió a subir en un camino de besos y sin dejar de masturbar su miembro. Lo besó en la pelvis, el vientre, se entretuvo a mordisquear sus pezones unos segundos, pasando luego a su cuello y acabó en sus labios. Sin besarlos pero si lamiendolos. - No..no puedo aguantar.. - susurró sobre sus labios y al mismo tiempo junto sus caderas con las de él, agarrando ahora no solo el miembro de él sino también su miembro que se frotaba. - Voy a correrme..otra vez.. - ahogó un gemido cuando su miembro recibió por fin sus atenciones e incluso movió las caderas para notar el frotamiento con el miembro ajeno, esparciendo los líquidos de ambos por toda la zona y jadeando sobre los labios ajenos. Se mordió el labio y cerrós los ojos notando no solo su respiración agitada sino también la de su compañero..
Aquello era una especie de sauna que ambos cuerpos ardiendo habían provocado y él estaba a punto de explotar. Por segunda vez.
Jean-Luc Tessier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 510
Fecha de inscripción : 16/05/2011
Edad : 32
Localización : Encima o Debajo de tí ¿qué prefieres?
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Bonne Nuit Camarade [Priv]
Perdia el sentido y la diccion, algo reprochable para un ser que gozaba de las palabras, que las utilizaba cotidianamente como el pan de cada dia, pero que ahora se limitaban a frases incoherentes, a gemidos, suspiros. Mi bajo vientre pareia un horno, ardia suculento y trasmitia ese calor a mi sexo. Apreciaba esa tecnica, esa entrega...sus labios sabian como apretar, como felar...era un experto y era algo logico por la experiencia. Recordó su primera vez...que traumatico fue, que erratico y que vergonzoso. Con la practica podria equipararse al nivel de Adam. Pero ¿Por que pensaba en esto ahora? Mi mente tendia a abstraerse mientras mi cuerpo recorre otro camino y no, no quiero eso, todo debe estar centrado, volcado en el hombre que esta arrodillado frente a mi. Fortalezco el agarre de sus cabellos y mi cadera se mueve atraida por la calida boca, casi deseo penetrarla como si fuera su parte trasera, la sensacion es practicamente igual de intensa, pero mas humeda. Mi carne tiembla y tengo que apoyar parte de mi cuerpo en una de las paredes del cubiculo.
Mi rostro arde acalorado, siento que a mis pulmones no les llega el aire, se agitan excitados causando una respiracion de lo mas entrecortada y se que tarde o temprano, acabare corriendome. De hecho, ya algunas gotas escapan iniciando el vertiginoso ascenso a un orgasmo parecido a un extasis.
Lance una mirada de reproche al sentir mi sexo liberado, ya estaba a punto, y me daba mucho morbo que recibiera entre sus labios mi semen, pero la molestia no duro demasiado. Tenerle a mi altura presentaba la posibilidad de tomar posesion de sus labios y por fin mis manos dejaron de estar quietas. Rodee su cintura, su cadera, arañandola, bajando las manos por sus nalgas a medida que el ascendia y besaba mi piel, una respuesta inconsciente y muy necesitada.
-Ah..Adan...Mggh...hazlo...- jadee con una enfermiza obsesion de que nos corrieramos a la vez y contra sus labios para posteriormente morderlos con vehemencia, lamiendolos, relamiendolos, alcanzando su lengua y jugando con la pasion de esta mientras lo retenia por la nuca tal y como su mano retenia mi sexo palpitante. Ocho decimas de segundo despues experimente con sumo gusto aquellas subitas sensaciones placenteras que me embolvió por completo y el blanco manchó ritmicamente la mano y el falo de Adam. Me abrace a el, creo que arañe mucho mas fuerte de lo que debia su espalda, pero en ese instante no fui consciente, el roce de ambas pieles contribuia pero para ayudar al moreno y mientras estaba en pleno disfrute personal, acaricie sus lampiños testiculos, presionandolos suavemente entre mis manos. Tenia los ojos medio cerrados, los labios entreabiertos gimiendo mudamente y todo mi interior convulsionandose y al sentir la inmediata necesidad de compartir mi saliva con el otro busque sus labios en un beso mas calmado, pausado. Tras aquel latigazo de placer el cuerpo quedaba relajado, pesado y e incluso adormilado, pero podia controlar eso y mas.
Eché un ligero vistazo a las ropas, esas que servirian de nuestro disfraz que ahora estaban arrinconadas en el suelo. Esperaba que no se hubieran manchado, pero lo nuestro si que no tenia solucion, tanto Adan como yo estabamos...manchados de nuestros propios fluidos y aunque mis dedos habian acariciado su vientre, el mio, recogiendo un poco de aquellos efluvios para posteriormente degustarlos de forma lasciva.
-Si no me equivoco...la madame esta a punto de avisarnos tal y como le pedimos.- susurre algo ronco, carraspeando para recomponerme un poco -Creo que...seria lo propio refrescarnos un poco..- añadi al sentir la humedad perlando mi frente y al ver el rostro del contrario. Acaricie su humeda mejilla con el dorso de la mano y me dispuse a recoger las ropas examinandolas por si tenia alguna mancha sospechosa -Cubrete..- musite mirandolo de reojo -o te juro por Buda que te terminare violando ya mismo- admití calmado, aunque con picante chispa.
Mi rostro arde acalorado, siento que a mis pulmones no les llega el aire, se agitan excitados causando una respiracion de lo mas entrecortada y se que tarde o temprano, acabare corriendome. De hecho, ya algunas gotas escapan iniciando el vertiginoso ascenso a un orgasmo parecido a un extasis.
Lance una mirada de reproche al sentir mi sexo liberado, ya estaba a punto, y me daba mucho morbo que recibiera entre sus labios mi semen, pero la molestia no duro demasiado. Tenerle a mi altura presentaba la posibilidad de tomar posesion de sus labios y por fin mis manos dejaron de estar quietas. Rodee su cintura, su cadera, arañandola, bajando las manos por sus nalgas a medida que el ascendia y besaba mi piel, una respuesta inconsciente y muy necesitada.
-Ah..Adan...Mggh...hazlo...- jadee con una enfermiza obsesion de que nos corrieramos a la vez y contra sus labios para posteriormente morderlos con vehemencia, lamiendolos, relamiendolos, alcanzando su lengua y jugando con la pasion de esta mientras lo retenia por la nuca tal y como su mano retenia mi sexo palpitante. Ocho decimas de segundo despues experimente con sumo gusto aquellas subitas sensaciones placenteras que me embolvió por completo y el blanco manchó ritmicamente la mano y el falo de Adam. Me abrace a el, creo que arañe mucho mas fuerte de lo que debia su espalda, pero en ese instante no fui consciente, el roce de ambas pieles contribuia pero para ayudar al moreno y mientras estaba en pleno disfrute personal, acaricie sus lampiños testiculos, presionandolos suavemente entre mis manos. Tenia los ojos medio cerrados, los labios entreabiertos gimiendo mudamente y todo mi interior convulsionandose y al sentir la inmediata necesidad de compartir mi saliva con el otro busque sus labios en un beso mas calmado, pausado. Tras aquel latigazo de placer el cuerpo quedaba relajado, pesado y e incluso adormilado, pero podia controlar eso y mas.
Eché un ligero vistazo a las ropas, esas que servirian de nuestro disfraz que ahora estaban arrinconadas en el suelo. Esperaba que no se hubieran manchado, pero lo nuestro si que no tenia solucion, tanto Adan como yo estabamos...manchados de nuestros propios fluidos y aunque mis dedos habian acariciado su vientre, el mio, recogiendo un poco de aquellos efluvios para posteriormente degustarlos de forma lasciva.
-Si no me equivoco...la madame esta a punto de avisarnos tal y como le pedimos.- susurre algo ronco, carraspeando para recomponerme un poco -Creo que...seria lo propio refrescarnos un poco..- añadi al sentir la humedad perlando mi frente y al ver el rostro del contrario. Acaricie su humeda mejilla con el dorso de la mano y me dispuse a recoger las ropas examinandolas por si tenia alguna mancha sospechosa -Cubrete..- musite mirandolo de reojo -o te juro por Buda que te terminare violando ya mismo- admití calmado, aunque con picante chispa.
Vittorio Solderini- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 122
Fecha de inscripción : 07/05/2011
Re: Bonne Nuit Camarade [Priv]
No le faltaba mucho. No le faltaba nada para correrse ¡Estaba tan caliente! Y no era el único, Vittorio le quemaba de la misma forma. Y eso no hacía más que ponerle todavía más cachondo. La manera en que movía la mano para masturbar ambos falos y, segundos después, el calor que había emanado de su acompañante. De ese hombre que tenía delante y que, tras su orgasmo, se deshacía en espasmos como le había pasado a él instantes atrás. Porque no sería el primero y por eso se sentía que Vittorio le llevaba ventaja, iba a conseguir que se corriera por segunda vez con sus manos acariciando sus testiculos mientras él continuaba masturbandose. Por fortuna, esta vez el gemido lo ahogaron los labios ajenos. El orgasmo le llegó mientras se besaban con esa pasión y furia que a ambos les caracterizaba, por lo menos, en ese momento. Tal vez en otro lugar, en otro tipo de situación, podrían ser tan suaves como una pluma pero no ahora. Ahora lo único de lo que tenían ganas eran de arrancarse la piel a tiras con las uñas. De demostrarse mutuamente hasta dónde era capaces de llegar. Y por San Cristobal que Adam ya se había cercionado de lo que le esperaba en las próximas horas. Agonía. Una dulce agonía hasta que estuvieran de nuevo solos.
Ambos, extasiados después de los orgasmos, lo único que pudieron continuar fue con ese beso. Suavizandose a medida que pasaban los segundos. Adam soltó ambos miembros y deslizó esa mano por el pecho de Vittorio, manchandole de manera juguetona hasta alcanzar su nuca, procurando eso si no llegar a lastimar su cabello. Era demasiado hermoso como para cubrirlo con los restos de ese líquido lujurioso y pecaminoso que ambos habían desprendido. Se podría decir que era la consecuencia de sus actos. El fruto del pecado que ambos acababan de compartir. A Adam siempre le gustaba preguntarse qué grabes pecados había y estaba cometiendo en su vida. Cuantos llevaría ya acumulados. Por desgracia o tal vez por suerte, para él, nunca había sido demasiado creyente en Dios ni en todas esas fantasías. Solo creía en lo que tocaba, en lo que veía. Sí, creía en el mundo sobrenatural de la tierra, pero porque lo había sentido y lo había tocado con sus propias manos. ¿Dios? A Dios dudaba que lo pudiera ver o tocar nunca por lo que prefería tomarselo como algo más bien divertido. Cuando estuviese muerto, ya nada iba a importarle de todas maneras.
Y con esos extraños pensamientos en la mente se separó de su cuerpo para tranquilizarse y, relajar su erección que todavía seguía palpitante. Vittorio tenía razón, estarían a punto de avisarles de que el tiempo juntos -por el momento- había llegado a su fin y tenían que volver a ser "decentes". Mejor dicho, a aparentar serlo.
Sin más se separó, junto a una carcajada y recogió las prendas que estaban más a su lado. Curiosamente, la mayoría eran de Vittorio y él tenía las suyas. Un intercambio de ropas. Él era algo más fornido por lo que posiblemente de intercambiarse se notaría la diferencia. Se consideraba un buen mozo, siempre se lo había considerado ¡Pero su compañero estaba tremendo! No se imaginaba a quien pudiera domarlo. Era como un león, así se lo imaginaba. Sin duda. Y por ese mismo pensamiento se echó a reir consigo mismo, sin dejar que él supiera el porque. Se acercó e inclinó hasta que su cabeza llegó al lugar dónde él había puesto su mano, manchada con ambos fluídos. La punta de la lengua no tardó en salir para lamer algunos de los rastros y, ya de paso, morder uno de sus pequeños y sensuales pezones. No tenía pechos -algo a lo que estaba acostumbrado- ¿y a caso eso lo hacía menos sensual? Por lo menos no para él.
Pícaro volvió a erguirse hasta mordisquear el labio inferior ajeno. Al mismo tiempo, sus manos intercambiaban la ropa correspondiente. No pudo evitar sentirse deseado con ese último comentario y sin dejar que continuara hablando le beso. Iniciando él el beso y, unos segundos después, terminandolo, Dejando que sus labios se despegaran de forma lenta, muy lenta. De esa manera en la que te daban ganas de seguir y seguir hasta que te ardieran. Y aún así, continuar. Pero claro ese no era su fin precisamente - Vaya..no querriamos que eso ocurriera..¿O sí? - alzó una ceja, seguido de soltar una carcajada. - En fin.. - soltó un suspiro, aparentando estar afligido por lo que iba a hacer a continuación - No quiero ser la causa de... esos malos pensamientos.. - se mordió ligeramente el labio y, antes de separarse, uno de sus dedos se pasó por todo el falo ajeno. Una especie de descarga le recorrió todo el cuerpo, pero por suerte pudo disimularlo bastante bien. Sin más, antes de que él pudiese matarle o algo mejor, emportrarle contra la pared, se dispuso a marcharste - Hasta luego, encanto - mordió su lóbulo y huyó cobardemente abriendo la puerta, pasando hasta el provador que había ocupado Vittorio media hora antes.
Ya dentro de allí y solo pudo reirse agusto, no demasiado alto -porque no les separaba tanto espacio- pero si se veía en el espejo sonriendo de oreja a oreja. ¡Y tenía las mejillas algo sonrojadas! Dios, que calor tenía, estaba ardiendo. Lo peor de todo esque su erección no se bajaba..¿Qué hacer? A lo que algunas veces tenía que acudir. Después de asegurarse que la puerta estaba bien cerrada, soltó la ropa y se apoyó contra la pared. Su mano hizo el resto durante esos pocos minutos que necesito para darle el final que había necesitado su miembro. Final que nunca habría llegado de estar pegado al cuerpo de otra persona, en este caso, el cuerpo de Vittorio. Una vez descargado ya solo le quedaba vestirse, limpiarse un poco y salir para volver a esa realidad lejos de la lujuria que les había embargado a ambos.
Ambos, extasiados después de los orgasmos, lo único que pudieron continuar fue con ese beso. Suavizandose a medida que pasaban los segundos. Adam soltó ambos miembros y deslizó esa mano por el pecho de Vittorio, manchandole de manera juguetona hasta alcanzar su nuca, procurando eso si no llegar a lastimar su cabello. Era demasiado hermoso como para cubrirlo con los restos de ese líquido lujurioso y pecaminoso que ambos habían desprendido. Se podría decir que era la consecuencia de sus actos. El fruto del pecado que ambos acababan de compartir. A Adam siempre le gustaba preguntarse qué grabes pecados había y estaba cometiendo en su vida. Cuantos llevaría ya acumulados. Por desgracia o tal vez por suerte, para él, nunca había sido demasiado creyente en Dios ni en todas esas fantasías. Solo creía en lo que tocaba, en lo que veía. Sí, creía en el mundo sobrenatural de la tierra, pero porque lo había sentido y lo había tocado con sus propias manos. ¿Dios? A Dios dudaba que lo pudiera ver o tocar nunca por lo que prefería tomarselo como algo más bien divertido. Cuando estuviese muerto, ya nada iba a importarle de todas maneras.
Y con esos extraños pensamientos en la mente se separó de su cuerpo para tranquilizarse y, relajar su erección que todavía seguía palpitante. Vittorio tenía razón, estarían a punto de avisarles de que el tiempo juntos -por el momento- había llegado a su fin y tenían que volver a ser "decentes". Mejor dicho, a aparentar serlo.
Sin más se separó, junto a una carcajada y recogió las prendas que estaban más a su lado. Curiosamente, la mayoría eran de Vittorio y él tenía las suyas. Un intercambio de ropas. Él era algo más fornido por lo que posiblemente de intercambiarse se notaría la diferencia. Se consideraba un buen mozo, siempre se lo había considerado ¡Pero su compañero estaba tremendo! No se imaginaba a quien pudiera domarlo. Era como un león, así se lo imaginaba. Sin duda. Y por ese mismo pensamiento se echó a reir consigo mismo, sin dejar que él supiera el porque. Se acercó e inclinó hasta que su cabeza llegó al lugar dónde él había puesto su mano, manchada con ambos fluídos. La punta de la lengua no tardó en salir para lamer algunos de los rastros y, ya de paso, morder uno de sus pequeños y sensuales pezones. No tenía pechos -algo a lo que estaba acostumbrado- ¿y a caso eso lo hacía menos sensual? Por lo menos no para él.
Pícaro volvió a erguirse hasta mordisquear el labio inferior ajeno. Al mismo tiempo, sus manos intercambiaban la ropa correspondiente. No pudo evitar sentirse deseado con ese último comentario y sin dejar que continuara hablando le beso. Iniciando él el beso y, unos segundos después, terminandolo, Dejando que sus labios se despegaran de forma lenta, muy lenta. De esa manera en la que te daban ganas de seguir y seguir hasta que te ardieran. Y aún así, continuar. Pero claro ese no era su fin precisamente - Vaya..no querriamos que eso ocurriera..¿O sí? - alzó una ceja, seguido de soltar una carcajada. - En fin.. - soltó un suspiro, aparentando estar afligido por lo que iba a hacer a continuación - No quiero ser la causa de... esos malos pensamientos.. - se mordió ligeramente el labio y, antes de separarse, uno de sus dedos se pasó por todo el falo ajeno. Una especie de descarga le recorrió todo el cuerpo, pero por suerte pudo disimularlo bastante bien. Sin más, antes de que él pudiese matarle o algo mejor, emportrarle contra la pared, se dispuso a marcharste - Hasta luego, encanto - mordió su lóbulo y huyó cobardemente abriendo la puerta, pasando hasta el provador que había ocupado Vittorio media hora antes.
Ya dentro de allí y solo pudo reirse agusto, no demasiado alto -porque no les separaba tanto espacio- pero si se veía en el espejo sonriendo de oreja a oreja. ¡Y tenía las mejillas algo sonrojadas! Dios, que calor tenía, estaba ardiendo. Lo peor de todo esque su erección no se bajaba..¿Qué hacer? A lo que algunas veces tenía que acudir. Después de asegurarse que la puerta estaba bien cerrada, soltó la ropa y se apoyó contra la pared. Su mano hizo el resto durante esos pocos minutos que necesito para darle el final que había necesitado su miembro. Final que nunca habría llegado de estar pegado al cuerpo de otra persona, en este caso, el cuerpo de Vittorio. Una vez descargado ya solo le quedaba vestirse, limpiarse un poco y salir para volver a esa realidad lejos de la lujuria que les había embargado a ambos.
Jean-Luc Tessier- Prostituta Clase Baja
- Mensajes : 510
Fecha de inscripción : 16/05/2011
Edad : 32
Localización : Encima o Debajo de tí ¿qué prefieres?
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» [+18] Une nuit d'amour... La nuit dernière d'une vie (Krystal)
» Bonne nuit tout le monde!
» Bonjour ~ Bon après-midi ~ Bonne nuit
» nuit du sexe et de luxure (+18) -priv.
» Lecture de la bonne littérature {Sergei Ivanovich}
» Bonne nuit tout le monde!
» Bonjour ~ Bon après-midi ~ Bonne nuit
» nuit du sexe et de luxure (+18) -priv.
» Lecture de la bonne littérature {Sergei Ivanovich}
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour