Wild Child

por **Zavannah Dellepiane** Jue Mayo 19, 2011 9:17 pm

Yo podía seguir con vida y hacer como nada había pasado, ninguna propuesta ni brujos ni nada de eso pero simplemente no podía, mi pequeña cabeza que se convertía en una extensión más de mí no podía dejar atrás lo vivido. Muchas veces me había engañado a mí misma de que era fuerte y poderosa cuando en verdad no lo era, no me gustaba serlo, no me gustaba ser nada que tuviera que ver con sobresalir, pero esta vez era diferente. Me había resignado tantas veces que no estaba segura de que una más fuera suficiente para que yo pudiera vivir tranquila, me engañaría una vez mas de que era importante y después todo volvería a la normalidad, un mundo en donde solo yo conocía quien era Zavannah y los demás ni siquiera me miraban. No me gustaba la idea de que ese señor me diera clases pero suponía que en algún momento sería útil, me probaría que todo lo que mi tía había dicho de mi cuando aún estaba viva no era cierto, podía ser más que una bocona.

Mire el techo de la carpa que se alzaba por unos cuantos metros más de mi propia cabeza. A veces me gustaba perderme en cosas simples y sencillas como as figuras de colores que mis ojos creaban al tenerlos mucho tiempo cerrados y al abrirlos quedaban plasmados en el lienzo blanco ¿Por qué no había más gente así? Ladee la cabeza preguntándome el porqué de muchas cosas. Cosas que jamás tendrían una respuesta, por lo menos para mí no. Me mordí el labio pensando en las posibilidades sobre salir de la monotonía ese día, estaba sola y aunque me quedara en mi carpa o en el circo –se suponía que debía estar alistándome para bailar- sería lo mismo aunque con otro escenario así que daba igual a donde fuera.

Coloque la cadena con la pequeña piedra que caía sobre mi frente en mi cabello salí en busca de algo diferente. Con paso cansado avancé hasta la puerta arrastrando por el piso el pedazo de tela que se suponía iba por arriba del vestido, a la altura de la cadera desnuda. Estaba cansada. No físicamente sino mentalmente, siempre lo mismo, siempre lo mismo, las mismas caras y las mismas actitudes, había imaginado de forma diferente Paris pero no. La zona concurrida era aburrida, esa fue una de las razones por las cuales decidí ir a pie hasta una zona parisina en donde según yo surgían miles de historias que con el anochecer se esfumaban, un lugar en donde las personas fingían simpatía ¿Pero quién era de verdad simpático? Aun así seguía amando mi libertad y que nadie me prestara atención, era liberador que a nadie le pareciera bonita, me quitaba un peso de encima el hecho de que era tan común que me podía dar el lujo de tener el cabello nada perfecto y dejar que el viento fresco me lo alborotara aún más.

Llegue con aire despreocupado a la zona en donde miles de mujeres bellísimas salían a pie y algunas más renombradas se montaban en carruajes para visitar a sus hombres de confianza. A mi parecer el lugar olía diferente, el aire no debía de oler a nada pero justo en la puerta de uno de esos lugares todo olía a…desenfreno. Me asuste al ver que alguien o algo se acercaba hacia el umbral, yo no venía por los servicios, simplemente era una chismosa. Una chismosa que había sido descubierta cuando una de mis pulseras se atoro con no sé qué y las cuentas salieron rodando por el piso haciendo un sonido evidente de que alguien espiaba.

-Shhh shh-me lleve un dedo a los labios tratando de callar, era una tonta, como si con eso las cuentas dejarían de rodar, botar y hacer sonido. Pensé varias veces en salir corriendo pro me quede distancia solo un poco para recoger las pocas cuentas que aun podía.

por **Jean-Luc Tessier** Vie Mayo 20, 2011 1:48 pm

Sus ojos se cerraban. Los parpados le pesaban como si en lugar de piel y carne estuviesen echos de cemento. No podía resistir la tentación de cerrarlos y quedarse dormido, sin embargo, tampoco podía dormirse. Contradictorio en sí. Tenía una montaña de cosas por hacer, literalmente hablando, pues había varios papeles apilados a su lado, papeles que su padre le había encargado que revisara en su lugar. Maldito viejo, pensó. Él se había ido a visitar a su madre a Inglaterra y mientras le había dejado a él el trabajo. Vale que no solía trabajar mucho..¡pero esque aquello era demasiado!. Vale que también había tenido una semana para hacerlos...

La cuestión esque tenía que tener esa montaña terminada para el domingo, y era viernes. Las ganas eran nulas. El sol brillaba en la calle y él estaba allí, encerrado en el despacho. Porque nisiquiera podía salir al jardín, allí no estaba nada cómodo con el viento que hacía, se le volaban las hojas continuamente.

Por otra parte cabia destacar que sin su padre se lo había pasado bomba. No había tenido que dar excusas ni un solo día. Odette era la doncella que se había quedado al mando y se la había pasado en su cuarto, concretamente, en su cama todas las noches. Sí, había aprovechado que el "jefe" no estaba para beneficiarsela, pero eso no era una novedad. La novedad era que podía hacerlo en su cuarto y sin la necesidad de esconderse pues no habría nadie que los encontraría en esa posición tan comprometedora. Las demás doncellas, lo tenían todo sabido de sobra y mantenían la boca cerrada. Defintivamente no había ningún problema.

Tampoco se había pasado por el burdel en esa semana que transcurría, tal vez, algún momento, alguna hora en la tarde noche pero teniendo a su doncella dispuesta en casa no necesitaba de nadie, para que negarlo. Eso había sido la parte divertida de la semana, ahora estaba sufriendo la parte no tan divertida. La de hacer el encargo de su padre, gracias a que Odette se lo recordó porque él ya ni lo tenía en mente. Podía ser muy vago cuando se lo proponía.

[...]

Tocaron las diez de la noche en el reloj de la residencia cuando Adam se vio con la mitad del trabajo reducido. Sonrió contento a la par que aliviado. Ahora solo necesitaria pasarte todo el día del sábado igual y ya acabaría justo a tiempo para el domingo. La idea no era demasiado tentadora pero si la idea de un trabajo bien echo, después de todo, aunque costara era gratificante una vez terminado. Podria decirse que tenía su parte buena. El final.

Dejó las cosas en su sitio y se dispuso a marchar, no tenía la cabeza como para "jugar" con Odette pues se la había pasado metido en casa todo el día. La doncella por su parte también se lo pasaba bien con algún que otro cochero, por suerte, no se había encaprichado con él. Era eso lo que le gustaba de ella, además de su bello cuerpo. Era muy hermosa. En ella podía hacerse latente el pensamiento que tenía sobre las mujeres que no fuesen de alta cuna, no las más ricas y mejor adornadas eran siempre las más bellas. Para él, a menudo, las mas sencillas eran las que solían verse mejor reflejadas en sus ojos claro. Otros caballeros las preferían muy refinadas pero no por nada él se consideraba un completo jovenzuelo.

Así pues, salió sin dar explicación alguna de hacia donde iba -como le gustaba esa sensación- y caminó hacia el burdel. No tenía la noche para juergas pero tal vez podría encontrarse con algún amigo y charlar, hacía ya una semana desde la última vez. Lo necesitaba.

Se adentró por la parte trasera. No le gustaba utilizar la puerta principal, atestada siempre de gente. Prefería la soledad del jardín interior, total, solo tenía que saltar los pequeños arbustos para colarse, era una zona exclusivamente de residentes de allí o trabajadores. Dejó sus cosas en el vestíbulo privado -una chaqueta que se había traido únicamente- y fue hacia la entrada, sin embargo, no por el vestíbulo principal si no por la parte de fuera.

Cual fué su sorpresa al encontrarse una sombra agazapada junto a la puerta principal. Observó también una especie de bolas repartidas por el suelo, parecían cuentas de alguna especie de accesorio, tal vez una pulsera o collar. Y finalmente observó a la muchacha, allí recogida intentando que no la viera nadie. Soltó una pequeña carcajada que tapó con el puño cerrado de una de sus manos, haciendola así inaudible, era una situación divertida. Por lo menos para él.

Con sigilo se acercó, recogiendo por el camino una de las perlas y se agachó en cuclillas al lado de la joven, escondiendose también entre el par de arbustos que rodeaban la entrada - ¿De quien nos estamos escondiendo, señorita? - preguntó en un susurro y con cara de estar en un momento critico, haciendo un poco la broma pero disimuladamente, tampoco quería empezar con mal pie una posible futura buena relación.

por **Zavannah Dellepiane** Sáb Mayo 21, 2011 3:13 am

Me agache tontamente para recoger las pequeñas bolitas que estaban a mi alcancé, con suerte y la persona que se acercaba no me vería pues tenía la esperanza de que en algún momento de su trayecto desviaría sus pasos hacia algún otro lugar. Desafortunadamente no fue así. Cerré los ojos mientras me giraba dándole la espalda y apretando las pequeñas cuentas entre las manos, me había descubierto y ahora lo único que podía hacer era correr y alejarme o encontrar mi castigo por meter las narices en donde no me llamaban. Ahora entendía porque me pasaba lo que me pasaba, siempre incomodaba a las personas, ellas me incomodaban a mí o generalmente ni siquiera me ponían atención, eso último era bueno pero no en ese momento e donde la voz masculina obviamente me hablaba a mí. No soportaba la atención y ahora la tenía toda por una tontería.

Resignada me gire para mirarlo, como si no pudiera ser un peor momento él se había agachado hasta quedar a mi altura por lo que dubitativamente me aleje hasta quedar medio metro lejos de él. Moví la boca varias veces como pequeñas muecas que no daban paso a ninguna palabra y lo mire sin decir palabras, tenía el semblante fijo y serio, esperando cualquier clase de grito pero incluso me pareció que lo que dijo a continuación fue más que nada una pequeña broma que me había sacado de lugar-No yo...-balbucee mientras me levantaba y daba dos pasos más hacia atrás. Me volvía más tonta cuando las personas se acercaban, prefería el camuflaje que me daba mi aspecto nada especial-¡Por favor no le digas a nadie, por favor!-solté estrepitosamente, las palabras salieron rozando mis dientes y trabándose entre ellos-Me iré justo ahora si no dices nada…es más ya estoy caminando-con la mano que me quedaba libre tome su mano y quite la cuenta que el había recogido.

Eso había sido extremadamente tonto tomando en cuenta de que no podía ser grosera porque yo había causado todo eso pro aun así no podía evitar ser tan extraña, fue lo mejor que se me ocurrió para salír de ahí y de hecho ya estaba preparada mentalmente para un ¡Lárgate! Suspire pesadamente mientras me giraba y comenzaba a contar las cuentas de mi pulsera. Yo generalmente no era así, no iba a lugares concurridos pero en esa ocasión la curiosidad me había ganado y todo hubiera sido simplemente perfecto si aquel chico… ¡Espera! ¿Un chico? Era demasiado joven para ser el dueño así que no me equivocaba era un cortesano aunque no estaba segura de que ese término podría aplicarse a un hombre. Lo mire curiosa por el rabillo del ojo, tratando de no parecer toda una acosadora que tenía muchas ideas en la cabeza pero al parecer no funciono, me veía como alguien que se contradecía bastante.

Me gire para mirarlo por última vez y decidir si quería preguntar o no-¿Trabajas aquí?-más tonta no podía ser pero casi sentía que las palabras me salían solas, de seguro me veia bastante cínica preguntando eso y de esa forma tan...normal y abierta, me quite una de las pulseras y se la tendí desde lejos, normalmente todo lo que llevábamos eran amuletos de la buena suerte y cosas por el estilo, si un gitano te regalaba algo era mejor que lo tomaras o una maldición podía caer sobre ti, claro esas eran las leyendas que nos contaban cuando pequeños-Te doy mi tesoro si me regalas una respuesta-volvía hacer el ademan para que tomara la pulsera, al no tener dinero mis pertenencias eran lo más valioso que tenía, podía dar alguna de ellas como pago a sus palabras.

por **Jean-Luc Tessier** Lun Mayo 23, 2011 1:00 pm

La actitud de la muchacha le pareció ciertamente extraña. Le trataba como si él la fuera a echar de allí, al principio, luego cuando le vió, obviamente, dandose cuenta de que no era nada parecido al jefe, gerente o alguien de mucha autoridad le suplicó que no dijera nada. Hablaba confusa y sin que a Adam le diera tiempo a darle una respuesta pues cuando iba a empezar ella ya volvía a hablar de nuevo. Hiperactiva, pensó junto a una pequeña sonrisa y la observó, dejando que se explicara o por lo menos lo intentara. No la interrumpiría hasta que no hubiese acabado. O quien sabe si para entonces ella ya estaría lejos.

Abrió la mano en el momento en que ella se acercó a recoger la cuenta que tenía, no sin antes levantarse para ponerse a su altura ahora que estaban ambos de pie, la observó con más detenimiento. Sin duda se veía inocente, demasiado como para requerir los servicios de alguno de los jovenes que hubiesen dentro del lugar, como por ejemplo él.

Llevó una de sus manos a la cabeza, revolviendose ligeramente el pelo mientras la observaba marchar decidida. Se había quedado algo confuso, como a quien le cuentan un chiste que supuestamente debe hacer mucha gracia pero que a ti por la contra no te ha echo ni pizca. Se sintió algo tonto concretamente. No había sido capaz de hablar más de dos palabras con la joven, ella había sido más rápida y nisiquiera le dió tiempo a dejarle claro que no estaba haciendo nada malo ni iban a regañarla. Le dió la sensación de que era eso a lo que tenía miedo.

Sin embargo, justo antes de dar media vuelta por done había venido para volver al burdel, observó que la muchacha se había quedado parada. Él ladeo la cabeza y la sonrió pues al parecer la estaba mirando, disimuladamente pero había captado su mirada.

Una pequeña carcajada salío de sus labios ante la pregunta que de repente le hizó. Bipolar, pensó. Hacia unos minutos se había liado con sus propias palabras, marchandose enseguida y de repente volvía para preguntarle si trabajaba allí e incluso estaba dispuesta a regalarle eso que, por lo que dijo, era algo valioso para ella. ¿A caso ese tipo de personas se creían que eran allí?. Vale que corrían muchos rumores, pero, la mayoría no pedía nada a cambio de responder preguntas, pedían más bien por otro tipo de cosas que seguramente la muchacha se imaginaba. En cierto modo era mejor que no se lo imaginara o su mente tan pura acabaría por volverse oscura.

- Es muy bonito y me encantaría aceptarlo - murmuró dando un par de pasos hacia delante para acortar la distancia, ella no se había acercado demasiado, ¿le tendría miedo? - Sin embargo, según has mencionado, debe ser algo de mucho valor para tí así que a mi pesar no puedo aceptarselo - le sonrió y agarró su mano, cerrandola en un puño de manera que quedara allí la pulsera. Aprovechó que la tenía agarrada de la mano para, de un suave tirón, juntarla a su cuerpo - Debo confesarle también que no suelo llevar alajas, más es un secreto, no se lo diga a nadie o mi fama se echará a perder - le susurró bromeando en el oido como si se tratara de un gran secreto.

Se apartó unos centímetros, manteniendo aún la próxima distancia - Oh y si trabajo aquí ¿a caso te interesan mis servicios, pequeña? - le guiñó un ojo pícaro tratandola de manera cariñosa. La respuesta era obvia más aún así prefería comprobarla.

por **Zavannah Dellepiane** Mar Mayo 24, 2011 12:03 am

Escuche sus palabras, por un momento se me hicieron raras pero después de repasarlas en mi cabeza rápidamente varias veces mientras avanzaba unos pasos más lejos de él logre entrecerrar los ojos y sonreír ante la frase más tierna que había escuchado de una persona hacia un gitano, había sido amable de su parte hablar así de lo que era mío, las personas solían juzgar por nuestra ropa y creían que traíamos mala suerte con nuestros objetos que a veces nos nacía por regalar. Me quede helada cuando lo escuche enunciar más de ocho palabras seguidas ¿No quería que me fuera? ¿Alguien quería mi compañía? ¿Quería hablar conmigo? Eso era nuevo, las personas generalmente me huían o no me trataban bien, aunque ya estaba acostumbrada siempre era bueno y me hacía sentir un poco feliz conmigo misma no parecer repugnante a otros, podían llamarme bipolar pero de vez en cuando el reconocimiento podía ser aceptado de mi parte aunque no mucho, no toleraba por mucho tiempo ser un foco de atención, las cosas podían salir mal-No deberías rechazarlo es grosero-¡Ja! Hablaba la gitana bocona. No quería mi regalo, lo sabía por la manera en que cerro mi puño con su mano, aunque ciertamente no lo había hechizado entendía de cierta que no lo quisiera-Aparte…aparte ahm-opuse resistencia a su tirón pero al final él fue más fuerte-te…lo ofrezco por una razón-concluí tartamudeando y ladeando la cabeza arsicamente para tener el mínimo contacto en esa posición.

Hice un puchero cuando su aliento por demás cálido me rozo en el oído. Trate de no poner mucha atención a sus palabras pero si de por si era descuidada y poco atenta sin que nadie lo provocara todo era mucho peor cuando me ponía nerviosa. Con el antebrazo empuje en su pecho, no con el fin de hacer daño si no de simplemente hacer que se alejara, claramente la mano se me había pasado cuando sentí un pequeño dolorcito en la piel-Lo siento-me disculpe alejándome dos pasos con evidente pena ¿Qué me pasaba? ¿Desde cuándo las personas me importaban? Había olvidado lo que era “No entablar ninguna clase de relación con nadie, de ningún tipo” Pero él tenía algo que en verdad me llamaba la atención, seguramente su profesión, de igual forma yo no le había dado permiso para acercarse tanto-No busco tus servicios-refunfuñe frunciendo las cejas, debía no ser tan mal encarada, él no parecía querer aprovecharse pero era un cortesano.

La cabeza me dolió por pensar tantas cosas al mismo tiempo-Te dije que solo quería una respuesta y ver cómo era adentro, solo eso…y como ya obtuve lo que quería ya me voy-gire sobre mi propio eje quedando de nuevo de espaldas, me hubiera gustado saber más pero mi mal genio no era bueno y como si las cosas no pudieran ir peor mis pies habían decidido no cooperar. Apoye el talón derecho para dar mi primer paso pero la segunda pierna de alguna forma u otra quedo enrollada con algo (con la otra pierna) y me dejo totalmente tirada en el piso y luciendo como una vil estúpida, me ardió pero no hice ningún gesto de dolor, sabía que la herida podía estar muy mal pero no dije nada, deje que el silencio incómodo y una cara de frustración aflorara en mi rostro-Soy Zavannah-sonrei aunque de seguro lo asuste o intimide, no era lo que alguien decía después de algo como eso pero a veces mi cerebro sufría de bloqueos, no era la persona con las mejores sonrisas sobre todo después de haberme estrellado contra el piso.

Me enrosque un mechón de cabello y lo puse detrás de mí oreja. Sabía lo que pensaba, podía escuchar las burlas en su cabeza, no sería la primera vez que alguien me llamara o pensara de m cosas como: chica fea, sin clase, sin estilo, torpe, poco agraciada a veces les parecía tan tierna y lastimera como un oso de peluche sin ojo-¿Tienes agua? Necesito agua...Puedo esperar aquí solo necesito algo con que limpiar la sangre-deje de sonreír por miedo a que me dejara ahí sola, era bastante independiente, no me gustaba la ayuda pero 1.-me dolía y 2.-me dolía mucho.

Off: Post feo, sorry :/ El próximo sera mejor

por **Jean-Luc Tessier** Mar Mayo 24, 2011 10:00 am

De nuevo la joven volvió a sorprender a Adam o, tal vez, sería mejor decir que lo que le sorprendió fue su actitud. Tras esa aparencia de mujer madura -porque tenía un cuerpo bastante bello y desarrollado- se escondía una muchachita inocente y tímida. A pesar de que le había apartado de aquella manera al juntarse Adam pudo notar que en verdad lo que le ocurría era que no estaba acostumbrada a ese tipo de cercanías. En según que momentos podía vislumbrar en ella algo de sorpresa por como la estaba tratando ¿tal vez? después de todo Adam no era un adivino así que se basaba en las percepciones que solía tener con la gente en su primera impresión. La de esta chica no había sido mala si no más bien curiosa.

Y de nuevo volvía a querer marcharse, esta vez Adam haría algo para impedirlo. No podía dejarle con prácticamente la palabra en la voz y echar a correr como si se tratara él de un monstruo. ¡No te voy a comer! pensó para sus adentros, no estaba acostumbrado a que le huyeran si no más bien a que se le pegaran y eso se pudo hacer presente. Esa actitud de no querer estar con él le ponía en cierto punto nervioso e histerico.

Por suerte, no hizo falta que saliera corriendo tras ella dado que en un descuido suyo cayó al suelo. Vió que sus pies se habían enredado al disponerse a salir corriendo. Eso esque no quieres irte, pensó para sí y sonrió. Ya le parecía extraño que alguien quisiera huir de él. No tenía una pariencia aterradora ni sus palabras habían sonado ofensivas o de mal gusto, de haberse marchado, le hubiese dejado con la duda. Una duda que, posiblemente, le habría asaltado la mente durante un buen rato, ese comecome molestoso que no puedes quitarte de la cabeza.

Suspiró y se puso en cuclillas sin moverse, únicamente agachando su cuerpo para estar así a la misma altura - ¿Por qué quieres irte tan rápido? No voy a hacerte nada malo y si tienes curiosidades solo tienes que preguntarmelas, no voy a comerte - su voz no sonó como una reprimenda ni mucho menos -aunque pudiera parecerlo- sino que mezcló un tanto de incomprensión al no entender su actitud junto algo de tristeza, no le agradaba que no le tuvieran confianza. Vale que no se conocían. Y también que la chica podía ser desconfiada, que al parecer, era el caso. Sin embargo así era Adam, para estas cosas, se podía comportar como un niño mimado.

Observó con sorpresa -al escuchar sus palabras- una herida que tenía la muchacha. ¡Ding! La oportunidad de que no se le volviera a escapar se le había presentado en bandeja de plata, o de oro.

Se irguió de nuevo y caminó hacia donde estaba ella, agachandose esta vez para agarrarla suavemente del cuerpo. Una mano la paso por su esalda y la otra por las piernas. Con fuerza la levantó. ¿Estaba claro lo que pretendía, no? Si, podía haberle preguntado a ella ¿pero arriesgarse a dejarla marchar de nuevo? eso sí que no. Así pues, simplemente empezó a caminar.

- Mucho gusto Zavannah, mi nombre es Adam - se presentó cuando solo llevaba un par de pasos dados, parandose justo en el punto en el que el camino se desviaba hacia la entrada principal o bien la que daba a los jardines - Y con respecto a lo otro, si me ven aquí fuera de chachara con una muchacha ya sabes..me castigarán..así que lo mejor será que te lleve hacia dentro - la miró con una sonrisa, aparentemente amable, sin embargo, tras ella se escondían unas pequeñas carcajadas que se había podido aguantar dada su mentirijilla.

Era obvio que no iban a castigarle ni nada por el estilo, no tenían esa política, pero se aprovecharía un poco de la ignorancia de la joven sobre ese tipo de temas. Así, por lo menos, tendría una buena excusa para llevarla a su habitación. Y eso fue precisamente lo que hizo. Entró por la verja privada que daba al jardín trasero y caminó con sigilo, vigilando que nadie los viera. Si que era cierto que no verían demasiado bien que entrara de repente a una muchacha en brazos por esa parte, sin embargo, una vez que ya subía las escaleras se encontró con una compañera. Esta se limitó a guiñarle el ojo "animo seductor" le dijo con la mirada y Adam únicamente le devolvió el guiño. Allí ya era fácil que pensaran para que la llevaba a su habitación, ciertamente, mucho mejor que mantenerla en la salita donde no tendrían intimidad alguna.

Su recámara era una de las que estaba más al fondo del pasillo nada más subir las escaleras. Abrió la puerta con el pie y la volvió a cerrar de la misma manera. Lo primero que hizo fue recostarla en la cama - Bienvenida, madame, a los aposentos de un cortesano - le guiñó un ojo y seguidamente se volteó - Voy a por tu agua, más vale que no intentes huir porque como te vean...mejor ni te digo lo que podrían hacerte..¿vale? - la miró por última vez de manera seria - Cuento contigo para que tampoco me castiguen a mí - alzó el dedo pulgar en señal de confianza y salió por donde había entrado hacia el baño.

De camino al baño la sonrisa estaba presente en sus labios.¡Pero qué buen actor era!

off:

por **Zavannah Dellepiane** Miér Mayo 25, 2011 6:12 pm

Su comentario me tomo por sorpresa, tanto que me quede sin respuesta alguna para su cuestionamiento aunque podría decir algo me vería incluso más tonta de lo normal ¿Cómo decirle que no es que tuviera algo contra él?, baje la cabeza mientras encogía las piernas y me abrazaba las rodillas, eso había sonado como a que no le gustaba como lo había tratado, siempre me pasaba y a veces aunque trataba de ser amable no podía. Me sentía mal por ser tan bestia pero lo delicado no era lo mío muchas veces había tratado de ser una “dama” como las que se paseaban en los parques de alcurnia, el resultado era horrible, me veía como un niño, me gustaba subir árboles, correr –tal vez esto no tanto, me cansaba fácilmente en esa clase de pruebas físicas- y tener pequeñas huellas de mis aventuras como moretones, golpes y rasguños.- ¡No!-exclame cuando paso uno de sus brazos por debajo de mis piernas, era una paranoica sin remedio pero en realidad no quería entrar a ese lugar, me traía malos recuerdos pero era muy tarde, ya me había levantado en vilo y si me disponía a patalear de seguro él tendría nariz rota.

Note que se detenía en el marco de la puerta después de presentarse, Adam, era un nombre lindo y normal, me gustaba su nombre pero no lo diría, me tomaría como una loca. Era extraño que alguien que no era como yo quisiera entablar una conversación, no fuera lo que normalmente me pasaba, siempre caminaba entre dos mundos sin sentirme completamente identificada. Era humana si pero ni los humanos normales me hablaban y también era gitana y no era una gitana como las otras chicas con lindos rostros y personalidades, nunca encajaba y tampoco me daba el tiempo para hacerlo, no entendía cómo es que algunas de mis compañeras les daba lo mismo que las vieran en la calle, yo prefería fluir sin ser vista, escabullirme y dejar que el mundo pensara que yo no existía. Un chico amable era lo último que me esperaba en esa noche en la que solo había ido a curiosear-¿Ah? ¡Ah hola Adam!-dije sin girarme a ver el local, escondiendo ligeramente los ojos en su ropa, fijándome en su cuello y tratando de no respirar ni tocarlo mucho-¿Cómo? ¡No pueden hacer eso! Déjame regresar ya no quiero entrar-me moví como gusano mientras sentía sus pies moverse abajo mío. Los castigaban y eso ea una mala señal. jamas debí de haber ido al burdel solo por entrometida.

El lugar no era como yo pensaba o recordaba, era más bien elegante pero igual me sentía cohibida con tanta chica sin ropa –algunas, seguramente las caras, más vestidas- y desmesuradamente bellas, lo peor no fue eso si no que me tocó ver como una de las jóvenes le guiñaba el ojo a Adam, como decía llamarse, abrí los ojos y seguí el camino que dejábamos, viendo como muchas de las chicas y chicos –eso era nuevo-entraba y salían, algunos ya con clientes. Pase un brazo por su hombro para recargarme y seguir viendo el pasillo, no había visto nada así y el golpe se me habían olvidado, así como también se me había olvidado que seguramente lo estaba lastimando al apoyar mi peso en él. Deje de ver lo que había captado tanto mi atención para entrar a una habitación bastante bien proporcionada, cuando sentí que sus pasos me acercaban a la cama y me depositaban en ella como un pequeño pez fui a dar al borde opuesto del lecho-¿Seguro que esto está bien?-mire la habitación asustada, no quería que maltrataran a nadie por mi culpa-Prometo no moverme pero después me tienes que ayudar a salir-dibuje una sonrisa en los labios e hice los mismo que el con su dedos pero de forma no tan animada.

Cuando salió de su habitación me sentí liberada y acorralada pero eso no me quito las ganas de sentir lo mullido del colchón, tenían un buen lugar en donde hacer sus cosas y pasar la noche, nunca había estado sentada en una cama así, me moví a un lado para el otro mirando la puerta y esperando que no llegara. Mis pies caminaron solos a una ventana tratando de hacer el menor ruido posible pero las cortinas me habían parecido muy hermosas, sobretodo la tela, comenzaba a dudar que en un lugar así los castigaran pero por primera vez no quería desconfiar de alguien que me brindaba su ayuda, moví la mano para acariciar la tela y descubrir que era igual de suave que la cama, en realidad todo era bastante lindo y me costaba trabajo entender que estaba en un burdel, donde las pasiones se desencadenaban y algunos perdían la cabeza por falsas promesas de amor.

¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Y si lo descubrieron? Yo había estado bastante entretenida husmeando sus cosas personales, sobretodos las fragancias que para mí olfato eran muy finas. Salte contra el piso, estrellando mi rodilla contra el mismo y ahogando un grito de dolor cuando escuche que la puerta se abría ¡Lo sabía! Lo habían descubierto, nos iría muy mal. Me escabullí debajo de la cama, eso no pudiera salvarme pero malo era no intentarlo, saque la lengua ante el gran esfuerzo de tratar de no rozar la herida de la rodilla con el piso, era una salvaje que quería salvarse de un castigo y lo que menos me importaba era mi estructura ósea-¿Adam?-pregunte temerosa su nombre casi susurrándolo sin mencionar que mi francés era bastante malo-¿Eres tú?-me lleve una mano a la boca. Si estaba en líos lo mejor hubiera sido no hacer sonido pero siempre hacia algo mal.

por **Jean-Luc Tessier** Vie Mayo 27, 2011 1:20 pm

Adam todavía se preguntaba curiosidades sobre la muchacha que había dejado en su cuarto. Era ciertamente muy extraño su comportamiento, tan pronto tenía la intención de dejarle de hablar como le miraba con una cara de tener un montón de preguntas que hacerle. Seguramente debía estar luchando contra ella misma para saber si hace una cosa u otra. Debatiendose por tener valor de aclarar su inquietudes o bien por dejar que la timidez la venciera. Si, definitivamente, lo que tenía esa joven era timidez en el cuerpo. Tal vez fuera solo con los de su género o tal vez fuese con todos. No se conocían de nada ni él a ella ni ella a él; no sabían nada el uno del otro. No sabía que habría pasado en la vida de esa chica; si simplemente era un comportamiento de naturaleza o generado por alguna situación que le creó esa inseguridad.

Soltó un pequeño suspiro y se revolvió el pelo con la mano mientras caminaba por el pasillo, ya entrando en el baño. Le estaba dando demasiadas vueltas al asunto y ciertamente no tenía porque. No iba a pretender conocer a alguien en cuestión de minutos y más si la otra persona no estaba dispuesta a ello; tampoco es como si él fuera un cotillo que lo único de lo que se preocupaba era de saber los secretos de los demás. Nada más lejos de eso. Precisamente él sabía lo que era tener a ese tipo de gente alrededor y los odiaba.

Buscó por los estantes un pequeño barreño que llenó de agua templada y seguidamente un trapo mínimamente suave con el que poder limpiarle la herida. Allí estaban bien prevenidos, después de todo, en su oficio a veces había también que curar heridas. Él lo sabía de primera mano sin embargo si a la muchacha se le ocurría preguntar ni se le ocurriría explicarle los detalles, sería demasiado traumante para aquellos que no estaban acostumbrados a ese mundo. Ella no lo estaba; seguro.

No tardó demasiado en encontrar lo que buscaba, saliendo y volviendo de nuevo hacia su habitación. Por el camino podía escuchar sonidos provenientes de las habitaciones compañeras y alguna que otra estaba puesta en la puerta, descansando mientras se pensaba si bajar o no. Únicamentele miraban con una sonrisa pícara, hablando sin necesidad de palabras. Él por otra parte solo sonreía, le importaba bien poco lo que pensaran que haría con ese agua; ya procuraría sacar a la muchacha discretamente para que nadie la viese.

Para su sorpresa al entrar en la habitación no encontró a nadie. Ha escapado; pensó inmediatamente mientras caminaba hacia la mesita y dejaba allí el barreño con agua que tenía dentro el trapo. Soltó un suspiro pues no podía evitar preocuparse por la herida, sin embargo, una vocecilla hizo que se le quitara de un plumazo pues era la chica que le llamaba.

Caminó hacia donde le habia parecido escuchar la voz y se puso en cuclillas, instantaneamente saliendole una sonrisa de los labios al observarla allí, escondida bajo la cama. - ¿Se puede saber que haces ahí? - soltó una pequeña carcajada, revolviendose con una mano el flequillo; se había preocupado para nada pero estaba contento de que no se hubiese marchado. - Nadie iba a entrar en mi habitación y, de haberlo echo, hubiesen pensado que eras mi clienta; no tenías porque preocuparte - tomó su mano y con cuidado la ayudó a salir de allí, poniendola sobre la cama estirada.

- Desdeluego, mira que esconderte ahí debajo - murmuró ahora caminando hacia donde había dejado los "instrumentos" de curación -por llamarlos de alguna manera- y volviendo hacia donde estaba - A ver ¿dónde tienes la herida? A lo mejor ha empeorado al estar ahi debajo, además, hace tiempo que no le doy un repaso así que sin duda te habrás manchado por algún sitio de polvo - se sentó en el borde de la cama, por el lado donde estaba ella tumbada y colocó el barreño sobre la mesita de noche. - Esta habitación se ensucia enseguida - comentó en un susurró llevando una de sus manos hasta un brazo de la muchacha, sacudiendo la tela de ropa que llevaba encima pues se había ensuciado levemente de polvo.

Esa estaba siendo una de las situaciones más raras vividas dentro del burdel; para todo había una primera vez ¿no?.

por **Zavannah Dellepiane** Vie Mayo 27, 2011 9:53 pm

Solté un suspiro cuando sentí que de nuevo el corazón seguía con sus palpitaciones, era Adam, no podía estar más feliz. Me gustaba el peligro pero no la clase de peligro en donde alguien pudiera provocarlo, lo mire con cara de pocos amigos, se estaba riendo de mi preocupación pero de cierta forma lo entendía, yo me reiría de solo verme-¿En serio quieres saber lo que hacía aquí?-pregunte tendiéndole las manos para salir ayudada de mi fuerza, me acomode en la cama saltando un poco y me quede quieta-Bueno me estaba escondiendo pero ahora que lo dices de esa forma creo que si fue algo estúpido ponerme bajo la cama…soy una tonta-me rasque una mejilla con los dedos, manchándome de polvo que acumule durante mi visita al piso por segunda ocasión en esa noche. No estaba acostumbrada a que alguien se preocupara por mi o tuviera atenciones, siempre habíamos sido yo y mi alma, desde que tenía un año según me contaba los gitanos con los que vivía cuando mi tía seguía con vida. No podía quedarme quieta, era algo extraño que pasaba en mi cuerpo, sobre todo cuando no estaba yo sola…el movimiento era una coraza para evitar que pudieran mirarme fijamente por más de dos segundos.

Apoye las palmas de las manos sobre el colchón mientras veía con interés todos los utensilios que había traído-No suelo llamar mucho la atención y pensé, pensé que podría…bueno olvídalo-decirle que por un momento pensé que lo habían descubierto con una gitana no era buena idea tampoco era bueno decir que no confiaba en que guardaría el secreto de mi entrada a ese lugar, me callé sabiendo que al final de toda esa experiencia con él acabaría diciendo lo que en verdad pensaba-Yo puedo hacerlo, la sangre es asquerosa y no quieres verla-abrí y cerré los puños para que me tendiera las cosas, toda la verdad era que no me gustaba que me tocaran, ni siquiera un poco, ni por afecto y la herida en toda la pierna no era de gran ayuda. ¿Qué era lo que pensaba? De seguro con solo verme había cruzado por su mente que yo era la chica más rara que había visto en su vida-Siento si te causo problemas, solo quería ver porque había un chico entre tantas mujeres, yo no sabía que habían chicos que son cortesanos-torcí el gesto al pronunciar esa palabra, sonaba tan extraña en el género masculino.

-Creí que aquí solo se venía por las mujeres lindas pero ahora que sé que hay hombres no estoy muy segura de la clase de clientes que pueden venir-era todo tan confuso, mientras más pensaba más preguntas y dudas salían ¿Solo las mujeres venían en busca de hombres? ¿O también hombres buscaban hombres? Jugué a mover mi cuello cuando la tensión de solo pensar en eso se acumuló en mi nuca, era mejor no pensar del todo porque las respuestas podrían descolocarme. Era tonta e infantil, para mis 18 años se podía decir que no sabía mucho sobre muchas cosas, le había estado huyendo al mundo desde que tenía memoria y a veces, solo a veces –como en esa ocasión- deseaba saber más, no ser tan ingenua y un poco más interesante, como las chicas del burdel que seguramente tenían historias que contar. Sonreí solo un poco para demostrarle que no me caía mal, mi sonrisa solo fue una mínima parte de lo que en verdad podía sonreír, las sonrisas completas –como yo las llamaba- no salían muy a menudo. No era muy simpática y por lo visto tampoco me tenía autoestima.

por **Jean-Luc Tessier** Lun Mayo 30, 2011 5:37 pm

Adam dejó que ella misma se limpiara la herida pues notó ciera adversión a que la tocara. Podía entenderlo perfectamente o bueno, tal vez no porque él era todo lo contrario. Sin embargo si era capaz de aceptar que otros tuvieran sus manías, su pasado y sus buenos motivos para no agradarles el contacto ajeno. Le producía cierta curiosidad, para que negarlo, era inevitable que se preguntara el pasado que habría tenido la muchacha más no era propio preguntar o quedaría demasiado mal. Tal vez con el tiempo si podría hacerlo, cuando viese que le tenía algo de más confianza. Él no tardaría mucho en cojersela -como le pasaba casi siempre- pues tenía confianza en las personas.

Dejó caer sus manos sobre las rodillas y la miró fijamente. Concretamente lo que miró fue su herida. Ahora que recordaba el como se la había echo sentía que había sido innecesaria pues la caída resultó bastante tonta. Únicamente porque quería escapar de él, lo más probable por la misma razón de ese desagrado a la hora de que la tocarla. Ya lo había intentado en un par de ocasiones; como cuando acortó su distancia y la reacción fue la misma.

Parpadeó un par de veces y volvió a mirarla a la cara, se estaba produciendo un silencio algo incómodo mientras ella se curaba. No le agradaban demasiado ese tipo de situaciones. - No me resulta asquerosa, de echo me gusta - el comentario salió por su solo mientras volvia a mirar a la herida, más enseguida se dió cuenta de que no debería haber dicho eso. Si ya le tenía una especie de miedo ¿qué se supone que iba a pensar ahora? que era una especie de maníaco o peligroso, seguro - Eh..no debería haber dicho eso, olvidalo - rió suavemente para disimular mientras su mano iba hasta su propio cabello, alborotandolo un poco.

Se levantó y caminó hacia la otra parte de la cama, tumbandose al lado de la chica. - Tal vez sería mejor que continuaras sin estar muy segura - comentó poniendose sus manos de almuhada y mirando hacia el techo pero hablandole a ella en respuesta de sus propias palabras - Creeme, sé de lo que hablo - la miró de reojo y seguidamente volvió a mirar hacia el techo. Para él eran cosas normales pero sabía que la chica podía llevarse unas buenas sorpresas. Simplemente el echo de que hubiese hombres que también le contrataran a él se hacía bastante escandaloso para la sociedad. Y como esa muchas más cosas que el trataba en el día a día; no por ello dejaba de ser consciente de que para los demás no eran normales. De que si le dijera toda, absolutamente toda, la verdad a sus conocidos o a la gente le acabarían por creer loco de los gustos que tenía.

- Aunque podría aventurarme a decir que eres bastante curiosa - pensó en voz alta volviendo a mirarla de reojo, apareciendo ahora una pequeña sonrisa en su rostro - ¿me equivoco? - alzó una ceja. Si estaba allí escondida donde la habia encontrado, en la puerta de un burdel y sin pretensiones de contratar ningún servicio lo más provable es que se hubiese acercado puramente para cotillear el ambiente que había dentro. Porque no estaría acostumbrada a ello. Porque seguramente se había aburrido de su vida monótona y quería cambiar un poco de aires.

Esto solo eran especulaciones suyas, podía bien estar allí por otro motivo que a él no se le pasara por la cabeza.

por **Zavannah Dellepiane** Mar Mayo 31, 2011 7:04 pm

Sonreí triunfante cuando dejo que yo misma hiciera el trabajo, me acomode en la cama mientras que con una mano mojaba el trapo y después de quitar e exceso de agua lo pasa con cuidado por encima de la herida, hice algunas muecas pues aunque el líquido estaba totalmente limpio algunas partes de piel enrojecidas se encontraban algo sucias debido al polvo. Solté una risita sincera cuando escuche decir que le gustaba la sangre, eso era nuevo, no escuchaba a muchas personas decir que les gustaba la sangre-Está bien-conteste mientras me inclinaba para no dejar sin limpiar ni un pequeño espacio-Solo dices lo que piensas y no lo encuentro raro, solo…curioso-desvié la mirada un par de segundos para mirarlo fugazmente, al final no me parecía que fuera malo, su comentario de la sangre me había causado gracias y era un punto a su favor para que yo pudiera abrirme a él. El peso se disipo en un parte diferente de la cama me sentí tonta porque lo más probable fue que lo incomode pero me sorprendió bastante que se situara justo a mi lado-No lo sé, a veces me siento muy ajena al mundo debería salir más.-

No entendía porque hablaba de él sobre esas cosas, suponía que muy en el fondo comenzaba a agradarme. Sabía lo que pensaban de los gitanos y asociaba que algo parecido hablaban de las cortesanas pero sobretodo de los cortesanos, no era muy normal pero si habían mujeres… ¿Por qué no hombres? Las cosas en mi cabeza se iba aclarando, volviéndose mucho más concretas y obvias-No te juzgo-comencé a jugar con los dedos por el borde de la cama, simulando piernitas de tamaño minúsculo-Y tienes razón, soy bastante curiosa pero no pensé que iba a ser descubierta, quería saber… ¡No!-me corregí a mí misma-Solo quería ver cómo era una noche común en un burdel de esta clase-Yo conocía otra clase de burdeles, había pisado uno de esos lugares y no precisamente en las mejores circunstancias…ahí parecía que la vida no pintaba tan mal -¿Por qué lo haces?-me levante de la cama tomando entre mis brazos el recipiente en donde había traído el agua y poniéndola en una mesita que encontré-Vamos dime que no lo entiendo-regrese sobre mis pasos hasta la cama, tararee una canción mientras jugaba con las pulseras que colgaban de mi muñeca y recordé lo que le había tratado de regalar cuando mi torpeza decidió delatarme.

Saque la pulsera e improvise una clase de nudos para que en vez de que lo usara en la mano, lo guardara en un lugar secreto-No le hice ningún conjuro y te va a proteger de cualquier cosa que seas incapaz de distinguir, no seré la gitana más especial pero de algo deben de servir mis amuletos-me encogí de hombros y para evitar que saliera corriendo o algo por el estilo puse la ya reinventada pulsera en la cama, cerca de él. Viviendo en mi mundo todas las auras me parecían iguales, no prestaba atención a nada pero ahora en esa habitación en donde solo podía ver su aura me di cuenta de que tenía un color bastante divertido, no suponía un peligro para mí como yo siempre creía de las personas “Así es él Zavannah” eso decía el color de su aura. No se acercaba porque quisiera hacerme algo como ese hombre al que me vendió mi tía, él era así por su trabajo. Trabajo que seguramente debería de estar llevando a cabo en vez de estar platicando con un ejemplar de inadaptada.

Off: Quedo feo, corto y raro x_X Lo siento u.u

por **Jean-Luc Tessier** Miér Jun 01, 2011 2:11 pm

Sus suposiciones acertaron de pleno y realmente no le sorprendió. Había mucha gente tan curiosa como ella o por lo menos en el aspecto del burdel; a veces parecía que aquello fuese un templo. Un templo en el que solo podían entrar aquellos que buscaran placer y lujuria. Aquellos que su corazón estuviese lo suficientemente corrompido como para llegar a pedir esa clase de placeres a otras personas. Personas que inclusive algunos podían decir que eran enviados de satanás para tentar y provocar a la humanidad. ¿A caso se podían decir más chorradas de una sola vez? Adam había escuchado de todo sobre la gente que habitaba allí por las noches y lo mismo qu escuchaba él lo escuchaban los demás. Por eso mismo suscitaba tanta curiosidad en aquellos que eran tan puros como para que su conciencia le tuviese permitido siquiera acercarse. Claro que, para todo había una primera vez y una vez puede que tu conciencia gane pero dos no. Al final acababan pasandose para cotillear, algunos solo eso y otros acababan cayendo en la tentación. Oh sí, no era la primera vez que Adam se encontraba con un caso así.

Sin embargo, esta muchacha parecía ser verdaderamente inocente, tanto como para preguntarse que servicio harían los cortesanos y como para no imaginarse que en esa profesión habría también hombres. Puede que se mantuvieran algo más escondidos, en menos cantidad y con una tarifa algo más cara pero no por ello dejaban de existir. Únicamente era poco usual distinguirlos de los clientes habituales; lo que si no era tan dificil de distinguir era a las mujeres que los iban buscando de las cortesanas. Lamentablemente su vestimenta las delataba por ambas partes.

Soltó una pequeña carcajada cuando la notó algo nerviosa dado que sus palabras empezaba a entrevesarse sin saber que decir y sin más agarró el objeto que le estaba ofreciendo, por segunda vez en la noche - Vaya, debo agradecertelo y esta vez si que no pienso devolvertelo eh - Chasqueó la lengua y agarró el accesorio con su mano, lanzandolo una vez al aire para agarrarlo con rapidez e introducirlo en el bolsillo de su pantalón. No creía demasiado en los amuletos ni esas cosas más ¿qué daño hacía que te protegieran? seguro que mal no le iria aquello. Por el mismo motivo tampoco había discriminado nunca a aquellos que se hacían llamar gitanos, eran simplemente un tipo de personas más pero al fin y al cabo personas ¿por qué tratarlos diferente?.

De nuevo la pregunta del millón le atacaba a los oidos "¿Por qué lo haces?" Oh, si le hubiesen pagado un franco por cada vez que lo había escuchado tendría una pequeña fortuna ahorrada a base de eso. Y esque era la curiosidad de todos, más de aquellos que conocían su estatus en la jerarquía. Por lo general los del burdel no hacían demasiadas preguntas, todos suponían lo mismo, para sobrevivir ¿Quién pensaría que le gustaría hacer algo como eso? Por eso mismo podrían considerarlo loco de hacer saber a la gente sus gustos. - ¿Así que quieres saber porque lo hago? - apartó las manos de su cabeza y se volteó ligeramente, mirando con una sonrisa pícara a la muchacha. Sonrisa que nada bueno traía.

En un rápido movimiento la cogió de una mano y la atrajo hacia él, quedando así bajo su cuerpo, atrapandola con una mano a cada lado de su cuello y una pierna a cada lado de su cintura. - Pues precisamente para poder hacer cosas como estas a jovencitas inocentes como tú - rió suavemente algo bromista, era obvio que esa no era la razón, mejor dicho, esa no era toda la razón pues eso claro que le agradaba. Antes de que pudiese hacerle nada, tal vez empujarle como reacción, bajo sus labios hasta el cuello ajeno y tras rozar con su piel unos segundos acabó por tomar un trozito entre ellos, succionando con fuerza.

No podía dejarla ir de allí sin alguna muestra de su trabajo; como buen cortesano que era siempre fiel a su trabajo le agradaba dar lo mejor de sí mismo. Excusas y más excusas.

por **Zavannah Dellepiane** Jue Jun 02, 2011 6:04 pm

Era la primera vez que alguien aceptaba algún regalo mío, me hacía sentir no tan extraña en medio de un mundo en donde los prejuicios estaban a la orden del día. Suponía que era cosa de que hasta cierto grado ambos pertenecíamos a grupos mal vistos ¿Por qué me miraba así? Inútilmente trate de recorrerme hacia un espacio de la cama que se encontraba vacío pero él fue más rápido y mi cuerpo muy tonto-¿Qué…que haces?-tartamudee tensando el cuerpo y aventándolo hacia atrás para obligarlo a soltarme, coloque el antebrazo en su pecho para ejercer presión con suerte mi peso lo haría aflojar el agarre que tenía en mi cuello con sus manos y en mi cintura con sus piernas-¡Suéltame!-levante la voz, no quería sonar desesperada pero estaba tan cerca que las ideas se me nublaban dejándome como una persona nada racional. El no quería un abrazo-ojala hubiera sido eso-, yo tenía razón en sonar como una loca-¡Au…Auch!-me queje al sentir succionado mi cuello como sanguijuela, eso no era lindo y no me había gustado.

No medí mi fuerza en ese momento y como pude lo empuje-¿Qué te pasa?-me lleve las manos a la zona en donde había puesto sus labios y frote ligeramente tratando de quitarme esa sensación, nadie me había tocado de ninguna forma, ni un beso, caricia, abrazo ¡Nunca! Y él en dos segundos había hecho eso-¿Qué está mal contigo?-le grite levantándome rápido de la mullida cama y caminando hacia la puerta, me había agradado ese chico cortesano pero con su actitud volvía a entender porque siempre me retraía en mi propio mundo-No sé qué clase de mujeres vengan a verte pero yo no entro en esa clasificación ni por equivocación- eso principalmente lo decía no por faltarle el respeto a las mujeres que lo buscaban si no porque en ninguna clase de mujer encajaba yo, ni en las bonitas, ni en las de mucha clase o las intelectuales. Balance un brazo con violencia para después dirigirlo a la manija de la puerta, no me importaba salir y que me vieran, me echaran o me castigaran quería simplemente irme de ese lugar-Y por cierto, para tocar a alguien o lo que sea se necesitan dos ganas de tocar y en este lugar una persona no tiene ganas-cerré la puerta tras de mí sin girarme a ver qué pasaba detrás.

Mis grandes zancadas al parecer causaron alboroto adentro del recinto pues no tarde en llegar a la puerta cuando alguien ya me había tomado del brazo sacudiéndome y gritando cosas sobre lo que era. Era un hombres de gran y estatura, mayor y con cara de pocos amigos seguramente se trataba de algún cantinero, hombre de la limpieza o alguien que supiera como se manejaban las cosas ahí adentro-¿Qué te robaste?-apretó con fuerza mi brazo incluso podría asegurar que no lo hacía para no dejarme ir si no para hacerme daño en verdad-¡Gitana! ¿Qué te robaste?-las imágenes del burdel comenzaron a moverse, todo iba de arriba hacia abajo.

-No…no me robe nada lo juro…-trate no moverme para que el dolor de cabeza parara pero no funciono, solo sentí como como su mano comenzaba a hurgar entre mi ropa y eso con todo y dolor de cabeza no lo iba a tolerar. Con la mano libre lo detuve en el acto, cosa que me salió contraproducente pues me tomo por la mandíbula e hizo presión en contra de los huesos-Le dije que no me había robado nada-escupí y después solté un golpe tan fuerte como pude en su cara solo para defenderme, acto seguido sentí su mano estrellarse son saña contra mi mejilla. Me trague las lágrimas y me hice para atrás pues la fuerza del golpe me había empujado en contra de mi voluntad-¡No se acerque o le juro que…!-pise una de las piedras que se habían regado con anterioridad en la puerta y volví a terminar en el piso.

-¿O que gitana?-patee antes de que pudiera llegar a mí pero el muy listo me tomo del cabello rompiendo la diadema de piedritas que llevaba contra la frente.

Podía hacer dos cosas. Dejar que me llevara a donde él quisiera, que me torturaba y seguramente debería dejar que me matara o gritar por mi ayuda, no solía hacer esto último pero ¿Qué podía ser peor?-¡Adam!-mis pulmones se inflaron lo más que pudieron para dejar pasar el aire en un grito que llamaba a ese chico, su nombres salió fuerte y claro acompañado de algunas lagrimitas involuntarias, si no bajaba pues de cierta forma estaba en su derecho yo no era nadie y lo había tratado mal.

por **Jean-Luc Tessier** Lun Jun 06, 2011 2:02 pm

Sus ojos miraban fijamente al techo y sus manos permanecían extendidas en la cama. Parpadeó un poco antes de cerrarlos como si de dormir se tratara, estaba completamente estirado en el centro y solo. Sí, la alegre muchacha le habia dejado; y de que manera. Lo cierto esque estaba un tento desconcertado, podía darse cuenta entonces de lo poco acostumbrado que estaba a que le rechazaran ¿cuándo habia sido la última vez?. Por norma solía caerle bien a todo el mundo y a menudo las mujeres sucumbian a sus encantos, no es que lo hiciera con algún propósito fuera del de pasar un buen rato con ellas pero él simplemente era así por naturaleza. No podía evitar coquetear e intentar seducir a cual mujer bella pasara por su camino. Estuviese o no comprometida, le interesara o no. Aquel había sido un claro caso de desinterés por la otra parte.

Se pasó una mano por el rostro, frotandoselo suavemente para despejarse y seguidamente se levantó de camino al baño. No le había agradado su reacción, para que negarlo, tal vez estaba demasiado acostumbrado a lo otro pero aún así la respetaba. Sabía las consecuencias que traían sus actos, la mayoría de veces se salvaba más esa le había tocado recibir. Para todo hay una primera vez en su vida, aquella no habría sido la suya ni mucho menos pero sí la primera en varios meses. De echo ya no se acordaba de la última. También cabía decir que cuando estaba con una mujer en la cama no era precisamente porque pensara rechazarle, esa situación había sido extraña en todos los sengidos.

Abrió el agua fria del lavamanos y tras mojarse ambas manos se lavó su propia para para refrescarse, pasandose algo de agua también por el cabello. Hacía mucho calor e independientemente de eso necesitaba un soplo de aire frio que le trajera de vuelta. Todavía permanecía un poco ido después de esa repentina huida. Ahora que lo pensaba ¿habría podido salir de allí? Él la mantenía escondida y si los veían juntos no pasaba nada ¿pero una muchacha sola por aquel lugar? a pesar de todo no pudo evitar preocuparse levemente. Lo que le había echo no tenía importancia comparado con lo que podrían hacerle a ella si la encontraban deambulando, si tenía la mala suerte de encontrarse con alguien de no muy buenas pulgas.

Y por el repentino grito de su nombre le dió la sensación de que no había tenido la suerte que necesitaba. Se secó con la toalla y sin pensarlo se encaminó hacia donde procedía el grito, bajando las escaleras. Allí estaba ella; nada más y nada menos que con uno de los matones de la madame. Los había contratado después del último robo que había sufrido el burdel y solían venir en las horas de más clientela, cuando los que habitaban allí no podían estar pendientes. La situación se ponía fea.

- Ey Fred, deja a la muchacha - murmuró a la misma vez que se cruzaba de brazos y apoyaba el perfil de su cuerpo en una de las paredes. Su voz debería haber sonado defensiva pues estaba ciertamente preocupado pero lo que de verdad se escuchó fue desinterés; indiferencia. - ¿Vaya así que tenemos una rata? Menos mal que estás tu aquí - le guiñó el ojo al "mastodonte" de hombre, todo un armario de dos por dos al que no vencería ni con armadura y una espada. Su cuerpo empezó a moverse en lentos pasos hasta acortar la distancia, poniendose en cuclillas frente a la muchacha, agarrandola del mentón - Es bastante bonita; creo que podriamos pasarla bien ¿eh, preciosa? - su sonrisa era maliciosa y en ningún momento se parecía al Adam que había estado anteriormente con ella. - Dejamela a mi, estoy aburrido y se me antoja darle un castigo - miró de nuevo al hombre y seguidamente éste le soltó del cabello; riendo - Toda tuya, asegurate de que no vuelva por aquí - sin más Adam la agarró por el brazo con fuerza y la arrastró escaleras arriba, abriendo la puerta con fuerza y cerrandola de un portazo, que se notara lo supuestamente enfadado que estaba. Una vez dentro la soltó, apoyandose de brazos cruzados sobre la puerta.

Soltó un suspiro y se deslizo suavemente hasta quedar de nuevo en cuclillas. - ¿Que no te dije que no salieras? - su cara demostraba que se había quitado un gran peso de encima más su voz era más bien de regañina; aunque no demasiado severa - Que te estiraran del pelo es lo menos que te podría haber echo ese tipo de creer que habias robado algo ¿ya me crees? - alzó el rostro para mirarla, pasandose una mano por el pelo para revolverselo de nuevo. Habia tenido la suerte de que no le había relacionado con el nombre que ella gritó o de ser así podría pensar que estaban "compinchados" y entonces se habría liado todavia peor.

por **Zavannah Dellepiane** Miér Jun 08, 2011 12:53 pm

Había entendido rápidamente que Adam solo actuaba, dudaba que se hubiera enojado conmigo por rechazarlo. Me deje llevar de nuevo hasta su habitación, las lágrimas seguían saliendo por el susto que me había llevado y eso era bueno, por lo menos para él ya que si hubiera respondido a mi llamado como Adam seguramente a los dos nos hubiera ido bastante mal. Me acomodé en el piso acicalándome el cabello mientras trataba de tomar aire el cual se entrecortaba al momento de pasarme por la garganta-Lo sé-me talle los ojos-Y si te creo, solamente quería salir no pensé que me fueran a ver-yo era buen mezclándome entre la gente, parecía una sombra a la que nadie veía porque no era de precisa importancia pero en una misma noche me habían visto-Tal vez algo está pasando conmigo pero bueno es normal en donde solo trabaja gente bonita, la mota fea tenía que sobresalir-recite mis conjeturas en voz baja, tratando de hallar la solución al problema de que mi perfil bajo ya no funcionaba. Lo mire-En serio no quería llamarte pero ese hombre era enorme y a veces no tengo mucha suerte con lograr escapar-torcí el gesto-¿Tú no me harías nada o sí?-era obvio que no podía salir porque me agarrarían de nuevo.

Me hice para atrás hasta que mi espalda pedo con el colchón de la cama, haría el menor ruido posible, sería como algún mueble, le causaría el menos de los problemas mientras esperaba a que abajo fuera seguro. El silencio comenzaba a incomodarme, igual no era de esas chicas que les gustara hablar solamente para que un chico les prestara atención, yo no quería atención de nadie ni siquiera de un chico pero ya me había salvado dos veces no quería parecer antipática-Normalmente no soy así-Esa era una mentira-Solo no me gusta que me vean prefiero fluir con las personas, nada de llamar la atención ni cosas muy extrañas-caí en cuenta de que lo que decía seguramente para él no tenía sentido y que mis palabras no eran muy sabias ¡Era una gitana! Aunque no quisiera tenía que ser vista por todos los demás como alguien extraño ya fuera por las costumbres, vestimentas o apariencia pero aun así…sobresalir era lo contrario a mí, en cualquier situación prefería simplemente quedarme en un rincón, no encajaba en ningún lugar.

Ahora, incluso estando en un burdel, sentía le necesidad de estar a la altura de ese chico que amablemente había ido a salvarme, era mucho más amable que yo, era guapo, tenía ángel y no era raro-¿No necesitas trabajar en un burdel cierto?-después de mi larga lista de cualidades sobre Adam llegue a la conclusión de que tal vez era un cortesano que no necesitaba serlo, solo lo hacía por placer y porque algo agradable encontraba en dar su cuerpo a desconocidas y desconocidos. No lo entendía del todo, cada quien era feliz con lo que hacía y sabía porque lo hacía pero que no necesitara hacerlo era muy inquietante-Creo que para ti es comida lo que para mí es veneno…somos tan diferentes-finiquite pasando las yemas de los dedos por el piso, curiosamente esa parte no tenía polvo pero si metía los dedos más allá todos saldrían de un color grisáceo.

por **Jean-Luc Tessier** Vie Jun 10, 2011 2:41 pm

Alzó una ceja ante esa autodescripción que estaba haciendose la muchacha. Realmente era muy extraña, tanto como para producirle curiosidad. O mejor dicho era muy diferente del tipo de gente con la que solía juntarse habitualmente. Más sabía que el que fuese gitana no tenía mucho que ver; Éabann era gitana y una de sus mejores amigas. Simplemente era su carácter, no se daba cuenta de lo mucho que destacaba no solo por su físico si no también por la aura de inocencia que la rodeaba. Y claro, en aquel lugar ese tipo de auras no abundaban demasiado, podían verse a lo lejos. Demasiado a lo lejos.

Suspiró y se dejó caer en el suelo, estirando una de sus piernas y flexionando la otra de manera que pudiese apoyar ahí su brazo. Se revolvió suavemente la melena antes de volver a mirarla. A pesar de la situación que acababa de pasar no parecía demasiado asustada, solo unas pequeñas lágrimas habían adornado su rostro instantes atrás más lo encontraba totalmente normal dado el momento. Ya sería demasiado raro que en una persona como ella -o lo que conocía de ella- no se derrumbara mínimamente; posiblemente no estaría acostumbrada a que la trataran de esa manera si tanto le gustaba pasar desapercibida ¿o tal vez se equivocaba?.

La miró de nuevo tras salir de sus pensamientos y ladeó ligeramente su cabeza con tal de estar cómodo - Parece que no acabas de entender la situación, no tiene nada que ver el que seas fea o bonita - murmuró haciendo una pequeña pausa - de echo eres bastante hermosa - aclaró con una pequeña sonrisa pero que enseguida se vió ensombrecida por un rostro ligeramente serio para continuar. - Pero lo que te hace más vistosa es esa aura de inocencia que te rodea ¿tu de verdad crees que aquí no se darían cuenta de eso? probablemente ese hombre lo que quería era "castigarte" a su manera y dado que pareces una gitana no le costaría demostrar que habrías robado algo. Cualquier excusa es buena. - mientras hablaba él también iba pensando en el asunto. Y posiblemente ella no sería tan poco vistosa como creía ser, precisamente, por esa misma inocencia que la hacía tan atrayente. Esa misma era la que no le hacía darse cuenta de lo que podía significar su presencia. Por esa misma no había sabido advertir lo que podría causar en un lugar como aquel repleto de maldad y oscuridad, de vicio y lujuria. Cosas demasiado distantes a las que ella estaría acostumbrada.

Se sorprendió cuando le preguntó tan directamente eso ¿Cómo podía saberlo? Sus ropas eran holgadas y perfectamente normales. Según había comprobado varias veces nada le delataba como de un nivel económico superior al de la media. Aún así seguía habiendo gente que le encontraba un aire lo suficientemente refinado como para sospechar - Para empezar yo creo que soy uno de los mejores panecillos que has podido encontrarte por aquí, si para tí eso que te he echo ya te ha causado tal desagrado mejor que ni te llegues a plantear contratar los servicios que te pueden ofrecer aquí - le señaló con un dedo la marca que le había dejado en el cuello - Ese chupetón es mi marca, suelo hacersela a mis clientes en ese lugar concreto, si te ven salir de aquí con eso sabrán que has sido una cliente mía. En parte por eso te lo hice, siento si te asusté - se rascó ligeramente la nuca con una sonrisa aparentemente amable. No mentía pero también lo había echo para probarla, para probar hasta que grado podía ser inocente y, para que negarlo, por diversión. - En cuanto a los motivos por los que trabajo aquí..¿Cómo puedes saber si trabajo aqui por necesidad o por placer? Que yo sepa no te he dado a entender en ningún momento que esto lo hacía por gusto - su voz sonó ligeramente dura, como si el comentario le hubiese enfadado u ofendido.

Apariencias, todo apariencias. Pero una vez más quería ponerla a prueba y también, de paso, saber un poco sobre eso que hacía a otros sospechar de su vida como hijo del señor DuPont.

por **Zavannah Dellepiane** Vie Jun 10, 2011 11:45 pm

Hice una mueca de disgusto cuando lo oí pronunciar la palabra “hermosa”-No entiendes-susurre algo malhumorada y al mismo tiempo desesperada de que no captaba lo que quería decir, no me gustaba que me dijeran lo especial que era o no, prefería que se guardaran sus comentarios para ellos, yo erala única que podía saber esas cosas-La gente no se da cuenta de que paso por la calle ¿Sabes? Soy feliz con eso y creí que aquí funcionaría-me excuse haciéndome cada vez más pequeña en el rincón que ya me había apropiado. Me sentía regañada y lo más patético de la situación era que me estaba dejando regañar por un chico de casi mi edad, seguramente más maleado pero al final éramos casi de la edad. Me toque el cuello como acto instinto de que señalara lo que ya había hecho, esperaba que se quitara pronto, no quería tener esa marca durante mucho tiempo y menos recordar que la obtuve sin siquiera pedirlo.

Rodé los ojos algo cansada de su letanía-Gracias por salvarme-¿Quería escuchar decir eso? Bien, ya lo había dicho, no quería seguir recordando ese mal momento. De igual forma pronto olvidaría eso a propósito solo para no pasarlo tan mal-¿Qué cómo lo sé?-solté una pequeña carcajada, podía ser muchas cosas extrañas pero extremadamente tonta no era-¿Has visto cómo caminas? Bueno esa pregunta fue tonta pero ¿En serio no te das cuenta tú mismo de los pasos que das? Como te comportas, tu forma de caminar es muy…es como si no hicieras mucho esfuerzo, te lo dice alguien que su mejor amigo es el piso y que de clase tiene nada-lo mire jugando con los cabellitos rebeldes que me comenzaban a salir en la sien-Así es como lo sé y bueno también por el color de tu aura-baje la mirada para contar las líneas del piso.

No me gustaba contar sobre lo que algunos gitanos podíamos hacer, esperaba que no hiciera más preguntas pero hablar de un tema sobrenatural, por así decirlo no era muy común-Es diferente, no está turbio…eres una buena persona gadyè-termine mi pequeña conclusión con un suspiro de derrota, al final él había ganado. Era una paranoica y me había portado mal con él, aunque me hubiera hecho un chupetón en el cuello según él no lo había realizado con afán, tenía el derecho de mi duda, por primera vez se la daría a alguien-¿Entonces no me vas a decir? ¿Lo haces por qué disfrutas? Ya lo sé pero quiero escucharlo de ti-apoye los codos en el piso, hostigándolo con la mirada, quería saberlo y nada ni nadie me impediría saberlo, pestañee varias veces aun sintiendo la molestia de las lágrimas que antes me habían salido pero sin dejar de mirarlo-Sé que quieres decirme pero creo que tu no crees que yo soy de confianza-enredé mis palabras para expresarme, puse la yema de mi dedo índice en el lagrimal del ojo derecho tallando esperando adoptar una actitud sería y nada infantil como cuando le grite-¡Juro que soy de confiar!-levante la mano que tenía libre y le dedique una sonrisa totalmente sincera.

Mi bipolaridad me mataba, pero más que bipolaridad era volubilidad se tenía que abordarme en el momento indicado para poder ver otra faceta de esa personalidad tan loca que me conformaba.

por **Jean-Luc Tessier** Lun Jun 13, 2011 4:58 pm

La respuesta que tanto le importaba le dejó sorprendido. Nunca se había parado a pensar en la manera en la que caminaba ¿A caso la gente se fijaba en eso? Se quedó simplemente anonadado de ver que por lo menos ella si lo había echo. Nunca se le llegó a pasar por la mente, no solo porque él no le daba ningún tipo de importancia al caminar si no porque además se consideraba que caminaba como cualquier otra persona, que recordara, no le habían enseñado nunca una manera especial. En todo caso la manera de sentarse a la mesa o comer, los típicos formalismos y buenos modales en esos si podría distinguirsele pero al igual que en la parla si no era oficial solía comportarse de manera bastante campechana. ¿Todos aquellos que se dieron cuenta debió ser por eso? se preguntó ausentandose unos minutos de la conversación aunque manteniendo su vista fija en el frente.

Fija hasta que escuchó que de nuevo volvía a preguntarle el motivo. Suspiró y sonrió levemente. Sin decir nada se levantó y caminó hasta dond ella se encontraba - No es eso - desde arriba puso una mano en la cabeza de la muchacha y le revolvió el cabello, a la misma vez sentandose de piernas cruzadas a su lado. Rió ligeramente sabiendo que el que le revolviera el pelo la molestaría, las mujeres con lo coquetas que eran no les gustaba nada que les tocaran el peinado - Simplemente esque no puedo entender que por el como camino la gente sepa si soy o no soy de estos barrios, te aseguro que allá arriba tengo que comportarme de una manera completamente distinta - señaló con una mano -concretamente un dedo- hacia arriba, refiriendose obviamente a la clase alta de la que procedía. No tenía mucho sentido ocultarselo cuando estaba tan decidida de sus orígenes, aunque también le hubiese gustado saber que cara pondría si se lo negara. Seguramente habría dicho que no confiaba en ella, ya empezaba a conocerla.

Se cruzó de brazos y la miró volteando el rostro, desde arriba de una manera ciertamente altiva - Pues sí, soy un muchachito rico que hace esto por placer - sus labios se fruncieron ligeramente y su voz simuló remilgos que no solía utilizar a parte de cuando bromeaba, como en esa ocasión. Más no pudo aguantar demasiado porque enseguida se echó a reir - Pero la mayoría de mis mejores amigos no proceden de allí si no de estos barrios, aqui es donde mejor conecto con la gente - confesó esta vez sincerandose con la muchacha, apoyando sus codos sobre la cama de maner que estuviese más cómodo - Aunque si mi padre se enterara de esto creo que me deportarían al lugar más alejado de la tierra.. - murmuró en voz bastante baja mientras ladeaba la cabeza, pensando en voz alta sin pretender que ella lo escuchara.

Al darse cuenta de que se había perdido volvió a mirarla y sonrió - ¿Y qué hay de tí? ¿De dónde procedes? Yo te he contado mi historia, cuéntame tu la tuya - no pretendía que le contara sus más oscuros secretos -más bien dudaba que hiciera eso- simplemente que empezara a desenvolverse un poco con él, de esa manera, lograría incluso que olvidara dónde se encontraba.

por **Zavannah Dellepiane** Lun Jun 13, 2011 7:38 pm

Había empezado a entenderme con él, eso era bueno. Me acomode el cabello enmarañado detrás de la orea poniendo especial atención en sus palabras que verdaderamente me sorprendían, siempre había creído que todos los pertenecientes a la clase alta eran engreídos, con sus engreídas vidas perfectas que adornaban con engreídos lujos, que me sacaran de mi error fue como caer en un río con una corriente salvaje-Nunca me imaginé eso-susurre para mí misma refiriéndose que él podía tener incluso más amigos en los barrios pobres. Gire la cabeza para verlo cuando susurro aquello que seguramente se le escapo, no quería preguntar y ser una entrometida como normalmente pues ya era lo suficientemente rara como para incomodarlo, tampoco quería juzgarlo ya lo había hecho con anterioridad y fue un error por el cual tuve que redimirme con una simple y bonito “gracias”-Yo creo que eres más que un muchachito rico-imite los sonidos que el hizo tratando de soltarme a reír estrepitosamente-Y…al final del día cada quien sabe porque y como hace las cosas, tu padre no se tiene porque enterar, encontrarás la manera de seguir haciéndolo, yo lo sé-lo mire, no era la clase de comentario que se escuchaba comúnmente pero yo no era buena dando consejos y mucho menos llevándolos a cabo, vivir al día y sin planes era lo mío.

Me lleve las manos al cabello y lo sacudí, revolviéndolo más de lo debido, tratando de ganar tiempo en ese acto tan extraño, reí de forma incomoda y desvié la mirada hacia él-¿En serio quieres saber?-hablar de mi pasado no me entusiasmaba, en pocas palabras hablar sobre mí no era algo que me parecía muy importante o relevante, las personas eran interesante yo no pero si quería saber ¿Qué demonios? ¡Lo sabría! No tenia nada mejor que contarle-Je suis de l'italie ¿Mi francés está bien?-pregunte en forma de broma, definitivamente no me importaba como me vieran los demás ni mi patético acento al tratar de hablar otro idioma pero quería compensar mi actitud grosera con él siendo un poco más graciosa-Según me contaron mi mamá estuvo muy mal cuando se embarazo, todos pensaban que íbamos a morir pero bueno no fue así fue como un milagro que las dos viviéramos-me pase los dedos por la mejilla para tallarlos-Siempre fui enfermiza y tengo mala suerte, mis papás murieron cuando tenía un año por una de las tantas persecuciones contra nuestro pueblo-lo mire pensando si decir lo siguiente o guardarlo para mí-No los recuerdo así que nunca los extrañe-mi espalda empujo el borde de la cama en donde estaba recargada y me fui acostando en el piso para mirarlo desde abajo, el cuello comenzaba a dolerme.

-Quedé a cargo de mi tía, esa fue mala suerte, ella no quería un estorbo y apenas hacía lo esencial por mí no le importaba si moría o no, eventualmente me comenzó a dejar sola…no recuerdo pero creo que a los 7 años empecé a trabajar para ella, si no le traía el dinero que quería me castigaba-tenía una gran lucha interna para no mostrar que tan mal la pasé en toda mi vida, ya suficiente había tenido él con salvarme de un guarro como para consolarme por chillona.

-No era una buena mujer-negué con la cabeza tratando de recordarla-Me hizo entrar como bailarina cuando tenía 15 años pero dos años después pensó que lo que hacía ya no le daba buenas ganancias-trataba de evitar las imágenes mentales moviendo las manos enfrente de mi cara, separándome de la historia lo más que podía-Un día se enojó y me vendió a un burdel, debieron de pagarle bastante bien porque no regreso por mi…Lastime a uno de los tipos que trato de tocarme, no supe que le pasó con exactitud pero escapé y tontamente fui a buscar a mi tía a pie…para cuando llegue ella ya estaba muerta-suspire, no podía sentir lastima pero el simple hecho de hablar sobre como la encontré me hacía retorcerme de los escalofríos-Y esa a grandes rasgos es mi vida aburrida-quite las manos para verlo y sonreírle, toque las cobijas de la cama pues pude ver unos cuantos hilitos salirse de su lugar, mi ociosidad se volvía peligroso porque en el momento en que me empeñe en jalar los retazos de tela sin querer todo se empezó a deshilachar más de lo debido, abrí la boca ligeramente y me gire para quedar boca abajo mientras seguía jalando-Yo ahm…lo siento-deje el rollito de hilo en el piso, escondiéndolo lo más que pude-¿Crees que soy muy rara?¿Serias amigo de alguien raro?.-

por **Jean-Luc Tessier** Mar Jun 14, 2011 9:01 pm

Las palabras de la joven alegraron bastante a Adam pues en cierto modo parecía que se estaba acompasando un poco a él. Lo suficiente como para darle su opinión sobre él mismo o algún que otro consejo. La miró con una sonrisa de agradecimiento y seguidamente rió con su broma, alzando el pulgar a modo de afirmación a la vez que guiñaba un ojo divertido. Le sorprendió ligeramente el saber que era de Italia pues su acento estaba bastante bien, él mismo se había tenido que acostumbrar al Francés desde su llegada y tampoco le resultó del todo fácil pasar de hablar todo el día Inglés a aquello. Obviamente eran lenguas diferentes y por tanto su esfuerzo requerían ambas, la Inglesa siempre le había salido más natural debido a su crianza, en Inglaterra.

Sin embargo, esa sorpresa no fue nada comparada con la que vino después. Cuando empezó a contarle su historia se la quedó fijamente mirando, con cara de interés que era lo que realmente tenía si, pero por dentro estaba, como decirlo, ¿a cuadros? La misma muchacha que instantes antes había salido corriendo o se había mostrado distante ahora le estaba contando toda su historia. Y sin duda eran cosas que parecían haberle costado bastante superar, no cualquier niñeria. Él era consciente de que toda su vida hasta el momento podía considerarse como un camino de rosas en comparación con la vida de muchos otros, como por ejemplo, esa chica que tenía en frente. Sus caminos eran totalmente distintos y allí estaban, juntos, charlando sobre sus cosas. A veces le resultaba increible el transcurrir de la vida.

Parpadeó al darse cuenta de que en sí mismo estaba empezando a irse por las ramas y por suerte esta vez no se perdió nada de la conversación. Ya empezaba a saber sobrellevar sus pensamientos con las charlas, sobretodo cuando éstas eran lo suficientemente interesantes como para que su subconsciente almacenara las palabras.

Rió de nuevo al observar el lio que la chica se estaba haciendo con la tela de la sábana y llevó una mano hasta su cabello, de nuevo revolviendoselo. Notó que la otra vez no se había molestado demasiado por lo que la pondría a prueba una segunda vez - Ah ¡Qué haré! La has estropeado, ahora la madame me castigará - alzó la voz y también los brazos a modo de "teatro"; como si aquello fuese en verdad una desgracia. A los pocos segundos de permanecer en silencio la miró esbozando una maliciosa sonrisa - No pasa nada boba y ¿qué es eso de que eres rara? - alzó una ceja y apoyó uno de sus codos en la cama, reposando el otro sobre una de sus piernas flexionadas - ¡Como si no lo supiera! - rió y la señaló con una mano, como aquel que acusa a otra persona. Todo sin dejar el teatro aunque con cierta parte de verdad - Es broma, es broma - suspiró y sacó la lengua ligeramente como una carantoña - Pero ¿quién no es raro en esta vida? Todos lo somos incluso los que no lo aceptan; esos son los más aburridos de todos ¡Por Dios! Que muermo de gente. - rió de nuevo y consideró aquello como una respuesta a su pregunta; no hacía falta que dijera un notorio si, era obvio que lo que él pensaba lo afirmaba rotundamente.

Ladeó la cabeza y volvió a señalarla, esta vez acercando el dedo hasta su nariz donde la rozó ligeramente en un suave respingo; bromeando de nuevo - ¿Y tú? ¿Serías amiga de alguien raro y además loco? - apoyó su cabeza en el puño de la mano que reposaba sobre la cama y dejó la otra caer al lado de su cuerpo. Aquello era claramente una proposición de que fuesen amigos pues ¿Quién más raro y loco que él? Por lo menos en ese cuarto.

por Contenido patrocinado

Wild Child

Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child

Re: Wild Child