Labios Sedientos [Libre]

por **Daniel Blackwood** Vie Mayo 20, 2011 2:45 pm

Acabo se salir de un callejón el sabor a sangre aun inunda mi boca, mi camisa estaba manchada d y mis labios estaban aun gritando de desesperación por escapar de los lazos de las mujeres que me seducían para caer en sus brazos y dejar mi cuerpo al descubierto para regozijarse y disfrutar del sabor de mi sangre, la cual saboreandola no me resulta nada gratificante.

Las hermosas calles parisinas estaban amaneciendo, la niebla se dispersaba las luces se apagaban poco a poco y la gente empezaba a despertarse, el olor a croissant en las esquinas de las panaderias, los carteles de establecimientos ajados que se abrian y los primero rayos de sol. Mis piernas flaquearon y tuve que apoyarme en la primera pared que encontre.
"[i]Estas hecho un debilucho"pensé riendome, intentaba no pensar en la cantidad de sangre que habia perdido ese mismo día, necesitaba comer en abundancia y un buen baño.

Me incorporé como pude y mis pasos me llevaron hasta unos escalones de una fuente de agua en la que me agache y empece a beber agua y escupirla limpiandome la cara. Me senté un buen rato y cerro los ojos casi dormido absorvido por el cansancio

por **Jasmine Rashid** Vie Mayo 20, 2011 4:36 pm

Sentada en el coche mirando por la ventanita pensé en los preciosos trajes que iba a encargar hacer en pocos minutos. Tenía una cita con la mejor costurera de la zona, la colección que tenía en la casona me cansaba y quería darme un capricho (otro más).

La mañana se me antojaba algo fría para la época en la que estábamos. Había mucha niebla y la humedad que esta creaba no me agradaba para nada. Todo tenía un aspecto lúgubre, sin vida, no se movía ni una sola hoja de los árboles que adornaban el camino…

Al doblar la esquina, el sonido de la pequeña fuente que allí se encontraba hizo que me girara… Pero mis ojos vieron más allá de la fuente, “¿Era aquello un hombre tirado en el suelo?” Mandé parar al cochero, los trajes podían esperar.

- Baje y mire si necesita ayuda o simplemente es un borracho más.- Era una orden y aunque no de buen gusto, ató los caballos y se acercó a la fuente.

- Señorita, este hombre está sangrando. Creo que necesita un doctor urgentemente…

Me baje del coche y me acerqué, deprisa pero con cuidado de no mojar mi vestido. Cuando le vi la cara... “¡Dios mío, Daniel!” Me quedé paralizada, pero mis labios consiguieron pedir al cochero que me ayudara a meter a Daniel al coche. Di la orden de volver a casa y de llamar a un medico en cuando fuera posible.

Con Daniel tumbado a mi lado no podía pensar con claridad, “¿qué le había pasado para estar en semejante estado?” No estaba inconsciente pero tampoco despierto del todo, balbuceaban cosas pero no conseguí entender ni una sola palabra.

Una vez en casa y con la ayuda del servicio le tumbamos en la cama donde el doctor pudo atenderle, mientras yo daba vueltas de un lado a otro de mi espaciosa habitación.

- No se preocupe Mlle. Rashid, es cierto que ha perdido mucha sangre pero este hombre es joven y fuerte. En un par de horas despertará, dele de comer y abundante agua. Todo quedará en un buen susto. – dijo sonriendo el doctor.

- Muchas gracias, doctor, le estoy tremendamente agradecida por haber venido tan rápidamente. Que tenga un buen día.

Dejé descansar al Sr. Blackwood en la cama y me senté en la butaca de al lado junto al ventanal dispuesta a esperar que despertase, con un buen libro.

por **Daniel Blackwood** Sáb Mayo 21, 2011 2:38 am

La boca seca me hizo despegar los ojos atontados y empezar a enfocar con delicadera dónde me encontraba, no era mi casa desde luego y mis manos se posaron en el blando colchon que olia dulce y bien como a perfume de mujer. Lleve mi mano a los labios ya no habia nada y tenia en el hombro y el torso una venda que envolvia la parte de mi cuello que la vampira habia mordido.

Giré la cabeza y vi a una mujer de larga melena negra sentada en un sillon , bastante caro y cómodo que parecia leer un libro apoyada contra la ventana.

La mujer se giro para mirarme y sonrió, era Jasmine con razón era mi protectora y mi amiga, me habria encontrado donde me quede moribundo y decició rescatarme. Al contrario que las dos mujeres con las que habia tenido acercamiento ayer, esta era de tez morena como lucía algunos de los gitanos, pero su color era como la arena del desierto, solo el palparla transmitia un calor electrizante, su melena abundante caia por sus hombros y tenia los ojos más azules que habia logrado mirar en mi vida. Suelo tener la mala costumbre de mirar a los ojos, mis ojos son verder pero cuando se tratan de ojos claros me es incomodo mirar hay gente que también le pasa conmigo.
La verdad que no sabria que más pensar o decir de ella asi que pense que lo mejor era , agradecerselo como era debido-Señorita Rashid, ¿cómo me encontró?¿Qué hago aquí?. Es usted muy considerada y por mi buena fortuna que usted apareció para ayudarme, tengo que contarla una cosa Mademoiselle.

por **Jasmine Rashid** Sáb Mayo 21, 2011 5:09 am

Tras algunas horas de reposo, escuché como Daniel se movía entre las suaves sábanas. Me giré para mirarlo, apoyando mi lectura en las rodillas. “Por fin ha despertado” pensé aliviada.

Me levanté y me acerqué a la cama son una sutil sonrisa mirándole a esos magníficos ojos verdes que tenía, aunque su mirada no era del todo limpia… “aún está débil”. Al ver como me acercaba, me contempló e intentó incorporarse, me dedicó una media sonrisa y me habló:

-Señorita Rashid, ¿cómo me encontró?¿Qué hago aquí?. Es usted muy considerada y por mi buena fortuna que usted apareció para ayudarme, tengo que contarla una cosa Mademoiselle.

- “Tranquilo M. Blackwood. No tenga prisa. Primero debe recuperar fuerzas, coma algo y beba en abundancia, eso es lo que recomendó el doctor que lo ha atendido Monsieur”-le calmé. “Hice un gesto a la sirvienta para que se acercara con el agua y los bollos rellenos”

Tras comerse todo lo que le ofrecí y calmar su sed, se dispuso a relatarme lo ocurrido aquella noche hasta el momento en que lo encontré.[/size]

por **Daniel Blackwood** Dom Mayo 22, 2011 4:33 am

Me incorporé al borde de la cama y comi todo lo que me habian traido, tenia bastante hambre como un canino y hambriendo perro, cuando terminé bebi de un trago un buen vaso de agua y me quede en silencio frente a mi amiga antes de contestar

-Verá Señorita Rashid, la verdad es que estuve en la taberna, jugueteaba con mi reloj y le daba cuerda-Cuando nombre a la taberna Jasmine levantó la deja como si acabara de descubrir la verdad de mi estado asi que me apresuré añadir lo siguiente- Una Dama me invito a unirme a su mesa, mantenia una charla amigable con su camerar a la que yo estaba espernado para ser servido, pero para mi desgracia. su perfume era dulce, su pelo sedoso largo y negro, y su voz aterciopelada tenía todos los atributos de una dama hermosa-Jamine seguia mirandome pero ahora con cara de enfado-No, escucheme que ahora viene lo peor. Algo me seducio y al salir de la taberna me vi envuelto en un callejon con ella frente a mi pidiendome, casi como suplicandome, que me dejara morder, lo cual me parecio raro, me mordió el labio me besó y acto seguido empezo a hacerme daño a debilitarme y absover toda la sangre que podia.-Esto hizo abrir los ojos de mi amiga y llevarse su mano a los labios-Señorita Rashid, fui atacado por una mujer, vampira.

por **Jasmine Rashid** Dom Mayo 22, 2011 9:36 am

No me lo podía creer. Mi abuela me había contado historias sobre esos seres, pero siempre como cuentos que entretienen a los pequeños de la casa. Ahora empezaba a asustarme, Daniel no tenía por qué mentirme e inventarse semejante salvajada.

- “¿Co.. cómo era? ¿Le sedujo? ¿Le hizo daño?” – No sabía ni que decir. – “¿Y..ahora eres…? Me está diciendo que es… No, menuda chorrada. Es de día y está bien. Discúlpeme M. Blackwood.” – debía estar pensando que mi comportamiento era ridículo…

Me levanté, dispuesta a salir de la habitación pues no estaba cómoda en aquella situación. Pero la mano de Daniel tomó la mía e intentó tranquilizarme, aunque ahora que estaba sentado al borde de mi cama con su torso desnudo aquello parecía poco probable… “Este día está resultando demasiado surrealista…”

por **Daniel Blackwood** Dom Mayo 22, 2011 11:39 am

Sentí la muñeca caliente de Jasmine cuando la vi y me llamo la atención lo suave que la tenía, note un silencio incómodo no era correcto tocar a una mujer estando solos en una habitación y yo con el torso desnudo.
-Jasmine somos amigos los dos hemos huido de nuestra tierra y hemos venido aquí, lo que te estoy contando no son cuentos, ni estoy representando una obra teatral, no pretendo asustarte y mucho menos abusar de tu confianza pero, son reales, utilizan artimañas para encandilar a la gente, solo quiero que tengas cuidado te aprecio demasiado como para que te ocurriera nada malo-diciendo esto último la solté, ella se giró sobre sus pasos y me miro-Has sido muy amable acogiéndome y llamando al doctor. Ella salió por la puerta sonriendo y en silencio.
Me levante de la cama, me puse la camisa blanca y frente a la ventana empecé a vestirme como es debido a ponerme el pañuelo en el cuello , el chaleco atarme los zapatos. Cuando teminé bajé las escaleras de la casa saludando al servicio y buscando a Jasmine.
La encontré en la sala de abajo apuntando con pluma y tinta un registro de las cosas que había comprado para su futura tienda.
-Vaya, si que se ha gastado una pequeña fortuna señorita, no obstante creo que deberíamos ir a dar un paseo y si gusta a un buen café para que me cuente todo sobre su pequeño imperio administrativo –La dije a su espalda sonriéndola.

por **Jasmine Rashid** Dom Mayo 22, 2011 12:35 pm

No pude resistir más. O me alejaba de él, de su tacto, de su olor, de sus ojos… o no sabía que podría llegar a pasar. Salí de la habitación, tras su explicación, dejándole a solas con su ropa limpia y seca.
Me dirigí a la sala que recientemente había comenzado a usar como despacho para organizar los gastos que estaba teniendo a causa de la inminente apertura de mi tienda.
A los pocos minutos escuché como se abría la puerta. Daniel perfectamente vestido entró sonriendo, rodeó el escritorio en el que me encontraba y miró los apuntes un tanto descaradamente.
-“Vaya, si que se ha gastado una pequeña fortuna señorita, no obstante creo que deberíamos ir a dar un paseo y si gusta a un buen café para que me cuente todo sobre su pequeño imperio administrativo” – comentó pícaro.
“No desperdicia una oportunidad” pensé divertida. La verdad es que no tenía nada que hacer ya que mis planes para ese día se habían ido al traste cuando lo encontré tirado en la calle.
- “¿Prefiere salir a pasear por calles parisinas o por el jardín y después tomar una copa de vino en el salón?” pregunté soltando una sonrisa traviesa. Yo también sabía jugar cuando era necesario y puestos a pasear con un amigo tan… atractivo, lo mejor era intentar tentarlo para hacerlo en terreno seguro. Mi casa.

por **Daniel Blackwood** Mar Mayo 24, 2011 7:11 am

Me quedé meditando mi respuesta, pero me sentia en deuda con mi amiga asi que decidí plantear una alternativa que supuse nos complaceria a los dos.-Mademoiselle, creo que deberia pasar tiempo en su tienda, esta proxima su apertura y yo podria ayudarla a pintarla o colocar los muebles o lo que haga falta-la dije con tono amable y sonriendo siempre-Y después podriamos ir a comer a un buen restaurante un buen venado o algo por el estilo-me sonroje al decirlo-sepa que ahora no pero dentro 10 minutso volvere a tener hambre y quiero invitarla a comer-me reia y ella tambien o hizo al escuchar esto último.

Me senté en la sala en un sillon individual cuando ella subio por las escaleras para arreglarse y prepararse, me disponia a jugar con el reloj que siempre llevaba encima y con mis manos dando golpes sobre mis piernas estaba solo en la habitacion, ningun empleado del hogar estaba presente y podia disfrutar de hacer cosas que podrian estar fuera de lugar en compañía de dicha mujer.

Bajó por las escaleras y decidí abrir la puerta cuando escuché sus pasos esperandola abajo, estaba preciosa, llevaba un vestido más sencillo, supuse que para moverse por esa tienda y tras ella iba un sirviente con otro vestido en sus manos que se subio con el cochero. Abri la puerta del coche y ayude a la señorta entrar y yo tras ella sonriendo.
-Tengo ganas de ver su tienda-dije mirando por la ventana cuando el coche empezó a moverse.

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