Enemigos en las vias [Takeshi Yamamoto]

por Invitado Lun Mayo 23, 2011 11:28 am

-Seguramente mi madre pensaría que es mala idea viajar en ferrocarril después de que sospechan de lo que soy. Ya ni siquiera nuestros amigos más cercanos de la alta sociedad piensan en mi familia como cercanos. Ahora que mi madre está en España, no queda otro motivo por el cual quedarme en Londres. Mi hermosa Violeta sucumbió a la locura y se quito la vida. Pero ¿Si alguien la hizo así? Tal vez un poder más grande que el cielo y el infierno, ese poder que yo también tengo y que sirve a la oscuridad.

Voy en el tren de Londres, me dirijo a si donde tenga que dirigirme, lejos de la ciudad, de la vida que viví de y del dolor que sentí. El tren es amplio, pues en mi cabina, aunque es económica, vienen cinco personas aparte de mi, todas vestidas decentemente, como yo, usando saco y zapatos bien lustrados, ropa normal para un lugar como este. Los asientos son de color rojo pálido y el maletero sobre nuestras cabezas es de madera finamente tallada, incluso se nota el aroma como si hubiera estado recién acabada. Frente a mí una familia de clase media platica entre ellos, la mujer es finamente bella, blanca y de ojos de color, y el caballero moreno y con buen porte, su hija pequeña apenas alcanza el suelo del lugar.

-Que vida más feliz llevan-pienso-espero que nadie les quite ese felicidad como me la arrebataron a mí.

Volteo hacia la venta ya veo a los dos jóvenes a mi lado, dos chicos que miran sonriendo hacia el paisaje que nos dan los bellos bosques de mi tierra, casi puedo sentir las hojas de los arboles. A Violeta le gustaba como cuidada las plantas, solía decir que deberíamos de poner un negocio y nombrarlo The Tree of Life. Que en ese lugar crecerían nuestros hijos y correrían por el piso de madera, jugando entre las flores y semillas del lugar. Así me imaginaba mi felicidad.

Mientras me hundo en la nostalgia siento algo. Por educación a mis compañeros de viaje, había optado por no usar mi empatía con ellos, asique no sentía sus sentimientos, pero esto es diferente, es un gran hueco negro, lleno de dolor, sangre y resentimiento, hundido en venganza y en odio.

-Permítanme, debo de ir al servicio-les digo con total educación a lo que ellos asienten con la cabeza y me retiro. Sin que lo noten, cierro la puerta con seguro, para protegerlos.

Camino por el pasillo, aun sintiendo ese enorme monstruo de sentimientos envuelto en una bolsa negra de ira. Pero por mas que avanzo no lo siento más cerca, como si estuviera encima de mi.

-Está arriba-me digo a mi mismo volteando hacia el techo.

por **Takeshi Yamamoto** Jue Mayo 26, 2011 7:50 pm

Movimientos molestos a causa de la velocidad, el tren se parecía mucho a una carroza por el viaje movido y a ambos los odiaba. El único medio de viaje lo había dejado en Londres. Un impulso me hizo volver a esa tierra, a ese mismo lugar donde los “míos” sucumbieron ante mis garras, en aquel lugar donde murió un joven idealista y con ganas de superarse alejarse de esa vida y poder ser libre. La libertad vino de una forma diferente y allí estoy unos años después en un rincón del vagón observando con mis cuencas negras a un hombre regordete de mejillas rosadas a causa del licor. Viene de Londres allí fue donde lo encontré el maldito destino hizo esa jugarreta riéndose en mi cara y trayendo a esa victima ante mí, malos recuerdos tengo de ese hombre pero ahora es tiempo de revivirlos, él pedirá perdón y besara mis pies.

Un vaso de whisky en mi mano derecha más un tabaco encendido en la izquierda, esas dos cosas son las que me acompañan este día mi vista no perderá al tipo, mi navaja aun no debía mostrar su filo demasiada gente alrededor un descuido no es aceptable en estos casos solo debía ser paciente esperar el momento indicado y atacar sin dar tregua. Bebí un sorbo de mi vaso y me levante al mismo tiempo que mi presa, vacíe el líquido dejando pasar un tiempo para que el sujeto se adelantara y no se supiera que le seguía.

La paciencia es una virtud y yo la estaba perdiendo cada vez más el sujeto ingresaba a u mar de gente como si supiera lo que esperaba, cada movimiento hecho lo hacía con nerviosismo y cierto temor. Ese hombre de alta sociedad sabía que estaba allí asechándolo pero mi rostro no lo reconocería ya que en el tiempo en que pago por poseer mi cuerpo yo tan solo tenía 9 años, mi rostro ya no mostraba temor las lágrimas ya no corrían al momento de sentir ese dolor, aun creía en dios esperaba que me rescatara de ese infierno que bajara por mí y me llevara lejos a un paraíso con las únicas mujeres que me han amado e incluso perdieron la vida por mí. Los recuerdos quedaron atrás pero la melancolía no es algo que conozca ya no me afecta en lo más mínimo. Le sigo nuevamente al bar sentándome en la mesa de fondo quedando oculto por las sombras el humo del tabaco pareciera producirse solo y en cada fumada el resplandor del fuego hace que mi rostro aparezca por breves segundos como si de una aparición se tratase.

por Invitado Lun Mayo 30, 2011 11:10 am

La presencia que siento se mueve, ahora acompañada por otra, dos corazones oscuros, uno persiguiendo al otro. Incluso la oscuridad le teme a la oscuridad.

Camino, disimuladamente, por el pasillo. Los pasajero suelen mirarme al pasar, pero no lo ven como algo extraño, han de decir “un sujeto mas”. Si supieran lo cerca que están de un brujo, una criatura que detestan y al escuchar lo que soy, pensarían en tirarme por las vías o encadéname y quemarme en alguna de las estaciones o -¿Qué tal si creen que todos perecieron en Salem?-pienso, pero al otro lado del mundo, la mayoría de los brujas y brujas que pasaron, eran de magia negra, muy pocos como yo.

Pronto llego a un mar de personas, seguramente porque salen de sus cabinas hacia el vagón comedor, la hora de la comida se acerca y posiblemente también saldrán los que deje encerrados en mi cabina-Ya no hay de otra-pienso suspirando, haciendo que el seguro de la cabina, ya lejos de mí, se quite para asegurar que mis compañeros de viaje salgan.

-Eres un alma muy atormentada--digo al sentir uno de los corazones negros-Tu compañero, por otra parte, sufre más por ser un atormentador ¿Venganza es lo que buscas? Lo mataras frente a toda esta gente ¿Es así como funciona la cacería?

Camino entre las personas, esquivándolas, pidiendo disculpa de manera excesiva, pero con mucha paciencia y educación. No tengo por qué involucrarlos en cualquier conflicto, que por alguna razón, tengo la necesidad de acabar.

Entre la gente, vislumbro a un sujeto algo robusto caminando con prisa, es uno de los corazones oscuros, pero ahora lo siento con miedo, el cual va aumentando poco a poco mientras se aleja de mi-el perseguido…¿Dónde está el perseguidor?

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