AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
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Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Llegaron juntas. Tomadas del brazo como si de viejas amigas se tratase aunque acabaran de conocerse en la joyería de enfrente. El lugar era muy refinado y distinguido, y se encontraba casi lleno por hombres y mujeres elegantemente vestidos. Los meseros recorrían rápidamente el lugar, con la frente en alto y las manos ocupadas con bandejas de plata e infinidad de platos de aspecto delicioso… y costoso, muy costoso.
Por un momento Antha se sintió como si regresara a su antigua vida, una en la cual ella estaría en su ambiente, rodeada de personas de su misma clase ante las cuales no debería sentirse avergonzada o menospreciada. Ahora era distinto, temía que solo por sus vestiduras, que a toda gala eran inferiores a las de los comensales, fuese rechazada, incluso a pesar de estar acompañada por Yulianna.
– ¿Es aquí donde deseas almorzar? – preguntó un poco insegura. Sabía cómo comportarse, eso no le preocupaba, pero no quería que Yulianna sufriera un momento negativo por culpa de la clase a la cual ahora ella pertenecía y la segregación de la que sabia la gente en el lugar era capaz… al fin de cuentas ella misma había sido así en el pasado. “Por supuesto que es aquí donde desea estar, ¿Por qué si no te trajo?” pensó mientras se forzaba a tomar coraje y levantar la cabeza para, a continuación, avanzar hasta la mesita elegida por su compañera.
Se sentó haciendo alarde de su educación, tomando su tiempo para acomodar sus enaguas y luego, sacudiendo la cabeza suavemente para despejar su rostro de cualquier cabello indiscreto que quisiera salirse de su lugar. - ¿Vienes a menudo? – le preguntó intentando abrir la conversación e intentando que, con esta forma natural de comportamiento, se apartaran las miradas indiscretas que poco a poco empezaban a posarse en ellas.
Por un momento Antha se sintió como si regresara a su antigua vida, una en la cual ella estaría en su ambiente, rodeada de personas de su misma clase ante las cuales no debería sentirse avergonzada o menospreciada. Ahora era distinto, temía que solo por sus vestiduras, que a toda gala eran inferiores a las de los comensales, fuese rechazada, incluso a pesar de estar acompañada por Yulianna.
– ¿Es aquí donde deseas almorzar? – preguntó un poco insegura. Sabía cómo comportarse, eso no le preocupaba, pero no quería que Yulianna sufriera un momento negativo por culpa de la clase a la cual ahora ella pertenecía y la segregación de la que sabia la gente en el lugar era capaz… al fin de cuentas ella misma había sido así en el pasado. “Por supuesto que es aquí donde desea estar, ¿Por qué si no te trajo?” pensó mientras se forzaba a tomar coraje y levantar la cabeza para, a continuación, avanzar hasta la mesita elegida por su compañera.
Se sentó haciendo alarde de su educación, tomando su tiempo para acomodar sus enaguas y luego, sacudiendo la cabeza suavemente para despejar su rostro de cualquier cabello indiscreto que quisiera salirse de su lugar. - ¿Vienes a menudo? – le preguntó intentando abrir la conversación e intentando que, con esta forma natural de comportamiento, se apartaran las miradas indiscretas que poco a poco empezaban a posarse en ellas.
Antha Feuer- Humano Clase Media
- Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 21/03/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Llegaron juntas. Cogidas del brazo. Yulianna acababa de elegir una mesa. No demasiado apartada del resto, pero lo justo como para que el sol no les molestase demasiado. Era el lugar que Yuli siempre elegía, pues iba a menudo. No cada día, pero si unos cuantos por la mañana, cuando sus amigas iban por su tienda, que se encontraba a un par de manzanas, y las invitaba a desayunar, como ocurría con su nueva amiga, con Antha.
Se sentó y vio a Ivann. -Hola querido. ¿Cómo le ha ido la mañana? -preguntó mirando la carta, pero por educación, pues ya sabía lo que tomaría. -Por favor... lo de siempre. Zumo de cítricos, café y un croissant. Gracias. / ¿Trae nueva acompañante? Dijo él que parecía sorprendido, o un loco enamorado, pues miraba a Antha de arriba a abajo. Y Yulianna no entendía nada, pero entonces vio que el grupo de cuatro señoras que se encontraban en la mesa de al lado también las observaban. Y comprendió todo. Antha no era una muchacha de clase alta. ¿Cómo no lo había notado antes? Pero es que sus modales eran impolutos, así como su arrogancia, si debida insolencia, y sus gestos. Pero si se notaba la falta de cuidado en el cabello bien peinado, pero no por una muchacha que no fuese ella, y en los encajes de su vestido. Pero eso a Yulianna le daba igual. ¿Acaso eso era motivo de chismes? Sabía que la ciudad en la que se encontraban, en París, esas cosas llamaban la atención, así como ver a un joven con una viejita, o como ver a un hombre salir de un cabaret era lo más normal... Pero esas eran cosas que aunque sucedían cada día, y en esos tiempos, ella no llegaría a entender nunca. Nunca. Pues no era su naturaleza.
Miró a su acompañante con una amplia sonrisa. -¿Decidió?-en ese momento se topó con un colgante que ella llevaba. Le resultaba tan tan conocido.... pero no lograba saber de qué le sonaba... hasta que miró su pecho, entre el que se encontraba un colgante largo. Era de oro, y llevaba una insignia, la inicial del nombre de Yulianna, es decir, la "Y". ¿¿Sería el de Antha igual? Sabía que la había visto antes. Y seguramente habría notado ésta como lo observaba. Con una duda en la mente. Ese colgante solo lo tenían las mujeres de la alta sociedad reunidas en las fiestas de alta categoría. Era una marca. Como un pasaporte de entrada. Eso significaba mucho. eso quería decir que ellas ya se conocían.
Se sentó y vio a Ivann. -Hola querido. ¿Cómo le ha ido la mañana? -preguntó mirando la carta, pero por educación, pues ya sabía lo que tomaría. -Por favor... lo de siempre. Zumo de cítricos, café y un croissant. Gracias. / ¿Trae nueva acompañante? Dijo él que parecía sorprendido, o un loco enamorado, pues miraba a Antha de arriba a abajo. Y Yulianna no entendía nada, pero entonces vio que el grupo de cuatro señoras que se encontraban en la mesa de al lado también las observaban. Y comprendió todo. Antha no era una muchacha de clase alta. ¿Cómo no lo había notado antes? Pero es que sus modales eran impolutos, así como su arrogancia, si debida insolencia, y sus gestos. Pero si se notaba la falta de cuidado en el cabello bien peinado, pero no por una muchacha que no fuese ella, y en los encajes de su vestido. Pero eso a Yulianna le daba igual. ¿Acaso eso era motivo de chismes? Sabía que la ciudad en la que se encontraban, en París, esas cosas llamaban la atención, así como ver a un joven con una viejita, o como ver a un hombre salir de un cabaret era lo más normal... Pero esas eran cosas que aunque sucedían cada día, y en esos tiempos, ella no llegaría a entender nunca. Nunca. Pues no era su naturaleza.
Miró a su acompañante con una amplia sonrisa. -¿Decidió?-en ese momento se topó con un colgante que ella llevaba. Le resultaba tan tan conocido.... pero no lograba saber de qué le sonaba... hasta que miró su pecho, entre el que se encontraba un colgante largo. Era de oro, y llevaba una insignia, la inicial del nombre de Yulianna, es decir, la "Y". ¿¿Sería el de Antha igual? Sabía que la había visto antes. Y seguramente habría notado ésta como lo observaba. Con una duda en la mente. Ese colgante solo lo tenían las mujeres de la alta sociedad reunidas en las fiestas de alta categoría. Era una marca. Como un pasaporte de entrada. Eso significaba mucho. eso quería decir que ellas ya se conocían.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
- Mensajes : 323
Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
La respuesta a la pregunta formulada llegó sin dilaciones al notar la manera tan fresca y desenvuelta con que Yulianna saludaba al acartonado mesero. Antha tomó aire suavemente antes de elevar la mirada hacia el joven quien, impertinentemente según ella, había preguntado sobre su presencia en el lugar. Podía sentir varios pares de ojos sobre si, incluso Yulianna la observaba ahora de una forma diferente para luego adquirir una expresión de entendimiento. Demonios, ¿era posible que, después de como la había reparado en la joyería no se diera cuenta que andaba con una chica de la sencilla clase media?
Esperaba que finalmente la joven cayera en cuenta y la despidiera, pero en lugar de esto escuchó como ella formulaba una simple pregunta que la sorprendió profundamente – Yo… - titubeó un poco antes de hablarle directamente al mesero – Tomare un jugo natural, no importa la fruta, sorpréndame… algunas rebanadas de pan y tocino… gracias– Iba a dirigirse a Yulianna cuando notó que ella miraba fijamente la delicada cadenilla que colgaba alrededor se su cuello y, especialmente, el dije que se esta se desprendía y que permanecía medio visible entre su pecho debido a la postura que tenía en ese momento.
-Disculpa, ¿ocurre algo? – preguntó mientras llevaba su mano hasta su pecho, cubriendo por completo la joya, y mirando a su vez hacia el pecho de Yulianna donde pudo observar que descansaba un colgante muy similar – Que extraño – confesó inclinando ligeramente la cabeza – Son muy similares – comentó elevando de su pecho la cadena y exponiéndola a la mirada de Yulianna. En verdad las joyas eran casi iguales a excepción que la de Antha tenía grabada una “F” mayúscula que reposaba entre arabescos. - ¿Dónde la has conseguido? – Preguntó mientras recordaba a su hermana mayor ajustando la fina cadenilla alrededor de su cuello y pidiéndole que la llevara consigo siempre que salieran. Ella le había obedecido, aunque nunca se molestara en explicarle la razón de su pedido.
Esperaba que finalmente la joven cayera en cuenta y la despidiera, pero en lugar de esto escuchó como ella formulaba una simple pregunta que la sorprendió profundamente – Yo… - titubeó un poco antes de hablarle directamente al mesero – Tomare un jugo natural, no importa la fruta, sorpréndame… algunas rebanadas de pan y tocino… gracias– Iba a dirigirse a Yulianna cuando notó que ella miraba fijamente la delicada cadenilla que colgaba alrededor se su cuello y, especialmente, el dije que se esta se desprendía y que permanecía medio visible entre su pecho debido a la postura que tenía en ese momento.
-Disculpa, ¿ocurre algo? – preguntó mientras llevaba su mano hasta su pecho, cubriendo por completo la joya, y mirando a su vez hacia el pecho de Yulianna donde pudo observar que descansaba un colgante muy similar – Que extraño – confesó inclinando ligeramente la cabeza – Son muy similares – comentó elevando de su pecho la cadena y exponiéndola a la mirada de Yulianna. En verdad las joyas eran casi iguales a excepción que la de Antha tenía grabada una “F” mayúscula que reposaba entre arabescos. - ¿Dónde la has conseguido? – Preguntó mientras recordaba a su hermana mayor ajustando la fina cadenilla alrededor de su cuello y pidiéndole que la llevara consigo siempre que salieran. Ella le había obedecido, aunque nunca se molestara en explicarle la razón de su pedido.
Antha Feuer- Humano Clase Media
- Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 21/03/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Yulianna sonrió al camarero y le dejó que se fuera. -¡Buena elección, Antha!-dijo espontáneamente. -Ya casi te estoy envidiando... Pero soy mujer de costumbres -Aseguró -Y como tal... siempre pido lo mismo. -Sonrió encantadoramente- Y me gusta. - Observó como mucha más gente llegaba al restaurante, y otros se iban, pero lo cierto era que tanto ruido le molestaba.
Tras eso y cuando todo volvió a la calma, Yulianna, hambrienta, miró de nuevo el colgante, aún con la duda de dónde lo habría conseguido.
-Pues... lo conseguí. Es una entrada para poder ir a fiestas de la alta sociedad. -Comentó -Algo ... moderno y sencillo. Pero eficaz. Nadie se cuela, puesto que es de gran valor. Es como un sello. - Lo miró. Era hermoso. Y enarcó una ceja. -¿Cómo lo conseguiste? -Ahora y sin quererlo había entrado de lleno en el echo de que Antha fuese de la clase media. Pero quizás había sido de clase alta... eso era muy interesante. ¿Por qué habría bajado un escalón en la sociedad de esos tiempos?
Su amigo y camarero llegó. Les sirvió. Todo tenía una pinta exquisita. Bebió el zumo. Delicioso. Era refrescante, natural y dulce. Aunque no demasiado. Pero después de beber se centró en su conversación. Quizás se conociesen de antes, pero no lograba encajarla...
Pensó en diversos momentos. Numerosas ocasiones en las que había hablado con elegantes mujeres... pero no concentraba sus ideas, es decir, no las centraba en su imagen.Eso quizás significase que ella había cambiado mucho, o que hacía mucho tiempo de aquello, o sencillamente que Yulianna tenía poca memoria, y la última era la más probable.
Tras eso y cuando todo volvió a la calma, Yulianna, hambrienta, miró de nuevo el colgante, aún con la duda de dónde lo habría conseguido.
-Pues... lo conseguí. Es una entrada para poder ir a fiestas de la alta sociedad. -Comentó -Algo ... moderno y sencillo. Pero eficaz. Nadie se cuela, puesto que es de gran valor. Es como un sello. - Lo miró. Era hermoso. Y enarcó una ceja. -¿Cómo lo conseguiste? -Ahora y sin quererlo había entrado de lleno en el echo de que Antha fuese de la clase media. Pero quizás había sido de clase alta... eso era muy interesante. ¿Por qué habría bajado un escalón en la sociedad de esos tiempos?
Su amigo y camarero llegó. Les sirvió. Todo tenía una pinta exquisita. Bebió el zumo. Delicioso. Era refrescante, natural y dulce. Aunque no demasiado. Pero después de beber se centró en su conversación. Quizás se conociesen de antes, pero no lograba encajarla...
Pensó en diversos momentos. Numerosas ocasiones en las que había hablado con elegantes mujeres... pero no concentraba sus ideas, es decir, no las centraba en su imagen.Eso quizás significase que ella había cambiado mucho, o que hacía mucho tiempo de aquello, o sencillamente que Yulianna tenía poca memoria, y la última era la más probable.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
- Mensajes : 323
Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Antha miró a Yulianna con expresión de asombro – ¿Esto es una entrada? – preguntó sin comprender como no se había percatado del hecho en el pasado. Bueno, pensándolo bien si había una razón y era tan simple como que había permanecido tan ocupada en sí misma y sus acompañantes que cualquier cosa habría podido pasar a su alrededor y ella jamás se daría por enterada. Era algo que le costaba admitir ahora, el saberse tan arrogante y egocéntrica como para ignorar todo lo que ocurría por fuera de la perfecta e inmaculada burbuja de cristal dentro de la cual había transcurrido su vida.
-Mi hermana me lo regalo… hace mucho tiempo – contestó frunciendo ligeramente el ceño – Aunque nunca me dijo que era, ni por qué me lo estaba obsequiando - En ese momento llegó el mesero con una bandeja entre sus manos. Todo se veía delicioso y elegantemente adornado, a pesar de lo sencillo que había sido el pedido. Antha esperó a que el joven dispusiera la mesa para luego dar un sorbo al jugo natural que le había traído.
Yulianna se encontraba ahora silenciosa y pensativa, y eso hizo suponer a Antha que debía estar indagando sobre la razón por la cual una mujer de clase media poseía aquel colgante. Probó un poco de la comida de su plato antes de hablar – Para ese entonces vivía en Italia… con mi familia – le comentó sin ahondar en el tema y manteniendo la vista fija en el plato que tenía delante. “Cuando aún tenía familia” pensó tristemente recordando lo feliz que había sido en aquella época. A pesar de todas las duras pruebas que había tenido que sortear, tenía que admitir que todas y cada una de ellas le habían obligado a abrir los ojos y le habían ayudado a entender muchos aspectos de la vida, la supervivencia, el orgullo y la dignidad que antes ni siquiera figuraban en su mente.
Después levantó la mirada y le sonrió – Aunque soy Francesa – aclaró – Y tu ¿en qué País naciste?... Y perdona si sueno demasiado curiosa pero siento en tu hablar un acento que, aunque me parece conocido, no logro identificar .
-Mi hermana me lo regalo… hace mucho tiempo – contestó frunciendo ligeramente el ceño – Aunque nunca me dijo que era, ni por qué me lo estaba obsequiando - En ese momento llegó el mesero con una bandeja entre sus manos. Todo se veía delicioso y elegantemente adornado, a pesar de lo sencillo que había sido el pedido. Antha esperó a que el joven dispusiera la mesa para luego dar un sorbo al jugo natural que le había traído.
Yulianna se encontraba ahora silenciosa y pensativa, y eso hizo suponer a Antha que debía estar indagando sobre la razón por la cual una mujer de clase media poseía aquel colgante. Probó un poco de la comida de su plato antes de hablar – Para ese entonces vivía en Italia… con mi familia – le comentó sin ahondar en el tema y manteniendo la vista fija en el plato que tenía delante. “Cuando aún tenía familia” pensó tristemente recordando lo feliz que había sido en aquella época. A pesar de todas las duras pruebas que había tenido que sortear, tenía que admitir que todas y cada una de ellas le habían obligado a abrir los ojos y le habían ayudado a entender muchos aspectos de la vida, la supervivencia, el orgullo y la dignidad que antes ni siquiera figuraban en su mente.
Después levantó la mirada y le sonrió – Aunque soy Francesa – aclaró – Y tu ¿en qué País naciste?... Y perdona si sueno demasiado curiosa pero siento en tu hablar un acento que, aunque me parece conocido, no logro identificar .
Antha Feuer- Humano Clase Media
- Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 21/03/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Yulianna sonrió levemente y escuchó sus palabras.
-Pues de ese modo podrías entrar en las fiestas de la clase alta, que perdóname que abuse de tu confianza, pero supongo que antes pertenecías a ella. -Tragó saliva y probó su croissant. Estupendo, como siempre. -No quiero que te molestes, pero veo por tus andares, por tus expresiones, por tu manera de ser que recibiste una buena educación, o que te enseñaron bien. -Sonrió ahora más ampliamente y de nuevo escuchó sus palabras.
-¿Italia? Hermoso lugar. Lo he visitado alguna vez, para ir a alguna fiesta, y a viajes con mi padre. -Bebió más zumo y de nuevo saboreó su pastel. -Y lo cierto es que tengo ganas de viajar de nuevo. De conocer más lugares y de volver a otros. -Continuó con el desayuno. Delicioso como siempre, también observando como Antha saboreaba el suyo, y como más y más gente llegaba al lulgar. Era sin duda muy visitado.
-Y sí... quiero regresar a mi país natal... a Rusia. -Esbozó una sonrisa y probó por primera vez el café que para su gusto estaba frío. Un error por parte del camarero.
-Antha... nunca diría que fueses de Italia. -Dijo de repente puesto que se había quedado pensativa. No notaba su acento, pero quizás con el paso de los años se había deteriorado. Era normal, aunque Yulianna lo mantenía y eso lo sabía. Era su país, el bello lugar donde tanto tiempo había vivido. Donde había sido feliz. Y necesitaba volver, pero había una parte de ella que no podía. Y ese no era el mejor momento para pensar en ello.
-Pues de ese modo podrías entrar en las fiestas de la clase alta, que perdóname que abuse de tu confianza, pero supongo que antes pertenecías a ella. -Tragó saliva y probó su croissant. Estupendo, como siempre. -No quiero que te molestes, pero veo por tus andares, por tus expresiones, por tu manera de ser que recibiste una buena educación, o que te enseñaron bien. -Sonrió ahora más ampliamente y de nuevo escuchó sus palabras.
-¿Italia? Hermoso lugar. Lo he visitado alguna vez, para ir a alguna fiesta, y a viajes con mi padre. -Bebió más zumo y de nuevo saboreó su pastel. -Y lo cierto es que tengo ganas de viajar de nuevo. De conocer más lugares y de volver a otros. -Continuó con el desayuno. Delicioso como siempre, también observando como Antha saboreaba el suyo, y como más y más gente llegaba al lulgar. Era sin duda muy visitado.
-Y sí... quiero regresar a mi país natal... a Rusia. -Esbozó una sonrisa y probó por primera vez el café que para su gusto estaba frío. Un error por parte del camarero.
-Antha... nunca diría que fueses de Italia. -Dijo de repente puesto que se había quedado pensativa. No notaba su acento, pero quizás con el paso de los años se había deteriorado. Era normal, aunque Yulianna lo mantenía y eso lo sabía. Era su país, el bello lugar donde tanto tiempo había vivido. Donde había sido feliz. Y necesitaba volver, pero había una parte de ella que no podía. Y ese no era el mejor momento para pensar en ello.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
- Mensajes : 323
Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Antha rio un poco, divertida por las palabras de Yulianna y al mismo tiempo gratamente sorprendida por que sus maneras aún le delataran de una forma tan obvia. Era bueno saber que, a pesar de tener que lidiar ahora con muchas tareas y dificultades naturales para la clase media, no había perdido del todo el carisma del que había gozado en antaño. Tal vez, y ahora que lo pensaba, podía resultar una buena combinación: la educación y maneras elegantes pero sin la altanería propia de las clases superiores; porque si bien ella podría ser insoportable si se lo proponía (un vistazo de esto era su comportamiento con la joven de la joyería), tenía que admitir que ahora era, no solo mucho más sociable, sino también más condescendiente y amable con aquellos con quienes se topaba, sin importar sus vestiduras o el tamaño de sus coches.
Era evidente que aquella percepción no aplicaba a Yulianna quien, a pesar de pertenecer a esta clase demostraba un comportamiento totalmente opuesto y completamente agradable y abierto.
Antha continuó consumiendo su plato con lentitud mientras escuchaba a Yulianna referirse a Italia. – Si, es en verdad hermoso, un lugar lleno de color y sonido… y muy alegre he de anotar comentó con respecto al país que la había alojado durante ese periodo de su vida. –¡Eres de Rusia! – soltó entusiasmada con la información. – Con razón sentía que acento era conocido ¿de qué parte de Rusia? ¿Viviste mucho tiempo allá o te trasladaste hace mucho a Paris? – La curiosidad aparecía de nuevo y con ella unas pocas de las muchas preguntas que se agolpaban ahora en la mente de Antha.
-Viví algún tiempo en Italia pero la mayor parte de mi juventud transcurrió aquí, en Paris –sonrió y levantó ligeramente ambas manos, extendió la palma hacia el techo enfatizando con sus gestos lo mucho que apreciaba su lugar de nacimiento y actual hogar. A continuación tomó un sorbo de jugo mientras esperaba que Yulianna respondiera las preguntas sobre su patria
Era evidente que aquella percepción no aplicaba a Yulianna quien, a pesar de pertenecer a esta clase demostraba un comportamiento totalmente opuesto y completamente agradable y abierto.
Antha continuó consumiendo su plato con lentitud mientras escuchaba a Yulianna referirse a Italia. – Si, es en verdad hermoso, un lugar lleno de color y sonido… y muy alegre he de anotar comentó con respecto al país que la había alojado durante ese periodo de su vida. –¡Eres de Rusia! – soltó entusiasmada con la información. – Con razón sentía que acento era conocido ¿de qué parte de Rusia? ¿Viviste mucho tiempo allá o te trasladaste hace mucho a Paris? – La curiosidad aparecía de nuevo y con ella unas pocas de las muchas preguntas que se agolpaban ahora en la mente de Antha.
-Viví algún tiempo en Italia pero la mayor parte de mi juventud transcurrió aquí, en Paris –sonrió y levantó ligeramente ambas manos, extendió la palma hacia el techo enfatizando con sus gestos lo mucho que apreciaba su lugar de nacimiento y actual hogar. A continuación tomó un sorbo de jugo mientras esperaba que Yulianna respondiera las preguntas sobre su patria
Antha Feuer- Humano Clase Media
- Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 21/03/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Notó que Antha estaba pensativa. Eso era normal, por todo lo que acababan de descubrir con tan soloobservar un colgante. Eran hermosos, y casi iguales. Sin duda era el que se entregaba en París. Por ejemplo, en Rusia no se hacían estas cosas, sino que iba por familias. Tú entrabas en los grandes salones y siempre estaba anotado el famoso apellido. Se lo decías al encargado y el pregonero lo citaba en voz alta. Era bueno, puesto que así todos sabían como dirigirse a ti, incluso jóvenes interesados.
-Pues pertenezco a Petrogrado, aunque mi zona favorita es San Petersburgo. -Contó animadamente. -Pero si te soy sincera hace ocho años que no me paso por allí, pero se de buena tinta que mi casa sigue en pie. Aún es mi propiedad, y se ha vuelto intocable. -Le contó sin entrar en la historia de su familia, a menos que ella preguntase, aunque se le pasó por la cabeza que quizás si supiera su historia llegara a reconocerla, pues Yulianna estaba segura de que habían coincidido con anterioridad. Pero no podría jurarlo.
-Y como te dije hace ocho años que vine aquí, después de la guerra de mi país, y de la revolución de las clases más bajas e incluso del ejército. -Dijo ahora con tristeza, pensando en el asesinato de su padre. Notó que estaba apretando con fuerza la servilleta, pero pronto se calmó y sus músculos dejaron de estar tan tensos.
-¿Y qué te gusta más? -Preguntó refiriéndose a Italia y a París.
-Pues pertenezco a Petrogrado, aunque mi zona favorita es San Petersburgo. -Contó animadamente. -Pero si te soy sincera hace ocho años que no me paso por allí, pero se de buena tinta que mi casa sigue en pie. Aún es mi propiedad, y se ha vuelto intocable. -Le contó sin entrar en la historia de su familia, a menos que ella preguntase, aunque se le pasó por la cabeza que quizás si supiera su historia llegara a reconocerla, pues Yulianna estaba segura de que habían coincidido con anterioridad. Pero no podría jurarlo.
-Y como te dije hace ocho años que vine aquí, después de la guerra de mi país, y de la revolución de las clases más bajas e incluso del ejército. -Dijo ahora con tristeza, pensando en el asesinato de su padre. Notó que estaba apretando con fuerza la servilleta, pero pronto se calmó y sus músculos dejaron de estar tan tensos.
-¿Y qué te gusta más? -Preguntó refiriéndose a Italia y a París.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
- Mensajes : 323
Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
No pasó por alto la tristeza que reflejaba el rostro y las palabras de la joven al referirse al momento en que abandonó su país natal. Al parecer el tema le traía recuerdos dolorosos y, en ese momento, la pobre servilleta que apretaba con fuerza entre sus manos, pagaba las consecuencias del camino que había tomado su conversación.
-Es deprimente que el instalarse en otro país tenga que deberse a alguna tragedia – comentó pesando en su propia historia y asumiendo que el comportamiento de Yulianna se debía a algo similar – o que algunos recuerdos sean tan dolorosos, sobre todo en alguien tan joven como nosotras, que tengamos que desquitarnos con cualquier objeto al alcance de la mano – intentó bromear mientras lanzaba una significativa mirada a la arrugada servilleta, la cual ya había sido liberada del torturados agarre.
-Oh, París por supuesto – contestó sonriente y sin meditarlo ni un segundo – Soy de las que creen que, por hermosas que nos puedan parecer otras tierras, la patria nunca podrá ser reemplazada y ningún lugar se nos hará más cautivante, sobre todo si tenemos que abandonarlo por un largo tiempo… y en contra de nuestra voluntad – concluyó con tono triste.
- Ósea que aún posees propiedades allá – comentó haciendo referencia al comentario de la casa que la esperaba en Petrogrado - ¿Planeas volver? – preguntó comparando lo poco que sabía de Yulianna con sus propios deseos. Después de todo lo ocurrido no había deseado más que regresar a París, y lo había hecho, de una forma u otra se encontraba donde quería estar - ¿Qué te hizo venir a Paris? ¿Afectó a tu familia lo ocurrido allá? – Continuó cuestionando, pues 8 años era un tiempo considerable y nadie realizaba ese tipo de traslado sin una muy buena razón detrás. Además, la intrigaba en especial el hecho de que ella hubiese mencionado las palabras “guerra” y “revolución”, después de todo podían tener más en común de lo que se imaginaba en un principio.
-Es deprimente que el instalarse en otro país tenga que deberse a alguna tragedia – comentó pesando en su propia historia y asumiendo que el comportamiento de Yulianna se debía a algo similar – o que algunos recuerdos sean tan dolorosos, sobre todo en alguien tan joven como nosotras, que tengamos que desquitarnos con cualquier objeto al alcance de la mano – intentó bromear mientras lanzaba una significativa mirada a la arrugada servilleta, la cual ya había sido liberada del torturados agarre.
-Oh, París por supuesto – contestó sonriente y sin meditarlo ni un segundo – Soy de las que creen que, por hermosas que nos puedan parecer otras tierras, la patria nunca podrá ser reemplazada y ningún lugar se nos hará más cautivante, sobre todo si tenemos que abandonarlo por un largo tiempo… y en contra de nuestra voluntad – concluyó con tono triste.
- Ósea que aún posees propiedades allá – comentó haciendo referencia al comentario de la casa que la esperaba en Petrogrado - ¿Planeas volver? – preguntó comparando lo poco que sabía de Yulianna con sus propios deseos. Después de todo lo ocurrido no había deseado más que regresar a París, y lo había hecho, de una forma u otra se encontraba donde quería estar - ¿Qué te hizo venir a Paris? ¿Afectó a tu familia lo ocurrido allá? – Continuó cuestionando, pues 8 años era un tiempo considerable y nadie realizaba ese tipo de traslado sin una muy buena razón detrás. Además, la intrigaba en especial el hecho de que ella hubiese mencionado las palabras “guerra” y “revolución”, después de todo podían tener más en común de lo que se imaginaba en un principio.
Antha Feuer- Humano Clase Media
- Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 21/03/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Yulianna al fin dejó de aprisionar la servilleta. Ella estaba pagando el dolor de muchos años acumulado, y lo que es peor, la ira.
Miró a Antha y sonrió levemente, pues aunque no lo creyese había dado en el clavo. Sí, estaba entendiendo a la perfección como se sentía Yulianna, y por qué se comportaba así. Todo se debía al doloroso pasado, aquel que no se podía olvidar, quizás porque no se había intentado.
La miró unos segundos, y tras acabarse el zumo comenzó a contestar a sus preguntas.
-Lo cierto es que fue muy doloroso. -Comenzó pensando en aquella fría mañana en la que ella, su madre, su niñera y su hermana menor, cada una con un cojín escondido en el abrigo salían del país, rumbo a París. Había sido muy duro desprenderse de su patria, sobretodo para su madre, que además no había podido darle un entierro justo a su padre, y eso, según Yulianna, la hizo debilitarse, hasta el punto de que una enfermedad la hizo fallecer en el barco, y luego... el mar se la llevó para siempre.
Pensar en aquello tocó la fibra sensible de Yulianna, pero debía ser fuerte. "Ser fuerte", pensó. "Como siempre lo he sido". Entonces sonrió más abiertamente, aunque no lo hacía sin sinceridad. Se encontraba tan agusto con Antha que ella no podría ni imaginarlo. Aunque se lo explicara.
-Sí. He planeado volver, pero... No sería capaz. No por el momento. Es algo muy duro. -Pensó en que no le había contado su historia, pero que quizás se sintiese mejor... pero tampoco estaba segura de que ella la quisiera escuchar. Y comió otro trozo de croissant.
-Y dime... ¿Qué te ocurrió a ti? -Preguntó porque si ella confiaba lo sufiente como para contarle su historia, Yulianna también lo haría.
-Antha.... -dijo para finalizar. -Mi familia... se rompió. Todo se esfumó. Como el polvo. Y ahora solo estabamos mi hermana y yo.
Miró a Antha y sonrió levemente, pues aunque no lo creyese había dado en el clavo. Sí, estaba entendiendo a la perfección como se sentía Yulianna, y por qué se comportaba así. Todo se debía al doloroso pasado, aquel que no se podía olvidar, quizás porque no se había intentado.
La miró unos segundos, y tras acabarse el zumo comenzó a contestar a sus preguntas.
-Lo cierto es que fue muy doloroso. -Comenzó pensando en aquella fría mañana en la que ella, su madre, su niñera y su hermana menor, cada una con un cojín escondido en el abrigo salían del país, rumbo a París. Había sido muy duro desprenderse de su patria, sobretodo para su madre, que además no había podido darle un entierro justo a su padre, y eso, según Yulianna, la hizo debilitarse, hasta el punto de que una enfermedad la hizo fallecer en el barco, y luego... el mar se la llevó para siempre.
Pensar en aquello tocó la fibra sensible de Yulianna, pero debía ser fuerte. "Ser fuerte", pensó. "Como siempre lo he sido". Entonces sonrió más abiertamente, aunque no lo hacía sin sinceridad. Se encontraba tan agusto con Antha que ella no podría ni imaginarlo. Aunque se lo explicara.
-Sí. He planeado volver, pero... No sería capaz. No por el momento. Es algo muy duro. -Pensó en que no le había contado su historia, pero que quizás se sintiese mejor... pero tampoco estaba segura de que ella la quisiera escuchar. Y comió otro trozo de croissant.
-Y dime... ¿Qué te ocurrió a ti? -Preguntó porque si ella confiaba lo sufiente como para contarle su historia, Yulianna también lo haría.
-Antha.... -dijo para finalizar. -Mi familia... se rompió. Todo se esfumó. Como el polvo. Y ahora solo estabamos mi hermana y yo.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Yulianna al fin dejó de aprisionar la servilleta. Ella estaba pagando el dolor de muchos años acumulado, y lo que es peor, la ira.
Miró a Antha y sonrió levemente, pues aunque no lo creyese había dado en el clavo. Sí, estaba entendiendo a la perfección como se sentía Yulianna, y por qué se comportaba así. Todo se debía al doloroso pasado, aquel que no se podía olvidar, quizás porque no se había intentado.
La miró unos segundos, y tras acabarse el zumo comenzó a contestar a sus preguntas.
-Lo cierto es que fue muy doloroso. -Comenzó pensando en aquella fría mañana en la que ella, su madre, su niñera y su hermana menor, cada una con un cojín escondido en el abrigo salían del país, rumbo a París. Había sido muy duro desprenderse de su patria, sobretodo para su madre, que además no había podido darle un entierro justo a su padre, y eso, según Yulianna, la hizo debilitarse, hasta el punto de que una enfermedad la hizo fallecer en el barco, y luego... el mar se la llevó para siempre.
Pensar en aquello tocó la fibra sensible de Yulianna, pero debía ser fuerte. "Ser fuerte", pensó. "Como siempre lo he sido". Entonces sonrió más abiertamente, aunque no lo hacía sin sinceridad. Se encontraba tan agusto con Antha que ella no podría ni imaginarlo. Aunque se lo explicara.
-Sí. He planeado volver, pero... No sería capaz. No por el momento. Es algo muy duro. -Pensó en que no le había contado su historia, pero que quizás se sintiese mejor... pero tampoco estaba segura de que ella la quisiera escuchar. Y comió otro trozo de croissant.
-Y dime... ¿Qué te ocurrió a ti? -Preguntó porque si ella confiaba lo sufiente como para contarle su historia, Yulianna también lo haría.
-Antha.... -dijo para finalizar. -Mi familia... se rompió. Todo se esfumó. Como el polvo. Y ahora solo estabamos mi hermana y yo.
Miró a Antha y sonrió levemente, pues aunque no lo creyese había dado en el clavo. Sí, estaba entendiendo a la perfección como se sentía Yulianna, y por qué se comportaba así. Todo se debía al doloroso pasado, aquel que no se podía olvidar, quizás porque no se había intentado.
La miró unos segundos, y tras acabarse el zumo comenzó a contestar a sus preguntas.
-Lo cierto es que fue muy doloroso. -Comenzó pensando en aquella fría mañana en la que ella, su madre, su niñera y su hermana menor, cada una con un cojín escondido en el abrigo salían del país, rumbo a París. Había sido muy duro desprenderse de su patria, sobretodo para su madre, que además no había podido darle un entierro justo a su padre, y eso, según Yulianna, la hizo debilitarse, hasta el punto de que una enfermedad la hizo fallecer en el barco, y luego... el mar se la llevó para siempre.
Pensar en aquello tocó la fibra sensible de Yulianna, pero debía ser fuerte. "Ser fuerte", pensó. "Como siempre lo he sido". Entonces sonrió más abiertamente, aunque no lo hacía sin sinceridad. Se encontraba tan agusto con Antha que ella no podría ni imaginarlo. Aunque se lo explicara.
-Sí. He planeado volver, pero... No sería capaz. No por el momento. Es algo muy duro. -Pensó en que no le había contado su historia, pero que quizás se sintiese mejor... pero tampoco estaba segura de que ella la quisiera escuchar. Y comió otro trozo de croissant.
-Y dime... ¿Qué te ocurrió a ti? -Preguntó porque si ella confiaba lo sufiente como para contarle su historia, Yulianna también lo haría.
-Antha.... -dijo para finalizar. -Mi familia... se rompió. Todo se esfumó. Como el polvo. Y ahora solo estabamos mi hermana y yo.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
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Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Escuchó a Yulianna admitir que había sucesos dolorosos en su pasado pero, aunque esperó algún comentario extra al respecto, ella solo se limitó a sonreírle. Claro, debía tratarse de algo muy personal para ir soltándolo así como así, además, Antha no había formulado ninguna pregunta realmente abierta al respecto.
La acompañó en su silencio por algunos segundos y luego, ella misma sintió el peso del pasado cuando Yulianna inquirió sobre el mismo. Tomó un nuevo sorbo de jugo, sintiendo como su estomago se encogía ante sus recuerdos – Yo… partí con mi familia hacia Italia hace algunos años ya… - sonrió tristemente – nos instalamos allá y esa debería de ser toda la historia. Yo aún debería estar con ellos pero… - dudó por algunos segundos observando fijamente a Yulianna y, decidiendo, si ella tendría la capacidad de comprenderla. – En resumidas cuentas conocí a un chico y eso arruino mi vida… perdí a mi familia, perdí mi herencia, perdí mi hogar… - y eso fue todo lo que pudo llegar a mencionar pues, si continuaba nombrando lo que perdió, muy seguramente terminaría llorando y era lo último que deseaba en ese momento.
Aún así pudo sentir como se formaba un nudo en su garganta el cual intento desvanecer obligándose a pasar un poco de tocino – Hum, esta delicioso – volvió a comentar tratando de dirigir sus pensamientos por senderos menos sombríos.
Antha cerró momentáneamente los ojos al oír hablar a su acompañante. Lamentablemente no se había equivocado, tenían las dos muchas cosas en común, solo que preferiría que fuesen cosas agradables. – Lo siento mucho Yulianna – comentó sinceramente, extendiendo la mano sobre la mesa y apretando ligeramente la de ella – No puedo decir que comprendo tu dolor pues creo que mi historia es un poco diferente – asumió, por las palabras que había utilizado, que el resto de su familia había fallecido – pero aún así se lo que es perder a tus seres queridos… - tragó saliva con un poco de dificultad. Había tomado la determinación de no llorar aunque le estaba costando caro – Al menos tienes a tu hermana, agradece que no estás completamente sola – Soltó su agarre y dirigió su atención una vez más al vaso que reposaba frente a ella - ¿Puedo preguntarte que les ocurrió?
La acompañó en su silencio por algunos segundos y luego, ella misma sintió el peso del pasado cuando Yulianna inquirió sobre el mismo. Tomó un nuevo sorbo de jugo, sintiendo como su estomago se encogía ante sus recuerdos – Yo… partí con mi familia hacia Italia hace algunos años ya… - sonrió tristemente – nos instalamos allá y esa debería de ser toda la historia. Yo aún debería estar con ellos pero… - dudó por algunos segundos observando fijamente a Yulianna y, decidiendo, si ella tendría la capacidad de comprenderla. – En resumidas cuentas conocí a un chico y eso arruino mi vida… perdí a mi familia, perdí mi herencia, perdí mi hogar… - y eso fue todo lo que pudo llegar a mencionar pues, si continuaba nombrando lo que perdió, muy seguramente terminaría llorando y era lo último que deseaba en ese momento.
Aún así pudo sentir como se formaba un nudo en su garganta el cual intento desvanecer obligándose a pasar un poco de tocino – Hum, esta delicioso – volvió a comentar tratando de dirigir sus pensamientos por senderos menos sombríos.
Antha cerró momentáneamente los ojos al oír hablar a su acompañante. Lamentablemente no se había equivocado, tenían las dos muchas cosas en común, solo que preferiría que fuesen cosas agradables. – Lo siento mucho Yulianna – comentó sinceramente, extendiendo la mano sobre la mesa y apretando ligeramente la de ella – No puedo decir que comprendo tu dolor pues creo que mi historia es un poco diferente – asumió, por las palabras que había utilizado, que el resto de su familia había fallecido – pero aún así se lo que es perder a tus seres queridos… - tragó saliva con un poco de dificultad. Había tomado la determinación de no llorar aunque le estaba costando caro – Al menos tienes a tu hermana, agradece que no estás completamente sola – Soltó su agarre y dirigió su atención una vez más al vaso que reposaba frente a ella - ¿Puedo preguntarte que les ocurrió?
Antha Feuer- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 21/03/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Yulianna la observaba. Cada gesto, cada mirada que se perdía en el salón hacía que se diera cuenta de que su acompañante la entendía, puesto que parecía incluso que le costaba acabar el desayuno. Estaba pensando. Yuli no sabía en qué, pero por lo que dijo posteriormente debía tratarse de su familia. Familia que había perdido, como Yulianna.
-Antha... yo te entiendo. -Aseguró. Por lo que había escuchado eran situaciones totalmente distintas la una de la otra, pero entre ellas tenían muchas cosas en común, y a juzgar por su rostro, podía determinar que al igual que ella, Antha era una muchacha muy fuerte.
-Y ahora... ¿dónde vives? -Le preguntó. Seguramente cerca de allí. Cierto era que aquella se trataba de una zona cara, pero Antha aún poseía elegancia, tanto en sus joyas, como en su vestido y en su forma de comportarse. Seguía siendo una joven de clase alta. Entonces se paró a pensar en lo injusta que era la sociedad, pero eso por el momento, y solo por el momento, no iba a cambiar.
-Y dime... ¿te gustaría volver a tu vida de antes? -Dijo mirándola. -No me refiero simplemente a tu familia, que por lo que dices... eso es difícil, pero lo digo por las fiestas, todas las comidas... no lo sé. Todo debe ser ahora diferente para ti. -Comentó. -Y... ¿trabajas? -Sabía que eran demasiadas preguntas, pero Yulianna quería conocer muchas cosas de ella. Era una mujer encantadora, y quería hacerse muy amiga de ella. El día de hoy estaba resultando mejor de lo que esperaba.
Entonces Antha le preguntó por la historia de su familia.
-Mira... es algo muy complicado. Complicado por el echo de que aunque mi hermana está... ella es diferente a mi. -Dijo muy segura de sí misma -Ella... conoció a un hombre, le dio dinero, "amor".... y bueno, yo contra eso perdí. -Anunció con tristeza en el tono. -Y el resto de mi familia falleció. Hace ocho años, y la que era mi niñera cinco años. Todo fue desapareciendo poco a poco. Y el problema fue... pues que yo cambié. Antes era una persona cariñosa, tímida, muy dulce, y que esperaba al hombre de mi vida. Pero ahora no. Soy dura, arrogante, muchas veces borde, y con los hombres... ya no espero enamorarme. Aunque puede que pase. Es que aunque lo he intentado no puedo. Pero también tengo mi lado positivo... aunque más oculto. -Intentó explicar. -Y todo fue por el dolor de encontrar a mi padre tiroteado en el suelo de su despacho, de ver cómo tiraban a mi madre por la borda. Acababa de dar a luz a un bebé muerto. Y ella había fallecido por una enfermedad. -La miró fijamente -Y en ese momento dejé de ser yo.
-Antha... yo te entiendo. -Aseguró. Por lo que había escuchado eran situaciones totalmente distintas la una de la otra, pero entre ellas tenían muchas cosas en común, y a juzgar por su rostro, podía determinar que al igual que ella, Antha era una muchacha muy fuerte.
-Y ahora... ¿dónde vives? -Le preguntó. Seguramente cerca de allí. Cierto era que aquella se trataba de una zona cara, pero Antha aún poseía elegancia, tanto en sus joyas, como en su vestido y en su forma de comportarse. Seguía siendo una joven de clase alta. Entonces se paró a pensar en lo injusta que era la sociedad, pero eso por el momento, y solo por el momento, no iba a cambiar.
-Y dime... ¿te gustaría volver a tu vida de antes? -Dijo mirándola. -No me refiero simplemente a tu familia, que por lo que dices... eso es difícil, pero lo digo por las fiestas, todas las comidas... no lo sé. Todo debe ser ahora diferente para ti. -Comentó. -Y... ¿trabajas? -Sabía que eran demasiadas preguntas, pero Yulianna quería conocer muchas cosas de ella. Era una mujer encantadora, y quería hacerse muy amiga de ella. El día de hoy estaba resultando mejor de lo que esperaba.
Entonces Antha le preguntó por la historia de su familia.
-Mira... es algo muy complicado. Complicado por el echo de que aunque mi hermana está... ella es diferente a mi. -Dijo muy segura de sí misma -Ella... conoció a un hombre, le dio dinero, "amor".... y bueno, yo contra eso perdí. -Anunció con tristeza en el tono. -Y el resto de mi familia falleció. Hace ocho años, y la que era mi niñera cinco años. Todo fue desapareciendo poco a poco. Y el problema fue... pues que yo cambié. Antes era una persona cariñosa, tímida, muy dulce, y que esperaba al hombre de mi vida. Pero ahora no. Soy dura, arrogante, muchas veces borde, y con los hombres... ya no espero enamorarme. Aunque puede que pase. Es que aunque lo he intentado no puedo. Pero también tengo mi lado positivo... aunque más oculto. -Intentó explicar. -Y todo fue por el dolor de encontrar a mi padre tiroteado en el suelo de su despacho, de ver cómo tiraban a mi madre por la borda. Acababa de dar a luz a un bebé muerto. Y ella había fallecido por una enfermedad. -La miró fijamente -Y en ese momento dejé de ser yo.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
-Poseo una casa en la ciudad. Nada demasiado ostentoso pero si lo suficientemente agradable como para sentirme a gusto – recordó por un momento las mansiones en las cuales había tenido el privilegio de vivir. En el pasado le habían gustado los amplios e interminables corredores y la infinidad de puertas que siempre ofrecían algún nuevo secreto que explorar. Ahora, por el contrario, su hogar actual le brindaba justo lo que necesitaba, un espacio acogedor y cálido en el cual curar sus heridas y continuar adelante con su vida.
Antha rio un poco ante la pregunta sobre si le gustaría volver a su vida de antes – No tienes idea de cuantas veces me he preguntado lo mismo. La verdad es que no estoy completamente segura… hay cosas que extraño, no lo puedo negar, pero también hay muchas otras de las cuales me siento infinitamente aliviada de haberme librado – La comida la extrañaba por supuesto, siempre había gozado de un excelente apetito. Por otro lado las fiestas eran un tema delicado, pues, aunque le fascinaba bailar, las multitudes no siempre eran de su agrado – Y si, todo es diferente ahora pero, sabes, distinto no siempre es sinónimo de “malo”. He descubierto muchas cosas del mundo y de la vida… incluso de mí misma que de no ser por la necesidad jamás hubiese aprendido – Continuó picando delicadamente la comida de su plato – Aunque reconozco que no fue fácil – Por supuesto que no lo fue, después de todo se había encontrado de un momento a otro sin los lujos ni las comodidades a las cuales había estado acostumbrada y sola, además…completamente sola.
-Si te refieres a un trabajo convencional como… -miró en derredor hasta que sus ojos ubicaron uno de los meseros que caminaba entre las mesas ocupadas por comensales - Atender algún local, por ejemplo, pues no. La verdad creo que con mi genio no podría soportarlo – sonrió sabiendo que, aunque hubiese sonado a broma, hablaba completamente en serio. Lo último que necesitaba era tener que soportar las exigencias y caprichos un montón de compradores. Pensó en la chica de la joyería y sintió una punzada de remordimiento. Después de todo existía la posibilidad de que su comportamiento se debiere a algún evento desafortunado… algo anterior que la había irritado y, muy seguramente ellas no había ayudado mucho en ese aspecto.
– La verdad es que la casa que adquirí al regresar a Paris resultó, a la larga, un poco excesiva para una mujer sola, así que decidí rentar algunas habitaciones. De esta manera obtengo ingresos y, además, tengo compañia – hizo una pausa para beber el último sorbo de jugo – Eso sí, no permito que cualquiera entre en mi hogar, trato de hacer una selección con la cual me sienta confiada - aclaró - Sé que suena como si no hubiese mayor cosa que hacer, pero no creerías la cantidad de tareas que requiere mantener una edificación en buen estado, es algo que ocupa gran parte de mi tiempo a pesar de que cuento con ayuda – Al parecer Yulianna poseía una curiosidad similar a la de ella y eso no solo le agradaba, sino que se sentía un poco identificada por lo que se esforzó en satisfacerla lo mejor posible.
Frunció ligeramente el ceño al oírle comentar el destino de su familia y el cambio que esto había provocado en su forma de ser y actuar. Estaba por comentar al respecto cuando ella mencionó lo ocurrido con sus padres…y el bebé. Esto último toco una fibra nerviosa en ella. – Nadie podría atravesar algo así y no cambiar – comentó sintiendo como sus ojos se humedecían pero sin que las lágrimas llegaran a brotar – Es una verdadera tragedia lo que cuentas, y se que no sirve de mucho pero igual deseo que sepas que lo lamento – hizo una pequeña pausa – y con respecto a tu hermana debo admitir que me sorprende lo que me dices. Es decir, tu no tenias porque competir por ella, son dos amores diferentes – comentó sin comprender del todo la situación pero pensando que el amor familiar era diferente del amor pasional y ninguno de los dos debía exigir el sacrificio del otro
– Supongo entonces que estaba equivocada, la verdad es que estas sola aunque tú hermana continúe con vida. Eso dolor si lo comprendo pues toda mi familia sigue con vida, afortunadamente, pero yo no puedo tener contacto con ninguno – sonaba bastante afligida – pero sigo sin comprender que fue lo que paso. La violencia de la muerte de tu padre me sorprende bastante y no puedo explicarme que pudo motivar algo así… claro que comprenderé si prefieres que cambiemos el tema, si resulta demasiado doloroso para ti – comentó esperando que ella tuviese la disposición de continuar con el tema pero, al mismo ofreciéndole la oportunidad de negarse a hablar si así lo deseaba.
Antha rio un poco ante la pregunta sobre si le gustaría volver a su vida de antes – No tienes idea de cuantas veces me he preguntado lo mismo. La verdad es que no estoy completamente segura… hay cosas que extraño, no lo puedo negar, pero también hay muchas otras de las cuales me siento infinitamente aliviada de haberme librado – La comida la extrañaba por supuesto, siempre había gozado de un excelente apetito. Por otro lado las fiestas eran un tema delicado, pues, aunque le fascinaba bailar, las multitudes no siempre eran de su agrado – Y si, todo es diferente ahora pero, sabes, distinto no siempre es sinónimo de “malo”. He descubierto muchas cosas del mundo y de la vida… incluso de mí misma que de no ser por la necesidad jamás hubiese aprendido – Continuó picando delicadamente la comida de su plato – Aunque reconozco que no fue fácil – Por supuesto que no lo fue, después de todo se había encontrado de un momento a otro sin los lujos ni las comodidades a las cuales había estado acostumbrada y sola, además…completamente sola.
-Si te refieres a un trabajo convencional como… -miró en derredor hasta que sus ojos ubicaron uno de los meseros que caminaba entre las mesas ocupadas por comensales - Atender algún local, por ejemplo, pues no. La verdad creo que con mi genio no podría soportarlo – sonrió sabiendo que, aunque hubiese sonado a broma, hablaba completamente en serio. Lo último que necesitaba era tener que soportar las exigencias y caprichos un montón de compradores. Pensó en la chica de la joyería y sintió una punzada de remordimiento. Después de todo existía la posibilidad de que su comportamiento se debiere a algún evento desafortunado… algo anterior que la había irritado y, muy seguramente ellas no había ayudado mucho en ese aspecto.
– La verdad es que la casa que adquirí al regresar a Paris resultó, a la larga, un poco excesiva para una mujer sola, así que decidí rentar algunas habitaciones. De esta manera obtengo ingresos y, además, tengo compañia – hizo una pausa para beber el último sorbo de jugo – Eso sí, no permito que cualquiera entre en mi hogar, trato de hacer una selección con la cual me sienta confiada - aclaró - Sé que suena como si no hubiese mayor cosa que hacer, pero no creerías la cantidad de tareas que requiere mantener una edificación en buen estado, es algo que ocupa gran parte de mi tiempo a pesar de que cuento con ayuda – Al parecer Yulianna poseía una curiosidad similar a la de ella y eso no solo le agradaba, sino que se sentía un poco identificada por lo que se esforzó en satisfacerla lo mejor posible.
Frunció ligeramente el ceño al oírle comentar el destino de su familia y el cambio que esto había provocado en su forma de ser y actuar. Estaba por comentar al respecto cuando ella mencionó lo ocurrido con sus padres…y el bebé. Esto último toco una fibra nerviosa en ella. – Nadie podría atravesar algo así y no cambiar – comentó sintiendo como sus ojos se humedecían pero sin que las lágrimas llegaran a brotar – Es una verdadera tragedia lo que cuentas, y se que no sirve de mucho pero igual deseo que sepas que lo lamento – hizo una pequeña pausa – y con respecto a tu hermana debo admitir que me sorprende lo que me dices. Es decir, tu no tenias porque competir por ella, son dos amores diferentes – comentó sin comprender del todo la situación pero pensando que el amor familiar era diferente del amor pasional y ninguno de los dos debía exigir el sacrificio del otro
– Supongo entonces que estaba equivocada, la verdad es que estas sola aunque tú hermana continúe con vida. Eso dolor si lo comprendo pues toda mi familia sigue con vida, afortunadamente, pero yo no puedo tener contacto con ninguno – sonaba bastante afligida – pero sigo sin comprender que fue lo que paso. La violencia de la muerte de tu padre me sorprende bastante y no puedo explicarme que pudo motivar algo así… claro que comprenderé si prefieres que cambiemos el tema, si resulta demasiado doloroso para ti – comentó esperando que ella tuviese la disposición de continuar con el tema pero, al mismo ofreciéndole la oportunidad de negarse a hablar si así lo deseaba.
Antha Feuer- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 21/03/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
-Yo soy de la opinión de que una casa no es hermosa, o grande, o pequeña sin más, sino que todo eso lo es o lo llega a ser cuando la habita una familia, o uno persona que la decora con cariño y la habita. Eso, pienso yo, es lo más importante, y cuando veas la mia, te darás cuenta de por qué lo digo. -Dijo dejando claro el ofrecimiento de una visita, esperaba, próxima. -La verdad es que yo puse cada detalle, incluso tuve que edificar... -Pero pronto dejó de hablar, pues no quería resultar vanidosa al hablar de sus bienes. Así, se terminó su desayuno, y le sonrió con calidez, hablando ahora de un tema más "escabroso".
-Yo también extraño cosas de mi casa, por supuesto, y por eso siempre digo, o bueno, a quien conoce mi historia que debo decir que es poca gente... que deseo volver. Era preciosa. No demasiado grande, pero si lo sufiente, y allí éramos todos felices. Muy felices. Realmente era el hogar de mis sueños pero... -Y en ese momento Antha preguntó por qué había ocurrido la desgracia y ella se dispuso a aclararlo. -Pues porque mi padre era una persona muy influyente. Era general, y hubo un levantamiento militar, y una noche fueron a mi casa. Yo no podía creerlo, pues algunos de ellos eran hijos de amigos de mi padre. Esto lo supe después, pero esa misma noche, aquellos padres de familia habían estado en mi casa, cpmpartiendo una gran cena; una buena velada, y de pronto... Todo se acabó. -Tragó saliva y decidió dejar pasar el tema. Ya había contestado las preguntas de ella, y creía que era el momento perfecto para hacer dos cosas: O bien quedar otro día para pasar otro buen rato juntas, o bien ir al lugar más especial que Yulianna le podía enseñar: Su tienda.
-Antha... ¿debes irte o podemos visitar un lugar que para mi es muy especial? -Ella, quizás conociese la tiende de Yulianna, pero nada había mencionado, por lo que lo dejó en sorpresa.
-Yo también extraño cosas de mi casa, por supuesto, y por eso siempre digo, o bueno, a quien conoce mi historia que debo decir que es poca gente... que deseo volver. Era preciosa. No demasiado grande, pero si lo sufiente, y allí éramos todos felices. Muy felices. Realmente era el hogar de mis sueños pero... -Y en ese momento Antha preguntó por qué había ocurrido la desgracia y ella se dispuso a aclararlo. -Pues porque mi padre era una persona muy influyente. Era general, y hubo un levantamiento militar, y una noche fueron a mi casa. Yo no podía creerlo, pues algunos de ellos eran hijos de amigos de mi padre. Esto lo supe después, pero esa misma noche, aquellos padres de familia habían estado en mi casa, cpmpartiendo una gran cena; una buena velada, y de pronto... Todo se acabó. -Tragó saliva y decidió dejar pasar el tema. Ya había contestado las preguntas de ella, y creía que era el momento perfecto para hacer dos cosas: O bien quedar otro día para pasar otro buen rato juntas, o bien ir al lugar más especial que Yulianna le podía enseñar: Su tienda.
-Antha... ¿debes irte o podemos visitar un lugar que para mi es muy especial? -Ella, quizás conociese la tiende de Yulianna, pero nada había mencionado, por lo que lo dejó en sorpresa.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
- Mensajes : 323
Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Élégant restaurant pour un dîner décontracté (Yulianna)
Sonrió con complicidad al comprender que Yulianna la estaba invitando a conocer su hogar aunque lo hiciere de una manera bastante indirecta. Le encantaría poder compartir un poco más con ella, la verdad es que encontrarse con personas tan amables y abiertas no era muy común y, creía, que si el hado interponía a alguien en tu camino era porque algo mayor se había planeado y… ¿Quién era ella para contrariarle? Además le gustaba la forma como la joven rubia se expresaba de su hogar, parecía que hablase con las palabras de Antha, haciendo que añorara un lugar que aún no conocía.
Escuchó la historia de la muerte de su padre y la sorprendió y entristeció profundamente que una desgracia de semejante magnitud le hubiese tenido que ocurrir a alguien como Yulianna y su familia. Es decir, ella sabía que el mundo era un lugar cruel pero, conocer la gravedad de una situación como la que estaba escuchando, la hacía estremecerse y desear poder hacer algo para menguar un poco el dolor que todos los involucrados habían sentido… y seguían sintiendo. No dijo nada, no tenia palabras de confort en esa ocasión, solo se limitó a terminar lo poco que quedaba en su plato y a recapacitar sobre lo dura que tendía a volverse la vida para algunas personas.
Entonces Yulianna le hizo una propuesta que sonaba bastante tentadora a la vez que la llenaba de curiosidad – Tengo algunas cosas que hacer pero por supuesto que puedo sacar un poco más de tiempo – contestó sintiéndose emocionada – ¿Puedo preguntar a donde vamos o será una completa sorpresa? – preguntó confiando en que, sin importar la decisión que su acompañante tomará, ésta la satisfacerla. Tal vez se estaba comportando como la ingenua que era pero no tenía nada que perder además de un poco de su tiempo y algo le decía que más que perdida resultaría siendo una agradable inversión.
Antha Feuer- Humano Clase Media
- Mensajes : 346
Fecha de inscripción : 21/03/2011
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