AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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[Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
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[Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Avancé segura por la calle, a pesar de las miradas de desprecio de las mujeres de alta clase que se apartaban a mi paso como si las fuera a contagiar algo. Suspiré resignada por tantos años en París recibiendo el mismo trato. Casi podía reconocer en aquel lugar a todos los rostros de cada una de las personas que estaban en boca de los nuestros, todos aquellos que nos habían insultado o tratado como perros en alguna ocasión.
Aquel día, tocaba mendigar. A veces algún despistado dejaba caer alguna moneda a modo de propina que se deslizaba por la suave mesa y llegaba a caer al suelo. Otras, algún bolsillo agujereado jugaba una mala pasada. Por ello, me acerqué al café de París en busca de esos tesoros olvidados. Allí iban las más altas élites de Francia solo para saborear la espumosa coronación de los capuchinos.
Entorné los ojos y me apoyé en una columna entre las sombras. Aquel día, llevaba el pelo cubierto por una boina de chico. No recordaba de donde la había sacado, pero ya me había ahorrado más de un apuro con ella. Mi pelo rojizo era una maldición tanto para robar como para meterse en otros problemas para sobrevivir. Así, al menos, parecía un chico desgarbado de la calle. Me agazapé en la penumbra del soportal, y esperé a una señal para atrapar algún sustento para aquellas semanas.
Aquel día, tocaba mendigar. A veces algún despistado dejaba caer alguna moneda a modo de propina que se deslizaba por la suave mesa y llegaba a caer al suelo. Otras, algún bolsillo agujereado jugaba una mala pasada. Por ello, me acerqué al café de París en busca de esos tesoros olvidados. Allí iban las más altas élites de Francia solo para saborear la espumosa coronación de los capuchinos.
Entorné los ojos y me apoyé en una columna entre las sombras. Aquel día, llevaba el pelo cubierto por una boina de chico. No recordaba de donde la había sacado, pero ya me había ahorrado más de un apuro con ella. Mi pelo rojizo era una maldición tanto para robar como para meterse en otros problemas para sobrevivir. Así, al menos, parecía un chico desgarbado de la calle. Me agazapé en la penumbra del soportal, y esperé a una señal para atrapar algún sustento para aquellas semanas.
Denna Setterfield- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Kate caminaba junto a su nodriza, que desde el día que se había escapado de casa, ahora la acompañaba hacia todos lados. -¿te parece si nos tomamos un café?- le preguntó a la mujer, que para Kate, era mucho más que una sirvienta. -no lo sé, lo que usted quiera- respondió ella, como reprochándole el hecho de que compartieran algo. -no seas tonta, ¿por qué me tratas con tantas formalidades?¿solo porque estamos en público?, eres como mi segunda madre, no seas tonta- le dijo sonriendo, tomándola de la mano para avanzar hacia el café.
A pesar de todos los problemas que le había conllevado el salir de su casa, y las horribles y humillantes palabras de su padre, aún podía salir, y eso la calmaba. No soportaba permancer encerrada, en aquella horrenda mansión, ni menos estar en compañía de su padre. Siempre le había tenido más respeto y temor que cariño u otro sentimiento de afecto. Para él, ella era un desastre, y aunque ella intentara ser perfecta para que él la aceptara y quisiera, nada lo ablandaba.
Continuaron caminando, hasta llegar al portal, donde unas inmensas columnas podían esconder muchas cosas. Se quedó mirando aquella estructura, y algo, más bien alguien llamó su atención, al parecer un muchacho, con un rostro muy bonito y femenino, parecía esconderse en detrás de una de las columnas. Ladeó el rostro, y quiso acercarse, pero su nodriza la detuvo -si no te comportas, voy a acusarte con tu padre, y vas a tener que pasar el resto del verano encerrada en casa- dijo con tono severo, mirándola con enfado -pero si sólo quiero saber qué le pasa- dijo Kate restándole importancia al asunto -no, ya te lo dije- respondió ella tirándola de la mano para que continuaran.
A pesar de todos los problemas que le había conllevado el salir de su casa, y las horribles y humillantes palabras de su padre, aún podía salir, y eso la calmaba. No soportaba permancer encerrada, en aquella horrenda mansión, ni menos estar en compañía de su padre. Siempre le había tenido más respeto y temor que cariño u otro sentimiento de afecto. Para él, ella era un desastre, y aunque ella intentara ser perfecta para que él la aceptara y quisiera, nada lo ablandaba.
Continuaron caminando, hasta llegar al portal, donde unas inmensas columnas podían esconder muchas cosas. Se quedó mirando aquella estructura, y algo, más bien alguien llamó su atención, al parecer un muchacho, con un rostro muy bonito y femenino, parecía esconderse en detrás de una de las columnas. Ladeó el rostro, y quiso acercarse, pero su nodriza la detuvo -si no te comportas, voy a acusarte con tu padre, y vas a tener que pasar el resto del verano encerrada en casa- dijo con tono severo, mirándola con enfado -pero si sólo quiero saber qué le pasa- dijo Kate restándole importancia al asunto -no, ya te lo dije- respondió ella tirándola de la mano para que continuaran.
Invitado- Invitado
Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Oteé el horizonte en busca de presas fáciles, como dirían los jóvenes que habitaban en las zonas pobres de París. Algún idiota me tiró unas monedas mientras profería una risotada burlona de fumador. Suspiré y clavé los ojos en una inmaculada joven. Me miró interesada, como si fuera a decirme algo, pero su acompañante tiro de ella firme. Con la pequeña reprimenda, capté con la mirada cómo una pequeña bolsa de monedas caia al suelo. Por el sonido, eran de plata. Miré a la joven que me regaló una última mirada interesada y entró en el café.
Me moví rápidamente y tomé la bolsa, dispuesta a devolvérsela. La verdad... robaba para subsistir lo justo. No tenía la menor intención de quedarme con el dinero con el que seguramente ellas pagarían y no podrían hacerlo por el descuido que habían tenido. Eso provocaría un mal rato para la familia, y yo no tenía malas intenciones.
Había metido un pie en el café y cruzado la mirada con una chica joven sin nombre, cuando una mano fuerte tomó mi brazo. Miré extrañada hacia atrás y descubrí a uno de los camareros con una sonrisa que daban ganas de borrarsela de un puñetazo. Me alzó la mano en la que había cogido la bolsa e hizo tintinear sus monedas.
-Vaya, vaya... ¿robando a la familia Slater ladronzuelo?- le miré a los ojos horrorizada.
Aquel hombre tenía fama de cruel. Todo el mundo conocía a su mujer, la querida Amelie que cada día traia un golpe diferente en el rostro y se escusaba con que sus pies no se coordinaban. Intenté zafarme y solo conseguí que él me agarrara más fuerte, hasta hacerme daño.
-¡No iba a...! - tiró de mi brazo fuerte sin escucharme y me metió de un empujón al café hasta llevarme prendida de la ropa a la mesa de la joven y su dama de compañía y dejarme frente a ellas.
Me moví rápidamente y tomé la bolsa, dispuesta a devolvérsela. La verdad... robaba para subsistir lo justo. No tenía la menor intención de quedarme con el dinero con el que seguramente ellas pagarían y no podrían hacerlo por el descuido que habían tenido. Eso provocaría un mal rato para la familia, y yo no tenía malas intenciones.
Había metido un pie en el café y cruzado la mirada con una chica joven sin nombre, cuando una mano fuerte tomó mi brazo. Miré extrañada hacia atrás y descubrí a uno de los camareros con una sonrisa que daban ganas de borrarsela de un puñetazo. Me alzó la mano en la que había cogido la bolsa e hizo tintinear sus monedas.
-Vaya, vaya... ¿robando a la familia Slater ladronzuelo?- le miré a los ojos horrorizada.
Aquel hombre tenía fama de cruel. Todo el mundo conocía a su mujer, la querida Amelie que cada día traia un golpe diferente en el rostro y se escusaba con que sus pies no se coordinaban. Intenté zafarme y solo conseguí que él me agarrara más fuerte, hasta hacerme daño.
-¡No iba a...! - tiró de mi brazo fuerte sin escucharme y me metió de un empujón al café hasta llevarme prendida de la ropa a la mesa de la joven y su dama de compañía y dejarme frente a ellas.
Denna Setterfield- Cambiante Clase Media
- Mensajes : 164
Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
-¿por qué eres así?- le rezongó Kate a su nodriza, -ya te lo dije, tu padre nos matará si cometes otra tontería- respondió la mujer en un susurro. Se sentaron en una mesita, sin darse cuenta de que al avanzar en dirección a la entrada del café, había perdido su bolsa con el dinero. Se sentó con cuidado a la mesa, y luego lo hizo su acompañante -bueno, y ¿qué quieres?- preguntó amablemente antes de que apareciera algún camarero para atenderlas. -lo que pidas tu, ya sabes que no me gustan mucho estos lugares- respondió la mujer, nuevamente en un susurro.
Kate rodó los ojos y sonrió, -yo quiero un Capuchino y tal vez un trozo de pastel- dijo meditando, mientras esperaba que las atendieran. Al acomodarse en su asiento, se percató de que no llevaba consigo su monedero. Un espasmo de miedo cruzó por su rostro, se llevó una mano a la mejilla, -¡por Dios!, he perdido mi monedero- dijo asustada a su nodriza -¿cómo que lo perdiste?- le preguntó ella alzando una ceja con preocupación -eso te pasa por quedarte perdiendo el tiempo en tonterías- masculló con enfado. -no sé de qué te preocupas tanto, no hemos pedido nada aún- respondió la joven tratando de tranquilizarse -pero se ve muy feo que gente de tu clase entre a un lugar y no pida nada- dijo con severidad la mujer. -No sé qué harem...- dejó la frase inconclusa, puesto que un pequeño alboroto en la entrada la desconcentró, un camarero se acercaba con el muchacho que ella había visto afuera hacia su mesa. Reconoció de inmediato su bolsita -¡Mi monedero!- dijo con alegría, viendo que el joven lo tenía en su mano -¿qué sucede, monsieur?- le preguntó al camarero con el ceño fruncido, no le gustaba en la forma en la que tenía sujeto al pobre muchacho.
Kate rodó los ojos y sonrió, -yo quiero un Capuchino y tal vez un trozo de pastel- dijo meditando, mientras esperaba que las atendieran. Al acomodarse en su asiento, se percató de que no llevaba consigo su monedero. Un espasmo de miedo cruzó por su rostro, se llevó una mano a la mejilla, -¡por Dios!, he perdido mi monedero- dijo asustada a su nodriza -¿cómo que lo perdiste?- le preguntó ella alzando una ceja con preocupación -eso te pasa por quedarte perdiendo el tiempo en tonterías- masculló con enfado. -no sé de qué te preocupas tanto, no hemos pedido nada aún- respondió la joven tratando de tranquilizarse -pero se ve muy feo que gente de tu clase entre a un lugar y no pida nada- dijo con severidad la mujer. -No sé qué harem...- dejó la frase inconclusa, puesto que un pequeño alboroto en la entrada la desconcentró, un camarero se acercaba con el muchacho que ella había visto afuera hacia su mesa. Reconoció de inmediato su bolsita -¡Mi monedero!- dijo con alegría, viendo que el joven lo tenía en su mano -¿qué sucede, monsieur?- le preguntó al camarero con el ceño fruncido, no le gustaba en la forma en la que tenía sujeto al pobre muchacho.
Invitado- Invitado
Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
-¡Mi monedero! ¿Qué sucede, monsieur?- la chica me miraba con alegría al ver que su monedero había sido encontrado, pero borró su sonrisa cuando vio que el camarero me llevaba bien sujeta del brazo.
Al oir la pregunta, el camarero me zarandeo de manera poco amable. Sus dedos se clavaban en mi brazo y estaba segura de que me saldría un buen moratón al día siguiente. Todos los del café comenzaron a cesar sus conversaciones sofisticadas y me miraron. A parte de querer morirme, tenía ganas de escabullirme como un fantasma y largarme de allí.
-Disculpe madame- dijo con su sonrisa retorcida-. Este ladrón se ha atrevido a robaros el monerdero. Lo he visto con mis propios ojos... tiene unas manos rápidas.
Me cogió con brusquedad la bolsa de las manos y yo abrí mucho los ojos, asustada. ¿Cómo podía ser tan mentiroso? Las gentes comenzaron a murmurar con el ceño fruncido y más cuando vieron que el camarero dejaba la bolsa de dinero sobre la mesa donde se sentaban, como si fuera la prueba de todo. Miré a los ojos a la chica y negué con la cabeza, como suplicándole que no le creyéra.
-Les ruego me permitan darle el castig...
-¡No! - exclamé intentando librarme de su mano. Gemí cuando apretó más fuerte. Juraría que un poco más y me rompería el brazo-. No la he robado, yo solo vi que se caia y...
¡Zas! Un golpe en la mejilla me tiró al suelo. Todo pasó muy rápido. El camarero parecía orgulloso de su buen revés cuando vio que me había partido el labio. La boina que llevaba se escurrió de mi pelo, dejando mi melena rojiza a la vista y para mi desagrado hizo que todos los presentes se incorporaran de sus sillas para verme mejor. El camarero borró su sonrisa un tanto furioso al reconocerme y me elevó del suelo por las solapas de la ropa, exclamándo un "tú" atronador.
-¡Yo no la he robado! ¡Se le cayó y quise devolvérselo!- dije con el aire entrecortado. La boca me sabía a sangre.
Al oir la pregunta, el camarero me zarandeo de manera poco amable. Sus dedos se clavaban en mi brazo y estaba segura de que me saldría un buen moratón al día siguiente. Todos los del café comenzaron a cesar sus conversaciones sofisticadas y me miraron. A parte de querer morirme, tenía ganas de escabullirme como un fantasma y largarme de allí.
-Disculpe madame- dijo con su sonrisa retorcida-. Este ladrón se ha atrevido a robaros el monerdero. Lo he visto con mis propios ojos... tiene unas manos rápidas.
Me cogió con brusquedad la bolsa de las manos y yo abrí mucho los ojos, asustada. ¿Cómo podía ser tan mentiroso? Las gentes comenzaron a murmurar con el ceño fruncido y más cuando vieron que el camarero dejaba la bolsa de dinero sobre la mesa donde se sentaban, como si fuera la prueba de todo. Miré a los ojos a la chica y negué con la cabeza, como suplicándole que no le creyéra.
-Les ruego me permitan darle el castig...
-¡No! - exclamé intentando librarme de su mano. Gemí cuando apretó más fuerte. Juraría que un poco más y me rompería el brazo-. No la he robado, yo solo vi que se caia y...
¡Zas! Un golpe en la mejilla me tiró al suelo. Todo pasó muy rápido. El camarero parecía orgulloso de su buen revés cuando vio que me había partido el labio. La boina que llevaba se escurrió de mi pelo, dejando mi melena rojiza a la vista y para mi desagrado hizo que todos los presentes se incorporaran de sus sillas para verme mejor. El camarero borró su sonrisa un tanto furioso al reconocerme y me elevó del suelo por las solapas de la ropa, exclamándo un "tú" atronador.
-¡Yo no la he robado! ¡Se le cayó y quise devolvérselo!- dije con el aire entrecortado. La boca me sabía a sangre.
Denna Setterfield- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
La facha de aquel hombre, le resultaba muy desagradable, y mucho más su voz y sus gestos. Kate no estaba segura si era por su buena voluntad, o realmente el chico decía la verdad...Pero ella le creía a él y no al camarero. Iba a responderle al tipo cuando lo vio que puso la bolsa con el dinero sobre la mesa "qué malos modales" pensó frunciendo aún más el ceño. Cuando miró al muchacho, notó en su mirada que decía que el hombre mentía, y que todo aquello era un mal entendido, el pobre estaba aterrado frente a lo que el hombre aquel pudiese hacerle.
Volteó su mirada de mala gana hacia el rostro del hombre al oírlo dirigirse a ella, lo que ocurrió justo en ese momento fue confuso, Aquel desagradable ser humano pedía autorización para darle "castigo" al joven, pero no logró terminar la frase, porque el pobre chico gritó que no había hecho nada.
Kate se levantó horrorizada al ver con la fuerza con la que había derribado al muchacho, cuando lo vio caer, se percató por su hermosa cabellera rojiza que no se trataba de un chico, sino de una dama. Kate sintió mucha rabia por semejante acción de ese camarero, con rabia contenida le se dirigió a él fríamente -Qué cobarde de su parte golpear de esa forma a una dama, suéltela inmediatamente- y sin importar qué le dijera su nodriza, ni lo que pensara la gente del café, de un manotazo, le quitó la joven de las manos. Con amabilidad se dirigió a la joven -no te preocupes, te creo- sacó un pañuelo de su cartera y le limpió un poco la sangre que emanaba de su labio.
Luego se dirigió hacia su nodriza Martha, -toma mi monedero, nos vamos de este horroroso lugar- luego le dirigió una mirada de furia al camarero -y usted "monseiur"- dijo recalcando el monseiur con sarcasmo - tenga claro que no volveré a pisar este lugar nunca más, no estoy dispuesta a gastar mi dinero en un lugar de cobardes-
Tomó del brazo a la joven y junto a su nodriza, salieron las tres del café. -Tu padre va a matarte por defender a alguien de su clase- dijo la mujer a Kate. -no me importa, no entiendo como la gente de aquí y de todos lados no hace nada ante semejante acto de cobardía y además acusándola injustamente- dijo Kate negando con la cabeza, -disculpe, mademoiselle, ¿se encuentra usted bien?- le preguntó con preocupación a la joven.
Volteó su mirada de mala gana hacia el rostro del hombre al oírlo dirigirse a ella, lo que ocurrió justo en ese momento fue confuso, Aquel desagradable ser humano pedía autorización para darle "castigo" al joven, pero no logró terminar la frase, porque el pobre chico gritó que no había hecho nada.
Kate se levantó horrorizada al ver con la fuerza con la que había derribado al muchacho, cuando lo vio caer, se percató por su hermosa cabellera rojiza que no se trataba de un chico, sino de una dama. Kate sintió mucha rabia por semejante acción de ese camarero, con rabia contenida le se dirigió a él fríamente -Qué cobarde de su parte golpear de esa forma a una dama, suéltela inmediatamente- y sin importar qué le dijera su nodriza, ni lo que pensara la gente del café, de un manotazo, le quitó la joven de las manos. Con amabilidad se dirigió a la joven -no te preocupes, te creo- sacó un pañuelo de su cartera y le limpió un poco la sangre que emanaba de su labio.
Luego se dirigió hacia su nodriza Martha, -toma mi monedero, nos vamos de este horroroso lugar- luego le dirigió una mirada de furia al camarero -y usted "monseiur"- dijo recalcando el monseiur con sarcasmo - tenga claro que no volveré a pisar este lugar nunca más, no estoy dispuesta a gastar mi dinero en un lugar de cobardes-
Tomó del brazo a la joven y junto a su nodriza, salieron las tres del café. -Tu padre va a matarte por defender a alguien de su clase- dijo la mujer a Kate. -no me importa, no entiendo como la gente de aquí y de todos lados no hace nada ante semejante acto de cobardía y además acusándola injustamente- dijo Kate negando con la cabeza, -disculpe, mademoiselle, ¿se encuentra usted bien?- le preguntó con preocupación a la joven.
Invitado- Invitado
Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Ni siquiera estaba segura de si lo que pasaba era real. Quizás aquel tipo me había matado y lo que ocurría era un sueño... un sueño hermoso en el que la joven me creía y me ayudaba. No pude evitar que cierta satisfacción me inundara al ver el golpe que se llevó el camarero. Un gemido suave se escapó de mis labios cuando la joven limpió mis labios. Dolía, y notaba un cosquilléo desagradable donde el hombre me había golpeado. Me notaba más pequeña y más débil de lo que era, y todo por el tumulto de murmullos que salió del café descontentos y alterados por lo ocurrido. Casi me dieron ganas de llorar cuando oi las palabras " Te creo". Entonces supe que ella era diferente. Los de su clase no concedían favores a nadie, y menos a los mios. Y ella me había hecho un gran favor. Qué fácil le habría resultado dejar a ese hombre que me pegara hasta desahogarse.
Me dejé llevar cuando la chica me tomó del brazo. Su nodriza no parecía precisamente alegre y oi lo que le susurró. Me llevé la mano al brazo, dolorido ante su pregunta y luego palpé mi labio. Desvié la mirada.
-Si... si... yo...- tartamudeé. Todavía temblaba un poco-. Estoy bien. Podía haber sido peor de no haber sido por usted.
Miré nerviosamente a su nodriza y luego a ella. No quería molestarlas y mucho menos incomodarlas cuando se cruzaran con alguien conocido.
-L-le agradezco su ayuda. De verdad yo no... no iba a llevarme su dinero... se le cayó y yo...- dejé la frase inacabada y me separé lentamente frotándome el brazo-. No quiero molestarla, su.... su.... la señora tiene razón. Su padre se enfadará si se entera y no quiero ser la causa de ello. Me... me iré y buscaré a... James. Es un buen amigo.
Me dejé llevar cuando la chica me tomó del brazo. Su nodriza no parecía precisamente alegre y oi lo que le susurró. Me llevé la mano al brazo, dolorido ante su pregunta y luego palpé mi labio. Desvié la mirada.
-Si... si... yo...- tartamudeé. Todavía temblaba un poco-. Estoy bien. Podía haber sido peor de no haber sido por usted.
Miré nerviosamente a su nodriza y luego a ella. No quería molestarlas y mucho menos incomodarlas cuando se cruzaran con alguien conocido.
-L-le agradezco su ayuda. De verdad yo no... no iba a llevarme su dinero... se le cayó y yo...- dejé la frase inacabada y me separé lentamente frotándome el brazo-. No quiero molestarla, su.... su.... la señora tiene razón. Su padre se enfadará si se entera y no quiero ser la causa de ello. Me... me iré y buscaré a... James. Es un buen amigo.
Denna Setterfield- Cambiante Clase Media
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
La mirada preocupada de Kate se relajó un poco cuando ella le dijo que estaba bien... -Eso me tranquiliza, pero no creo que esté del todo bien, mademoiselle, está usted demasiado nerviosa- dijo con preocupación en su voz.
La muchacha era muy bonita, y Kate lamentaba mucho el momento que había tenido que pasar por culpa de su descuido. -yo...- dijo un tanto avergonzada -yo lamento mucho todo lo que ocurrió allí dentro, fue por mi culpa que aquel ser despreciable le hiciera daño- dijo disculpándose. Notó que la joven se sentía muy incómoda, Kate nuevamente negó con la cabeza -no se preocupe, le creo, no tiene que explicarme, soy bastante despistada, gracias por su honestidad- agregó con una sonrisa, no quería que la pobre joven continuara así, como intimidada por la presencia de ella.
La joven se soltó de su mano con suavidad, "No quiero molestarla, su.... su.... la señora tiene razón. Su padre se enfadará si se entera y no quiero ser la causa de ello. Me... me iré y buscaré a... James. Es un buen amigo." frunció un poco el ceño, no quería que la joven se fuera tan pronto, ni mucho menos así de nerviosa.
-al menos permítame acompañarla hasta que esté más tranquila- le respondió avanzando hacia ella nuevamente. -¿pero qué estás haciendo?- dijo con rabia su nodriza, tomándola del brazo -te lo advierto, Katherine- añadió con severidad. -suéltame- respondió la joven, por primera vez con frialdad hacia su nodriza -¿te gustaría que a alguien de tu familia le hicieran lo que le hicieron a esta joven y que nadie la ayudase? yo creo que no- murmuró con enfado. La mujer permaneció en silencio y la soltó. Kate aprovechó y se acercó a la joven -por favor, permítame acompañarla- le pidió amablemente.
La muchacha era muy bonita, y Kate lamentaba mucho el momento que había tenido que pasar por culpa de su descuido. -yo...- dijo un tanto avergonzada -yo lamento mucho todo lo que ocurrió allí dentro, fue por mi culpa que aquel ser despreciable le hiciera daño- dijo disculpándose. Notó que la joven se sentía muy incómoda, Kate nuevamente negó con la cabeza -no se preocupe, le creo, no tiene que explicarme, soy bastante despistada, gracias por su honestidad- agregó con una sonrisa, no quería que la pobre joven continuara así, como intimidada por la presencia de ella.
La joven se soltó de su mano con suavidad, "No quiero molestarla, su.... su.... la señora tiene razón. Su padre se enfadará si se entera y no quiero ser la causa de ello. Me... me iré y buscaré a... James. Es un buen amigo." frunció un poco el ceño, no quería que la joven se fuera tan pronto, ni mucho menos así de nerviosa.
-al menos permítame acompañarla hasta que esté más tranquila- le respondió avanzando hacia ella nuevamente. -¿pero qué estás haciendo?- dijo con rabia su nodriza, tomándola del brazo -te lo advierto, Katherine- añadió con severidad. -suéltame- respondió la joven, por primera vez con frialdad hacia su nodriza -¿te gustaría que a alguien de tu familia le hicieran lo que le hicieron a esta joven y que nadie la ayudase? yo creo que no- murmuró con enfado. La mujer permaneció en silencio y la soltó. Kate aprovechó y se acercó a la joven -por favor, permítame acompañarla- le pidió amablemente.
Invitado- Invitado
Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Me quedé helada ante el perdón de aquella dama tan elegante. Admiraba cada uno de sus movimientos, sus ropas, su pelo cuidado. Me sentía como una rata a su lado... y se me hacía impensable que ella me estuviera pidiendo perdón a mi. Me apresuré a negar con la cabeza y a sonreir levemente, aunque el labio me molestaba.
-¡No señorita! ¡No me merezco que me pida perdón! Muchas veces tuve que hacer realmente cosas malas para conseguir sobrevivir, pero vos... vos no parecíais cruel. No os mereciais perder ese dinero...- me callé porque la cara de su nodriza fue un poema-. De-de verdad que no fue su culpa. Nuestras gentes tienen esos problemas muchas veces... ya no confían en nosotros y prefieren acusarnos antes que escucharnos, aunque a veces se malinterpreten nuestras acciones....
Mi rostro se volvió un tanto frío por mis palabras. Igualmente, la joven no pareció dudar a la hora de decidir qué quería hacer. Me tensé ante el pequeño desacuerdo con su compañera y me quedé callada mientras hablaban. La chica pareció dejar sin palabras a la pobre mujer y yo no tardé ni un segundo en reaccionar y guiarla hasta el trabajo de James. Le vi a través de los cristales, tallando, como siempre. Vi sus ojos abrirse de par en par al verme.
-¡No señorita! ¡No me merezco que me pida perdón! Muchas veces tuve que hacer realmente cosas malas para conseguir sobrevivir, pero vos... vos no parecíais cruel. No os mereciais perder ese dinero...- me callé porque la cara de su nodriza fue un poema-. De-de verdad que no fue su culpa. Nuestras gentes tienen esos problemas muchas veces... ya no confían en nosotros y prefieren acusarnos antes que escucharnos, aunque a veces se malinterpreten nuestras acciones....
Mi rostro se volvió un tanto frío por mis palabras. Igualmente, la joven no pareció dudar a la hora de decidir qué quería hacer. Me tensé ante el pequeño desacuerdo con su compañera y me quedé callada mientras hablaban. La chica pareció dejar sin palabras a la pobre mujer y yo no tardé ni un segundo en reaccionar y guiarla hasta el trabajo de James. Le vi a través de los cristales, tallando, como siempre. Vi sus ojos abrirse de par en par al verme.
Denna Setterfield- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/01/2010
Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Mis manos llevaban un buen rato protestando por tanto trabajo... pero yo seguía ensimismado. Lijaba, seguía picando ese trozo de madera que había comenzado siendo un tronco, para darle la forma que deseaba, y ese día quería ver una rosa tallada en madera. Y la tendría. Claro que la tendría. Mis trabajos nunca se quedaban inacabados.
La mesa de trabajo estaba llena de astillas y un polvillo marrón, fruto de las horas que llevaba con aquella escultura. Ya casi estaba terminarda. Miré los guantes que llevaba. Algunos agujeros habían taladrado la tela. Ya era hora de ir a por otros nuevos. Suspiré mientras abria y cerraba la mano izquierda. Notaba cómo me ardían los músculos del antebrazo. Aquel material había sido más resistente que los demás, por ello el trabajo sería más sólido y valdría más que otros objetos.
Alcé la vista, y me crucé con la vista de Nora en la ventana. Demonios. ¿Era sangre lo que tenía en el rostro? Me quité apresuradamente los guantes y los dejé encima de la mesa, abriendo la puerta de la tienda, que emitió un gemido. Me había olvidado de poner aceite en las visagras. Estaba tan alterado por la visión de Nora herida que no me percaté de que traia acompañantes. La tomé el rostro y alcé su barbilla, para mirar su mejilla completamente roja, y su labio... roto.
-¡Oh dios mio! ¡Nora! ¿Qué te ha pasado esta vez? ¿Ha sido otra vez Jeremy, el comerciante?- negó con la cabeza y gruñí bajito-. Pasa dentro, tengo un botiquín en la sala de herramientas.
En ese momento fue cuando por fin miré a la joven de clase alta que la había traido. Me quedé boquiabierto al volver a ver a Kate. Iba a saludarla contento, pero al ver de reojo que su nodriza le acompañaba, boqueé y pensé que sería mejor idea hacerme el loco. La miré a los ojos y sonreí, con una mirada cómplice.
-Buenos días madame. Señora...- dije dirigiéndome a la nodriza-. ¿Han traido ustedes a Nora? Si es así, os lo agradezco. No podría perdonarme que le pasara algo grave...
La mesa de trabajo estaba llena de astillas y un polvillo marrón, fruto de las horas que llevaba con aquella escultura. Ya casi estaba terminarda. Miré los guantes que llevaba. Algunos agujeros habían taladrado la tela. Ya era hora de ir a por otros nuevos. Suspiré mientras abria y cerraba la mano izquierda. Notaba cómo me ardían los músculos del antebrazo. Aquel material había sido más resistente que los demás, por ello el trabajo sería más sólido y valdría más que otros objetos.
Alcé la vista, y me crucé con la vista de Nora en la ventana. Demonios. ¿Era sangre lo que tenía en el rostro? Me quité apresuradamente los guantes y los dejé encima de la mesa, abriendo la puerta de la tienda, que emitió un gemido. Me había olvidado de poner aceite en las visagras. Estaba tan alterado por la visión de Nora herida que no me percaté de que traia acompañantes. La tomé el rostro y alcé su barbilla, para mirar su mejilla completamente roja, y su labio... roto.
-¡Oh dios mio! ¡Nora! ¿Qué te ha pasado esta vez? ¿Ha sido otra vez Jeremy, el comerciante?- negó con la cabeza y gruñí bajito-. Pasa dentro, tengo un botiquín en la sala de herramientas.
En ese momento fue cuando por fin miré a la joven de clase alta que la había traido. Me quedé boquiabierto al volver a ver a Kate. Iba a saludarla contento, pero al ver de reojo que su nodriza le acompañaba, boqueé y pensé que sería mejor idea hacerme el loco. La miré a los ojos y sonreí, con una mirada cómplice.
-Buenos días madame. Señora...- dije dirigiéndome a la nodriza-. ¿Han traido ustedes a Nora? Si es así, os lo agradezco. No podría perdonarme que le pasara algo grave...
Narim- Humano Clase Media
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Al parecer, y después de todo la joven parecía aceptar que Kate la acompañase hasta donde su amigo. Caminaron por lugares que Kate aún no conocía del todo... Llegaron hasta una tienda, al parecer de carpintería. Kate miró hacia el interior, a través de la vitrina, y para su sorpresa, vio al amable joven con el que había tenido una profunda conversación días atrás, cuando ella había escapado de su hogar.
No pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro, la que desapareció cuando lo oyó hablarle a la joven que ella había acompañado hasta allí. "¿cómo puede ser que esto ya le haya pasado?" pensó frunciendo el ceño levemente, por las palabras del joven, a la señorita ya la habían golpeado, y más de una vez...
-buenas tardes,monseiur- respondió ella, evitando sonreír abiertamente, puesto que su nodriza la reprendería nuevamente. -Efectivamente, nosotras la hemos acompañado hasta aquí, lamento mucho que su amiga haya tenido que sufrir el ataque de un horrendo personaje por mi descuido- dijo haciendo una leve inclinación de cabeza. -ella nos guió hasta aquí, diciendo que tenía un buen amigo, y por lo que puedo apreciar, ella tiene toda la razón.- añadió sonriendo cálidamente a ambos jóvenes. Martha, su nodriza, se aclaró la garganta fuertemente, a lo que Kate, frunció el ceño, dio un suspiro y dijo -realmente lamento todo este altercado por mi culpa, como veo que la señorita queda en buenas manos, me retiro, aunque me gustaría quedarme un poco más con tan agradable compañía- volvió a sonreír, y se dirigió hacia Nora -realmente lamento mucho todo lo que ha sucedido.- Se sacó el guante de su mano derecha, y de su dedo se desprendió de un anillo de oro con una pequeña incrustación de rubíes, regalo de su padre, depositándolo en la mano de la joven -no quiero que lo malinterprete, pero creo que esta joya se ve muchísimo mejor en usted, mademoiselle, puede actuar con ella como guste- dijo sonriéndole cálidamente. Su nodriza la miró perpleja, pero no dijo nada.
Luego volvió a dirigirse a ambos, -monseiur, mademoiselle, que tengan una maravillosa tarde, a pesar de los problemas que les he ocasionado.- hizo una leve reverencia. Realmente no quería irse, pero no podría hablar con ellos de manera natural estando su nodriza presente. Sonrió por última vez, y dio media vuelta para regresar a su hogar junto a su nodriza.
No pudo evitar que una sonrisa apareciera en su rostro, la que desapareció cuando lo oyó hablarle a la joven que ella había acompañado hasta allí. "¿cómo puede ser que esto ya le haya pasado?" pensó frunciendo el ceño levemente, por las palabras del joven, a la señorita ya la habían golpeado, y más de una vez...
-buenas tardes,monseiur- respondió ella, evitando sonreír abiertamente, puesto que su nodriza la reprendería nuevamente. -Efectivamente, nosotras la hemos acompañado hasta aquí, lamento mucho que su amiga haya tenido que sufrir el ataque de un horrendo personaje por mi descuido- dijo haciendo una leve inclinación de cabeza. -ella nos guió hasta aquí, diciendo que tenía un buen amigo, y por lo que puedo apreciar, ella tiene toda la razón.- añadió sonriendo cálidamente a ambos jóvenes. Martha, su nodriza, se aclaró la garganta fuertemente, a lo que Kate, frunció el ceño, dio un suspiro y dijo -realmente lamento todo este altercado por mi culpa, como veo que la señorita queda en buenas manos, me retiro, aunque me gustaría quedarme un poco más con tan agradable compañía- volvió a sonreír, y se dirigió hacia Nora -realmente lamento mucho todo lo que ha sucedido.- Se sacó el guante de su mano derecha, y de su dedo se desprendió de un anillo de oro con una pequeña incrustación de rubíes, regalo de su padre, depositándolo en la mano de la joven -no quiero que lo malinterprete, pero creo que esta joya se ve muchísimo mejor en usted, mademoiselle, puede actuar con ella como guste- dijo sonriéndole cálidamente. Su nodriza la miró perpleja, pero no dijo nada.
Luego volvió a dirigirse a ambos, -monseiur, mademoiselle, que tengan una maravillosa tarde, a pesar de los problemas que les he ocasionado.- hizo una leve reverencia. Realmente no quería irse, pero no podría hablar con ellos de manera natural estando su nodriza presente. Sonrió por última vez, y dio media vuelta para regresar a su hogar junto a su nodriza.
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Gemí cuando James me preguntó por la persona que me había golpeado. Efectivamente, no era la primera vez que me habían golpeado, pero no de la forma tan humillante como la de aquel día. A veces Jeremy me había soltado un buen cachete por el simple hecho de observar su mercancía con un brillo en mis ojos. Aquellas manzanas que vendía tenían una pinta realmente exquisita. Estaba a la espalda de James cuando oi a la joven hablar.
Me giré y no se me escapó la sonrisa que intentaba ocultar a su nodriza. Miré respectivamente a James y a Kate. Algo me ocultaban. ¿Se conocían? Me acerqué de nuevo y un jadeo ahogado se escapó de mis labios. De pronto, una joya hermosa se había depositado en mis manos.
-Se-señorita n-no debe darme nada n-no está bien visto y yo no... no...- miré a James pidiendo ayuda.
Aquel regalo era demasiado para mi. No podía aceptarlo estaba fuera de lugar que alguien como yo tuviera algo así. Me daba miedo hasta tocarlo. Brillaba tanto en mi palma blanquecina...
Me giré y no se me escapó la sonrisa que intentaba ocultar a su nodriza. Miré respectivamente a James y a Kate. Algo me ocultaban. ¿Se conocían? Me acerqué de nuevo y un jadeo ahogado se escapó de mis labios. De pronto, una joya hermosa se había depositado en mis manos.
-Se-señorita n-no debe darme nada n-no está bien visto y yo no... no...- miré a James pidiendo ayuda.
Aquel regalo era demasiado para mi. No podía aceptarlo estaba fuera de lugar que alguien como yo tuviera algo así. Me daba miedo hasta tocarlo. Brillaba tanto en mi palma blanquecina...
Denna Setterfield- Cambiante Clase Media
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Incluso a mi se me abrieron desorbitadamente los ojos cuando Katherine posó aquel anillo en manos de Nora. Debía valer una fortuna. Miré a Kate y esa vez no pude evitar sonreir agradecido. Nora estaba nerviosa y tartamudeaba, mirándome como pidiéndome ayuda para rechazar aquel regalo de alguna manera elegante. Pobrecilla. Ni siquiera el saber que aquello le ahorraría muchos sufrimientos la convencía de quedarse con algo tan valioso.
La mirada que Kate me dirigió no me dejó ninguna duda. Ella quería que se lo quedara. Suspiré sonoramente.
- Nora, si la señorita quiere que lo tengas es de mala educación que la contradigamos- musité acariciándola el pelo para acallar sus protestas-. Me llamo James Hoffman y ella es Nora Hausheer... siento la descortesía de no haberme presentado cuando llegaron. Aquí es donde trabajo la mayor parte de los días.
Dije tendiéndole una mano. Aguanté la risa. Realmente, yo ya sabía su nombre, pero había que guardar las apariencias. Aguardé su respuesta y continué hablando.
-Les ruego que pasen dentro. Me gustaría que la señorita Katherine también se llevara un regalo de nuestra parte. Aunque no sea tan valioso como vuestra joya, he puesto gran empeño en terminarlo.
Me aparté de la puerta, y la sujeté para que Katherine y su nodriza pasaran. Las ofrecí asiento y volví a colocarme los guantes de trabajo. Tomé mis herramientas y volví a la mesa donde la rosa aun anclada a la madera me aguardaba.
-Solo será un minuto- dije, y comencé a tallar la base de la flor.
La mirada que Kate me dirigió no me dejó ninguna duda. Ella quería que se lo quedara. Suspiré sonoramente.
- Nora, si la señorita quiere que lo tengas es de mala educación que la contradigamos- musité acariciándola el pelo para acallar sus protestas-. Me llamo James Hoffman y ella es Nora Hausheer... siento la descortesía de no haberme presentado cuando llegaron. Aquí es donde trabajo la mayor parte de los días.
Dije tendiéndole una mano. Aguanté la risa. Realmente, yo ya sabía su nombre, pero había que guardar las apariencias. Aguardé su respuesta y continué hablando.
-Les ruego que pasen dentro. Me gustaría que la señorita Katherine también se llevara un regalo de nuestra parte. Aunque no sea tan valioso como vuestra joya, he puesto gran empeño en terminarlo.
Me aparté de la puerta, y la sujeté para que Katherine y su nodriza pasaran. Las ofrecí asiento y volví a colocarme los guantes de trabajo. Tomé mis herramientas y volví a la mesa donde la rosa aun anclada a la madera me aguardaba.
-Solo será un minuto- dije, y comencé a tallar la base de la flor.
Narim- Humano Clase Media
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Kate estaba a punto de marcharse, cuando la voz de James la detuvo, se giró con delicadeza, y para molestia de su nodriza, sonrió ampliamente al oír las palabras del joven. -gusto en conocerlo, monseiur James, y también es un agrado conocerla, señorita Nora- dijo mientras extendía también su mano al joven y se dirigía a la chica.
Sonrió y negó con la cabeza, al oír lo del regalo -No es necesario, de verdad- no pudo negarse ante la amabilidad de ambos jóvenes, y entró haciendo una leve inclinación de cabeza, hacia el taller de James. Su nodriza rodó los ojos, y no le quedó más remedio que seguirla hacia el interior de la tienda. Cuando estuvieron dentro, se acercó nuevamente hacia Nora -de verdad, quiero que lo conserve, tómelo como regalo de una amiga- le sugirió sonriendo.
se dirigió hacia el joven -no sabía que usted era carpintero, veo que tiene muchísimo talento- dijo mirándolo trabajar en un hermosa flor tallada en madera.
Sonrió y negó con la cabeza, al oír lo del regalo -No es necesario, de verdad- no pudo negarse ante la amabilidad de ambos jóvenes, y entró haciendo una leve inclinación de cabeza, hacia el taller de James. Su nodriza rodó los ojos, y no le quedó más remedio que seguirla hacia el interior de la tienda. Cuando estuvieron dentro, se acercó nuevamente hacia Nora -de verdad, quiero que lo conserve, tómelo como regalo de una amiga- le sugirió sonriendo.
se dirigió hacia el joven -no sabía que usted era carpintero, veo que tiene muchísimo talento- dijo mirándolo trabajar en un hermosa flor tallada en madera.
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Entré esbozando una media sonrisa a James y articulando con los labios un "¿La conoces?" a lo que él asintió con un brillo pícaro en los ojos. La verdad, dudaba que su nodriza hubiera descubierto este dato. Actuaban realmente bien. Sonreí para mis adentros y negué con la cabeza. Este chico no tenía remedio. ¿Dónde la habría conocido?
Me quedé de pie al lado de Katherine mientras ella y su nodriza se sentaban en unas butacas de terciopelo verde. Recordé con ilusión cómo había ayudado a James a hacerlas hacía unos meses. Eran el orgullo de su tienda.
Observé el anillo que me había dado Kate aun con cara de asombro. Me lo coloqué dudosa sobre el dedo anular y observé sus brillantes rubíes destellar con la luz que entraba por la ventana. Suspiré y entonces oi a Katherine hablarme. Me sobresalté un poco y no pude evitar sonreirle, a pesar de que notaba el pulso en el labio. Nunca había tenido amigas. La miré con admiración y volví la vista hacia la joya, mientras ella se levantaba para ver mejor lo que hacía James.
Me quedé de pie al lado de Katherine mientras ella y su nodriza se sentaban en unas butacas de terciopelo verde. Recordé con ilusión cómo había ayudado a James a hacerlas hacía unos meses. Eran el orgullo de su tienda.
Observé el anillo que me había dado Kate aun con cara de asombro. Me lo coloqué dudosa sobre el dedo anular y observé sus brillantes rubíes destellar con la luz que entraba por la ventana. Suspiré y entonces oi a Katherine hablarme. Me sobresalté un poco y no pude evitar sonreirle, a pesar de que notaba el pulso en el labio. Nunca había tenido amigas. La miré con admiración y volví la vista hacia la joya, mientras ella se levantaba para ver mejor lo que hacía James.
Denna Setterfield- Cambiante Clase Media
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Aunque estaba muy concentrado en terminar mi trabajo. Oi con satisfacción cómo Katherine se dirigía a Nora. La miré agradecido, y sonreí levemente, cosa que hacía más bien nunca, pero la situación era graciosa y digna de hacerme sentir cómodo por primera vez en mucho tiempo. Nora se merecía aquel anillo. Podría venderlo y vestir correctamente durante un tiempo, comer... Conociéndola prescindirá de las ropas para comer únicamente. Ella era así de simple. Suspiré y miré a Katherine de nuevo.
- Bueno, creo que de hecho soy el único en la ciudad madame. Me halaga que le guste lo que hago, al fin y al cabo, esto va a ser para vos- dije volteando la rosa para terminar de soltarla de la base.
Di un golpe seco con el martillo y un clavo, y la rosa se desprendió como si la arrancara de sus raices. Dejé las herramientas y tomé la lija para quitar las astillas de la escultura.
- Me relaja mi oficio... puedo expresar lo que siento tallando - dije sin pensarlo-. Paso la mayor parte del tiempo aquí sentado... rodeado de madera, de esculturas que me recuerdan buenos momentos y malos. Es... parte de mi vida.
Cuando creí que había acabado, alcé la rosa y la observé unos instantes. Era ligera, como si tuviera vida de verdad y no hubiera empezado siendo un tronco de un árbol cualquiera. La cogí por el imitado tallo, y grabé mis iniciales debajo de los pétalos. Después se la tendí a Kate.
-Aquí tiene madame. Ojalá pudiera darle algo mejor que una simple talla, pero me temo que mis recursos también son limitados- dije amablemente-. Gracias de nuevo por ayudarla...
Miré a Nora, cuya herida parecía adquirir un tono rojizo más oscuro cada momento. Suspiré y busqué bajo la mesa de trabajo. Tomé un algodón de un botiquín improvisado y un líquido desinfectante. Titubee un poco. Tenía la sensación de que la haría más daño.
-Señorita Katherine... ¿le importaría antes de irse...? Temo que mis manos solo sirvan para trabajar...- musité un poco incómodo tendiéndole el algodón-. Se de buena mano que las mujeres sois más ciudadosas.
- Bueno, creo que de hecho soy el único en la ciudad madame. Me halaga que le guste lo que hago, al fin y al cabo, esto va a ser para vos- dije volteando la rosa para terminar de soltarla de la base.
Di un golpe seco con el martillo y un clavo, y la rosa se desprendió como si la arrancara de sus raices. Dejé las herramientas y tomé la lija para quitar las astillas de la escultura.
- Me relaja mi oficio... puedo expresar lo que siento tallando - dije sin pensarlo-. Paso la mayor parte del tiempo aquí sentado... rodeado de madera, de esculturas que me recuerdan buenos momentos y malos. Es... parte de mi vida.
Cuando creí que había acabado, alcé la rosa y la observé unos instantes. Era ligera, como si tuviera vida de verdad y no hubiera empezado siendo un tronco de un árbol cualquiera. La cogí por el imitado tallo, y grabé mis iniciales debajo de los pétalos. Después se la tendí a Kate.
-Aquí tiene madame. Ojalá pudiera darle algo mejor que una simple talla, pero me temo que mis recursos también son limitados- dije amablemente-. Gracias de nuevo por ayudarla...
Miré a Nora, cuya herida parecía adquirir un tono rojizo más oscuro cada momento. Suspiré y busqué bajo la mesa de trabajo. Tomé un algodón de un botiquín improvisado y un líquido desinfectante. Titubee un poco. Tenía la sensación de que la haría más daño.
-Señorita Katherine... ¿le importaría antes de irse...? Temo que mis manos solo sirvan para trabajar...- musité un poco incómodo tendiéndole el algodón-. Se de buena mano que las mujeres sois más ciudadosas.
Narim- Humano Clase Media
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
miró la rosa con detenimiento, era hermosa, y kate sentía que era el primer regalo que le hacían por verdadera gratitud y gusto... -Es preciosa- dijo mirándola embelesada -no tenía para qué molestarse...- añadió con una leve sonrisa en sus labios.
-me alegra el hecho de que pueda vivir de su pasión, de lo que ama hacer, ese es un buen camino- comentó con la rosa entre sus manos, tomándola con firmeza, y cuidado, como si se tratara de una escultura frágil de cristal.
luego de aquello, lo miró sacar utensilios para curar, entonces sonrió ante la petición del joven -por supuesto que le ayudo, no es ningún problema- dijo sonriendo de lado, mientras se levantaba y le dejaba la rosa a su nodriza, tomaba las cosas y se dirigía hacia la joven Nora. -creo que esto le dolerá un poco, pero es por su bien- dijo con suavidad, sonriéndole a la muchacha, mientras con una mano, le levantaba el mentón, y con la otra limpiaba cuidadosamente la herida que el animal del café le había hecho con su puño.
Mientras le limpiaba, le decía a la joven -aún me siento muy avergonzada de lo que sucedió, su hermoso rostro no habría sido afectado por las manos de un animal si no hubiese sido por mi descuido, de verdad me siento muy avergonzada- repetía una y otra vez, mientras cuidadosamente continuaba limpiando la herida del labio de la joven.
cuando terminó, sonrió y se dirigió a ambos -listo, de verdad ustedes han sido muy amables conmigo, casi como unos verdaderos amigos- realmente se sentía agradecida de ambos, y le gustaría seguir viéndolos, pero sabía que eso se volvería un poco difícil.
Dio un hondo suspiro y tomó su rosa, su nodriza también se levantó y se dirigió rápidamente hacia la puerta, esperándola afuera. -creo que debo retirarme, mademoiselle, monseiur, que tengan una muy agradable tarde- dijo a modo de despedida, mientras hacía una inclinación de cabeza, dirigiéndose hacia la salida de la tienda.
-me alegra el hecho de que pueda vivir de su pasión, de lo que ama hacer, ese es un buen camino- comentó con la rosa entre sus manos, tomándola con firmeza, y cuidado, como si se tratara de una escultura frágil de cristal.
luego de aquello, lo miró sacar utensilios para curar, entonces sonrió ante la petición del joven -por supuesto que le ayudo, no es ningún problema- dijo sonriendo de lado, mientras se levantaba y le dejaba la rosa a su nodriza, tomaba las cosas y se dirigía hacia la joven Nora. -creo que esto le dolerá un poco, pero es por su bien- dijo con suavidad, sonriéndole a la muchacha, mientras con una mano, le levantaba el mentón, y con la otra limpiaba cuidadosamente la herida que el animal del café le había hecho con su puño.
Mientras le limpiaba, le decía a la joven -aún me siento muy avergonzada de lo que sucedió, su hermoso rostro no habría sido afectado por las manos de un animal si no hubiese sido por mi descuido, de verdad me siento muy avergonzada- repetía una y otra vez, mientras cuidadosamente continuaba limpiando la herida del labio de la joven.
cuando terminó, sonrió y se dirigió a ambos -listo, de verdad ustedes han sido muy amables conmigo, casi como unos verdaderos amigos- realmente se sentía agradecida de ambos, y le gustaría seguir viéndolos, pero sabía que eso se volvería un poco difícil.
Dio un hondo suspiro y tomó su rosa, su nodriza también se levantó y se dirigió rápidamente hacia la puerta, esperándola afuera. -creo que debo retirarme, mademoiselle, monseiur, que tengan una muy agradable tarde- dijo a modo de despedida, mientras hacía una inclinación de cabeza, dirigiéndose hacia la salida de la tienda.
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
Observé admirada el trabajo de mi joven amigo. Conocía su pasión por su trabajo... pero juraría que aquella vez su esmero iba más allá de simple amor a tallar. Esa joven... quizás... quizás le gustara. Ella pareció muy agradecida y feliz por el regalo. Sus palabras fueron tan sinceras que yo no pude evitar esbozar una media sonrisa.
James titubeó delante de mi con los algodones. Me había curado más veces si... y sabía de su torpeza para todo lo que no fuera esculpir. Evité una carcajada cuando Katherine tomó el reelevo. Me curó con cuidado, y lo agradecí. Tuve una sensación rara cuando me tocó... como si sus manos desprendieran una energía especial mientras me curaba. Tal era así que casi no sentí el dolor. Me recordé a mi misma el comentárselo a James cuando estuvieramos a solas.
Alcé la mano para acallar los comentarios de Katherine. No quería que se echara toda la culpa... al fin y al cabo solo había sido una casualidad que aquel hombre me pillara y me golpeara...
-Por favor madame... no diga esas cosas. Mis heridas sanarán dentro de poco... no quedará rastro de ellas. Y lo que respecta a lo sucedido... me alegro de haber encontrado su dinero... no se merece usted perderlo de esa forma. No es culpa suya, de verdad- sonreí levemente y me levanté para acompañarla a la puerta.
Miré de reojo a su nodriza, que parecía enfurruñada y con ganas de salir corriendo. James sonreía apoyado en una columna, con los brazos apoyados. Miraba a Katherine con los ojos iluminados. Ay... querido amigo. Si es cierto lo que creo... te deseo el menor sufrimiento.
-Buenas tardes señorita Katherine. Ha sido un placer conocerla y gracias por... la joya. La guardaré bien, lo prometo- musité un poco sonrojada al recordar sus palabras de disculpa.
James titubeó delante de mi con los algodones. Me había curado más veces si... y sabía de su torpeza para todo lo que no fuera esculpir. Evité una carcajada cuando Katherine tomó el reelevo. Me curó con cuidado, y lo agradecí. Tuve una sensación rara cuando me tocó... como si sus manos desprendieran una energía especial mientras me curaba. Tal era así que casi no sentí el dolor. Me recordé a mi misma el comentárselo a James cuando estuvieramos a solas.
Alcé la mano para acallar los comentarios de Katherine. No quería que se echara toda la culpa... al fin y al cabo solo había sido una casualidad que aquel hombre me pillara y me golpeara...
-Por favor madame... no diga esas cosas. Mis heridas sanarán dentro de poco... no quedará rastro de ellas. Y lo que respecta a lo sucedido... me alegro de haber encontrado su dinero... no se merece usted perderlo de esa forma. No es culpa suya, de verdad- sonreí levemente y me levanté para acompañarla a la puerta.
Miré de reojo a su nodriza, que parecía enfurruñada y con ganas de salir corriendo. James sonreía apoyado en una columna, con los brazos apoyados. Miraba a Katherine con los ojos iluminados. Ay... querido amigo. Si es cierto lo que creo... te deseo el menor sufrimiento.
-Buenas tardes señorita Katherine. Ha sido un placer conocerla y gracias por... la joya. La guardaré bien, lo prometo- musité un poco sonrojada al recordar sus palabras de disculpa.
Denna Setterfield- Cambiante Clase Media
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Re: [Libre] Si pudieramos elegir nuestro lugar en el mundo...
El orgullo que sentí cuando ella apreció mi regalo fue realmente inmenso. Nunca nadie había agradecido tanto una simple figura de madera... a pesar de saberse las horas de esfuerzo empleadas en cada uno de mis trabajos. Miré la rostro de la joven, cuyos ojos recorrían la talla, como si la acariciara con la mirada. En sus manos aquella rosa parecía el más bello trofeo.
No supe responder nada coherente a sus comentarios, así que le tendí lo necesario para curar a Nora y sonreí amablemente. Su sonrisa me dejó desconcertado... y me hizo pensar en lo risueño que me volvía con ella. Suspiré sonoramente, cavilando mientras avanzaba hacia una columna, me cruzaba de brazos y observaba a Katherine apoyado en ella. Nora me miró de reojo... como queriendo decirme algo... pero no supe qué era.
Agradecí interiormente la ayuda de la joven Slater, y sentí una punzada de dolor cuando su nodriza huyó literalmente hacia la puerta. Nunca me habían afectado las miradas acusadoras de otras clases... pero viniendo del entorno de Katherine... la única joven con la que había compartido algunas opiniones y conversaciones agradables sin recibir ningún insulto... estos desprecios se hacían más palpables.
Seguí a Kate y a Nora hasta la puerta, pero me adelanté para sujetarla mientras salían fuera. Nora parecía estudiar mi rostro con sus ojos claros. Gruñí. "¿Qué?" Quise decirle con aquello.
-Me alegro de que hayais estado agusto madamme y le agradezco lo que ha hecho usted por Nora hoy - dije volviendo a actuar bajo el papel de plebeyo desconocido-. Espero que sepa que tiene a disposición mis servicios, y que puede regresar aquí cuando quiera. Mi puerta estará abierta para usted... buenas tardes.
Sentí cómo se me secaba la garganta. Realmente deseaba volver a verla. Charlar con Katherine me hacía olvidarme de los prejuicios de la sociedad... era agradable sentirse simplemente humano. Observé sus cabellos ondear y volví a sonreir. Cuando se alejó, Nora me pegó un codazo. Sonreí divertido mientras pasaba uno de mis brazos por sus hombros y ambos nos refugiamos en la tienda de nuevo. Teníamos mucho de que hablar, y sobre todo... después de aquella grata casualidad...
No supe responder nada coherente a sus comentarios, así que le tendí lo necesario para curar a Nora y sonreí amablemente. Su sonrisa me dejó desconcertado... y me hizo pensar en lo risueño que me volvía con ella. Suspiré sonoramente, cavilando mientras avanzaba hacia una columna, me cruzaba de brazos y observaba a Katherine apoyado en ella. Nora me miró de reojo... como queriendo decirme algo... pero no supe qué era.
Agradecí interiormente la ayuda de la joven Slater, y sentí una punzada de dolor cuando su nodriza huyó literalmente hacia la puerta. Nunca me habían afectado las miradas acusadoras de otras clases... pero viniendo del entorno de Katherine... la única joven con la que había compartido algunas opiniones y conversaciones agradables sin recibir ningún insulto... estos desprecios se hacían más palpables.
Seguí a Kate y a Nora hasta la puerta, pero me adelanté para sujetarla mientras salían fuera. Nora parecía estudiar mi rostro con sus ojos claros. Gruñí. "¿Qué?" Quise decirle con aquello.
-Me alegro de que hayais estado agusto madamme y le agradezco lo que ha hecho usted por Nora hoy - dije volviendo a actuar bajo el papel de plebeyo desconocido-. Espero que sepa que tiene a disposición mis servicios, y que puede regresar aquí cuando quiera. Mi puerta estará abierta para usted... buenas tardes.
Sentí cómo se me secaba la garganta. Realmente deseaba volver a verla. Charlar con Katherine me hacía olvidarme de los prejuicios de la sociedad... era agradable sentirse simplemente humano. Observé sus cabellos ondear y volví a sonreir. Cuando se alejó, Nora me pegó un codazo. Sonreí divertido mientras pasaba uno de mis brazos por sus hombros y ambos nos refugiamos en la tienda de nuevo. Teníamos mucho de que hablar, y sobre todo... después de aquella grata casualidad...
Narim- Humano Clase Media
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