El lugar más tranquilo del mundo (Libre)

por **Friné Simon** Mar Oct 16, 2012 8:33 am

No debían ser más de las diez cuando Friné comenzó a caminar a paso lento hacia la salida del cementerio. Solía visitar el lugar una vez cada dos semanas aproximadamente para dejar flores en la tumba de su difunta abuela . Aún tenía reciente su muerte, pero ya había superado la dureza de la situación. Al principio, visitaba Montmatre cada día, para ir distanciando cada vez más sus visitas. Sabía con certeza que algún día no tendría esa necesidad de verla, ni esa culpabilidad de quizás no haber sido la mejor nieta para ella. Hasta entonces, aquellas tristes visitas continuarían. Quizás si su padre no se hubiera ido con cualquier mujer a vivir una aventura, su abuela seguiría viva, o al menos no se habría ido con tal mala imagen de su único hijo. ¿Se sentía culpable de las acciones de su padre? Agitó la cabeza y respiró profundamente, no quería pensar en nada, no allí.

Giró la cabeza y sonrió hacia la lápida de piedra en la cual lucía hermoso un ramo de rosas blancas, las preferidas de su abuela y también de la propia chica. De repente, un ruido no muy lejano, la sacó de su ensimismamiento. Parecía el crujir de unos zapatos sobre las hojas secas del otoño pero allí no parecía haber nadie. Miró a su al rededor esperando no ver a nadie y no lo hizo. Continuó con su paso, esta vez algo más apresurado aunque no sentía realmente miedo. Como mucho, por su cabeza pasaba la imagen de algún hombre borracho o algún mendigo, pero no había nada más que pudiera resultar 'peligroso' en París. Además, aquel lugar era uno de los más tranquilos del mundo.

Buscó el gran arco de salida del cementerio pero no conseguía encontrarlo y, cada vez, la ansiedad la invadía más. No creía poder haberse perdido en un lugar que había visitado con tanta frecuencia, claro que, era la primera vez que se encontraba allí a aquellas horas de la noche. Pensaba en su madre seguramente preocupada y en tener que cruzar sola medio París oscurecido y repleto de cosas que no le gustaría saber.
-¿Por dónde era?-murmuró para sí misma.

Entre el nerviosismo y la desorientación consiguió llegar hasta uno de los muros que cercaba el lugar. Suspiró y se apoyó en él, ahora solo tendría que seguirlo para encontrar la salida.

por **Karólynn Schwarowzki** Mar Oct 16, 2012 10:03 am

Sentí el sonido de las hojas crujir bajo mis zapatos. Era un sonido tranquilizante, que me ayudaba a ver lo que estaba a mi alrededor, aún cuando fuera de noche.

A pesar de que no tenía familiares allí, me gustaba visitar el cementerio. Había una bonita colección de auras de fantasmas que ver, cada una con su particular color, y los bordes algo borrosos. No podía verles las caras, sólo sentía su energía y oía las voces. Aquellos espíritus del cementerio siempre tenían cosas interesantes que contar, historias antiguas que te mantenían entretenida. Y en mi caso, me mantuvieron tan entretenida que se me hizo de noche antes de que me diera cuenta, y con ello mi capacidad visual se limitó.

Algunos de esos fantasmas sabían que yo era ciega, y se ofrecieron a mostrarme el camino de salida, como agradecimiento por atenuar su soledad. Yo también se los agradecí, en mi pobre francés con mucho acento lituano. A pesar de que no me gusta mucho la idea de recibir ayuda, en este caso era imposible negarse. Lo único que veía en la noche era oscuridad. Oscuridad más las luces chispeantes de las auras a mi alrededor, encendidas como antorchas que luchaban contra la negrura que veían mis ojos.

Me sobresalté un poco cuando oí unos pasos, pero esa sorpresa inicial se transformó en tranquila condescendencia cuando oí la voz que me demostraba que era un humano y estaba perdido. Se oía como una chica joven, pobrecilla. Era mejor que la ayudara. Le pedí a los fantasmas que me llevaran hacia ella.

-¿Estas perdida?- dije, al aire, sin saber bien en dónde estaba- ¿Necesitas ayuda?

OFF: espero no molestar (:

por **Friné Simon** Mar Oct 16, 2012 1:55 pm

La chica se sobresaltó al observar una silueta caminando hacia ella. Se quedó paralizada por el miedo, estática en el mismo lugar, intentando ver el rostro de aquella persona que, por su forma de caminar, no parecía tener ninguna intención de atacarla. A pesar de todo, la postura de Friné seguía siendo tensa y en posición defensiva. Esperaba no tener que salir corriendo con aquellos dichosos zapatos nuevos, más que nada, porque no le permitían huir demasiado rápido, que se pudieran romper le era indiferente en aquel instante.

Soltó todo el aire de sus pulmones y sonrió al ver a una mujer frente a ella, con una voz agradable y amable. Había tenido suerte, lo sabía, y daba las gracias por ello. Dio un paso hacia la fémina, mientras miraba el suelo. Estaba avergonzada de tener que reconocer su inepta orientación pero era eso o fingir no estar perdida, rechazar su ayuda y vagar toda la noche por aquel lugar. Llegó a la conclusión de que no era el momento de mantener ninguna apariencia y, simplemente, lo dijo.
-Si, no logro encontrar la salida...-murmuró permitiéndose el tutearla tal y como la otra mujer había hecho.-Gracias

Por primera vez la miró a la cara con detenimiento. Tendría más o menos su edad, quizás algo mayor, un rostro bonito y facciones que no parecía parisinas, de hecho, su acento no era el que estaba acostumbrada a oír. Después, se detuvo en sus ojos. Sabía que la estaba mirando pero parecía como si no pudiera verla realmente, como si su vista estuviera puesta en un punto del horizonte. Prefirió no preguntarle, no quería parecer descortés ni importunarla con su curiosidad.
-Mi nombre es Friné-dijo recordando que no se había presentado aún

Off: Para nada, gracias por responder

por **Karólynn Schwarowzki** Mar Oct 16, 2012 9:28 pm

-Yo me llamo Karólynn, un gusto- respondí, dando una reverencia al aire.

De seguro, con todas las pistas que le había dado, ya debía de suponer que era ciega. La verdad era irónico que la estuviera ayudando, siendo que veía prácticamente nada. Pero tenía mis ventajas. Un tropel de fantasmas solícitos, por ejemplo.

Aunque esas ventajas venían con sus respectivos problemas. Uno de ellos era el hecho de que no debía dejar relucir mi condición de Bruja ante una humana cualquiera- y lo era, porque su aura no tenía esa energía tan característica de las de mi clase-, era algo bastante peligroso. Si la inquisición te veía "practicando magia", podía ser tu último día en esta tierra.

Por lo mismo, tuve que susurrarle muy bajito a mis amigos fantasmas que "me guiaran hasta la salida, por favor", y le tendí una mano amiga- aunque ausente- a Friné, o así creo que se llamaba.

-Ven, sígueme. Sé dónde está la salida. Vamos, cuidado con los zapatos. Disculpa mi intromisión, pero ¿Qué hace una joven como tú en el cementerio a estas horas de la noche?- todo ese tropel de palabras, dicho de manera rápida y en una extraña mezcla de Francés y Lituano no era muy entendible, pero esperaba que aquella joven captara lo que quería decir y me respondiera.

Yo era una mujer bastante curiosa, y este encuentro para mí era de lo más interesante.

por **Friné Simon** Miér Oct 17, 2012 3:57 am

Al escuchar su nombre, Friné llegó a la definitiva conclusión de que su origen no era francés. Era un nombre que nunca había oído pero le pareció bello por la forma en la que lo pronunció quizás, o tal vez por su exotismo. De cualquier forma, ya tenían algo en común ambas, eran extranjeras aunque a Friné no se le notaba demasiado, llevaba toda su vida en Francia y Grecia quedaba ya muy lejos de su día a día.
Agitó la cabeza despejando aquellos tristes pensamientos de nostalgia y esbozó una leve sonrisa. No era el momento de ponerse sentimental, menos en mitad de la noche en un cementerio.

Tomó con sutileza la mano de la mujer, sabiendo con certeza de que ella la había levantado al aire a tientas. De cualquier forma, no dudó en que pudiera guiarla hasta la salida. Se sentía ella más ciega que la mujer que tenía delante. ¿Cuántas cosas podría captar Karólynn que a ella, teniendo visión se le escapaban? Y es que, Friné sabía que todos los demás sentidos se agudizaban al perder uno de ellos.
-Estaba visitando la tumba de mi abuela y se me ha hecho algo tarde-respondió la chica sin ningún problema, no le costaba abrirse a los desconocidos ni socializar con otras personas-Soy un poco torpe y acabé perdida, y juraría que al borde de un ataque de nervios-aceptó avergonzada pero con un toque gracioso en la voz. Sabía reírse de sí misma.

Se levantó un poco la falda del vestido con la mano que tenía libre, buscando una mayor comodidad al caminar por aquel lugar. La mujer que la guiaba no titubeaba al dar ninguno de sus pasos, era como si hubiera recorrido aquel camino tantas veces que no necesitara ninguno de sus sentidos para recorrerlo.
-¿Y tú?, creo que somos las únicas que estamos en el cementerio-comentó mirando a su alrededor en busca de divisar alguna que otra persona pero nada.-Debes haber venido por aquí muchas veces con anterioridad, conoces perfectamente el camino-dijo con normalidad sin darle ninguna importancia a la incapacidad de la chica.

por **Karólynn Schwarowzki** Miér Oct 17, 2012 6:32 pm

-¿Yo? Tengo amigos en este lugar- le respondí alegremente. Era verdad, aunque omití de qué naturaleza eran mis amigos. Tampoco le dije que eran ellos los que nos estaban llevando diligentemente hacia la salida.

Algunos fantasmas, en respuesta sólo se rieron y me hablaron en voz muy bajita. Yo sólo les sonreí. No podía hablarle al aire. Sería una escena mucho más extraña que la que estábamos protagonizando ahora.

Las pequeñas luces que veía, de colores inverosímiles y únicos, me susurraban las instrucciones para salir. Una vuelta a la derecha, cuidado, ahí hay una rama, muy bien, ahora dobla hacia la izquierda y sigue derecho hasta que te digamos dónde doblar.

-Puede que conozca el camino, puede que no. Hay veces en las que me pierdo en la oscuridad- sonreí ante esto último, lo cual pasaba casi siempre-. Es difícil no ver nada en una ciudad como ésta. Está hecha para ser vista con los ojos.

Sonreí levemente. Había pasado varias peripecias en París, la mayoría gracias a mi incapacidad de ver correctamente. No era fácil vivir aquí, y menos cuando apenas habías salido de tu ciudad natal. Kalvarija no destacaba por su ruido o su opulencia. Casi no habían castillos o grandes comercios. Los bosques primaban.

-Su nombre parece tan extranjero como el mío. Si no le molesta, ¿Puedo saber de dónde viene?- pregunté, tratando de ser amable y aligerar el ambiente. No debía ser fácil para una humana estar rodeada de fantasmas. Para mí era cosa de costumbre.

por **Friné Simon** Jue Oct 18, 2012 1:45 pm

Friné, aún con visión, no conseguía ver mucho más allá de los pocos pasos que tenía frente a ella. Era un lugar muy poco alumbrado a diferencia de la propia ciudad. Asintió con la cabeza al escuchar aquellas palabras. Eran muy ciertas, París era una ciudad dura, poco preparada para gente con problemas y, demasiado hermosa para no poder apreciarla con los cinco sentidos.
-Vengo de la clásica Grecia-comentó con una sonrisa recordando su ciudad-De la pequeña y mitológica Mikonos...

Estaba segura de que a aquella mujer le habría encantado su pueblo natal, tan lleno de leyendas y mitos antiguos. Tan pequeño y tranquilo, tan cerca del mar. El mar era una cosa que en París extrañaba,y pensó en si aquella mujer alguna vez había sentido el mar.
-¿Y cuál es tu origen?-preguntó mirando hacia Karólynn, mientras se deslizaban grácilmente entre los árboles y las lápidas. ¿Cómo podía no tropezar con nada? Esto le causó curiosidad pero prefirió no hacer preguntas sobre el tema, no quería que aquella simpática mujer la tomara por una escéptica.

Al no ir mirando el suelo, tropezó con algo que le pareció una piedra. Siempre resultaba así de torpe. Por suerte, solo dio un traspiés sin llegar a dar contra el suelo. Se sonrojó por su torpeza y se disculpó. Por su culpa podrían haber caído las dos.
-Lo siento, debería ir más pendiente de mis pies-musitó avergonzada. Parecía que fuera ella la que carecía de visión. Siempre estaba dejándose en ridículo delante de los demás o destrozando cosas por error. Desde luego, ser elegante no estaba hecho para ella.

por **Karólynn Schwarowzki** Jue Oct 18, 2012 3:09 pm

Grecia. No lo conocía, pero según lo que había oído era un bonito lugar. Lleno de mitos sobre el origen del mundo, sobre los grandes dioses y las épicas hazañas de la antigüedad. También había oído hablar de Mikonos, una ciudad portuaria y llena de historias de aquellos dioses antropomorfos. Sonrió. Mi pequeño pueblucho era muy aburrido en comparación con aquel hogar.

-¿Yo? Soy de Lituania. Mas específicamente de Kalvarija, cerca de la frontera con Polonia- muy cerca. Mi padre y mi madre se conocieron alguna vez en la frontera, y a él debía mi apellido Polaco, "Schwarowzki"-. Es un lugar bastante tranquilo, sin muchas historias que contar. Los bosques son lo más interesante de allí, con sus árboles grandes y su olor a pino.

De pronto, sentí un tirón hacia atrás, que por poco me hace perder el equilibrio. Al parecer, Friné se había tropezado con una de las piedras que los fantasmas le habían dicho que esquivara. Quizá, como yo, la oscuridad no la dejaba ver bien.

-No te preocupes, no ha pasado nada. ¿Me creerías si te dijera que me están ayudando a salir?- dije, en tono de broma, para que por último se riera, aunque lo que decía era la pura verdad.

por **Friné Simon** Jue Oct 18, 2012 3:53 pm

Siempre había escuchado hablar de los pueblos centro y norte-europeos pero nunca había conocido a nadie de allí, de hecho, casi todas las personas que Friné conocía eran francesas. Tenia el conocimiento de que en centro-Europa había grandes músicos y artistas de los que todo el mundo hablaba. Cómo le habría encantado ir a escuchar alguna de sus composiciones al gran teatro de París o, ver cualquier exposición de pintura en alguna galería famosa de arte. Sonrió pensando en las grandes bailarinas rusas y sus maravillosos espectáculos...Adoraba el arte en todos sus aspectos.

Friné tuvo que mirar dos veces a la mujer para entender lo que le estaba diciendo. ¿Ayudando? Eso era imposible. Rió ligeramente ante la descabellada idea. Sí, podría creerla, pero no si se lo comentaba con aquel deje risueño. Quizás se refería a algunos sonidos que la ayudaban a guiarse o al tacto de las hojas que las rozaban en su avance... No, seguro que simplemente era una broma; Esa fue su conclusión.
-¿Algún titiritero mueve tus hilos?-continuó bromeando la joven sobre aquello -Yo a veces pienso que es el destino el que realmente nos guía, que no hay realmente forma de cambiar el futuro elijas lo que elijas-continuó algo más seria.

Sonrió y agitó la cabeza ante su absurdo y abierto comentario. Aquello no era más que una reflexión tonta, causada quizás por tanta lectura filosófica.
Se llevó la mano al bolsillo con la intención de cubrir su mano del frío y entonces se topó con lo que tenía allí guardado y no recordaba. Era una pequeña bolsita de chocolates que había cogido de su tienda antes de salir hacia aquel lugar. Soltó la mano de la muchacha para abrirla y,seguidamente, colocó uno en la palma de la mano de Karólynn.
-Pruébalos, tienen una pizca de vainilla y canela-dijo sonriente mientras llevaba uno a su propia boca.

por **Karólynn Schwarowzki** Jue Oct 18, 2012 10:40 pm

Sólo pude reír ante la respuesta que Friné me había dado. Era una bastante inteligente, me tomó por sorpresa. No esperaba oír eso, en verdad.

-El único titiritero que mueve mis hilos es el que está allá arriba- señalé con un dedo hacia el cielo-. Si lo ponemos de otra forma, sólo Dios guía mis acciones. No es bonito que pienses eso a tu edad- agregué, ante su forma de ver la vida y el destino-. Dios quiere que pasen algunas cosas, sí, pero él nos hizo con libertad de decisión y elección, para que nosotros pudiéramos elegir el destino que queramos. Sino, sería muy aburrido para él vernos desde arriba, con todos nuestros destinos predeterminados, ¿no crees?

Reí ante mi respuesta. La edad me estaba poniendo cada vez más filosófica. Ya no era tan joven, aunque tampoco era una mujer demasiado madura. Estaba todavía en el limbo entre los veinte y los treinta, pero al parecer la edad hacía que absorbiera conocimiento de alguna manera.

Los fantasmas a mi alrededor hicieron eco de mis pensamientos. Te estás haciendo vieja, Karólynn, me decían, Aún eres una jovencita para andar filosofando de esa manera. Ahora atenta, estamos cerca de la salida.

Aunque de cualquier modo me distraje. Friné me ofreció un chocolate. Más bien, lo colocó en mi mano esperando que lo comiera. Sónreí y me lo lleve a la boca. ¡Estaba delicioso!

-Vaya, está muy bueno- dije, a medio masticar-. Nunca había probado un chocolate así, ¿De dónde lo sacaste?

por **Friné Simon** Sáb Oct 20, 2012 5:38 am

Friné se alegró de que aquel chocolate la hubiera complacido. A veces su madre dudaba por las mezclas de sabores que su hija introducía en el chocolate aunque, ambas sabía que lo llevaba en la sangre y pocas veces se equivocaba. Sonrió satisfecha y cerró la pequeña bolsa de tela cerca de la mano de Karólynn, esperando que esta la cogiera. Quizás la próxima vez pudiera enseñarle otros sabores diferentes, incluso podía enseñarle todo el proceso y que experimentara con sus propias manos. Su madre no pondría resistencia alguna, le gustaba que la cocina estuviera llena de vida y que la gente aportase nuevas ideas.
-Mi madre y yo tenemos una chocolatería en el centro-respondió alegremente Friné esperando verla algún día por allí-Es por así decirlo, el legado y el negocio familiar. Tenemos un don para el chocolate, dentro de poco nos acusan de brujería- bromeó riendo con suavidad.

Al mirar hacia delante, Friné se percató de que la salida no había sido tan difícil de encontrar. Claro que, sin su guía hubiera tardado más de una hora en llegar a ella. Pensó tristemente en que quizás no volvería a ver a Karólynn y no le gustaba ese futuro. La mujer le había parecido realmente brillante, interesante y amable. Tenía una muy buena opinión de ella como para dejarla en ese momento y ya esta.
-Me encantaría que te pasaras por allí algún día, y ni se te ocurra llevar dinero-dijo la muchacha poniendo una mano cálida sobre su antebrazo-Aún tenemos mucho de que hablar

Al ver que ya el peligro de tropezarse era mínimo, se soltó de nuevo la falda del vestido, y se la alisó con cuidado. Le gustaban sus bonitos vestidos pero había en ocasiones que no le resultaban nada prácticos. Un frescor repentino la invadió y le produjo un ligero escalofrío. El invierno ya se acercaba, supuso, y se arrellanó en su larga capa.

Off: lo siento por haber tardado

por **Karólynn Schwarowzki** Sáb Oct 20, 2012 12:08 pm

Me reí junto a ella. Inquisidores y su sentido de ver las cosas. Si algo era un poco fuera de lo normal, inmediatamente pensaban en Brujería. Bueno, con mi madre no se habían equivocado, pero, ¿Cuánta gente inocente había muerto por la mano de la iglesia, enceguecida por falsos comentarios y talentos más allá de la imaginación?

-Si no llevo dinero, ¿Cómo se supone que compraré los chocolates?- pregunté, divertida, aunque ya sabía a qué se refería. Aquella jovencita me había agradado bastante, y no me molestaba en absoluto seguir en contacto con ella. Necesitaba hablar con algo que no estuviera muerto o fuera inanimado.

Ya está, Karólynn. Ésta es la salida. Esperamos volver a verte pronto, ¡No nos olvides!

-Vaya, ya llegamos a la salida. Desde aquí comenzaré a tener algunos problemas- sonreí. Había logrado salir del Cementerio gracias a los amables fantasmas que lo residían, pero ahora, enfrentada a la oscuridad de la noche, estaba indefensa como un gatito. En ese momento, no veía ni pizca. Oscuridad por todos lados.

Hice una mueca de molestia. ¿Cómo iba a volver a mi casa? ¡No veía nada, absolutamente nada! Y no había ni un alma en las calles. Era un problema bastante grande.

por **Friné Simon** Dom Oct 21, 2012 5:47 am

Friné la entendió cuando mencionó aquello acerca de los problemas. Sí, la verdad es que para alguien así, llegar a su casa debía de resultarle muy complicado. Sonrió y agarró su brazo con sutileza, comenzando a caminar con cuidado y lentitud, intentando guiarla lo mejor posible. Después de la gran ayuda que había supuesto para ella, no la iba a dejar sola a los designios de la gente parisina indiferente y ebria que debía de abundar en las calles a aquellas horas de la noche. Sí, si algo había en París eran personas indiferentes que podían verte desmayada en mitad de la calle y no molestarse en ayudarte.
-Ahora cambiaremos los roles-dijo sin perder la sonrisa-Espero no resultar demasiado torpe-bromeó mientras cruzaban por fin la salida de Montmatre.

Esperaba que aquella mujer no viviera muy lejos del centro que es donde estaba su casa. De cualquier forma, no le importaba acompañarla aunque tuviera que desplazarse luego por todo París. Observó a su alrededor como no había nadie más que ellas por aquel pedregoso sendero. Los pasos de ambas resonaban contra las piedras que formaban el pavimento. Le recordaba al sonido de un reloj y, en cierto modo. le resultaba tranquilizador.
-¿Por donde vives?-preguntó deteniendo su caminata ya que se encontraban en una pequeña bifurcación. Si vivía por el norte le convenía otro camino distinto a si su casa estaba por el centro de la ciudad.-Y ni se te ocurra decirme que no es necesario que te acompañe-comentó por si aquella mujer esperaba no "causarle molestias" aunque para Friné aquello no era ninguna molestia.

por **Karólynn Schwarowzki** Dom Oct 21, 2012 5:45 pm

Me sorprendí un poco cuando Friné tomó mi brazo y comenzó a guiarme entre la oscuridad de París. No es que no pensara que fuera a ayudarme después de nuestra aventura en el cementerio, claro. Simplemente me tomó por sorpresa.

-Vivo en el centro de París, cerca de la plaza- respondí, esperando que para ella no resultase muy lejos de su hogar. Lo menos que quería era hacerla caminar sola de noche, con todos los esperpentos que pululaban en las calles. Y no, no estoy hablando sólo de humanos borrachos. También los sobrenaturales pueden ser peligrosos cuando quieren.

Caminamos con prisa por las calles de París. Siempre era mejor caminar acompañado a esas horas de la noche, pero una chica joven y una mujer ciega no podrían oponer mucha resistencia ante un asalto, especialmente si la mujer ciega no podía usar sus poderes para defenderse por miedo a Inquisidores.

-Hagamos este trecho un poco menos tenebroso- bromeé, esperando a que se relajara conforme avanzábamos en la oscuridad-. Ya me has dicho que eers Griega, tienes una chocolatería y tu abuela reside actualmente en el cementerio. Y yo te he dicho que soy Lituana, ciega y con muchos amigos en el mismo cementerio. ¿Hay algo más que quiersa saber de mí, o algo más que quieras contarme sobre ti?

por **Friné Simon** Lun Oct 22, 2012 8:32 am

Friné sonrió al escuchar donde debía de acompañar a la joven. Ciertamente le pillaba mucho más cerca de lo que podría haber imaginado. No entendía como viviendo tan cerca actualmente, nunca se había cruzado. Después pensó en que París estaba repleto de diferentes caras como para recordar todas y cada una con las que te cruzas a lo largo del día. Incluso, siendo una persona realmente observadora, le era imposible retener tan número, y eso que la ciudad estaba en pleno crecimiento, cuando esta llegara a su apogeo, ¿cuánta gente podría llegar a pasar por delante de ella varias veces sin percatarse si quiera?
-Veamos que más puedo contarte, aunque espero que sea una confesión a cambio de otra-comentó risueña mientras pensaba sobre su vida y algo diferente que pudiera decirle.

Pensó en todas las facetas de su día a día, en sus cualidades, en aquello que se le pudiera dar bien o mal, algo que odiara por encima de todo o por el contrario quisiera. Se dio cuenta de que era una mujer bastante común, sin nada en especial a excepción de su negocio, poco expandido hasta el momento. A pesar de todo, no perdió la sonrisa e intentó contarle algo a cerca de su vida aunque no resultara muy interesante.
-Bueno, como viste antes, soy una torpe, es una buena cualidad-dijo riéndose de sí misma -Tengo la suerte de tener una familia adorable compuesta por mi madre y Dafne, una pequeña golden retriever-mencionó con ternura y orgullo -Me gustaría tener poderes o algo así -confesó bromeando antes de llegar a la parte más dura-Y mi padre se fugó con alguna cortesana barata dejándonos solas a mi madre y a mi...

La joven esbozó una triste sonrisa, mientras bajaba la mirada al suelo. Exhaló un suave suspiro antes de volver a levantar la cabeza, recompuesta de todo, volviendo a ser fuerte y a fingir que no le importaba en absoluto nada de aquello.
-Es tu turno, mujer misteriosa

por **Karólynn Schwarowzki** Lun Oct 22, 2012 11:57 pm

Exhalé un sonoro suspiro. ¿Cómo contarle una vida que apenas había visto con los ojos? Quizá si me centraba en las demás sensaciones podría salir airosa. Traté de buscar un par de datos interesantes de mi vida que no tuvieran nada que ver con mi condición de Bruja.

-Bueno, como sabes soy Lituana y Ciega- comencé, riendo-. Tengo un viejo padre que me ama y vive de la farmacia. Tengo una abuela con ascendencia gitana que se dedica a ver tu suerte a cambio de un par de monedas. Y alguna vez tuve una madre que sanaba a los demás de sus dolencias, y por eso fue asesinada.

Me entristecí ante el recuerdo de mi madre y su injusta muerte. Una muerte de la que sólo pude presenciar el rojo que la consumía, rápidamente. Mis ojos apenas podían distinguir las lenguas de fuego que comían la madera, presas de la Gula. Las veía como una masa roja y uniforme.

-Fuera de eso, su servidora aquí presente se dedica a cuidar las flores del Jardín Botánico de París. Es un trabajo hermoso, especialmente cuando da sus frutos.

Lo era. Ver las auras de esas flores, que me agradecían el cuidado mostrándome sus colores vivos y alegres, era lo más bonito que había podido vislumbrar en la vida. ¿Quién necesita un arco iris, cuando tienes todos los colores del mundo a tu alrededor?

-Así que si alguna vez pasas por allí, no dudes que tendrás una visita guiada- finalicé, sonriendo alegremente.

por **Friné Simon** Mar Oct 23, 2012 6:40 am

La muchacha se dio cuenta de que aunque ella hubiera perdido un padre, al menos aún estaba entre los vivos. Se entristeció por Karólynn y por haber actuado quizás de forma egoísta al odiar a su padre sin antes haber hablado con él. Quizás aquella mujer la había ayudado a salir un paso de su dolor.
-Lo siento por tu madre-dijo con sinceridad al terminarla de escuchar hablar de su vida. A Friné le pareció verdaderamente interesante con todo aquel misticismo que parecía rodearla. Probablemente sí se pasaría a verla por el jardín botánico, le encantaba la naturaleza y las plantas, por lo que además de visitar a su amiga, pasaría un día rodeada de nuevas amigas vegetales.

Intentando cambiar de tema para que no las rodeara una atmósfera melancólica, pensó de nuevo en lo que había hablado de su abuela. Ella siempre había querido saber su futuro, era algo que la intrigaba. -Un día tienes que llevarme a conocer a tu abuela para que vea si me casaré con un hombre rico- bromeó riendo ligeramente. La verdad es que lejos de ser su máxima aspiración el casarse con un hombre poderoso, lo que quería era llegar a ser alguien por ella misma y encontrar algún día el amor verdadero, ese que no te abandona por una mujer más joven con el paso del tiempo... -Seguro que es una mujer muy interesante y especial, al igual que tu aunque no leas la fortuna- dijo con sinceridad esbozando una dulce sonrisa.

por **Karólynn Schwarowzki** Miér Oct 24, 2012 9:08 pm

-Oh, yo también tengo mis modos de ver el futuro- le respondí, con una sonrisa más bien pícara. Al igual que mi abuela, yo tenía la habilidad de la Premonición, de ver cosas antes que los demás, antes de que pasaran. No era una habilidad demasiado común, ni siquiera para las brujas. Mi abuela tenía la suerte de ser medio Gitana.

Cuando los Inquisidores aún no llegaban a arruinarnos la vida, yo me ganaba algún dinero con mis habilidades premonitorias. Aprendí de mi abuela a ver los indicios del futuro, las señales. Las otras visiones vinieron solas, aparecieron un día. Y me habían ayudado mucho.

-¿Tanto quieres saber tu futuro? En ese caso necesitaré un manojo de cartas y una buena silla- bromeé, comparando los métodos de mi abuela con los míos propios. Yo no podía ver las cartas, por descontado, pero tenía métodos más eficaces para descifrar las intrincadas nieblas del destino.

Entre ellas, estaban mis runas, hechas de piedras especiales, unas piedras con aura. Según el color del Aura, podía dar información más o menos asertiva sobre el futuro.

-Si tienes curiosidad, puedo hacerme un espacio para leer tu futuro. Pero tienes que estar segura. A veces es mejor dejar los hechos que pasarán en las sombras.

por **Friné Simon** Mar Nov 06, 2012 2:18 pm

La joven tras haber tenido su momento jocoso en lo referente a la videncia, se quedó en silencio unos segundos, segundos que parecieron minutos. No sabía con certeza si quería conocer su sino. Bueno, deseaba saberlo, lo que no deseaba saber era si algún detalle horrible le deparara. ¿Cómo iba a vivir conociendo esa información? Más que vida hubiera sido supervivencia, una existencia llena de temor y angustia. Friné suspiró, pasando una de sus delicadas manos por su espesa y larga cabellera, como si ese gesto pudiera ayudarla a decidirse. Sí, definitivamente quería conocer su futuro aunque iba a recurrir a la común y tópica pregunta de cuándo y con quién encontraría el amor verdadero. Si no lo iba a encontrar o fuera a tener decepciones amorosas, era algo que tenía por seguro poder superar.
-¿Podrías ver mi destino en el amor?-preguntó sintiéndose algo estúpida. Se consideraba una mujer pero, en ese momento se sentía como una niña pequeña. -Es decir, si no es una molestia

Miró el suelo bajo sus pies, percatándose de que sus zapatos había quedado manchados de barro al haber caminado por el cementerio sin seguir los senderos. Aquel detalle no le importó, su atención estaba puesta en cómo podría resultar todo aquello y, más importante, si dijera lo que dijera Karólynn, esto terminaría cumpliéndose. Volvió a alzar la vista hacia la muchacha, esbozando una sonrisa amable y dulce.
-Qué necesitarías?- interrogó Friné intentando facilitarle las cosas ofreciéndole su ayuda. Podía ser su 'clienta' pero no por ello iba a quedarse simplemente quieta, si podía ayudarla, mejor.

por **Karólynn Schwarowzki** Sáb Nov 10, 2012 7:18 pm

Sonreí. Friné se veía segura, y eso era lo que importaba. Habían veces en las que gente insegura quería conocer su hado, y su misma inseguridad les jugaba en contra.

-No necesitaré nada, salvo un poco de tu tiempo y una mesa estable. Como te dije, tengo mis formas de ver el futuro, pero son menos convencionales que las cartas. De hecho, las tengo en esta bolsita- saqué de uno de mis bolsillos una bolsa mediana de terciopelo- no sabía de qué color-, que contenía alrededor de 25 pequeñas piedrecillas, cada una de un color diferente.

Esas pequeñas piedras habían sido regalo de mi abuela, que a su vez consiguió de un viejo vidente Finlandés. Eran runas vikingas, con su símbolo grabado en la misma piedra. Y, a pesar de que todos las miraran con burla, eran realmente asertivas y poderosas.

-Lo que tengo aquí viene de Finlandia, y es bastante poderoso. Cualquier pregunta que tengas, ellas la responderán de la mejor manera que puedan. ¿Qué dices? ¿Cuándo puedes hacerte un pequeño espacio?

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