Scare You [Delilah Blackheart]

por Invitado Vie Jun 10, 2011 9:14 pm

¡Otra vez perdido!, no puedo creerlo, llevo aquí a penas un par de semanas y no ha habido día en el que no me pierda. Calma Týr, alguien notará tu ausencia y vendrá a buscarte, pero a quién engaño, siempre digo lo mismo y termino siendo yo el que encuentra el camino a casa, comienzo a sospechar que esa panda de inútiles que mi madre mandó conmigo a París me quieren fuera de la jugada, tal vez... ¡tal vez quieren mi herencia!, esos hijos de...

Un animal (quiero creer que fue un animal) hace un ruido a mis espaldas y me doy cuenta que no sólo estoy perdido, sino que estoy perdido en medio del bosque con la noche encima. No tengo miedo, no tengo miedo, no tengo miedo... me repito pero el ruido se repite y me abrazo a un árbol.

-¡Sí tengo miedo! -grito, esperando que nadie me escuche, los ruidos cesan y poco a poco suelto el árbol,sacudo mi ropa y carraspeo. Vamos Týr, no seas ridículo, un hechizo y ¡shazam!, eliminaría cualquier amenaza-, tú puedes con cualquier cosa horrible que te salga en este bosque aún más horrible -trato de tranquilizarme-, por dios, con quién hablo -reflexiono mientras intento avanzar, llegar a algún camino, un carruaje pasará cerca y podré pedir que me lleven a París, a mi casa, a mi cama, con esos sirvientes tontos que no dan un franco por mi, pero ya me las pagarán.

Cuando por fin me creo a salvo y que los ruidos se han ido, éstos regresan con más intensidad, completamente asustado doy un salgo, giro 180 grados y estiro la mano.

-¿Quién nada ahí?, ¡tengo un arma y no dudaré en usarla! -claro que no tengo un arma, no una tal cual, pero tengo la magia de mi lado.

por **Delilah Blackheart** Sáb Jun 11, 2011 11:15 pm

El bosque era como mi segundo hogar, no sólo lo conocía como la palma de mi mano sino también sabía qué tipo de criaturas podía encontrar, dónde encontrarlas, y cómo esconderme de su vista hasta que fuera demasiado tarde... para ellos. Hoy más que un vampiro merodeando por entre los troncos de los árboles, parecía una sombra. Vestida toda de negro, acentuando mi elegancia, solamente la piel de mi rostro y mi cabello rubio se dejaban ver en medio de la oscuridad, como algo que flotaba a una distancia considerable del suelo y que se podía ver desde una buena distancia. Había estado siguiendo a alguien en particular esa noche, un aroma delicioso al que bien podría hacerme adicta a partir de hoy. Escuchaba a lo lejos los latidos de su corazón, el ritmo que llevaba mientras caminaba adelante de mi, podía ver su sombra y oler su miedo, como todo animal, se había percatado de que había un depredador cerca.

Iba manteniendo mi distancia sin perderlo de vista, escuchando todo lo que decía y todo lo que pensaba y riéndome de cuando en cuando dejando que el sonido de mi risa se elevara en el aire del bosque. Un sonido siniestro que no parecía venir de ningún lado, un sonido que bien parecía una especie de advertencia para el humano que tenía tanto miedo de estar en un bosque, en la noche y completamente solo. ¿Completamente solo? Si me esperaba un poco, le iría a hacer un poco de compañía. Me moví rápidamente cuando se detuvo y puse mi mejor cara de niña indefensa que tenía, salí de detrás de un árbol frente a él levantando mis manos para que viera que iba desarmada.

-No me hagas daño, por favor-

No creía que tuviera un arma, en todo caso, no un arma que pudiera matarme a mi, o que hubiera sido tan rápido como para tomarme desprevenida. Más de 500 años de experiencia me respaldaban. Lo miré asustada fingidamente y me mantuve a una distancia totalmente prudente. Una niña de 16 perdida en un bosque a estas horas no sonaba tan factible pero no importaba demasiado.

-Estoy perdida e iba siguiéndote-

Verdad a medias, yo nunca me perdía pero eso él no lo sabía y llevaba siguiéndolo desde que había salido de las calles, el olor de su sangre era tan exquisito que lo hubiera reconocido a kilómetros de distancia. Iba a ser una buena cena la del día de hoy.

por Invitado Mar Jun 14, 2011 4:01 am

De entre la maleza salió esta... ¿niña?, ¡era una niña!, ¡una niña!, qué me iba a hacer, pero... ¿qué?, oh, diablos, sí, no todo podía ser tan hermoso, esos ojos y ese porte y esa... ah, demonios, un vampiro. ¿Por qué?, si no fuera yo tan... pues yo, no conocería de estos seres y su presencia sería una bendición, pero claro, siempre tengo que estar buscando las aventuras más estúpidas y una vez pues, peleando con un hombre por una pintura valiosa me terminé metiendo a su casa y resultó ser un vampiro al que me eché de enemigo, bufé sonoramente y seguro la chica ha de haber pensado que estaba loco, bueno, eso era porque lo estoy. Está bien, le seguiré el juego, de todos modos no puedo hacer mucho contra ella, si lo decide, pues... adiós Týr, y esa sí que sería una pérdida para el mundo. Sacudo la cabeza, creo que ya guardé silencio por mucho tiempo.

-No te preocupes -le sonreí, por todos los cielos, ya, ahora sí, perdí la poca cordura que me quedaba, yo sonriéndole a un vampiro-, no tengo un arma, mira -alcé ambas manos para demostrar mi inocencia-, pues yo estoy más perdido que tú, así que podemos tratar de salir de aquí juntos -le propuse, al menos que esta niña en apariencia indefensa me sirviera para salir de aquí, después ya vería como evitar que probara mi sangre, porque si conozco a los vampiros, y los conozco, eso es lo único que buscan, y claro, yo soy irresistible, si yo fuera vampiro me mordería a mi mismo.

-Después de ti -le dije haciendo un ademán con la mano, si íbamos a estar solos caminando en el bosque quería tenerla vigilada.

por **Delilah Blackheart** Lun Jun 27, 2011 7:36 pm

No estaba precisamente en sus cabales, o al menos eso me pareció y además me había descubierto. Nadaba dentro de su mente divirtiéndome tanto desde que parecía tan asustado que ahora el hecho de que supiera que soy un vampiro me había llegado fuerte y claro a la mente, como si lo hubiera gritado. Maldición. Sonreí de lado cuando se dio cuenta de que cualquier cosa que intentara hacer, no sería suficiente si quería salir ileso de un encuentro conmigo. Me gustaba eso. Que supieran con quién se estaban metiendo. De todos modos, ahora que me había descubierto, la única razón por la cual podría estar manteniendo mi fachada, era por pura diversión. Si que si. No era precisamente educado, pero jugar con la comida siempre me había atraído.

Me quedé callada cuando dijo que no tenía un arma aunque probablemente cualquier arma que pudiera tener, no podría hacerme nada. Levanté las manos también para que viera que no llevaba más que mi propio cuerpo y lo que vestía en ese momento. Asentí a su propuesta de intentar salir de ahí aunque yo sabía perfectamente por dónde ir para encontrar mi camino, probablamente también su camino ya que llevaba en París el bastante tiempo como para conocer el lugar como la palma de mi mano. Como ya había dicho, me gustaba jugar con mi comida antes de chuparle absolutamente toda la sangre que tuviera corriendo por sus venas.

Di un pasito hacia delante cuando me propuso ir antes que él echando a andar pero frenándome en seco y girándome con la sonrisa más adorable que pude poner en ese momento, manos entrelazadas a la espalda y balanceándome de atrás hacia adelante para parecer aún más inocente.

-¿Qué?, ¿Acaso me tienes miedo?-

por Invitado Mar Jun 28, 2011 6:25 pm

Bien, comenzamos a caminar, ella al frente como yo lo quería, no deseaba que hiciera algo raro conmigo, aún tengo mucho por qué vivir y mi forma ideal de muerte no es a manos de un vampiro, aunque nunca me he puesto a pensar en cómo sí quiero morir, soy muy joven y apuesto para eso.

Caminamos un tramo no muy largo cuando de pronto ella se giró hacia mí y puso esa sonrisa que, de no saber lo que en realidad era, pude haberle creído sin chistas, era muy joven, qué desperdicio ser un vampiro a su edad, los vampiros que conocí en el pasado normalmente son adultos, pero ella, ella es casi una niña.

-¿Puedes culparme? –respondía su pregunta con otra pregunta, alcé una ceja pero luego entorné los ojos, definitivamente esta mujer me estaba viendo como comida y un escalofrío recorrió mi espalda, ya había salido airoso de enfrentamientos con vampiros antes, no pensaba que hoy fuese a ser diferente-, los que son como tú son de temer, ¿no? –dije sin más, confirmándole que sí, que sabía lo que ella era y más le valía no hacer nada raro que aunque no pudiera hacerle mucho, sí podía defenderme con mi magia, me pregunté si ella sabría que yo era un brujo, probablemente no, la gente mágica en apariencia es igual al resto, no como ellos, pálidos y con esa mirada que da miedo, sin embargo, dije aquello con todo infantil, eso era lo que ellos buscaban, dar miedo, pero la experiencia me había enseñado a no temerles tanto, había tenido suerte, eso también, pero que sobreviviera en ocasiones anteriores demostraba que no eran tan terribles como quería aparentar, eso y que en mi locura yo los encontraba así, no tan malvados.

Me crucé de brazos esperando que ella hiciera o dijera algo, al menos le había demostrado que no le temía, no tanto al menos. Una parte de mi deseaba con fuerza que me dejara de ver como comida, ese era el aspecto que me tenía más nervioso aquella noche.

por **Delilah Blackheart** Jue Ago 18, 2011 9:46 pm

Podía oler su miedo pero para mi desgracia no era el suficiente como para poder divertirme con él. Quería pánico, terror, que corriera despavorido fuera de mi alcance, que cuando durmiera, si lo dejaba vivo, soñara conmigo y se despertara sudando, temblando y sin poder volver a dormir. Me gustaba ser la vampiro mala, la que provoca todo eso. El solamente estaba siendo amable conmigo. ¿O sería que no estaba tan cuerdo como yo pensaba? Me quedé parada notando la forma en que me contestaba y me encogí de hombros perdiendo el interés de pronto.

-Supongo... pero yo busco más que beber de tu yugular...-

Alcé las cejas al ver su pose a la defensiva intentando definir si valía la pena quedarme como estaba o mejor largarme y dejarlo para otro día. Suspiré. Tal vez el hambre me trastornaba un poco. Di un par de pasos hacia él para tantear el terreno, sin mover las manos de detrás de mi espalda ladeando la cabeza y sin quitarle los ojos de encima. Otro par de pasos para acercarme y hacer una pequeña prueba. Sonreí infantilmente antes de pasar a hacerle sentir dolor, un dolor punzante en las entrañas. En escala del 1 al 10... un 4. Lo suficiente para probarlo. Alcé las cejas esperando su respuesta. Tal vez por una sola vez en el día, podía darme el lujo de jugar con mi comida antes de comérmelo.

-No te preocupes... no voy a matarte todavía...-

por Invitado Sáb Ago 20, 2011 9:17 am

La miré realmente intrigado, conozco a los suyos, buscan a toda costa infundir miedo, aunque de todos los vampiros debo decir que el único que consigue atemorizarme es el idiota de Galeotti, y no porque sea un vampiro en realidad, sino porque sé que si me llegara a encontrar me mataría sin pensarlo reclamando su estúpida pintura que vendí hace eones, ya ni me acuerdo de qué era la pintura.

Estudié sus movimientos, tampoco me debía fiar, estas criaturas son engañosas y cuando menos lo sentí una punzada de dolor me recorrió el cuerpo, observé sus manos, no me tocaban, ya sabía que había vampiros que podían hacer eso.

-¡Ouch!, ¡hey!, ¿qué te pasa? –le reclamé de inmediato, obviamente no contento con aquella sensación, sacudiendo las manos como si de un molesto mosquito que me rondaba se tratara. Eso eran mosquitos glorificados, chupan sangre y son parásitos-. ¿Eso es una amenaza? –dije, miedo sí tenía, pero no podía dejar de ser yo sólo por algo tan absurdo como eso, miedo he sentido antes y no me ha detenido de cualesquiera hayan sido mis planes, sino jamás hubiera hurtado aquella obra de casa de un vampiro. El miedo es el preámbulo a la aventura, o al menos así lo veo yo.

-¿Quieres salir de aquí o no? –dije con firmeza y no esperé respuesta-, entonces deja de jugar a ser la tenebrosa y busquemos una salida, que quiero llegar a mi casa, si quieres después me amenazas todo lo que quieras, ¿está bien? –hablaba rápido, como era mi costumbre, asentí yo sólo ante mi propia pregunta y emprendí la caminata.

por **Delilah Blackheart** Jue Ago 25, 2011 7:19 pm

Tuve que reírme, el dolor que había mandado había sido mínimo y aun así se puso como se puso. Humanos pusilánimes. NEgué con la cabeza todavía conteniendo las carcajadas encogiéndome de hombros cuando preguntó si era una amenaza. No lo sabía. Hasta hacía un momento tenía ganas de comérmelo pero ahora ya no esaba tan segura, al menos me había hecho reír, cosa que no todos los humanos pueden jactarse de hacer.

-Oh vamos... era sólo una...

Alcé las cejas al escucharlo tan decidido a dejarme ahí y por medio segundo mi indignación se abrió paso para pararse enfrente y decir "¡Aquí estoy!" pero luego recordé que yo en realidad no estaba perdida y que él necesitaba más de mi que yo de él.

-En realidad yo no estoy perdida... eso quiere decir que tu deberías ser buen...-

¿No iba a dejarme terminar ni una sola frase? "Jugar a ser la tenebrosa" La frase empujó a la indignación para que se alojara nuevamente el buen humor y chasqueé la lengua decidiendo que me guardaría mis poderes y sobretodo mis "amenazas" para alguien que no me hiciera el día. Vi cómo se alejaba y aceleré el paso hasta quedar junto a él jalándole la manga, cosa que me hacía ver incluso más infantil de lo que ya me veía sin ayuda de ningún tipo. Me paré frente a él levantando ambas manos como sacando una banderita blanca que indicaba que iba en son de paz.

-Al menos puedes decirme tu nombre, ¿no? Es lo que se hace generalmente.-

Casi pude escuchar sus pensamientos. ¿Cómo iba a confiar en mi?, En una vampira despiadada que podía saltarle a la yugular a la menor provocación. Una criatura de la noche que tendría muchos contactos como para hacer su vida una pesadilla sin hacer nada más que escribir un par de cartas. NEgué con la cabeza dedicándole una de mis sonrisas amables.

-Vamos... que considero muy de mala educación comerme a alguien que conozco... yo soy Delilah-

por Invitado Lun Ago 29, 2011 11:21 pm

Entorné los ojos cuando sin palabras ella propuso aquella tregua momentánea, ¿qué tanto podía confiar en una criatura que no tenía una reputación respaldándola?, es decir, todo mundo sabe que los vampiros no son de fiar y de pronto yo tenía que confiar en uno. Difícil elección sin duda, aunque estaba de pronto dejando de lado un hecho que podía marcar la diferencia, yo podía defenderme perfectamente solo, tenía la magia de mi lado, no era un mortal cualquiera, no sabía si ella estaría al tanto de eso, pero prefería que no fuera así, de eso modo si trataba de hacer algo… pues algo de vampiros, yo tendría el elemento sorpresa de mi lado.

-Está bien –solté las manos al cielo cuando ella se presentó –Delilah –pronuncié su nombre marcando cada sílaba-, yo soy Týr –dije sin más, dejando clara la pronunciación, pues esta gente solía destrozar las antiguas lenguas celtas de las que mi nombre y apellido venían.

Luego sin pedirle permiso tomé su mano y la estreché, saludando sacudiendo con fuerza desmesurada, como una caricatura de un saludo formal y contenido.

-¿Entonces no estás perdida? –continué caminando seguro que me seguía-, ¿qué pretendías?, ¿encontrar a un pobre incauto del cual alimentarte? –giré los ojos, los vampiros sin duda se creían más listos que el resto de nosotros, no sólo eso, sino mejores en general, seguí hablando sin detenerme, sin duda alguna algún día iba a encontrar alguien que se hartaría de esa habilidad mía y me callaría de un golpe.

La miré de reojo mientras seguíamos caminando. Lucía muy joven, aunque su edad real no podía saberla. ¿Qué sería ser eternamente joven?, debía ser divertido, aunque quien sabe qué la hubiera llevado a convertirse en el parásito que ahora era. Porque eso eran los vampiros, eso son, parásitos que viven gracias a nosotros, la gente que no tiene delirios de grandeza y que está consciente que se debe cumplir un ciclo y no quedarse en esta vida para siempre.

-Supongo que ahora estarás decepcionada de haberte encontrado conmigo –seguí hablando sin esperar por una respuesta, al menos quería pensar que ya no me veía como comida, y que yo no era un pobre incauto.

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