Deambulando sin sentido

por **Melinda Chavànnell** Dom Jun 12, 2011 12:38 pm

Hacía tan sólo dos noches de aquel horrible suceso que ahora empañaba mis días y mis noches, sin dejarme dormir aterrorizada por las pesadillas nocturnas y los recuerdos diurnos. Cada vez que cerraba los ojos, las imágenes de aquella vampiresa mordiendo mi perfecto e inocente cuello venían a mi mente, una y otra vez, haciendo que un desagradable escalofrío recorriera mi espina dorsal, inundando la totalidad de mis terminaciones nerviosas. Para evitar las preguntas de mis familiares, doncellas o amistades, llevaba dos días situando sobre mi cuello un delicado pañuelo de seda blanca que cubriera a la perfección aquella horrible marca que Lorraine Von Fanel había dejado sobre mi piel... una marca que se resistía a desvanecerse y que permanecía allí, como un recuerdo grabado a fuego lento e intenso sobre mi piel.

Aquella mañana, tras una noche agitada de pesadillas, había decidido dar un largo paseo por las calles de parís, con el objetivo de relajar y deshinibir mi mente de cualquier tormentoso recuerdo. rogué a mi padre acudir sola, pues así tendría ocasión de pensar en todo lo ocurrido y de decidir cómo actuar y qué hacer. Cogí mi parasol y mi limonera y comencé a caminar por las transitadas calles de París, notando como más de una vez la gente debía apartarse para no chocar conmigo, pues yo iba completamente abstraida, metida en mi mundo.

Al cabo de un largo rato, y sin saber muy bien cómo, descubrí al elevar mi vista que las elegantes boutiques y cafeterías parisinas habían sido sustituidas por puestos ambulantes y gitanas que leían la mano. ¿dónde me encontraba y... cómo había llegado hasta allí? Busqué con la mirada algún cartel, indicación o similar que indicara mi posición, y en uno de los puestos ponía "Madame Checqrè la mejor vidente de la Corte de los Milagros" - ¿la corte de los milagros? cómo demonios he llegado a parar aquí, si esto está a unos tres kilómetros del centro de París... -

- ¿Te has perdido preciosa? - dijo una voz ronca a mis espaldas. Me giré y contemplé a un hombre robusto que no paraba de mirar las partes claves de mi antomía de forma descarada Así que una flor ricachona se ha perdido por la corte... vaya vaya lo podremos pasar bien Mi respiración comenzó a agitarse ante tal afirmación ¿por qué demonios siempre acababa en el lugar equivocado y con las personas erróneas? Mi cuerpo comenzó a retroceder casi por inercia, tratando de huir de aquel hombre, pero, cómo no, mi espalda topó con una pared, me encontraba atrapada.

por **Maximo Daniro** Dom Jun 12, 2011 1:13 pm

-¿Por qué no puedo hallar nada?-Se preguntaba un joven sentando en el cómodo sofá de su sala, mirando por la ventana lo que estaba ocurriendo a su alrededor, frunce el ceño, porque él no puedo ya disfrutar de nada, solamente tiene en su mente, una meta. Se para de su asiento, caminado elegantemente como debe de ser un señor de alta sociedad, hacia la ventana, pone su mano derecha en el vidrio, sintiendo lo frio de el vidrio en su palma, sonríe tristemente -Padres míos, espero que no estén sufriendo en su tumba-Decía el Joven pegando su frente en la pared, cierra los ojos, y los recuerdos de aquella noche, se revelan como una película, uno y otra vez, abre de golpe los ojos, respirando agitadamente-No!, no otra vez, siempre me pasa lo mismo, por eso no puedo dormir en la noche-Maldigo el pobre Joven.El joven menea su cabeza hacia los lados para ya no recordar esas malditas cosas, no quiere mas, desvía su mirada hacia la un portaretrato donde está el, y sus difuntos padres, sonríe al ver la expresión de sus padres, estaba muy contento, esa casa.....esa maldita casa que ahora está ocupado, es donde murieron sus padres, y en este mismo lugar, los mataron, golpea fuertemente el vidrio haciéndolo que se quebrar, en trozos y que él se corte, pero no le importa, y mejor sale, pero antes-Por favor, arreglen el vidrio, cuando venga, quiero que este ya puesto nuevamente-Y con esas orden Daniro salió de su casa. Empieza a caminar por las calles de parís, tratando de no chocar con nadie, y por poco choca con una joven que venía muy distraída, y que estaba un poco mal....Suspiro, no!. no la ara...Rayos!!!, si lado bueno reacciona, esa joven no se encontraba bien, y le puede pasar algo estando en ese estado, asi que la sigue un poco lejos de ella para que no sospeche, pensaría que la esta acosando o por algo asi, camina atrás de ella muy atrás, viendo que entra a la calle de los gitanos ¿Que viene haciendo aquí? esa era su pregunta, cuando iba a darse la vuelta porque eso a él no le corresponde, mira que alguien se le acerca, y que ella retrocede viendo que esa chica no quiere nada con él, suspira y va donde esta ella y ese hombre todo cerdo. Cuando llega y mira la cara de terror de la joven, pone una mano en el hombro de ese hombre-Hey!, deja a la señorita empaz, no mira su cara-Dice Daniro, mirando que voltea aquel hombre todo enfurecido, tratándole de pegar en el estomago, pero Daniro es mucho mas ágil y sobre todo joven, y lo desvía empujándolo y golpeándolo en la quijada-Y no se te vuelva ocurre acercarte a esa joven-Menciono Daniro viendo que le joven se aleja y diciéndole un par de groserías, el voltea hacia aquella joven-¿Está usted bien?- Pregunta Daniro aquella joven.

por **Melinda Chavànnell** Dom Jun 12, 2011 1:36 pm

Mi respiración comenzó a acelerarse al divisar aquel brillo lujurioso en los ojos de aquel hombre. Mi mano se deslizó inconscientemente a mi cuello, notando palpitar la herida, aquella herida que aún estaba reciente y me dolía. - Por favor... monsieur vayase no quiero verme obligada a... Mis palabras se vieron interrumpidas por la reconfortante presencia de un caballero de aspecto agradable que apartó a aquel desagradable hombre de mi presencia. El hombre intentó pegarle, pero él fue más rápido y más ligero y consiguió esquivarle, incluso, consiguió que el perjudicado fuera el hombre.

Mi mano se apartó con delicadeza de mi cuello, descubriendo de entre mis dedos un pequeño reguero de sangre. Maldición, la herida había vuelto a abrirse y aquello significaba una tortura aún mayor para mí. - Gracias... gracias por salvarme monsieur - escuché su pregunta y me respondí en mi interior ¿qué si me encontraba bien? No, para nada, estaba pésimamente mal, llevaba días sin dormir, estaba atemorizada y... tenía unas ganas horribles de llorar y contar a alguien todo lo sucedido - Es... estoy bien aunque... he tenido... días mejores - dije tratando de contener las lágrimas que luchaban por salir de mis almendrados ojos.

Le miré una vez más, y sin poder reprimirme le abracé rompiendo a llorar entre sus brazos, sin darme cuenta hasta minutos después de que aquel reguero de sangre estaba manchando su impoluta camisa. ¿Cómo me di cuenta? simple, el escozor de una herida abierta había incrementado Dis.. disculpe, le he manchado la camisa - dije con cierto rubor entre mis mejillas, mientras me separaba de entre sus brazos limpiando mis lágrimas

por **Maximo Daniro** Dom Jun 12, 2011 2:16 pm

Daniro miro aquella joven, estaba aterrada por aquel nombre, quería ir y matarlo, por hacerle eso a una mujer, valla cerdo que era, el se acerco un poco a la joven, viendo en su rostro temor, y sus ojos húmedos que se estaba aguantando las lagrimas ¿Por qué no llora? a lo mejor porque él esta ahí, olio a sangre...¿Sangre? de donde provenía aquel olor, como un buen cazador, tiene que tener su olfato, vista y odio muy atentos, pero ahorita lo único que le importaba era aquella chica que está enfrente suyo. No recibía respuesta de la pregunta que le había hecho, se acerco un poco más, pero no lo suficiente no quería que se espantara mas, y pensara otra cosa, el sobre todo es un caballero, saco un pañuelo de su chaleco, para extenderlo, pero cuando lo iba hacer escucho la voz de la joven, su voz era como una niña pequeña que necesita de la protección de sus padres, Daniro eso no toleraba, por segunda vez quería ir y golpear a ese hombre por asustarla, era una dama, como podía haber cerdos como él. Cuando iba a decir algo Daniro, siente que la joven se abalanza asía él, y lo abraza y solo siente que el cuerpo de ella tiembla por las lagrimas y que su camisa empieza a mojarse por las lagrimas, de la sorpresa no reacción, y de un poco tiempo la chica se aleja de él, diciéndole que perdón por machar su camisa, baja su mirada viendo rojo, ya sabía dónde provenía esa sangre, su mirada a uno de enojo, matando aquel nombre en su mente-Te hizo algo ese hombre, y si si te hizo algo, iré a buscarlo y lo mato, porque a una mujer no se pega por nada del mundo-

por **Melinda Chavànnell** Miér Jun 15, 2011 2:32 pm

Le detuve como pude al notar la exaltación en su rostro por culpa del comportamiento de aquel joven que minutos antes trataba de intimidarme y acosarme. Sin duda, aquel extraño se trataba de todo un caballero, el típico hombre que jamás permitiría que otro asustara a una dama o tratara de sobrepasarse con ella si esta no le deseaba. Tomé su pañuelo con delicadeza entre mis manos y lo posé sobre mi cuello, drenando así la herida y aliviando el dolor, escozor y quemazón que ésta me producía.

- No... Monsieur puede estar tranquilo, ese hombre sólo me hirió en mi orgullo al verme indefensa... mis... mis heridas físicas se deben sin duda a otro tipo de ser - no me atreví si quiera a decir la palabra sobrenatural a continuación de mi última palabra, pues si yo había descubierto hacía poco que existían aquellas criaturas feroces que antes sólo existían para mi en los más horribles relatos de terror... ¿quién me decía que ese hombre también desconocía de su existencia o por el contrario era conocedor de ella? - Disculpe por haberle ensuciado su delicado pañuelo... si lo desea yo misma le regalaré un pañuelo y bordaré sus iniciales monsieur -

Acaricié el tejido del pañuelo con suavidad mientras mis ojos observaban las iniciales: M.D, ¿qué nombre sería el suyo? Maximo, Manuelle, Michael, tantas y tantas posibilidades...

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