AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
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La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Como cada Jueves, paseaba por aquel lugar, con las manos en mis bolsillos y la única compañía de mi mente.
A veces deseaba haber podido vivir otra vida distinta a la que llevaba. Fulanas, alcohol y rabia en mi sangre. Ganas de venganza contra la sangre de mi sangre. Pero yo también tenía un lado oculto, como la cara oculta de la luna, aquella que los mortales sólo podían dignarse a imaginar, porque jamás la verían.
Podría haberme limitado a ser el mendigo que estaba destinado a ser, pero mi orgullo me llevó a ser una persona completamente distinta, oculta tras máscaras de asco, odio, y rencor.
Paseé por las calles, hasta llegar al gran teatro que se alzaba en las inmediaciones de aquel lugar. El teatro hoy estaba cerrado, a saber por qué motivo. Tan solo me parecía una buena oportunidad de entrar, sin gente mugrienta entrando a borbotones como si regalasen comida a los mendigos.
Paseé por las instalaciones, pero sin darme cuenta de que había dejado la puerta abierta tras de mí. Subí al escenario, paseando por detrás del majestuoso telón que caía en forma de cascada, era de una magnificiencia insuperable.
A veces deseaba haber podido vivir otra vida distinta a la que llevaba. Fulanas, alcohol y rabia en mi sangre. Ganas de venganza contra la sangre de mi sangre. Pero yo también tenía un lado oculto, como la cara oculta de la luna, aquella que los mortales sólo podían dignarse a imaginar, porque jamás la verían.
Podría haberme limitado a ser el mendigo que estaba destinado a ser, pero mi orgullo me llevó a ser una persona completamente distinta, oculta tras máscaras de asco, odio, y rencor.
Paseé por las calles, hasta llegar al gran teatro que se alzaba en las inmediaciones de aquel lugar. El teatro hoy estaba cerrado, a saber por qué motivo. Tan solo me parecía una buena oportunidad de entrar, sin gente mugrienta entrando a borbotones como si regalasen comida a los mendigos.
Paseé por las instalaciones, pero sin darme cuenta de que había dejado la puerta abierta tras de mí. Subí al escenario, paseando por detrás del majestuoso telón que caía en forma de cascada, era de una magnificiencia insuperable.
León Gerôme Marchessault- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/03/2011
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Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Definitivamente aquel no había sido el mejor de sus días, presa de un deseo ferviente de salir de su hogar tubo que hallar la excusa perfecta ante los sirvientes de su casa para poder salir sola, sin una dama de compañía, y es que durante días se había sumido en el vicio, beber hasta altas horas de la noche, su soledad aumentaba, y era por que quería sumirse en aquella soledad, angustiosa, de esos hoyos profundos en los que se mete uno sin darse cuenta de cuan a fondo esta, al salir no solo decidió no tomar el coche que habían pedido para ella si no que decidió tomar otro rumbo, su cabeza, su mente, su corazón estaban divididos, tenia que salir de ahí y solo podía arrancar sus pensamientos con la una larga caminata, que le indicara el camino, sus pies, solo siendo guiada por ellos podría darse el lujo de quitar su mente de sus pensamientos que tanto acogían su alma… camino sin rumbo aunque a vista de todos parecía una dama que solo daba un paseo de tarde… sus pasos, sus pies siendo guiados por la tierra que crea varios caminos, la tierra que podría llevarla a gente y lugares desconocidos, la tierra que pisaba al bajar de su nube de problemas…
“no, no… ya no quería pensar mas… solo camine siendo guiada por quien sabe que… pero algo llama mi atención… un joven, me fijo bien y observo el lugar al cual entra el joven que había observado hacia unos segundos, el teatro… lo mire bien, y la puerta quedo entreabierta, ¿será? Podré entrar a aquel lugar sin ser vista o quizás el joven querría un momento de intimidad, pero ¿por que se me impediría el paso? Muchas veces se me permitió la entrada a esos establecimientos y es que iba a ver a un “amigo” de charlas, de palabras por que su status social nos separaba un largo trecho… Noah, el caballero mas elegante que pudiera haber conocido en mi vida, y respetuoso, aquí solía escaparme algunos ratos de ensayo y es que entonces se convertía en la razón para que no me echaran de aquel lugar si entraba como si fuera mi casa…”
Se decidió, avanzó hacia el teatro siguiendo los pasos que había dejado el joven desconocido para ella, a medida que se iba acercando comenzó a sentir una fuerza que solo podía percibir siendo lo que ella era, se detuvo, lo pensó bien… pero ¿como detenerse por algo tan insignificante? No, no se detendría y es que tan solo la curiosidad por encontrar a un joven que quisiera entrar en un lugar tan cerrado y apartado como es el teatro, ya que hoy no habían funciones por eso se hallaba cerrado solo quería saber la razón de la curiosidad de las ganas de el joven de entrar ahí… se acerco lo suficiente para que pudiera percibirle y preparada para todo no entro al escenario sino que tomo el otro camino, el del publico… le observo desde la entrada, la puerta principal mientras caminaba lentamente por los asientos del publico hacia el escenario donde se hallaba el…. –Lamento interrumpirle… -dice con una voz lo suficientemente clara para dejarle muy evidenciado que su presencia no le turbaba y que podría responder ante cualquier ataque… ya que sabia que clase de humano era el… lo sentía, sentía sus poderes y estaba dispuesta a responder solo por que eso era una consecuencia de su decisión de seguir aquella curiosidad que la había traído hasta ahí…
“no, no… ya no quería pensar mas… solo camine siendo guiada por quien sabe que… pero algo llama mi atención… un joven, me fijo bien y observo el lugar al cual entra el joven que había observado hacia unos segundos, el teatro… lo mire bien, y la puerta quedo entreabierta, ¿será? Podré entrar a aquel lugar sin ser vista o quizás el joven querría un momento de intimidad, pero ¿por que se me impediría el paso? Muchas veces se me permitió la entrada a esos establecimientos y es que iba a ver a un “amigo” de charlas, de palabras por que su status social nos separaba un largo trecho… Noah, el caballero mas elegante que pudiera haber conocido en mi vida, y respetuoso, aquí solía escaparme algunos ratos de ensayo y es que entonces se convertía en la razón para que no me echaran de aquel lugar si entraba como si fuera mi casa…”
Se decidió, avanzó hacia el teatro siguiendo los pasos que había dejado el joven desconocido para ella, a medida que se iba acercando comenzó a sentir una fuerza que solo podía percibir siendo lo que ella era, se detuvo, lo pensó bien… pero ¿como detenerse por algo tan insignificante? No, no se detendría y es que tan solo la curiosidad por encontrar a un joven que quisiera entrar en un lugar tan cerrado y apartado como es el teatro, ya que hoy no habían funciones por eso se hallaba cerrado solo quería saber la razón de la curiosidad de las ganas de el joven de entrar ahí… se acerco lo suficiente para que pudiera percibirle y preparada para todo no entro al escenario sino que tomo el otro camino, el del publico… le observo desde la entrada, la puerta principal mientras caminaba lentamente por los asientos del publico hacia el escenario donde se hallaba el…. –Lamento interrumpirle… -dice con una voz lo suficientemente clara para dejarle muy evidenciado que su presencia no le turbaba y que podría responder ante cualquier ataque… ya que sabia que clase de humano era el… lo sentía, sentía sus poderes y estaba dispuesta a responder solo por que eso era una consecuencia de su decisión de seguir aquella curiosidad que la había traído hasta ahí…
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Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Una simple palabra pronunciada de forma adecuada me hizo pensar mas de la cuenta, ya que yo no pensaba, solo actuaba, de ahí el rencor que le llevaba a mi hermano porvivir una vida que debió ser mía desde un principio. Yo debía de haber sido el elegido y él el abandonado.
Por suerte aquello me hizo ser mas fuerte, desde la oscuridad de las calles, tratado como basura pude poco a poco trepar por la sociedad, aunque no como.. él.
Apreté la mandíbula, tan solo creía que hoy podía ser un dia distinto, mal momento para encontrarme con una mujer curiosa y chismosa que a saber a que habría venido tras de mí. Si pretendía sacarme del lugar, lo tendría dificil pues por algun motivo llegué al lugar.
Con paso lento y manos en los bolsillos del pantalón de mi traje caminé hacia el borde del escenario. Donde busqué aquella imágen femenina que me trajo su voz.
Una mujer con clase, su postura era delicada, pero mi experiencia en la vida me hizo dudar de su naturaleza.
- Se le ofrece algo, Mademoiselle...?
Lancé mi voz a la oscuridad del lugar, y entonces pude apreciar casi a la perfección de quien se trataba, otra mujer en mi camino. Mis facciones se volvieron serias, siendo perturbada mi tranquilidad en aquella noche.
Por suerte aquello me hizo ser mas fuerte, desde la oscuridad de las calles, tratado como basura pude poco a poco trepar por la sociedad, aunque no como.. él.
Apreté la mandíbula, tan solo creía que hoy podía ser un dia distinto, mal momento para encontrarme con una mujer curiosa y chismosa que a saber a que habría venido tras de mí. Si pretendía sacarme del lugar, lo tendría dificil pues por algun motivo llegué al lugar.
Con paso lento y manos en los bolsillos del pantalón de mi traje caminé hacia el borde del escenario. Donde busqué aquella imágen femenina que me trajo su voz.
Una mujer con clase, su postura era delicada, pero mi experiencia en la vida me hizo dudar de su naturaleza.
- Se le ofrece algo, Mademoiselle...?
Lancé mi voz a la oscuridad del lugar, y entonces pude apreciar casi a la perfección de quien se trataba, otra mujer en mi camino. Mis facciones se volvieron serias, siendo perturbada mi tranquilidad en aquella noche.
León Gerôme Marchessault- Humano Clase Alta
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Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Sonrió de lado al escuchar su pregunta, su pose de alguna manera se puso mas altiva, seria lo noto pese a la distancia que les separaba ya que solía observar las facciones en los rostros de la persona con la cual hablaba, inclino su rostro y camino hacia adelante aun sin detenerse mientras alzo la voz, lo suficientemente fuerte aunque no gritando para que pudiera oírle – Me temo que si no le molesta me sentare aquí… necesito… un momento para pensar…. – sonríe de lado caminando hacia uno de los asientos pero muy adelante mientras arregla su vestido al sentarse y observar hacia el escenario, había tan buena acústica en aquel lugar, que sus palabras aun resonaban por los rincones de aquel teatro de manera que hacia que el lugar fuera hermosamente cuidado… se fijo en el joven ante sus ojos, cierta curiosidad salía de sus miradas hacia el, no quería ser impertinente pero… a la vez quería saber de el, aunque en realidad su mirada le había dicho todo a Adda que le dedico una sonrisa cuando sus ojos se encontraron con los de ella…
“esa mirada… esa mirada tiene algo, pensé mientras le miraba sin apartar mi vista de el, y es que tal concentración no traería nada bueno, tal concentración me decía aquella fuerza que hacia que me sintiera a gusto, y es que una magia, algo distinto salía de el, podría ser?... pensé a medida que mi interior se llenaba de ganas de ir, tocarle para saber si aquella magia o fuerza que sentía era de alguna persona de mi misma condición, ya había perdido la noción del tiempo que había pasado sin ver a alguien de mi naturaleza y es que no se dejaban ver, o cada vez se hacia mas peligroso, los cazadores hacían de las suyas dejándonos cada vez mas aislados, mas separados y asustados de un mundo que solíamos temer… por nuestro destino. Observe de nuevo al joven que estaba frente a mi, si, definitivamente había algo que me llamaba a el, pero que podía ser? Su expresión molesta solo respondía a la pregunta que yo no era lo que el quería en aquel lugar, pero no me iría, por el simple echo de ser desafiada… “
-Puedo hacerle una pregunta?... mire, algo me trajo aquí, quizás ver el teatro tan solo, o quizás la presencia de algo diferente en su mover… quizás su fuerza un tipo de fuerza que no e sentido en varios meses… ¿confía en mi?-
Era la pregunta correcta para ocasiones como estas, se levanto con cierta delicadeza caminando hacia el mientras levanta su mano para estirarla y sentir el contacto de ellos, no sabia por que, solo sabia que el no era un cazador, los cazadores eran humanos, guiados solamente por sus ansias de odio y estupidez, estupidez por que quizás no hallaban las razones reales para combatir a los seres sobrenaturales… no encontraba el sentido de un cazador real, solo era venganza y odio natural por todo lo que no fuera normal como ellos… por eso los odiaba. Aun con la mano estirada le sonrió, quería sentir su contacto, quería que esa fuera la respuesta a si era un brujo como ella lo pensaba y es que con aquella pregunta ¿confía en mi? El se daría cuenta enseguida de que se trataba todo, era como un código de confianza, uno no podía desconfiar de tal manera de algún brujo como quería, siempre había un circulo que los hacia confiar unos en otros…. El le respondería tan solo con responderle el roce de sus manos.
“esa mirada… esa mirada tiene algo, pensé mientras le miraba sin apartar mi vista de el, y es que tal concentración no traería nada bueno, tal concentración me decía aquella fuerza que hacia que me sintiera a gusto, y es que una magia, algo distinto salía de el, podría ser?... pensé a medida que mi interior se llenaba de ganas de ir, tocarle para saber si aquella magia o fuerza que sentía era de alguna persona de mi misma condición, ya había perdido la noción del tiempo que había pasado sin ver a alguien de mi naturaleza y es que no se dejaban ver, o cada vez se hacia mas peligroso, los cazadores hacían de las suyas dejándonos cada vez mas aislados, mas separados y asustados de un mundo que solíamos temer… por nuestro destino. Observe de nuevo al joven que estaba frente a mi, si, definitivamente había algo que me llamaba a el, pero que podía ser? Su expresión molesta solo respondía a la pregunta que yo no era lo que el quería en aquel lugar, pero no me iría, por el simple echo de ser desafiada… “
-Puedo hacerle una pregunta?... mire, algo me trajo aquí, quizás ver el teatro tan solo, o quizás la presencia de algo diferente en su mover… quizás su fuerza un tipo de fuerza que no e sentido en varios meses… ¿confía en mi?-
Era la pregunta correcta para ocasiones como estas, se levanto con cierta delicadeza caminando hacia el mientras levanta su mano para estirarla y sentir el contacto de ellos, no sabia por que, solo sabia que el no era un cazador, los cazadores eran humanos, guiados solamente por sus ansias de odio y estupidez, estupidez por que quizás no hallaban las razones reales para combatir a los seres sobrenaturales… no encontraba el sentido de un cazador real, solo era venganza y odio natural por todo lo que no fuera normal como ellos… por eso los odiaba. Aun con la mano estirada le sonrió, quería sentir su contacto, quería que esa fuera la respuesta a si era un brujo como ella lo pensaba y es que con aquella pregunta ¿confía en mi? El se daría cuenta enseguida de que se trataba todo, era como un código de confianza, uno no podía desconfiar de tal manera de algún brujo como quería, siempre había un circulo que los hacia confiar unos en otros…. El le respondería tan solo con responderle el roce de sus manos.
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Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Aun con las manos en los bolsillos el joven sonrió duramente con tristeza. Él no confiaba en nadie, ni siquiera confiaba en sí mismo, y no iba a cambiar sus costumbres por una dama de clase alta. Aunque debía reconocer que aquella pregunta le pilló de improvisto. Así había aprendido en las calles, así había aprendido a engañarse a sí mismo, pretendiendo ser otra persona que no era. Pretendiendo ser algo más que eso.
- Debo rechazar su mano, ma chèrie. No sabe el lugar donde se está metiendo, ni con quién está hablando. Simplemente deje su curiosidad a un lado… dígame… - Dijo con gesto fingido, pensativo, al tiempo que una de sus manos se posaba en su espalda aun sobre el escenario y daba vueltas sobre él, gesticulando con la otra mano. – ¿Nunca ha oído aquello de “La curiosidad mató al gato”? Seguramente… miles de veces, ¿me equivoco?
El seguía con su parsimonia habitual. Sintiendo un pellizco en el estómago al rechazar aquella mano que le tendían. Como si aquello le pudiese sacar del agujero en el que estaba metido hasta el cuello. Como si pretendiese ayudarme como… diablos! Jamás me dejaría ayudar, eso supondría parecer débil frente a otros ojos, desmoronar toda la vida que yo mismo me habría labrado con odio y muerte en mis ojos. Por un momento quizás me dejé engañar por aquella mujer, pero no volvería a suceder.
Aquel hombre, casi rozando la locura tan solo hacía más que pensar. Jamás había necesitado la ayuda de nadie pero la pregunta correcta sería. ¿Alguna vez le tendieron una mano? La respuesta era obvia. No. Baldassare, tomó aire, observando todo aquello que le rodeaba, con añoranza. Deseando que alguna vez él pudiese hacer vida normal, sin que le mirasen por encima del hombro hasta las personas de menor calibre. Odiaba toda aquella sociedad, se odiaba a sí mismo, simplemente por el hecho de ser despreciado su pequeño cuerpo aun cuando era bebé, dejándolo morir en un callejón. Tan solo su fuerza lo ayudó a sobrevivir miles de batallas como era aquella, La Muerte.
Con gesto cansado, bajó del escenario, condenado a sufrir aquella maldita existencia de por vida. Como un preso que espera su pronta muerte entre rejas, salvo por el único detalle que él estaba en libertad. Baldassare apoyó su espalda en el escenario, una vez debajo, sin perder de vista a aquella mujer que le había hecho la única pregunta que aun se cuestionaba, y que jamás nadie la pronunció. Eso le hizo más que nunca meditar. ¿Qué era ella? ¿De quién se trataba aquella misteriosa mujer?
- Debo rechazar su mano, ma chèrie. No sabe el lugar donde se está metiendo, ni con quién está hablando. Simplemente deje su curiosidad a un lado… dígame… - Dijo con gesto fingido, pensativo, al tiempo que una de sus manos se posaba en su espalda aun sobre el escenario y daba vueltas sobre él, gesticulando con la otra mano. – ¿Nunca ha oído aquello de “La curiosidad mató al gato”? Seguramente… miles de veces, ¿me equivoco?
El seguía con su parsimonia habitual. Sintiendo un pellizco en el estómago al rechazar aquella mano que le tendían. Como si aquello le pudiese sacar del agujero en el que estaba metido hasta el cuello. Como si pretendiese ayudarme como… diablos! Jamás me dejaría ayudar, eso supondría parecer débil frente a otros ojos, desmoronar toda la vida que yo mismo me habría labrado con odio y muerte en mis ojos. Por un momento quizás me dejé engañar por aquella mujer, pero no volvería a suceder.
Aquel hombre, casi rozando la locura tan solo hacía más que pensar. Jamás había necesitado la ayuda de nadie pero la pregunta correcta sería. ¿Alguna vez le tendieron una mano? La respuesta era obvia. No. Baldassare, tomó aire, observando todo aquello que le rodeaba, con añoranza. Deseando que alguna vez él pudiese hacer vida normal, sin que le mirasen por encima del hombro hasta las personas de menor calibre. Odiaba toda aquella sociedad, se odiaba a sí mismo, simplemente por el hecho de ser despreciado su pequeño cuerpo aun cuando era bebé, dejándolo morir en un callejón. Tan solo su fuerza lo ayudó a sobrevivir miles de batallas como era aquella, La Muerte.
Con gesto cansado, bajó del escenario, condenado a sufrir aquella maldita existencia de por vida. Como un preso que espera su pronta muerte entre rejas, salvo por el único detalle que él estaba en libertad. Baldassare apoyó su espalda en el escenario, una vez debajo, sin perder de vista a aquella mujer que le había hecho la única pregunta que aun se cuestionaba, y que jamás nadie la pronunció. Eso le hizo más que nunca meditar. ¿Qué era ella? ¿De quién se trataba aquella misteriosa mujer?
León Gerôme Marchessault- Humano Clase Alta
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Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Monsieur si quisiera pelear con usted no estaría ofreciéndole mi mano en primer lugar… -se sentía algo extraña por aquel rechazo debido a que nunca lo habían echo con ella y es que jamás había escuchado la palabra no ante una petición que hacia, siempre terminaban concediendo sus deseos y por alguna extraña razón se sintió molesta… ¿molesta? Si, esa era la palabra. Pero, ¿por que aquella molestia se hacia intensa? observo delicadamente al joven ante sus ojos mientras veía su caminar lentamente del escenario y procesaba su pregunta, “la curiosidad mato al gato” un dicho popular que había oído en mas de una ocasión debido a su gran curiosidad, era cierto, no podía evitar el sentirse curiosa y es que desde pequeña lo había echo desde que había crecido muy pequeñita y kazu le decía que no tenia que hacerlo si no mas bien dejar esas mañas de lado, pero era inevitable, Adda ya había crecido así, y tener aquel poder misterioso que encandilaba a varón que se le cruzara no ayudaba mucho, kazu una vez mas había fallado en sus intentos por educarla.
-si monsieur si e escuchado aquella frase… y es algo que no solo usted me la a dicho, creo que así soy, así seré siempre… aun así me ofende que no confíe en mi de ninguna manera…
Siguió aun sus pasos intentando adivinar que era lo que hacia, que pensaba? Y es que no podía hacer mucho si no le tocaba, podía poseerle y dejarle en claro que no quería hacerle daño pero ahí el circulo de confianza moriría, no tenia ganas de hacerlo y por alguna razón se identificaba con el, su soledad y la forma en que se paraba ante ese escenario se hacia mención a su vida, se veía como en un escenario y ella no era la actriz principal si no mas bien era el escenario donde su vida pasaba una y otra vez y todos tuvieran la facultad de opinar sobre su vida o no.
Le observo bajar, ante la vista del que la observara solo veía unos ojos calmados y relajados por que esa era la impresión que quería dar, ya que no quería que la vieran débil, observo su andar y la forma en que se acercaba aquel varón desconocido y mientras mas se acercaba sentía mas la presencia de la fuerza sobrenatural que podía ser efecto de los mismos poderes que ella poseía, si, no quedaban muchas dudas, aquel joven era un brujo, no podía sentir demasiado si su brujería llevaba un mal o si su brujería podía ayudarle, pero sentía bastante recelo de parte de el, como si su mente quisiera confiar en ella pero sus actos le demostraban todo lo contrario.
-puedo preguntarle por que ese exceso de desconfianza monsieur? –siente su cercanía y sonríe de medio lado al sentir su mirada penetrante como si ella causara el mismo efecto de curiosidad en el pero no se atrevería a decir ni preguntar nada… al menos eso creía ella, “acaso estoy perdiendo mi tiempo y estoy revelándome a ala misma vez?... por que no avanzo hacia la salida y me olvido de todo esto? A fin de cuentas es un desconocido que claramente me a rechazado…” pero y es que no podía, había algo que le decía que se quedara y mantuviera aun su pose firma sin titubeos…
-si monsieur si e escuchado aquella frase… y es algo que no solo usted me la a dicho, creo que así soy, así seré siempre… aun así me ofende que no confíe en mi de ninguna manera…
Siguió aun sus pasos intentando adivinar que era lo que hacia, que pensaba? Y es que no podía hacer mucho si no le tocaba, podía poseerle y dejarle en claro que no quería hacerle daño pero ahí el circulo de confianza moriría, no tenia ganas de hacerlo y por alguna razón se identificaba con el, su soledad y la forma en que se paraba ante ese escenario se hacia mención a su vida, se veía como en un escenario y ella no era la actriz principal si no mas bien era el escenario donde su vida pasaba una y otra vez y todos tuvieran la facultad de opinar sobre su vida o no.
Le observo bajar, ante la vista del que la observara solo veía unos ojos calmados y relajados por que esa era la impresión que quería dar, ya que no quería que la vieran débil, observo su andar y la forma en que se acercaba aquel varón desconocido y mientras mas se acercaba sentía mas la presencia de la fuerza sobrenatural que podía ser efecto de los mismos poderes que ella poseía, si, no quedaban muchas dudas, aquel joven era un brujo, no podía sentir demasiado si su brujería llevaba un mal o si su brujería podía ayudarle, pero sentía bastante recelo de parte de el, como si su mente quisiera confiar en ella pero sus actos le demostraban todo lo contrario.
-puedo preguntarle por que ese exceso de desconfianza monsieur? –siente su cercanía y sonríe de medio lado al sentir su mirada penetrante como si ella causara el mismo efecto de curiosidad en el pero no se atrevería a decir ni preguntar nada… al menos eso creía ella, “acaso estoy perdiendo mi tiempo y estoy revelándome a ala misma vez?... por que no avanzo hacia la salida y me olvido de todo esto? A fin de cuentas es un desconocido que claramente me a rechazado…” pero y es que no podía, había algo que le decía que se quedara y mantuviera aun su pose firma sin titubeos…
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Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Por unos instantes las palabras de aquell mujer le hirieron, pero por qué..? No estaba seguro del todo y menos si se trataba de algun estratagema para conseguir algo, de veras que no sabía que se traía entre manos aquella mujer.
Su gesto se volvió rígido, expectante de la majestuosidad en los sutiles movimientos de la mujer, y eso lo reconocería en cualquier lado. Era alguien que con unas simples palabras amables le retaba a hacer cosas que jamás se había pensado que haría. Dar la mano a una dama, así por las buenas. Y Baldassare no era así, tras años de incredulidad, tan solo tuvo la genial idea de ir provocando el caos allá por donde iba, pero aquellas palabras tranquilizadoras le calaban en lo mas profundo de su ser.Mostró una media sonrisa, al tiempo que miraba el suelo en el que se encontraban, luego, subió de nuevo la mirada hacia aquella misteriosa mujer.
- Es mi coraza, mi modo de alejarme de toda persona que intente entrar sin permiso. Siento decirle que ni vos ni nadie la va a romper.
Una auténtica metáfora, pero en sí sola era muy literal a la vez. Siempre había luchado por mantenerse fuera de la sociedad, hacer que la gente combinase un odio insufrible por él, simplemente, ganarse a pulso su propia mala fama.
Para él, la desconfianza y el encontrarse en contra de toda la sociedad le hacía mas poderoso, mas lascible, carente de sentido alguno, pero aquel dia... aquel MALDITO día los dioses no estaban a su favor... un motivo de más para seguir odiándolos.
Se negó a sí mismo, intentando mantener aquella odiosa forma de pensar suya en un segundo plano. Aquella mujer quería saber de él, y quizás él le pudiese devolver la misma moneada con otro favor.
- Sus especulaciones son ciertas, Madamme. - Hice una teatral reverencia, propia de un perfecto actor de la ópera Parisina de aquellos tiempos.
- Ante usted se encuentra un semejante vuestro. Baldassare Domani. Bastardo desde su nacimiento hasta el día de hoy. Sus palabras sabían amargas incluso cuando las pronunciaba, pero no por ello se iba a dejar vencer, tan solo por la palabrería y la magia que desprendía la mujer.
Sucumbido por la atracción que aquella mujer le proporcionaba, como empujado por un resorte, volvió a inclinar su cuerpo en dirección a la dama.
- Su nombre es...?
Su gesto se volvió rígido, expectante de la majestuosidad en los sutiles movimientos de la mujer, y eso lo reconocería en cualquier lado. Era alguien que con unas simples palabras amables le retaba a hacer cosas que jamás se había pensado que haría. Dar la mano a una dama, así por las buenas. Y Baldassare no era así, tras años de incredulidad, tan solo tuvo la genial idea de ir provocando el caos allá por donde iba, pero aquellas palabras tranquilizadoras le calaban en lo mas profundo de su ser.Mostró una media sonrisa, al tiempo que miraba el suelo en el que se encontraban, luego, subió de nuevo la mirada hacia aquella misteriosa mujer.
- Es mi coraza, mi modo de alejarme de toda persona que intente entrar sin permiso. Siento decirle que ni vos ni nadie la va a romper.
Una auténtica metáfora, pero en sí sola era muy literal a la vez. Siempre había luchado por mantenerse fuera de la sociedad, hacer que la gente combinase un odio insufrible por él, simplemente, ganarse a pulso su propia mala fama.
Para él, la desconfianza y el encontrarse en contra de toda la sociedad le hacía mas poderoso, mas lascible, carente de sentido alguno, pero aquel dia... aquel MALDITO día los dioses no estaban a su favor... un motivo de más para seguir odiándolos.
Se negó a sí mismo, intentando mantener aquella odiosa forma de pensar suya en un segundo plano. Aquella mujer quería saber de él, y quizás él le pudiese devolver la misma moneada con otro favor.
- Sus especulaciones son ciertas, Madamme. - Hice una teatral reverencia, propia de un perfecto actor de la ópera Parisina de aquellos tiempos.
- Ante usted se encuentra un semejante vuestro. Baldassare Domani. Bastardo desde su nacimiento hasta el día de hoy. Sus palabras sabían amargas incluso cuando las pronunciaba, pero no por ello se iba a dejar vencer, tan solo por la palabrería y la magia que desprendía la mujer.
Sucumbido por la atracción que aquella mujer le proporcionaba, como empujado por un resorte, volvió a inclinar su cuerpo en dirección a la dama.
- Su nombre es...?
León Gerôme Marchessault- Humano Clase Alta
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Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Una coraza…
“algo que debieras tener tu Adda… mira que pasan los años y aun no aprendes, acaso no piensas que si tienes una coraza todo podría ser mejor? Yo podría ayudarte en ello, arreglar tu suerte, ser tu pero yo, con todo mi poder y el odio en mi y contigo ayudándome por un tiempo dentro de este lugar, haríamos cosas increíbles… - no, eso no es buena idea.
una rabia que se asemejaba al dolor de hallarse sentida hizo que observara al joven para poder salir de mis pensamientos y dedicarme en completo a el, observe su mirar y su andanza, parecía un caballero pero en su forma de hablar solo me demostraba lo muy dañado emocionalmente que estaba, quizás si era bueno tener una coraza para asegurarse de no salir herida ante cualquier cosa… ante cualquier detalle.”
-No es necesario que diga esas palabras, no me interesa en lo absoluto es necesario saber que es bastardo, aunque me lo dijera tampoco lo pensaría… - sonríe de lado al inclinarse en respuesta a su reverencia de aquella forma, le dedica una sonrisa mientras caminaba por los pasillos de aquel teatro, y tocaba con sus dedos aquellos asientos, al sentirse lo suficientemente se encontró con su cuerpo acercándose mas al de ella e inclinándose pregunto su nombre…
Sonrió de lado mientras piensa su respuesta, no era el echo en si de decir su nombre y ya, era el echo de su poca confianza y quizás la forma en que se habían conocido.
-dígame por que yo debería confiarle mi nombre cuando usted ni siquiera acepto un simple gesto de saludo como aceptar mi mano monsieur Domani… - sonríe de lado antes de sentarse en uno de los asientos mientras su sonrisa se queda ausente, un ruido, un ruido que no provenía de ninguno de las dos únicas personas que se hallaban ahí dentro si no mas bien de afuera, observo hacia atrás esperando que aquel ruido solo fuera pasajero pero algo le decía que no. Se levanto rápidamente y acercándose al joven susurro… - tengo que salir de aquí, no se si usted pero si nos encuentran aquí se preguntaran que hace una dama en un lugar tan apartado con un joven… y no puedo permitirme malos comentarios… -susurra antes de volverle a dedicar una mirada para correr hacia las escaleras de la subida al teatro y avanzar detrás del escenario y quedarse un momento detrás de ahí, de pronto se miro y trato de buscar su abrigo dándose cuenta que se le había quedado en uno de los asientos negó con la cabeza intentando pensar alguna cosa para poder ir en su búsqueda sin que la descubrieran, se sentían pasos acercándose y mucha gente hablando.
“si, déjame que voy a revisar como esta el teatro y cierro esto, yo pensaba que habría un ensayo hoy por eso lo abrí… - se escuchaba aun desde afuera, como si estuviera hablando con alguien desde afuera y pensé enseguida en aquel joven Bassadare… -monsieur Domani?... – susurro mientras salía detrás del escenario, iría a buscar mi abrigo y si alguien me veía? –protégete con la ilusión… - no había pensado en ello…”
-monsieur Domani?...- vuelve a susurrar esperando respuesta. había sido una ilusión? Donde estaba aquel joven?
“algo que debieras tener tu Adda… mira que pasan los años y aun no aprendes, acaso no piensas que si tienes una coraza todo podría ser mejor? Yo podría ayudarte en ello, arreglar tu suerte, ser tu pero yo, con todo mi poder y el odio en mi y contigo ayudándome por un tiempo dentro de este lugar, haríamos cosas increíbles… - no, eso no es buena idea.
una rabia que se asemejaba al dolor de hallarse sentida hizo que observara al joven para poder salir de mis pensamientos y dedicarme en completo a el, observe su mirar y su andanza, parecía un caballero pero en su forma de hablar solo me demostraba lo muy dañado emocionalmente que estaba, quizás si era bueno tener una coraza para asegurarse de no salir herida ante cualquier cosa… ante cualquier detalle.”
-No es necesario que diga esas palabras, no me interesa en lo absoluto es necesario saber que es bastardo, aunque me lo dijera tampoco lo pensaría… - sonríe de lado al inclinarse en respuesta a su reverencia de aquella forma, le dedica una sonrisa mientras caminaba por los pasillos de aquel teatro, y tocaba con sus dedos aquellos asientos, al sentirse lo suficientemente se encontró con su cuerpo acercándose mas al de ella e inclinándose pregunto su nombre…
Sonrió de lado mientras piensa su respuesta, no era el echo en si de decir su nombre y ya, era el echo de su poca confianza y quizás la forma en que se habían conocido.
-dígame por que yo debería confiarle mi nombre cuando usted ni siquiera acepto un simple gesto de saludo como aceptar mi mano monsieur Domani… - sonríe de lado antes de sentarse en uno de los asientos mientras su sonrisa se queda ausente, un ruido, un ruido que no provenía de ninguno de las dos únicas personas que se hallaban ahí dentro si no mas bien de afuera, observo hacia atrás esperando que aquel ruido solo fuera pasajero pero algo le decía que no. Se levanto rápidamente y acercándose al joven susurro… - tengo que salir de aquí, no se si usted pero si nos encuentran aquí se preguntaran que hace una dama en un lugar tan apartado con un joven… y no puedo permitirme malos comentarios… -susurra antes de volverle a dedicar una mirada para correr hacia las escaleras de la subida al teatro y avanzar detrás del escenario y quedarse un momento detrás de ahí, de pronto se miro y trato de buscar su abrigo dándose cuenta que se le había quedado en uno de los asientos negó con la cabeza intentando pensar alguna cosa para poder ir en su búsqueda sin que la descubrieran, se sentían pasos acercándose y mucha gente hablando.
“si, déjame que voy a revisar como esta el teatro y cierro esto, yo pensaba que habría un ensayo hoy por eso lo abrí… - se escuchaba aun desde afuera, como si estuviera hablando con alguien desde afuera y pensé enseguida en aquel joven Bassadare… -monsieur Domani?... – susurro mientras salía detrás del escenario, iría a buscar mi abrigo y si alguien me veía? –protégete con la ilusión… - no había pensado en ello…”
-monsieur Domani?...- vuelve a susurrar esperando respuesta. había sido una ilusión? Donde estaba aquel joven?
Invitado- Invitado
Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
- No debería alzar la voz.
Comentó Baldassare tras las espaldas de la mujer. Cuando ésta se giró, posiblemente alterada por aquel brusco encuentro, le hizo un ademán con uno de sus dedos, para que aguardase en silencio, mientras que con la otra mano le tendía aquel caro abrigo, extraño, pese a encontrarse en la estación de verano. En los hombres eran distinto, ¿qué era un hombre sin chaqueta...? Nadie.
El jóven, apartó levemente la cortina color rojo sangre que se encontraba tras las espaldas de la muchacha. Los trabajadores entraban para observar si aquello seguía cerrado y todo en orden. Justo cuando sus pies hicieron crujir la madera a unos escasos metros de aquellos jóvenes se maldijó.
Tan solo cerró lo sojos y se concentró, sin darse cuenta de su mano sobre los labios de la mujer, obligándola al silencio. Transmitiéndole aquella magia, canalizándola de un modo peculiar.
- Maaaaou - Imitó el sonido de un gato. Su práctica con aquel poder se ilusión que poseía era inútil en él, no había logrado grandes cosas con él en su propia vida. Pese a que tuvo tiempo tiempo de sobra para ello.
- Maaaaaou... - Volvió a maullar, o hacer un intento de ello. Entonces fue cuando abrió los ojos y se encontraba enfundado en un pelaje color blanco, gris y marron a partes iguales, había poseido a un gato que se encontraba repantingado bajo los sillones.
Se encontró con aquello de frente, y así acercóse a la pierna de uno de los jóvenes que estaban próximos a delatarles en su escondite, rozándose con su pierna mientras ronroneaba, logró disuadirlos.
El jóven lo tomó en brazos.
- Pero quien tenemos aqui..? Aww... miren que gatito me encontré, era el mismo que hacía ruido tras las cortinas.
El jóven tomó el gato con ambas manos y lo miró. El gato en aquella pose ridícula bufó, poseido por el mismo Baldassare alzó una de sus zarpas arañando la cara de aquel jóven, lo cual respondió dejándolo caer al suelo.
- Me hizo sangre!
- Vamos Jean Luc te curará.
La chica tomó de la mano al jóven y acudieron fuera del teatro, dejándolo cerrado a cal y canto.
Tras ello, Baldassare abrió sus ojos, tomando una gran bocanada de aire por la impresión de volver a su cuerpo, sentía sus labios resecos, y un leve mareo. Se separó de la muchacha, indignado porque le hubiese inducido a decir su nombre y ella ni se hubiese dignado a hacer mención alguna del suyo.
Comentó Baldassare tras las espaldas de la mujer. Cuando ésta se giró, posiblemente alterada por aquel brusco encuentro, le hizo un ademán con uno de sus dedos, para que aguardase en silencio, mientras que con la otra mano le tendía aquel caro abrigo, extraño, pese a encontrarse en la estación de verano. En los hombres eran distinto, ¿qué era un hombre sin chaqueta...? Nadie.
El jóven, apartó levemente la cortina color rojo sangre que se encontraba tras las espaldas de la muchacha. Los trabajadores entraban para observar si aquello seguía cerrado y todo en orden. Justo cuando sus pies hicieron crujir la madera a unos escasos metros de aquellos jóvenes se maldijó.
Tan solo cerró lo sojos y se concentró, sin darse cuenta de su mano sobre los labios de la mujer, obligándola al silencio. Transmitiéndole aquella magia, canalizándola de un modo peculiar.
- Maaaaou - Imitó el sonido de un gato. Su práctica con aquel poder se ilusión que poseía era inútil en él, no había logrado grandes cosas con él en su propia vida. Pese a que tuvo tiempo tiempo de sobra para ello.
- Maaaaaou... - Volvió a maullar, o hacer un intento de ello. Entonces fue cuando abrió los ojos y se encontraba enfundado en un pelaje color blanco, gris y marron a partes iguales, había poseido a un gato que se encontraba repantingado bajo los sillones.
Se encontró con aquello de frente, y así acercóse a la pierna de uno de los jóvenes que estaban próximos a delatarles en su escondite, rozándose con su pierna mientras ronroneaba, logró disuadirlos.
El jóven lo tomó en brazos.
- Pero quien tenemos aqui..? Aww... miren que gatito me encontré, era el mismo que hacía ruido tras las cortinas.
El jóven tomó el gato con ambas manos y lo miró. El gato en aquella pose ridícula bufó, poseido por el mismo Baldassare alzó una de sus zarpas arañando la cara de aquel jóven, lo cual respondió dejándolo caer al suelo.
- Me hizo sangre!
- Vamos Jean Luc te curará.
La chica tomó de la mano al jóven y acudieron fuera del teatro, dejándolo cerrado a cal y canto.
Tras ello, Baldassare abrió sus ojos, tomando una gran bocanada de aire por la impresión de volver a su cuerpo, sentía sus labios resecos, y un leve mareo. Se separó de la muchacha, indignado porque le hubiese inducido a decir su nombre y ella ni se hubiese dignado a hacer mención alguna del suyo.
León Gerôme Marchessault- Humano Clase Alta
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Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Sentirlo detrás de ella solo le tranquilizaba un poco mas, se dio vuelta hacia el para mirarle iba a rebatir el echo de su dedo para callarle pero siente las voces de las personas conversar casi en la entrada del teatro así que se vio obligada a mantener silencio, cerraba sus ojos intentando tranquilizar los latidos de su corazón, que si aquella persona ¿no era una persona normal?, ¿que si fuera un monstruo? ¿Un vampiro? ¿Un licántropo? De esos seres que tenían los sentidos súper mega desarrollados…
Aquel miedo parecía no justificarse por que al sentir aquel maullido se dio cuenta que el joven que hablaba sin saber que había alguien más ahí.
“como confías así? Que nunca aprendes?- calla… no es necesario que me recrimines, solo esta tocando la punta de mis labios con sus dedos y es para protegerse… - y protegerte…
No podía con mi mente en estos momentos, cerraba los ojos esperando apagar aquella mente, ojala hubiera un interruptor que permitiera aquel silencio de esa mente que últimamente solo me atacaba, abrí los ojos al notar como aquel joven usaba su ilusión a modo diferente, sonreí de lado mientras esperaba que aquello pasara, lo que se podía notar si era que ya estaban a salvo, los dos personajes que hablaban ajenos a nosotros ya se habían retirado…”
Adda… - susurra retirando su dedo mientras le observa apartarse y sonríe delicadamente –mi nombre es Adda – camina hacia el escenario de aquel teatro mientras siente sus pasos y el crujir de las tablas en sus pies, un sonido salio desde afuera y es que estaban cerrando con llave aquel teatro, no estaba preocupada se podía salir por atrás y nadie les vería, de echo eso tenia pensado hacer, arreglo su vestido y miro al joven invitándole a acercarse… - entonces, aun me odia? – susurra como si aquel rechazo de no haber querido tomar su mano habría causado tal molestia, de la manera que no hubiese creído, si le había molestado, y es que nadie, nadie nunca se había resistido a sus encantos, podía sonar altanera, creída e incluso podía sonar feo que ella lo pensara, pero era la realidad.
Nadie, nunca le había rechazado y eso le preocupaba y asustaba a la vez.
-balssadare puedo preguntarle… ¿Por qué si yo no le e dado razones… por que desconfía así de mi?, no me conoce y ya pone su coraza, su escudo que le impide confiar en alguien que posee habilidades como las suyas… - sonríe de lado confiada, esa seguridad al hablar con alguien nadie nunca se la quitaría.
Aquel miedo parecía no justificarse por que al sentir aquel maullido se dio cuenta que el joven que hablaba sin saber que había alguien más ahí.
“como confías así? Que nunca aprendes?- calla… no es necesario que me recrimines, solo esta tocando la punta de mis labios con sus dedos y es para protegerse… - y protegerte…
No podía con mi mente en estos momentos, cerraba los ojos esperando apagar aquella mente, ojala hubiera un interruptor que permitiera aquel silencio de esa mente que últimamente solo me atacaba, abrí los ojos al notar como aquel joven usaba su ilusión a modo diferente, sonreí de lado mientras esperaba que aquello pasara, lo que se podía notar si era que ya estaban a salvo, los dos personajes que hablaban ajenos a nosotros ya se habían retirado…”
Adda… - susurra retirando su dedo mientras le observa apartarse y sonríe delicadamente –mi nombre es Adda – camina hacia el escenario de aquel teatro mientras siente sus pasos y el crujir de las tablas en sus pies, un sonido salio desde afuera y es que estaban cerrando con llave aquel teatro, no estaba preocupada se podía salir por atrás y nadie les vería, de echo eso tenia pensado hacer, arreglo su vestido y miro al joven invitándole a acercarse… - entonces, aun me odia? – susurra como si aquel rechazo de no haber querido tomar su mano habría causado tal molestia, de la manera que no hubiese creído, si le había molestado, y es que nadie, nadie nunca se había resistido a sus encantos, podía sonar altanera, creída e incluso podía sonar feo que ella lo pensara, pero era la realidad.
Nadie, nunca le había rechazado y eso le preocupaba y asustaba a la vez.
-balssadare puedo preguntarle… ¿Por qué si yo no le e dado razones… por que desconfía así de mi?, no me conoce y ya pone su coraza, su escudo que le impide confiar en alguien que posee habilidades como las suyas… - sonríe de lado confiada, esa seguridad al hablar con alguien nadie nunca se la quitaría.
Invitado- Invitado
Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
- Todo el mundo me es indiferente, todos, campesinos, nobles y no tan nobles son engañosos a los ojos de todos, mienten, escudriñan, todo por conseguir lo que quieren...
Baldassare continuó caminando, con ambas manos en los bolsillos, alzando una mano para tomar la tela rojiza de las cortinas entre sus dedos, sintiendo el tacto aterciopelado de éstas en sus propias manos.
El jóven no pretendía ser grosero con aquella dama, es mas, le profería una clase de confianza que nadie le había dado en su vida, razón de más para desconfiar de tan brusca manera, así era él y nadie podría cambiarlo. supo al instante de que se trataban sus palabra,s ella también presenciaba en su ser la magia de la que estabamos tan solo algunos bendecidos.
- Vos mejor que nadie los sabeis, condesa.
El jóven le dedicó una mirada ladeada, al tiempo que giraba su rubia cabellera hacia otro punto, lejano, dónde solían sentarse los mas importantes en las salas, reyes, condes, marqueses... todos hipócritas ante las miradas del populo. El palco.
Tomó con lentitud el camino hacia allí, degustando aquel olor a muchedumbre que desprendían los pasillos, imposible de pasar desapercibido ante él. Caminó hasta unas escaleras engalardonadas con mas fieltro rojo, como si aquello fuese la mas mítica escena de tortura vampírica de las antiguas historias. Subí y una vez arriba, me senté insultantemente como para los nobles, apoyando mis pies en el filo de aquel balcón, buscando en el vacío la silueta de aquella mujer.
Baldassare continuó caminando, con ambas manos en los bolsillos, alzando una mano para tomar la tela rojiza de las cortinas entre sus dedos, sintiendo el tacto aterciopelado de éstas en sus propias manos.
El jóven no pretendía ser grosero con aquella dama, es mas, le profería una clase de confianza que nadie le había dado en su vida, razón de más para desconfiar de tan brusca manera, así era él y nadie podría cambiarlo. supo al instante de que se trataban sus palabra,s ella también presenciaba en su ser la magia de la que estabamos tan solo algunos bendecidos.
- Vos mejor que nadie los sabeis, condesa.
El jóven le dedicó una mirada ladeada, al tiempo que giraba su rubia cabellera hacia otro punto, lejano, dónde solían sentarse los mas importantes en las salas, reyes, condes, marqueses... todos hipócritas ante las miradas del populo. El palco.
Tomó con lentitud el camino hacia allí, degustando aquel olor a muchedumbre que desprendían los pasillos, imposible de pasar desapercibido ante él. Caminó hasta unas escaleras engalardonadas con mas fieltro rojo, como si aquello fuese la mas mítica escena de tortura vampírica de las antiguas historias. Subí y una vez arriba, me senté insultantemente como para los nobles, apoyando mis pies en el filo de aquel balcón, buscando en el vacío la silueta de aquella mujer.
León Gerôme Marchessault- Humano Clase Alta
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Re: La cara oculta de la luna. [··Adda Giardelli··]
Sonrió de lado verdaderamente no se esperaba que aquel joven pudiera reconocerla, se sintió molesta pero como toda dama solo pudo ocultar su molestia regalándole una sonrisa, ahora la verdadera pregunta era ¿Cómo sabia quien era Adda, La condesa? Lo único que sabia era que no había podido pasar desapercibida a pesar que hubiera dado todo por que el solo le conociera por su nombre, Adda, y que no le dijera condesa, por un momento se sumió en sus pensamientos dejándose hacer por ellos aunque no permitiéndoles que pudieran penetrar para que mantener la vista durante todo el momento al joven – bueno, dígame como sabe usted que soy una.. Condesa… - le mira ir hacia palco, en ese asiento que solo estaba reservado para personas con una clase social alta, en el puesto precisamente donde el se hallaba , por un momento lo creyó perdido pero ahí, apareció mientras le miraba hacia arriba y antes que el pudiera sentarse en aquel balcón Adda le siguió los pasos, sabia donde el había ido, varias veces había pasado por ese palco, era el palco del rey y los príncipes de Francia, Abelard… subiendo escalón por escalón llego hasta aquel balcón, el único que tenia la vista privilegiada de estar al medio, al medio de todo aquel teatro permitiendo ver hasta lo que comen los actores, recibiendo toda la acústica.
“¿recuerdas esa ocasión que te viniste a este balcón por error? -si, muy bien… demasiado bien para mi gusto
Bien arreglada, acababa de llegar a Paris, como había llegado con los beneficios que requería estar llena de dinero, mi mucama asignada por aquel hotel arreglo mi ropa para vestirme lo mas presentable posible y poder emprender camino hacia mi primer evento social en aquel teatro, nunca olvidaría ese día, cuando sin querer llegue a parar al balcón del rey de Francia, el solo me dedico una sonrisa señalando que no podía haberse equivocado el de balcón y que seria un placer compartir el balcón juntos…"
claro que de eso había pasado mucho, esa antes era Adda Giardelli, ahora solo era Adda Vinogradova La sonrisa en sus labios al ver a Balssadare en aquel asiento le hizo acercarse – bueno entonces… me dirá como es que sabe mi condición de condesa?
“¿recuerdas esa ocasión que te viniste a este balcón por error? -si, muy bien… demasiado bien para mi gusto
Bien arreglada, acababa de llegar a Paris, como había llegado con los beneficios que requería estar llena de dinero, mi mucama asignada por aquel hotel arreglo mi ropa para vestirme lo mas presentable posible y poder emprender camino hacia mi primer evento social en aquel teatro, nunca olvidaría ese día, cuando sin querer llegue a parar al balcón del rey de Francia, el solo me dedico una sonrisa señalando que no podía haberse equivocado el de balcón y que seria un placer compartir el balcón juntos…"
claro que de eso había pasado mucho, esa antes era Adda Giardelli, ahora solo era Adda Vinogradova La sonrisa en sus labios al ver a Balssadare en aquel asiento le hizo acercarse – bueno entonces… me dirá como es que sabe mi condición de condesa?
Invitado- Invitado
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