Experiencia es el nombre que damos a nuestras equivocaciones...[Christopher Schwarzen]

por Invitado Dom Jun 19, 2011 5:23 pm

Recuerdo del primer mensaje :

“Conversemos… decía mi mente que se dejaba guiar por mi negatividad a pensar en lo que estaba sucediendo… definitivamente odiaba la forma en que mi mente volvía a engañarme, por que? por que me había dejado engatusar? Por que no había podido ver lo bueno y lo que debía hacer?… por que no había adivinado lo que iba a suceder en un futuro?... no quería conversar conmigo misma, no quería pensar solo quería salir de ahí, eso fue lo que me llevo a la laguna, eso fue lo que mis pies y las palabras hacia mi dama de compañía de no querer usar sus servicios me impulsaron a buscar este lugar tan vacío, no había nadie, y es que por la hora poca gente se encontraba en este lugar, casi todas las parejas, amistades, y etc, buscaban los momentos, las horas de tarde, cuando el sol comenzaba a abandonar para dar cabida a la luna y es que ese espectáculo en aquella laguna era tan hermoso, a esta hora de la mañana no lo era, solo un paisaje ya visto, el sol, la laguna reflejando la luminosidad del sol que estaba en todo su esplendor, si… se podía decir que había cierto calor abrasador que tampoco permitía que hubiera mucha gente por los alrededores… mi caminata en un comienzo fue lenta, guiada por los árboles que lograban cubrir algo de sol con sus hojas, mientras que podía sentirse un poco de viento, entregando algo de calma…”

Adda se dejo guiar por su forma de caminar, paso a paso siente como va descubriendo poco a poco que pudo haberse equivocado, no sentía la equivocación de buena manera pero si sentía que todo aquello le daba una experiencia… experiencia?... siguió caminando mientras los árboles cubrían cada vez menos por que la sombra se desvanecía, el sol y el calor eran abrasadores, avanzo hacia un pequeño muelle mientras arreglaba su vestido y quitaba sus zapatos lentamente para luego quitar sus medias de vestir, mientras caminaba por la madera se inclino hacia el agua tocándola, observo su reflejo en el agua jugando delicadamente con ella dejando que sus dedos muevan el agua, se sentó tratando de arreglar su vestido para caer cómodamente y poder sentir el agua en sus pies, se estiro apoyándose con sus brazos para sentir el calor que le abrazaba cada vez mas, suspiro, ahora quería una compañía, si, alguien con quien hablar que no fuera su mente perturbadora que solo piensa en lo malo de todas las situaciones, movía sus pies bajo el agua disfrutando de la calidez del agua llenando sus pies, haciéndole gozar de una temperatura al nivel medio… se sentía mejor, menos acalorada y ahora si necesitaba alguien con quien charlar… ¿era demasiado pedir?

por Invitado Lun Jul 11, 2011 11:45 am

Es extraño todo esto…-susurro mientras se recuesta a su lado cerrando los ojos y mirando hacia el cielo, era tan extraño estar tan cómoda con aquel joven de mirada seria, con una dulzura que nadie sospecha y una presencia que impone respeto, cariño, dulzura, ternura… que inspira mas de lo que una cree…
-es tan extraño sentirme tan cómoda con alguien monsieur, usted lo a logrado, sus palabras no pasan desapercibidas, sus palabras solo calan aun mas en mi interior, pero la vida es tan difícil, aun usted no sabe lo que hago yo, ni quien soy, como puede agradecer por una desconocida? – le observa esperando ver sus ojos por que sabia bien que lo que estaba diciendo era una realidad, no quería hacerse ilusiones, aquel joven debía saber todo si quería compartir mas tiempo con ella…

“que tonta eres, estas pensando decirle tu condición de condesa y bruja a la vez… ¿lo estas haciendo?...- no…
No quería, no y no quería, pero aun así había algo en mi interior que me pedía solo a gritos que le contara todo lo que era, lo mala que había sido durante mucho tiempo guiada por el odio, guiada por venganza mas que por otras cosas, mire su rostro fijamente, acaricie su mejilla por que le coqueteaba de esa forma? Por que hacia que quisiera verle y tocarle si solo era un desconocido? Demasiado dulce y tierno para ser verdad… no quería dañarle pero los acontecimientos invadían mi vida, mis relaciones, mis amigos, mi problema… mi no virginidad, la poca confianza que me acarreaba un varón, por mucho que fuera tierno y suave como el que estaba a mi lado, suspire, no había nada mas que hacer, deje que la tarde pasara y como si un día marcara la diferencia deje que aquel joven calara en mi interior, ahora no podía dejar de verle…¿ era una señal? Acaso el querría seguirme viendo? –
pero si lo estaba diciendo!! Lo dijo!- es cierto… lo dijo, pero…¿nos veríamos realmente?”

Se miro el vestido, parte de el se encontraba empapadísimo pero también habían partes que habían comenzado a secar desde que se sentó en aquel muelle, ya no sentía calor por alguna razón estaba demasiado confortable en aquel lugar, se acurrucó en el y es que no quería que pasara la tarde, aunque al parecer las horas pasaban volando, aquel sol ya o daba mucho su calor y el color del cielo comenzaba a cambiar, ya no golpeaba tanto aquel calor sofocante y ya se hacia una tarde calida para los dos, donde el sol de pasar a golpearlos con sus rayos, ahora les reconfortaba, aquella tarde de verano, era una tarde perfecta, llena de armonía, y lo mejor de todo es que estaba siendo acompañada y aun mas, disfrutaba de aquello aunque su mente le dijera lo contrario, aunque su mente le debatiera todo el tiempo que se deja confiar demasiado en las personas y que no debería de entregar completamente guiada por sus sentimientos… -me cuenta algo mas de usted? – le mira sentándose como una pequeña a la que le contaran un secreto… mientras cierra los ojos para sentir la brisa que comenzaba a aparecer anunciando la noche que venia en camino.

por Invitado Miér Jul 20, 2011 9:18 pm

¿Cómo puede agradecer por una desconocida? Éstas palabras quedaron en la mente del muchacho durante varios segundos y mientras las acciones se desataban y las preguntas emergían de algún lugar, él la miró volviendo a incorporarse y sentarse mientras la miraba, con las piernas cruzadas entre sí –Pues por la misma razón por la que yo le agrado, siendo tan solo otro desconocido –Dijo contrarrestando su comentario por completo. Soltó un pequeño suspiro y miró al anaranjado cielo, esto hizo que Christopher se alertara en cierto modo pero sin ser notorio para la bruja, pues había sido atacado por la mañana temprano, y de pronto… ¿Ya estaba atardeciendo? Era realmente increíble que hubieran pasado tantas horas y apenas habían sucedido cosas entre ambos, solo intercambiaban información y algunas que otras risas, que para el día que había comenzado con tan mal pie, no parecía que acabara tan mal después de todo. La miró con una pequeña sonrisa –¿Cosas de mí? Bien, le contaré mi historia desde que tengo uso de razón –Dijo recostándose un poco sobre sus brazos echando su cuerpo hacia atrás y estirando sus piernas .

–Todo comenzó en un orfanato, mi primer recuerdo es eso… mis primeros pasos en un orfanato, lleno de niños, personas adultas que cuidaban de ellos, nos daban de comer… nos llevaban a dormir, nos bañaban, lo que es una multitudinaria familia, solo que no teníamos permitido salir a jugar con otros niños que no fueran de aquel establecimiento que parecía una institución, solo que con rejas. Recuerdo que todo esto fue en Alemania, de donde provengo. Nunca me dijeron nada sobre mi familia biológica, no tenían datos de ello. Esto hacía que me colara de vez en cuando sin ser alertado por aquellas personas en el despacho de director de aquel lugar para buscar cosas sobre mi nombre y apellidos, pero jamás encontraba nada, solo un papel en el que estaban todos los nombres de los niños encerrados en los que ponían nuestro nombre y al lado ‘’En cuarentena’’. Según lo que pregunté cuando aún era un crío, significaba que había sido criado sin padres, ya así fue. Pasé los primeros catorce años de mi vida ahí dentro. Y sí, tenía amigos, era feliz a decir verdad, pero sabía que mi destino no estaría allí, no sería dentro de aquel lugar –Suspiró –Lo primero que recuerdo de París fueron un par de sonrisas, una mujer y un hombre sonriendo mientras que las personas que cuidaban de mí y de todos los niños me llevaron hasta ellos. Pero las cosas no fueron como yo esperaba –Su rostro tornó serio e incluso dolorido –El hombre con el que mi madre adoptiva está casado, es alcohólico y de vez en cuando llegaba muy ebrio a casa propinándole varias palizas e incluso violaciones a su mujer –Dijo cerrando los ojos con rabia –En un intento de poder parar una de sus típicas palizas, cuando yo tenía dieciséis años aquel hombre por error soltó su brazo golpeándome duramente contra una pared, con la cual quedé ingresado en el hospital en estado de coma durante tres años –Dijo indignado –Sí, tres años estuve en un hospital por culpa de las borracheras ajenas. No creo ser tan mala persona para que aquel hombre, por muy sin querer que fuera, tuviera que golpearme, a mí o a Louise, que es como mi madre se llama. Después de todo aquello, yo volví a casa y tras mi reposo y mi recuperación de aquel suceso, el hombre continuaba con su ámbito de dar palizas y emborracharse. Lo que hice fue ir hacia él con toda la rabia acumulada y asestarle una severa y dura paliza, jamás había sido una persona violenta, y Dios me libre de volver a tener que hacer algo así de nuevo, pero sentía que tenía que ayudar a mi madre, pues siempre, durante los dos años que estuve con ella antes de ingresar en el hospital, me dio todo su amor y todas sus costumbres y modales que son los que ahora puedo sacar a la luz con usted –Sonrió un poco –Como iba diciendo, aquel hombre abandonó la casa en la que los tres vivíamos, vivíamos bien, éramos una familia de clase media, pero juré que si volvía a aparecer lo mataría, y con ésta amenaza, se largó y con ello, el sueldo de su trabajo. Esto hace que ahora tengamos algo de menos dinero, por lo que con veinte años busqué mi primer trabajo, en el que ahora estoy, repartiendo la prensa y la correspondencia en una vieja bicicleta por todas las partes de París, es un trabajo muy cansado para mis piernas, pero la familia es lo primero. Después de aquello pasaron un par de años, que fue cuando un sueldo más terminó, que fue cuando mi madre enfermó de gravedad –Dijo frunciendo el ceño en señal de impotencia al no poder hacer nada al respecto –La llevo cuidando desde hace varios meses, apenas se mueve, debo ayudarla a comer, a ir al baño y a acostarse. Cada día y cada noche, al comenzar y terminar el día, la coloco un trapo húmedo en la cabeza debido a la gran fiebre que tiene. Lo único que espero es que algún día se ponga bien, aunque un médico es muy caro y el dinero que yo gano solo da para comer y mantener la casa, lujos los justos y un médico cuesta bastante dinero, es más de la mitad de mi desapropiado y desganado sueldo. Tan solo pido ayuda al todo poderoso a que me ayude a salvarla, sin ella, mi vida estaría realmente vacía –Hizo una pequeña con la mueca mirando la madera del muelle un poco cabizbajo. Todas las penas que Chris había sufrido en su vida estaban siendo recordadas al mínimo detalle y se sentía realmente triste recordando aquellas cosas. A pesar de todo, una sonrisa tímida y pequeña se asomó por sus labios –Y apareciste tú –Dijo incluso feliz de que ese hecho hubiera sucedido. Christopher se levantó y se estiró un poco ya que en la madera se sentía un poco incómodo. La miró y sonrió –¿Y usted? Dígame que es de usted –Dijo sin borrar la sonrisa de su rostro volviéndose a sentar a su lado metiendo los pies en el agua aquella agradable tarde que ambos estaban pasando juntos, la cual, daría casi todo de lo que tenía, los pocos lujos de los que se podía permitir, para poder estar a su lado una tarde más.

por Invitado Lun Jul 25, 2011 10:24 pm

Sonríe y asiente – tiene mucha razón y eso no sucede muy a menudo, nos agradamos pero no es que yo sea agradable para todo el mundo, quizás en otras circunstancias solo habría actuado tan fría como siempre… - observa bien su mirar, Christopher tenia algo intrigante, no tenia poderes mágicos quizás eso lo hacia interesante, no tenia nada que le dijera que podía ser peligroso hasta los cazadores exponían su propio deseo de asesinar todo lo que fuera sobrenatural y hacían de su propio ser algo diferente, le miro bien, Christopher no tenia nada de eso, tenia inocencia, alegría, ganas de vivir una vida, cuidar a su madre, vivir a pesar de las importunencías de la vida como aquel golpe que se había llevado, quería escucharlo a medida que se recostó sobre sus brazos se acomodo de tal manera que podían verse mutuamente sin ella recostarse y observando su gorrito y su sonrisa asintió –yo escucho – susurra delicadamente mientras toma un mechón de su cabello corriéndolo escuchando cada palabra

No se imaginaba que la vida de un joven pudiera ser tan difícil, Adda se sentía impotente, ¿Quién era el desgraciado que había golpeado a su madre y a el por tanto tiempo? Agradeció cuando Christopher menciona que aquel hombre ya se había ido de su casa, y ahora vivían los dos, observaba los cambios en su expresión, su mirada, se veía a ratos confusa, a ratos molesta… a ratos diferente sin poder hacer nada de impotencia –lo lamento – no sabia por que había salido aquellas palabras de sus labios,

“¿lo siento? ¿Es lo único que se te ocurre? Se pudo haber muerto y tu dices “lo siento”
Mi mente me molestaba con cada cosa que decía, con cada cosa que pensaba, y es que acaso mi lado oscuro, o en realidad esa parte malvada dentro de mi ¿se sentía culpable? O ¿solo se sentía triste por todo lo que le había sucedido a aquel joven sin suerte? Tenia sentimientos? Nunca había pensado en aquella parte oscura que dominaba la mayoría del tiempo pudiera sentir preocupación por alguien –no es fácil admitirlo pero el… me inspira ternura, ganas de querer cuidarle, de… quererlo… ¿era eso posible? – definitivamente eso era sorpresivo…”

El se dio vuelta hacia ella acomodándose mejor y dijo algo que Adda nunca se hubiera esperado Y apareciste tú definitivamente no se lo espero – ¿yo? monsieur, ¿que tengo de especial que hizo que cambiara en algo su suerte? No, no soy nadie tan importante como para que usted diga eso, aparte ni me conoce –sonríe de lado avergonzada mas que nada por sus palabras, y es que nadie le había dicho a Adda que había sido un cambio en la vida de alguien – ¿Qué es de mi? – como explicarle a Christopher que ella era una persona que era muy diferente a el, que tenia una fuerza sobrenatural diferente, ¿acaso era bueno quitarlo de ese circulo en que le tenia envuelto la vida? ¿Seria bueno o malo que el supiera de sus poderes, de otros seres? ¿De vampiros tanto como de brujos, cambiaformas, licántropos? – Este… - piensa un poco antes de ponerse a hablar – mi vida no es tan sencilla como usted piensa, perdí a mis padres hace mucho tiempo, tenia 12 años cuando mi padre me envió a un convento y a la edad de 16 años el falleció mi madre me mando a llamar para vivir con ella y pues Salí del convento por que realmente eso no era lo mío – y si se enteraban de mis poderes era posible que me asesinaran de la peor forma, sonrió ante sus pensamientos mientras le observa – bueno, después de eso… mi… mi madre falleció – o la mate… - una tía mía a la edad de 16 años me llevo a su casa donde me enseño a vivir, la fuerza de las cosas, una enseñanza que nunca olvidaría por que a pesar de haber vivido tan poco tiempo con ella me enseño los procesos de la vida, era una mujer muy justa, muy suave y delicada una mujer que sabia que era lo que quería de la vida y la asesinaron… venia aquí por que tengo o tenia el paradero de la persona que le hizo daño… - le mira mientras se sienta acomodándose bien – y bueno… ahora vivo en palacio, tengo que ejercer mis derechos como condesa – no sabia como explicar, como de un día para otro se había convertido en condesa por ende, no le dio la información de ningún país, ni de fechas ni siquiera que hacían sus familiares ni que por ser una bruja ahora estaba obligada a vivir como condesa de Rusia. –Supongo que eso es todo…- susurra mirándole mientras le sonríe – nunca pude encontrar al hombre que asesino a mi tía… - le sonríe de lado mirando hacia el cielo – me temo que tendremos que partir ¿me acompañaría? – se levanta estirando su mano y sonriéndole delicadamente.

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