Vicios [Pr. Argus Berthaneon]

por **Carmmine Von Misson** Sáb Jun 25, 2011 6:03 pm

Nuevamente había venido a parar aquí, su paciencia con la sangre almacenada que había adquirido algo turbiamente en el hospital tenía un límite, era como sobrevivir apenas con agua cuando en el mundo habían miles de licores esperando, cada uno diferente, con su propia historia. La taberna era un buen lugar para cazar, eso si su maldita consciencia se lo permitía, eran bastantes las ocasiones en que después de emborrachar a sus posibles víctimas terminaba arrepintiéndose y dejándolos en un sucio callejón. Si alcanzaba a ocurrir el resto, muchas veces terminaba llorando sobre el cadáver. En esos momentos se odiaba, odiaba lo que tenía que hacer para sobrevivir ya que eso no la excusaba ante su propia consciencia.

Estaba sentada en el mismo lugar en la barra de la taberna, pero aun no decidía quien de los presentes se convertiría en el primero sobre el que practicaría el truco del pequeño sorbo, que su maestro le había enseñado hace poco tiempo. Consistía en adormilarlo controlando sus emociones, haciéndolo entrar en un estado de sopor, y beber pausadamente pero dejando lo suficiente para que la víctima sobreviva. Esto último era lo complejo, para su especie era demasiado difícil soportar la excitación que produce la tibia sangre y no terminar rompiéndole la tráquea a la víctima… Nunca lo había intentado, pero valía la pena.

- Finalmente – dijo suspirando al ver entrar a un tipo con muy mala cara –

Ya venía bastante ebrio, así que ya tenía parte del trabajo listo, solamente debía conseguir que la siguiera a un lugar más apartado, eso era bastante fácil considerando su apariencia de adolescente. Y al parecer era su día, noche, de suerte ya que el sujeto se sentó directamente en el taburete contiguo al suyo.

- Dos vasos de whisky – le pidió al tabernero – El otro es para el señor – dijo acabando su copa de Merlot.

El sujeto no se resistió ¿Acaso iba a negarse a una copa y la compañía de una mujer? Todo aquello era demasiado tentador, demasiado fácil.

Arqueó un poco la espalda para dejar a la vista el escote, quizás así ni siquiera tendría que molestarse en usar sus poderes, notó como la mirada de aquel sujeto comenzó a recorrerla por completo. Estaba hecho.

- Me acompaña a casa – le susurró de forma sugerente – Queda algo lejos y es peligroso salir sola a estas horas –

El mismo sujeto, voluntariamente pagó la cuenta y le tendió en brazo para llevarla, aunque claro, quien terminaría cargando con él era Carmmine, el tipo estaba ya bastante ebrio como caminar en línea recta. Le guiñó un ojo, y se tomó de él. Solo tenía que buscar un callejón lo suficientemente apartado, para su… práctica. Se advirtió a si misma que no debía frustrarse si no resultaba bien al primer intento, aun para alguien que en ocasiones detesta lo que es, la tentación era demasiado grande.