Una obsesión te puede llevar al borde de la locura y guiarte directamente a la perdición. [Freddie Tovagliare]

Sabado 10, Julio… Paris.

Corre…- era lo único que pensaba mientras sentía el viento azotar mi cara, hoy como nunca el viento era intenso, golpeaba como si fueran millones de pequeñas agujas, corría como nunca lo había echo y es que con su vestido se hacia casi imposible correr de la mejor manera, llego a un lugar que no hubiera encontrado nunca si lo hubiese buscado, era una especie de sembrados e impresionantemente era tan diferente a como había visto en otras ocasiones, me encontré con aquellas siembras y ya no sabia donde ir, solo sabia que me encontraba demasiado cerca del peligro, había visto peligrosamente un cazador, y solo me había dado a la fuga por que este inteligentemente se había acercado con el pretexto de que no me haría daño y había terminado con una herida corto punzante en la cadera, haciendo que mi herida sea increíblemente dolorosa y por ende haciéndome crear una ilusión para confundirlo y poder correr de ahí… por eso sentía el miedo en mis poros, en cada fibra de mi ser, nunca en mi vida había temido tanto a algo y es que nunca habían actuado con tal brutalidad conmigo, lo bueno de todo es que le pude haber confundido y echo que olvidara mi rostro, así no me buscaría mas que por una herida… y eso con curaciones y alguna bruja que sepa de encantamientos y pociones, si… eso ayudara…”

Mientras tanto su interior solo callaba no ayudaba mucho su fuego interno si comenzaba a llenarla de malos pensamientos, por el momento solo debía correr, lo que no se espero si, fue el desfallecimiento de correr con una herida en su cadera, una herida abierta que había ensuciado gran parte de su vestido con una mancha roja que parecía negra con la cantidad exuberante de sangre que salía de aquella herida… siguió corriendo, aunque no podía mas ya que aquellos sembrados solo la llevaban a perderse mas y mas… cayo al suelo, no podría defenderse si alguien decidía atacarla de alguna manera, ya no tenia fuerzas, las había ocupado corriendo y es que el clima frío había congelado sus pies, su rostro y su sangre en aquella herida había salido con intensidad debido a su correr… cayo al suelo ensuciando todo su vestido mientras perdía noción del lugar donde se hallaba, el viento aun golpeaba su rostro y pensaba en su mente que este seria el fin… tanta vida y ganas de vivir para que un cazador venga y te la arrebate, no era justo, todavía le faltaba mucho por descubrir y por primera vez en su vida se dejo desfallecer por el simple echo de sentirse sin fuerzas, acabada…

“pero este no es el fin… cualquiera pensaría que si, no podía creer que esto no hubiese acabado, escuchaba voces a lo lejos varias señoras hablando sobre el tema, y es que alguien nombraba “condesa” la pude sentir, dijo mi nombre, pero no sabían quien era mencionaban condesa mencionadas veces mientras corrían de un lado a otro, no podía entender lo que decían y es que mi mente aun procesaba esa herida que sabia no estaba completamente cerrada… la voz de un joven se escuchaba a lo lejos…- se encontrara bien?...-aquella voz ya la había escuchado ¿Será? Mantenía entre que cerraba los ojos y perdía noción de lo vivido hasta que trataba de abrir los ojos y todos se movilizaban nuevamente, una voz mas conocida que decía venia de palacio ofreció llevarme de ahí, y luego volvía a perder la conciencia… “

Martes 13, Julio… Paris.

-esta despertando!!.. Mademoiselle se encuentra bien? –una voz… desconocida pero conocida a la vez se escuchaba o sentía escuchar a medida que abría los ojos sintiéndose menos adolorida… busco aquella pista entre todo el tumulto, gente de palacio a su cargo y gente de casa como sirvientas, mucamas, buscaba a alguien que le dijera que si había visto o si sabia de quien se trataba esa voz tan reconocida por ella… e incluso fue lo primero que hizo apenas hubo despertado -donde estoy?- susurra un poco confundida por el lugar que observaba, parecía una casa humilde, demasiado humilde, ¿sera que alguno de ellos le encontró ahí? o quizás el que la encontró la dejo en aquella casa... por que había sentido voces de gente de palacio? por que no la habían llevado directamente ahí... sintió unos ojos fijos en los de ella y al encontrarse con aquella mirada lo supo... Freddie... aquel joven que había visto solo una vez desde su encuentro estaba al final del pasillo observándola con esos ojos dulces y encantadores.... aquellos que habían provocado mas de un insomnio durante sus noches así como sabia que a el también le había afectado...¿acaso el la había salvado?

Sábado 10, Julio París

Me hospedaba en una casa al sur de parís. No era una gran mansión ni mucho menos pero estaba resguardada en el bosque, más allá de un campo de cultivo y sembrados. Había decido comprar una casa embargada de parís no muy llamativa ni muy residencial para no llamar la atención. Me gustaba poner tener un poco de espacio fuera el vaivén de la gente, de los olores y de los ruidos sonoros y estridentes que empezaban a primera hora de la mañana.

Era una casa de madera y piedra de pocas habitaciones, una cocina sótano con despensa y cuarto para el poco servicio que tenia. En la parte de arriba tenia cuarto de invitados adornado con humildad y una pequeña chimenea para resguardar el frio en invierno. También había un gran baño que había hecho cambiar cuando llegué haciendo una pila grande de porcelana y no una bañera. Disfrutaba de los baños de agua caliente y de las sales que siempre había al lado. El Dormitorio principal asentado al final del pasillo de las escaleras dejando a un lado la puerta del estudio. Era una cama grande de sábanas blancas de satén cubiertas por un cubrecama negro. Las cortinas negras y la habitación de piedra gris y vigas negras combinaban con la cama de madera de roble que levantaba en sus cuatro puntos unas espirales talladas a mano que median por lo menos metro y medio recogiendo lo alto de la cama y con cortinas blancas que caían a los lados de la almohada.

Ahí me encontraba eligiendo ropa cómoda para ir de caza, una camisa, unos pantalones y una chaqueta para no llamar la atención de riqueza. Baje las escaleras de madera escuchando el crujir de ellas con el ruido seco y corto de cada paso que daban mis botas. Me despedí del servicio nada más estaba anocheciendo cuando el sol ya no se veía para salir a por algo que alimentarme. Normalmente buscaba a las afueras de parís algo que nadie echara de menos, procuraba enterrar o quemar el cuerpo tras haberme alimentado pero esta vez no salió como esperaba.

Los sembradores recorrían los campos de siembra regresando a sus casas. Dado a mis poderes podía acercarme sin hacer ruido, podía aunque me descubrieran desgarrar su garganta sin importarme. Permanecí quieto con los ojos cerrados notando la brisa fría pasar entre mis dedos, revolver mi pelo y un sinfín de olores que inundaban mi olfato. Un olor, dulce, que olía a ciruelas y sudor, el olor de una joven que acababa de trabajar me hizo girar la cabeza y concentrarme en alcanzarla. Melena pelirroja una cesta con siembra que llevaba a un lado y un pañuelo en la cabeza para resguardarse del viento y el calor del sol por la mañana. Iba detrás de ella sin hacer ruido con los ojos vibrando por el hambre y la sed de esa joven cuando un olor me azotó de repente haciéndome erguirme y mirar al lado del que provenía y el ruido rápido de pisar el sembrado corriendo, huyendo. Fruncí el ceño y la joven siguió andando sin peligro cuando me adentré de nuevo entre la maleza siguiendo el rastro de ramas llenas de sangre y hierba. Mire a la izquierda del camino y no i nadie persiguiendo a quien sin duda andaba herido por lo que me deslicé para el lado contrario y para mi sorpresa descubrí a la Condesa Adda Vinográdova, tirada en el suelo arrastrándose por escapar. Apreté la mandíbula de rabia y tensión al descubrir la sangre y a duras penas conseguí llegar hasta a ella. Tenía la mirada perdida, el vestido manchado de barro, hierbas y sangre. Sus ojos andaban perdido buscando ayuda y su gesto y facciones expresaban dolor. La sostuve entre mis brazos intentando que despertara pero en fue en vano. Volví a mirar hacia atrás para encontrar al responsable , la había apartado del camino y me dirigí hacia atrás. Para mi sorpresa un hombre andaba con un fuerte cuchillo peinando las hierbas altas que le molestaban, vestía ropa sudorosa y cómoda, llevaba una bolsa a su espalda y una pistola que olía a pólvora-Un cazador- Gruñí con una voz profunda y casi inaudible. Tenía que salarla y ponerla a salo había desperdiciado mucha sangre por lo que debía actuar con rapidez. Me quite la chaqueta poniéndola en el suelo al lado de una mancha de sangre que hice mordiendo mi muñeca. El cazador seguía el rastro de Adda por lo que se encontró de pleno con la chaqueta y tomo cuando se arrodillo y mojo un dedo en la sangre de al lado escupiéndola y escudriñando a su alrededor sin bajar la pistola.

Me coloqué detrás de él sin que le diera tiempo para girarse e hinqué mis colmillos con crueldad y rapidez perforando su piel y sus manos intentando en ano zafarse de mi cabeza. Le dejé moribundo y di una patada a la pistola que empuñaba. Cuando termine le rompí el cuello con crujido que me encantaba escuchar y miré la munición de la pistola. Plata.

Encontré a Adda como la deje echa un ovillo tomándola en brazos con cuidado y avanzando lo más rápido que podía intentando no moverla demasiado. Tardé escasos minutos cuando la pequeña puerta de hierro se abría tirada por un señor y asentía con respeto mientras de una patada empujaba las puertas principales- ¡Quiero a todo el servicio ahora!-Grité con enfado y rabia mientras subía las escaleras.

La posé en el cuarto de invitados, todas las doncellas desvestían a Adda y curaban los cortes que se había hecho intentando parar la sangre de la herida de bala.- No tenemos capacidad para curar esto Monsieur- me dijo una de ellas mientras apretaba la herida.-Me giré dando una pata al marco de la puerta- Llame a un médico y dígale que es una urgencia, corra- clavé mis ojos en la muchacha y saque de mi bolsillo 50 francos entregándoselos. La mujer salió corriendo sujetándose el vestido y yo mire a Adda negando con la cabeza.

El doctor tardó 30 minutos en llegar y después 45 en quitar la bala del costado de Adda con cuidado y cosiendo la herida- Me dijo que estaría inconsciente, pues había perdido mucha sangre y que cuando se despertara la vendría bien un baño y comida en abundancia. Sin hacer movimientos excesivos. Nada que no supiera antes. Me despedí del Doctor con i frialdad y encanto naturales esperando desde el pasillo que Adda despertara.


Martes 13,Julio París

Dejé salir a tres mujeres que se dedicaban al cuidado de la cura, limpieza de la habitación y la tercera recogía todos los vendajes sangrantes y los llevaba a la cocina a un horno donde lo echaba al fuego. Habían pasado 3 días desde su ataque. Estaba de brazos cruzados apoyado en el marco de mi habitación cuando Adda despertó y preguntó donde se encontraba buscando algún rasgo conocido y reparando en mis ojos. Me acerqué a ella con cuidado y haciendo un gesto para que todos salieran de la habitación- ¿Dónde estoy?-dijo un poco aturdida- Estas en mi casa madeimoselle Vinográdova- Hice un reverencia con la cabeza cuando cerré la puerta de la habitación tras de mí y avancé hasta el sillón que estaba a un lado de la mesita de noche y la cama en la que se encontraba. Clavando mis codos en las rodillas y entrelazando las manos mirándola- Habéis sido presa de un cazador Condesa y para suerte de vuestra fortuna me encontraba dando un paseo cerca de usted- Dije con tono suave y clavando mis ojos en los suyos – Balas de plata- dije señalando el costado más malherido y con la gasa recién cambiada- Necesitareis más reposo y comer en abundancia por la sangre que habéis perdido madeimoselle, estáis de invitada en mi casa-sonreí recostándome en el sillón con las piernas un poco separadas y posando los brazos en el reposabrazos del sillón- Siento que no sea su palacio pero espero que sea suficiente para complaceros-

La casualidad llamó a mi puerta como se solía decir para traerme a la condesa con la que había cruzado escasas palabras, no pude olvidar esa cara y ese olor, era bien bella con razón tenía fama de ser de las más hermosas de la nobleza. Pero también tenía carácter y seguramente más de uno tras ella. No pensé en la posibilidad de verla de ninguna forma. Jamás pude enamorarme realmente de nadie. En 480 años. Pero sabía por los gestos de esta mujer y las mejillas sonrosadas que tenía al verme que despertaba en ella algún tipo de curiosidad.

“Freddie contestaba a cada una de mis preguntas, ¿de verdad estaba en casa de aquel joven? ¿Como había llegado ahí?-calla deja que termine de hablar- mi interior me regañaba y es que solía retarme a mi misma debido a que sacaba conclusiones muy apresuradas y terminaba desilusionándome rápido… sentí aquella reverencia como si no correspondiera, no quería que hiciera aquello, yo estaba en casa de el y mas encima el sabia mi secreto, podía presentirlo…”

Escucho toda su explicación mientras se debatía interiormente y escuchaba con atención que había perdido mucha sangre, mientras pensaba en la escena vivida, Adda sabia muy bien que aquel que la había atacado era un cazador, un cazador muy bueno e inteligente, que de alguna forma había conseguido apartarla de palacio para entablar una conversación lo bastante interesante para hacerle creer que si podía confiar en el, aquel cazador parecía diferente, quizás hasta bueno, tenia una sonrisa tierna y daba pie a pensar de que no podría asesinar a una mosca… todo eso le había tomado por sorpresa, aquella bala, solo la había mirado un segundo para darse cuenta que si no le creaba una ilusión o si no usara sus poderes moriría…

“no se como no pude reaccionar, aquella bala me trastorno, jamás nadie había apuntado hacia mi, y mi maldad muy oculta… por primera vez en mi vida sentía los efectos del miedo, el dolor de sentir aquel disparo y aquel instrumento atravesar mi cuerpo para quedarse en uno de los lados de mi cadera, seria indescriptible, había sido tan extraño y doloroso y quizás había sentido dolor por algún pinchazo en mi dedo, pero esto no tenia comparación con nada, con nada que me hubiese pasado, sangre y dolor mezclados, mucha sangre y mucho dolor… ver la expresión en su rostro solo me decía que el se había preocupado de alguna manera, y es que ¿como podía ser? Alguien preocupándose por mi… era tan difícil de creer pero a la misma vez tan agradable, de una sensación… de esas sensaciones que uno no espera”

- permítame decirle que no importa… no estoy acostumbrada a palacio de todas formas, solo le pediré una cosa, debemos avisar a palacio, por su puesto. No dando la real explicación de lo sucedido si no explicando que me quedare unos días en su casa como invitada y que no quiero ser molestada, no se si seria mucha molestia pedirle ese pequeño favor?- le mira con ojos preocupados y es que si alguien se llegaba a enterar que Adda estaba tan herida podrían comenzar a buscar a aquel cazador y eso no sonaba a buena idea… - lo… lo mato? –susurra mirándole mientras nerviosamente intenta acomodarse en aquella cama, le miro fijamente quería saber todo – no quiero que mi presencia le incomode monsieur, intentare recuperarme rápido…

“lo dices como si dependiera de ti… - así es, solo hace esto de buen samaritano… -[no dejas de mirarlo… ¿te gusta? – no, no se, no se explicarlo”

Gracias, gracias por rescatarme, por cuidarme, por todo lo que esta haciendo y hará hasta que me retire de su hogar, Gracias por estar en el momento indicado, sin usted cerca hay una gran posibilidad de que no hubiera sobrevivido, y es que aquel cazador me tomo de sorpresa si usted lo hubiese visto… -suspira mientras al hacer un movimiento un tanto brusco sentía el dolor vivo en herida, cerro los ojos y doblándose un poco se recostó para que el dolor se le quitara.

Viernes 16 Julio, Paris

“tres días han pasado desde que desperté luego de haber pasado un fin de semana al borde de la muerte, los días se han hecho tan cortos, y es que compartir con la casa del joven que salvo mi vida es una experiencia tan nueva para mi… por las mañanas me sirven un desayuno increíblemente satisfactorio y es que no puedo rechazar, siempre cuando voy a dejar algo aparece aquel joven casi un príncipe a ordenar que debo comer todo lo que esta en la bandeja, las sirvientes son muy agradables y generalmente la vida es tranquila en este lugar, lo que mas me intriga, son las conversaciones con aquel caballero, pese a haberle visto en mas de alguna ocasión y en situaciones relativamente distintas me había intrigado su forma de ser, misteriosa, diferente, bastante cerrado, aun así atrayente a cualquier vista… “

No había tenido mucho tiempo para conversar luego de aquella conversación el martes ya podía comenzar a levantarse y es que el día anterior el doctor había dado carta verde para que pudiera al menos poner un pie fuera de la clínica por eso había pedido a Ana una de las muchachas de servidumbre que le dijeron al caballero que necesitaba hablarle… se miro en el espejo mientras se miraba y tocaba su herida por encima de las vendas que ya eran menos rojas, aunque seguía doliendo, y era probable que no se le quitaría en mucho arreglo su corset instintivamente al sentir la puerta de la habitación de huéspedes sonaba por dos brazos golpeando levemente para pedir entrar... -adelante monsieur... usted no debe pedir permiso para entrar... - susurra débilmente mientras espera a aquel joven en la cama, pediría levantarse y claro poder caminar algo, sus piernas ya dolían de lo rígidas que se habían puesto una vez permanecido en cama como 6 dias completos.

Martes 13 de Julio París

Freddie la miro asintiendo y comprendiendo todo lo que podria acarrearla esa situación y apreto los labios mientras se levanto y la escuchaba asomandose a la puerta y llamando a una doncella con el dedo- Traigame mi pluma, papel y el lacre- dijo mientras Adda seguia hablando y despues volvio a su sitio para volver a clavar sus ojos en los de ella suspiró cuando pregunto por el fin del cazador a lo que asenti y dije- Está muerto de hecho es el encargado de que no me abalanze sobre su herida mademoiselle- en la comisura de sus labios podia apreciarse una leve sonrisa que delataba el disfrute de eliminar a un cazador más de París- Empiezan a ser molestos- dice mirando a un lado y despues volviendo a mirarla recostandose en el sillon de su lado. Adda le saco de sus pensamientos cuando le agracedia el haber estado en ese mismo lugar y por haberla ayudado a escacar y rescatarla- No pude verlo..-dije con tono suave- Salia de caza para alimentarme cuando seguí el rastro de tu sangre y vi que no era un rasguño por andar entre flores- la dedicó una sonrisa refiriendose a una joven que paseaba solamente por el campo recogiendo flores- qué imagino que no era lo que estaba haciendo- Dígame ¿qué la llevo a confiar o que hizo para que un cazador como ese…-hace una pausa recordando lo buen cazador que era y la experiencia que se veia cuando recorria el rastro de Adda antes de que lo atacara-..la persiguiera y la hiriera de tal manera?- Necesitaba saberlo y en cierto modo dio las gracias por haber aparecido en ese momento y haberla ayudado. Sería agradable su estancia en la casa además de reconfortante .

La doncella empujo la puera con un bandeja de plata la pluma, el lacre y el papel que posó sobre las rodillas de Freddie que tomo la pluma y escribio una carta para el palacio diciendo que la condesa habia decidido ausentarse de la ciudad y preferia pasar unos días de tranquilidad en su casa y que era bienvenida y recibida a ella sin ningun tipo de molestia, dejó una firma en la parte inferior derecha y despues se lo pasó a Adda para que firmara dando su consentimiento mientras Freddi pasaba el lacre por la vela y sellaba la carta la firmada esperando que Adda usara el sello de su mano para sellarla.

Viernes 18 de Julio, París

Estaba fumando en mi escritorio y repasando unos documentos del pago de los sirvientes y los viveres de aquella temporada cuando una doncella llamo casi con cuidado a su puerta. Freddie dejo el cigarrillo en el ceniceró recostandose en el sillon de piel y tomando un trago de Whisky- Adelante- dijo cuando trago la bebida- La condesa quiere verle monsieur- dijo la chica con una reverencia mientras salia de la puerta. Se colocó la camisa y el pelo avanzando hasta el cuarto de invitados cuando posé mis nudillos tres veces en la puerta. Habian pasando tres dias desde que estuvieron en la misma habitación encerrados hablando lo cual ponia un poco nervioso a Freddie y tambien la incertidumbre de saber para que le llamaba.
La condesa le dio paso y este empujo con cuidado la puerta asomando primero la cabeza y cerrandola tras de si quedandose erguido y contemplando –Veo que ya está mucho mejor- la dedico una sonrisa cuando miró la herida y al verla de pie frente al espejo- ¿En qué puedo servirte?- dejo las manos detrás de su espalda resto como si estuviera sirviendo de nuevo en el ejército Iatliano.

“Aquel viernes no pasaría desapercibido, ya comenzaba a pedir a gritos poder levantarme de aquella cama, y es que aquella carta verde para poder hacerlo solo me daban impulso para salir y correr, no osea… correr no, pero si levantarme dar unos pasos, salir afuera disfrutar del aroma del campo, y del sol que seria mas reconfortante que adentro, afuera podría sentir al sol en s totalidad, sentirme acariciada por el, con aquel calor abrasador que solo aquel señor podía brindar.. era por eso precisamente que me había levantado, afirmada y con ayuda de aquella sirvienta pude levantarme luego de mucho tratar, la herida era menos y ahora solo quería ver a freddie para que pudiera acompañarme en un paseo, quizás conocer algo su casa, necesitaba salir de ahí...”

-veo que ya esta mucho mejor – el joven se acerco de a poco hacia ella mientras se mira en el espejo para luego verle en el reflejo y dibujar una sonrisa encantadora, notaba su pose, como un soldado que estaba preparado para recibir su mandato y luego partir hacia la guerra – esperaba que pudiera acompañarme a dar un paseo, ya que… - se dio vuelta hacia el mientras dibujaba una sonrisa para acercarse a una altura lo suficientemente para mantener distancia dentro de la coquetería pero no lo suficiente para que se creyera que podía ser tan fácil… -ya que no puedo bajar escaleras sin ayuda, o caminar por los alrededores sin ayuda, y su servidumbre es muy amable, pero, el dueño de casa debería mostrarme sus alrededores ¿no? Sin contar que también es mi anfitrión… aunque halla sido por medidas obligatorias – susurra mientras le observa y se termina de arreglar el cabello soltándolo completamente mientras estira la mano para que la pueda tomar – a decir verdad… también quería agradecerle, todo lo que ha hecho por mi, recibiendo a una desconocida en su casa…- piensa en la conversación anterior, aquel joven, había echo una pregunta que Adda no había podido responder ¿Cómo es que había caído en manos de un cazador como aquel? ¿Como se había dejado engañar de aquella forma? Ni ella lo había entendido muy bien hasta que durante esos días que no se habían visto lo había considerado, intentando adivinar por que y de que forma había logrado confiar tanto en aquel cazador.

-ahora tengo una respuesta a su pregunta si aun le interesa… - observa su mano mientras se imagina segura así como con el cazador, no lo habría pensado pero al parecer su mente tenia razón, solía confiar demasiado en poco tiempo – trabajaba en palacio, a decir verdad es o… era un cazador de sociedad, conversaba con las damas y últimamente había estado interesado en mi, yo trate de que aquello fuera muy despacio y creí que había llegado el momento de confiar en el, me invito a dar un paseo, mientras conversábamos de cosas, de la vida, de nuestras amistades, hasta que… algo le detiene, no alcance a voltearme hacia el cuando ya me había disparado – sonríe de lado, recordarlo no era agradable, pero le tenia que confiar todo, mas que mal el estaba haciendo tanto por ella, le estaba cuidando, le estaba dando tiempo y manteniéndola en su hogar – nunca sospeche que me estuviera tratando de engatusar para dispararme.

“claro, tu nunca ves la maldad en las personas… - es cierto, pero me costara mas de lo pensado cambiar, ahora que debo actuar como condesa, tengo que tener su personalidad, pero se hace tan difícil? Antes era fácil mantener mi escudo, cuidarme con aquel escudo de mala conducta – que con este chico?
Pensó mientras observaba hacia un lado para ver hacia los ventanales, aquel sol se veía tan caluroso, e invitaba a salir a disfrutar de aquel campo tan bello mientras pensaba en la pregunta que ella misma se había formulado, ¿Qué con este chico?
sonreía interiormente, aquel chico desde que le había visto había ocasionado una especie de obsesión? era igual para el? le causaba cierto interés a el estar junto a ella? eran preguntas que no podía responder por que no las sabia."