Un nuevo amigo {Nephelim Du Saint Jacques}

por **Wesh** Jue Jun 30, 2011 3:13 pm

El paseo de vuelta a casa le estaba sentando bien. La brisa del anochecer le despejaba la mente de todas sus preocupaciones -pociones y maridos asesinados, las más acuciantes-. Procuraba deshechar de su cabeza cualquier tema que no tuviera que ver con el disfrute del cielo más hermoso que había tenido la suerte de contemplar aquel año. Los naranjas y violetas se disputaban espacio con el azul y el dorado. Los contrastes hacían que el horizonte asemejara a un lienzo cargado de irrealidades. A veces merecía la pena vivir, aunque sólo fuera para poder contemplar tanta belleza.

Su atención se desvió momentaneamente a un banco de la plaza, entre un pintor de caricaturas y un artista de dudoso gusto musical. Una pequeña personita daba de comer, cabizbaja, a las últimas palomas antes de que éstas volaran a sus nidos para pasar la noche. Era una mujer, a pesar de su pequeña estatura y la delgadez de su cuerpo. Su rostro mostraba la madurez que sus formas no tenían. Y también su pena.

Apartó la vista y caminó junto al banco sin detenerse. Por dentro, se recriminaba el no haberse detenido a preguntarle a la mujer por su pena, pero ya tenía suficientes cosas en las que pensar. Era un gitano. No un caballero de brillante armadura. No tenía por qué salvar a todo aquel desgraciado que se cruzara en su camino. Pero nunca había soportado ver la pena en el rostro de una mujer. Jamás. Y sabía que su conciencia no le dejaría tranquilo hasta saber que había hecho todo lo posible por ella.

Se dio la vuelta con un suspiro de resignación y se dejó caer en el banco, junto a ella. Observó durante unos segundos su cabello platino, antes de hablar.

-Estás triste, petite. ¿Por qué? -soltó a bocajarro. No tenía tiempo de andarse por las ramas.

por **Nephelim Du Saint Jacques** Jue Jun 30, 2011 6:42 pm

Aquel día se cumplían 11 años desde la muerte de sus padres, Nephelim había tratado, como todos los años, de que ese no fuera más que un día como otro, llorar y entristeserce por ellos no le iba a ayudar en nada pero por más que había tratado simplemente no había podido sacudirse la tristeza de enscima. Incluso Ann marie lo había notado al verla salir de casa vistiendo ropas poco señidas que ocultaban su figura y le hacian ver más joven de lo que realmente era, le hacian ver como una adolesente.

Fué a caminar por las calles de Paris creyendo que el barullo en las calles le despejaría la mente y por un rato así fue, o almenos eso creyo pero al entrar la tarde y dirigirse al parque a descanzar de su caminata el hermoso atardecer le llevó de regreso a los días en los que tomaba el té con Jacques y Gerard en el quiosco del patio. Permaneció sentada ahí alimentando a las palomas hasta que alguien se sentó a su lado, la chica le miró con sus grandes ojos verdes y sonrió levemente al escuchar sus corteses palabras al preguntarle porqué estaba triste

-Es uno de esos días en los que el pasado lo alcanza a uno sabe-dijo con una sonrisa triste en el rostro

por **Wesh** Jue Jun 30, 2011 7:14 pm

Suspiró de forma audible, alegrándose en el fondo de haberse detenido junto a la joven a pesar de que las prisas en algunos momentos le agobiaran. El pasado. ¿Sabe? Sí, él lo sabía muy bien. Inconscientemente se llevó la mano al corazón, donde la ajada carta del tarot que le había dado su madre, descansaría hasta su último aliento. El pasado podía ser más dañino que una pistola o un cuchillo. Era normal que él fuera consciente de ello. Pero la muchacha parecía demasiado joven para cargar sobre sus hombros con una pena tan honda.

-El pasado es traicionero -susurró con cautela. No quería parecer un místico ni un orador, pero ella parecía estar necesitada de consuelo-. Se supone que debe quedar atrás, en simples recuerdos, pero por lo general se empeña en volver para atormentarnos.

Wesh pensaba que los médicos perdían el tiempo buscando curas para las enfermedades del cuerpo. Había veces que las del alma eran mucho peores.

- ¿Es un pasado que se pueda compartir o prefieres guardártelo para ti misma?

El sabía que había detalles del pasado que era mejor guardarlos en el interior. Pero si ella quería desahogarse, él estaría para sostenerla

por **Nephelim Du Saint Jacques** Jue Jun 30, 2011 7:30 pm

Nephelim volvió a sonreir, esta vez con un poco más de emosión ante las palabras del hombre, tenía una expresión que le decía que él conocia de primera mano lo que ella estaba sintiendo, si bien las circunstancias por obvias razones no fueran las mismas. Contempló el si le contaba o no, talves, no necesitaba entrar en muchos detalles pero como Gerard le habia dicho una vez habian pesos que eran más faciles de llevar si uno se los sacaba del alma.

-Son mis padres-comensó ella mirándo al hombre a los ojos, un hábito que tenía para poder leer a la gente, bruja o no nunca había heredado la habilidad de empatía con otros, pero Jacques si y el solía decirle que aunque esa parte en ella no estuviera desarrollada los ojos eran el espejo del alma y si miraba atentamente podría conocer el interior y las intenciones de una persona- Hoy es el aniversario de su muerte y...-se mordió el labio fuertemente antes de continuar, s esentía como una niñita asustada, por dios, tenía 23 años y aun así se comportaba de manera infantil-Y supongo que no puedo evitar que hoy más que otros días la culpa me embargue y los extrañe más que antes-se rió finalmente-Disculpeme, yo aqui contandole las penas de mi vida y ni siquiera me he presentado como es debido, Soy Nephelim.

por **Wesh** Vie Jul 01, 2011 8:37 am

-Wesh -se presentó con una breve sonrisa y una ligera inclinación de cabeza-. Encantado de conocerte Nephelim.

La joven tenía una hermosa sonrisa y unos ojos claros y expresivos, libres de cualquier maldad. Sintió que se le encogía un poco el pecho al darse cuenta de que, por lo general, eran las personas más inocentes las que sufrían, y no le parecía justo. Aunque, a pesar de su primera impresión, no era una niña, Nepehelim todavía tenía ese aire aniñado en las pecas de su nariz y en su mirada. No debería ser huérfana. No debería sentir pena.

-Siento lo de tus padres, ese es un daño irreparable -dio el pésame con seriedad, intentando no preguntarse si sus padres seguirían vivos o si el hambre y la enfermedad se los habría llevado.Volvió a tocar la carta en su corazón y cayó que una de las cosas que le había dicho no tenía demasiado sentido-. Pero no deberías sentirte culpable. Los padres siempre marchan antes que los hijos.

Y así debía ser, por mucho que doliera. A no ser que la muerte no hubiera sido por causas naturales y entonces el dolor era más difícil de evitar. Pero no creía que aquella pequeña hubiera tenido la culpa, no la creía capaz de un acto de tal maldad.

Dudó si hacer lo que tenía en mente. No solía valerse de su poder. Lo rechazaba como al resto de la carga social que había heredado de su familia gitana. Pero en ocasiones era un gran aliado. Y aquella mujer era una incógnita. Decidió esperar, quizá si ella le contaba, fuera capaz de ver la verdad en sus palabras.

por **Nephelim Du Saint Jacques** Vie Jul 01, 2011 4:02 pm

Sus ojos se llenaron de lágrimas al escuchar sus palabras pero se tragó el nudo en la garganta, él estaba tratanedo de animarla no iba a hacerle el desaire de ponerse a llorar como una niña de 10 años si, los padres se iban antes que los hijos pero ese pesamiento no era para nada alentador cuando uno había perdido a 2 pares de ellos. Separó sus ojos de los del hombre y los clavó en las palomas que aun caminaban frente a ellos

-Se que es así pero no es lo mismo cuando se los arrebatan a uno de las manos por creencias estúpidas y arbitrarias- dijo con un odio que nunca había sido capaz de contener cuando recordaba aquel día en que los emisarios de la iglesia habían llegado a su casa por Jacques y Gerard- Uno nunca puede evitar pensar que siempre habia algo más que uno podia hacer para evitarlo-agregó ladeando la cabeza, su cabello cayó sobre su rostro ocultándolo. Tenía los dedos entrelazados sobre la piernas y apretaba los puños lo suficiente como para poner blanco sus nudillos.

Aquella era la razón por la que Nephelim odiaba el gobierno y a la iglesia y por la que hubiera dejado atras su estatus de aristrócrata si eso no hubiera significado abandonar el apellido Du Saint Jacques cosa que no iba a hacer jamás, aquello era lo único que le quedaba y jamás lo abandonaría.

Se secó las lágrimas con el borde de la manga de su vestido antes de volver a mirar al hombre y sonreirle debilmente- El placer es todo mio Monsieur Wesh

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