Un momento para compartir (Libre)

Hace ya unos días había llegado a Paris buscando a su
creador, tenia toda la esperanza que lo encontraría en esa cuidad, pero la vida
nocturna que ocurría en aquel lugar era mucha. No supo muy bien como estar en
contacto con la gente, su francés no era muy bueno, pero eso se debía a que
tenía que practicar más, y a los pocos días había dominado el idioma. Las
noches que salía, buscaba mas que nada compañía y alimento, pero no conoció a
nadie tan bien, y no quiso entablar amistad con nadie, quería conocer nada mas
por ahora, pronto buscaría a alguien con quien compartir, ya se sentía solo, y
quería a alguien de su raza que lo acompañase.

Aquella noche, el vampiro salió camino a la taberna, ya se podía ubicar mejor
en la cuidad. En el camino encontró mucha gente, mucha comida, pero tenia que
pasar desapercibido como todos los de su especie. Darío, como era un fumador
activo, aunque no adicto al cigarro, saco de su cigarrera aquel dañino
producto, y encendiéndolo con mucho cuidado de no quemarse, empezó a fumar,
también con cuidado de que no se le vieran sus colmillos, pero ya había
aprendido a fumar normalmente con el cigarro en la boca.

Darío llego a la taberna, vio a la gente beber como su no hubiese un mañana, y
a otros apostar hasta su propio hogar y familia, a esta escena el vampiro solo
pudo sonreír, y mirar lo patético que eran aquellos, aunque el también era un
apostador y bebedor, pero la diferencia era que el era un ser inmortal y ellos
simples presas para el. Luego se dio cuenta de que no se había alimentado, y al
oler la sangre de un hombre que estaba peleando y le corría la sangre por la
nariz, no pudo hacer más que salir de la taberna.

No le costo mucho convencer a un humano de clase baja a hablar con el, no le
costo mucho ya que el dinero era mas importante para aquellos sin recursos. Se
alimento de el hasta que el corazón empezaba a para de latir. Ya estaba
satisfecho, y no tenía nada que temer al entrar a la taberna, ya que no era un
hombre que necesitara mucha sangre para controlarse. Y nuevamente entro a la
taberna, alguno lo miraron con sorpresa, ya que se había ido y luego vuelto,
pero no le importo y se sentó en una mesa que estaba vacía, al lado de unos
hombres que jugaban a las cartas. Llamo a un mesero.

-Buenas señor.- Le dijo cuando llego.- Me podría traer uno de sus mejores vinos.

El hombre le miro con una sonrisa y se fue entre la multitud, al rato llego con
un vino añejado y una copa en donde tomarla.

-Muchas gracias.

Darío se sirvió una copa de vino, observando a aquellos mortales jugando, y
riéndose por dentro, por lo mal que jugaban aquellos hombres. Ahora solo tenia
que esperar, aunque no sabía muy bien que tenia que esperar, esperaría, quizás
algo interesante pasara aquella noche.

Mientras se fumaba su cigarrillo, vio como una mujer habia entrado a la taberna, cosa extraña, ya que esos lugares eran frecuentados mas que nada por hombres que se embriagaban y peliaban a diario. Y esa noche no era diferente. La dama se habia sentado en una mesa al lado de la suya y habia pedido un vino. El ser inmortal la observo, fumandose el cigarrillo ya que no habia nada interesante por ahora en aquel lugar.

- Pues no quiero apagar el cigarrillo, señorita.- Le dijo con amabilidad a la mujer que estaba al lado.- Este es un lugar en donde los hombres como nosotros bebemos y fumamos, si quiere estar aca, debe acostumbrarse al humo del cigarro.

Dicho esto se da media vuelta y justo unos hombre empezaban a pelear, justo lo que no queria el Vampiro, ya que cuando ellos peleaban era normal que uno quedara muy mal herido y sangrando, y eso hacia que el hambre volviera.

Maldijo sus sentidos agudizados, ya que el olor se sentia muy fuerte, y tenia que finguir, no podia mostrar sus colmillos y menos mostrar una expresion extraña, por lo que lo unico que pudo hacer fue apagar su cigarrillo y voltearse a donde la muchacha, quizas una platica con alguien hiciera que su sed de sangre se apaciguara y no tubiera que salir de ese lugar. Pero la muchacha mostraba una gran sonrisa y al parecer le gustaba como 2 hombre peleaban, dejando de lado la expresion de la mujer y siguiendo su plan le empezo a hablar.

- Es raro ver a una dama aca enrealidad, como te llamas y que haces en este lugar.- Le dijo con toda normalidad, aunque en su interior tenia la necesidad de sangre.