Colmando la paciencia (LIBRE)

por **Annette Pavlovna** Sáb Oct 30, 2010 1:54 am

Ausencia, tranquilidad, por fin, algo de paz se dibuja a lo largo sobre el perfil de la vampira que a paso lento camina sobre las afueras de la ciudad, surpirando, perdiendo el tiempo, simplemente olvidándose de la vida en la ciudad empatizando con las afueras, que sin duda ofrecen un ambiente completamente distinto, cosa no tardada en aparecer, algunos sujetos comienzan a llamar su atención de modo vulgar y soez, ella sin prestar atención sigue sus pasos concentrándose en las paredes mohosas, los ventanales desgastados y las baquetas mal formadas.

El vocabulario de los hombres empeoran cuando le comienzan a seguir, suspirando algo impaciente sigue derecho sin detenerse, hasta que uno de ellos por fin le alcanza del hombro deteniéndola apartentemente a la fuerza; ella sin inmutarse voltea las pupilas verdáceas hasta el joven, otros dos se acercan por atrás de él y puede sentir a otros detrás de ella. Delincuentes, seguro eso son, sin oponer resistencia ni siquiera pronunciar una palabra no se mueve del sitio en el que está, al contrario, mira atentamente a todos, no emite una palabra mientras uno de los hombres comienza a desgarrar la parte superior del vestido que lleva enfundada a la vampira, sin querer pelear enarca una ceja curiosa.

-Es así como pensáis abusar de una mujer?, vaya que método tan ortodoxo, sin duda sumamente elegante- entona con cierto tono burlesco hacia el autor principal del acoso, desafiándolo, él la jala por la fuerza llevándola hasta una entrada bastante deplorable, ella, comienza a seguir el juego mientras los otros hombres van con las manos sobre su cuerpo, se voltea hacia ellos con una sonrisa angelical sobre sus labios.

-Caballeros, no es conveniente que me provoquen, es sólo una advertencia- los miró sin escrúpulos mientras el brazo lo zafaba con suma facilidad de uno de ellos, haciendo una expresión lo bastante dulce supo que pronto se abalanzarían contra ella, a uno lo sujetó del cuello ahorcándolo apenas, exhalando el olor a sangre deteniéndose de circulación, pero pronto lo soltó dejando que el hombre la tomara por las manos amarrándoselas por la espalda atrapándola, ella esbozó una sonrisa, eso sin duda haría la situación más divertida.