AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Concierto al aire libre [Libre]
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Concierto al aire libre [Libre]
Camino por las calle llenas de transeúntes, puedo escuchar su algarabía amplificada, escuchar casi a la perfección todas las conversaciones y oler los mil aromas de París, identificar con precisión cada uno de ellos, pero ignoro todo eso o me provocará dolor de cabeza, no puedo permitirme sentirme mal, no ahora que por fin he llegado aquí, en donde siempre quise estar, después de tantos años y después de tanta estupidez, por fin llegué a Francia, y el camino no ha sido fácil, debo aferrarme a lo que tengo.
Siento que el estuche de cuero en el que traigo mi violín resbala por mi mano sudorosa y afianzo el agarre. Acelero el paso y llego a esta plaza que me parece ideal. Alzo la mirada y lo primero que veo es un montón de palomas alzar el vuelo ante un niño molesto que las corretea. Suspiro y camino hasta la fuente, vuelvo a agachar la mirada concentrado en lo que estoy a punto de hacer.
Dejo caer el estuche del violín en el suelo y lo dejo abierto, espero no se quede vacío, necesito comer, un techo, una vida.
Tomo el violín, lo afino y pruebo la tensión de las cuerdas, al parecer todo está en orden, entonces comienzo...
Comienzo a tocar y cuando toco es el único momento en el que me siento libre, en el que me siento feliz y normal, sobre todo normal, siento que no soy un hombre lobo, siento que nadie me ve, ni me juzga, soy aire, soy las notas, no soy Pablo, soy nada, y prefiero la nada a ser lo que soy. Cierro los ojos, los aprieto con fuerza, no quiero ver, tal vez estoy solo en la pequeña plaza tocando como loco, o tal vez la multitud está atenta, no lo sé, no quiero saber.
Así toco tres canciones al hilo y finalmente abro los ojos de golpe, agotado, agitado, siento el sudor resbalar por mi sien. Miró la plaza y al menos no estoy solo, he llamado la atención de más de uno y eso es bueno, ahora espero que quieran cooperar con algo.
Me inclino hacia la fuente detrás de mi, bebo un poco de agua y me refresco la cabeza; continúo tocando, de nuevo esa fuerza se apodera de mi, así imagino que debe sentirse el fuego, o el amor, las entrañas ardiendo y el corazón palpitando con fuerza. Toco porque es lo único que sé hacer, es lo único que me gusta hacer.
Finalmente me detengo 2 canciones después, prefiero tocar esta basura conocida a lo que he escrito, eso me lo reservo para mi, me lo reservo para cuando tenga el reconocimiento que merezco. Miro a mi audiencia, siento como si acabara de hacer mucho ejercicio. La miro sin saber qué hacer.
-Gracias -digo sonoramente, esperando que las monedas del público comiencen a caer en el estuche del violín.
Siento que el estuche de cuero en el que traigo mi violín resbala por mi mano sudorosa y afianzo el agarre. Acelero el paso y llego a esta plaza que me parece ideal. Alzo la mirada y lo primero que veo es un montón de palomas alzar el vuelo ante un niño molesto que las corretea. Suspiro y camino hasta la fuente, vuelvo a agachar la mirada concentrado en lo que estoy a punto de hacer.
Dejo caer el estuche del violín en el suelo y lo dejo abierto, espero no se quede vacío, necesito comer, un techo, una vida.
Tomo el violín, lo afino y pruebo la tensión de las cuerdas, al parecer todo está en orden, entonces comienzo...
Comienzo a tocar y cuando toco es el único momento en el que me siento libre, en el que me siento feliz y normal, sobre todo normal, siento que no soy un hombre lobo, siento que nadie me ve, ni me juzga, soy aire, soy las notas, no soy Pablo, soy nada, y prefiero la nada a ser lo que soy. Cierro los ojos, los aprieto con fuerza, no quiero ver, tal vez estoy solo en la pequeña plaza tocando como loco, o tal vez la multitud está atenta, no lo sé, no quiero saber.
Así toco tres canciones al hilo y finalmente abro los ojos de golpe, agotado, agitado, siento el sudor resbalar por mi sien. Miró la plaza y al menos no estoy solo, he llamado la atención de más de uno y eso es bueno, ahora espero que quieran cooperar con algo.
Me inclino hacia la fuente detrás de mi, bebo un poco de agua y me refresco la cabeza; continúo tocando, de nuevo esa fuerza se apodera de mi, así imagino que debe sentirse el fuego, o el amor, las entrañas ardiendo y el corazón palpitando con fuerza. Toco porque es lo único que sé hacer, es lo único que me gusta hacer.
Finalmente me detengo 2 canciones después, prefiero tocar esta basura conocida a lo que he escrito, eso me lo reservo para mi, me lo reservo para cuando tenga el reconocimiento que merezco. Miro a mi audiencia, siento como si acabara de hacer mucho ejercicio. La miro sin saber qué hacer.
-Gracias -digo sonoramente, esperando que las monedas del público comiencen a caer en el estuche del violín.
Invitado- Invitado
Re: Concierto al aire libre [Libre]
Con cuerdas el mundo se mueve, la música debería ser la base entonces cambiar su rumbo, meditaba danzando por las calles parisinas dejando mis notas quedarse sobre mi bolsillo. Estaba fuera de inspiración el día de hoy tanto que sinceramente estaba cayendo en estado depresivo momentáneo. Maldecía, malactuaba mostrándome cierta expesión malencarada mostrándome sin querer poseer muchos amigos. Pronto, mis oídos alcanzaron a tildar unas notas exquisitas, comerciales entre las calles.
Andando a paso corto disfrutando cada sonido envolviendo el ambiente desglozando cada nota sobre su mente comienza a imaginarse ciertas circunstancias como un arcoires, jardínes botánicos cubiertos sobre flores inundados de paz absoluta sólo reinando el entono melodioso despilfarrándose tal cuál tesoro esperando por ser descubierto.
Al dar con un chico estaba tocando el volín de modo tan particular pues las emociones puestas colocadas era lo que me habían hecho trasportar a otro mundo, mi piel se encotraba erizada al mirar la devoción conque sus maos se movían entre el instrumento tan majestusoso cautivando cada partícula ambiental dispuesto a ofrecer vivencias extraordinarias con lo que sus dedos desplazaban sobre el volín. Se detuvo después de unas melodías tomando agua, parecía volver a recobrar la compostura pero yo me hallaba entubada sobre su música recordando y tararéandola en voz baja.
Fue hasta cuando dijo -Gracias- que pisé la tierra nuevamente -No te has drogado ¿cierto?- medité pensativamente ante tal ocurrencia, alucinaba ante tal sensibilidad, me perdía yo sola- Saqué de mi boso un montón de monedas en un saquito dejándolas allí.
-Por favor, nunca dejéis de tocar tenéis un don absolutamente maravilloso- le dije dedicándole una sonrisa inocente al muchacho mientras acomodaba mis pertenencias en el bolso pues el hueco del pequeño monedero había acabado con mi organización.
Andando a paso corto disfrutando cada sonido envolviendo el ambiente desglozando cada nota sobre su mente comienza a imaginarse ciertas circunstancias como un arcoires, jardínes botánicos cubiertos sobre flores inundados de paz absoluta sólo reinando el entono melodioso despilfarrándose tal cuál tesoro esperando por ser descubierto.
Al dar con un chico estaba tocando el volín de modo tan particular pues las emociones puestas colocadas era lo que me habían hecho trasportar a otro mundo, mi piel se encotraba erizada al mirar la devoción conque sus maos se movían entre el instrumento tan majestusoso cautivando cada partícula ambiental dispuesto a ofrecer vivencias extraordinarias con lo que sus dedos desplazaban sobre el volín. Se detuvo después de unas melodías tomando agua, parecía volver a recobrar la compostura pero yo me hallaba entubada sobre su música recordando y tararéandola en voz baja.
Fue hasta cuando dijo -Gracias- que pisé la tierra nuevamente -No te has drogado ¿cierto?- medité pensativamente ante tal ocurrencia, alucinaba ante tal sensibilidad, me perdía yo sola- Saqué de mi boso un montón de monedas en un saquito dejándolas allí.
-Por favor, nunca dejéis de tocar tenéis un don absolutamente maravilloso- le dije dedicándole una sonrisa inocente al muchacho mientras acomodaba mis pertenencias en el bolso pues el hueco del pequeño monedero había acabado con mi organización.
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
- Mensajes : 263
Fecha de inscripción : 22/02/2011
Re: Concierto al aire libre [Libre]
Observo las monedas caer en el estuche, las observo destellar dorado con el sol y escucho el 'tilin-tilín' que hacen al chocar unas con otras como campanas de serafines, me quedo un segundo abstraído por eso, cayendo en cuenta que esa es mi vida, mi vida ahora, pero es mejor que vivir a expensas de otro, es mejor que tratar de recuperar lo que es mío por derecho en Barcelona, Barcelona quedó lejos, atrás, fuera de mi vida, por fortuna.
Alzo la mirada al escuchar el halago de aquella mujer, me reconforta de cierto modo que otros disfruten lo que hagoa, aunque en escencia toco para mi, sé que la música era un lenguaje universal, y a veces, al no saber de qué otra forma hablar, hablo con este idioma.
-Gracias -sonrio torpemente, repitiendo esa palabra como si fuera la única que conozco. Hago una reverencia ante la bella dama frente a mi que se ha tomado el tiempo de escucharme-, me gusta saber que otros aprecian lo que hago -finalmente digo, recobrando poco a poco la elocuencia.
De pronto el dinero recibido pasó a segundo plano y agradezco más el reconocimiento, aunque pequeño, y tal vez intrascendente, lo agradezco de corazón.
-Nunca dejaré de tocar -continuo, es una promesa a esa mujer desconocida pero sobre todo a mi.
Alzo la mirada al escuchar el halago de aquella mujer, me reconforta de cierto modo que otros disfruten lo que hagoa, aunque en escencia toco para mi, sé que la música era un lenguaje universal, y a veces, al no saber de qué otra forma hablar, hablo con este idioma.
-Gracias -sonrio torpemente, repitiendo esa palabra como si fuera la única que conozco. Hago una reverencia ante la bella dama frente a mi que se ha tomado el tiempo de escucharme-, me gusta saber que otros aprecian lo que hago -finalmente digo, recobrando poco a poco la elocuencia.
De pronto el dinero recibido pasó a segundo plano y agradezco más el reconocimiento, aunque pequeño, y tal vez intrascendente, lo agradezco de corazón.
-Nunca dejaré de tocar -continuo, es una promesa a esa mujer desconocida pero sobre todo a mi.
Invitado- Invitado
Re: Concierto al aire libre [Libre]
Era talentoso sin duda ese muchacho, sus dedos se deslizaban perfectamente sobre el instrumento a modo de sincronización gemela aniquilando el complejo soberano de falta de talento entre nuestra cultura. Allí estaba ese pianista callejero postrándose ante su música sólo tocándola a placer propio brindándonos a los presentes una pequeña parte de ese esplendoroso sabor musical. Cuando habló agradeció nuestras donaciones ¿Era sólo el dinero? negué con la cabeza; sus ojos enunciaban acordes sobre su piel dibujándose ante el tacto.
Preparándome para partir coloqué mis ropajes al otro lado hasta que escuché la respuesta a lo pedido, me volví para mirarlo durante algunos minutos analizando una posible respuesta conforme a sus palabras juntando las mías entablando un poco de filosofía -No lo embrolles tanto- argumentó mi vocecita interior extrañamente con un punto a favor.
-No tenéis por qué agradecerme, la música es un lenguaje exuisito para exhumar los más profundos sentimientos en alguien monsieur- exclamé algo emocionada juntando mis manos formando un pequeño corazón con estas.
-Cada nota puede contar algo distinto, un libro puede abrirse en blanco conforme se va haciendo una melodía puede este ir cobrando forma- sentencié apiicando aquella metáfora, era cierto, los talentos naturales no requerían esfuerzo alguno para brotar por sí solos, sin embargo, algunos sólo por el hecho de ganar dinero no importaba el modo en que tocaran sin comprender que cada modo alentaba a ser un poco más sensibles.
-Monsieur, soy Kya- me presenté haciendo una pequeña reverencia con la cabeza -¿Podéis tocar algo más animoso?- lé pregunté curiosa mostrándoselo sobre mis pupilas esmeraldas, no tenía miedo de hacer el ridículo, tenía ganas de sentir libertad, la música me la proporcionaría, como aquella niña bailando en medio de un festín, yo danzaría al son del ritmo entre su violín y mi corazón -Mientras no te caigas todo estará bien- se mofó mi conciencia haciendo de las suyas, sonreí de lado; si me caía sería feliz, si permanecía de pie.. sería aún mejor
Preparándome para partir coloqué mis ropajes al otro lado hasta que escuché la respuesta a lo pedido, me volví para mirarlo durante algunos minutos analizando una posible respuesta conforme a sus palabras juntando las mías entablando un poco de filosofía -No lo embrolles tanto- argumentó mi vocecita interior extrañamente con un punto a favor.
-No tenéis por qué agradecerme, la música es un lenguaje exuisito para exhumar los más profundos sentimientos en alguien monsieur- exclamé algo emocionada juntando mis manos formando un pequeño corazón con estas.
-Cada nota puede contar algo distinto, un libro puede abrirse en blanco conforme se va haciendo una melodía puede este ir cobrando forma- sentencié apiicando aquella metáfora, era cierto, los talentos naturales no requerían esfuerzo alguno para brotar por sí solos, sin embargo, algunos sólo por el hecho de ganar dinero no importaba el modo en que tocaran sin comprender que cada modo alentaba a ser un poco más sensibles.
-Monsieur, soy Kya- me presenté haciendo una pequeña reverencia con la cabeza -¿Podéis tocar algo más animoso?- lé pregunté curiosa mostrándoselo sobre mis pupilas esmeraldas, no tenía miedo de hacer el ridículo, tenía ganas de sentir libertad, la música me la proporcionaría, como aquella niña bailando en medio de un festín, yo danzaría al son del ritmo entre su violín y mi corazón -Mientras no te caigas todo estará bien- se mofó mi conciencia haciendo de las suyas, sonreí de lado; si me caía sería feliz, si permanecía de pie.. sería aún mejor
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
- Mensajes : 263
Fecha de inscripción : 22/02/2011
Re: Concierto al aire libre [Libre]
Se volvió por mis palabras, pero no eran mis palabras lo que provocó que volviera a llamar la atención de una dama distinguida como ella, era la fuerza en ella, o algo así. Escucharla hablar así sobre la música me exaltó, pues era el único lenguaje que dominaba, ni siquiera la palabra hablada se me daba tan bien, de hecho me considero un mal conversador. Yo cuento mi historia por medio de las canciones, y no sé si es digna de ser contada o es suficientemente interesante pero es mía, la metáfora venía perfecto pues la escribía en el viento con notas, sostenidos y bemoles.
-Pablo Díaz-Reixa, a su servicio madame -me presenté después que ella lo hizo con una reverencia ligera, no tomé su mano para posar un beso en ella porque mucha aristocracia parisiense no aprecia que un músico callejero como yo los toque siquiera.
Su petición llegó como una extraña llamada de atención, tal vez me enfoco demasiado a las piezas tristes, debe haber algo, un recuerdo o un sueño que me iluminen el corazón, entonces la remembranza llega a mi, los años de mi infancia después de haber sido atacado y al lado de los gitanos y no puedo recordar piezas más gozosas que las danzas de aquellos que me criaron y no me juzgaron.
Entonces cumplí la petición de la dama, y comencé con esas danzas de zíngaros de que si bien no son un reto para mi como intérprete, vienen bien de vez en cuando para olvidar los malos ratos, porque esa música es una fiesta.
-Pablo Díaz-Reixa, a su servicio madame -me presenté después que ella lo hizo con una reverencia ligera, no tomé su mano para posar un beso en ella porque mucha aristocracia parisiense no aprecia que un músico callejero como yo los toque siquiera.
Su petición llegó como una extraña llamada de atención, tal vez me enfoco demasiado a las piezas tristes, debe haber algo, un recuerdo o un sueño que me iluminen el corazón, entonces la remembranza llega a mi, los años de mi infancia después de haber sido atacado y al lado de los gitanos y no puedo recordar piezas más gozosas que las danzas de aquellos que me criaron y no me juzgaron.
Entonces cumplí la petición de la dama, y comencé con esas danzas de zíngaros de que si bien no son un reto para mi como intérprete, vienen bien de vez en cuando para olvidar los malos ratos, porque esa música es una fiesta.
Invitado- Invitado
Re: Concierto al aire libre [Libre]
Me quedé plantada en medio de la calle muda cuando me dijo su nombre, esperaba ansiosa el porvenir de la canción para alimentar mi alma con un poco de alegría sintiéndomse sentir un poco más completa emocional y sentimentalmente pues había un hueco doloros que creí poder sanar con un poco de ánimo bailarín. El sonido del instrumento comenzó a sonar nuevamente esta vez a algo más acelerado, una sonrisa se dibujó sobre mi rostro mostrando el hoyuelo en mi mejilla derecha.
Mis pies comenzaron a tocar en el suelo sintiendo el compás acomodándomse perfectamente disfrutándolo, el otro pie comenzó a dar pequeños golpecitos haciéndole compañía al otro, mis manos se movían de un lado a otro al inicio bastante sutílmente pero cuando la frecuencia fue aumentando dejé que mi cuerpo se soltara completamente danzando algo que no sabía posible nisiquiera en mis más obscuros pensamientos, tal como lo prescrito la música hacía maravillas con los humanos, dejándose guiar por fuerzas invisibles sucumbían hasta el más fuerte de los mortales. Alcé mi vestido bailando liberadamente mientras la gente pasando me miraba como algo raro yo les dedicaba una enorme sonrisa pues se basaban en apariencias y comprtamientos vacíos en dejar de pedirle a su ser que viviesen sin miedos ni ataduras, sin miedo a hacer el ridículo por ser felices.
-Diebirú, debirú, la la- comencé a corear la melodía desconocida por mí, sin embargo eso no me impidó masomenos poder tararearla a gusto mientras saltaba iba y venía por dónde Pablo tocaba, su estuche, las monedas, la pasión envuelta tocando esos acordes voluminosos haciendo arcoiris a los alrededores. Mi cabello se soltó del gorro éste se cayó al suelo, mi melena desenvuelta aún me permitió darme otra perspectiva pues no tenía ningún nudo atado junto a mí, estaba plácidamente viviendo un instante sólo por diversión.
Continuó el baile proporcionado por mi cuerpo alimentándose de energía positiva, miré a Pablo con una inmensa sonrisa en los labios escuchando unos nuevos sonidos de monedas caer, miré de reojo también billetes se desprendían de los bolsos en esas personas de clase distinguidas como yo, pero escuchaban un momento para marcharse, no se tomaban la molestia absoluta para indagar qué contaba esa canción entre tan sonido peculiar.
-Venga que no paréis, la vida nos proporciona momentos invisibles para dispersar buena voluntad!- exclamé ya tan sumergida en el acto que me olvidé por completo de la formalidad y elegancia -Estás haciendo el ridículo más grande de toda tu vida- recriminó mi cabeza por los modales inculcados -Por lo menos bájate ese vestido para que no andes de enseñona- me sentenció, no solté el ropaje pues no dejaba que me moviese a mis anchas, sonreí ante tales pensamientos -Hoy no- terminé por decir peridéndome entre las corcheas de vida inyectadas entre un violín y unos pies danzarines
Mis pies comenzaron a tocar en el suelo sintiendo el compás acomodándomse perfectamente disfrutándolo, el otro pie comenzó a dar pequeños golpecitos haciéndole compañía al otro, mis manos se movían de un lado a otro al inicio bastante sutílmente pero cuando la frecuencia fue aumentando dejé que mi cuerpo se soltara completamente danzando algo que no sabía posible nisiquiera en mis más obscuros pensamientos, tal como lo prescrito la música hacía maravillas con los humanos, dejándose guiar por fuerzas invisibles sucumbían hasta el más fuerte de los mortales. Alcé mi vestido bailando liberadamente mientras la gente pasando me miraba como algo raro yo les dedicaba una enorme sonrisa pues se basaban en apariencias y comprtamientos vacíos en dejar de pedirle a su ser que viviesen sin miedos ni ataduras, sin miedo a hacer el ridículo por ser felices.
-Diebirú, debirú, la la- comencé a corear la melodía desconocida por mí, sin embargo eso no me impidó masomenos poder tararearla a gusto mientras saltaba iba y venía por dónde Pablo tocaba, su estuche, las monedas, la pasión envuelta tocando esos acordes voluminosos haciendo arcoiris a los alrededores. Mi cabello se soltó del gorro éste se cayó al suelo, mi melena desenvuelta aún me permitió darme otra perspectiva pues no tenía ningún nudo atado junto a mí, estaba plácidamente viviendo un instante sólo por diversión.
Continuó el baile proporcionado por mi cuerpo alimentándose de energía positiva, miré a Pablo con una inmensa sonrisa en los labios escuchando unos nuevos sonidos de monedas caer, miré de reojo también billetes se desprendían de los bolsos en esas personas de clase distinguidas como yo, pero escuchaban un momento para marcharse, no se tomaban la molestia absoluta para indagar qué contaba esa canción entre tan sonido peculiar.
-Venga que no paréis, la vida nos proporciona momentos invisibles para dispersar buena voluntad!- exclamé ya tan sumergida en el acto que me olvidé por completo de la formalidad y elegancia -Estás haciendo el ridículo más grande de toda tu vida- recriminó mi cabeza por los modales inculcados -Por lo menos bájate ese vestido para que no andes de enseñona- me sentenció, no solté el ropaje pues no dejaba que me moviese a mis anchas, sonreí ante tales pensamientos -Hoy no- terminé por decir peridéndome entre las corcheas de vida inyectadas entre un violín y unos pies danzarines
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
- Mensajes : 263
Fecha de inscripción : 22/02/2011
Re: Concierto al aire libre [Libre]
Tocar esta música que no tocaba desde que era un niño y aprendí a tocar el violín me hace recordar, pero como pocas veces en mi vida, recuerdo lo buenos momentos, al lado de mi madre que si bien no me dio a luz, fue aquella que me crío y me hizo lo soy, que me decía que ella y los suyos robaban y ensañaba pero que yo era demasiado bueno para eso, por eso, por ella y por mi, aunque las ganancias sean pocas en lo que hago, lo hago con honestidad.
Me siento como si estuviera a las afueras de Barcelona, y tuviera 12 años, y las penas no parecen tan grandes porque está mi madre diciéndome todo va a salir bien, entonces mi corazón se siente ligero, debería hacer esto más seguido.
Abro los ojos, porque tengo esa mala costumbre de cerrarlos al tocar, para ver a la mujer que me incitó a esto y la miro danzar como si no hubiera un mañana, sonrió, casi río ante la imagen, y no es que me parezca que esté mal, sino que hay algo que se me contagia, algo de esa danza que me pone de mejor humor. Su canto es vago pero suena similar a la de los rom, eso termina de cerrar el círculo. ¿Bailar yo?, jamás, es una cosa que nunca haría, pero comienzo a mover un pie y los hombros, algo poco común para mi que normalmente me mantengo estoico mientras toco. La escucho decirme que no pare, y no lo haré pues me acuerdo de aquellas gigantescas bodas de los gitanos que duran días y esta música no deja de sonar ni un sólo memento, y todo es gozo y todo es verbena.
Contar con una bailarina espontanea como ella hace bien a mi negocio, las monedad caen como chaparrón e incluso veo billetes.
-Espero pueda mantenerme el paso, madame -reto pero es un juego al tiempo que aumento el ritmo y sonrío más, me estoy divirtiendo como pocas veces, porque muy pocas veces me doy el tiempo, y muy pocas veces dejo de preocuparme.
Me siento como si estuviera a las afueras de Barcelona, y tuviera 12 años, y las penas no parecen tan grandes porque está mi madre diciéndome todo va a salir bien, entonces mi corazón se siente ligero, debería hacer esto más seguido.
Abro los ojos, porque tengo esa mala costumbre de cerrarlos al tocar, para ver a la mujer que me incitó a esto y la miro danzar como si no hubiera un mañana, sonrió, casi río ante la imagen, y no es que me parezca que esté mal, sino que hay algo que se me contagia, algo de esa danza que me pone de mejor humor. Su canto es vago pero suena similar a la de los rom, eso termina de cerrar el círculo. ¿Bailar yo?, jamás, es una cosa que nunca haría, pero comienzo a mover un pie y los hombros, algo poco común para mi que normalmente me mantengo estoico mientras toco. La escucho decirme que no pare, y no lo haré pues me acuerdo de aquellas gigantescas bodas de los gitanos que duran días y esta música no deja de sonar ni un sólo memento, y todo es gozo y todo es verbena.
Contar con una bailarina espontanea como ella hace bien a mi negocio, las monedad caen como chaparrón e incluso veo billetes.
-Espero pueda mantenerme el paso, madame -reto pero es un juego al tiempo que aumento el ritmo y sonrío más, me estoy divirtiendo como pocas veces, porque muy pocas veces me doy el tiempo, y muy pocas veces dejo de preocuparme.
Invitado- Invitado
Re: Concierto al aire libre [Libre]
El vestido ondeaba con cada pirueta proporcionada entre los pequeños saltos de mis pies chocando entre sí mientras mi cuerpo se contorsionaba estilando la forma de un reloj de arena sólo esperando no corriera el tiempo entre mis dedos ni mi imaginación permitiese esto parar. El corazón se encontraba envuelto queriendo llorar de felicidad pura por establecer esos estándares llamados libertad, la sonrisa plegada sobre mis labios se acentúaba más cuando mencionó seguir su entonación.
Me detuve levemente mirando como su zapato golpeaba en el suelo sobre el andar de sus hombros, movía la cabeza de un lado a otro sintiendo impregarne como las nubes revolotéandome alrededor elevándome a otro mundo. Mi cabeza encabezó la imagen de unas cascadas rodeadas de guijarros en los alrededores entre los que atravesarlas sería todo un reto, sin embargo así se podrían mover un poco más rápido para llegar hasta la fuente principal para admirar todo un valle.
Sólo había escuchado este tipo de canciones, alguna vez caminando de la madre con mamá una pequeña reunión de personas dejaban todo por ser felices demostrando sólo la música para entender su mundo, desde allí había comprendido los disitintos dones, la aportación a cada uno humanísticamente hablando entre diferentes sensibilidades: una pequeña rosa por ejemplo podía ser un claro ejemplo. en el tallo se plasmaban espinas para defenderse para afirmar la hermosura encima de ella con esos hermosos pétalos, desenvoltura sin apariencia alguna, así de delicada y salvaje a la vez como las emociones sociales.
-Monsieur, entonces veremos quién terminará más agotado- contesté sudando levemente de la frente, se comenzaron a escuchar sonidos implacables: se trataban de aplausos alcé la vista sintiendo calar todo eso en un mismo golpe; era tal la adrenalina pues sólo pude agrandar mis pasos agregándole movimientos en las manos hacia arriba tomando el listón que hacía instantes llevaba mi cabello ondeándolo por mi cuerpo notando la sincronización de ambos ambientes.
De pronto las puntas de mis zapatos quedaban casi rectas pues el agua seguía en mi cabeza danzando sobre ella como el más frágil escenario existente para colocar mi cuerpo por miedo a distorsionar tales efectos. El estuche comenzó a llenarse bastante rápido, harta me quité la crinolina dejando mi ropaje más suelto saltando de un sitio a otro, pensé en seguir con unas castañuelas pero tales no había, una pandereta tampoco sólo podía llevarlo sobre mi cerebro -¿Qué ingeriste Zaskya?- recriminó mi conciencia al llevar al límite mis pensamientos, simplemente estaba sintiendo escalarme de pies a cabeza una armonía indrescriptible.
-Mirad, parecieráis que os habéis cansado- le dije mientras jugaba con el cordón celeste meneándose entre mi cabeza y cuello dándoles a los presentes algo de cultura callejera, aquella de verdad se vivía bajo ninguna apariencia ni etiqueta...
Me detuve levemente mirando como su zapato golpeaba en el suelo sobre el andar de sus hombros, movía la cabeza de un lado a otro sintiendo impregarne como las nubes revolotéandome alrededor elevándome a otro mundo. Mi cabeza encabezó la imagen de unas cascadas rodeadas de guijarros en los alrededores entre los que atravesarlas sería todo un reto, sin embargo así se podrían mover un poco más rápido para llegar hasta la fuente principal para admirar todo un valle.
Sólo había escuchado este tipo de canciones, alguna vez caminando de la madre con mamá una pequeña reunión de personas dejaban todo por ser felices demostrando sólo la música para entender su mundo, desde allí había comprendido los disitintos dones, la aportación a cada uno humanísticamente hablando entre diferentes sensibilidades: una pequeña rosa por ejemplo podía ser un claro ejemplo. en el tallo se plasmaban espinas para defenderse para afirmar la hermosura encima de ella con esos hermosos pétalos, desenvoltura sin apariencia alguna, así de delicada y salvaje a la vez como las emociones sociales.
-Monsieur, entonces veremos quién terminará más agotado- contesté sudando levemente de la frente, se comenzaron a escuchar sonidos implacables: se trataban de aplausos alcé la vista sintiendo calar todo eso en un mismo golpe; era tal la adrenalina pues sólo pude agrandar mis pasos agregándole movimientos en las manos hacia arriba tomando el listón que hacía instantes llevaba mi cabello ondeándolo por mi cuerpo notando la sincronización de ambos ambientes.
De pronto las puntas de mis zapatos quedaban casi rectas pues el agua seguía en mi cabeza danzando sobre ella como el más frágil escenario existente para colocar mi cuerpo por miedo a distorsionar tales efectos. El estuche comenzó a llenarse bastante rápido, harta me quité la crinolina dejando mi ropaje más suelto saltando de un sitio a otro, pensé en seguir con unas castañuelas pero tales no había, una pandereta tampoco sólo podía llevarlo sobre mi cerebro -¿Qué ingeriste Zaskya?- recriminó mi conciencia al llevar al límite mis pensamientos, simplemente estaba sintiendo escalarme de pies a cabeza una armonía indrescriptible.
-Mirad, parecieráis que os habéis cansado- le dije mientras jugaba con el cordón celeste meneándose entre mi cabeza y cuello dándoles a los presentes algo de cultura callejera, aquella de verdad se vivía bajo ninguna apariencia ni etiqueta...
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 22/02/2011
Re: Concierto al aire libre [Libre]
La veo perder la compostura y la envidio realmente por su desenfado total, yo, que a pesar de ser de los más pobres, no puedo imaginarme haciendo algo similar. Resulta un adversario duro, pues no se cansa, pero yo tampoco. Toco como los gitanos me enseñaron con la habilidad que tengo por naturaleza, admito que me estoy cansando pero pocas veces tengo la fortuna de contar con una bailarina mientras interpreto y trato de mantener este momento lo más que puedo, de una cosa estoy seguro, en mi mente este recuerdo perdurará como un momento extraño, igualmente divertido, porque tengo muy pocos así en el baúl de mi memoria, por eso su importancia.
-Jamás, madame -le contesto cuando me dice que me veo cansado, sí lo estoy pero puedo aguantar un poco más-, espero que usted tampoco -le digo tratando de animarla a bailar un poco más.
Un poco más, que en esta fiesta de dos parece que no hay mañana. La gente que nos rodea parece igualmente divertida que extrañada, hay de todo, pero qué importa, me gustaría ser un poco más como Kya, así me dijo que se llamaba, un poco más como ella y un poco menos yo, tímido y siempre temeroso, no sé de qué, no es como si la gente fuera a juzgar a un músico callejero como yo.
-Vamos, madame... vamos a darles un gran final -la invido y entonces hago piruetas con el violín, improviso sin perder el ritmo, doy muestra de mi habilidad aunque tal vez esta gente no pueda apreciarla, lo que quiero es eso, un gran final.
-Jamás, madame -le contesto cuando me dice que me veo cansado, sí lo estoy pero puedo aguantar un poco más-, espero que usted tampoco -le digo tratando de animarla a bailar un poco más.
Un poco más, que en esta fiesta de dos parece que no hay mañana. La gente que nos rodea parece igualmente divertida que extrañada, hay de todo, pero qué importa, me gustaría ser un poco más como Kya, así me dijo que se llamaba, un poco más como ella y un poco menos yo, tímido y siempre temeroso, no sé de qué, no es como si la gente fuera a juzgar a un músico callejero como yo.
-Vamos, madame... vamos a darles un gran final -la invido y entonces hago piruetas con el violín, improviso sin perder el ritmo, doy muestra de mi habilidad aunque tal vez esta gente no pueda apreciarla, lo que quiero es eso, un gran final.
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Re: Concierto al aire libre [Libre]
Las golodrinas tocando la más tristes de las canciones se podrían contentar con estos peculiares acordes tocados por el violinista, nada más faltaría una plataforma, una orquesta para protagonizar un gran show. Sin embargo, se está dando sin esfuerzo alguno entre las calles de París dónde todo sale al natural Pablo dice que jamás se cansaría cosa que me es grata pues ambos concordamos con el existir humanitario como una de las cosas más grandes por exisitir.
Mis manos se mueven entre velos invisibles plegados desde el cielo alto, teñidos en muchos colores dándome la perspectiva para una guía en paraíso admirando a los ángeles con trompetas, violonchelos, acetuándose para unirse al hermoso toquín proporcionado por aquél humano humulde y sencillo; sin desperdiciar ese momento en atrocidades sólo viviendo segundo a segundo lo que las cuerdas proporcionan ante el oído.
De pronto, el clímax puede sentirse en el ambiente se hace más pesado, las notas suenan con más firmeza sin duda alguna el baile se hace ya en modo rutinario; una sonrisa se dibuja sobre mis labios al escucharlo pronunciar esas palabras, quería dar una gran final ¿Porqué darlo si podía ser el comienzo de algo majestuoso?, el comenzar de una vida sin prejuicios quizá para alguno de los presentes. Mis pies andaban sobre la zona rodeando al músico con mi listón para traspasarlo a mí nuevamente ondéandolo cual serpentina larga yo envolviéndome con ella delicadamente como aquella mariposa a recién salir del capullo.
-Monsieur, terminemos
Mis manos se mueven entre velos invisibles plegados desde el cielo alto, teñidos en muchos colores dándome la perspectiva para una guía en paraíso admirando a los ángeles con trompetas, violonchelos, acetuándose para unirse al hermoso toquín proporcionado por aquél humano humulde y sencillo; sin desperdiciar ese momento en atrocidades sólo viviendo segundo a segundo lo que las cuerdas proporcionan ante el oído.
De pronto, el clímax puede sentirse en el ambiente se hace más pesado, las notas suenan con más firmeza sin duda alguna el baile se hace ya en modo rutinario; una sonrisa se dibuja sobre mis labios al escucharlo pronunciar esas palabras, quería dar una gran final ¿Porqué darlo si podía ser el comienzo de algo majestuoso?, el comenzar de una vida sin prejuicios quizá para alguno de los presentes. Mis pies andaban sobre la zona rodeando al músico con mi listón para traspasarlo a mí nuevamente ondéandolo cual serpentina larga yo envolviéndome con ella delicadamente como aquella mariposa a recién salir del capullo.
-Monsieur, terminemos
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 22/02/2011
Re: Concierto al aire libre [Libre]
Asiento cuando ella me da la venía y entonces hago crecer la canción, más, más, como si las aves fuesen a reventar cantando, así quiero que se sienta. Monumental, como una pared de sonido y mil colores. Tocar piezas que hagan danzar y no sólo inviten a la penumbra, me doy cuenta, no es tan malo, tal vez no son mi especialidad pero son las que más se disfrutan.
La veo y la siento danzar a mi alrededor y regreso a estar quieto mientras toco, no es que ya no desee moverme al compás de estas notas, sino porque lo que estoy a punto de hacer necesita toda mi concentración.
Un artesano de canciones, me digo mentalmente, que ha elaborado minuciosamente esta pieza romaní que ahora, es tiempo, vuele como parvada, se desarme en mil aves que se alejen y sólo nos dejen el recuerdo, que al final es lo que perdura. No quito intensidad, sólo piezas, de una en una hasta que no quede más que el silencio breve seguido de los apalusos, y mi respiración agitada.
Tomo el violín en una mano y el arco en otra y hago una reverencia, pero la gloria (pequeña pero importante) no es sólo mía, es de Kya más que de nadie, y mía por ser su acompañante.
-Pocas veces me he divertido así -le digo y siento en mi rostro una sonrisa espontánea, de esas que casi no se me dan-. Gracias -le digo a ella y sólo a ella, que el público sabe que estoy agradecido como cada tarde.
La veo y la siento danzar a mi alrededor y regreso a estar quieto mientras toco, no es que ya no desee moverme al compás de estas notas, sino porque lo que estoy a punto de hacer necesita toda mi concentración.
Un artesano de canciones, me digo mentalmente, que ha elaborado minuciosamente esta pieza romaní que ahora, es tiempo, vuele como parvada, se desarme en mil aves que se alejen y sólo nos dejen el recuerdo, que al final es lo que perdura. No quito intensidad, sólo piezas, de una en una hasta que no quede más que el silencio breve seguido de los apalusos, y mi respiración agitada.
Tomo el violín en una mano y el arco en otra y hago una reverencia, pero la gloria (pequeña pero importante) no es sólo mía, es de Kya más que de nadie, y mía por ser su acompañante.
-Pocas veces me he divertido así -le digo y siento en mi rostro una sonrisa espontánea, de esas que casi no se me dan-. Gracias -le digo a ella y sólo a ella, que el público sabe que estoy agradecido como cada tarde.
Invitado- Invitado
Re: Concierto al aire libre [Libre]
Escuchando la tonada final, terminé en el suelo sentada con la frente perlada de sudor, no me importaba, el músico, los acordes y yo nos habíamos vuelto uno sólo haciéndome vivir uno de los instantes más maravillosos sobre mi vida, pues había ido mucho más lejos de lo imaginado; tomé la mano de Pablo sonriente esperando a que él dijese algo, la multitud hablaba por sí sola llamando a gritos –Otra, otra!- se escuchaban con eco las vocecillas, acompañadas de aplausos. Hice una ligera reverencia, pasaron uno, dos minutos sin que cesaran estos me coloqué frente a él también aplaudiéndole fervientemente.
-Excelente maestro- le dije ensanchando aún más esa curvatura sobre mis labios prestándole de mi poca cordura un poco aludiendo al buen trabajo ejercido por sus manos, sus dedos y el instrumento posado sobre estas, haciendo un instante mágico para todos, él hasta había bailado y yo… había descubierto la magia musical con un extraño.
-No tenéis que agradecer en lo absoluto monsieur Pablo, es algo que ambos disfrutamos con el alma- sonreí dulcemente tratando regresar nuevamente a la cordura pero me fue imposible; mi cuerpo seguía erizado acelerado imperfectamente haciendo un tugurio como si partiese en dos el mar rojo dejando una brecha para caminar esperando a no ser alcanzado, mi ser estaba debatiéndose contra lo social y lo liberal. Estaba muy lejos de poder mencionar a ciencia cierta lo provocado.
Un sueño interpetado en miles de lenguas de quedaba corto, estaba completa acercándome a un momento celestial; había dejado mi conciencia despertarse al fin, las sombras estaban detenidas admirándome bailar, extendí los brazos para recibir nuevamente la fusión entre mi cuerpo palpando una experiencia lacerante en mis pocos años de estar viva.
-Ha sido espectacular- por fin dije notando la respiración agitada todavía, me agaché para ver el estuche intrigada al menos podía sentirme feliz por haber dado un poco de mí al prójimo. Las personas seguían clamándole por otra melodía, enarqué una ceja; un momento tan volátil se había tornado algo imparable, una ola envolviéndote mientras se crea en las profundidades oceánicas, para en determinado momento crecer, azotar sobre la superficie creando espuma desvaneciéndose ante los ojos, así tal cuál, las canciones desaparecían quedando sólo en nuestras mentes. Aquél músico puesto en la calle estaba teniendo más audiencia que una obra presentada en el teatro de la ciudad, ante mis bailes ridículos no creía que clamaban por mí en lo absoluto -Monsieur, habéis calado entre todos estos trasladándolos a una nueva dimensión, o es que creo que algunos vienen recién levantados- dije en voz bajita sonriéndole -Que mejor no te vean cuando te paras Kya- declaró certeramente mi cabeza, admiré la calle con la multitud ansiosa por sentir nuevamente ese desliz metiéndose entre el ambiente Parisino...
-Excelente maestro- le dije ensanchando aún más esa curvatura sobre mis labios prestándole de mi poca cordura un poco aludiendo al buen trabajo ejercido por sus manos, sus dedos y el instrumento posado sobre estas, haciendo un instante mágico para todos, él hasta había bailado y yo… había descubierto la magia musical con un extraño.
-No tenéis que agradecer en lo absoluto monsieur Pablo, es algo que ambos disfrutamos con el alma- sonreí dulcemente tratando regresar nuevamente a la cordura pero me fue imposible; mi cuerpo seguía erizado acelerado imperfectamente haciendo un tugurio como si partiese en dos el mar rojo dejando una brecha para caminar esperando a no ser alcanzado, mi ser estaba debatiéndose contra lo social y lo liberal. Estaba muy lejos de poder mencionar a ciencia cierta lo provocado.
Un sueño interpetado en miles de lenguas de quedaba corto, estaba completa acercándome a un momento celestial; había dejado mi conciencia despertarse al fin, las sombras estaban detenidas admirándome bailar, extendí los brazos para recibir nuevamente la fusión entre mi cuerpo palpando una experiencia lacerante en mis pocos años de estar viva.
-Ha sido espectacular- por fin dije notando la respiración agitada todavía, me agaché para ver el estuche intrigada al menos podía sentirme feliz por haber dado un poco de mí al prójimo. Las personas seguían clamándole por otra melodía, enarqué una ceja; un momento tan volátil se había tornado algo imparable, una ola envolviéndote mientras se crea en las profundidades oceánicas, para en determinado momento crecer, azotar sobre la superficie creando espuma desvaneciéndose ante los ojos, así tal cuál, las canciones desaparecían quedando sólo en nuestras mentes. Aquél músico puesto en la calle estaba teniendo más audiencia que una obra presentada en el teatro de la ciudad, ante mis bailes ridículos no creía que clamaban por mí en lo absoluto -Monsieur, habéis calado entre todos estos trasladándolos a una nueva dimensión, o es que creo que algunos vienen recién levantados- dije en voz bajita sonriéndole -Que mejor no te vean cuando te paras Kya- declaró certeramente mi cabeza, admiré la calle con la multitud ansiosa por sentir nuevamente ese desliz metiéndose entre el ambiente Parisino...
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
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Re: Concierto al aire libre [Libre]
La gente pedía otra, pero yo no estaba seguro que la magia espontánea que reinó la primera vez fuese un fenómeno que se repitiera, no tan pronto al menos. A veces las cosas más hermosas son situaciones como esta, que no se planean, y no se pueden repetir, que tal vez nunca se repetirán, es lo triste de tener experiencias tan hermosas, que muchas de ellas no regresan, se van y si no tenemos cuidado el tiempo las borra. Por eso me digo que tendré cuidado, si bien mi memoria trabaja de forma diferente puede que este momento tan único quede detrás de pilas y pilas de otros momentos en mi desordenada cabeza, pero no, lo pondré en un lugar especial para que no pase, para que cada vez que quiera pueda recurrir a él y pensar que la vida no es tan terrible como a veces creo.
Sonrío cuando me dice maestro, sueño con el día en que todos se dirijan así cuando me hablen. Maestro. Hago una reverencia con la cabeza, qué mujer tan peculiar y extraordinaria.
-Claro que tengo que agradecerte -le refuto amablemente-, es la mejor tarde que he tenido desde que llegué a París -señalo las monedas que han caído, aunque es una broma, pude haber tocado ante una plaza vacía, pero si ella me acompañaba hubiera valido la pena.
-Por supuesto que no, esto ha sido trabajo en conjunto -sé aceptar cuando he recibido ayuda y esta vez sí que la he tenido. Tomo la mano de Kya y hago algo que no acostumbro, poso un beso en ella, he visto que las personas con clase hacen eso, si yo no hubiese sido atacado y siguiera siendo Pablo Sant Jordi seguro eso haría en cada fiesta tonta a la que mis padres, los reales quiero decir, me hubieran obligado a ir.
Sonrío cuando me dice maestro, sueño con el día en que todos se dirijan así cuando me hablen. Maestro. Hago una reverencia con la cabeza, qué mujer tan peculiar y extraordinaria.
-Claro que tengo que agradecerte -le refuto amablemente-, es la mejor tarde que he tenido desde que llegué a París -señalo las monedas que han caído, aunque es una broma, pude haber tocado ante una plaza vacía, pero si ella me acompañaba hubiera valido la pena.
-Por supuesto que no, esto ha sido trabajo en conjunto -sé aceptar cuando he recibido ayuda y esta vez sí que la he tenido. Tomo la mano de Kya y hago algo que no acostumbro, poso un beso en ella, he visto que las personas con clase hacen eso, si yo no hubiese sido atacado y siguiera siendo Pablo Sant Jordi seguro eso haría en cada fiesta tonta a la que mis padres, los reales quiero decir, me hubieran obligado a ir.
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Re: Concierto al aire libre [Libre]
Complacidos, extasiados perdidos todavía en algún rincón del planeta la gente seguía sin macharse no me sorprendía en lo absoluto. Entre todo lo que llamaba mi atención era cómo el reflejo del sol atravesaba a las monedas cambiándoles ligeramente más el colo aprovisionándolas en un brillo completamente singular; cuando lo señaló levanté una distraídamente con los dedos soltándola casi inmediatamente ya que estaba muy caliente.
Pensé en las danzas en épocas anteriores como las griegas o romanas; en otras partes del mundo le rendían cultos a los dioses proporcionándoles bailes sin terminación por días sin duda una creencia extraordinaria pues al igual que yo suponía que tocaban otro punto de la realidad estando en este tipo de trance dejándose embriagar por el sonido musical repercutiendo entre los ánimos dándoles la esperanza para que un ser celestial responda a sus súplicas, el concepto era realmente cuestionable indagando entre aquellos mundos lejanos; era fatuo pensar en ser las únicas criaturas en el mundo situadas precisamente en Europa ¿Más allá qué habría?. ¿Era un mundo distinto? ¿Qué encaraba conocer otras regiones? algo inimaginable estaba segura, sólo que esas eran conversaciones masculina las mujeres no teníamos porque meter nuestra "cuchara". Estando curiosas de información, por conocer y descubrir nos sentenciaban a ser aprendices de cocina y excelentes amas de casa.
En mi caso, eso difería mi madre había muerto tiempo atrás, sólo contaba con las enseñanzas de un vampiro vivido y creado siglos atrás alimentándomse sobre cosas extraordinaras pero también cosas bastante crueles, entre ellas el modo de alimentarse durante sus primeros años de conversión con las consecuencias posteriores, prefería evitar el detalle sobre cazar a sus presas. Regresé nuevamente a Pablo cuando mencionó lo siguiente.
-Todas las tardes son hermosas en París sólo que se viven de distinto modo día a día, es asombroso desde hoy haber arrancado la cordura de mi mente a simplemente sentarse a disfrutar esos paisajes, inclusive sin tener dónde dormir podéis acomodaros en dónde sea sintiendo la naturaleza escribir sobre vuestro cuerpo- le dije sonriente sentándome a su lado con aire reflexivo. Desde mi llegada nunca pasaba las noches en casa para no ser una contínua tentación, pasaba desapercibida socialmente cuando me enfundaba en ropajes apropiados para vagar sobre París pidiendo posada, de otro modo los rostros conocidos me señalarían ¿La verdad? tampoco me interesaba, a estos puntos sólo me interesaba descrubirme a mí como humana o mujer casi adulta.
Levantó mi mano sumamente cuidadoso despositando un leve beso sobre el dorso de ésta, sus labios estaban a termperatura normal de tono rosado -No tiembles mujer- exclamó mi mente mientras regresaba la muñeca a mi regazo.Intrigándome un poco entrecerré los ojos pues sabía que era sólo un gesto para los alta alcurnia, pero no me importó lo tomé como si hubiese recibido uno de los regalos más preciados por disfrutar algo en común, creo que había encontrado el primero, algún hombre que se convirtiese en amigo mío, a pesar de las habladurías, estaba fascinada por conocerle, saber de dónde provenía sólo poder sí, ser metiche sobre Pablo.
-Dicen que dos cabezas son mejor que una, en este caso sería un músico y una semi-bailarina es mejor que el maestro a solas, aunque claro, depende del espectáculo ¿Verdad?- me giré para mirarlo acariciando mi barbilla con el dedo índice, cuando me percaté sólo estaba un individuo mirándome fijamente, le regresé una sonrisa indulgente intentando reconocerlo pero fué inútil, alcé los hombros no prestándole atención -Uhh, creo que irán con el chisme a mi familia- reí irónicamente hacia el músico mordiéndome el labio, una de mis travesuras había sido hecha, una de las tantas cometidas a diario...
Pensé en las danzas en épocas anteriores como las griegas o romanas; en otras partes del mundo le rendían cultos a los dioses proporcionándoles bailes sin terminación por días sin duda una creencia extraordinaria pues al igual que yo suponía que tocaban otro punto de la realidad estando en este tipo de trance dejándose embriagar por el sonido musical repercutiendo entre los ánimos dándoles la esperanza para que un ser celestial responda a sus súplicas, el concepto era realmente cuestionable indagando entre aquellos mundos lejanos; era fatuo pensar en ser las únicas criaturas en el mundo situadas precisamente en Europa ¿Más allá qué habría?. ¿Era un mundo distinto? ¿Qué encaraba conocer otras regiones? algo inimaginable estaba segura, sólo que esas eran conversaciones masculina las mujeres no teníamos porque meter nuestra "cuchara". Estando curiosas de información, por conocer y descubrir nos sentenciaban a ser aprendices de cocina y excelentes amas de casa.
En mi caso, eso difería mi madre había muerto tiempo atrás, sólo contaba con las enseñanzas de un vampiro vivido y creado siglos atrás alimentándomse sobre cosas extraordinaras pero también cosas bastante crueles, entre ellas el modo de alimentarse durante sus primeros años de conversión con las consecuencias posteriores, prefería evitar el detalle sobre cazar a sus presas. Regresé nuevamente a Pablo cuando mencionó lo siguiente.
-Todas las tardes son hermosas en París sólo que se viven de distinto modo día a día, es asombroso desde hoy haber arrancado la cordura de mi mente a simplemente sentarse a disfrutar esos paisajes, inclusive sin tener dónde dormir podéis acomodaros en dónde sea sintiendo la naturaleza escribir sobre vuestro cuerpo- le dije sonriente sentándome a su lado con aire reflexivo. Desde mi llegada nunca pasaba las noches en casa para no ser una contínua tentación, pasaba desapercibida socialmente cuando me enfundaba en ropajes apropiados para vagar sobre París pidiendo posada, de otro modo los rostros conocidos me señalarían ¿La verdad? tampoco me interesaba, a estos puntos sólo me interesaba descrubirme a mí como humana o mujer casi adulta.
Levantó mi mano sumamente cuidadoso despositando un leve beso sobre el dorso de ésta, sus labios estaban a termperatura normal de tono rosado -No tiembles mujer- exclamó mi mente mientras regresaba la muñeca a mi regazo.Intrigándome un poco entrecerré los ojos pues sabía que era sólo un gesto para los alta alcurnia, pero no me importó lo tomé como si hubiese recibido uno de los regalos más preciados por disfrutar algo en común, creo que había encontrado el primero, algún hombre que se convirtiese en amigo mío, a pesar de las habladurías, estaba fascinada por conocerle, saber de dónde provenía sólo poder sí, ser metiche sobre Pablo.
-Dicen que dos cabezas son mejor que una, en este caso sería un músico y una semi-bailarina es mejor que el maestro a solas, aunque claro, depende del espectáculo ¿Verdad?- me giré para mirarlo acariciando mi barbilla con el dedo índice, cuando me percaté sólo estaba un individuo mirándome fijamente, le regresé una sonrisa indulgente intentando reconocerlo pero fué inútil, alcé los hombros no prestándole atención -Uhh, creo que irán con el chisme a mi familia- reí irónicamente hacia el músico mordiéndome el labio, una de mis travesuras había sido hecha, una de las tantas cometidas a diario...
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
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Re: Concierto al aire libre [Libre]
Después todo fue una serenidad inaudita, no sólo en la plaza, que si bien los espectadores seguían ahí ahora guardaban silencio, sino en mi, tan pocas veces encuentro paz que cuando esta llega me toma por sorpresa. Debería tomarme más tiempo para tranquilizarme, las ansias me carcomen por las noches y con ellas llega la tristeza.
Pero qué maravillosa era París que una mujer que ha venido de la nada me da una lección y me abofetea con guante blanco. Tan fácil que es vivir y tan difícil que yo lo veo, claro que es un poco más complicado siendo lo que soy.
La escucho decirme aquello y asiento, tiene razón, todas las tardes en París son hermosas, sólo que a veces hay que descubrir esa hermosura, y no soy alguien que se detenga a observar esas cosas, simplemente no tengo la paciencia.
Se sienta a mi lado y la observo, tal vez no es como yo pero es suelen decir que es más interesante cuando los opuestos se atraen, no digo que me atraiga, no de ese modo, es hermosa, sin duda pero pienso más en conversaciones que, como su baile, me hagan darme cuenta que vivir en constante autocompasión no es el mejor modo de pasar los días.
-Pero el espectáculo ha sido maravilloso -le digo de inmediato-, yo no suelo dar mucho show, me limito a tocar así que me ha venido bien la ayuda-. Le sonrío con ese gesto torpe que me caracteriza, muchas veces, es decir, nunca sé qué decir y entonces ella habla. Miro al hombre que se aleja y arqueo una ceja.
-¿Acaso le prohíben bailar, madame? -le digo tratando de averiguar a qué se refiere.
Pero qué maravillosa era París que una mujer que ha venido de la nada me da una lección y me abofetea con guante blanco. Tan fácil que es vivir y tan difícil que yo lo veo, claro que es un poco más complicado siendo lo que soy.
La escucho decirme aquello y asiento, tiene razón, todas las tardes en París son hermosas, sólo que a veces hay que descubrir esa hermosura, y no soy alguien que se detenga a observar esas cosas, simplemente no tengo la paciencia.
Se sienta a mi lado y la observo, tal vez no es como yo pero es suelen decir que es más interesante cuando los opuestos se atraen, no digo que me atraiga, no de ese modo, es hermosa, sin duda pero pienso más en conversaciones que, como su baile, me hagan darme cuenta que vivir en constante autocompasión no es el mejor modo de pasar los días.
-Pero el espectáculo ha sido maravilloso -le digo de inmediato-, yo no suelo dar mucho show, me limito a tocar así que me ha venido bien la ayuda-. Le sonrío con ese gesto torpe que me caracteriza, muchas veces, es decir, nunca sé qué decir y entonces ella habla. Miro al hombre que se aleja y arqueo una ceja.
-¿Acaso le prohíben bailar, madame? -le digo tratando de averiguar a qué se refiere.
Invitado- Invitado
Re: Concierto al aire libre [Libre]
-La ayuda en determinado momento la necesitamos todos, aunque les cueste admitirlo a la mayoría- entrecerré los ojos pensativa sobre estas palabras, todos los humanos teníamos orgullos para sentirnos autosuficientes decir "Yo puedo" para todo, se solía nunca pedir auxilio exceptuando por estar en situaciones ya de considerada emergencia "Auxilio están matándome pero todo está bien", entonces acudían los demás a ver lo sucedido a mirar a la víctima recién asesinada, mutilada o ahorcada por algún delito en medio de la plaza. Seguía con los ojos clavados en el hombre un tanto reible -Mantén la compostura- sentenció mi vocecilla interior ¡Cómo si a mi padre le fuese a interesar! que su hija anduviese como loca bailando en medio de París, descalza, desgreñada con un violinista callejero, él me conocía, sabía como era y ante ello guardaba silencio -¿Porqué lo haría?- pensé durante unos minutos hasta que Pablo me preguntó.
-No me prohíben bailar en lo absoluto sólo que los tabúes de mirar a alguien alegre aún siendo de buena familia causa "habladurías"- hice el ademán de las comillas con los dedos enfatizándolo, sacándole la lengua inocentemente poniéndome en pie tomando mi cabello para volverlo a arreglar en una coleta.
-Ahm... pero basta de hablar de cosas superficiales ¿Vale? maestro- palabra había notado la reacción de él cuando esta salía de mi boca, simplemente no aspiraba a menos, todo un concertista podíase hallar en medio en los sitios menos inimaginables este era un caso perfecto a aplicar ¿O no?, precisamente en París dónde derrochaban miles de talentos podían sobresalir unos de otros fácilmente -Tú no mi querida Zaskya, eres buena en lo que haces... vivir- pensé sonriente. Había intentado a lo largo de los años distintas cosas, pasando por cantar, bailarina, consejera, doctora pero todo salía mal puesto lo dejaba a medias, lo único que podía hacerme sentir realmente feliz era la escritura, escuchar música dejándome atontar por el viento pintarse de colores mientras ésta llegaba a mis oídos como figuras adquiriendo fomra conforme a la cercanía se hacía, las danzas eran semejantes a esos pequeños duendecillos irlandeses con zapatitos y gorritos tomándose de los brazos saltando a ritmos que sólo ellos comprendían así como nosotros los humanos comprendíamos distintas danzas en aspectos diferentes.
Me paré como resorte sdando pequeños brinquitos alrededor de Pablo tomándolo de la mano incitándolo a seguirme, dejando que el mismo ambiente nos tocara su canción, nos hiciera vibrar a su modo siendo nosotros sus intrumentos naturales para transformarnos.
-Entonces, por ahora sólo vive- le dije sonriendo girando en un mismo eje primero en lentitud sin dejar de dar los saltitos alzando las suelas de los zapatos jugando con una mano libre alzándola deleitándome con el poder natural para sentirse plagados de energía, un momento tan poco común, las personas sobre todo hacían todo esto más emocionante para relatar experiencias futuras sin haber tomado el riesgo ¿Porqué los humanos nos habíamos vuelto tan temerosos? tomar aquellas cosas en verdad amantes para realizarlas, decirlas o hacerlas por temor quedaban escondidas entre los rincones amargando dejando la intuición dejar su curso, o de plano era miedo a terminar condenado, mejor terminar muerto por gusto a vivir sin sonreír toda una existencia -Algo así como papá- pensé irónicamente alzando los hombros, tomé el brazo del chico dándome una pirueta a su alrededor, alcé el mío para que hiciese lo mismo, no sabía bailar pero era tan divertido compartir algo con alguien disfrutando la equivalente pasión por ese hábitat musical, era asombroso la fusión de dos almas para crear una sinfonía de largos minutos sólo con dejarse llevar fuera de la monotonía.
-Ash, ya estoy toda pegajosa- le dije mirándome las palmas de la mano echándome a reír sin parar de dar voleteretas, hasta que la falta de oxígeno suprimió mis pulmones me detuve para recobrar un poco el aliento recordando lo mala de mi condición física, aspiré largamente agachándome haciendo con los dedos señal pausa -Al parecer el baile anterior acabó conmigo, pero no digáis nada es un secreto monsieur- apenas pude decirle sintiendo el rostro ardiendo en color rojo, levanté las palmas para acercarlas a mis mejillas, estaba calientes eso indicaba ya buena temperatura para distraerse del frío. Alcé los ojos al chico sacudiéndome toda para poder recuperar mi color -Parecéis camarón pero uno bastante lánguido- me dijo mi subconsciente, entrecerré los ojos ante tal ocurrencia, refunfuñado por lo bajo contestándole a maldiciones.
-Parezco ancianilla, monsieur Pablo ya no estoy para estas locuras- bromeé con expresión un tanto dramática -¡Claro que no! apenas estamos viviendo, encontrando cosas y experiencias nuevas ¿Verdad?- le pregunté curiosa abriendo mis ojitos de par en par pues él lucía tan joven como yo, parecía también ser de fuera. Movía la cadera todavía con el ritmo alegre tarareando la melodía sin trabajo pues tal había sido la impresión causada que estaba grabada en mi cerebrito reproduciéndose una y otra vez.
-¿En dónde habéis aprendido esa pieza tan magistral? sólo he escuchado de ese tipo en un sitio no muy lejano, en la zona gitana me parece- alcé un dedo llevándolo a mi mentón intentando recordar. La imagen de mi padre llevándome de la mano infanta me habia tomado entre sus brazos llevándome sobre su espalda mientras caminábamos sin rumbo alguno, en un circo ambulante, ellos bailaban como si el mundo fuese a acabarse, le pedí a mi padre me llevase hasta allí para mirarlos. Un espectáculo debatiéndose entre la mjestuosidad y la vagancia apoderándose con poco público nublando los sentidos -Y de tu padre abriendo el apetito- secundó mi cabeza,si, a mi padre se le estaba haciendo "agua la boca", como era niña no entendía qué le sucedía, sólo de repente salimos de allí, terminamos en casa y él se encerró en su cuarto con mamá, yo... volvía a jugar como siempre.
-Si sólo vivís del violín entonces os haráis famoso pronto- declaré optimista dándole un golpecito en la espalda con expresión pispireta jugando con mis deditos sobre mi gorro, era tan penetrante el modo de tocar de Pablo que podía fácilmente llegar a ser una estrella, si era así yo había tenido el honor de compartir un escenario tan poco común con él inundándome de su talento...
-No me prohíben bailar en lo absoluto sólo que los tabúes de mirar a alguien alegre aún siendo de buena familia causa "habladurías"- hice el ademán de las comillas con los dedos enfatizándolo, sacándole la lengua inocentemente poniéndome en pie tomando mi cabello para volverlo a arreglar en una coleta.
-Ahm... pero basta de hablar de cosas superficiales ¿Vale? maestro- palabra había notado la reacción de él cuando esta salía de mi boca, simplemente no aspiraba a menos, todo un concertista podíase hallar en medio en los sitios menos inimaginables este era un caso perfecto a aplicar ¿O no?, precisamente en París dónde derrochaban miles de talentos podían sobresalir unos de otros fácilmente -Tú no mi querida Zaskya, eres buena en lo que haces... vivir- pensé sonriente. Había intentado a lo largo de los años distintas cosas, pasando por cantar, bailarina, consejera, doctora pero todo salía mal puesto lo dejaba a medias, lo único que podía hacerme sentir realmente feliz era la escritura, escuchar música dejándome atontar por el viento pintarse de colores mientras ésta llegaba a mis oídos como figuras adquiriendo fomra conforme a la cercanía se hacía, las danzas eran semejantes a esos pequeños duendecillos irlandeses con zapatitos y gorritos tomándose de los brazos saltando a ritmos que sólo ellos comprendían así como nosotros los humanos comprendíamos distintas danzas en aspectos diferentes.
Me paré como resorte sdando pequeños brinquitos alrededor de Pablo tomándolo de la mano incitándolo a seguirme, dejando que el mismo ambiente nos tocara su canción, nos hiciera vibrar a su modo siendo nosotros sus intrumentos naturales para transformarnos.
-Entonces, por ahora sólo vive- le dije sonriendo girando en un mismo eje primero en lentitud sin dejar de dar los saltitos alzando las suelas de los zapatos jugando con una mano libre alzándola deleitándome con el poder natural para sentirse plagados de energía, un momento tan poco común, las personas sobre todo hacían todo esto más emocionante para relatar experiencias futuras sin haber tomado el riesgo ¿Porqué los humanos nos habíamos vuelto tan temerosos? tomar aquellas cosas en verdad amantes para realizarlas, decirlas o hacerlas por temor quedaban escondidas entre los rincones amargando dejando la intuición dejar su curso, o de plano era miedo a terminar condenado, mejor terminar muerto por gusto a vivir sin sonreír toda una existencia -Algo así como papá- pensé irónicamente alzando los hombros, tomé el brazo del chico dándome una pirueta a su alrededor, alcé el mío para que hiciese lo mismo, no sabía bailar pero era tan divertido compartir algo con alguien disfrutando la equivalente pasión por ese hábitat musical, era asombroso la fusión de dos almas para crear una sinfonía de largos minutos sólo con dejarse llevar fuera de la monotonía.
-Ash, ya estoy toda pegajosa- le dije mirándome las palmas de la mano echándome a reír sin parar de dar voleteretas, hasta que la falta de oxígeno suprimió mis pulmones me detuve para recobrar un poco el aliento recordando lo mala de mi condición física, aspiré largamente agachándome haciendo con los dedos señal pausa -Al parecer el baile anterior acabó conmigo, pero no digáis nada es un secreto monsieur- apenas pude decirle sintiendo el rostro ardiendo en color rojo, levanté las palmas para acercarlas a mis mejillas, estaba calientes eso indicaba ya buena temperatura para distraerse del frío. Alcé los ojos al chico sacudiéndome toda para poder recuperar mi color -Parecéis camarón pero uno bastante lánguido- me dijo mi subconsciente, entrecerré los ojos ante tal ocurrencia, refunfuñado por lo bajo contestándole a maldiciones.
-Parezco ancianilla, monsieur Pablo ya no estoy para estas locuras- bromeé con expresión un tanto dramática -¡Claro que no! apenas estamos viviendo, encontrando cosas y experiencias nuevas ¿Verdad?- le pregunté curiosa abriendo mis ojitos de par en par pues él lucía tan joven como yo, parecía también ser de fuera. Movía la cadera todavía con el ritmo alegre tarareando la melodía sin trabajo pues tal había sido la impresión causada que estaba grabada en mi cerebrito reproduciéndose una y otra vez.
-¿En dónde habéis aprendido esa pieza tan magistral? sólo he escuchado de ese tipo en un sitio no muy lejano, en la zona gitana me parece- alcé un dedo llevándolo a mi mentón intentando recordar. La imagen de mi padre llevándome de la mano infanta me habia tomado entre sus brazos llevándome sobre su espalda mientras caminábamos sin rumbo alguno, en un circo ambulante, ellos bailaban como si el mundo fuese a acabarse, le pedí a mi padre me llevase hasta allí para mirarlos. Un espectáculo debatiéndose entre la mjestuosidad y la vagancia apoderándose con poco público nublando los sentidos -Y de tu padre abriendo el apetito- secundó mi cabeza,si, a mi padre se le estaba haciendo "agua la boca", como era niña no entendía qué le sucedía, sólo de repente salimos de allí, terminamos en casa y él se encerró en su cuarto con mamá, yo... volvía a jugar como siempre.
-Si sólo vivís del violín entonces os haráis famoso pronto- declaré optimista dándole un golpecito en la espalda con expresión pispireta jugando con mis deditos sobre mi gorro, era tan penetrante el modo de tocar de Pablo que podía fácilmente llegar a ser una estrella, si era así yo había tenido el honor de compartir un escenario tan poco común con él inundándome de su talento...
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 22/02/2011
Re: Concierto al aire libre [Libre]
Me halagaba tanto que me llamara maestro, pero sobre todo me hacía pensar que a estas alturas de mi vida todo el mundo debía dirigirse a mi de ese modo. Todo un fracaso.
Sin embargo Kya no me dejaba pensar mucho negativamente, era tan alegre y tan abierta, con tanto colorido e historias, y sabiduría, quién sabe de dónde había obtenido esa visión de la vida, tan enfocada y a la vez dispersa, era más joven que yo, mi edad real, y era mucho más inteligente, o al menos eso me parecía.
Me toma de la mano y comenzamos a girar como niños y empiezo a reír como aquellas veces cuando era más joven y reía hasta que perdía sentido hacerlo y aún así seguía riendo al ya no acordarme qué fue lo que me dio tanta gracia en primer lugar. Es como si los músculos de mi cara se desentumieran pues hace mucho que no tienen esa clase de ejercicio.
-Dicen que el alma no envejece, ¿no? -me encojo de hombros, yo qué voy a saber, me veo de veintitantos, tengo cuarentaytantos y a veces me siento un niño y a veces un ansiano.
Yo también estoy cansado, me limpio la frente con el antebrazo y trato de normalizar mi respiración; creo que lo que más me ha agotado este día ha sido reírme del modo absurdo que lo he hecho, estoy tan desacostumbrado a divertirme que significa un verdadero esfuerzo físico.
-Me crié con los gitanos -respondo a su pregunta, los únicos que me recibieron sin prejuicios y me enseñaron el arte de la música, un sitio en el que fui feliz pero dicen que al lugar donde haz sido feliz no debieras tratar de volver, y eso intento, aunque a veces flaqueo y quiero regresar a Cataluña y ser un completo don nadie, pero feliz.
-Me da gusto que le agrade lo que hago -suelto una risa nerviosa cuando ella me da ese ánimo, cómo alguien ajeno y sin conocerme puede hacerlo cuando mismo no lo hago. He perdido la fe, qué puedo hacer-. Tenga por seguro que si un día me hago famoso me acordaré de usted -le digo sonriendo.
Sin embargo Kya no me dejaba pensar mucho negativamente, era tan alegre y tan abierta, con tanto colorido e historias, y sabiduría, quién sabe de dónde había obtenido esa visión de la vida, tan enfocada y a la vez dispersa, era más joven que yo, mi edad real, y era mucho más inteligente, o al menos eso me parecía.
Me toma de la mano y comenzamos a girar como niños y empiezo a reír como aquellas veces cuando era más joven y reía hasta que perdía sentido hacerlo y aún así seguía riendo al ya no acordarme qué fue lo que me dio tanta gracia en primer lugar. Es como si los músculos de mi cara se desentumieran pues hace mucho que no tienen esa clase de ejercicio.
-Dicen que el alma no envejece, ¿no? -me encojo de hombros, yo qué voy a saber, me veo de veintitantos, tengo cuarentaytantos y a veces me siento un niño y a veces un ansiano.
Yo también estoy cansado, me limpio la frente con el antebrazo y trato de normalizar mi respiración; creo que lo que más me ha agotado este día ha sido reírme del modo absurdo que lo he hecho, estoy tan desacostumbrado a divertirme que significa un verdadero esfuerzo físico.
-Me crié con los gitanos -respondo a su pregunta, los únicos que me recibieron sin prejuicios y me enseñaron el arte de la música, un sitio en el que fui feliz pero dicen que al lugar donde haz sido feliz no debieras tratar de volver, y eso intento, aunque a veces flaqueo y quiero regresar a Cataluña y ser un completo don nadie, pero feliz.
-Me da gusto que le agrade lo que hago -suelto una risa nerviosa cuando ella me da ese ánimo, cómo alguien ajeno y sin conocerme puede hacerlo cuando mismo no lo hago. He perdido la fe, qué puedo hacer-. Tenga por seguro que si un día me hago famoso me acordaré de usted -le digo sonriendo.
Invitado- Invitado
Re: Concierto al aire libre [Libre]
El alma no envejece tenía certedad en sus palabras el cuerpo podía desgastarse, mal formarse con el pasar de los años, sin embargo, aquél pedacito todavía reluciente brillaba con fuerza cuando se le llamaba, acude a alimentar a aquellos pensamientos aturdidos o amargados por la edad, no sólo física sino también mental; personas que dejaron de vivir por gusto dándole a la obligación el nombre para llevar sus días ¿Porqué condenarnos perpetuamente? ¿Cómo es posible no ser compatriotas y amistarnos con nosotros mismos? vivir bajo reglas impuestas por los demás, nuestro destino escribirlo con la pluma entintada de alguien más, rigiendo nuestro comportamiento bajo un estándar sin conocer la vivacidad para aprender en la existencia humana, aprender día a día cosas nuevas, alimentarnos para poder crear un cambio constante, al parecer no era la opinión de París.
Pablo podía llamársele maestro no por el simple hecho de poder cautivar sólo con unos acordes a un público desconocido, era maestro por tener el valor de plantarse allí sin miedo, enseñarse a no ser cobarde, era maestro por no tener miedo a hacer el ridículo conmigo allí, era maestro por disfrutar lo que estaba haciendo, estaba vibrando entre cada nota que sonaba entre el violín y él, se unían siendo un sólo espíritu, una sola alma amándose entre sí forjando lazos inquebrantables, tales como los humanos lo podíamos hacer entre nuestros adentros, hacer las pases con nuestro subconsiente para alcanzar lo propuesto dejando de ser "soldados de juguetes" dejándonos ser maneobrados y monopolizados por ajenos dueños de nuestras vidas; en mi caso, dejar a mi conciencia libre había resultado no precisamente lo más sabiondo pues daba su opinión y vivía como otra personalidad más dentro de mí -Vamos, sabéis que m adoráis querida- murmuró mientras pensaba lo anterior, como en alguna ocasión, prefería tenerla conmigo como acompañante permanente a terminar sola con cuarenta gatos a mi alrededor por tener carácter agrio ¿Porqué condenarnos a la amargura? ¿Porqué negarnos a una vida sin torturas ni tabús? ya que la vida misma se había convertido en uno muy grande.
-Sé que será así Monsieur Pablo, nos pemitís hacer el amor con nuestras canciones- le dije acaparando ese pensamiento guardándolo, era una metáfora perfecta, había hecho el amor mientras él tocaba, había ido al paraído, volado, regresado, había alcanzado un clímax indeseado, así como el acto de entregarse completamente al ser amado para pertenercerle, formándose en una sola carne poseyéndose llenando el ambiente de auroras boreales imaginarias con todos los sentimientos impregnados; al contrario por el contrario a tener sexo por tenerlo terminabas chocando con la realidad del placer acabado una vez terminado, la música permanecía en la mente revoloteante cual mariposa llena de colores recién convertida de oruga meneándose entre una corchea y otra asentándose para quedarse grabada, ¿El sexo producía lo mismo? estaba en lo absoluto segura de no, reproducía los pensamientos sexuales de los hombres y mujeres por momentos, se tenían fundiéndose instantáneamente ¿Después? quedaban dos cuerpos sudorosos cada quién yendo a su destino correspondiente, al hacer el amor, ambos cuerpos permanecían entrelazados esperando por un amanecer juntos regocijándose por haberse amado en tal acto.
-El alma nunca debemos dejar que caduque o se opaque porque para muchos es esperanza de vida misma- le dije a Pablo sonriente notando como mis facciones ya estaban entumidas, mi sonrisa ya estaba marmoleada sobre mi rostro, reí aún más abriendo la boca estirándola para volver a tener movilidad,su alma estaba rejuvenecida ¿Cómo habría sido su vida con los gitanos? ¿Qué me había perdido en esa parte humana? ¿En realidad era tan diferente a lo que conocía? por lo visto así era, un abismo enorme podía separar perfectamente a esas culturas, un volcán podía hacer erupción antes de los ricos mezclarse con los gitanos ¿Porqué tener esa visión? todos éramos lo que éramos, imperfectos, llenos de errores maravillosos que nos hacían distintos individualmente, nosotros, refinados, con telas por montones, criados, dinero a pedir de boca y un tanto infelices, ellos personas para admirar luchando por el sustento diario, aplicándose por ser maestros en sus propias vidas, buscando la felicidad en dónde fuese, viviendo a plenitud con altas y bajas más con el espíritu de salir adelante, el rico vivía pidiendo que los caprichos pedidos se realizaran sin tomarse la molestia para tender una mano al necesitado -Tu padre les tiende los colmillos- rió mi conciencia, mi papá desafiaba a todo padre humano sobre la faz de la tierra, era el único consuelo pues él mismo sabía como llenarme de humildad, a pesar de ser un asesino por las noches me colocaba los pies sobre la tierra, comprendía a las personas menos afortunadas, mi cuna no había sido de oro, tampoco quería una en lo absoluto.
-Vuestra vida es muy distinta a la mía, ¡Malditos prejuicios! ¿Cierto?, para ser sincera con vos prefiero mil veces estar bailando que en una reunión con los amigos de mi padre caras largas, no es lo mío en lo absoluto- murmuré con cierta ironía, la seridad, formalidad no estaban demás inclusive eran perfectas para determinados momentos ¿De tiempo completo? no figuraban en mi modo de ser, la alegría, ser metiche y vivir como pudiese era lo mío, disfrutar de la naturaleza, no pedir dinero para caprichos sino par ayudar, triunfar como ser humano generoso y no entregarme a la superficialidad...
-Pablo, contadme ¿Era buena tu vida entre ellos?- le pregunté ansiosa por que me contara más sobre aquellos danzarinez, querubines vestidos de muchos colores en sus vestimentas, tocando panderos, guitarras, címbalos cantando en lenguas desconocidas para mis oídos, desvalagados por partes del mundo enseñando, plasmando su estadía como verdaderos guerreros,sin pretender, caminando descalzos inúndándose de vida pura, sin tocar la estupidez y cabezas huecas en los demás, resonando estóicamente ante un concepto simple como un rompecabezas esperando a ser armado por medio de un enorme proceso -Espera, nunca habéis armado uno, pero sí podemos pensar- concluyó mi subconsiente analizando, era un ser humano imperfecta, llena de defectos, aquellos que me permitían mejorar para despertar de lo cotidiando...
Pablo podía llamársele maestro no por el simple hecho de poder cautivar sólo con unos acordes a un público desconocido, era maestro por tener el valor de plantarse allí sin miedo, enseñarse a no ser cobarde, era maestro por no tener miedo a hacer el ridículo conmigo allí, era maestro por disfrutar lo que estaba haciendo, estaba vibrando entre cada nota que sonaba entre el violín y él, se unían siendo un sólo espíritu, una sola alma amándose entre sí forjando lazos inquebrantables, tales como los humanos lo podíamos hacer entre nuestros adentros, hacer las pases con nuestro subconsiente para alcanzar lo propuesto dejando de ser "soldados de juguetes" dejándonos ser maneobrados y monopolizados por ajenos dueños de nuestras vidas; en mi caso, dejar a mi conciencia libre había resultado no precisamente lo más sabiondo pues daba su opinión y vivía como otra personalidad más dentro de mí -Vamos, sabéis que m adoráis querida- murmuró mientras pensaba lo anterior, como en alguna ocasión, prefería tenerla conmigo como acompañante permanente a terminar sola con cuarenta gatos a mi alrededor por tener carácter agrio ¿Porqué condenarnos a la amargura? ¿Porqué negarnos a una vida sin torturas ni tabús? ya que la vida misma se había convertido en uno muy grande.
-Sé que será así Monsieur Pablo, nos pemitís hacer el amor con nuestras canciones- le dije acaparando ese pensamiento guardándolo, era una metáfora perfecta, había hecho el amor mientras él tocaba, había ido al paraído, volado, regresado, había alcanzado un clímax indeseado, así como el acto de entregarse completamente al ser amado para pertenercerle, formándose en una sola carne poseyéndose llenando el ambiente de auroras boreales imaginarias con todos los sentimientos impregnados; al contrario por el contrario a tener sexo por tenerlo terminabas chocando con la realidad del placer acabado una vez terminado, la música permanecía en la mente revoloteante cual mariposa llena de colores recién convertida de oruga meneándose entre una corchea y otra asentándose para quedarse grabada, ¿El sexo producía lo mismo? estaba en lo absoluto segura de no, reproducía los pensamientos sexuales de los hombres y mujeres por momentos, se tenían fundiéndose instantáneamente ¿Después? quedaban dos cuerpos sudorosos cada quién yendo a su destino correspondiente, al hacer el amor, ambos cuerpos permanecían entrelazados esperando por un amanecer juntos regocijándose por haberse amado en tal acto.
-El alma nunca debemos dejar que caduque o se opaque porque para muchos es esperanza de vida misma- le dije a Pablo sonriente notando como mis facciones ya estaban entumidas, mi sonrisa ya estaba marmoleada sobre mi rostro, reí aún más abriendo la boca estirándola para volver a tener movilidad,su alma estaba rejuvenecida ¿Cómo habría sido su vida con los gitanos? ¿Qué me había perdido en esa parte humana? ¿En realidad era tan diferente a lo que conocía? por lo visto así era, un abismo enorme podía separar perfectamente a esas culturas, un volcán podía hacer erupción antes de los ricos mezclarse con los gitanos ¿Porqué tener esa visión? todos éramos lo que éramos, imperfectos, llenos de errores maravillosos que nos hacían distintos individualmente, nosotros, refinados, con telas por montones, criados, dinero a pedir de boca y un tanto infelices, ellos personas para admirar luchando por el sustento diario, aplicándose por ser maestros en sus propias vidas, buscando la felicidad en dónde fuese, viviendo a plenitud con altas y bajas más con el espíritu de salir adelante, el rico vivía pidiendo que los caprichos pedidos se realizaran sin tomarse la molestia para tender una mano al necesitado -Tu padre les tiende los colmillos- rió mi conciencia, mi papá desafiaba a todo padre humano sobre la faz de la tierra, era el único consuelo pues él mismo sabía como llenarme de humildad, a pesar de ser un asesino por las noches me colocaba los pies sobre la tierra, comprendía a las personas menos afortunadas, mi cuna no había sido de oro, tampoco quería una en lo absoluto.
-Vuestra vida es muy distinta a la mía, ¡Malditos prejuicios! ¿Cierto?, para ser sincera con vos prefiero mil veces estar bailando que en una reunión con los amigos de mi padre caras largas, no es lo mío en lo absoluto- murmuré con cierta ironía, la seridad, formalidad no estaban demás inclusive eran perfectas para determinados momentos ¿De tiempo completo? no figuraban en mi modo de ser, la alegría, ser metiche y vivir como pudiese era lo mío, disfrutar de la naturaleza, no pedir dinero para caprichos sino par ayudar, triunfar como ser humano generoso y no entregarme a la superficialidad...
-Pablo, contadme ¿Era buena tu vida entre ellos?- le pregunté ansiosa por que me contara más sobre aquellos danzarinez, querubines vestidos de muchos colores en sus vestimentas, tocando panderos, guitarras, címbalos cantando en lenguas desconocidas para mis oídos, desvalagados por partes del mundo enseñando, plasmando su estadía como verdaderos guerreros,sin pretender, caminando descalzos inúndándose de vida pura, sin tocar la estupidez y cabezas huecas en los demás, resonando estóicamente ante un concepto simple como un rompecabezas esperando a ser armado por medio de un enorme proceso -Espera, nunca habéis armado uno, pero sí podemos pensar- concluyó mi subconsiente analizando, era un ser humano imperfecta, llena de defectos, aquellos que me permitían mejorar para despertar de lo cotidiando...
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
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Re: Concierto al aire libre [Libre]
Miré el cielo deslumbrado por los rayos de sol que se colaban por entre las casas y edificios, y sentí la brisa tenue de la tarde en mi rostro. Esta compañía inesperada la estaba disfrutando como pocas cosas. Sus palabras cargaban verdad inherente y me hacían pensar. Me gustaban las personas que me hicieran pensar.
Aguardé en silencio, disfrutando de éste y de su voz, la voz de Kya, diciéndome tantas cosas, y con ese dejo de curiosidad. Era extraño porque yo no me detenía a pensar en esas cosas, ni a disfrutar de los detalles pequeños de la vida.
-A veces lo olvidamos -sobre el alma, personalmente es la música la que le da mantenimiento a la mía, sin ella, sin la música y mi violín ya me hubiera vuelto loco, o más probablemente estaría muerto, quién sabe.
Sobre nuestras diferencias, son obvias, pero creo que todo sería más aburrido si no las hubiera. Hay momentos en los que me gusta ser tan distinto a todos, con una historia tan diferente, pero es eso mismo lo que no me permite socializar, saberme tan diferente, son sólo ideas mías pero qué le voy a hacer.
Le sonrío cuando me dice que prefiere mi compañía a la de las clases altas, hay algo en eso que comprendo perfectamente, porque yo mismo he pensando como habría sido mi vida si mis padres no me hubiesen abandonado, probablemente odiaría ir a fiestas de la aristocracia española, preferiría las mismas cosas que prefiero ahora, tocar y pasar tiempo a solas.
-Era... -iba a responder su pregunta sobre los gitanos pero me quedé con la respuesta en el aire, pensando, ¿cómo había sido?-, era una buena vida, han sido despreciados tantas veces que no conocen los prejuicios -era verdad, no cometían lo errores que la sociedad cometía con ellos-, fui feliz con ellos, y lo extraño -la miré y luego al horizonte, y era verdad, extrañaba ser feliz como lo fui en esos años.
Aguardé en silencio, disfrutando de éste y de su voz, la voz de Kya, diciéndome tantas cosas, y con ese dejo de curiosidad. Era extraño porque yo no me detenía a pensar en esas cosas, ni a disfrutar de los detalles pequeños de la vida.
-A veces lo olvidamos -sobre el alma, personalmente es la música la que le da mantenimiento a la mía, sin ella, sin la música y mi violín ya me hubiera vuelto loco, o más probablemente estaría muerto, quién sabe.
Sobre nuestras diferencias, son obvias, pero creo que todo sería más aburrido si no las hubiera. Hay momentos en los que me gusta ser tan distinto a todos, con una historia tan diferente, pero es eso mismo lo que no me permite socializar, saberme tan diferente, son sólo ideas mías pero qué le voy a hacer.
Le sonrío cuando me dice que prefiere mi compañía a la de las clases altas, hay algo en eso que comprendo perfectamente, porque yo mismo he pensando como habría sido mi vida si mis padres no me hubiesen abandonado, probablemente odiaría ir a fiestas de la aristocracia española, preferiría las mismas cosas que prefiero ahora, tocar y pasar tiempo a solas.
-Era... -iba a responder su pregunta sobre los gitanos pero me quedé con la respuesta en el aire, pensando, ¿cómo había sido?-, era una buena vida, han sido despreciados tantas veces que no conocen los prejuicios -era verdad, no cometían lo errores que la sociedad cometía con ellos-, fui feliz con ellos, y lo extraño -la miré y luego al horizonte, y era verdad, extrañaba ser feliz como lo fui en esos años.
Invitado- Invitado
Re: Concierto al aire libre [Libre]
- No conocer los prejuicios es una de las mejores cosas que nos peuden suceder- concluí mientras intentaba divisar el mismo punto que Pablo buscaba en el horizonte, siempre teníamos algo apra decir los hombres sólo que muchas y la mayoría se basaba en críticas, basura verbal destructiva ¿No se miraban en el espejo? ¿No se tomaban el tiempo necesario para analizarse entre ellos? ¿Era tan seria esa necesidad de poder diciendo y maullando por todos lados tantas idioteces entre los e nuestra clase? sí, siempre era lo mismo, las manos de las parejas tomadas, idas a tomar tés de mil sabores, pláticas sobre melodías, vestidos, modistas; dándose la vuelta uno era blanco fácilmente de ser atacado con el punzón de cualquier objeto.
Precisamente en este momento estaba sintiéndome libre, la música aportaba a mis genes un sol interior luchando por salir derrochador para ser notado, así debía ser el talento de él, podía y debía ser explotado por corazón en mano; eso admiraba desde un inicio, el poder transformar su melodía entre mis danzas al aire libre. El paisaje entre cascadas bailando entre el agua, salpicando a los demás con esas pequeñas gotas de alegría era una misión que sonaba increíble -No seaís tan bruta para pensar en eso- recriminó mi pensamiento deteniéndome ¿Era imposible? no más si requeriría trabajo arduo. Los gitanos eran felices por sí solos, no eran expertos en la filosofía de la vida, tampoco lo eran como hombres ni mujeres pero de sus imperfecciones creaban un modo de pensar ejemplar, viajando, andando de un sitio a otro siendo recriminados por los sociales, entre ellos completamente leales.
Un enorme suspiro se me escapó profundamente pensando en todo eso ¿Las razones no eran suficientes?¿Los sentimientos eran una virtud y no distracción? ¿Los cambios no eran tan malos? ¿Evolucionar causaba tanto escándalo? entre la clase alta sí, era sumamente gracioso tocar temas como el adulterio o cosas así pues directamente te acusaban de delincuente sometiéndote a algún tipo de tortura escandalosa claro... contando la humillación pública, completamente absurdo para muchos.... modo de vida para otros. Los ángeles cantaban por sí mismos por gusto propio, haciendo coros hipnotizantes ante su hermosura cantándole a quién era su creador por gusto, entre mares de corazones puestos sobre las manos de esos seres, abriéndose de brazos entregándose para volar sin dejar en entonar esas hermosas canciones con voces indulgentes, así, justamente era la experiencia pasada, no podía poseer una explicación masomenos coherente, estaba un ángel terrenal a mi lado; ante tal pensamiento solté una risita.
-Os faltan las alas y la aureola- dije en voz alta sin suponer que Pablo no tenía ni la menor idea a lo que me refería pues eran invisibles mis pensamientos para él, quizá estando en un sitio bastante cercano al cielo donde todos pudiésemos ser ángeles podía saber de lo pensado, le miré fijamente con expresión algo contrariada.
-Lo siento, estaba pensando entre toda esta bola vuestras canciones son tocadas para oídos sordos proporcionada por ángeles, vos soís algún tipo de ellos aquí en la tierra- sonreí de oreja a oreja parándome como resorte saltando a los alrededores ladeando la cabeza.
-Yo sería uno medio escandaloso .... e hiperactivo- reflexioné por mi comportamiento, la vida era un arpa misma a tallar con las más finas melodías, agravándolas o haciéndolas más agudas, de todos modos el resultado sería el mismo, vivir ya era un milagro, poder sonreír, andar caminar era un pro adicional que la mayoría no sabíamos apreciar. El regalo de poder bailar entre las calles de París era insaciable para mi sentir esperanzado, recuperado, ansioso por más.
-Deberíais saber que soy mala tocando instrumentos, alguna vez lo intenté también, con lo mejor que me fué, mi piano... ese compañero tocó fibras sensibles que no conocía de mí hasta que las notas recorrían mis dedos tatuándose permanentemente- le enseñé los dedos como si se fuese a notar algo reelevante, mis huellas estaban rosadas sin nada a la vista, sin embargo mi alma en silencio cantaba, mi corazón bailaba creando un balance exquisito para ofrecerme vivencias apasionantes siendo mi memoria testigo de ello.
-Aunque he de mencionaros que los actuales duelen mucho me he de referir a los tatuajes físicos, los del alma son indescriptibles- murmuré sonriente dándole un golpecito en el codo alzando la mano derecha un saquito de dinero para guardar el resto que estaba en el estuche, esas monedas le hacían vivir, por eso tocaba además de sentirlo, libertad, corazón... vivir de ello era digno de admiración...
Precisamente en este momento estaba sintiéndome libre, la música aportaba a mis genes un sol interior luchando por salir derrochador para ser notado, así debía ser el talento de él, podía y debía ser explotado por corazón en mano; eso admiraba desde un inicio, el poder transformar su melodía entre mis danzas al aire libre. El paisaje entre cascadas bailando entre el agua, salpicando a los demás con esas pequeñas gotas de alegría era una misión que sonaba increíble -No seaís tan bruta para pensar en eso- recriminó mi pensamiento deteniéndome ¿Era imposible? no más si requeriría trabajo arduo. Los gitanos eran felices por sí solos, no eran expertos en la filosofía de la vida, tampoco lo eran como hombres ni mujeres pero de sus imperfecciones creaban un modo de pensar ejemplar, viajando, andando de un sitio a otro siendo recriminados por los sociales, entre ellos completamente leales.
Un enorme suspiro se me escapó profundamente pensando en todo eso ¿Las razones no eran suficientes?¿Los sentimientos eran una virtud y no distracción? ¿Los cambios no eran tan malos? ¿Evolucionar causaba tanto escándalo? entre la clase alta sí, era sumamente gracioso tocar temas como el adulterio o cosas así pues directamente te acusaban de delincuente sometiéndote a algún tipo de tortura escandalosa claro... contando la humillación pública, completamente absurdo para muchos.... modo de vida para otros. Los ángeles cantaban por sí mismos por gusto propio, haciendo coros hipnotizantes ante su hermosura cantándole a quién era su creador por gusto, entre mares de corazones puestos sobre las manos de esos seres, abriéndose de brazos entregándose para volar sin dejar en entonar esas hermosas canciones con voces indulgentes, así, justamente era la experiencia pasada, no podía poseer una explicación masomenos coherente, estaba un ángel terrenal a mi lado; ante tal pensamiento solté una risita.
-Os faltan las alas y la aureola- dije en voz alta sin suponer que Pablo no tenía ni la menor idea a lo que me refería pues eran invisibles mis pensamientos para él, quizá estando en un sitio bastante cercano al cielo donde todos pudiésemos ser ángeles podía saber de lo pensado, le miré fijamente con expresión algo contrariada.
-Lo siento, estaba pensando entre toda esta bola vuestras canciones son tocadas para oídos sordos proporcionada por ángeles, vos soís algún tipo de ellos aquí en la tierra- sonreí de oreja a oreja parándome como resorte saltando a los alrededores ladeando la cabeza.
-Yo sería uno medio escandaloso .... e hiperactivo- reflexioné por mi comportamiento, la vida era un arpa misma a tallar con las más finas melodías, agravándolas o haciéndolas más agudas, de todos modos el resultado sería el mismo, vivir ya era un milagro, poder sonreír, andar caminar era un pro adicional que la mayoría no sabíamos apreciar. El regalo de poder bailar entre las calles de París era insaciable para mi sentir esperanzado, recuperado, ansioso por más.
-Deberíais saber que soy mala tocando instrumentos, alguna vez lo intenté también, con lo mejor que me fué, mi piano... ese compañero tocó fibras sensibles que no conocía de mí hasta que las notas recorrían mis dedos tatuándose permanentemente- le enseñé los dedos como si se fuese a notar algo reelevante, mis huellas estaban rosadas sin nada a la vista, sin embargo mi alma en silencio cantaba, mi corazón bailaba creando un balance exquisito para ofrecerme vivencias apasionantes siendo mi memoria testigo de ello.
-Aunque he de mencionaros que los actuales duelen mucho me he de referir a los tatuajes físicos, los del alma son indescriptibles- murmuré sonriente dándole un golpecito en el codo alzando la mano derecha un saquito de dinero para guardar el resto que estaba en el estuche, esas monedas le hacían vivir, por eso tocaba además de sentirlo, libertad, corazón... vivir de ello era digno de admiración...
Zaskya Cassabel- Humano Clase Alta
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