AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Muerte que vuelves (Privado)
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Muerte que vuelves (Privado)
Una sonrisa ilumino su rostro al sentir el frio en sus pies, hacia un tiempo que no salía a pasear sola a un lugar tan alejado, pero le gustaba escuchar el sonido del bosque, quería un rato para relajarse de todo, en realidad no era que tuviese una vida muy estresante pero sin duda su corazón ya no aguantaría mas tantos sustos, es mas, las noches anteriores ni siquiera había logrado dormir bien a causa de aquellos seres que gustaban de acosarla todo el tiempo, y sus oídos simplemente parecían querer reventar ya que tenia que escuchar a cada segundo a aquel hombre insoportable que no paraba de gritarle al oído, sin embargo ahí, en medio del bosque Galería parecía estar calmado, deambulaba alrededor de los arboles mirando a los animales con una expresión de terrible aburrimiento, el era el único fantasma que no la asustaba, era al único al que podía observar sin sentir unas terribles nauseas y un miedo que le calaba hasta lo huesos
- Lena!!!!!-grito el espíritu enfurecido-este lugar es aburrido vamos a otro lado!!-ella solamente se limito a negar con la cabeza mientras miraba a su alrededor, en aquel lugar también había murtos pero no como los de la ciudad, había figuras pacificas que se jugaban con la naturaleza y saltaba bailando con las hojas de los arboles, al manos en el claro, lo que había mas allá… bien no quería ni imaginárselo, cerro los ojos mientras soltaba un pequeño suspiro, ahí estaría tranquila un rato-Ey!!!!! Estúpida hazme caso que el tiempo es dinero y aquí estamos perdiendo mucho oro!!!!-a excepción de aquel hombre que nunca dejaba de gritar
- Vamos Galería no seas amargado…-dijo mirando el agua la cual reflejaba su rostro en medio de una calma total, el fantasmas por su parte simplemente negó con la cabeza y se alejo flotando en el aire con una expresión amarga, Lena simplemente sonrió disfrutando del momento, con los ojos cerrados y sintiendo el frio en su piel, se mantuvo quieta durante algunos segundos sin embargo una cierta incomodidad se apodero del ambiente, su cuerpo comenzó a sentirse pesado sin saber porque y abrió los ojos buscando al juez entre los arboles, pero el ya no estaba cerca, solamente quedaba el silencioso bosque que la rodeaba y una mano putrefacta sala del lago y la rodeaba por los pies….
Un grito desgarrador salió de su garganta y gracias a un reflejo desesperado termino por caer al agua , hundida en la desesperación lanzaba brazadas al azar tratando de mantenerse a flote y al mismo tiempo alejar aquella cosa que se aferraba a ella, sin embargo el miedo la había descontrolado y no lograba salir del agua, aquel ser solamente la sostenía y aun en su cabeza sentía que quería ahogarla porque ¿Por qué otra cosa la tomaría de aquella manera?
- GAAAAAAAAAAL!!!!!-grito sin lograr terminar el nombre del juez, en esos momento era al único que podría ayudarle y aun siendo un muerto el que estuviese cerca tal vez de alguna manera podría salvarla pero, Galería parecía simplemente indiferente a lo que le sucediese
- Lena!!!!!-grito el espíritu enfurecido-este lugar es aburrido vamos a otro lado!!-ella solamente se limito a negar con la cabeza mientras miraba a su alrededor, en aquel lugar también había murtos pero no como los de la ciudad, había figuras pacificas que se jugaban con la naturaleza y saltaba bailando con las hojas de los arboles, al manos en el claro, lo que había mas allá… bien no quería ni imaginárselo, cerro los ojos mientras soltaba un pequeño suspiro, ahí estaría tranquila un rato-Ey!!!!! Estúpida hazme caso que el tiempo es dinero y aquí estamos perdiendo mucho oro!!!!-a excepción de aquel hombre que nunca dejaba de gritar
- Vamos Galería no seas amargado…-dijo mirando el agua la cual reflejaba su rostro en medio de una calma total, el fantasmas por su parte simplemente negó con la cabeza y se alejo flotando en el aire con una expresión amarga, Lena simplemente sonrió disfrutando del momento, con los ojos cerrados y sintiendo el frio en su piel, se mantuvo quieta durante algunos segundos sin embargo una cierta incomodidad se apodero del ambiente, su cuerpo comenzó a sentirse pesado sin saber porque y abrió los ojos buscando al juez entre los arboles, pero el ya no estaba cerca, solamente quedaba el silencioso bosque que la rodeaba y una mano putrefacta sala del lago y la rodeaba por los pies….
Un grito desgarrador salió de su garganta y gracias a un reflejo desesperado termino por caer al agua , hundida en la desesperación lanzaba brazadas al azar tratando de mantenerse a flote y al mismo tiempo alejar aquella cosa que se aferraba a ella, sin embargo el miedo la había descontrolado y no lograba salir del agua, aquel ser solamente la sostenía y aun en su cabeza sentía que quería ahogarla porque ¿Por qué otra cosa la tomaría de aquella manera?
- GAAAAAAAAAAL!!!!!-grito sin lograr terminar el nombre del juez, en esos momento era al único que podría ayudarle y aun siendo un muerto el que estuviese cerca tal vez de alguna manera podría salvarla pero, Galería parecía simplemente indiferente a lo que le sucediese
Lena Thompson Vilhjálmur- Hechicero/Realeza
- Mensajes : 135
Fecha de inscripción : 28/06/2011
Re: Muerte que vuelves (Privado)
Ahora estaba muy seguro del camino que había tomado, o eso creía, como fuera, sabía que estaba cerca de la laguna y de la nada, como siempre, le surgieron ganas de nadar, una vez más, había estado ahí en días anteriores con una gitana con la que ahora resultaba que se llevaba bastante bien. Caminó entre los árboles, bastante calmado para tratarse de él, se detenía a observar a algunos animales con curiosidad que rayaba en lo infantil, atrapó entre sus manos un saltamontes, lo miró por el pequeño hueco que dejaba entre sus manos que formaban esa jaula improvisada para el animal y luego lo soltó. Se empecinó con la idea de capturar una mariquita así que se puso a buscar una entre los árboles y el pasto descuidado que crecía más allá de la altura de su cintura, le gustaba la idea popular de que esos pequeños y rojos insectos traía buena suerte, finalmente encontró una, jugó con ella entre sus dedos y la soltó.
Así estuvo un buen rato, molestando liebres, correteándolas hasta que se escondían en su madriguera, sacudiendo árboles para que las aves salieran volando y él pudiera disfrutar de su travesía cruzando el opalino cielo veraniego. Definitivamente era fácil entretenerlo. Extrañó a su perro, pensó que hubiera sido buena idea llevarlo consigo, se encogió de hombros y se dijo que ya habría otra ocasión. Extrañamente estaba sosegado aquella tarde, no gritaba ni canturreaba y él mismo detuvo su marcha al darse cuenta de eso, no estaba perdido, no estaba hiperactivo.
Siguió su camino rumbo a la laguna cuando escuchó un grito desesperado. Emprendió una pequeña carrera en el poco tramo que le quedaba para llegar a su destino y vio a alguien manotear en el agua. Sin desprenderse de una sola prenda se lanzó para salvar a la pobre mujer.
Nadó rápidamente hasta donde estaba, que no era muy profundo, no se fijó en la identidad de la víctima, sólo quería sacarla. Se acercó y la rodeo por la cintura con un brazo para así los dos regresar a tierra firme pero al tratar de halarla se dio cuenta que algo la retenía, como si su pierna se hubiera atorado en un alga caprichosa que no quería soltarla. Deshizo el agarre y se introdujo bajo el agua para poder soltar el alga pero al no ver algo similar sonrió de lado y supo qué era. Susurró algo, aún bajo el agua y dio tremendo patadón a eso que asía con fuerza a la mujer, que finalmente estuvo libre y esta vez sí, la llevó hasta la orilla.
La dejó sobre la tierra mojada y la hierba mientras él se agachaba de modo que se podía sostener de sus rodillas, respiraba agitadamente, nadar no había representado gran ejercicio, había sido la liberación de la mujer de aquel ser lo que lo había agotado en verdad.
-Esas cosas… -dijo entrecortadamente –son peligrosas –logró hilar la idea completa pensando en que cómo era posible que algo así, un ser como ese hubiera querido tener contacto con alguien como ella que no era más que… alzó la mirada para ver y comprobar que era sólo una chica y que los espíritus no quieren contactar a las jovencitas comunes y corrientes nada más porque sí, pero su sorpresa fue ver que no era sólo una chica, él la conocía y se quedó atónito y sin palabras por alguna razón.
Así estuvo un buen rato, molestando liebres, correteándolas hasta que se escondían en su madriguera, sacudiendo árboles para que las aves salieran volando y él pudiera disfrutar de su travesía cruzando el opalino cielo veraniego. Definitivamente era fácil entretenerlo. Extrañó a su perro, pensó que hubiera sido buena idea llevarlo consigo, se encogió de hombros y se dijo que ya habría otra ocasión. Extrañamente estaba sosegado aquella tarde, no gritaba ni canturreaba y él mismo detuvo su marcha al darse cuenta de eso, no estaba perdido, no estaba hiperactivo.
Siguió su camino rumbo a la laguna cuando escuchó un grito desesperado. Emprendió una pequeña carrera en el poco tramo que le quedaba para llegar a su destino y vio a alguien manotear en el agua. Sin desprenderse de una sola prenda se lanzó para salvar a la pobre mujer.
Nadó rápidamente hasta donde estaba, que no era muy profundo, no se fijó en la identidad de la víctima, sólo quería sacarla. Se acercó y la rodeo por la cintura con un brazo para así los dos regresar a tierra firme pero al tratar de halarla se dio cuenta que algo la retenía, como si su pierna se hubiera atorado en un alga caprichosa que no quería soltarla. Deshizo el agarre y se introdujo bajo el agua para poder soltar el alga pero al no ver algo similar sonrió de lado y supo qué era. Susurró algo, aún bajo el agua y dio tremendo patadón a eso que asía con fuerza a la mujer, que finalmente estuvo libre y esta vez sí, la llevó hasta la orilla.
La dejó sobre la tierra mojada y la hierba mientras él se agachaba de modo que se podía sostener de sus rodillas, respiraba agitadamente, nadar no había representado gran ejercicio, había sido la liberación de la mujer de aquel ser lo que lo había agotado en verdad.
-Esas cosas… -dijo entrecortadamente –son peligrosas –logró hilar la idea completa pensando en que cómo era posible que algo así, un ser como ese hubiera querido tener contacto con alguien como ella que no era más que… alzó la mirada para ver y comprobar que era sólo una chica y que los espíritus no quieren contactar a las jovencitas comunes y corrientes nada más porque sí, pero su sorpresa fue ver que no era sólo una chica, él la conocía y se quedó atónito y sin palabras por alguna razón.
Invitado- Invitado
Re: Muerte que vuelves (Privado)
Se estaba riendo de ella, casi podía escucharlo burlarse a lo lejos mientras ella se movía frenéticamente en el agua tratando de salir, aquella cosa simplemente no quería dejarla ir, era como un alga que se enredaba cada mas a su alrededor, no sabia que era ni porque trataba de arrastrarla al fondo del lago, ni siquiera sabia porque tenia que ver a aquellas cosas terroríficas todo el tiempo, era como si algo en ella las llamase, igual que las abejas a la miel, a decir verdad jamás había encontrado a alguien que tuviese que sufrir la misma tortura y si lo hizo no lo recordaba
- AYUDA!!!!!...-alcanzo a decir mientras tomaba una bocanada de aire y se hundía por completo en las aguas oscuras, comenzó a rezar en su mente por que alguien le salvase, pero las cosas no parecían salirle jamás como ella quería ya que en el momento en que al parecer por obra de magia logro soltarse del agarre otras manos comenzaron a jalarla, pero ahora era diferente, no tenia aquella terrible sensación de desagrado y por unos segundos se calmo hasta que sus pulmones lograron llenarse nuevamente de aire, sin embargo su cuerpo aun no lograba asimilar que estaba fuera de peligro y unas lejanas palabras llegaron a ella, pelo la joven tenia el rostro desviado hacia el lado contrario de su salvador, miraba a lo lejos con la respiración entrecortada y el rostro mojado, ahí estaba el, parado delante de ella pero a una distancia considerable, tenia una sonrisa cínica en el rostro y la miraba fijamente- Galería??...-pregunto apenas en un suspiro mientras el fantasma levantaba la mano señalando al hombre que le acababa de salvar la vida
“Cuidado”
Dijo en un simple susurro sin dejar que su voz se escuchase a su alrededor, los ojos de la muchacha se abrieron de par en par y en un acto de reflejo levanto la mano que tenia mas cerca soltando un golpe al azar mientras un grito salía desde su garganta, galería le asustaba de nuevo y eso seguro que mínimo le había costado un moretón en la cara a aquel buen samaritano
- JAJAJAJAJA!!!! TE LO HAS CARGADO LENA!!!-soltó galería a lo lejos dejando oír su voz de una manera escandalosa y burlona, aquel pobre hombre acaba de sentir el puño de una mujer aterrorizada y eso seguro que no le caería bien, ya que si algo aprendió en aquella vida antes de la muerte fue a cuidarse de esa clase de mujeres… y también de las despechadas, esas eran las peores
- GALERIA!!!!!!-contesto enfada dirigiéndole una mala mirada al juez el cual simplemente se encogió de hombros como diciendo “Fuiste tu la que lo golpeo” ella negó con la cabeza y se volteo rápidamente cambiando su semblante a una de preocupación colocando sus manos sobre el agredido- Esta bien???-pregunto de algo alterada por lo que acababa de hacer, en especial porque había sido salvada minutos antes por aquel hombre
- AYUDA!!!!!...-alcanzo a decir mientras tomaba una bocanada de aire y se hundía por completo en las aguas oscuras, comenzó a rezar en su mente por que alguien le salvase, pero las cosas no parecían salirle jamás como ella quería ya que en el momento en que al parecer por obra de magia logro soltarse del agarre otras manos comenzaron a jalarla, pero ahora era diferente, no tenia aquella terrible sensación de desagrado y por unos segundos se calmo hasta que sus pulmones lograron llenarse nuevamente de aire, sin embargo su cuerpo aun no lograba asimilar que estaba fuera de peligro y unas lejanas palabras llegaron a ella, pelo la joven tenia el rostro desviado hacia el lado contrario de su salvador, miraba a lo lejos con la respiración entrecortada y el rostro mojado, ahí estaba el, parado delante de ella pero a una distancia considerable, tenia una sonrisa cínica en el rostro y la miraba fijamente- Galería??...-pregunto apenas en un suspiro mientras el fantasma levantaba la mano señalando al hombre que le acababa de salvar la vida
“Cuidado”
Dijo en un simple susurro sin dejar que su voz se escuchase a su alrededor, los ojos de la muchacha se abrieron de par en par y en un acto de reflejo levanto la mano que tenia mas cerca soltando un golpe al azar mientras un grito salía desde su garganta, galería le asustaba de nuevo y eso seguro que mínimo le había costado un moretón en la cara a aquel buen samaritano
- JAJAJAJAJA!!!! TE LO HAS CARGADO LENA!!!-soltó galería a lo lejos dejando oír su voz de una manera escandalosa y burlona, aquel pobre hombre acaba de sentir el puño de una mujer aterrorizada y eso seguro que no le caería bien, ya que si algo aprendió en aquella vida antes de la muerte fue a cuidarse de esa clase de mujeres… y también de las despechadas, esas eran las peores
- GALERIA!!!!!!-contesto enfada dirigiéndole una mala mirada al juez el cual simplemente se encogió de hombros como diciendo “Fuiste tu la que lo golpeo” ella negó con la cabeza y se volteo rápidamente cambiando su semblante a una de preocupación colocando sus manos sobre el agredido- Esta bien???-pregunto de algo alterada por lo que acababa de hacer, en especial porque había sido salvada minutos antes por aquel hombre
Lena Thompson Vilhjálmur- Hechicero/Realeza
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Fecha de inscripción : 28/06/2011
Re: Muerte que vuelves (Privado)
Aún trataba de juntar las piezas de ese rompecabezas pero la respiración agitada no le ayudaba en absoluto, su mente estaba hecha un lío, y eso era bastante decir considerando que de por sí ya era un lío, escuchaba a la mujer discutir con alguien y se preguntó si había una segunda persona que rescatar, miró de reojo la laguna que ahora estaba tranquila tras lo sucedido y no pudo ver a nadie, volteó hacia la mujer que acababa de salvar para preguntarle con quien hablaba pero a penas abrió la boca un golpe lo recibió, gracias a que el puñetazo estaba mal dirigido no sintió más que ardor momentáneo, pero eso sí, ayudó a sacudir su cerebro y que las ideas se le acomodaran.
-¡¿Qué diablos?! –alcanzó a decir irguiéndose y llevándose la mano al mentón, sobándose el sitio donde había sido golpeado-. Estoy bien, eso creo –luego respondió sacudiendo la cabeza como para despabilarse, eran demasiadas cosas en un periodo relativamente corto de tiempo-, ¿y tú? –parpadeó y la miró, por fin podía enfocar bien y pudo verla con claridad -¿con quién hablas? –luego cuestionó curioso otra vez mirando a todos lados tratando de encontrar a alguien más que no fueran ellos dos.
De lo que sí estaba seguro era de esa mano que había arrastrado a la joven hasta el fondo de la laguna, si no eras cuidadoso esas cosas podían ser peligrosas, él lo sabía bien, por fortuna estaba bien educado al respecto, aquello que susurró fue un antiguo hechizo druida (de su natal Gales) para repeler aquello seres que no eran de este plano, pero que tampoco podían acceder al siguiente, como si se hubieran quedado estancados. Por eso era tan bueno en el galés antiguo, la mayoría de los hechizos que sabía eran en ese idioma, magia celta de las raíces más profundas de su país de origen.
-¿Sabes qué fue eso que te atacó? –preguntó aunque él sí sabía, quería comprobar que tanto conocimiento tenía ella al respecto, posiblemente le había pasado antes y no tenía idea, él podía guiarla con eso, o sí sabía pero no tenía los medios para repeler ese tipo de encuentros.
Suspiró y sacudió la cabeza como perro mojado para secar su cabello que se le pegaba a la cabeza empapado, se desfajó la camisa y exprimió las orillas, hizo lo mismo con el pantalón y finalmente se quitó los zapatos porque parecía que nadaba en ellos. Miró el cielo soleado con una mano sobre sus ojos para hacerse sombra.
-Es una suerte que haya tanto sol –miró a la desconocida-, nos secaremos rápido –le sonrió de ese modo algo inquietante que sólo él podía ser capaz de hacer lucir al mismo tiempo tranquilizador, su sonrisa habitual. Se dejó caer sobre el césped y suspiró cerrando los ojos, como si tratara de serenarse tras lo sucedido, cosa que mentalmente también recomendaba a la chica, pues lo necesitaba.
-¡¿Qué diablos?! –alcanzó a decir irguiéndose y llevándose la mano al mentón, sobándose el sitio donde había sido golpeado-. Estoy bien, eso creo –luego respondió sacudiendo la cabeza como para despabilarse, eran demasiadas cosas en un periodo relativamente corto de tiempo-, ¿y tú? –parpadeó y la miró, por fin podía enfocar bien y pudo verla con claridad -¿con quién hablas? –luego cuestionó curioso otra vez mirando a todos lados tratando de encontrar a alguien más que no fueran ellos dos.
De lo que sí estaba seguro era de esa mano que había arrastrado a la joven hasta el fondo de la laguna, si no eras cuidadoso esas cosas podían ser peligrosas, él lo sabía bien, por fortuna estaba bien educado al respecto, aquello que susurró fue un antiguo hechizo druida (de su natal Gales) para repeler aquello seres que no eran de este plano, pero que tampoco podían acceder al siguiente, como si se hubieran quedado estancados. Por eso era tan bueno en el galés antiguo, la mayoría de los hechizos que sabía eran en ese idioma, magia celta de las raíces más profundas de su país de origen.
-¿Sabes qué fue eso que te atacó? –preguntó aunque él sí sabía, quería comprobar que tanto conocimiento tenía ella al respecto, posiblemente le había pasado antes y no tenía idea, él podía guiarla con eso, o sí sabía pero no tenía los medios para repeler ese tipo de encuentros.
Suspiró y sacudió la cabeza como perro mojado para secar su cabello que se le pegaba a la cabeza empapado, se desfajó la camisa y exprimió las orillas, hizo lo mismo con el pantalón y finalmente se quitó los zapatos porque parecía que nadaba en ellos. Miró el cielo soleado con una mano sobre sus ojos para hacerse sombra.
-Es una suerte que haya tanto sol –miró a la desconocida-, nos secaremos rápido –le sonrió de ese modo algo inquietante que sólo él podía ser capaz de hacer lucir al mismo tiempo tranquilizador, su sonrisa habitual. Se dejó caer sobre el césped y suspiró cerrando los ojos, como si tratara de serenarse tras lo sucedido, cosa que mentalmente también recomendaba a la chica, pues lo necesitaba.
Invitado- Invitado
Re: Muerte que vuelves (Privado)
El rostro de preocupación de la joven se suavizo al escuchar que su salvador se encontraba bien, pero no desapareció por completo hasta centrarse en los rasgos de aquel hombre, había algo en el que se le hacía muy conocido y sin embargo no podía decir con exactitud a que se debía ese hecho, sus manos viajaron lentamente hasta sus propios labios dándose cuenta de que había cometido una terrible indiscreción, ella no era total y completamente consiente de su condición de bruja de los problemas que este podrían traerle, sin embargo gracias a alguien muy cercano a ella tenía la certeza de que su don no era algo común y mucho menos aceptado por la sociedad francesa, es más, ni siquiera estaba segura de que fuese aceptada en algún lugar del mundo, había visto muchas veces en las que cosas tan insignificantes como el sexo, las clases sociales, el color de piel, o un simple desacuerdo verbal habían traído desgracia y muerte a millones de personas
- Mi nombre es Lena, Lena Thompson hija de Patrick Thompson y Charlotte Van Der Wood-Se había presentado de una manera cortes y breve omitiendo todo el árbol genealógico y los nueve nombres que sus progenitores le otorgaron a parte de Lena, así como los demás que ellos poseyeron-Hablaba conmigo misma, a veces suelo pensar en voz alta, es una costumbre que e adquirido atreves del tiempo, lamento si le incomode con mi falta de respeto hacia su persona y prometo que no volverá a suceder-su voz se enfrió justo en el momento en el que comenzó a hablar recobrando el tono y lenguaje que su posición le exigía, mostrando un expresión calmada que muchas veces denotaba indiferencia y sin bajar ni un segundo la mirada- Lo lamento, pero ignoro qué fue lo que trato de atraparme en el lago, lo único que sé, es que jamás volveré a acercarme a el-comento de manera distante pero denotando una cierta verdad en sus palabras.
Rápidamente, los ojos de la chica de dirigieron hacia el cielo sintiendo las ropas mojadas sobre su piel, por suerte aquel día había escogido ropas con tonos lo suficientemente oscuros como para que después de ser bañada en agua las telas no mostraran más de lo que debían mientras sus manos se dirigían hacia su peinado, si dejaba así su cabello seguramente en un rato olería mal. Nuevamente poso una furtiva mirada sobre su acompañante, la expresión despreocupada de aquella persona le hacía sentir bien y al mismo tiempo le traían un sentimiento de nostalgia que no estaba segura de donde provenía.
Suspiro durante lentamente mientras trataba de encontrar aquello que le le parecía tan familiar en aquel hombre, se veía mayos que ella, aunque no es que ella en realidad fuese tan pequeña, al contrario solamente era gracias a su corta altura por lo que se mantenía con aquella imagen de niña. Ladeo la cabeza mientras seguía buscando su voz era completamente natural y desinhibida como la de algunas persona que conoció durante su niñez…
- Disculpe, le conozco de algún lado??-pregunto inocente mientras trataba de desenredar su pelo por completo, la ropa le parecía cada vez más incómoda debido al peso pero era algo que no se podía evitar
- Mi nombre es Lena, Lena Thompson hija de Patrick Thompson y Charlotte Van Der Wood-Se había presentado de una manera cortes y breve omitiendo todo el árbol genealógico y los nueve nombres que sus progenitores le otorgaron a parte de Lena, así como los demás que ellos poseyeron-Hablaba conmigo misma, a veces suelo pensar en voz alta, es una costumbre que e adquirido atreves del tiempo, lamento si le incomode con mi falta de respeto hacia su persona y prometo que no volverá a suceder-su voz se enfrió justo en el momento en el que comenzó a hablar recobrando el tono y lenguaje que su posición le exigía, mostrando un expresión calmada que muchas veces denotaba indiferencia y sin bajar ni un segundo la mirada- Lo lamento, pero ignoro qué fue lo que trato de atraparme en el lago, lo único que sé, es que jamás volveré a acercarme a el-comento de manera distante pero denotando una cierta verdad en sus palabras.
Rápidamente, los ojos de la chica de dirigieron hacia el cielo sintiendo las ropas mojadas sobre su piel, por suerte aquel día había escogido ropas con tonos lo suficientemente oscuros como para que después de ser bañada en agua las telas no mostraran más de lo que debían mientras sus manos se dirigían hacia su peinado, si dejaba así su cabello seguramente en un rato olería mal. Nuevamente poso una furtiva mirada sobre su acompañante, la expresión despreocupada de aquella persona le hacía sentir bien y al mismo tiempo le traían un sentimiento de nostalgia que no estaba segura de donde provenía.
Suspiro durante lentamente mientras trataba de encontrar aquello que le le parecía tan familiar en aquel hombre, se veía mayos que ella, aunque no es que ella en realidad fuese tan pequeña, al contrario solamente era gracias a su corta altura por lo que se mantenía con aquella imagen de niña. Ladeo la cabeza mientras seguía buscando su voz era completamente natural y desinhibida como la de algunas persona que conoció durante su niñez…
- Disculpe, le conozco de algún lado??-pregunto inocente mientras trataba de desenredar su pelo por completo, la ropa le parecía cada vez más incómoda debido al peso pero era algo que no se podía evitar
Lena Thompson Vilhjálmur- Hechicero/Realeza
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Re: Muerte que vuelves (Privado)
Se dejó caer en la hierba, ahí se quedó sentado aunque no pudo evitar notar cómo lo observaba la chica, como si tratara de leer algo escrito en su frente, incluso se llevó una mano para ver si de hecho no tenía tinta corrida por el agua en el rostro. Estaba observando la palma de su mano cuando su atención fue llamada por la joven que acababa de salvar, la escuchó y le sonrió ante su presentación tan formal.
-Yo soy Týr –dijo sin más, nunca había sido bueno dando discursos sobre quién era y cuál era su origen aunque estaba al tanto que el apellido Sèitheach no era tan desconocido, ya fuera en la alta sociedad por la fortuna que la antigua familia galesa amasaba o en el mundo mágico, por la tradición que el apellido implicaba, pero a él le daba igual. Arqueó una ceja cuando ella continuó hablándole, no le creía, por alguna razón no le creía, en parte porque podía sentir la magia de la chica, Lena había dicho que se llamaba, su magia estaba inquieta por lo que acababa de pasar y por eso le resultaba más fácil sentirla.
-No hay problema –le sonrió sincero aunque aún no entendía que la conducía a mentirle sobre su naturaleza, sabía que las buenas conciencias de la ciudad francesa no veían con buenos ojos a la gente que era diferente. Le habían enseñado desde pequeño a portar con orgullo su poder, pero a ser discreto al mismo tiempo, por eso su familia se dedicaba al comercio de arte, era una fachada perfecta para continuar con las prácticas que eran tachadas de obscuras, más esa habilidad de los Sèitheach tan suya, la Nigromancia, cuando era instruido se le explicó lo obscuro que aquello resultaba, sin embargo, con otros brujos Týr podía hablar de su magia sin ningún problema, no sabía por qué Lena no, por qué prefería callar al respecto.
Él la miraba con curiosidad por ese hecho, pero ella parecía tener sus propias razones para mirarlo del mismo modo. Torció el ceño de forma extraña y estuvo a punto de preguntar cuando ella misma formuló la cuestión. No sabía, sin embargo, que Týr era pésimo para recordar nombres, lugares, fechas… básicamente para recordar todo lo que no fusen hechizos y datos sobre arte. Se encogió de hombros.
-Es probable, ¿has estado en el norte de Gales? –dijo, pudo haberla conocido en su ciudad natal, pero luego recordó que llevaba más de 10 años viajando, pudieron toparse en cualquier punto del globo eso hacía más complicado el asunto de rastrear el dato de en dónde y bajo qué circunstancias se conocieron, si era que de hecho se conocían-, no importa –dijo luego, tratando de hacer memoria sobre el nombre con el que ella se había presentado-, entonces… Lena –le habló con familiaridad porque ese era él -¿segura que eso no te había pasado antes?, creo saber qué fue y… bueno, no pareces una completa inexperta en el área –le dijo con tono suspicaz, seguro como pocas veces, convencido que ella, como él, era parte de la población mágica.
-Yo soy Týr –dijo sin más, nunca había sido bueno dando discursos sobre quién era y cuál era su origen aunque estaba al tanto que el apellido Sèitheach no era tan desconocido, ya fuera en la alta sociedad por la fortuna que la antigua familia galesa amasaba o en el mundo mágico, por la tradición que el apellido implicaba, pero a él le daba igual. Arqueó una ceja cuando ella continuó hablándole, no le creía, por alguna razón no le creía, en parte porque podía sentir la magia de la chica, Lena había dicho que se llamaba, su magia estaba inquieta por lo que acababa de pasar y por eso le resultaba más fácil sentirla.
-No hay problema –le sonrió sincero aunque aún no entendía que la conducía a mentirle sobre su naturaleza, sabía que las buenas conciencias de la ciudad francesa no veían con buenos ojos a la gente que era diferente. Le habían enseñado desde pequeño a portar con orgullo su poder, pero a ser discreto al mismo tiempo, por eso su familia se dedicaba al comercio de arte, era una fachada perfecta para continuar con las prácticas que eran tachadas de obscuras, más esa habilidad de los Sèitheach tan suya, la Nigromancia, cuando era instruido se le explicó lo obscuro que aquello resultaba, sin embargo, con otros brujos Týr podía hablar de su magia sin ningún problema, no sabía por qué Lena no, por qué prefería callar al respecto.
Él la miraba con curiosidad por ese hecho, pero ella parecía tener sus propias razones para mirarlo del mismo modo. Torció el ceño de forma extraña y estuvo a punto de preguntar cuando ella misma formuló la cuestión. No sabía, sin embargo, que Týr era pésimo para recordar nombres, lugares, fechas… básicamente para recordar todo lo que no fusen hechizos y datos sobre arte. Se encogió de hombros.
-Es probable, ¿has estado en el norte de Gales? –dijo, pudo haberla conocido en su ciudad natal, pero luego recordó que llevaba más de 10 años viajando, pudieron toparse en cualquier punto del globo eso hacía más complicado el asunto de rastrear el dato de en dónde y bajo qué circunstancias se conocieron, si era que de hecho se conocían-, no importa –dijo luego, tratando de hacer memoria sobre el nombre con el que ella se había presentado-, entonces… Lena –le habló con familiaridad porque ese era él -¿segura que eso no te había pasado antes?, creo saber qué fue y… bueno, no pareces una completa inexperta en el área –le dijo con tono suspicaz, seguro como pocas veces, convencido que ella, como él, era parte de la población mágica.
Invitado- Invitado
Re: Muerte que vuelves (Privado)
“Yo soy Týr”
Escuchando aquella voz y viendo su relajada expresión, los hombros de Lena comenzaron a destensarse poco a poco, nuevamente se llevó una mano al mentón pensando en donde podría haber escuchado aquel nombre tan conocido, obviamente viniendo de Inglaterra no pudo ser en su propia tierra, pero ella viajo por muchos lugares durante toda su niñez y conoció a mucha gente gracias a los negocios que mes con mes sus padres cerraban en el extranjero, ella y su hermana mayor había viajado a muchos sitios sin embargo aunque era muy unidas no siempre estaban juntas, ella solía ir con su padre y Rouge viajaba con su madre, este acuerdo había sido escogido por afinidad, Lena adoraba los viajes con Lord Patrick, siempre eran a lugares exóticos y con un patrimonio cultural exquisito, él fue un comerciante de arte reconocido durante su vida y cuando murió muchos de sus clientes y socios intentaron contactar con ella para continuar el contacto y obtener ganancias, al darse cuenta de que la gran mayoría eran reuniones de interés monetario decidió alejase de cualquiera que se hiciese llamar “Amigo de su padre” aun cuando en el proceso había rechazado a muchos verdaderos amigos de él, por el contrario los viajes con su madre eran siempre diplomáticos y de placer, ella fue embajadora del reino por un tiempo, la única mujer, Lena estaba y seguiría estando orgullosa de su madre hasta la muerte.
- Probablemente cuando era niña, no lo recuerdo muy bien fue hace mucho tiempo, pero mi padre era comerciante así que realizamos muchos viajes so diversas partes del mundo, recuerdo algunos lugares pero no sus nombres Monsieur yo… no recuerdo mucho de ese entonces-explico inmediatamente claro, ella tenía doce a los cuando sus padres murieron y también cuando realizaron sus últimos viajes, además, por culpa de las circunstancias fatídicas que rodearon su partida de este mundo ella había comenzado a olvidar poco a poco todo lo relacionado con aquellos tiempos, simplemente se negaba a sentir cualquier tipo de dolor que pudiese afectarla, estaba bloqueando todo aquello que le fuese perjudicial y eso estaba funcionando así que no sintió la necesidad de mantener nada que no fuese la simple imagen de su familia sonriente y sus voces felices, nada más, ni experiencias ni objetos, solo…una dulce imagen
- Oh Monsieur, si lo supiera se lo diría yo… no tengo idea de que era aquello-comento desviando la mirada hacia las aguas turbias, ella en realidad no tenia idea de lo que trato de ahogarla, sabía que debía tratarse de alguna criatura sobrenatural sin embargo no estaba segura de que se tratase siquiera de un fantasma como lo que acostumbraba ver…- yo no… soy una inexperta en realidad e escuchado hablar mucho de espíritus errantes y seres de otros planos…-su rostro no mostraba mucha expresión al hablar pero aun así buscaba las palabras exactas para poder referirse a su don sin que se escuchase sospechoso, a ella no le gustaban los problemas, era un persona aburridamente convencional- mi nana… era aficionada a esas cosas ella…murió en la quemada cuando yo tenía diez años por embrujar a un noble para obtener sus pertenencias…-comento con franqueza sin que la declaración le afectara demasiado, en realidad también aquello era verdad solo que jamás tuvo demasiado contacto con la mujer como para sentirse mal por ella y aun cuando algo de lastima y tristeza la inundo mal saber la noticia lo dejo pasar rápidamente, aquellas cosas eran comunes por esos tiempos, incluso gente que probablemente jamás escucho la palabra brujería había muerto a manos de un verdugo solo por codicia, obviamente se trataba de gente rica cuyas propiedades eran codiciadas por algún miembro influyente de la sociedad, la manera más fácil de obtener algún beneficio sin luchar, la ley no era justa, en especial con aquellos menos afortunados, si mirabas a fondo, pedir un poco de igualdad sonaba descabellado, negó con la cabeza soltando una pequeña sonrisa mientras bajaba la cabeza- demasiada información tal vez?-pregunto tratando de evitar cualquier malestar en su acompañante, parecía una persona enérgica a diferencia de ella que se estaba volviéndome algo amargada después de un mal encuentro hacia días, probablemente pasaría pronto…esperaba
- Probablemente cuando era niña, no lo recuerdo muy bien fue hace mucho tiempo, pero mi padre era comerciante así que realizamos muchos viajes so diversas partes del mundo, recuerdo algunos lugares pero no sus nombres Monsieur yo… no recuerdo mucho de ese entonces-explico inmediatamente claro, ella tenía doce a los cuando sus padres murieron y también cuando realizaron sus últimos viajes, además, por culpa de las circunstancias fatídicas que rodearon su partida de este mundo ella había comenzado a olvidar poco a poco todo lo relacionado con aquellos tiempos, simplemente se negaba a sentir cualquier tipo de dolor que pudiese afectarla, estaba bloqueando todo aquello que le fuese perjudicial y eso estaba funcionando así que no sintió la necesidad de mantener nada que no fuese la simple imagen de su familia sonriente y sus voces felices, nada más, ni experiencias ni objetos, solo…una dulce imagen
- Oh Monsieur, si lo supiera se lo diría yo… no tengo idea de que era aquello-comento desviando la mirada hacia las aguas turbias, ella en realidad no tenia idea de lo que trato de ahogarla, sabía que debía tratarse de alguna criatura sobrenatural sin embargo no estaba segura de que se tratase siquiera de un fantasma como lo que acostumbraba ver…- yo no… soy una inexperta en realidad e escuchado hablar mucho de espíritus errantes y seres de otros planos…-su rostro no mostraba mucha expresión al hablar pero aun así buscaba las palabras exactas para poder referirse a su don sin que se escuchase sospechoso, a ella no le gustaban los problemas, era un persona aburridamente convencional- mi nana… era aficionada a esas cosas ella…murió en la quemada cuando yo tenía diez años por embrujar a un noble para obtener sus pertenencias…-comento con franqueza sin que la declaración le afectara demasiado, en realidad también aquello era verdad solo que jamás tuvo demasiado contacto con la mujer como para sentirse mal por ella y aun cuando algo de lastima y tristeza la inundo mal saber la noticia lo dejo pasar rápidamente, aquellas cosas eran comunes por esos tiempos, incluso gente que probablemente jamás escucho la palabra brujería había muerto a manos de un verdugo solo por codicia, obviamente se trataba de gente rica cuyas propiedades eran codiciadas por algún miembro influyente de la sociedad, la manera más fácil de obtener algún beneficio sin luchar, la ley no era justa, en especial con aquellos menos afortunados, si mirabas a fondo, pedir un poco de igualdad sonaba descabellado, negó con la cabeza soltando una pequeña sonrisa mientras bajaba la cabeza- demasiada información tal vez?-pregunto tratando de evitar cualquier malestar en su acompañante, parecía una persona enérgica a diferencia de ella que se estaba volviéndome algo amargada después de un mal encuentro hacia días, probablemente pasaría pronto…esperaba
Lena Thompson Vilhjálmur- Hechicero/Realeza
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Fecha de inscripción : 28/06/2011
Re: Muerte que vuelves (Privado)
Atento como pocas veces, escuchó lo que la chica le decía. Se acomodó sobre el pasto en posición de flor de loto y tomó la punta de sus pies en una actitud que lo hacía lucir como un niño, casi arañaba los 30 años pero por su misma forma de ser, sus mismas actitudes y ademanes, aparentaba menos edad. Se encogió de hombros, pudieron haberse conocido, pudieron haberlo no hecho, el mundo era muy grande y lleno de gente, pero también el destino solía ser caprichoso y te hacía toparte con personas del pasado en una latitud completamente diferente, para bien o para mal.
-Entonces tuviste suerte de que yo estuviera cerca –apuntó mirando las nubes moverse con el viento, con gesto ausente, aunque ahora le creía, su voz sonaba convencida, no tenía idea de lo que había pasado. Cayó en cuenta que no todo los poseedores de magia provenían de una familia antigua que se dedicaba a cultivar sus poderes, con anterioridad ya se había topado con gente que gozaba de maravillosos poderes y que no estaban al tanto de ellos, o de su verdadero alcance, le dedicó otra mirada cuando ella siguió hablando, arqueando una ceja conforme sus palabras iban avanzando. A pesar de que la breve historia era terrible, Týr no se inmutó.
Se le había advertido desde que era un niño que debía cuidarse, que la gente solía temer a lo desconocido y que ellos, como brujos, eran una minoría con habilidades envidiables, que a cualquier provocación la sociedad, guiada por los líderes así llamados “espirituales”, arremeterían contra esos que son pocos y representan una amenaza. La gente con magia caía en esa categoría, lo sabía, lo había escuchado, lo había visto, y aunque algo dolió un poco al saber que otra más de los suyos había sido ejecutada, en realidad carecía de importancia.
Los Sèitheach habían refinado y perfeccionado su máscara ante la sociedad al pasar de los siglos, como familia adinerada de un pueblo costumbrista en Gales, asistían a misa puntualmente, donaban a la iglesia, tenían buena relación con los clérigos, cuando en realidad sus creencias seguían siendo aquellas de la edad de piedra, el venerar a la naturaleza y a dioses por la mayoría olvidados, seguían siendo druidas, su propia magia ahí echaba raíces.
-No, no, está bien, supongo –negó con la cabeza y la miró de frente, su sonrisa regresó a su rostro, su sello personal-, pero creo que deberías estar mejor enterada sobre estas cosas –habló firme, aunque su tono, como siempre, era raudo y baladí, se puso de pie de un salto, la ropa mojada aún se pegaba a su cuerpo, y se acercó a ella, tanto que parecía querer besarla, aunque ese era él, traicionando por completo las barreras del denominado “espacio personal” –estoy seguro que sabes que no eres como el resto, que, como tu nana, tal vez –dudó, pues cabía la posibilidad de que la mujer de la que ella había hablado fuese una charlatana, de esos había muchos, que se aprovechaban de la ignorancia de la gente –tienes un don, y eso que pasó allá –señaló con el brazo muy recto la laguna –es parte de… sólo hace falta entrenar tus habilidades para que las domines y ellas no te dominen a ti.
Ugh, había sonado como su padre y sus tutores, pero ahora que se lo decía a alguien más se daba cuenta de cuánta razón tenían, giró el rostro en dirección al agua, las ondas aún se movían caudalosamente, más como un remanente de lo que había pasado que como acción de eso que la había atacado, el hechizo que había proferido era poderoso, ese pobre ser no tendría ganas de regresar por ahí en un tiempo. Volvió a girar la verla a los ojos, sus rostros a un palmo de distancia.
-¿No lo crees? –la pregunta sonó descontextualizada, le estaba preguntando su opinión sobre cualquier cosa, no importaba. Su sonrisa de par en par podía ser dos cosas, la de un maldito maniático o la de alguien con verdaderas buenas intenciones. La cosa con Týr era que, se trataba de ambas cosas.
-Entonces tuviste suerte de que yo estuviera cerca –apuntó mirando las nubes moverse con el viento, con gesto ausente, aunque ahora le creía, su voz sonaba convencida, no tenía idea de lo que había pasado. Cayó en cuenta que no todo los poseedores de magia provenían de una familia antigua que se dedicaba a cultivar sus poderes, con anterioridad ya se había topado con gente que gozaba de maravillosos poderes y que no estaban al tanto de ellos, o de su verdadero alcance, le dedicó otra mirada cuando ella siguió hablando, arqueando una ceja conforme sus palabras iban avanzando. A pesar de que la breve historia era terrible, Týr no se inmutó.
Se le había advertido desde que era un niño que debía cuidarse, que la gente solía temer a lo desconocido y que ellos, como brujos, eran una minoría con habilidades envidiables, que a cualquier provocación la sociedad, guiada por los líderes así llamados “espirituales”, arremeterían contra esos que son pocos y representan una amenaza. La gente con magia caía en esa categoría, lo sabía, lo había escuchado, lo había visto, y aunque algo dolió un poco al saber que otra más de los suyos había sido ejecutada, en realidad carecía de importancia.
Los Sèitheach habían refinado y perfeccionado su máscara ante la sociedad al pasar de los siglos, como familia adinerada de un pueblo costumbrista en Gales, asistían a misa puntualmente, donaban a la iglesia, tenían buena relación con los clérigos, cuando en realidad sus creencias seguían siendo aquellas de la edad de piedra, el venerar a la naturaleza y a dioses por la mayoría olvidados, seguían siendo druidas, su propia magia ahí echaba raíces.
-No, no, está bien, supongo –negó con la cabeza y la miró de frente, su sonrisa regresó a su rostro, su sello personal-, pero creo que deberías estar mejor enterada sobre estas cosas –habló firme, aunque su tono, como siempre, era raudo y baladí, se puso de pie de un salto, la ropa mojada aún se pegaba a su cuerpo, y se acercó a ella, tanto que parecía querer besarla, aunque ese era él, traicionando por completo las barreras del denominado “espacio personal” –estoy seguro que sabes que no eres como el resto, que, como tu nana, tal vez –dudó, pues cabía la posibilidad de que la mujer de la que ella había hablado fuese una charlatana, de esos había muchos, que se aprovechaban de la ignorancia de la gente –tienes un don, y eso que pasó allá –señaló con el brazo muy recto la laguna –es parte de… sólo hace falta entrenar tus habilidades para que las domines y ellas no te dominen a ti.
Ugh, había sonado como su padre y sus tutores, pero ahora que se lo decía a alguien más se daba cuenta de cuánta razón tenían, giró el rostro en dirección al agua, las ondas aún se movían caudalosamente, más como un remanente de lo que había pasado que como acción de eso que la había atacado, el hechizo que había proferido era poderoso, ese pobre ser no tendría ganas de regresar por ahí en un tiempo. Volvió a girar la verla a los ojos, sus rostros a un palmo de distancia.
-¿No lo crees? –la pregunta sonó descontextualizada, le estaba preguntando su opinión sobre cualquier cosa, no importaba. Su sonrisa de par en par podía ser dos cosas, la de un maldito maniático o la de alguien con verdaderas buenas intenciones. La cosa con Týr era que, se trataba de ambas cosas.
Invitado- Invitado
Re: Muerte que vuelves (Privado)
Ladeo la cabeza sonriendo un poco mientras intentaba desenredarse el cabello el cual aún mojado se encaprichaba en amarrarse el solo, aquel hombre se comportaba de formas raras como si aquella apariencia madura fuese solo producto de algún viejo hechizo celta y en realidad se tratase de un niño atrapado en el cuerpo de un adulto, si esa incluso podría ser una opción ya que ella aun no tenía la fortaleza suficiente para sentir cuando un verdadero hechizo caía sobre alguien, sin embargo desecho la idea casi inmediatamente ya que aun cuando sus actitudes dijesen otra cosa sus palabras parecían lo bastante adultas como para no desentonar con él, probablemente solo era una persona demasiado traviesa, se dijo a si misma mientras miraba el cielo hacia donde el señalaba sin ver realmente algo ahí, como siempre ella terminaba haciendo lo que los demás decían, juraba haber perdido aquella costumbre sin embargo de vez en cuando regresaba, a veces dándole un buen rato y otras metiéndola en un buen lio, a ella le gustaba escuchar a la razón pero normalmente no daba razones al que más sabia sino a quien más gritaba, por ello estaba atorada en aquella incipiente y extraña relación con un muerto que la veía como un juguete, sus labios se torcieron levemente mientras miraba con indiferencia al vacío al pensar que en realidad no le importaba en lo más mínimo si Galería se creía el rey del mundo o lo que sea, mientras la complaciese de vez en cuando dándole algunas pistas sobre el paradero de su hermana la forma en la que hablase o se comportase aquel juez avaro no era su problema
- Eso se puede entrenar?-pregunto refiriéndose a su magia como si se tratara de un “algo” que tal vez podría estar vivo o tal vez no, como si fuese una cosa extraña y atemorizante, había contestado sin pensarlo de todas formas así que cuando se dio cuenta ya había cometido la primera gran indiscreción del día, negó para ella mima pensando que realmente daba igual, Týr parecía de confianza, aunque un poco demasiado disperso a la hora de centrarse, también noto algo en aquel extraño personaje, era que aquel hombre no conocía aquello llamado espacio personal, en algún otro tiempo le habría molestado sentirse invadida pero había tenido más cerca a cosas más desagradables que el amable Týr, los muertos no siempre se presentaban en formas hermosas mientras ella se encontraba a solas, muchas veces, en medio de un baile se había encontrado con cadáveres putrefactos que nadie más podía ver colgados sobre sus hombros y hablándole al oído mientras suplicaban por su ayuda, aunque ella respetaba mucho el de los demás ella sin embargo no tenía algo que pudiese llamar “su” espacio personal-Dominarme a mi…-repitió en voz baja mientras soltaba una pequeña y casi imperceptible sonrisa, probablemente desde que aparecieron no hacían más que jugar con su vida, desde aquella primera noche en la que aparecieron frente a sus ojos los fantasmas de sus familiares muertos y los cuerpos destrozados de las personas que alguna vez habitaron sus tierras no había logrado tener un minuto de descanso total siendo atormentada inclusive dentro de sus sueños en los cuales desfilaban los años en vida de aquellos habitantes del limbo
Levanto el rostro mirando fijamente el rostro de su acompañante procesando lo que le había dicho, tal vez después de tanto tiempo podría descansar tranquila sin el temor de maldecir a alguien con unas cuantas palabras de las cuales no era consciente de su poder, aquella persona parecía increíblemente confiable a pesar de lo increíblemente difusa que le pareció al principio.
- Si es…si eres capaz de mostrarme como controlar esto puedo darte lo que quieras…-murmuro bajando un poco la vista como si lo pensase algunos momentos y luego la levanto de manera completamente decidida- Si tu logras que controle esto puedo regalarte mi mansión y toda mi fortuna…-exclamo ahora fuerte y claro, sin embargo antes de completar la propuesta las ramas de los arboles alrededor se quebraron de manera estruendosa cayendo como piedras hacia el suelo
- NO SEAS TONTA EL MIENTE!!!!!!!!-grito el fantasma a su lado, Galería mantenía la mirada fija en Týr con los ojos chispeando y el rostro marcado por la ira- ES UNA TRAMPA, EL TRATA DE ATRAPARTE, TRATA DE LLEVARTE LEJOS!!!!!-continuo vociferando logrando que lena girara la vista súbitamente hacia su acompañante y retrocediera dos pasos lejos de su brujo salvador, mirando en el rostro empapado de su acompañante, Galería tenia instintos tremendamente agudos y de vez n cuando la ayudaba cuando notaba que las cosas iban demasiado mal o ponían en riesgo su vida aun cuando el mismo solía meterla en un sinfín de problemas, por otro lado Týr no parecía un mentiroso en absoluto entonces ¿Por qué Galería parecía tan preocupado?- ACASO QUIERES QUE TE OCURRA LO MISMO QUE A TU NANA???-vocifero al notar la duda en su usuaria y nuevamente a su alrededor las ramas de los árboles se quebraron y los pájaros volaron lejos del lugar, mientras el aire comenzaba a sentirse pesado... Poltergeist
- Eso se puede entrenar?-pregunto refiriéndose a su magia como si se tratara de un “algo” que tal vez podría estar vivo o tal vez no, como si fuese una cosa extraña y atemorizante, había contestado sin pensarlo de todas formas así que cuando se dio cuenta ya había cometido la primera gran indiscreción del día, negó para ella mima pensando que realmente daba igual, Týr parecía de confianza, aunque un poco demasiado disperso a la hora de centrarse, también noto algo en aquel extraño personaje, era que aquel hombre no conocía aquello llamado espacio personal, en algún otro tiempo le habría molestado sentirse invadida pero había tenido más cerca a cosas más desagradables que el amable Týr, los muertos no siempre se presentaban en formas hermosas mientras ella se encontraba a solas, muchas veces, en medio de un baile se había encontrado con cadáveres putrefactos que nadie más podía ver colgados sobre sus hombros y hablándole al oído mientras suplicaban por su ayuda, aunque ella respetaba mucho el de los demás ella sin embargo no tenía algo que pudiese llamar “su” espacio personal-Dominarme a mi…-repitió en voz baja mientras soltaba una pequeña y casi imperceptible sonrisa, probablemente desde que aparecieron no hacían más que jugar con su vida, desde aquella primera noche en la que aparecieron frente a sus ojos los fantasmas de sus familiares muertos y los cuerpos destrozados de las personas que alguna vez habitaron sus tierras no había logrado tener un minuto de descanso total siendo atormentada inclusive dentro de sus sueños en los cuales desfilaban los años en vida de aquellos habitantes del limbo
Levanto el rostro mirando fijamente el rostro de su acompañante procesando lo que le había dicho, tal vez después de tanto tiempo podría descansar tranquila sin el temor de maldecir a alguien con unas cuantas palabras de las cuales no era consciente de su poder, aquella persona parecía increíblemente confiable a pesar de lo increíblemente difusa que le pareció al principio.
- Si es…si eres capaz de mostrarme como controlar esto puedo darte lo que quieras…-murmuro bajando un poco la vista como si lo pensase algunos momentos y luego la levanto de manera completamente decidida- Si tu logras que controle esto puedo regalarte mi mansión y toda mi fortuna…-exclamo ahora fuerte y claro, sin embargo antes de completar la propuesta las ramas de los arboles alrededor se quebraron de manera estruendosa cayendo como piedras hacia el suelo
- NO SEAS TONTA EL MIENTE!!!!!!!!-grito el fantasma a su lado, Galería mantenía la mirada fija en Týr con los ojos chispeando y el rostro marcado por la ira- ES UNA TRAMPA, EL TRATA DE ATRAPARTE, TRATA DE LLEVARTE LEJOS!!!!!-continuo vociferando logrando que lena girara la vista súbitamente hacia su acompañante y retrocediera dos pasos lejos de su brujo salvador, mirando en el rostro empapado de su acompañante, Galería tenia instintos tremendamente agudos y de vez n cuando la ayudaba cuando notaba que las cosas iban demasiado mal o ponían en riesgo su vida aun cuando el mismo solía meterla en un sinfín de problemas, por otro lado Týr no parecía un mentiroso en absoluto entonces ¿Por qué Galería parecía tan preocupado?- ACASO QUIERES QUE TE OCURRA LO MISMO QUE A TU NANA???-vocifero al notar la duda en su usuaria y nuevamente a su alrededor las ramas de los árboles se quebraron y los pájaros volaron lejos del lugar, mientras el aire comenzaba a sentirse pesado... Poltergeist
Lena Thompson Vilhjálmur- Hechicero/Realeza
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