Una noche enmovimiento, lección 1 [Cassius de Beaumaris]

Mientras caminaba por las calles de París, rumbo al cementerio, Cassius se preguntaba si habría hecho lo correcto al buscar a alguien que le ayudara a entender mejor todo el asunto de la magia, hasta hace pocos días, el chico solo era un adolescente normal, sin nada extraordinario en el, solo un joven heredero de una importante familia Parisina; todo cambió aquella tarde cuando la curiosidad le venció y lo obligó a entrar al despacho de su padre, usualmente el chico no se acercaba a esa habitación si su padre se encontraba en casa, pero aquella tarde había salido a una reunión de negocios, Cassius se preguntaba qué cosas interesantes guardaría su padre en ese lugar, y aunque su conciencia le repetía una y mil veces que no debía estar ahí, Cassius se aventuró a echar un vistazo, él y su maldita curiosidad

En el despacho todo se veía normal, todo muy bien ordenado, limpio y aburrido, lo cual lo desmotivó un poco, hubiera deseado encontrarse con algo interesante, que lo hiciera pensar; y para su suerte, o su desdicha, su deseo se cumplió: ocultos entre los muchos libros de su padre, se hallaban una serie de manuscritos que hablaban de sus antepasados y de toda la historia que su apellido poseía, incluyendo la historia no contada; a través de aquellos pergaminos Cassius se enteró que descendía de un antiguo clan de hechiceros, si , hechiceros; aquellos seres contra los que la iglesia sostenía una batalla; de nuevo su curiosidad lo llevó a leerlos de principio a fin, así fue como se enteró que toda la línea mágica de su familia había desaparecido… hasta llegar a él, supuso que sus ancestros habían previsto su herencia mágica, y aunque una parte de él advertía de los posibles peligros que esto podría conllevar, otra parte, la misma que solía meterlo en problemas, decía que todo iba a estar bien, naturalmente el chico hizo caso a esta parte

Se preguntó cuál sería la mejor forma de aprender todo sobre sus recién descubiertos poderes, su padre no era brujo, de su madre solo sabía que había muerto durante el parto, ¿a quién podría recurrir para aprender magia? Y entonces se le ocurrió poner un anuncio en el tablón del ayuntamiento, en ese tablón de madera la gente acostumbraba poner anuncios de toda clase, solicitando algún servicio u ofreciéndolo; así pues, gracias a la vasta biblioteca de su padre, recogió algunos datos que le podrían ser útiles, tomó pluma y papel, y redactó el anuncio, tuvo que leerlo varias veces para asegurarse de que lo que en realidad buscaba quedara perfectamente disfrazado entre líneas, de forma que solo un hechicero como el sabría a que se estaba refiriendo exactamente

El único lugar seguro que se le ocurrió para reunirse con quien se ofreciera a enseñarle fue e cementerio, si bien le causaba cierto temor, no se le ocurría un sitio mejor; apenas dejó en anuncio en el tablón, decidió regresar a su casa y pasar un poco después, solo para revisar si alguien lo había tomado, en efecto, cuando el chico pasó por el ayuntamiento descubrió que su anuncio ya no estaba ¿lo tomaría un hechicero o simplemente seria una broma? Pero el anuncio estaba perfectamente bien escrito, el chico confiaba en que un brujo se hubiera interesado, la única forma de saberlo era acudiendo esa noche a la cita

Y allí estaba él, casi a medianoche caminando en dirección al cementerio, estaba un poco nervioso, y tenía un poco de frio, temblaba ligeramente aunque no sabía exactamente porque, al llegar encontró las puertas abiertas, buena señal, supuso; se adentró en aquel lúgubre y silencioso lugar y empezó a buscar algún rastro de su futuro tutor, caminó entre lapidas puestas a la sombra de arboles que proyectaban tétricas figuras a la luz de la luna, caminó durante un rato hasta que halló a un hombre sentado en el tocón de un árbol leyendo, un cuervo chilló en la distancia y el hombre levantó la mirada, no se veía bastante mayor que Cassius, o al menos esa fue su impresión, dada la oscuridad del lugar

- Hola…- respondió el chico algo nervioso, vio como el hombre levantaba las manos y comprobó que, en efecto, no tenía nada que estuviera buscando- oh… bueno- comentó un poco decepcionado- me equivoqué, supongo

Miró al hombre unos segundos más, si no era el ¿entonces quien? El era la única persona que había visto desde que entró al cementerio, y el cementerio no solía ser visitado por gente a esta hora, así que solo tenía dos opciones: o el hombre que estaba frente a él, era el hechicero que había solicitado, o el hechicero se había arrepentido, Cassius esperaba que fuera la primera opción y que solo necesitara más información, observó como el hombre hacia una reverencia, por la forma en que iba vertido Cassius supuso que era un hombre de clase acomodada, respondió a la reverencia solo por cortesía y luego se quedó en silencio

Observó como el hombre sacaba un papel de su bolsa y su curiosidad hizo presencia ¿para qué querría un papel? A menos que… observó al hombre acercarse, aunque se quedó inmóvil le produjo cierto nerviosismo, aquel hombre tenía un aura… extraña, no sabría definirlo bien, este sus recién descubiertos poderes no estaba en interpretar auras, es más, dudaba si ese poder fuera real, pero por alguna razón se sintió incómodo

- Si- contestó a la pregunta del hombre, después de todo si podría ser el hechicero que buscaba, y aquel papel debía ser su anuncio; aquel hombre le tendió el papel, el chico lo tomó y, en efecto, vio su misma caligrafía escrita en la hoja, sonrió, entonces si había encontrado a alguien que le enseñara- si, en efecto- volvió a responder, el nerviosismo ya había abandonado su cuerpo y lo había invadido una sensación de alivio- soy Cassius de Beaumaris, un placer- hizo una segunda reverencia y se quedó contemplando al hombre, no había duda, tenía que ser él

Observó al hombre sentarse y se preguntó qué sucedería a continuación, ya había encontrado a su maestro, pero ¿y ahora qué? ¿Por dónde empezarían? ¿Tendría que empezar haciendo alguna demostración mágica o algo? – entonces usted es… a quien busco- dijo observándolo mientras pensaba y sopesaba sus habilidades, se regañó mentalmente por no haber tomado uno de aquellos pergaminos y estudiado un poco mas su historia familiar, intentó recordar algún dato que le pudiera servir, pero no tuvo mucho éxito; observó como el hombre lo miraba y desviaba la mirada y pudo jurar que lo vio ponerse nervioso, tal vez fuera la primera vez que transmitía sus conocimientos a alguien, el hombre metió un objetó de su bolsillo, no pudo verlo con claridad, pero le pareció un poco extraña la reacción de hombre al verlo, como si hubiera olvidado que Cassius estaba presente – perdone, ¿se encuentra bien?

Soltó un respiro de alivio cuando aquel hombre apoyó sus manos en sus hombros, así que aquel era el hombre que había solicitado, al fin tendría a alguien que le enseñara todo lo relacionado con sus recién descubiertos dones, el hombre lo rodeó con un brazo y el chico no pudo evitar sentirse nervioso, aunque intentó no demostrarlo, entre sus múltiples y recientes descubrimientos había dado con que tanto hombres como mujeres le atraían sexualmente, de hecho siempre le habían atraído, pero solo hasta hace poco lo había aceptado, aunque aún no se sentía lo suficientemente valiente para contárselo a alguien; con todo, Cassius se mostró lo más relajado posible

Obedeció las ordenes del hombre y se colocó en el punto que le habían indicado y luego mientras le ponían la venda en sus ojos intentó recordad cuáles eran sus habilidades mágicas; sabia que poseía el don de la hechicería, pues ya había hecho algunas cosas sencillas, ya dominaba un poco este tema pero aun sentía que necesitaba practicar mas… solo por experimentar- pues… se que poseo hechicería- comentó, luego recordó otra de sus habilidades, aunque aun no la había desarrollado lo suficiente- ah, y también ilusión- y siguió forzando su memoria para recordar aun mas, y lo hizo recordó algo escrito en los pergaminos que había encontrado, ahí se mencionaba que el clan de Beaumaris, el mismo clan al que pertenecía también poseía el donde comunicarse con los muertos; aunque jamás lo había intentado, Cassius sabia en el fondo que el también poseía esa capacidad, aunque aun le causara cierto temor usarla- y…- balbuceó antes de continuar- necromancia-

Luego el hombre le quitó la venda, y Cassius no pudo evitar sonreír al escuchar su comentario- no se preocupe, también suele pasarme- dijo divertido, vio como el hombre le guiñaba un ojo y de nuevo se sintió incomodo, aunque como siempre intentó no demostrarlo; escuchó atentamente las palabras del hombre, sabía muy bien a lo que se estaba exponiendo al querer aprender de un mago, pero quería seguir, quería explorar toda esa faceta hasta ahora desconocida para el- entiendo- dijo- y estoy dispuesto a continuar- ya había tomado su decisión y no había marcha atrás, el hombre puso sus manos frente a él, imitando a una balanza, Cassius imaginó que estaba sopesando los conceptos del bien y el mal, intentando averiguar cual ejercía mas atracción sobre el chico, observó las dos manos un momento mientras meditaba la respuesta, eso era algo difícil de responder- el bien- dijo al fin, sabia que debía usar su magia para el bien, era lo correcto

off:

Contempló al hombre unos minutos mientras pensaba, había elegido seguir el camino del bien, y aunque no se arrepentía de haberlo hecho no pudo dejar de pensar en que reacción tendría su maestro ¿habría sonado muy infantil? Cassius aun era nuevo en todo este mundo, aun tenía muchas dudas; se puso un poso nervioso cuando el hombre se le acercó, sin embargo se relajó al ver la actitud de su maestro

- Eso espero- dijo esbozando una tímida sonrisa, observó como el hombre sacaba un grueso libro de entre su bolso y su emoción se encendió, al fin había conseguido a alguien que le enseñara todo sobre su nueva condición, se acercó al hombre, demasiado de hecho- oh, lo siento- se disculpó y retrocedió unos pasos, sus ganas de empezar a aprender empezaban a jugarle malas pasadas, se colocó a un lado de su maestro y miró hacia otro lado para que notara el sonrojo que seguramente había subido a su rostro, permaneció en silencio mientras el hombre leía del libro, no quería ser imprudente pero su curiosidad ya estaba a punto de desbordarse, así que se paró en las puntas de sus pies y trató de ver por encima del hombro del señor Von Garvel que decía el libro, aunque no tuvo mucha suerte

Cuando el señor Von Garvel lo miró a los ojos Cassius desistió de observar el libro y se quedó quieto, mantuvo el contacto visual para mostrarse atento y luego cuando su maestro se puso en pie el lo siguió, iban a buscar algunos ingredientes para el juramento así que no iba a perderse detalle alguno

- pues…- comenzó el chico, su maestro tenía razón, el y su maestro debían conocerse primero antes de empezar- hace poco descubrí que soy hechicero, así que no es que se muy diestro en esto, peor aprendo rápido- aseguró con optimismo- solo he realizado trucos sencillos, ya sabe, hacer que las cosas se muevan sin tocarlas y cosas de esas, aunque casi siempre lo hago cuando estoy concentrado - aclaró- eso en cuanto a la hechicería, en cuando a la ilusión… pues no he realizado muchos experimentos, y lo poco que he hecho es cuando estoy enojado o asustado, casi siempre cuando estoy en problemas, como si fuera un mecanismo de defensa- dijo el chico, a continuación tragó saliva, la necromancia era de sus dones el que menos le gustaba – ya en cuanto a la necromancia, pues la verdad es que no tengo experiencia… por obvias razones- señaló las tumbas a su alrededor- ya ve que no es fácil conseguir un muerto que esté dispuestoa colaborar-

Continuó caminando a la do de su maestro, observando el suelo y sus alrededores buscando… lo que sea que estuvieran buscando- espero que eso le sirva de algo, así sabrá por dónde empezar- hizo una pausa- y…- murmuró un poco tímido- ¿usted lleva mucho tiempo practicando la magia?- el señor Von Garvel era el primer hechicero que había conocido, así que era inevitable que tuviera cosas que preguntarle

Continuó caminando al lado del señor Von Garvel mientras le seguía comentando sus experiencias con la magia, esperaba que le sirvieran al señor Von Garvel para saber por dónde empezar a instruir a Cassius en las artes mágicas, en cierto modo el chico estaba ansioso por aprender, intentaría aprender todo lo que su maestro le enseñara, y sobre todo no intentaría no decepcionarlo, el señor Von Garvel había accedido a acogerlo como su aprendiz, significaba que había visto algo bueno en el, ya se había ganado su confianza, y para Cassius eso era lo importante

Luego de formular aquella pregunta no pudo evitar notar que el semblante del señor Von Garvel había cambiado, se había puesto… serio ¿había hecho mal en preguntar? El y su maldita curiosidad, no podía aguantarse las ganas de preguntar cosas, y muchas veces terminaba cometiendo imprudencias, como esa por ejemplo- oh, entiendo- murmuró suavemente, pero luego observó a su maestro y devolvió una sonrisa un poco tímida- entiendo, aunque…- bajó la voz- aquello de los muertos, la verdad es que me da un poco de miedo- no quería parecer un cobarde frente a su maestro, pero tenía que confesarlo, de sus tres habilidades la necromancia era la que menos le gustaba

Sonrió nuevamente cuando su maestro bromeó, el señor Von Garvel ya empezaba a caerle mejor; continuó caminando al lado de su maestro mientras buscaban aquellos ingredientes para el juramento, cuando notó que el señor Von Garvel se ponía un poco tenso, sintió algo de nervios cuando el señor Von Garvel anunció que tendrían que defenderse, aunque no estaba seguro si era por estar a punto de ser atacado o por tener que mostrar sus habilidades frente a su maestro; apartó esos pensamientos de su cabeza y se concentró en su entorno, observó a su alrededor pero no observo nada potencialmente peligroso, así que no se le ocurrió ningún conjuro para atacar, lo único que se le vino a la mente –gracias a la sugerencia del señor Von Garvel- fue ocultarse, así pues, cerró sus ojos y se concentró en el, en su maestro y en su entorno, y proyectó lo primero que se le vino a la mente: justo en el punto donde se encontraban los dos hechiceros, si todo salía bien, sus atacantes solo verían un par de arboles de ramas retorcidas en lugar de dos personas, esperaba que eso fuera suficiente para estar a salvo

Mantuvo la ilusión por unos minutos, pero sintió sus fuerzas debilitándose, intuía que no podría seguir manteniendo la ilusión por mucho tiempo- ¿ya… estamos a salvo?- susurró, mas como suplica que como pregunta- no… creo poder… resistir mucho

Sus sentidos comenzaban a fallar, se sentía un poco mareado, sintió como alguien lo tomaba por la cintura e intuyó que su maestro lo estaba llevando a un lugar seguro, sintió como su espalda se recargaba contra algo solido y pudo ver como su maestro le pasaba una botella con agua, la tomó y bebió un poco; el agua le sentó bien, al menos ya no se sentía tan mareado como antes, se incorporó un poco y miró a su maestro – lo siento- dijo en voz baja- fue lo primero que se me ocurrió- dio una sonrisa a modo de disculpa, esperaba que el señor Von Garvel no fuera tan severo con el

Escuchó sus consejos y sonrió, Cassius era optimista, y sabia que en estas cosas el señor Von Garvel sabia más que el- entiendo- dijo- creo que… me fui por las ramas- rio un momento, se dijo que debería practicar mas la ilusión para evitar algún futuro incidente cono este, y tal vez el señor Von Garvel no estuviera ahí para salvarlo- de todos modos gracias, supongo que tendré que practicar mas, espero no haberlo decepcionado- volvió a dar una sonrisa culpable, pero al menos estaban a salvo, eso era lo importante ¿no?

Sus fuerzas comenzaban a regresar, lo sentía, así que intentó sentarse, sonrió cuando su maestro le dio un codazo cariñoso- pues, gracias, de hecho usted también comienza a agradarme- dijo sonriendo, a Cassius se le daba muy bien confiar en la gente, aunque a veces eso le trajera dolores de cabeza, el chico era incapaz de pensar mal de la gente, o al menos si no se metían con él, volvió a mirar a su maestro y se aventuró a ponerse de pie- entonces lo del juramento… ¿quiere que lo hagamos ahora? ¿O hay que esperar?

Rio un poco al escuchar a su maestro reír, el hombre cada vez le caía mejor, recordó que cuando el hombre respondió a su petición en el ayuntamiento se lo había imaginado como un hombre amargado, severo y estricto, pero resultó ser totalmente lo opuesto, o al menos en la parte de amargado, el señor Von Garvel era muy simpático, severo tampoco parecía, aunque quien sabe si seria estricto, tendría que tener su primera práctica para saberlo con más seguridad

Escuchó sus palabras con atención y asintió a ellas, Cassius sabía que no era perfecto, que en algo debía fallar, como demostró con su fallida ilusión, pero aun así Cassius le temía a la decepción, principalmente por influencia paterna, lo único que no le quedaba claro de las palabras de su maestro era lo de la mujer, puso cara de confusión al escucharlas, ¿su maestro estaría hablando en sentido figurado? – ammm… ok- murmuró un poco confundido, no terminaba de encontrarle sentido a eso, a menos que su maestro fuera… un pervertido, no, era imposible, sacudió la cabeza alejando esos pensamientos, Cassius era incapaz de pensar mal de las personas, y menos si le simpatizaban- ¿ah? Eh…- balbuceó, la pregunta de su maestro lo había tomado por sorpresa- esto… la ilusión es algo que parece real pero no lo es, es distorsionar la percepción de la realidad y engañar a los sentidos- eso era lo que recordaba de uno de los pergaminos que había robado de su padre, esperaba que la respuesta estuviera correcta

Observó como el señor Von Garvel se acercaba quedando bastante cerca de él, lo miró fijamente con algo de nervios mientras sentía su dedo recorrer un costado de su cara, desde su cabello hasta su barbilla, eso y la sonrisa del señor Von Garvel lo pusieron más nervioso aun, lo único que pedía era que el color no se le subiera a sus mejillas o si no pasaría una vergüenza mundial, respondió con una sonrisa tímida y una risita floja, y cuando su maestro se dio la vuelta respiró aliviado, debería controlarse mejor, porque no podría estarse muriendo de pena cada vez que eso pasara

- No, estoy bien- le dijo a su maestro intentando disimular sus nervios, dio unos pasos para seguir a su maestro- muy bien, entonces ¿Qué tengo que hacer?

Se dirigió al punto que su maestro señalaba y se colocó de pie, de cara a su maestro, se preguntaba qué clase de juramento tendría que hacer, tal vez recitar algunas palabras en un idioma antiguo, o hacer alguna clase de hechizo; aunque pensándolo bien Cassius prefería recitar cosas, no se le ocurría ningún hechizo para jurar, es más, dudaba que pudiera hacer algún hechizo así, imaginó que para jurar se requería mucho poder, a menos que el señor Von Garvel ayudara, lo cual podía ser posible, el señor Von Garvel no se veía con cara de ser severo

- Pues sí, entiendo la teoría- dijo a su maestro- y eso es algo ¿no? – si ya entendía la teoría, tal vez la practica le resultara más fácil, aunque Cassius tendría que esforzarse porque no quería volver a pasar por un momento tan peligroso como el anterior, solo de imaginarse volver a tener un desmayo como el de antes no era una idea que le resultara agradable, cuando escuchó la pregunta de su maestro guardó silencio un poco, no era que el señor Von Garvel lo pusiera nervioso ni mucho menos, básicamente el problema era Cassius, con eso de haber descubierto su verdadera sexualidad; pero ya se acostumbraría, no dejaría que eso representara un obstáculo, aunque muchas veces así lo pareciera- no, no, solo son nervios de principiante- dijo con una sonrisa-ya me acostumbraré, no se preocupe

Cuando el señor Von Garvel extrajo de su mochila una daga Cassius tragó saliva, intuyó lo que debía hacer, y si, le iba a doler- ahora si me puso un poco nervioso- murmuró con una sonrisa tímida mientras se pasaba una mano por su rubio cabello; su maestro trazó un circulo con lo que parecía sal, y luego le pasó la daga envuelta en un trozo de tela, el chico contempló la daga un momento mientras pensaba en lo que iba a hacer, sentía un poco de nervios, pero había tomado una decisión: iba a aprender a ser un bue hechicero, no importaba lo que tuviera que hacer

Cerró los ojos, tomó aire y puso la daga de costado sobre la palma de su mano- yo, Cassius de Beaumaris- murmuró mientras lentamente deslizaba la hoja sobre su mano, hizo una mueca de dolor al sentir como escocía la herida, imaginó la sangre impregnado la tela, pero no abrió los ojos- acepto mi condición de hechicero, y juro lealtad a Kristof Von Garvel como su aprendiz- cuando terminó de decir esas palabras se obligó a abrir los ojos y observó como de su mano salía un abundante flujo de sangre mientras la tela que envolvía la daga estaba teñida de un fuerte color rojo- listo- le pasó la daga al señor Von Garvel mientras se sujetaba la mano sangrante

En cuanto el señor Von Garvel realizó el juramento y esparció su sangre alrededor del circulo de sal en el que Cassius estaba, el chico notó que algo en el ambiente cambiaba, como si alguna especie de fuerza protectora lo envolviera, y entonces comprendió que el señor Von Garvel estaba haciendo magia, estaba conjurando una especie de vinculo mágico entre él y Cassius, como maestro y aprendiz, observó detenidamente como su maestro juntaba su mano sangrante con la del chico, y al instante sintió como una fuerza se desataba a su alrededor, sellando la unión entre ambos, el señor Von Garvel le levantó el rostro y Cassius contempló los ojos de su maestro, llenos de orgullo y felicidad por tener a un nuevo alumno que instruir mientras en sus oídos escuchaba voces susurrar

Pasó un rato antes de que él y su maestro separaran sus manos y para sus sorpresa, comprobó que ya no sangraba, solo tenía un hilo de luz roja que unía ambas manos, el chico contempló con ojos brillantes de emoción ese momento, veía la prueba física de que él y el señor Von Garvel ahora estaban unidos por un enlace mágico, cuando el hilo se rompió Cassius observó su mano, solo tenía una cicatriz en su palma, como si se tratara de alguna herida vieja, la delineó con su dedo mientras escuchaba hablar a su maestro- gracias- dijo con voz cargada de emoción, se quedó dentro del circulo de sal mientras el señor Von Garvel iba por algo a su mochila, pasado un tiempo regresó con un colgante

Inclinó la cabeza para que su maestro le pusiera el collar- gracias, en serio gracias, no se va a arrepentir - volvió a decir con emoción mientras su maestro metía el collar entre su ropa, y al escuchar las palabras de su maestro esbozó una sonrisa divertida- pues, un poco cansado, pero bien- dijo sonriente, su adrenalina por el momento era superior a sus cansancio físico, aunque creyó conveniente sentarse un momento, se recostó en medio del circulo mientras tomaba la barra de chocolate que le había pasado su maestro, dio un mordisco y observó al señor Von Garvel, el chocolate le estaba sentando ben, porque sintió la necesidad de preguntar algo, ya estaba volviendo su curiosidad- oh, un circulo de adiestramiento- contempló el circulo de sal a su alrededor- genial, como las antiguas leyendas druidas ¿es cierto eso de que cada hechicero tiene su propio círculo mágico?

Mordió la barra de chocolate mientras escuchaba a su maestro con atención, aun no podía creerlo, ya era oficialmente un hechicero; ya tenía alguien que le enseñara estas artes, ahora tenía alguien a quien preguntarle las dudas que tuviera, y no guardárselas o averiguarlas por su cuenta; volvió a observar la cicatriz en su mano, así que esa era su marca mágica- genial- dijo en voz baja- así que ya soy un hechicero- giró la cabeza hacia su maestro y sonrió- entonces el circulo es de protección, y la cicatriz es mi marca de mago, entiendo-

Cuando el Señor Von Garvel borró parte del circulo supo que ya podría salir de él, se apoyó en su maestro para levantarse y dio unos pasos, sentía las piernas un poco livianas, así que no se separó de su maestro, por temor a caerse- estoy bien, entonces aparte de la ilusión y la necromancia ¿existen más dones?- se notaba que aun tenía bastante que aprender sobre la magia, apenas sabía nada sobre ella, pero ahora se daba cuenta de que la magia era más que simplemente recitar cosas en idiomas antiguos y preparar filtros y pociones

- A alguien…- repitió las palabras del señor Von Garvel agitando una mano, como dándole ánimos para continuar, pero supuso que su maestro estaba pensando en voz alta, de modo que no continuó, no quería resultar imprudente, escuchó la pregunta de su maestro y reflexionó sobre el asunto- por mi podemos comenzar de inmediato, pero si usted lo cree conveniente, eso del juramento resulto algo agotador, pero nada de qué alarmarse- sonrió, luego observó como su maestro ponía dos dedos delante de él- son dos ¿o tres? No, son dos, estoy seguro- sonrió de nuevo- gracias por preocuparse