Una noche enmovimiento, lección 1 [Cassius de Beaumaris]

La noche era frígida como siempre entre un montón de silencio. Soñaba con la noche adecuada para meterse en el cementerio y descansar en paz. Pero esa noche era perfecta para aprender nuevas cosas y aceptar retos que en la vida nunca sabes que te encontraras. Le acompañaría un joven que solicitaba un maestro el cual le pudiera enseñar y bueno, a ser un buen aprendiz en lo que respecta al gremio. No sabia como era el joven, tan solo que se llamaba Cassius de Beaumaris. Al ver el anuncio en el ayuntamiento por la mañana, algo le llamo la atención.

No sabia que era, si por la escritura del solicitante o simplemente por el hecho de que se aburría y coloco el anuncio, pero Kristof se intereso y mas le vale al joven asistir al encuentro, si es que volvió para ver si alguien acepto su búsqueda en aquel tablón de pino que colgaba vagamente sobre el muro de piedra del ayuntamiento. Espero sobre un ataúd, sentado y encorvado mientras sacaba su pitillera para coger un cigarrillo y colocárselo entre los labios y esperar al joven dando suaves caladas y expulsando el humo lentamente con elegancia. Echo la mirada hacia atrás y espero toda la noche hasta que cerro los ojos por un segundo, tumbado sobre la fría piedra de yeso con letras inscritas en tinta seca.

Pudo jurar escuchar unas pisadas sobre el suelo pétreo del cementerio, pero cuando se incorporo y vio con sus ojos que se trataba de la caprichosa silueta de un felino inferior a un puma, sonrió tranquilamente y suspiro con anhelo a la brisa de la noche que acariciaba su nuevo corte de pelo. Sus cabellos oscuros a tonos cobrizos bailaban con la brisa de la noche. Harto de encontrarse cerca de un aburrimiento mayor se encamino un poco mas adentro del cementerio, cogiendo su bolsa al hombro y viendo como todo lo que dejaba a su paso, se tornaba en las sombras de los altos árboles que cubrían a cachos parte del cementerio. Iba caminando lentamente a pie sobre los pasillos que se creaban entre las tumbas del cementerio, lentamente sin prisas en perderse o en algún tipo de ritmo del pentagrama.

Observo a los cuervos sobrevolando las tumbas en busca de algo carnoso para llevarse a la boca, a los enterradores haciendo sus honrados trabajos a ultimas horas de la noche. De repente, recordó a su amada Arabelle como no quiere la cosa. Sonrió de lado y no pudo evitar soltar una risa tonta para sus adentros. Le había devuelto la vida y por poco se suicidaba por...nada. La amaba profundamente y no negaría en decírselo al mundo entero si su vida dependiera de ello. Se paro en un claro de tierra lo bastante amplio y había una hoguera malgastada en el centro del recinto. Se sentó en un trozo de madera que estaba casi a punto de deshacerse en serrín y con cuidado de no mancharse, saco un libro de los que solía leer para cuando estaba aburrido.

Iba pasando las paginas lentamente y en cuanto escucho el gruñir de uno de los cuervos que circulaban cerca de Kristof, supo que ya no estaba solo. Sonrió de lado y tranquilamente cerró el libro dejando la marca por donde había parado su lectura. Alzo la mirada y frunció el ceño al ver a un joven rubio, ojos claros...no lo veía bien pues estaba a contraluz. Guardo el libro mientras apartaba su mirada de él, cogió la bolsa y se la colgó al hombro alejándose dos pasos atrás. Miro al joven detenidamente y saco el papel del anuncio. Bueno...quien sabe.
-Ho...hola..-Dijo tímidamente, fingiendo por supuesto, pero con cautela pues no sabia quien era aquel joven.-No tengo nada-Dijo mostrando las manos abiertas para mostrarle de verdad que no tenia nada.

Tiro de la chaqueta de Cassius para que se acercara a su lado, para que se sentara a su lado y así poder hablarle sin tener que alzar la voz-Si, pero la próxima clase será en mi hogar, en donde tengo una biblioteca enorme, un sitio enorme para practicar magia y un bosque precioso que rodea mi hogar con grandeza y belleza-Dijo con una sonrisa en la boca pues a lo que vio en el rostro de Cassius, le satisfacía sus palabras de gozo y sorpresa-Harás muchos hechizos como estos, de hechizos, podrás aprender si quieres de algunos libros en mi biblioteca bastante buenos al igual que dos o tres de necromancia.

Poso su mano sobre la tierra donde ambos se encontraban y como si cogiera una hortaliza, atrapo con su mano el cabello existente de un muerto y poco a poco, con un poco de fuerza fue sacando de la tierra el muerto que mostraba momentos después a Cassius con toda la tranquilidad del mundo.-Esto podrás aprenderlo en una pequeña replica del cementerio que he puesto en la sala aquella que te he nombrado, la que podremos usar para entrenar si aun quieres venir a mi hogar....-dijo terminando en una sonrisa y volviendo a dejar al muerto bajo tierra poco a poco, pues a pesar de ser ya un cuerpo sin vida, era algo que vivió hace mucho tiempo.

Piso el suelo de tierra como queriendo tapar el hueco de donde hizo desaparecer al muerto y miro a Cassius mientras se levantaba del tronco-En cuanto llegue a mi hogar, diré a mis criados que vendrá un joven, de cabellos dorados a la residencia Garvel un viernes de luna llena, que eso es...-se puso pensativo por unos instantes-Creo que dentro de dos noches más o menos...-rodeo con un brazo el cuello de Cassius y lo beso en la cabeza con cariño, respondiendo a la buena actitud del chico durante toda la noche-Por cierto...-se aclaro la garganta con un carraspeo leve-Gracias por haberme aguantado, aunque haya sido corta la noche....espero que no te haya aburrido..-Termino por dejar caer las últimas palabras con algo parecido a lo que era un murmuro, un susurro que con algo de esfuerzo, Cassius podría no haberle escuchado. Recogió su mochila del suelo y se la colgó al hombro, tiro un pitillo encendido al suelo y puso su vista en Cassius.

-¿Nos vamos? Hace algo de frio-Dijo antes de que el silencio reinara sobre ellos poco a poco y el cementerio fuera cada vez más un sitio bastante lúgubre incluso para su macabro gusto para los necrófagos que a menudo visitaba en las tardes de muchas visitas que solía hacer al cementerio-Y no creo que debas volver tarde a tu hogar Cassius...-Dijo algo preocupado.