A Orillas de la Laguna [Will]

por **Virginie Bon Alliot** Lun Ago 08, 2011 8:48 am

Virginie no solía estar sola, desde su llegada a París había pasado los dias con la señorita Ginebra y con su criada Rosella. Ellas la portegían y a ninguna de ellas les gustaba demasiado que Virginie paseara sola por unas calles que aún no conocía demasiado bien. Pero aquella tarde ambas mujeres tenían cosas que hacer y a Virginie ya le dolía demasiado la cabeza de ojear la extensa biblioteca de la casona.

Decidió salir a pasear y a empaparse un poco de las calles de ese ambiente parisino que no había en las entrañas del bosque en el que ahora vivía. Pero rápidamente se cansó de ver a tanta gente, con tanta prisa, de que más de un hombre y algun que otro muchacho le preguntaran que qué hacía tan sola. Asique la pequeña chica caminó hasta las afueras de la ciudad y se encontró con una preciosa y tranquila laguna. En su comuna, tenían cerca un pequeño lago, a dónde la muchacha solía ir a hacer rebotar las piedras contra la superficie del agua. Incluso alguna veces recitaba algunas palabras y hacía levitar las piedras en un entretenido baile antes de lanzarlas contra el agua para observar las formas que le regalaría el agua.

Se deslcazó para sentir la tierra sobre sus pies y se remangó un poco la falda del largo vesito en tonos beige y verdes para corretar un poco en busca de las piedras más adecuadas para su fin. Mojó un poco sus piececitos en el agua y en ello estaba, lanzado piedras, cuando giró su cabeza, con su melena rubia al aire al escuchar unos pasos tras de sí.

por **Vilhelm Larsen** Lun Ago 08, 2011 3:43 pm

Había tenido un sueño, pero no era un sueño normal. Con el paso del tiempo me había acostumbrado a diferenciar aquellos sueños de los corrientes, se podía decir que había sido gracias a la experiencia. Había soñado con la laguna que se encontraba cerca de París, y a su vez, había soñado con una chica de cabello rubio que tanto me recordaba al de Clady -quizá mi única enamoramiento de pequeño-. En el sueño, Clady se bañaba tranquilamente en la laguna, lanzando piedras, hasta que se giró, mostrando su verdadero rostro. No era ella ni por asomo, sus facciones, el color de sus ojos, no era ella, sin embargo tenía un aura parecida a la suya. A causa de aquel sueño, me había despertado totalmente desorientado, sin saber bien a quien o a donde acudir.

Finalmente y tras mucho cavilar me incliné hacia la laguna. No tenía curiosidad alguna en conocer a la chica con la que había soñado, pero sí que tenía en ver si lo que pasaba en mi sueño pasaba en la realidad -todavía dudaba mucho sobre la eficacia de mis sueños-. Fue un largo y arduo paseo, y aunque iba vestido con unos pantalones largos normales y una camisa con las mangas arremangadas, hacía demasiado calor para mí. Aún añoraba la temperatura de mi hogar, en Dinamarca, completamente distinta a la de París.

En la laguna corría una brisa de lo más agradable y fresca, quizá a causa de la cercanía del agua. Aún así quise acercarme más, al lugar exacto de mi sueño. Con pasos inquietos, casi corrí hasta aquel lugar, donde tal y como había supuesto, allí se encontraba ella. Vestía un largo vestido de tonos beige y verdes, se había adentrado en la laguna, pero no demasiado, sólo para mojar sus pies y tobillos. Me acerqué más a ella y me sorprendí la semejanza que tenía con Clady, no me lo podía creer. Pero tal y como ocurrió en mi sueño, ella se dio cuenta de mi presencia y giró la cabeza, mostrando el que era su verdadero aspecto. Sentí como mi cuerpo temblaba, era alguien a quien no conocía, además una mujer. Desde lo de mi madre, me había mantenido tan alejado como pude de las mujeres -exceptuando algunas-, y su sola presencia me ponía nervioso.

Observé como las piedras rebotaban sobre la laguna, maravillado y sin saber si era la auténtica causa de éso, dije:

-Magia...

por **Virginie Bon Alliot** Lun Ago 08, 2011 4:34 pm

Al girarse se sorprendió mucho al ver a un muchacho rubio, que la observaba con cierta familiaridad. Virginie no entendía nada en aquel momento, asique se giró lentamente hasta quedar en frente del muchacho.

-Magia... - le escuchó decir entre dientes. Y sintió miedo, la señortia Ginebra le había dicho mil veces que fuera cuidadosa con sus dones, que nunca se sabía quién podía descubrirla. Virginie no practicaba casi nunca sus habiliades, pero pensó que estaba segura y a solas. Adoptó una posición defensiva aún sin decir nada, pero entonces percibió ciertos temores en el chico y sobre todo nerviosismo.

- No es más que un truco de muñeca... - dijo lentamente mientras hacía rebotar otra piedra, pero no le salió bien y esta se hundió salpicandole el vestido a la altura del estómago. - Vaya - puso una mueca de trsiteza y entonces preguntó sin más - ¿te asusta la magia? - alguien que nunca había visto a un brujo, no apuntaría tan rápido que aquello era cosa de magía, asique Virgine dedujo que el muchacho conocía algo sobre el tema.

Sacó sus pies del agua y comenzó a caminar lentamente hasta el muchacho - Virgine - le dijo, tendiéndole una de sus manitas cuando lo tuvo enfrente. No es que quisiera conocerle, no es que confiara en él, simplemente confíaba en sus dones y sabía que al tocarle podría sentir más de aquellas sensaciones que percibía del muchacho.

por **Vilhelm Larsen** Mar Ago 09, 2011 2:45 pm

Estaba seguro. Había visto aquellas piedras levitar y chocar contra el agua, no podía haber otra explicación, aquella chica era una bruja como yo. Claramente, desconfió de mí e intentó convencerme que sólo era un truco de muñeca -aunque el supuesto truco le salió bastante mal-. Quería marcharme, quería retroceder en el tiempo. ¿Cómo podía ser que fuera tan cobarde? Tragué saliva cuando me preguntó si me asustaba la magia y después de aquéllo salió del agua para acercarse a mí. La chica rubia se presentó como Virgine, tendiéndome la mano para yo devolverle el saludo. ¿Debía arriesgarme y saludarla? En el sueño se la tendía y me aseguraba que ella era también una bruja. Con una sonrisa suya, me desperté sudando.

Lentamente, poniéndole más tensión al ambiente, fui alzando el brazo hasta que le di un pequeño apretón en la mano mientras decía:

-Soy Vilhelm, es decir, Will -corregí rápidamente, a los franceses les resultaba más fácil llamarme por el diminutivo-. Y lo siento, pero no me asusta la magia -un relámpago de emociones me recorrió la espalda, me estaba inspeccionando, al igual que yo a ella. No pude evitar sonreír al haberme encontrado con una persona con el mismo don que yo.

Quizá, sólo quizá, ella pudiera comprenderme mejor que la mayoría de la gente.

por **Virginie Bon Alliot** Mar Ago 09, 2011 4:27 pm

El muchacho tardó una eternidad en tenderle la mano, o al menos eso le pareció a Virgnie. Lucía tenso y eso preocupó a la pequeña chica. Cuando por fín se decidió y le tendió la mano, se dieron un suave apretón.

Ella sintió un escalofrío. Fue como si de repente entrera en conexión con aquel chico, Will. Estaba convencida de que él tenía dones. Era como si pudiera sentirlos pero no era capaz de especificar qué eran. Sintió que la emoción la embargaba, desde la salida de su hogar no había vuelto a sentir nada así. Se le hizo un nudo a la garganta y tuvo que respirar profundamente para contener todas las sensaciones. Virginie juraría que el Will también había sentido algo parecido. No se equvicaba, estaba segura de que ambos eran de la misma clase.

-Era magia, y apuesto que tú también estás sintiedo esto - dijo con apenas un hilo de voz. La pequeña no sabía a ciencia cierta si había otros brujos por el mundo y siempre fantaseo con encontrarse con alguno que no perteneciera a su linaje. Aquello la sobrepaso. Estuvo a punto de caer sobre el muchacho ya que aún tenía los pies descalzos y mojados. Solo esperaba que Will no usara sus dones para malos fines o aquello iba a decpcionarla demasiado.

por **Vilhelm Larsen** Jue Ago 11, 2011 8:22 am

Asentí levemente cuando escuché su comentario. Parecía bastante segura de sí misma a pesar de encontrarse en mitad de la nada, dándole la mano a un completo desconocido. Repentinamente, Virgine resbaló con sus pequeños pies y reaccionando bastante bien, la agarré lo mejor que pude para evitar una buena caída. Mi mirada estaba fija en aquella joven bruja, quizá ella también estuviera sintiendo la ilusión de haber conocido a otro como ella. Aquel sueño había tenido un propósito, una misión; la cual era conocerla. Quizá mi subconsciente me estuviese diciendo que todavía había fe en mí en las personas, que no todos eran tan débiles como mis padres. Sonreí, sin apartar mi mirada de la suya.

-Cuidado, nunca hay que bajar la guardia. ¿Está bien? -era una pregunta tonta, ya que con solamente tocarla sus emociones me invadieron. Estaba tranquila, para sorpresa mía. Respiré hondo y la ayudé a reincorporarse sobre el suelo. Después giré mi cabeza para observar la laguna, tenía ganas de ir para allá, tirarme y comprobar la temperatura del agua. En mi hogar era imposible bañarse en los grandes lagos, daba lo mismo la época del año, siempre estaban congelados. Dirigí de nuevo mi mirada hacia Virgine y le dije-. ¿Le importa si le acompaño en el baño? Creo que tanto usted como yo sabemos que nos queremos conocer mutuamente... -era una suposición, nada más.

por **Virginie Bon Alliot** Jue Ago 11, 2011 11:21 am

Will la sujetó cuando estuvo a punto de caer de bruces al suelo. Virginie se quedó sentada sobre una piedra saliente, obeservandoa Will, estaba absolutamente emocionada. Ni siquiera sabía qué hacer o qué decir y muchas preguntas se agolpaban en su cabeza. Durante mucho itempo creyó que sólo su pequeña comunidad podía tener aquellos dones y desde luego no se imaginó que hubiera hombre allí afuera capaces de hacer lo que ellas hacían, pero todo cambió cuando llegó a París porque comenzaba a pensar que en la capital todo era posible.

- Estoy muy bien. - sonrió ampliamente. Él propuso un baño, la verdad es que la laguna era muy tentadora y quizá el agua era el elemento de aquel muchacho y Virginie tendría la oportunidad de ver algun hechizo suyo. Se quedó dubitativa un rato, puesto que meterse en la laguna suponía quitarse el vestido y que también él se despojara de alguna de sus ropas. Aquello la puso nerviosa, se alejó un poco para poder quitarse el vestido lejos de los ojos del muchacho - Por supuesto que quiero conocerle, tengo demasiadas preguntas y supongo que usted también - dijo volviendo de la oscuridad ahora solo con sus ropas interiores. Un camisón de tirantes blanco que le llegaba por encima de las rodillas.

Se sabía sonrojada, pero sus vergüenzas ahora no importaban. Estaba delante de un burjo y necesitaba respuestas.

por **Vilhelm Larsen** Jue Ago 11, 2011 3:55 pm

No caí en que debía quitarme toda la ropa si quería compartir aquellas estupendas vistas y el baño refrescante con Virgine. Intenté apartar la vista cuando vi como ella se alejaba de mí para quitarse la ropa, ¿confiaba en mí tan pronto sabiendo solamente mi nombre y mi condición de brujo? Quizá yo también debería darle una oportunidad y no estar tan tenso con ella, parecía una buena chica. Con un leve sonrojo observé su camisón blanco, diablos, a la única mujer que había visto en paños menores era a mi madre -con la cual tenía claramente mucha confianza-. ¿Debía hacer yo lo mismo? Por supuesto, no iba a ser yo el cobarde.

Me desabroché el pañuelo que tenía alrededor de mi cuello y lo dejé encima de una piedra, al igual que mi camisa blanca, mis tirantes, los zapatos, calcetines y finalmente el pantalón negro. Me encontraba vestido con mis calzones blancos, enseñando todo mi torso. Respiré profundamente, así me encontraba mucho más cómodo ya que entre la ropa y el calor que hacía aquel día, aquello me asfixiaba.

Sin esperarla siquiera, fui corriendo hacia la laguna y me tiré cuando el agua me llegaba por los tobillos. Nadé hasta una parte más profunda y me quedé mirando divertido a Virgine, todo aquello era extraño, aún así me enorgullecía de haberle echo caso a mi instinto. Susurré unas palabras muy rápidas y golpée con un dedo el agua, arrastrándolo durante un instante. Esa parte del agua que había tocado se separó de la laguna, formando una bola contacta que flotaba sobre ésta. De nuevo, golpée la bola y la dirigí hacia Virgine, intentando mojarla antes de que fuera a la laguna. Sonreí y dije:

-¡Vamos! -ya me mostraba más confiado, más tranquilo.

por **Virginie Bon Alliot** Jue Ago 11, 2011 4:24 pm

Una vez se quitó la ropa se quedó parada sin entrar en la laguna. Tenía sus reservas aún, Will podría ahogarla perfectamente y que no se volvera a saber nada de la chica y claro está, poca gente la echaría de menos. Sus pensamientos se nublaban pero se obligó a mantener el control, puesto que si no se equivocaba, el muchacho podría sentir aquello y solo se generaría más tensión entre ellos y eso a Virginie no le gustaba nada.

El muchacho dejó casi toda su ropa en una piedra. Virginie nunca había visto a un hombre con tan poca ropa, asique volvió a quedarse algo paralizada y sin saber hacia donde mirar.

Will se adentró en la laguna sin avisar, correteando y lanzándose a nadar en cuanto el agua le cubrió lo suficiente. Virginie rió en la orilla ante ese cambio de actitud del muchacho se notaba un ambiente mucho más relajado y eso agradaba mucho a la chica. Entonces pasó algo que le maravilló, Will hizo que de las aguas de la laguna se levantara una esfera hecha de agua que avanzó en el arie para romperse a los pies de Virginie salpicando sus pierncitas. Rió en voz alta - ¡Oh! eso ha sido maravilloso - ella no sabía hacer muchos trucos con el agua - si tú me enseñas eso, yo te enseñaré el truco de las piedras.

Avanzó con brio unos pasos, el agua le cubría hasta las rodillas, entonces de zambulló dejando que todo su cuerpo y su melena se mojaran. Nadó hasta Will - Eres el primer brujo que conozco. - sonrió y remarcó la palabra en masculino, porque para ella era relamente sorprendente.

por **Vilhelm Larsen** Vie Ago 12, 2011 5:05 am

Para mi total sorpresa, Virgine reaccionó de una manera completamente diferente a la que yo me esperaba. Se asombró de aquel pequeño hechizo de agua, halgándolo y todo. Ella no se daría cuenta a causa de la distancia, pero aquéllo provocó en mí un leve sonrojo. Era la segunda vez que mostraba mis hechizos originales a una persona, y esa vez la reacción era buena.

-De acuerdo, aunque creo que he entendido el hechizo de las piedras -dije tranquilamente.

Virgine se dirigió hacia mí con un nado de lo más rápido y ágil y las preguntas de peleaban en mi mente. ¿De dónde venía? ¿Cómo y cuándo descubrió sus poderes? ¿Conocía más brujos y brujas? La última pregunta me la respondió sin haberla formulado en voz alta, estaba feliz, contenta de haber conocido a un brujo. ¿Quizá conocía ya a otras brujas? Me pasé la mano por el pelo mojado, desordenándomelo aún más y yo también le sonreí.

-Tú también eres la primera bruja que conozco. Creo que nos empeñamos tanto en escondernos de los demás, que a su vez también, nos escondemos de nosotros mismos y no conocemos a los verdaderos brujos -me di cuenta que había comenzado a tutearla, ¿desde cuándo había decidido a tomarme tanta confianza con las mujeres? Suspiré dentro de mí mismo. Le chapotée un poco, tirándole agua a la cara y pregunté- ¿De dónde eres? Si no resulta descortés la pregunta...

Me di cuenta, entonces, que lo que yo necesitaba desde que había llegado el verano era un buen baño en la laguna. Sus ojos me fascinaban y ahora que sabía que ella también era bruja, me fascinaba aún más, y esperaba encontrar en ella a una buena compañera.

por **Virginie Bon Alliot** Vie Ago 12, 2011 6:39 am

De repente la pequeña chica volvió a tener dudas. Él parecía estar por encima en la técnica, no es que eso le molestara, es que le preocupaba que no quisiera saber de ella por considerarla poco hábil. Solía tener muchas dudas con lo que los demás esperaban de ella, y ella solío quería agradar, asique en ocasiones como esa le resultaba difícil saber por dónde seguir.

Pero al poco rato volvió a notar el brillo de la ilusión en los ojos de Will. Apostaba que por su cabeza también pasaban miles de preguntas, como por la de la chica. Ambos estaban deseando conocer más sobre sus dones y su historia. Aunque aquel momento tan alegre tuviera con romperse si Virginie contaba lo que le había traído hasta París.

- Es cierto, yo he vivido medio escondida también estos años - ahora comprendía mejor las cosas con el paso del tiempo, pero para ellas esconderse no sirvió de mucho - vivía rodeada de mujeres, de mujeres brujas, en una pequeña comunidad al norte de París. Vivíamos del campo, con hechizos controlámabos la lluvia y el sol que nos hacían falta para tener alimento. No cabazamos y solo teníamos animales si ellos deseaban estar a nuestro lado. Algunas mujeres tenían hijos pequeños y de vez en cuando pasaba por allí algún hombre, pero nunca brujos... por eso nunca había conocido a un brujo. - y entonces paró, porque se estbaa poniendo triste al recordar su hogar y no quería contarle a Will que alguien decidió que eran un peligro y las borró del mapa... a todas menos a ella. - ¿Y tú Will?, a juzgar por tu acento no eres de París y dudo que tan siquiera seas de Francia.

por **Vilhelm Larsen** Vie Ago 12, 2011 7:43 am

Me fascinó completamente su historia. Una comunidad de brujas que vivían en armonía con la naturaleza, aquello sonaba tan utópico... Pero a juzgar por su repentino final y la tristeza que empezó a apoderarse de ella, concluí que el verdadero final era mucho más duro que escuchar. ¿Qué fue lo que ocurrió? A pesar de la felicidad del momento, la pregunta molestaba en mi mente, quería saber más de ella y si podía, ayudarla incluso. Después de todo, teníamos la misma condición. Puse los ojos en blanco al escuchar su pregunta, a pesar del tiempo viajando alrededor de Europa y de llevar viviendo en París varios años, mi acento del norte me delataba muchísimo.

-Muy audaz Virgine. Nací en una de las islas más importantes de Dinamarca, un país compuesto por centenares de islas heladas, bastante lejos de Francia. Mis padres eran criados de una familia muy importante de Odense, mi pueblo natal. Por cuestiones de la vida, mi madre pasó a ser la amante del señor y por razones que desconozco, el mismo día que descubrí yo éso, el señor de la casa murió y condenaron a mi madre como bruja. Mi madre al igual que mi padre se suicidaron, y yo... -tragué saliva, aquella parte era la más difícil de mi historia y era realmente duro para mí contárselo a una completa desconocida, aún así confiaba en ella-. Me encontré con una mujer que me adoptó, si es esa la palabra adecuada y me trajo aquí a París. Tenía doce años cuando ocurrió todo -aún podía escuchar los gritos de mi madre y la agonía que sentí al verla en el mismo lecho que Argus Anderberg. Estaba furioso conmigo mismo y con mi deseo, ¿por qué las personas éramos tan ´débiles?-. He tenido varios años para aprender a controlar mis habilidades, a pesar de no haber conocido a muchos brujos y brujas...

La imagen de la mansión de los Anderberg pasó por mi mente. Fuego, un incendio que borró toda mi existencia. Moví un poco los brazos, los cuales estaban en el agua. Quizá por eso me resultaba tan fácil jugar con el agua, porque era lo contrario al fuego.

por **Virginie Bon Alliot** Vie Ago 12, 2011 11:06 am

Escuchó atenta las palabras del joven Will mientras movía sus piernas bajo el agua para no quedarse helada. Pudo sentir todas las emociones que recorrían el ser del muchacho a medida que reltaba su historia: añoranza de su hogar, el engaño, la desconfianza, el miedo, la tristeza... Tuvo que respirar hondo varias veces para no contagiarse de todo aquello. - Pero al final del camino hemos tenido suerte. - dijo, ya incluyéndose como parte de su historia. Se sentía tan identificada con el muchacho, ambos había sufrido cada uno su manera, habían huído y habían acabado acogidos en París.

Nadó un poco alrededor de Will y continuo con su historia - ¿Sabes? ambos tenemos mcuhas cosas en común. Alguien destruyó a todos a quien quería, en realidad no se qué o quién fue. Alguien quemó todo aquello y solo sobreviví yo... - dijo sintiendo ira - Al menos tú tienes a quien culpar... - a Virginie no le gustaban esas cosas, de echar en cara situaciones, pero habían culpable, alguien quemó su pequeño hogar y se deshizo de todos a quienes encontró. - No creo en la venganza, eso no nos devolverá nada; - continuó como si simplemente estuviera comentando en alto sus pensamientos - pero si algún día descubro que pasó relamente, y si hay un culpable... me gustaría que sufriera tanto como hizo sufrir a los míos.

Se quedó callada durante unos segundos, para después salpicar al muchacho - Me alegro de conocerte, Will, de verdad que me alegro.

por **Vilhelm Larsen** Vie Ago 12, 2011 4:18 pm

Aquella era una media respuesta a todas mis dudas. También habían acabado con todo lo que ella amaba, entonces, me sentí comprendido, pero no del todo. ¿Alguien a quien culpar? Cuando los descubrí compartiendo lecho, sentí hervir mi sangre y cuando acabé en la cocina, desée la muerte de mi amo. Minutos después, mi madre gritó desesperada pidiendo ayuda. Argus Anderberg había muerto mientras estaba con su amante; pero ninguno de ellos había sido el responsable, había sido yo, yo y mis poderes. Todo había sido por mis poderes y por culpa de la debilidad humana. Mi mente viajó al pasado por unos instantes cuando Virginie terminó de hablar. Teníamos en común el fuego, ¿por qué un elemento de la naturaleza causaba tanto daño a las personas? Me quedé pensativo, ¿qué le podría responder?

-Parece que tenemos más en común, Virginie. La mansión de mis amos fue incendiada por una persona anónima, allí seguramente murió el único lazo que me quedaba... Yo te entiendo. La venganza saca lo peor de nosotros, tenemos la suerte de saber qué es lo que nos regala verdaderamente la muerte, es decir, nada. Por desgracia, últimamente las personas sólo se tienen en pie gracias a la venganza, para después cumplirla y ver que en realidad, no han ganado nada... -así era, por eso no quería justicia por lo sucedido a mi padre y a mi madre, simplemente quería guardar una buena memoria de ellos siempre que me fuera posible.

Silbé para intentar parar algunas gotitas de agua que iban hacia mí, no tuve del todo éxito, ya que algunas fueron a caer a mi cara. Me hundí por completo, esperé unos segundos y después salí de repente para echarle más agua a Virginie. Me sonrojé durante unos momentos al escucharla, ¿era tan agradable con las personas? Quizá sólo con ella. Con Virginie podía sentirme realmente natural...

-G-Gracias, es un placer haberte conocido a ti también. Así que como ambos deseamos pasarlo bien hoy, dejemos de pasados oscuros y hablemos de cosas más alegres. Por ejemplo... -me quedé pensativo, cruzando los brazos y permitiendo hundirme un poco, hasta la frente. Volví a a salir del agua y dije-. Por ejemplo, ¿cuáles son tus aficiones?

por **Virginie Bon Alliot** Vie Ago 12, 2011 7:36 pm

Se había dejado llevar por sus sentimientos, se sentía airada al recordar todo lo que había vivido, pero en el fondo de su pequeña cabeza Virginie se temía mucho que no era capaz de hacer daño a nadie. Aunque si en alguna circunstancia tendría que hacerlo, estaba claro que sería si alguien había dañado a algún ser querido suyo.

Se sintió un poco avergonzada por haber revelado ese odio tan grande delante de Will, el caso era que él también pensaba que la venganza no llevaba a ninguna parte. Ambos también tenían en común el fuego, que se había llevado a seres queridos, pero presentía que los dos lo enfocaban de forma diferente - Por eso te gusta el agua. - afirmó la chica sin ninguna duda, era lo opuesto al fuego y tenía todo el sentido - Yo pienso diferente, me intersa el fuego, quiero conocerlo, dominarlo, reconciliarme con él y ser su amiga para poder usarlo a mi antojo. - sabía que aquello era un poco presuntuoso, pues al fin y al cabo los elementos son libres y hacen su voluntad y no la nuestra.

Will quiso dejar de hablar de cosas tristes, lo cual era de lo más conveniente para ambos y le preguntó por sus hobbies - Lo cierto es que al a haber sido siempre bastante humilde, por no decir pobre, no he tenido mucho que hacer. Me gusta todo lo que venga de la naturaleza, como el cultivo de plantas y hierbas. Y ahora estoy ampliando mi destreza en la lectura, con lo que se podría decir que un libro es uno de mis hobbies favoritos ahora. Pero siempre quise montar a caballo, como las damas de alta clase... - rió un poco por lo tonto de su peteción, pero aquello le hacía ilusión. - ¿Y qué hay de tí Will?, ¿acaso compartimos algo más? - preguntó volviendo a nadar alrededor del chico.

por **Vilhelm Larsen** Sáb Ago 13, 2011 4:27 am

Al contrario que a mí, Virginie quería controlar el fuego, quizá residiese en su interior después de todo. Aparte por lo sucedido de mi pasado, nunca fui compañero del fuego. En mi hogar, donde siempre nevaba, donde todo era blanco y puro, el fuego lo deshacía por completo. Quizá por éso y por haber crecido en un ambiente lleno de lagos, yo era más afín al agua que al fuego. Sin estar de acuerdo con Virginie, le había entendido, muy raro en mí.

Ella me explicó su gusto por la naturaleza a causa de su origen pobre -casi igual que el mío-, que ahora se encontraba en proceso de lectura y que algún día le gustaría aprender a montar a caballo para sentirse como las damas de clase alta. La cara de Clady me vino a la memoria de nuevo. Ella era de clase alta y su mayor afición era la hípica, pero por culpa del tiempo en Dinamarca eran pocas las ocasiones en las que podía practicar con su caballo. Cuando me preguntó a mí, mientras me rodeaba en el agua, no me lo pensé varias veces. Tenía claro desde hacía tiempo qué era lo que disfrutaba hacer y lo que no.

-Cuando servía en la mansión, acostumbraba a hacer las tareas de limpieza, pero lo que verdaderamente disfrutaba era ayudando al cocinero de la mansión. Me gusta cocinar, sobretodo, experimentar con nuevas cosas... También desde hace unos años me aficioné a la lectura en cuanto aprendí a leer y a escribir, mis libros favoritos son los que van alrededor de la ciencia, aunque ahora se la tenga en segundo plano antes era muy importante... -alcé la mano para tapar el sol que se colaba en la laguna, me molestaba-. Me gusta cocinar porque siento que estoy creando con mis propias manos, sé que suena un poco estúpido, pero es lo que siento... -y sonreí abiertamente como pocas veces hacía. A mí me gustaría aprender a bailar, verás, en Dinamarca tenemos un estilo diferente de danza y me gustaría aprender el francés, para no avergonzar mucho a mis acompañantes...

En los establos siempre solía bailar con Clady, pero a nuestra manera...

por **Virginie Bon Alliot** Sáb Ago 13, 2011 10:24 am

A Virginie le parecía sumamente interesante lo que le decía el muchacho. Ella consideraba que tenía que aprender de todo el mundo, y cada cosa nueva que descubría le hacía un poco más grande. Lo más cerca que ella había estado de conociera era mezclar algunas hierbas para hacer pociones y hechizos, la manera de ver aquello de Will le era sumamente interesante y lo entendía. En cierto modo muchas de las cosas como cultivar o conocinar eran parecidas a crear, o al menos estabas ayudando a que la creacción se hiciera camino.

La oir al muchacho le entró una repentina curiosidad por saber como bailaban en Dinamarca, ella tan siqueira sabía donde quedaba aquello, le sonaba tremendamente lejano y misterioso - Estaría encanta de eseñarte como se baila en Francia, aunque claro, puede que una simple chica de campo no sepa demasiado, pero supongo que te valdrá para empezar a no avergonzar a tus acompañantes, - rió un poco - pero a cambio tienes que enseñarme el estilo de Dinamarca, creo que es justo ¿no?.

Nadó un poco porque se estaba quedando fría, sacó una de sus manitas arrugadas por el agua. Aún hacía sol, asique prefería salir y aprovechar los rayos para secarse. - ¿No estás helado?, Dinamarca debe ser un país muy frío. Voy a salir del agua... - comentó, poniendose colorada.

Sabía que su ropa interior mojada se pegaría a su piel, dejando ver su silueta como si realmente no llevara nada. Estas horas con Will le habían dado confianza y complicidad, pero eso no impedía que no se sintiera lo suficientemente segura y bonita como para mostrarse así delante del muchacho.

por **Vilhelm Larsen** Sáb Ago 13, 2011 4:23 pm

Me quedé callado, confuso. No me imaginaba de profesor con Virginie, enseñándole a bailar como bailábamos allí arriba, aún así asentí.

-Sí, me parece un trato justo.

Me quedé flotando, quieto mientras observaba como Virginie se deslizaba por el agua. Había escuchado a los marineros de Odense historias de seres marinos procedentes de la mar, ¿se moverían así aquellas criaturas mitológicas? No lo sabía, ni siquiera tenía la certeza de que existieran. Pero si existían seres como los vampiros o nosotros mismos. Me pasé la mano derecha por la cara, intentando despistarme de todo aquello, entonces, Virginie volvió a llamar mi atención.

-No, el agua está en la perfecta temperatura para soportar este calor. ¿Tú sí que estás helada? -aún no había llegado a comprender la diferencia de tiempo atmosférico en el cual nos habíamos criado. París también era frío, pero no se podía llegar a comparar con Dinamarca, donde el verano era finales de otoño en Francia. Me quedé embobado como un tonto cuando Virginie comenzaba a salir del agua. Su camisón era blanco, lo que significaba que ahora sería completamente transparante. Cerré los ojos en acto reflejo-. De acuerdo, ahora te sigo yo también.

Metí la cabeza en el agua y abrí los ojos. El agua no era completamente cristalina, pero me permitía ver lo que había dentro de la laguna. Era de bastante profundidad, aunque no lo aparentase, y además, estaba rodeado por algas totalmente verdes. Continué buceando, dándole tiempo a la joven para cambiarse y cuando decidí que ya había dado el suficiente, saqué la cabeza y di una bocanada de aire, había estado demasiado tiempo bajo el agua. Nadé hasta la orilla y salí con paso torpe -sorpresa para mí el cambio de tempratura al salir de la laguna-, y sin darme cuenta caí justo encima de Virginie. La miré fijamente a sus grandes ojos y después me tiré de espaldas a un lado suyo debido a una herida que me había hecho en la rodilla al caer. Respiré entrecortadamente varias veces y después me relajé. Seguía haciendo calor. Repentinamente, una suave brisa me traspasó...

por **Virginie Bon Alliot** Dom Ago 14, 2011 6:31 pm

Will aceptó a ese nuevo intercambio de bailes. No le preocupaba demasiado, ella era grácil, su pequeño cuerpo era fácil de llevar. Si no se sabía los paso parisinos, imporvisaría.

Se despojó de sus ropas mojadas y se vistió tan rápido como le fue posible, antes de que el muchahco saliera del agua. No quiso girarse para comporbar asi tenía los ojos abiertos o cerrados o si le estaba mirando. En ello estaba, cuando de repente Will tropezó sobre ella, quedando la espalda descubiera y mojada de Virginie contra el suelo y el muchacho sobre ella. Se ruborizó sobre manera, aunque él no tardó más que unos segundos en dejarse caer a un lado. La pequeña chica no sabía dónde mirar, asique observó unos instantes la laguna, hasta que se dió cuenta de que el chico se quejaba porque se había lastimado una rodilla.

Le dejó allí unos instantes, mientras de adentraba un poco entre la vegetación para buscar una planta en concreto. No tardó en reconocerla, una de las pocas cosas sobre las que tenía grandes conocimientos eran las plantas. Arrancó unas hojas y se las metió en la boca, mascándolas mientras volvía junto a Will. El muchacho la miró extrañado cuando secó aquel amasijo de su boca. - Es para que no se te infecte - dije lo pequeña Virginie muy segura de sí misma y le aplicó aquella pasta sobre la herida. - ¿Mejor? - le sonrió tiernamente.

Su vestido llevaba una abotonadura por detrás y sentía la brisa correr por su espalda, puesto que necesitaba ayuda para cerrarlo. Se giró sobre sí misma y mostró su espalda a Will. Los botones empezaban justo sobre el final de su espalda y acababan a la altura de los omoplatos - ¿Te importaría ayudarme? - dijo mientras echaba su melena rubia aún húmeda a un lado. Para la pequeña Virginie aquello era un gesto totalmente inocente, no buscaba nada, solo que abotonara su vestido.

por **Vilhelm Larsen** Sáb Ago 20, 2011 8:04 am

Virginie se quedó mirando durante unos instantes mi herida en la rodilla, y después se adentró en el inmenso bosque que nos rodeaba, que observaba todos nuestros movimientos. Siempre me asombraba por mi capacidad de orientación, pocas personas eran capaces de cruzar todo el bosque y llegar al lugar que querían ir. Suspiré y observé de nuevo mi herida. No era para nada grave, pero me escocía lo suficiente para que reprimiera alguna queja de dolor. Me quedé pensando en todo lo que hebía pasado, y repentinamente apareció Virginie. De su boca sacó un amasijo de color verdoso, aquéllo no me daba asco, yo había hecho cosas peores en mi época como criado, simplemente me parecía extraño.

-Gracias -susurré cuando me explicó lo que era. Después de todo era una buena muchacha, ayudando a un desconocido que acaba de conocer. Me incorporé lentamente como podía. El escozor había disminuido de una manera sorprendente, no podía mover mucho la rodilla pero seguramente no necesitaría más cura que aquélla-. Sí mucho mejor. Entiendes muy bien la naturaleza -pocas personas eran capaces de entrar al bosque y encontrar la planta adecuada, una de esas era yo, por éso se me daban tan mal las pociones, no podía diferenciar una planta de otra.

Tenía la espalda de Virginie delante mía, descubierta, con un vestido sin atar. Me estaba pidiendo que la ayudase, ¿una acción inocente quizá? No sabía cómo interpretarla. Simplemente fui y le abotoné el vestido mientras tragaba saliva, debía de estar tranquilo. Después, me di cuenta de que yo todavía iba en paños menores y me dirigí hacia la roca donde estaba mi ropa. No apartaba mi vista de ella, aún cuando me estaba poniendo los pantalones, con cuidado, no quería dañarme otra vez la rodilla.

-El día ha tenido un final muy agradable gracias a ti, Virginie -solté con sinceridad.

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A Orillas de la Laguna [Will]

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