In fraganti [Beatrix] (+18)

por **Eyra Erikdóttir** Dom Ago 14, 2011 10:36 am

Caminaba despacio y con aire despreocupado hacia mi nuevo destino en el que debería patrullar aquella noche de media luna. Después de la desaparición misteriosa de dos de mis subordinados en una misión en apariencia tranquila, había alzado la desconfianza de mi superior, por aquella razón ahora me mandaba solo hacia otra de las zonas abandonadas de París, no muy lejos de la Casa de la Noche.

Al llegar, casi sentí un escalofrío recorrer mi piel. Era un espacio desierto, oscuro, lúgubre y maloliente. Aspiré oxígeno con fuerza, intentando descubrir el origen y la textura de aquél aroma. Entonces lo recordé. Recordé el olor de Ginebra, una vampira. Recordé el aroma parecido al óxido y a la sal, perteneciente a la sangre humana. Un nudo se creó en mi garganta y mis ojos buscaron el origen de todo aquello.

Sabiendo que de poco me serviría, tomé mi pistola guardada en mi cinturón trasero y apunté directamente hacia la entrada a los antiguos calabozos, olisqueando el aire que me rodeaba y sin apartar la vista de lo que se iba extendiendo frente a mí. Sabía que no estaba solo y que aquello que me estuviera esperando ahí dentro, no era humano.

Tragué saliva y avancé sin titubear.

por **Beatrix Delaga** Dom Ago 14, 2011 10:48 am

Llevaba ya bastante tiempo allí, incluso después de lo que acababa de hacer. Me acababa de alimentar de un pobre indigente que se hallaba en los calabozos por robar una barra de pan, víctima que consideré adecuada, ya que nadie le extrañaría...y tenía que cazar con un poco de prudencia por ahora, hasta que conociese mejor la ciudad y dónde podía cazar o no, aunque no había resistido la tentación aquella vez que me encontré con aquellos dos caballeros que me habían querido asistir.

Tras alimentarme me sentí mejor y recorrí los calabozos sintiendo una extraña nostalgia. O más bien masoquismo, pues los calabozos en los que había estado cuando era humana eran mucho peores que aquellos, y eso que era una de las zonas más abandonadas de París.

Era un lugar tan siniestro, tan lúgubre...un lugar perfecto para mí cuando dejaba salir mi lado más salvaje y hambriento. O furioso. Uno de los lugares a los que acudiría cuando necesitaba una completa soledad o una caza urgente y discreta.

Entonces oí un ruido y me sobresalté. Había alguien más en los calabozos...pero no era humano, pues lo notaba en el olor...algo que me sonaba, pero que no recrodaba lo que era.

Me acerqué con curiosidad para ver lo que era y entonces lo supe...lo supe cuando vi la figura de un homrbe avanzar hacia mí con una pistola en la mano.

Sonreí de forma encantadora y algo peligrosa, y dije:

-Mesiu...no debería llevar armas en un lugar cómo éste...podría herir a alguien.

por **Eyra Erikdóttir** Dom Ago 14, 2011 10:57 am

El aroma era más intenso a medida que mis pasos se acercaban a los pasadizos y las salas en las que aún colgaban distintos objetos relacionados con la cárcel: manillas, cadenas, bancos de madera desgastada, rejas oxidadas...

De pronto, una voz rompió aquél silencio y mis ojos se adaptaron a la oscuridad del momento, vislumbrando a una joven desconocida que no dejaba de sonreír con cierto deje de picardía. Aquella actitud suya hacía mi persona no me gustó para nada. Sin bajar el arma que ahora la apuntaba directamente, respondí a sus palabras con firmeza y rigidez al momento que dejaba de caminar hacia ella.

- Identifíquese.- le exigí con urgencia, sintiendo cómo una gota de sudor se deslizaba desde mi frente hasta mi cuello. Hacía demasiado calor y aquello estaba demasiado cerrado, sin a penas ventilación. Aquello empezaba a agobiarme, así que mientras con la mano derecha mantenía la pistola en alto, con la izquierda me desabroché la corbata y unos cuantos botones de la camisa, sintiéndome aliviado al momento.- Y dígame qué hace una damisela como usted en un lugar alejado y lúgubre como éste.

Seguí sin avanzar, pero no lo necesitaba. Desde aquella distancia podía escrutar su figura de arriba abajo, fijándome en cada uno de sus minúsculos detalles. Estaba claro, era una vampiresa.

por **Beatrix Delaga** Dom Ago 14, 2011 11:17 am

Ahora aquella arma me estaba apuntando directamente. ¿Cómo se atrevía a hacer semejante cosa? Aunque claro, había un motivo por el que un caballero se atrevería a hacerme semejante cosa: porque sospecha lo que soy. Por los nervios que emanaba de sí ese hombre estaba claro que lo sospechaba, o que lo sabía ya con certeza.

De todos modos, yo acababa de beber sangre y tenía ganas de jugar un poquito, mi lado vampírico estaba muy vivo en aquel momento, por lo que me acerqué un poco más a él y dije:

-Estoy aquí por caridad cristiana, mesiu. Venía a traerle un poco de agua a algún indigente...pero veo que aquí no hay nadie. No los sabía, ya que soy...nueva por estos lares. Me llamo Beatrix Delaga.

Entonces identifiqué el olor de aquel hombre. No despertaba mi apetito, con lo cuál él sería otra cosa...¿un cazador? ¿Un licántropo? Me había peleado con uno hacía ya años...y la cosa había salido bastante desigualada. Mientras esperaba su respuesta, me limpié rápidamente un hilillo de sangre que había comenzado a resbalarme por el labio.

por **Eyra Erikdóttir** Dom Ago 14, 2011 11:27 am

La muchacha llamada Beatrix se acercó a mí pese a mantener la pistola apuntándola directamente a su cabeza. Ella habló con soltura y naturalidad, pero no por eso creí sus palabras. Apestaba a vampiro y ya me había tropezado con suficientes como para saber que eran de todo menos "almas caritativas".

Un oportuno rayo de luna que se posó sobre sus labios me mostraron un fino resquicio de un líquido color rubí deslizándose por uno de sus comisuras. La vampira hizo un gesto para hacer desaparecer aquella evidencia y yo aproveché aquél segundo de distracción para agarrarla del cuello y estamparla con violencia contra una de las rejas que se mantenía erecta a mi lado derecho.

- No juegues conmigo, sanguijuela.- le espeté malhumorado, pues odiaba que me tomaran el pelo.

Tomé la pistola y la apunté a un lado de sus sienes, manteniendo la otra mano fuertemente sujeta a su cuello y aprisionándola contra los barrotes de hierro oxidado con la persistencia de mi cuerpo.

- Dime qué haces aquí de una maldita vez.- insistí con ferocidad, clavando mis ojos lobunos en los suyos, llenos de vida y jovialidad.

Estaba claro lo que había pasado minutos antes de mi llegada, pero necesitaba que ella me lo confirmara.

por **Beatrix Delaga** Dom Ago 14, 2011 12:09 pm

Di un grito de sorpresa y de dolor al sentir cómo me aprisionaban contra la pared y me mantenían contra ella, con la pistola en la sien y la mano en el cuello. Estaba más claro que el agua que sabía lo que era, así que no me molesté en ocultar mis colmillos y los mostré en todo su esplendor.

La obviedad me ofendía bastante, y estaba más claro que el agua que aquel hombre, cazador o lobo, tenía que adivinar lo que había estado haciendo...aunque difícilmente iba a encontrar el cuerpo de aquel indigente...me había asegurado de esconderlo muy bien, para que no lo pudiese encontrar nadie.

Había planeado quemarlo, pues era lo mejor que se puede hacer con los cuerpos que vas dejanto atrás, pero no me había dado tiempo...de todos modos dudaba muy mucho de que lo fuese a encontrar.

No tenía intención de atacar, al menos no todavía...era demasiado pronto.

Sonreí misteriosamente, y a duras penas logré aparte de un rodillazo en el vientre, pues con las manos me era totalmente imposible. Me situé detrás suya, todavía con una sonrisa, pero hablando con un tono visiblemente ofendido:

-¡No debería tratar así a una dama, mesiu!

por **Eyra Erikdóttir** Dom Ago 14, 2011 12:27 pm

Beatrix la Sanguijuela se libró de mí con un sutil pero no por ello flojo rodillazo en mi vientre, haciéndome doblegar y escupir unas gotas de sangre al suelo. Con la vista algo nublada, la busqué con desespero dándome cuenta a su vez, que la pistola había caído al suelo, lejos de mi alcance. Una carcajada me alertó de que ella se encontraba tras de mí y sus palabras, llenas de veneno, me lo confirmaron. Lentamente me volteé para mirarla, ahora lleno de odio e ira por tratarme de aquél modo.

- Y tú no deberías tratar así a la Autoridad.- repliqué entre dientes, relamiéndome los labios aún manchados de mi propia sangre.

Me erguí cuidadosamente y apoyé mi espalda en la misma reja en la que momentos antes, la vampiresa había permanecido acechada por mí. Respiraba con dificultades, pero mi rápida curación me permitió estar al cien por ciento en menos de dos minutos.

- ¿Por qué no me matas?- me pregunté en voz alta, no comprendiendo el por qué teniendo unos momentos en debilidad, ella no lo había aprovechado ya fuera para huir o bien para matarme.

por **Beatrix Delaga** Mar Ago 16, 2011 4:18 am

¿Qué por qué no lo había matado? Por falta de ganas, quizás. A lo mejor tenía ganas de jugar un poco más con él antes de huir de allí, dejándole a su suerte...pero sería bastante divertido ver cómo reaccionaba. Muy pero que muy divertido. Ya tenía cierta experiencia en la lucha contra cazadores o hombres lobo, fuera lo que fuese él ( un licántropo, lo más probable, por el olor) y tenía ganas de jugar...hacía tiempo que no peleaba, desde hace unos cincuenta años más o menos...
-¿Debería hablarle con respeto a la gente que busca matar a seres cómo yo?-le pregunté con mi voz más cristalina, a pesar de que la obviedad ofendía, incluso a mí misma.
Una pena que aquel muchacho no fuese un simple humano...de haberlo sido estaba segura de que hubiese sido un bocado sumamente delicioso, y le habría matado para haber podido saborear su deliciosa sangre, de haber sido posible y a pesar de estar llena. Y en caso de haber sido humana tal vez le habría pedido disculpas y le habría pedido disculpas, pues lo más seguro es que hubiese estado perdida.
Pero aquel no era, ni por asomo, el caso.
Retrocedí un poco más, esperando su reacción. Sonreía sólo de pensarlo.

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 16, 2011 8:45 am

Puse los ojos en blanco y resoplé.

- Por favor, no me hagas reír.- le espeté con indiferencia.- Eres un simple mosquito mutante, ¿de veras crees que voy a tratarme como a mi igual?

Solté una carcajada que resonó en aquél pasillo. Crucé los brazos a la altura de mi pecho y empecé a avanzar hacia la vampiresa con un aire seductor y provocativo hasta arrinconarla sutilmente contra uno de los muros de la sala, encarcelando su cabeza entre mis dos brazos ahora clavados en aquella pared. Acerqué mi boca hacia su cuello y le suspiré con delicadeza y un deje travieso. Con la punta de mi nariz acaricié sus mandíbulas y su mejilla, acercando peligrosamente mis labios hacia su boca.

- Si la murciélago quiere jugar... jugaremos.- sonreí entre dientes.- ¡Pero ojo! Quien juega con fuego... suele quemarse.

por **Beatrix Delaga** Miér Ago 17, 2011 2:23 pm

Al principio no supe muy bien lo que debía responder, pues tenía que admitir que aquello me había sorprendido sobremanera...así que durante unos segunods no fue capaz de decir nada, aparte de mirarle fijamente, y respirar agitadamente, con la sorpresa aún en mi alma...pero luego supe que debía actuar...y pronto.
¿Qué debía responder? Algo original, sin duda, debía actuar como mejor sabía actuar en aquellas situaciones...improvisando. Así que, tras aquellos interminables pero al mismo tiempo fugaces segundos de suspense, supe lo que tenía que hacer...
Sonreí con la más seductora y epligrosa de mis sonrisas y puse una mano en su pecho...pero no le aparté. Lo que hice fue colocar mis colmillos a varios centímetros de su cuello, pero sin llegar a morderle. Si aquel hombre hubiese sido un humano normal y corriente no habría dudado ni un segundo en beber de su sangre, ya que seguramente habría estado deliciosa.
Pero en aquella situación...menudo despilfarro, la verdad. Así que respondí:
-Es una pena que no pueda beber de tu sangre...aunque no te preocupes, querido, que yo sé jugar muy bien a este juego.-dije con una voz peligrosamente sensual.
Y entonces, le di un empujón suave y luego di un salto, dispuesta a darle un golpe por sorpresa.

por **Eyra Erikdóttir** Jue Ago 18, 2011 5:44 am

Ella pareció coincidir conmigo, así que posó una de mis manos a la altura de mi pectoral y su boca se acercó peligrosamente a mi cuello. Sonreí para mí mismo, seguro de que no me perforaría con sus colmillos de sanguijuela. Y no lo hizo, por supuesto. En cambio, me apartó de ella con cierta brusquedad y saltó hacia mí. Al verla venir me quedé quieto, esperando su ataque. Pero cayó sobe mis hombros y antes de pudiera moverse un atisbo, la tomé de sus muñecas y la lancé al suelo, a varios metros de mí. Aproveché aquél momento de confusión para retomar mi pistola y volverla a apuntar, sonriente y seguro de que aquello ya estaba ganado.

- No me subestimes, nena.- exclamé con un aire soberbio.

por **Beatrix Delaga** Lun Ago 22, 2011 1:56 pm

Cuando recibí aquel golpe que me lanzó a varios metros por el suelo no me sorprendí, aunque tenía que admitir que dolió. Ni mucho ni poco, simplemente dolió.
Me levanté y le miré con los ojos brillantes, rápidamente, para ver rápidamente lo que hacía. Le dio tiempo suficiente a sacar su pistola de nuevo y apuntarme, pero yo me pregunté por qué no hacía otra cosa.
Rápidamente me oculté en las sombras, para luego emerger de ellas y regresar de nuevo a sus espaldas. Y antes de que se diese la vuelta susurré, en un tono petulante.
-¿Eso es todo lo que saber hacer? Vamos...que estoy segura de que saber hacer más cosas, pequeño...
Esto último lo dije casi canturreando, eso tenía que admitirlo. Luego me coloqué delante de él y le tiré al suelo, aunque no logré arrebatarle la pistola...
Pero me movía con rapidez, con cuidado para que no lograse darme con la pistola. Pero tenía el presentimiento de que aquel hombre sabía hacer más cosas...por eso me puse a provocarle.

por **Eyra Erikdóttir** Mar Ago 23, 2011 4:46 am

La vampiresa volvió a sorprenderme por la espalda aunque eso de sorprender... todo era una táctica de distracción y la pobre no se daba cuenta de nada, por supuesto. Me lanzó de nuevo al suelo provocándome para que dejara relucir mis habilidades tanto como de policía como de licántropo. De momento me mantenía en lo primero pero no dudaría en usar mis ventajas como lobo si ella persistía en no huír ahora que podía.

Aprovechando que ella se ocultaba entre las sombras lejos de mí, cambié en un santiamén las balas normales por las de madera, que siempre llevaba conmigo en la chaqueta policial.

Cuando ella volvió a aparecer en mi campo de visión, no dudé en dispararle a bocajarro, viendo cómo una de mis balas se insertaba en su muslo. Sonreí para mí mismo y me acerqué a ella.

- Te aconsejé que no me subestimaras.- le recordé con un tono déspota mientras me arrodillaba a su lado, con la pistola aún preparada para dar el último tiro.- Sabes que puedo acabar contigo ahora, si me lo propongo.

Tomé la pistola y la posé justo en su pecho derecho, dónde en principio residía su corazón. Una bala allí sería mortal para ella, reduciéndola a cenizas. Au revoir, sanguijuela, pensé para mis adentros antes de disponerme a apretar el gatillo...

por **Beatrix Delaga** Jue Ago 25, 2011 6:03 am

Esto de sentirse en peligro era bastante excitante, eso tenía que admitirlo. Sentir la pistola tan cerca, al igual que la muerte...¡era tan excitante, tan...divertido!

!Quién iba a pensar que me divertiría con semejantes cosas! Jamás, ni siquiera en mis primeros años, me imaginaría que pudiese divertirme así.

Pero ya que estábamos...

Pero la bala en el muslo ¡me había dolido! Y mucho, la verdad. Me caí al suelo y le miré fijamente mientras él se arrodillaba a mi lado. Pero no tenía miedo.

Me había visto en situaciones peores.

De todos modos tal vez tuviese que huir. La sangre que acababa de beber me había dado fuerzas, pero aún así tenía que ser un poquitín más sensata.

Así qué...¿qué hacer? Sí...saldría de allí, pero esperaría un poco más.

¿Podría levantarme? La bala me había dado un buen golpe, por así decirlo, pero todavía podía servirse de la otra perna para moverme con cierta rapidez, sobre todo después de haber bebido sangre hacía tan poco tiempo...lo cual seguramente n me habrúa sido posible hace apenas un par de horitas.

Bueno....entonces esperaría un poco más. Si las cosas se ponían feas, entonces huiría.

Así que antes de que lograse hacer el último disparo me impulsé con la pierna sana y le empujé contra una celda, en la que se dio un buen golpe en la espalda. Se dio un buen golpe, pero tuve que esquivar la bala por muy poco. Caramba. Aquel hombre era bueno en su trabajo. Tendría que andar con un poquitín más de cuidado.

Me sumergí en las sombras, preparándome para huir, pero atenta a lo que haría el hombre a continuación.

por **Eyra Erikdóttir** Vie Ago 26, 2011 5:49 am

De pronto, la vampiresa me empujó hacia una de las rejas de la sala, cayendo al suelo tras un buen golpe en la espalda que me hizo aullar. Sin embargo, mantuve la pistola firme y le disparé de nuevo, aunque fallé por poco. Refunfuñé maldiciones sin sentido mientras me ponía en pie y cuando vi que ella intentaba huír, meneé la cabeza. ¿Ahora pensaba escapar de mí? Ya había tenido su oportunidad, ahora no pensaba dejarla con vida.

Me adentré en la penumbra de los pasillos y dejé que mi aroma me guiara hacia ella, disparando en cuanto notaba cierto movimiento a mi alrededor.

- Debo advertirte que siempre ganaba al juego del escondite, querida.- reí con amargura, moviendo mis ojos entre la oscuridad para intentar localizarla. Aún me quedaban tres disparos y debía usarlos con cabeza. Esperaría a tenerla cerca para matarla.

por **Beatrix Delaga** Vie Ago 26, 2011 9:49 am

La oscuridad era un lugar por el que sabía manejarme bastante bien, casi mejor que cuando había luz, por lo que no me costaba demasiado esquivar las balas que me disparaba aquel hombre, aunque algunas me pasaron por muy cerca, e incluso una me rozó un hombro, haciéndome un buen rasguño, pero procuré no hacerle caso al dolor y seguir esquivando las balas, con cierta diversión por mi parte, por cierto. Reía suavemente mientras esquivaba las balas, como si aquella fuese una charla agradable y no fuese un estúpido paseo por la muerte, una pelea, un juego que podía transformarse en cualquier cosa.
-Ya, pero yo soy una experta rebatiendo los resultados...¿sabéis? Cuando era pequeña era muy rápida, y más todavia cuando nací a la oscuridad...-bueno, eso era algo mentira, pues cuando me convertí en una vamnpira me costó mucho adapatarme a lo que era.
Traté de no perder de vista al hombre, por el olfato y por el levísimo ruido que provocaba al pasar, pero sobre todo por las balas, que pasaban por muchos sitios pero que nunca llegaban a darme de verdad. Y cuando los disparos entonces supuse que o se le acabaron las balas o que le quedaban pocas, y seguramente querría aprovechar las pocas que le quedaban para matarme, o algo por el estilo...¿quién sabe?
Así que me eché a reír de nuevo, y aceché. No iba a dejar que me disparase, ni mucho menos, pero quería jugar con él un poco más...aquel juego era demasiado excitante como para dejarlo ahora, a pesar del evidente peligro que estaba corriendo en aquel instante.
-Un disparo más se verá metido en un buen lío, monsieur.-dije en mi tono más peligroso y juguetón, un tono que sacaba poquísimas veces, sólo cuando mi lado vampírico afloraba en todo su esplendor, sin artificios ni nada.-Un tiro más y se enfrentará a su posible perdición...

por **Eyra Erikdóttir** Dom Ago 28, 2011 7:44 am

Era un riesgo el que estaba dispuesto a correr. Al fin y al cabo, la vida en si es arriesgada. Torcí una sonrisa cuando ella caminaba hacia mí, tan segura de sí misma. Alcé el arma que llevaba entre manos y apunté hacia mi propio hombro, apretando el gatillo para provocarme una pequeña herida, casi como un rasguño. Ella estaba cerca y el tiro salpicó su rostro de mi sangre. Sabía que mi sangre no sería su favorita pero los vampiros eran dóciles cuando de comida se trataba. Sabía que no podría negarse a un mordizco.

Caminé hacia ella mostrando la herida y haciendo gestos para que me atacara, para que me mordiera o lamiera mi herida. La sangre brotaba con un fino hilo desde mi hombro hasta los dedos de mi mano. Ardía, pero era soportable. Bebe de mí, pequeña, bebe... le gritaba interiormente, sin dejar de recortar distancias y con la pistola todavía en mano. Dos balas. Aún me quedaban dos balas. Y pensaba usar sólo una más de ellas. Un tiro limpio y directo. Ella se relamió los labios y sus ojos se centraron mi herida.

Eres mía.

por **Beatrix Delaga** Miér Ago 31, 2011 12:39 pm

Al principio me entraron unas ganas tremendas de echarme a reír...¡qué tonto había sido al dispararse así mismo en el hombro! Era una absoluta tontería, en mi opinión. Con eso se condenaba más y más...
Pero entonces no pude evitar reparar, hipnotizada, en la sangre que caía de su hombro...era realmente hermosa, pero el olor no era, ni mucho menos, el mejor que había olido en toda mi vida. Pero aún así...acababa de beber sangre, por lo que el olor no me haría abalanzarme sobre él directamente como un mosntruo que llevaba semanas sin beber sangre. Eso era algo que nunca me había pasado y que esperaba que no sucediese jamás...para mí, y para el resto de vampiros que se precien como tal, aquella era una situación a la que no se debía llegar nunca.
Pero...¿por qué me ofrecía su sangre? Me tenía hipnotizada, y ya desde que habia visto a aquel policía por primera vez me había dado cuenta de que, de haber sido un humano y corriente, me habría procurado su sangre, que sin duda sería deliciosa.
Aún así, a pesar de no ser esa la mejor sangre del mundo, me tenía hipnotizada, algo que no me hacía la menos gracia. Me acerqué a él sin dejar de observar aquella sangre que brotaba de su hombro, cálida, palpitante, viva...eso era lo mejor, la vida.
Me relamí los labios con sensualidad, segura de que ese trago no estaría nada malo, y me arrodillé a su lado. Saqué los colmillos y me acerqué peligrosamente a su hombro, dónde le lamí la sangre con cierto deje de sensualidad. No pude evitarlo, la verdad. La sangre siempre me hacía comportarse así, y más, cuando estaba buena. De todos modos, aquella no era precisamente la mejor sangre que había probado en mi vida, pero rampoco estaba tan mala.
Y entonces me preparé para algo más...algo que se me ocurrió así, de repente.

por **Eyra Erikdóttir** Vie Sep 02, 2011 2:10 pm

La sanguijuela cayó en mi trampa de cuatro patas.

Se acercó a mí y se arrodilló para lamer la sangre que correteaba por mi brazo. Aquél gesto era excitante y morboso, no podía negarlo. No dejaba de ser una hermosa y sensual mujer que permanecía arrodillada ante mí, lamiendo mi piel en un lugar solitario y oscuro. Sin duda, mi parte más casanova e instintiva me gritaba que la tomara de los brazos y le abriera las piernas de par en par tan sólo para adueñarme de su cuerpo de mujer y saboreara la fruta prohibida de la tentación.

Pero me contuve, esperando el momento en el que ella mostró sus colmillos y se acercó peligrosamente a la herida de mi hombro, preparada para morderla antes de que mi don regenerador cerrara aquella apertura y ella pudiera succionar mi sangre. Sonreí satisfecho y coloqué la punta de la pistola en su vientre.

- Qué desperdicio de mujer... con lo apetecible que eres sexualmente hablando, pequeña.- reí, apretando el gatillo sin titubear.

Off: No me muerdas, ¿eh? xD .. que creo que moriría xDDDD!

por **Beatrix Delaga** Sáb Sep 03, 2011 11:23 am

Por suerte no había apuntado a mi corazón, y al ver que apretaba el gatillo hice un rápido movimiento como para esquivarlo, pero de todos modos la bala me dio en una zona del vientre que me dolió bastante...un poco por encima de la cadera, por lo que, aunque me doliera horrores, se podría recuperar en un tiempo sin daños graves. Debería haberme apuntado al corazón, y no entendía por qué no lo había hecho...tal vez no quisiera matarme ahora...
Y la verdad es que no sabía por qué había hecho lo que había hecho, aunque tal vez era porque la sangre que acababa de beber, a pesar de ser de un insignificante vagabundo, había estado bastante deliciosa y me había dejado llevar por el éxtasis y mi lado vampírico, algo que me ocurría con cada vez más frecuencia, a medida qué...pero no le di ni un segundo más a ese pensamiento, lo único que sabía es que lo que había hecho era un jueguecito inconsciente que practicaba cada vez con más frecuencia, que me gustaba arriesgar mi vida cada vez más a menudo, a pesar de llevarme algún que otro golpe.
Me levanté y retrocedí bastantes pasos, sin alejas la vista de él, con la mano en el lugar dónde me había dado la pistola...tal vez debiera irme...pero si lo hacía no sería la última vez que le vería...aquel juego me divertía bastante, eso tenía que admitirlo.
-Podréis hacerme todo el daño que queráis pero jamás podréis acabar conmigo monsieur...me gusta mucho jugar, y pase lo que pase me gusta alargar el juego hasta el final...¿acaso me privaréis de esto?-la sonrisa que solté después era bastante seductora, aquel juego era bastante divertido, a pesar del dolor que sentía.Ya estaba más que acostumbrada. Se llevo un dedo manchado con su propia sangre a los labios y lo lamió con la misma sensualidad de antes

Off: No pensaba hacerlo, es que últimamente he andado un poquitín con falta de inspiración...

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