In fraganti [Beatrix] (+18)

por **Eyra Erikdóttir** Dom Ago 14, 2011 10:36 am

Recuerdo del primer mensaje :

Caminaba despacio y con aire despreocupado hacia mi nuevo destino en el que debería patrullar aquella noche de media luna. Después de la desaparición misteriosa de dos de mis subordinados en una misión en apariencia tranquila, había alzado la desconfianza de mi superior, por aquella razón ahora me mandaba solo hacia otra de las zonas abandonadas de París, no muy lejos de la Casa de la Noche.

Al llegar, casi sentí un escalofrío recorrer mi piel. Era un espacio desierto, oscuro, lúgubre y maloliente. Aspiré oxígeno con fuerza, intentando descubrir el origen y la textura de aquél aroma. Entonces lo recordé. Recordé el olor de Ginebra, una vampira. Recordé el aroma parecido al óxido y a la sal, perteneciente a la sangre humana. Un nudo se creó en mi garganta y mis ojos buscaron el origen de todo aquello.

Sabiendo que de poco me serviría, tomé mi pistola guardada en mi cinturón trasero y apunté directamente hacia la entrada a los antiguos calabozos, olisqueando el aire que me rodeaba y sin apartar la vista de lo que se iba extendiendo frente a mí. Sabía que no estaba solo y que aquello que me estuviera esperando ahí dentro, no era humano.

Tragué saliva y avancé sin titubear.

por **Eyra Erikdóttir** Dom Sep 04, 2011 10:39 am

A veces mis instintos animales me sobrepasaban. Pocas veces perdía el control de las situaciones pero lastimosamente, aquella fue una de esas veces.

Ella se encontraba herida, tambaleante e indefensa. Y aun así, la vampiresa no perdía aquella sensualidad del principio. Perdí la cabeza, es cierto. Pero lo que a continuación ocurrió, es un episodio que jamás le conté a nadie, siempre intentando ahogarlo en las profundidades de mis recuerdos.

Sin apartar la pistola de ella, llevé mi mano a un bolsillo trasera, extrayendo una pequeña botella de alcohol puro, de aquél que quemaba y ardía la garganta. Me la tomé toda en dos largos sorbos, lanzándola lejos de nosotros y caminando hacia la muchacha sonriente, desabrochándome el cinturón de mis pantalones que contenía plata en el cerrojo. Tomé la vampiresa del cuello y la estampé contra un reja de hierro, atándola con mi cinturón del cuello y observando cómo al roce con la plata su piel emanaba una pequeña humareda.

- Has sido muy mala, niña... tendré que castigarte.- reí, visiblemente fuera de control, alejándome de mi humanidad y traicionando mis principios ético-
morales.

Relamí mis labios con provocación, sintiendo un enorme bulto en mi entrepierna. Sin dudar, desgarré la ropa de la muchacha y sostuve sus manos contra la reja para que ella no se resistiera. Mi boca empezó entonces un viaje por su cuerpo sin límite alguno.

por **Beatrix Delaga** Lun Sep 05, 2011 7:42 am

Contemplé con cierta curiosidad como se quitaba el cinturón y se bebía aquella pequeña botellita de alcohol puro. La verdad es que en aquel momento no tenía ni idea de lo que pensaba hacer. Ya lo creo que no lo sabía...porque me llevé un buen susto cuando me llevó hasta las rejas y puso la plata contra mi piel, haciendo que se elevase una pequeña humareda y me doliese...pero aquello era tan extraño...
Y más extraño me pareció cuando me desgarró la ropa y comenzó a besarme y...la verdad es que no podía escapar, ni darle ningún golpe ni nada, pues me tenía bastante acorralada, ¿se puede saber qué estaba haciendo?
De todos modos no importaba, porque, aunque herida, yo seguía eufórica por lo que acababa de hacer, por la sangre que acababa de tomar y por la euforia que sentía, mis instintos vampíricos estaban bien despiertos aquella noche, y...sentí un placer enorme cuando me comenzó a tocar. Intenté soltarme, pero no fui capaz ni de moverme, mis manos también estaban agarradas, entrelazadas con las suyas con fuerza.
Gemí un poco sin poder evitarlo, comenzando a sentir un calor brutal...no, señoras y señores, aquello no estaba bien...pero de todos modos, ¿qué importaba? No podía escapar, de todos modos.
En aquel momento no sentía otra cosa que el dolor de mis heridas, y el placer prohibido que me estaba provocando...casi tan delicioso como la sangre.
Respiré entrecortadamente, tratando de decir algo...pero no me salían todavía las palabras.

por **Eyra Erikdóttir** Lun Sep 05, 2011 9:05 am

Moví mis manos hacia sus pechos desnudos, fríos como el hielo pero suaves como ningunos otros había acariciado. Tomé sus muslos entre mis manos y guié sus piernas hasta que quedasen enrolladas en mi cadera. Sabía que aquello era peligroso, que me despedía del límite de lo cuerdo. Pero estaba algo ebrio y mi parte lobuna controlaba mis actos, regidos sólo por el deseo sexual del momento.

Y la penetré. Oh, sí, ya lo creo. Me adueñé de su cuerpo con ferocidad e intensidad, clavando mi verga en su interior, haciéndola gemir y gritar sin saber si era de placer o de dolor. Mis labios besaban su boca y recorrían su cuello y sus senos, embistiéndola contra las rejas, sintiendo cómo mi verga crecía enormemente en su interior, desatando mi yo salvaje, aullando y jadeando cuando la pasión se hacía incontrolable.

Aquello era una locura... ¡pero qué deliciosa locura!

por **Beatrix Delaga** Mar Sep 06, 2011 3:27 pm

Grité más fuerte todavía cuando sentí que me penetraba. Aquello era una auténtica locura, no estaba nada bien, pero el placer que estaba sintiendo superaba sin duda al dolor. Me sentía suya, completamente suya, y en aquel momento eso me gustaba muchísimo, a pesar del dolor que sentía también, aunque quizás aquel dolor formase parte de aquel agónico placer.
No sentía otra cosa más que a él cerca mía, y las sensaciones que me estaba provocando. Lo sentía en mi interior y mi placer aumentaba, aquel placer sexual que iba en aumento, como un tremendo calor que crecía más y más. Así que, al no poder resistirme, no pude evitar devolverle los besos con avidez, deseando que aquello no acabara, muy a mi pesar.
-Esto...no...está bien. ¡Oh, sí!-susurré en sus labios, en una de las breves pausas de un apasionados besos,volví a gemir. Me costaba muchísimo hablar, con todo lo que me estaba haciendo.
Mi resistencia se desvaneció al poco rato, y acabé finalmente deseando que me hiciera suya una y otra vez, hasta desfallecer.

por **Eyra Erikdóttir** Miér Sep 07, 2011 5:04 am

Sus gritos desgarradores me excitaban muchísimo, intensificando mis embestidas con ferocidad y casi con ira, viendo cómo las rejas a las que ellas estaba presa empezaban a ceder por aquella brutalidad con la que la estampaba una y otra vez.

- ¡Eres mía!¡Eres mía!¡Eres mía!- gritaba sin cesar como respuesta a sus quejas.

Con mis manos en sus muslos abría sus piernas para penetrarla con más facilidad aunque de vez en cuando las medio cerraba para sentir su presión en mi miembro. Mi boca loca ardía en llamas cada vez que lamía y mordisqueaba sus duros pezones erectos, masajeando sus senos con mis labios y mi lengua, sintiendo el contacto con su lengua fría y marmórea contra la mía cálida y robusta. Entonces centré mi atención en su cuello desnudo, recorriendo cada poro de su piel con mis dientes y mis besos, cerrando los ojos para concentrarme en los movimientos frenéticos de mis caderas, creyendo que en cualquier momento mi pene atravesaría sus entrañas, pues aquello estaba descontrolado y mi verga no dejaba de crecer y excitarse. Aullé profundamente junto a su oído antes de volver mi boca hacia uno de sus pechos, mordiéndolos sin frenesí.

por **Beatrix Delaga** Jue Sep 08, 2011 5:22 pm

En un momento dado el
dolor fue sustituido por el placer, o por lo menos eso creía, llegó un momento
en el que no fui capaz de distinguir el placer del dolor…así que traté de
arquear las caderas para quedar más pegada a él, para sentir aún con más
intensidad las embestidas que me estaba dando, a pesar de que ya me las estaba
dando bastante fuerte…las rejas parecían estar a punto de ceder y todo de lo
fuerte que me estaba dando.

Sentía un placer
tremendo cuando él me besaba con esa furia, y me daba todo ese calor brutal que
contrastaba con la frialdad natural de mi piel. Le devolvía los besos que me
daba, y trataba de acercarlo más a mí, sin ser capaz de sentir otra cosa más
que aquello.

No tardaría mucho en
llegar al orgasmo, me extrañaba incluso que no me hubiese llegado todavía,
debido al placer agónico que estaba sintiendo, que iba subiendo cada vez más.
Mis gemidos iban in crescendo a medida que pasaban los minutos, sentía mi
sexualidad más despierta que nunca. Y eso, pegado a la euforia de la sangre,
estaba creando un auténtico torbellino en mí.

por **Eyra Erikdóttir** Vie Sep 09, 2011 9:48 am

Clavé mis uñas en su piel, sin poder evitar un sonoro gruñido cuando mis testículos rebosaban en semen y éste era eyaculado con intensidad en el interior de aquella vampiresa, no sin detener mis embestidas por ello, aferrándome a sus muslos y hundiendo mi rostro entre sus pechos para saborear aquél increíble clímax que había alcanzado. Mordí sus pezones una vez más y me dirigí a su cuello para lamerlo.

- Exquisito.- susurré en su oído mientras ella jadeaba y sus piernas temblaban levemente, todavía contraída por aquél arrebato lujurioso.

Poco a poco saqué mi verga de su vagina humedecida y la oculté tras mis pantalones, mirando el rostro exhausto de la mujer con una sonrisa triunfal. Tomé la pistola del suelo pues se había caído entre aquellas embestidas tan brutales y revisé antes de dispararle de nuevo, ésta vez en su pezón derecho. Reí y con una fingida reverencia, me alejé del lugar dejándola atada en aquella reja y completamente desnuda, imaginándome la divertida escena en la que se encontraría cuando alguien la hallase en tal situación. Aunque realmente a penas me importaba lo que sucediera con ella, pues ya había obtenido lo que quería. Fuera, París había amanecido en un día realmente radiante y aquello fue la guinda del pastel, pues mis carcajadas resonaron por todo aquél lugar.

- Púdrete en el infierno, sanguijuela.- refunfuñé divertido para mí mismo, desapareciendo por aquellas calles rumbo a la comisaría dónde, por cierto, llegaba tarde.

Off: ¿Cierras tema? Wink

por **Beatrix Delaga** Sáb Sep 10, 2011 12:01 pm

Beatrix no dijo nada. Se sentía agotada, pero cuando se marchó Loukas se levantó, y con las manos temblorosas se colocó la ropa. Se sentía dolorida, pero no se atrevió a pensar en nada.
Cojeando, y con un mal aspecto, se dispuso a salir de allí, pero sólo en cuanto estuvo segura de que no había más nadie.
Sentía dolores por todo el cuerpo, pero estaba acostumbrada a cosas peores, así que decidió no pensar en ello en la medida de lo posible. Regresaría a su hotel y descansaría. Tal vez se aseguría más víctimas. La sangre lo curaba todo, y una enfermera también, así que procuró no pensar en ello. Cojeando, con las ropas desgarradas pero la mente en otros lados, salió de allí aupada por las sombras de la noche, una noche que no tardaría en desasparecer para convertirse en un amanecer.

Off: Por supuesto, cerraré el tema enseguida.

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