Desnudando el alma [Kaine]

por **Arlette** Dom Ago 21, 2011 12:24 pm

Aquella era una de esas noches melancólicas y tristes en los que despertaban con ganas de volver a dormirme sólo para continuar con un hermoso sueño. Pero la realidad también tiene su belleza y aquella noche quería demostrármelo a mí misma.

La luna me miraba con extrañeza cuando se percató de que había cambiado mis vestidos sensuales y provocativos por uno sencillo y corto de color negro que pese a su ajustado corte no tenía nada que ver con los anteriores. Salí de casa de una forma casi desconocida para mí; sin maquillaje, ni joyas, con el cabello suelto adornando mi espalda semidesnuda, sola, sin una sonrisa que iluminara mi rostro...

Caminé durante minutos, siguiendo el paso normal de un humano pese a no serlo realmente. Podría haberme plantado allí en un santiamén, pero preferí disfrutar de la soledad y del camino. Me había perdido en una zona del bosque que no conocía y frente a mí, un grandioso, silencioso y solitario lago se extendía de forma casi mágica.

Entonces volví a esbozar una ámplia sonrisa y decidí quitarme los zapatos para sentir la sensación del césped acariciar mis pies denudos. Con dichos zapatos en la mano, caminé hacia la laguna y tras cerciorarme de que no había ningún curioso allí me deshice del vestido dejándolo en la rama de un árbol y me zambullí con libertad en aquellas aguas cristalinas.

por **Kaine de Ronsard** Miér Ago 24, 2011 5:57 pm

Las noches en parís siempre eran iguales, lóbregas y silenciosas, tan calmadas como el mar después de una tormenta, sin embargo durante sus días en aquella hermosa ciudad había logrado sacarle algo de provecho a sus noches bebiendo hasta la muerte y gritándole a todo aquel que se cruzarse en su camino, no sabia porque pero había terminado de alguna manera haciendo dos o tres a los que a lo mejor podía decirles amigos, sin embargo había una cosa que le traía con los nervios de punta, y eran las pesadillas que lo atormentaban en las noches, rostros familiares y gritos desgarradores lo volvían completamente loco y su rostro comenzaba a verse afectado por la falta de sueño, solo un poco, sin embargo era evidente que no pegaba un ojo en días.

Aquella noche no fue la excepción a la regla así que en vez de quedarse en cama pensando en sus pesadillas prefirió levantarse y echar a andar, así si se quedaba dormido por el cansancio nada ni nadie lograría despertarlo, ni siquiera un maldito cazador atravesándole el estomago o un ave carroñera devorando sus entrañas.

- Por aquí??? O tal vez por el otro lado…-susurraba mientras su pupilas se movían nerviosas atreves de las ramas que cubrían su camino, en algún punto de su travesía había llegado al bosque, simplemente estaba caminando sin rumbo fijo buscando algo que hacer para no aburrirse, un gran aullido se escucho alrededor seguido de otros cuatro, se trataba de sus pequeños perros quienes nerviosos por la salud de su amo parecían dirigir una marcha fúnebre, confundiendo sus lamentos con los de una manada de lobo- Por ahí debe ser…-Continuo vislumbrando a lo lejos el brillo de la luna menguante cayendo sobre las aguas de un hermosa laguna.

por **Arlette** Jue Ago 25, 2011 6:59 am

Dejé que mis párpados cayeran y se cerraran mis ojos, sintiendo el suave manto de agua que envolvía mi cuerpo entre sus húmedos brazos. La brisa nocturna se enredaba en mi cabello y traía a mis pulmones tranquilidad y frescor. Nadé manteniendo la cabeza fuera del agua, saboreando cada momento en soledad. A lo lejos, se podían escuchar los búhos urular y los grillos canturrear entre el césped que rodeaba la laguna. Sin necesidad de alzar la vista y encender de nuevo todos mis sentidos, sabía que allí había alguien más. Unos pasos vacilantes se aproximaban hacia la parte de la laguna en la que me encontraba y sin embargo, no dejé que aquello matara la calma que reinaba en mi interior. Sin abrir aún los ojos, me zambullí completamente, dejando que las yemas de mis manos acariciaran las piedras y las algas que crecían bajo la superfície, abriendo entonces mis ventanales azabaches para disfrutar de la compañía de algunos pececillos que intentaban alcanzar mi velocidad.

Pasados largos minutos bajo el agua, decidí salir a tomar una bocanada de oxígeno, olvidándome de la segunda presencia pues creía que probablemente sólo estaba dándose un paseo y que no se hallaría allí cuando yo saliera a la superfície. Pero me equivoqué, pues allí seguía un muchacho observándome desde la lejanía. Alcé la mano a modo de saludo y esperé a que alguno de sus movimientos indicara su marcha, pues no deseaba salir del agua todavía ni compartir mi baño con un completo desconocido. Aunque... ¿por qué no? Quizás aquél indivíduo podía entretener aquella silenciosa y solitaria noche...

Sonreí para mis adentros y nadé elegantemente hacia la orilla en que él se encontraba, percatándome entonces de que se trataba de un licántropo. Fruncí levemente la nariz por su olor pero supe disimularlo para que no se diera cuenta de tal gesto. Apoyé mis brazos en la orilla y recosté mi mentón en el hueco que éstos habían dejado al cruzarse. Le sonreí con picardía y sin dejar de mover mis piernas como si de unas tijeras se trataran, salpicándole levemente el cabello.

- ¿Desea darse un baño, caballero?- le pregunté, creando una máscara angelical en mi rostro.

por **Kaine de Ronsard** Vie Sep 23, 2011 10:42 pm

En medio del bosque el lobo observo las formas que la luz de la luna formaban contra el agua, durante su corrida entre los arboles había decidido subir por el tronco de un árbol para ver aquella gran cantidad de agua acumulada en todo su esplendor, puede que fuese una cosa muy simple pero aquel lugar tendía a calmarlo bastante, en especial después de una mala noche en la que se veía obligado a deambular por ahí debido a su imposibilidad para dormir. Se acomodó entonces sobre una fuerte y ligeramente torcida rama, la noche parecía más silenciosa de lo que esperaba y prometía ser acogedoramente larga

- Ey…-comento mientras soltaba un fuerte silbido- están ahí???-pregunto sintiendo la presencia de aquella jauría que lo perseguía todo el tiempo, a veces a escondidas y a veces de manera abierta le demostraban su lealtad y cariño- están ah….-su voz ahogo dentro de su garganta de una manera cómicamente exagerada, casi se vio a punto de atragantarse al ver una hermosa aparición de en medio de las aguas calmada de aquella vieja laguna, a su mente vinieron diversas historias contadas por sus padre, de mujeres hermosas que se aparecían seductoras ante los caminantes mostrando una sobrenatural belleza que los encantaba, nadie escapaba de las redes de aquellas sublimes curvas que incitaban al pecado- Mi preciosa dama, no sería un caballero si decidiese entrar con usted encontrándose así de desprotegida-comento con una fingida galantería impropia de su forma de ser

Claro, el conocía perfectamente el final de aquellas viejas historias, aquellos hombres que enloquecían ante un inocente rostro eran devorados por culpa de su propia perversión. Una sonrisa maliciosa se formó en su rostro, el no creía en la bondad de aquella joven, no porque tuviese alguna especie de sexto sentido que le avisase que ella mentía sino porque simplemente estaba enfermo de paranoia

por **Arlette** Dom Sep 25, 2011 6:53 am

Reí ante aquella caballerosidad del licántropo, encogiéndome de hombros como si no me importase aquella respuesta o su rechazo. No obstante, claro que me importó. Estaba demasiado acostumbrada a que los hombres me venerasen allá por donde iba, y que él rechazase una invitación como aquella me hacía sentir como una simple mujer más, insulsa y falta de sensualidad. Y aquello debía remediarlo ahora que aún podía.

Me alcé de las aguas, dejando que la luz de la luna perfilara el contorno de mis curvas desnudas y que la brisa nocturna acariciara mi largo y hñumedo cabello anillado. Mis pies caminaron un poco más para acercarme a él con una sonrisa llena de perversión.

- ¿Está seguro que no lo desea?- murmuré con picardía, guiñándole un ojo mientras la yema de mis dedos bajaba de mi cuello por mi escote, por uno de mis voluptuosos pechos y caía a la altura de mi cintura en un gesto lleno de eroticidad.- Lástima, pues. Hubiese sido divertido jugar con un lobito travieso.- reí ligeramente, dándome la vuelta para darle la espalda y, sin submergirme, nadar hasta dónde se encontraban aquellas pequeñas cascadas, sabiendo que mis palabras habían provocado al hombre y esperando a que sus movimientos se asemejaran a lo que deseaba que ocurriera en aquella laguna solitaria.

por **Kaine de Ronsard** Mar Sep 27, 2011 10:50 pm

Una sonrisa sínica apareció en su rostro, aquella joven mujer pretendía arrastrarlo al fondo del lago y devorarlo por completo, claro, el concepto de “devorar” para los dos era completamente diferente pero lo más seguro es que a fin de cuentas lograsen entender las intenciones del otro

- Nunca dije que no lo desease, solo menciono que para mí es imposible cometer semejante falta de respeto a una bella y distinguida dama como usted-hablando de aquella forma correcta y completamente respetuosa hasta podría decirse que era un caballero distinguido y con educación, sin embargo la sorna en su expresión demostraba completamente lo contrario.

Nuevamente los ojos del licano se centraron en las curvas de la joven, la luz de la luna llegaba a sus espaldas dotándola de u aura mágica y encantadora, igual que en las viejas historias que su padre le contaba la muchacha poseía unos ojos pintados con las manos de los dioses mientras su piel exhibía una blancura tersa y fría igual que una pieza de mármol pulido, ella ere simple… etérea… hermosa… y muy probablemente malvada

- Es que acaso no cree poco prudente invitar a un desconocido de esa forma?? –comento al tiempo que saltaba del árbol cayendo justo detrás de ella con una sonrisa de autosuficiencia en el rostro, el probablemente recordaba vagamente la esencia de los vampiros pero justo en ese momento lo que le retenía era la mala sangre heredada de su padre

por **Arlette** Vie Sep 30, 2011 6:11 am

Resoplé y meneé la cabeza.

- No le creo.- murmuré con una suave carcajada, volteándome cuando escuché cómo saltaba del árbol y se acercaba por mi espalda.

Sonreí para mis adentros y lentamente me di la vuelta, caminando entre el agua y creando ciertas olas a mi alrededor que, junto con el escenario creado por la luna, daba una imagen casi surrealista. Me acerqué a la orilla en la que el lobo antropomorfo se encontraba y, sin dejar de clavar mis ojos en los suyos, salí del agua y caminé por el césped de la orilla hasta pararme frente a él, quedando a escasos milímetros de su rostro, dejando que nuestras respiraciones se entremezclaran y que las gotas de agua se deslizaran por mi piel desnuda y mi cabello creara cierta cortina sobre mis prominentes pómulos.

Alcé una mano hacia una de sus mejillas y con la yema de mi dedo índice dibujé sobre su firme piel la forma de un corazón. Sonreí dulcemente y me puse de puntillas, inclinándome hacia él y rozando mis labios en su oreja derecha.

- Sé que lo deseas tanto como yo.- susurré sensualmente, antes de lamer el lóbulo de su oreja como gesto provocativo.

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