AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
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Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
23.00. Rumanía.
Yulianna se había desplazado cientos de kilómetros. Estaba en Rumanía. En un palacio. Sí. Así era. ¿Por qué? Trabajo. La tienda de ropa de Yul daba mucho de sí, y de casualidad un año antes una mujer perteneciente a la alta aristocracia rumana había comprado un vestido en su tienda de París, y no pudo resistirse a encargar más. Ahora ella era una invitada especial en su fiesta. ¿El motivo? Su boda. Sí, su enlace con un duque de Francia. Toda una sorpresa para su país, pero así era. Y parecían enamorados. Y Yulianna estaba enormemente encantada, pues acababa de encargarle que le hiciese el vestido de novia, y eso era todo un placer para ella.
En aquel momento eran las once en punto. Ella estaba nerviosa en la habitación de ala sur de aquel enorme palacio en el que viviría aquella pareja. Estaba vestida. Lista. Preparada. O eso creía. Ella no sabía lo que le depararía la noche, ni a quien conocería, ni cómo acabaría la noche. Aún no lo sabía.
Se levantó de la silla y se miró por última vez en el espejo. Aquella noche estaba.... bueno, eso vendrá después. Salió de la habitación. Decidida. Como ella era. Se cruzó con varias personas del servicio. La miraban, la admiraban, le sonreían. Y entonces llegó al gran salón principal. A dos metros de ella estaba la hermosa escalera la cual estaba cubierta por una alfombra roja. Sonrió. Era feliz. Y entonces bajó el primer escalón. Todos la miraban. Podía notarlo.
Yulianna llevaba un vestido de tul color rosa palo. No vestía guantes, nunca le habían llamado la atención, pero si un collar de diamantes que había adquirido en una tienda de antigüedades de París, y por último, llevaba una tiara, recuerdo de su madre, que acompañaba al hermoso recogido que le habían echo instantes antes. Esa noche brillaba. Se sentía como nunca. Y se daba cuenta de que había llegado lejos.
Entonces, entre sus pensamientos, llegó al final de la escalera, y un hombre tomó su madre. Era un mayardomo, que la acompañó hasta el baile. La cena ya había pasado, sin duda todo exquisito, pero ahora llegaba su momento favorito. El baile, pero Yulianna no se había dado cuenta de que aquella vez no tenía acompañante, así que se limitó a aceptar una copa de champagne, y a sonreír, admirando la belleza de la novia que la miraba con complicidad.
Yulianna se había desplazado cientos de kilómetros. Estaba en Rumanía. En un palacio. Sí. Así era. ¿Por qué? Trabajo. La tienda de ropa de Yul daba mucho de sí, y de casualidad un año antes una mujer perteneciente a la alta aristocracia rumana había comprado un vestido en su tienda de París, y no pudo resistirse a encargar más. Ahora ella era una invitada especial en su fiesta. ¿El motivo? Su boda. Sí, su enlace con un duque de Francia. Toda una sorpresa para su país, pero así era. Y parecían enamorados. Y Yulianna estaba enormemente encantada, pues acababa de encargarle que le hiciese el vestido de novia, y eso era todo un placer para ella.
En aquel momento eran las once en punto. Ella estaba nerviosa en la habitación de ala sur de aquel enorme palacio en el que viviría aquella pareja. Estaba vestida. Lista. Preparada. O eso creía. Ella no sabía lo que le depararía la noche, ni a quien conocería, ni cómo acabaría la noche. Aún no lo sabía.
Se levantó de la silla y se miró por última vez en el espejo. Aquella noche estaba.... bueno, eso vendrá después. Salió de la habitación. Decidida. Como ella era. Se cruzó con varias personas del servicio. La miraban, la admiraban, le sonreían. Y entonces llegó al gran salón principal. A dos metros de ella estaba la hermosa escalera la cual estaba cubierta por una alfombra roja. Sonrió. Era feliz. Y entonces bajó el primer escalón. Todos la miraban. Podía notarlo.
Yulianna llevaba un vestido de tul color rosa palo. No vestía guantes, nunca le habían llamado la atención, pero si un collar de diamantes que había adquirido en una tienda de antigüedades de París, y por último, llevaba una tiara, recuerdo de su madre, que acompañaba al hermoso recogido que le habían echo instantes antes. Esa noche brillaba. Se sentía como nunca. Y se daba cuenta de que había llegado lejos.
Entonces, entre sus pensamientos, llegó al final de la escalera, y un hombre tomó su madre. Era un mayardomo, que la acompañó hasta el baile. La cena ya había pasado, sin duda todo exquisito, pero ahora llegaba su momento favorito. El baile, pero Yulianna no se había dado cuenta de que aquella vez no tenía acompañante, así que se limitó a aceptar una copa de champagne, y a sonreír, admirando la belleza de la novia que la miraba con complicidad.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
- Mensajes : 323
Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Camine entre aquellas personas, paseando por aquel salón abarrotado de gente.
Aquella noche había sido invitado a la boda del duque.
Todo el mundo parecía alegre, todas las jóvenes parecías ilusionadas con sus vestidos y joyas, todos los varones de la sala parecían alegres con aquellas bandejas llenas de bebida sin límite…incluso los sirvientes parecían pasárselo bien en aquel ambiente festivo, parloteando entre ellos sobre cómo se veían sus jefes y el resto de invitados…
Yo sinceramente me preguntaba porque había decidido venir. Había conocido al duque hacia unos cuantos años en un viaje a Rusia, él se había percatado de que yo era escritor y se había sentido interesado en mí para que yo escribiese para él, había comentado algo sobre sus memorias…
Memorias…? Desde cuando escribía yo memorias? Yo escribía por libre mis propias fantasías siempre bajo nombres inventados. No había aun ni un solo libro que tuviese mi verdadero nombre puesto en su cubierta. De hecho eso me había traído hasta Rumania, había venido buscando un poco de paz y ambientes nuevos para una futura historia.
Pero el duque parecía un buen hombre, así que para no ser descortés con él no le había dicho nada. Básicamente porque pensaba que nunca más le volvería a ver.
Quien me iba a decir que me lo iba a volver a encontrar? Y que me invitaría a su celebración? Yo solo estaba de paso por allí pero sin entender como, me había visto envuelto en una invitación que no pude rechazar, después de todo aquella era mi última noche en la ciudad antes de retomar mis viajes. O al menos ese era el plan…
Nada me hacia figurar lo que aquella noche me deparaba. Los inescrutables giros del destino parecían tener aun muchos planes para mi sin que yo sospechase lo mas mínimo…
Me aparte de la gente apoyándome en un pilar del gran salón, más que nada observando.
No pude evitar sonreír al mirarles, en aquellas reuniones todos se lo pasaban bien, recordaban sus buenos momentos y cuando ellos también habían decidido desposarse.
Sus vidas podían parecer demasiado aburridas, pero aun así no dejaban de tener algo que yo no tenía, un principio y un final. Todos ellos crecían, se prometían, se separaban, formaban una familia, envejecían…Hacían todo lo que yo había deseado hacer.
A pesar de que yo estaba a acostumbrado a vagabundear solo, pensé en lo que agradable que habría sido estar acompañado para variar, aunque hubiese sido para hacer aquel baile que comenzaba ahora a sonar…
Divagando, ya estaba divagando otra vez, estaba dispuesto ya a marcharme. Si veía al duque podría decirle que no me encontraba bien, después de todo ya había venido. Había cumplido con el protocolo.
Sin embargo mis pasos se vieron parados en seco cuando vi a aquella joven bajar poco a poco las escaleras.
Su melena rubia parecía iluminar aun mas su dulce mirada, su presencia era imponente, pero a la vez sutil y grácil.
Ella no encajaba en aquel lugar, parecía un ángel perdido entre el gentío. Demasiado buena para compartir espacio con los demás. Camine sin poder quitar los ojos de su rostro.
Ella tenía algo que llamo mi atención desde el primer momento.
Era algo que no podía definir del todo, y yo era escritor, me dedicaba a definir y describir cosas….que era lo que ella tenía? carisma quizás? Dulzura?...no lo sabía a ciencia cierta, sus ojos mostraban un brillo especial que no sabía descifrar, y aquello fue lo que movió algo dentro de mí. Yo tenía que conocerla.
Me acerque mezclándome entre la muchedumbre mientras caminaba hacia aquella escalera, la música sonaba y la gente se emparejaba para bailar.
Ella se quedo apartada un momento del gentío, era posible que no hubiese nadie acompañándole?
Un hombre se acerco hacia ella, muy seguramente para que bailase con él, pero no podía permitírselo.
Aquel hombre estaba hablando con ella cuando yo me acerque y puse una mano sobre su hombro, aquel hombre me miro y yo simplemente le susurre mentalmente que desapareciese de nuestra vista…Aquel hombre balbuceo algo ininteligible a la dama y se fue despacio atontado, mientras se perdía entre el gentío.
Aquella hermosa mujer me miro quizás sin entender que estaba pasando.
Me acerque hacia ella posiblemente llamando también su atención. Le sonreí, por un momento pensando que ella se trataba de un espejismo. Era posible que mis ojos me engañasen?
-Disculpad mi grosería. Quizás aquel hombre era vuestro acompañante…Pero, creo que le ha surgido un asunto…
Seriáis tan amable de concederme este baile bella dama? Dije haciendo una reverencia mientras tomaba su mano y la besaba con la mayor suavidad posible.
Mi tacto seria frio para ella pero no podía hacer nada por evitarlo. Hacia muchísimo tiempo que no tenia calor corporal que le iba a hacer?
Me volví a poner en pie para contemplarle…Aun sosteniendo su cálida mano, quizás pasándome, pero sin deseos de soltarle. Mientras los demás se movían a nuestro alrededor danzando como si fuesen un fondo borroso para mi, ya que yo estaba totalmente ajeno a lo que ocurría a mi lado, pues solo tenía ojos para aquella joven…Los segundos comenzaron a pasar sin que yo me diese cuenta…Si esto era un espejismo, realmente era uno que no deseaba que acabase…
Aquella noche había sido invitado a la boda del duque.
Todo el mundo parecía alegre, todas las jóvenes parecías ilusionadas con sus vestidos y joyas, todos los varones de la sala parecían alegres con aquellas bandejas llenas de bebida sin límite…incluso los sirvientes parecían pasárselo bien en aquel ambiente festivo, parloteando entre ellos sobre cómo se veían sus jefes y el resto de invitados…
Yo sinceramente me preguntaba porque había decidido venir. Había conocido al duque hacia unos cuantos años en un viaje a Rusia, él se había percatado de que yo era escritor y se había sentido interesado en mí para que yo escribiese para él, había comentado algo sobre sus memorias…
Memorias…? Desde cuando escribía yo memorias? Yo escribía por libre mis propias fantasías siempre bajo nombres inventados. No había aun ni un solo libro que tuviese mi verdadero nombre puesto en su cubierta. De hecho eso me había traído hasta Rumania, había venido buscando un poco de paz y ambientes nuevos para una futura historia.
Pero el duque parecía un buen hombre, así que para no ser descortés con él no le había dicho nada. Básicamente porque pensaba que nunca más le volvería a ver.
Quien me iba a decir que me lo iba a volver a encontrar? Y que me invitaría a su celebración? Yo solo estaba de paso por allí pero sin entender como, me había visto envuelto en una invitación que no pude rechazar, después de todo aquella era mi última noche en la ciudad antes de retomar mis viajes. O al menos ese era el plan…
Nada me hacia figurar lo que aquella noche me deparaba. Los inescrutables giros del destino parecían tener aun muchos planes para mi sin que yo sospechase lo mas mínimo…
Me aparte de la gente apoyándome en un pilar del gran salón, más que nada observando.
No pude evitar sonreír al mirarles, en aquellas reuniones todos se lo pasaban bien, recordaban sus buenos momentos y cuando ellos también habían decidido desposarse.
Sus vidas podían parecer demasiado aburridas, pero aun así no dejaban de tener algo que yo no tenía, un principio y un final. Todos ellos crecían, se prometían, se separaban, formaban una familia, envejecían…Hacían todo lo que yo había deseado hacer.
A pesar de que yo estaba a acostumbrado a vagabundear solo, pensé en lo que agradable que habría sido estar acompañado para variar, aunque hubiese sido para hacer aquel baile que comenzaba ahora a sonar…
Divagando, ya estaba divagando otra vez, estaba dispuesto ya a marcharme. Si veía al duque podría decirle que no me encontraba bien, después de todo ya había venido. Había cumplido con el protocolo.
Sin embargo mis pasos se vieron parados en seco cuando vi a aquella joven bajar poco a poco las escaleras.
Su melena rubia parecía iluminar aun mas su dulce mirada, su presencia era imponente, pero a la vez sutil y grácil.
Ella no encajaba en aquel lugar, parecía un ángel perdido entre el gentío. Demasiado buena para compartir espacio con los demás. Camine sin poder quitar los ojos de su rostro.
Ella tenía algo que llamo mi atención desde el primer momento.
Era algo que no podía definir del todo, y yo era escritor, me dedicaba a definir y describir cosas….que era lo que ella tenía? carisma quizás? Dulzura?...no lo sabía a ciencia cierta, sus ojos mostraban un brillo especial que no sabía descifrar, y aquello fue lo que movió algo dentro de mí. Yo tenía que conocerla.
Me acerque mezclándome entre la muchedumbre mientras caminaba hacia aquella escalera, la música sonaba y la gente se emparejaba para bailar.
Ella se quedo apartada un momento del gentío, era posible que no hubiese nadie acompañándole?
Un hombre se acerco hacia ella, muy seguramente para que bailase con él, pero no podía permitírselo.
Aquel hombre estaba hablando con ella cuando yo me acerque y puse una mano sobre su hombro, aquel hombre me miro y yo simplemente le susurre mentalmente que desapareciese de nuestra vista…Aquel hombre balbuceo algo ininteligible a la dama y se fue despacio atontado, mientras se perdía entre el gentío.
Aquella hermosa mujer me miro quizás sin entender que estaba pasando.
Me acerque hacia ella posiblemente llamando también su atención. Le sonreí, por un momento pensando que ella se trataba de un espejismo. Era posible que mis ojos me engañasen?
-Disculpad mi grosería. Quizás aquel hombre era vuestro acompañante…Pero, creo que le ha surgido un asunto…
Seriáis tan amable de concederme este baile bella dama? Dije haciendo una reverencia mientras tomaba su mano y la besaba con la mayor suavidad posible.
Mi tacto seria frio para ella pero no podía hacer nada por evitarlo. Hacia muchísimo tiempo que no tenia calor corporal que le iba a hacer?
Me volví a poner en pie para contemplarle…Aun sosteniendo su cálida mano, quizás pasándome, pero sin deseos de soltarle. Mientras los demás se movían a nuestro alrededor danzando como si fuesen un fondo borroso para mi, ya que yo estaba totalmente ajeno a lo que ocurría a mi lado, pues solo tenía ojos para aquella joven…Los segundos comenzaron a pasar sin que yo me diese cuenta…Si esto era un espejismo, realmente era uno que no deseaba que acabase…
Jerarld Délvheen- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 14/08/2011
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Yulianna bebió la copa de champagne, y entonces alguien se acercó. Ella no se había fijado en nadie aquella noche, es decir, en nadie que no fuese la novia o en su defecto el duque que permanecía constantemente pendiente de su bella dama.
Pues como decía, un señor entradito en edad se acababa de acercar a Yulianna. He de decir que había bebido demasiado, y su mujer lo observaba, y también a Yuli, con cara de querer matarla, pero... ¿qué había echo ella? Tan solo se había puesto un bonito vestido. Y es que ella no era una persona a la que le gustara llamar la atención entre el resto, pero sin saber por qué solía pasarle. Y aquella noche era otra de aquellas tantas. Cortesmente le dijo que no le apetecía bailar. Y entonces fue cuando un muchacho se acercó. Y el hombre se marchó, para tranquilidad de su esposa.
Yulianna, pensó que se había acercado porque quizás aquel era su padre, o porque lo conocía, pero cuando escuchó la melodiosa voz que aquel joven se dio cuenta de que sus intenciones eran otras. Quería bailar con ella, y a juzgar por sus movimientos a pesar de ser un poco atrevido, parecía nervioso. Ella sonrió. Alagada. Pero no solo eso. Aquel joven había llamado su atención como ningún otro en muchos años. Era alto, de complexión atlética, de cabello negro, ojos... realmente indescriptibles. Y una sonrisa... que encandilaría a cualquiera.
Cuando cogió su mano la sintió fría, pero Yulianna no podía pensar. Estaba bloqueada. Solo quería bailar con él. Dejarse llevar. Y entonces dio un paso al frente y sonrió más ampliamente.
-Mi nombre es Yulianna. -Susurró en su oído. Entonces se dio cuenta de que todos la miraban. Ahora sí podía decir por qué. Era porque estaba con el hombre más espectacular de la sala. Y quién sabe de dónde más.
Ella, por su parte, no podía dejar de mirarle fijamente a los ojos.
Pues como decía, un señor entradito en edad se acababa de acercar a Yulianna. He de decir que había bebido demasiado, y su mujer lo observaba, y también a Yuli, con cara de querer matarla, pero... ¿qué había echo ella? Tan solo se había puesto un bonito vestido. Y es que ella no era una persona a la que le gustara llamar la atención entre el resto, pero sin saber por qué solía pasarle. Y aquella noche era otra de aquellas tantas. Cortesmente le dijo que no le apetecía bailar. Y entonces fue cuando un muchacho se acercó. Y el hombre se marchó, para tranquilidad de su esposa.
Yulianna, pensó que se había acercado porque quizás aquel era su padre, o porque lo conocía, pero cuando escuchó la melodiosa voz que aquel joven se dio cuenta de que sus intenciones eran otras. Quería bailar con ella, y a juzgar por sus movimientos a pesar de ser un poco atrevido, parecía nervioso. Ella sonrió. Alagada. Pero no solo eso. Aquel joven había llamado su atención como ningún otro en muchos años. Era alto, de complexión atlética, de cabello negro, ojos... realmente indescriptibles. Y una sonrisa... que encandilaría a cualquiera.
Cuando cogió su mano la sintió fría, pero Yulianna no podía pensar. Estaba bloqueada. Solo quería bailar con él. Dejarse llevar. Y entonces dio un paso al frente y sonrió más ampliamente.
-Mi nombre es Yulianna. -Susurró en su oído. Entonces se dio cuenta de que todos la miraban. Ahora sí podía decir por qué. Era porque estaba con el hombre más espectacular de la sala. Y quién sabe de dónde más.
Ella, por su parte, no podía dejar de mirarle fijamente a los ojos.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Yulianna…pensé…
-Encantado de conocerte Yuli. Le comente también susurrándole al oído para que me escuchase a pesar de la música.
-Mi nombre es Jerarld. Pero puedes llamarme como gustes comenté sonriéndole sincero. Como si me llamaba idiota arrogante, me hubiese dado igual, me sentía ciertamente embobado con la sonrisa y la mirada de la joven, definitivamente ella no pegaba allí, se veía mejor que la propia anfitriona.
Dance con ella entre mis brazos tomando su mano y su cintura, sentí ligeramente su pulso, pero me deje llevar más por su esencia. Su aroma era francamente fresco y suave. Sutil, pero dulce. Definitivamente muy pero que muy tentador.
Le conduje dando algunos giros con ella mis brazos, vi por un momento que incluso algunas personas a nuestro alrededor paraban para mirarnos o nos dejaban espacio para continuar.
Era imposible que los demás no contemplasen a la joven de la misma forma que yo le miraba.
Por más que lo pensaba menos se me ocurría que hacia ella bailando conmigo y no con cualquier otro joven de mas nivel que el mío.
Su aroma seguía allí sutil y misterioso invadiendo mis sentidos.
-Eres familiar de alguno de los novios? Pregunte algo curioso, era mejor que me distrajese charlando con ella.
-Yo…bueno creo que estoy aquí por accidente…Veras conocí al duque en un viaje, soy escritor…y de hecho ahora mismo estoy de camino…En realidad soy de Noruega…
Que me ocurría? Estaba hablando sin parar, estaba nervioso quizás? Tenía que reconocer que era un poco complicado mantener la presencia delante de Yuli, ella simplemente se veía perfecta, y yo…yo no hacía más que meterme en malos entendidos.
La música comenzó a parar poco a poco, nuestro baile comenzaba a acabar y la idea no me agradaba.
Significaba que ella se alejaría quizás para reunirse con sus amigos o sus sirvientes…Tenía que darme prisa, no podía perder su pista.
-Yuli, te gustaría dar un paseo conmigo en los jardines? Donde hay mas calma?...Sería un placer que aceptases… pero si no lo deseas lo entenderé…comente aun cerca de ella admirando aquellos ojos expresivos y dulces.
-Encantado de conocerte Yuli. Le comente también susurrándole al oído para que me escuchase a pesar de la música.
-Mi nombre es Jerarld. Pero puedes llamarme como gustes comenté sonriéndole sincero. Como si me llamaba idiota arrogante, me hubiese dado igual, me sentía ciertamente embobado con la sonrisa y la mirada de la joven, definitivamente ella no pegaba allí, se veía mejor que la propia anfitriona.
Dance con ella entre mis brazos tomando su mano y su cintura, sentí ligeramente su pulso, pero me deje llevar más por su esencia. Su aroma era francamente fresco y suave. Sutil, pero dulce. Definitivamente muy pero que muy tentador.
Le conduje dando algunos giros con ella mis brazos, vi por un momento que incluso algunas personas a nuestro alrededor paraban para mirarnos o nos dejaban espacio para continuar.
Era imposible que los demás no contemplasen a la joven de la misma forma que yo le miraba.
Por más que lo pensaba menos se me ocurría que hacia ella bailando conmigo y no con cualquier otro joven de mas nivel que el mío.
Su aroma seguía allí sutil y misterioso invadiendo mis sentidos.
-Eres familiar de alguno de los novios? Pregunte algo curioso, era mejor que me distrajese charlando con ella.
-Yo…bueno creo que estoy aquí por accidente…Veras conocí al duque en un viaje, soy escritor…y de hecho ahora mismo estoy de camino…En realidad soy de Noruega…
Que me ocurría? Estaba hablando sin parar, estaba nervioso quizás? Tenía que reconocer que era un poco complicado mantener la presencia delante de Yuli, ella simplemente se veía perfecta, y yo…yo no hacía más que meterme en malos entendidos.
La música comenzó a parar poco a poco, nuestro baile comenzaba a acabar y la idea no me agradaba.
Significaba que ella se alejaría quizás para reunirse con sus amigos o sus sirvientes…Tenía que darme prisa, no podía perder su pista.
-Yuli, te gustaría dar un paseo conmigo en los jardines? Donde hay mas calma?...Sería un placer que aceptases… pero si no lo deseas lo entenderé…comente aun cerca de ella admirando aquellos ojos expresivos y dulces.
Jerarld Délvheen- Vampiro/Realeza
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
"Yuli", dijo él con su varonil voz. Le gustaba que la llamase así, porque creaba una sensación de cercanía, a pesar de haberse conocido en aquel momento. Pero a ella le daba igual, estaba demasiado ocupada sintiendo el roce de su piel, mirando sus labios moverse mientras hablaba, y sus expresivos ojos mirarla. Era algo especial.
Comenzaron a moverse al ritmo de la lenta música. Era elegante aquel baile, ella lo conocía desde pequeña, y ellos habían resultado la mejor pareja. ¿Por qué? Por la envidia que el resto sentía, y por la admiración de otros que les daban el paso. Pero había que reconocer una cosa: Yulianna no estaba muy pendiente del baile, sino de su acompañante, y eso le había pasado factura pues no había bailado demasiado bien. Ya habría una segunda vez. O no. En ese momento se dio cuenta de que quizás nunca más lo volvería a ver, y cuando la música dejó de sonar quiso que la tierra la tragase. Él se iría. Seguramente traería amigos, a su pareja o... ¡quién sabe qué! Pero de nuevo aquella dulce voz sonó cercana a su oído y la tranquilizó. Le había pedido que pasease con él. ¿Estaba soñando? Quería pellizcarse, pero no podía, porque él tomaba sus manos.
Sin pensárselo dos veces sonrió y aceptó con la mayor cortesía posible. Tomó su brazo y comenzó a caminar saliendo de la sala. Ahora sabía que era la envidia de todas.
Cuando llegaron al jardín, aceptó una copa de champagne que tomaría y después posaría más adelante. Invitó a Jerarld, como él se llamaba a coger otra y siguió avanzando. Quería alejarse de la multitud. Era lo que más odiaba de los eventos sociales: las miradas envenenadas.
-Es un placer habele conocido... Jerarld. -Musitó con voz dulce. Lo miraba de nuevo, de arriba a abajo y cada vez le gustaba más. -Entonces... ¿Noruego? Nunca he estado allí.
El jardín era hermoso, y tenía muchas flores, y también árboles. Y Yulianna había encontrado un sitio que le gustaba. Bebió el champagne no sin antes decir "Por nosotros", y dejó caer la copa. No se aguantaba más. Tomó la mano de Jerarld y echó a correr. Creía que iba a tropezar, pero no fue así. Y al fin habían llegado. Estaban lejos de la terraza principal, y por eso le gustaba ese sitio. No había ruido, estaban entre todos los árboles y muchos rosales. Era un sitio muy bonito. Allí podrían conocerse mejor.
-Gracias por haberme invitado a salir. -Aún tomaba su mano, pero la dejó para no incomodarle.
Comenzaron a moverse al ritmo de la lenta música. Era elegante aquel baile, ella lo conocía desde pequeña, y ellos habían resultado la mejor pareja. ¿Por qué? Por la envidia que el resto sentía, y por la admiración de otros que les daban el paso. Pero había que reconocer una cosa: Yulianna no estaba muy pendiente del baile, sino de su acompañante, y eso le había pasado factura pues no había bailado demasiado bien. Ya habría una segunda vez. O no. En ese momento se dio cuenta de que quizás nunca más lo volvería a ver, y cuando la música dejó de sonar quiso que la tierra la tragase. Él se iría. Seguramente traería amigos, a su pareja o... ¡quién sabe qué! Pero de nuevo aquella dulce voz sonó cercana a su oído y la tranquilizó. Le había pedido que pasease con él. ¿Estaba soñando? Quería pellizcarse, pero no podía, porque él tomaba sus manos.
Sin pensárselo dos veces sonrió y aceptó con la mayor cortesía posible. Tomó su brazo y comenzó a caminar saliendo de la sala. Ahora sabía que era la envidia de todas.
Cuando llegaron al jardín, aceptó una copa de champagne que tomaría y después posaría más adelante. Invitó a Jerarld, como él se llamaba a coger otra y siguió avanzando. Quería alejarse de la multitud. Era lo que más odiaba de los eventos sociales: las miradas envenenadas.
-Es un placer habele conocido... Jerarld. -Musitó con voz dulce. Lo miraba de nuevo, de arriba a abajo y cada vez le gustaba más. -Entonces... ¿Noruego? Nunca he estado allí.
El jardín era hermoso, y tenía muchas flores, y también árboles. Y Yulianna había encontrado un sitio que le gustaba. Bebió el champagne no sin antes decir "Por nosotros", y dejó caer la copa. No se aguantaba más. Tomó la mano de Jerarld y echó a correr. Creía que iba a tropezar, pero no fue así. Y al fin habían llegado. Estaban lejos de la terraza principal, y por eso le gustaba ese sitio. No había ruido, estaban entre todos los árboles y muchos rosales. Era un sitio muy bonito. Allí podrían conocerse mejor.
-Gracias por haberme invitado a salir. -Aún tomaba su mano, pero la dejó para no incomodarle.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
- Mensajes : 323
Fecha de inscripción : 15/04/2011
Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Sonreí cuando Yuli comenzó a arrastrarme por el jardín, normalmente las jóvenes eran recatadas y avergonzadas. Lo cual a veces era muy aburrido y agotador de soportar.
Yuli en cambio brindaba conmigo, me miraba a los ojos sin miedo y aceptaba mi mano sin temer mi tacto frio.
Definitivamente me sentía cada vez mas encantado con su compañía.
-Si, soy noruego, comente mientras trotaba a su lado cuando ella me llevaba aun de la mano. Tu eres de aquí? Vives en Rumania?...Yo…es que estoy de paso, he viajado bastante…Casi toda mi vida…soy más viejo de lo que aparento bella dama…dije sin poder evitar reír con aquello. Por mi edad yo debía de ser un decrépito, antiguo, arcaico y prehistórico individuo, pero que le iba a hacer?
-Déjeme decirle que el placer de conocerle ha sido mío…Le contemple sonriéndole. Me sentía tan cómodo en su presencia, que deseaba quedarme allí con ella toda la noche…claro que no podía hacerlo, quizás en este mismo instante le estarían buscando.
Mire el lugar a donde me había llevado, la naturaleza se mostraba en todo su esplendor, como si un aire mágico inundase la noche.
-es una lástima que no haya música en los jardines verdad? comente mientras caminaba a su alrededor …Aunque bueno…dicen que si uno tiene imaginación…
Le tome de la mano y le hice girar, como si fuese un paso de baile, haciendo que su hermoso vestido ondease en el aire cuan vaporoso era.
Ella sonrió al girar, y yo me situé delante suyo cuando el giro acabo.
-Estoy siendo un descortés Yuli…pero desearía que te quedases aquí conmigo…Aunque supongo que tu pareja te estará esperando…Me quede con su mano aun tomada, su tacto era más que agradable. Que tenia aquella joven? Porque me inspiraba tanta confianza? Quizás me cruzaría la cara de un momento a otro, pero tampoco me parecía que eso fuese algo malo.
La brisa hizo que algunos pétalos de cerezo cayesen sobre nosotros en aquel hermoso jardín. Algunos se situaron sobre sus cabellos, dándole un aire aun más angelical y dulce si cabía. Lentamente extendí mi mano hacia su rostro y aparte un pétalo que se había situado cerca de su mejilla en algunos mechones de su cabello, no pude evitar rozarle con mis dedos…Su aroma comenzaba a hacerse cada vez mas embriagador para mi.
-Quien eres tu Yuli…Eres de verdad un ser de este mundo o solo estoy soñando?...
La brisa siguió soplando fresca y relajante entre nosotros como si la naturaleza también se sintiese a gusto entre nosotros…
Yuli en cambio brindaba conmigo, me miraba a los ojos sin miedo y aceptaba mi mano sin temer mi tacto frio.
Definitivamente me sentía cada vez mas encantado con su compañía.
-Si, soy noruego, comente mientras trotaba a su lado cuando ella me llevaba aun de la mano. Tu eres de aquí? Vives en Rumania?...Yo…es que estoy de paso, he viajado bastante…Casi toda mi vida…soy más viejo de lo que aparento bella dama…dije sin poder evitar reír con aquello. Por mi edad yo debía de ser un decrépito, antiguo, arcaico y prehistórico individuo, pero que le iba a hacer?
-Déjeme decirle que el placer de conocerle ha sido mío…Le contemple sonriéndole. Me sentía tan cómodo en su presencia, que deseaba quedarme allí con ella toda la noche…claro que no podía hacerlo, quizás en este mismo instante le estarían buscando.
Mire el lugar a donde me había llevado, la naturaleza se mostraba en todo su esplendor, como si un aire mágico inundase la noche.
-es una lástima que no haya música en los jardines verdad? comente mientras caminaba a su alrededor …Aunque bueno…dicen que si uno tiene imaginación…
Le tome de la mano y le hice girar, como si fuese un paso de baile, haciendo que su hermoso vestido ondease en el aire cuan vaporoso era.
Ella sonrió al girar, y yo me situé delante suyo cuando el giro acabo.
-Estoy siendo un descortés Yuli…pero desearía que te quedases aquí conmigo…Aunque supongo que tu pareja te estará esperando…Me quede con su mano aun tomada, su tacto era más que agradable. Que tenia aquella joven? Porque me inspiraba tanta confianza? Quizás me cruzaría la cara de un momento a otro, pero tampoco me parecía que eso fuese algo malo.
La brisa hizo que algunos pétalos de cerezo cayesen sobre nosotros en aquel hermoso jardín. Algunos se situaron sobre sus cabellos, dándole un aire aun más angelical y dulce si cabía. Lentamente extendí mi mano hacia su rostro y aparte un pétalo que se había situado cerca de su mejilla en algunos mechones de su cabello, no pude evitar rozarle con mis dedos…Su aroma comenzaba a hacerse cada vez mas embriagador para mi.
-Quien eres tu Yuli…Eres de verdad un ser de este mundo o solo estoy soñando?...
La brisa siguió soplando fresca y relajante entre nosotros como si la naturaleza también se sintiese a gusto entre nosotros…
Jerarld Délvheen- Vampiro/Realeza
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Jerald sonreía por cómo ella le había "arrastrado" hacia aquel lugar. Estaba encantada con su compañía, y no deseaba irse, pero es que no podía o mejor dicho, no sabía como decirle que se quedara a su lado. Entonces dio por sentado que en unos minutos él tendría que irse, aunque fiándose por su instinto de mujer diría que no llevaba pareja, pues ella si tuviera pareja no estaría en aquel lugar "tan íntimo" con él, aunque lo desease, pues eso sería faltarle al respeto a la otra persona.
-Pues me encantaría conocer tu país. ¿Me lo mostrarás algún día? -dijo con una bella sonrisa.
-Soy de Rusia... pero vivo en París desde hace unos ocho años. Tengo mi línea de ropa, y vendo por todo el mundo. Conocía a la que será duquesa, le vendí un vestido, dos, varios y ahora haré para ella el de su boda. Irá hermosa. Si fuera para mí no sería tan bonito. Es una mujer elegante que tiene muy buen gusto. -Le contó, pero en realidad no le interesaba hablarle de Danna, que era como se llamaba, sino que prefería el silencio, y poder observarle.
Se dio cuenta de que él tomaba aún su mano. Era un hombre educado, pero directo. Y sobretodo atractivo, galán, guapo. Y con unos hermosos labios. Intentó pensar en otra cosa, pero entonces se dio cuenta de que él había tomado su mano. La sentía fría, pero no le molestaba su tacto. Al contrario. Le agradaba sentirle, aunque acabara de conocerlo. Era especial. Entonces Jer comenzó a hablar. Le pidió que se quedase. Y ella... digamos que no dudó en dar su siguiente paso.
Cuando él le hubo quitado las ojas que acababan de caerle encima, ella acarició la mejilla de él con dulzura y luego la besó de la manera más tierna que alguien pueda imaginar.
-Gracias por estar aquí. Por dejar que te conozca. -Sus mejillas se rozaban, y ella tenía los ojos cerrados. Disfrutaba de su compañía.
En ese momento, estaba sumergida. Como si no fuera ella. Como si estuviera soñando. Y tuvo que decirlo, no pudo más.
-Haberte conocido es un sueño. -Y se quedó mirándole a los ojos, muy cerca de él, sin importarle lo que el resto pudiera pensar al verlos, o lo que otra en su lugar haría. Todas ellas eran recatadas, que pensaban en el resto, y no en sus sentimientos. Pero Yuli, como él la llamaba, era diferente. Y lo estaba demostrando.
-Pues me encantaría conocer tu país. ¿Me lo mostrarás algún día? -dijo con una bella sonrisa.
-Soy de Rusia... pero vivo en París desde hace unos ocho años. Tengo mi línea de ropa, y vendo por todo el mundo. Conocía a la que será duquesa, le vendí un vestido, dos, varios y ahora haré para ella el de su boda. Irá hermosa. Si fuera para mí no sería tan bonito. Es una mujer elegante que tiene muy buen gusto. -Le contó, pero en realidad no le interesaba hablarle de Danna, que era como se llamaba, sino que prefería el silencio, y poder observarle.
Se dio cuenta de que él tomaba aún su mano. Era un hombre educado, pero directo. Y sobretodo atractivo, galán, guapo. Y con unos hermosos labios. Intentó pensar en otra cosa, pero entonces se dio cuenta de que él había tomado su mano. La sentía fría, pero no le molestaba su tacto. Al contrario. Le agradaba sentirle, aunque acabara de conocerlo. Era especial. Entonces Jer comenzó a hablar. Le pidió que se quedase. Y ella... digamos que no dudó en dar su siguiente paso.
Cuando él le hubo quitado las ojas que acababan de caerle encima, ella acarició la mejilla de él con dulzura y luego la besó de la manera más tierna que alguien pueda imaginar.
-Gracias por estar aquí. Por dejar que te conozca. -Sus mejillas se rozaban, y ella tenía los ojos cerrados. Disfrutaba de su compañía.
En ese momento, estaba sumergida. Como si no fuera ella. Como si estuviera soñando. Y tuvo que decirlo, no pudo más.
-Haberte conocido es un sueño. -Y se quedó mirándole a los ojos, muy cerca de él, sin importarle lo que el resto pudiera pensar al verlos, o lo que otra en su lugar haría. Todas ellas eran recatadas, que pensaban en el resto, y no en sus sentimientos. Pero Yuli, como él la llamaba, era diferente. Y lo estaba demostrando.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Su beso me conmovió. Tan dulce…tan cálida…Como es que un pobre escritor vagabundo por el mundo y algo mafioso como yo podía haberse encontrado con semejante ángel?
Como me habían dicho en más de una ocasión…”Era un desgraciado con muchísima suerte”.
Su mejilla rozo la mía y nuestros ojos se encontraron. Le contemple mientras sentía como me hundía cada vez más en su mirada limpia, traslucida…una mirada pura.
Acerque mi rostro al suyo, mientras nuestras narices se rozaban.
Su aroma era cada vez más y mas embriagador para mí, la brisa parecía que incluso aumentaba aquella sensación…
-Yuli….no desearía estropear esta noche…esto es como estar en una nube…nunca imagine que me toparía con alguien como tu… no quiero hacerte daño pénse.
Estar a su lado comenzaba a sumirme en una extraña espiral de deseo…y entonces por primera vez en aquella noche temí.Temí de mi mismo.
Temí su aroma, su tacto, toda ella comenzaba a ser demasiado.
Su esencia estaba comenzando a trastornarme, la desee con todas mis fuerzas. Dese absorber ese aroma, desee envolverle en un abrazo sin fin…
Una parte de mi luchaba y me decía que no, que no lo hiciera. Ella era pura, era buena…ella no tenía la culpa de haberse encontrado conmigo. Porque tenía que dañarla? Porque tenía que corromperla?...No quería hacer algo que pudiese herirle. Pero la otra parte se negaba a resistirse, sentía que no podía controlarlo, no era dueño de mis actos, la parte salvaje comenzaba a dominarme, obligandome a hacerlo.
Su aroma era demasiado para mi, mis colmillos habían aflorado ya, y mi respiración se habia agitado. cada segundo se hacía más difícil que el anterior mientras yo intentaba contenerme.
Le abrace…Sentía que ni siquiera podía ya alejarme de ella. Estaba perdido. Yuli era como una droga que no podia dejar.
Contemple sus ojos, mientras nuestros rostros se mantenían a escasos centímetros el uno del otro. Me acerque poco a poco hacia ella para besar su cuello, sintiendo su respiración agitándose cada vez más. Sentí su pulso y aquello ya fue el límite, supero mis fuerzas. Le tome con fuerza entre mis brazos y le contemple un instante, si iba a hacerlo sería sin dolor, sin sentir nada…Sus ojos quedaron fijos en los míos un momento y entonces volvi a acercar mis labios a su mejilla, mientras poco a poco bajaba con mis besos por su piel para alojarme en su cuello, sintiendo su tacto cálido en mis labios.
Enterré suavemente mis colmillos en ella, sintiendo su esencia, su sabor, todo aquello como el súmmum de la noche sumado a la adrenalina y a la sensación de sentirse vivo a cada sorbo…
Pero no podía, no quería…
Tenía que parar! tenía que frenar! no podía hacerle esto!!
Me debatia en una lucha interna, y la estaba perdiendo.
…Yuli…porque no te fuiste? Porque tenias que bailar conmigo?...
Como me habían dicho en más de una ocasión…”Era un desgraciado con muchísima suerte”.
Su mejilla rozo la mía y nuestros ojos se encontraron. Le contemple mientras sentía como me hundía cada vez más en su mirada limpia, traslucida…una mirada pura.
Acerque mi rostro al suyo, mientras nuestras narices se rozaban.
Su aroma era cada vez más y mas embriagador para mí, la brisa parecía que incluso aumentaba aquella sensación…
-Yuli….no desearía estropear esta noche…esto es como estar en una nube…nunca imagine que me toparía con alguien como tu… no quiero hacerte daño pénse.
Estar a su lado comenzaba a sumirme en una extraña espiral de deseo…y entonces por primera vez en aquella noche temí.Temí de mi mismo.
Temí su aroma, su tacto, toda ella comenzaba a ser demasiado.
Su esencia estaba comenzando a trastornarme, la desee con todas mis fuerzas. Dese absorber ese aroma, desee envolverle en un abrazo sin fin…
Una parte de mi luchaba y me decía que no, que no lo hiciera. Ella era pura, era buena…ella no tenía la culpa de haberse encontrado conmigo. Porque tenía que dañarla? Porque tenía que corromperla?...No quería hacer algo que pudiese herirle. Pero la otra parte se negaba a resistirse, sentía que no podía controlarlo, no era dueño de mis actos, la parte salvaje comenzaba a dominarme, obligandome a hacerlo.
Su aroma era demasiado para mi, mis colmillos habían aflorado ya, y mi respiración se habia agitado. cada segundo se hacía más difícil que el anterior mientras yo intentaba contenerme.
Le abrace…Sentía que ni siquiera podía ya alejarme de ella. Estaba perdido. Yuli era como una droga que no podia dejar.
Contemple sus ojos, mientras nuestros rostros se mantenían a escasos centímetros el uno del otro. Me acerque poco a poco hacia ella para besar su cuello, sintiendo su respiración agitándose cada vez más. Sentí su pulso y aquello ya fue el límite, supero mis fuerzas. Le tome con fuerza entre mis brazos y le contemple un instante, si iba a hacerlo sería sin dolor, sin sentir nada…Sus ojos quedaron fijos en los míos un momento y entonces volvi a acercar mis labios a su mejilla, mientras poco a poco bajaba con mis besos por su piel para alojarme en su cuello, sintiendo su tacto cálido en mis labios.
Enterré suavemente mis colmillos en ella, sintiendo su esencia, su sabor, todo aquello como el súmmum de la noche sumado a la adrenalina y a la sensación de sentirse vivo a cada sorbo…
Pero no podía, no quería…
Tenía que parar! tenía que frenar! no podía hacerle esto!!
Me debatia en una lucha interna, y la estaba perdiendo.
…Yuli…porque no te fuiste? Porque tenias que bailar conmigo?...
Jerarld Délvheen- Vampiro/Realeza
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Nos mirábamos, intensamente, y estábamos muy cerca. Tanto, que mi nariz rozó la suya, y un beso fue deseado. Pero no fue eso lo que Yulianna encontró sino que se topó con unas bonitas palabras por parte de Jerarld. "Como estar en una nube", dijo él, y ella no pudo hacer más que sonreír.
Estaba feliz aquella noche. ¿Cómo es que alguien en tan poco tiempo podía crear tantas sensaciones? Le atraía realmente a Yulianna y no podía hacer más que buscar sus caricias, caricias que para su sorpresa encontró. Comenzó por el cuello, subió a su rostro pero debió decidir que la primera opción era la correcta.
Su respiración era agitada, parecía muy nerviosa y de pronto la abrazó. Lo hizo de manera un tanto brusca, pero Yulianna lo interpretó como muestra de la pasión. Se equivocaba.
Besó su mejilla y después bajó al cuello de Yuli. En ese momento esta sintió algo helado como el hielo, no sabía que pasaba. Sintió dolor. Que su sangre afloraba. Que él la tomaba. ¿Quién era él? Ella no podía moverse. Pero no podía moverse. No sentía miedo. Yulianna había vivido de todo y esto lo veía peligroso. ¿Era Jerarld, el hombre que ella creía alguien especial, peligroso?
En ese preciso momento se dio cuenta de que el ángel que había conocido era un demonio.
Estaba feliz aquella noche. ¿Cómo es que alguien en tan poco tiempo podía crear tantas sensaciones? Le atraía realmente a Yulianna y no podía hacer más que buscar sus caricias, caricias que para su sorpresa encontró. Comenzó por el cuello, subió a su rostro pero debió decidir que la primera opción era la correcta.
Su respiración era agitada, parecía muy nerviosa y de pronto la abrazó. Lo hizo de manera un tanto brusca, pero Yulianna lo interpretó como muestra de la pasión. Se equivocaba.
Besó su mejilla y después bajó al cuello de Yuli. En ese momento esta sintió algo helado como el hielo, no sabía que pasaba. Sintió dolor. Que su sangre afloraba. Que él la tomaba. ¿Quién era él? Ella no podía moverse. Pero no podía moverse. No sentía miedo. Yulianna había vivido de todo y esto lo veía peligroso. ¿Era Jerarld, el hombre que ella creía alguien especial, peligroso?
En ese preciso momento se dio cuenta de que el ángel que había conocido era un demonio.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Aun con Yuli entre mis brazos, bebí de ella, deleitándome con su aroma, con su sabor.
De alguna forma era un sabor tan puro, que me deleite con cada sorbo y cada gota del precioso néctar que ella me brindaba.
Pero note como ella de alguna forma se resistía. No tenía que sentir dolor alguno, pero quizás su mente no estaba tan dormida como yo suponía, Yuli estaba tensa entre mis brazos y comenzó a rebatirse. Todo hasta aquí era totalmente normal, porque estaba absorbiendo sus fuerzas, bebiendo su esencia, y aunque no lo deseaba tenía que parar, si no paraba me bebería su vida sin quererlo.
Sin embargo aquel sabor parecía llevarme muy lejos de allí. Como si fuese la misma Yuli la que me estuviese llevando a través de un extraño y mágico viaje de placer…Poco a poco comencé a notar como su pulso comenzaba a ser cada vez más lento. Así que pare en seguida.
Deje que mi cabeza reposase como si quisiera ver el cielo. Pero no era así, solo quería mantener los ojos cerrados un momento, aun sintiendo su esencia y su dulce sabor en mis labios.
Sostuve a Yuli fuertemente entre mis brazos para impedir que ella se desestabilizara y ella apoyo su cabeza en mi pecho pesadamente. Notablemente agotada.
Fue entonces cuando comprendí que me había pasado. Me había pasado muchísimo con ella.
Su sabor y su compañía casi me habían cegado por completo.
Mientras con una mano sostenía su cintura con la otra intente tomar y ver su rostro.
-Oh Yuli… Yuli…Que he hecho?...
Su pulso era lento y fue entonces cuando me entro el pánico.
Normalmente había que parar mucho antes de agotar a la persona de quien se bebía, pero en este caso había estado a punto de pasar el límite permitido, ella ahora estaba débil y no podía dejarle allí sola.
Mire hacia todos lados ahora alerta, nervioso con la idea de que alguien pudiese haber salido a buscarle. Pero por fortuna nos habíamos alejado lo suficiente del resto.
Aun asi quise que nos adentrásemos en las sombras de aquel frondoso jardín solo por seguridad.
Tome con cuidado a Yuli entre mis brazos mientras su cabeza reposaba en mi pecho. Camine con ella en brazos adentrándome en el oscuro y espeso bosque unos cuantos minutos. Hasta que encontré un lugar que solo era iluminado por escasos fragmentos de luz de luna.
La deposite con sumo cuidado sentándole bajo un árbol, arrodillándome a su lado para poder sostener su espalda. Aprecie su rostro y palpe su pulso comprobando que aun era demasiado lento.
-Yuli….oh maldita sea. Porque tú? Eres una joven encantadora…porque has tenido la mala suerte de encontrarte con alguien como yo?
La idea de verle tan debilitada me hacía sentir como el monstruo que realmente era. Y lo que más me angustiaba en esta situación, era que ella no reaccionase, que de alguna forma no saliese de la inconsciencia. Porque en ese caso quizás tendría que recurrir a una “solución” que no me hacia ni pizca de gracia ni siquiera pensar…
De alguna forma era un sabor tan puro, que me deleite con cada sorbo y cada gota del precioso néctar que ella me brindaba.
Pero note como ella de alguna forma se resistía. No tenía que sentir dolor alguno, pero quizás su mente no estaba tan dormida como yo suponía, Yuli estaba tensa entre mis brazos y comenzó a rebatirse. Todo hasta aquí era totalmente normal, porque estaba absorbiendo sus fuerzas, bebiendo su esencia, y aunque no lo deseaba tenía que parar, si no paraba me bebería su vida sin quererlo.
Sin embargo aquel sabor parecía llevarme muy lejos de allí. Como si fuese la misma Yuli la que me estuviese llevando a través de un extraño y mágico viaje de placer…Poco a poco comencé a notar como su pulso comenzaba a ser cada vez más lento. Así que pare en seguida.
Deje que mi cabeza reposase como si quisiera ver el cielo. Pero no era así, solo quería mantener los ojos cerrados un momento, aun sintiendo su esencia y su dulce sabor en mis labios.
Sostuve a Yuli fuertemente entre mis brazos para impedir que ella se desestabilizara y ella apoyo su cabeza en mi pecho pesadamente. Notablemente agotada.
Fue entonces cuando comprendí que me había pasado. Me había pasado muchísimo con ella.
Su sabor y su compañía casi me habían cegado por completo.
Mientras con una mano sostenía su cintura con la otra intente tomar y ver su rostro.
-Oh Yuli… Yuli…Que he hecho?...
Su pulso era lento y fue entonces cuando me entro el pánico.
Normalmente había que parar mucho antes de agotar a la persona de quien se bebía, pero en este caso había estado a punto de pasar el límite permitido, ella ahora estaba débil y no podía dejarle allí sola.
Mire hacia todos lados ahora alerta, nervioso con la idea de que alguien pudiese haber salido a buscarle. Pero por fortuna nos habíamos alejado lo suficiente del resto.
Aun asi quise que nos adentrásemos en las sombras de aquel frondoso jardín solo por seguridad.
Tome con cuidado a Yuli entre mis brazos mientras su cabeza reposaba en mi pecho. Camine con ella en brazos adentrándome en el oscuro y espeso bosque unos cuantos minutos. Hasta que encontré un lugar que solo era iluminado por escasos fragmentos de luz de luna.
La deposite con sumo cuidado sentándole bajo un árbol, arrodillándome a su lado para poder sostener su espalda. Aprecie su rostro y palpe su pulso comprobando que aun era demasiado lento.
-Yuli….oh maldita sea. Porque tú? Eres una joven encantadora…porque has tenido la mala suerte de encontrarte con alguien como yo?
La idea de verle tan debilitada me hacía sentir como el monstruo que realmente era. Y lo que más me angustiaba en esta situación, era que ella no reaccionase, que de alguna forma no saliese de la inconsciencia. Porque en ese caso quizás tendría que recurrir a una “solución” que no me hacia ni pizca de gracia ni siquiera pensar…
Jerarld Délvheen- Vampiro/Realeza
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
- Spoiler:
- [off:: Perdona por mi anterior post.... era "kakita" jajajajaja Sorry ]
Yulianna se sintió poseida. No sabía lo que ocurría, solo que perdía las fuerzas, que se debilitaba, que dejaba de ser ella. ¿Qué ocurría? No tenía fuerzas ni para preguntárselo, sólo sabía que aquello podía con ella. Se sentía vacía, como si aquel hombre acabara de robarle todo lo que aquel tiempo ella había reunido: su fortaleza.
Años atrás, Yulianna había sido una persona muy feliz, pero el destino la golpeó con tal fuerza que tardó varios años en reponerse. En aquel preciso momento sentía que Jerarld acababa de arrebatarle lo que ella había vuelto a poseer. ¿Por qué? ¿Por qué a ella? Se sentía tan desdichada. Y maltratada. Dolida. Y no por lo que él le estaba haciendo sino porque había confiado en él. Decepcionada.
Creía haber conocido a un ángel y en su lugar... ¡un demonio! o algo peor.
De pronto esa extraña sensación desapareció. Él dejó de morderla, de absorver su sangre. Y no pudo más. Se desmayó, callendo así sobre el pecho de Jerarld.
Lo último que recuerda es que despertó y él estaba a su lado. Entreabrió los ojos. No sentía miedo. ¿Por qué no? Parecía una negación, una contradicción, pero ella sabía que él era bueno, lo había visto en su mirada. Y quizás lo que ella había sentido al rozar su piel había sido mutuo. No lo sabía, y tampoco podía explicar lo que ahí acababa de pasar, pero juntó fuerzas para hablar.
-Confié en ti. -Dijo en un hilo de voz. Y entonces supo que había agotado todas sus fuerzas. La Yulianna que todos habían conocido, e incluso admirado primero en Rusia y después en París se estaba desvaneciendo. Iba a morir. En Rumanía. Y se dio cuenta de que nunca había imaginado que el día en que partiría sería así. Sin un marido, sin hijos, con todo por hacer. Se desvanecía. Su corazón latía débil. Se le acababa el tiempo.
Consiguió abrir los ojos de nuevo. Jerarld seguía allí. Angustiado; arrepentido se atrevería a decir Yulianna, y entonces ésta se acercó a él, a los labios de éste manchados por con su propia sangre y lo besó profundamente, con su último aliento.
-Te perdono. -Dijo y entonces se acurrucó en su pecho. Pero Yulianna Fiódorovna Osolin no había muerto, y tampoco iba a morir, al menos por el momento, sino que iba a permanecer al lado de aquel hombre que le había echo descubrir tanto, y sentir demasiado en tan poco tiempo. Quizás, a fin de cuentas, ese joven era su ángel.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Bajo la casi total penumbra que los arboles nos daban, las palabras de Yuli sonaban como un susurro lejano. Alojandose en mi como si fuesen una daga que se clavaba poco a poco en mi frio corazón.
-Yuli…No…Escúchame!…Me quede un instante petrificado al contemplar como ella se acomodaba sobre mi pecho, dejando que su cabeza descansase pesadamente.
Le abrace fuertemente, apretando los dientes por la frustración que me causaba no haber podido contenerme, Sentí como poco a poco su piel se ponía cada vez más fría.
Recordando que al parecer mi simple compañía, mi simple tacto, no hacía más que dañar a aquellos que me rodeaban.
-No te dejare Yuli…me oyes? No dejare que te vayas!…Gruñí con rabia aun abrazándola, sosteniendo su cabeza, enredando mis dedos sobre sus suaves cabellos, La idea de darle mi sangre se me paso por la cabeza, una idea tan tormentosa como también posiblemente salvadora.
Podría hacerlo? Podría darle parte de mi vida a Yuli?...Si… Podría hacerlo, lo sabía muy bien, pero hacerlo sería condenarla a la eternidad…Seria hacerle lo mismo que me hicieron a mi, convertirla sin su consentimiento, Yuli no se merecía eso. Ella no…
Palpe su pulso débil, su piel comenzaba a quedarse fría, no tenía tiempo que perder, asi dejándole un momento apoyada en el suelo me saque el grueso abrigo para envolverle en el.
La tome en brazos nuevamente, totalmente decidido a hacer cualquier cosa con tal de salvarla.
Por más que pensaba en algún lugar no se me ocurría nada, el hotel estaba lejos, y no conocía a más gente en Rumania…Así que camine decidido entre las sombras, dirigiéndome hacia el palacio.
Tenía que sacarla de allí tenía que llevarle a un sitio seguro, pero no tenía tiempo, asi que me internaría en el mismo palacio para poder llevarle a alguna habitación, la ventaja de que todo el mundo estuviese pendiente del baile y de los novios es que nadie estaría prestando atención a la entrada trasera, así que hacia allí me dirigí.
Camine todo lo deprisa que podía con Yuli entre mis brazos, y me escabullí metiéndome por una de las salidas a los jardines. Los oscuros pasillos no mostraban movimiento en aquella parte del palacio, lo cual era una suerte para mí… por fin algo de suerte!
Me adentre poco a poco, y comencé a subir unas escaleras, pero de pronto un ruido cercano me sorprendió, me gire para contemplar con asombro como uno de los guardias me miraba asombrado al verme llevar en brazos a la joven inconsciente.
Él estaba a punto de gritar, de llamar a los demás, pero susurre en su mente antes de que lo hiciera.
-Silencio! …Llévame hasta una habitación vacía.
El hombre asintió mientras sus ojos comenzaban a perder poco a poco el brillo, dejándole el aspecto de un autómata. Camino por delante de mí, terminando de subir las escaleras y dirigiéndose por un oscuro pasillo, abrió una de las viejas puertas y se quedo ahí de pie, rígido como una estatua.
-Nunca nos has visto, aquí no hay nadie, impide que nadie se acerque. Fuera de mi vista!.Susurre ya perdiendo la paciencia.
El hombre comenzó a marcharse y yo entre en aquella habitación cerrando la puerta con rapidez, aquello parecía una pequeña biblioteca, quizás una pequeña sala de tomar el té.
Camine con Yuli y la deposite con sumo cuidado en uno de los grandes sofás, acomode su cabeza y le abrigué con mi propio abrigo, tome unas telas que habían sobre el sofá y las deposite sobre ella también, Yuli necesitaba calor, si dejaba que se enfriase mas dificil seria reanimarla. Tenía que darle algún tipo de estimulo, algo que le hiciese despertar, o al menos algo que le sacase de inconsciencia, puesto que yo le habia robado las fuerzas...Aquello me hizo pensar en algo.
Quizás con un sueño…una pesadilla? No, una pesadilla no, pero quizás un sueño extraño algo que hiciese querer saber que estaba pasando, o si era real.
Acaricie su mejilla y cerré los ojos concentrándome en sus pensamientos. No pude evitar ver que había dolor en sus recuerdos. Había tristeza y también lucha, había sufrimiento pero también esperanza.
Percibí el dolor de perder a su padre de esa forma tan brusca, y después a su madre…Ella habia tenido que encajar el dolor por sus seres queridos desde muy joven, al igual que habia tenido que hacer yo…Quizás el dolor marcaba a las personas de tal forma que por eso se terminaban conociendo y quizás por eso se encontraban…
"...Yuli..Sigue mi voz…escúchame…Debes despertar…debes hacerlo…debes abrir los ojos por ellos…Puedes verlos?....Ves a tu Fíodor?? y a Nina??....les ves caminar hacia ti?...Te estan buscando…"
Aquello era un ejercicio complicado, pero era lo único que se me ocurría para impedir que su mente y su cuerpo dejasen de luchar, tenía que entrar en su mente e intentar guiarla, impedir que se dejase caer…Su vida estaba en juego y su mente era la única que le podría dar una oportunidad…
La noche seguía pasando, ante la diversión de aquellos presentes en el salón, mientras bailaban y bebían sin ni siquiera sospechar que lo que ocurría en el piso de arriba…
-Yuli…No…Escúchame!…Me quede un instante petrificado al contemplar como ella se acomodaba sobre mi pecho, dejando que su cabeza descansase pesadamente.
Le abrace fuertemente, apretando los dientes por la frustración que me causaba no haber podido contenerme, Sentí como poco a poco su piel se ponía cada vez más fría.
Recordando que al parecer mi simple compañía, mi simple tacto, no hacía más que dañar a aquellos que me rodeaban.
-No te dejare Yuli…me oyes? No dejare que te vayas!…Gruñí con rabia aun abrazándola, sosteniendo su cabeza, enredando mis dedos sobre sus suaves cabellos, La idea de darle mi sangre se me paso por la cabeza, una idea tan tormentosa como también posiblemente salvadora.
Podría hacerlo? Podría darle parte de mi vida a Yuli?...Si… Podría hacerlo, lo sabía muy bien, pero hacerlo sería condenarla a la eternidad…Seria hacerle lo mismo que me hicieron a mi, convertirla sin su consentimiento, Yuli no se merecía eso. Ella no…
Palpe su pulso débil, su piel comenzaba a quedarse fría, no tenía tiempo que perder, asi dejándole un momento apoyada en el suelo me saque el grueso abrigo para envolverle en el.
La tome en brazos nuevamente, totalmente decidido a hacer cualquier cosa con tal de salvarla.
Por más que pensaba en algún lugar no se me ocurría nada, el hotel estaba lejos, y no conocía a más gente en Rumania…Así que camine decidido entre las sombras, dirigiéndome hacia el palacio.
Tenía que sacarla de allí tenía que llevarle a un sitio seguro, pero no tenía tiempo, asi que me internaría en el mismo palacio para poder llevarle a alguna habitación, la ventaja de que todo el mundo estuviese pendiente del baile y de los novios es que nadie estaría prestando atención a la entrada trasera, así que hacia allí me dirigí.
Camine todo lo deprisa que podía con Yuli entre mis brazos, y me escabullí metiéndome por una de las salidas a los jardines. Los oscuros pasillos no mostraban movimiento en aquella parte del palacio, lo cual era una suerte para mí… por fin algo de suerte!
Me adentre poco a poco, y comencé a subir unas escaleras, pero de pronto un ruido cercano me sorprendió, me gire para contemplar con asombro como uno de los guardias me miraba asombrado al verme llevar en brazos a la joven inconsciente.
Él estaba a punto de gritar, de llamar a los demás, pero susurre en su mente antes de que lo hiciera.
-Silencio! …Llévame hasta una habitación vacía.
El hombre asintió mientras sus ojos comenzaban a perder poco a poco el brillo, dejándole el aspecto de un autómata. Camino por delante de mí, terminando de subir las escaleras y dirigiéndose por un oscuro pasillo, abrió una de las viejas puertas y se quedo ahí de pie, rígido como una estatua.
-Nunca nos has visto, aquí no hay nadie, impide que nadie se acerque. Fuera de mi vista!.Susurre ya perdiendo la paciencia.
El hombre comenzó a marcharse y yo entre en aquella habitación cerrando la puerta con rapidez, aquello parecía una pequeña biblioteca, quizás una pequeña sala de tomar el té.
Camine con Yuli y la deposite con sumo cuidado en uno de los grandes sofás, acomode su cabeza y le abrigué con mi propio abrigo, tome unas telas que habían sobre el sofá y las deposite sobre ella también, Yuli necesitaba calor, si dejaba que se enfriase mas dificil seria reanimarla. Tenía que darle algún tipo de estimulo, algo que le hiciese despertar, o al menos algo que le sacase de inconsciencia, puesto que yo le habia robado las fuerzas...Aquello me hizo pensar en algo.
Quizás con un sueño…una pesadilla? No, una pesadilla no, pero quizás un sueño extraño algo que hiciese querer saber que estaba pasando, o si era real.
Acaricie su mejilla y cerré los ojos concentrándome en sus pensamientos. No pude evitar ver que había dolor en sus recuerdos. Había tristeza y también lucha, había sufrimiento pero también esperanza.
Percibí el dolor de perder a su padre de esa forma tan brusca, y después a su madre…Ella habia tenido que encajar el dolor por sus seres queridos desde muy joven, al igual que habia tenido que hacer yo…Quizás el dolor marcaba a las personas de tal forma que por eso se terminaban conociendo y quizás por eso se encontraban…
"...Yuli..Sigue mi voz…escúchame…Debes despertar…debes hacerlo…debes abrir los ojos por ellos…Puedes verlos?....Ves a tu Fíodor?? y a Nina??....les ves caminar hacia ti?...Te estan buscando…"
Aquello era un ejercicio complicado, pero era lo único que se me ocurría para impedir que su mente y su cuerpo dejasen de luchar, tenía que entrar en su mente e intentar guiarla, impedir que se dejase caer…Su vida estaba en juego y su mente era la única que le podría dar una oportunidad…
La noche seguía pasando, ante la diversión de aquellos presentes en el salón, mientras bailaban y bebían sin ni siquiera sospechar que lo que ocurría en el piso de arriba…
Jerarld Délvheen- Vampiro/Realeza
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
No sentía nada. No podía moverse. Aquello parecía una pesadilla. No había salida. Por primera vez en su vida Yulianna no tenía escapatoria. No. Todo estaba llegando a su fin. Por primera vez la habían vencido. Sentía que no tenía nada por lo que luchar. No había un amor, ni una persona especial. Tampoco una ilusión. Ningún aliciente. Se dio cuenta de que su vida estaba pasando por delante de ella, y no podía hacer nada para parar aquello.
Estaba inconsciente. Débil. Sufría en silencio. Y veía cosas que ya habían pasado. Yulianna estaba recordando los momentos más amargos, aunque también los dulces.
8 años antes.
Se encontraba en Rusia. Despertaba en una mañana tranquila, aunque bastante fria. Era Invierno. Allí eran muy fríos, pero ella llevaba su camisón, siempre coqueta. Detrás suyo estaba Martha, su hermana pequeña, la cual paseaba por el suelo a su muñeca favorita. Y en la cocina, junto al fuego, esperaban su Nianuskhina y Nina, que era su madre. Y por último llegó su querido y adorado padre. En la mesa había galletas, y ella comió varias acompañadas por leche, y después abrazó a su padre. Era su cumpleaños, el cual celebrarían en una gran fiesta que a la vez tenía motivo político. Esa misma noche, Yulianna que por aquel entonces tan solo tenía 13 años vestía un hermoso traje color turquesa, que poco después se vio manchado por la sangre de su padre. Era el último día que lo había visto. Y ahora estaba recordándolo. A partir de ese momento cambió su vida.
Yulianna notó como se alejaban de ella todos esos oscuros y dolorosos pensamientos, y entonces volvió en si.
Abrió los ojos lentamente e intentó visualizar algo concreto, pero no podía. No tenía fuerzas. Entonces vio algo. Mejor dicho, a aguien y lo reconoció, y lo llamó con una melodiosa y dulce voz: "Jerarld", susurró, y entonces le sonrió. Algo había pasado aquella noche, pero ella no podía recordarlo. Solo sabía que había besado unos dulces labios.
Estaba inconsciente. Débil. Sufría en silencio. Y veía cosas que ya habían pasado. Yulianna estaba recordando los momentos más amargos, aunque también los dulces.
8 años antes.
Se encontraba en Rusia. Despertaba en una mañana tranquila, aunque bastante fria. Era Invierno. Allí eran muy fríos, pero ella llevaba su camisón, siempre coqueta. Detrás suyo estaba Martha, su hermana pequeña, la cual paseaba por el suelo a su muñeca favorita. Y en la cocina, junto al fuego, esperaban su Nianuskhina y Nina, que era su madre. Y por último llegó su querido y adorado padre. En la mesa había galletas, y ella comió varias acompañadas por leche, y después abrazó a su padre. Era su cumpleaños, el cual celebrarían en una gran fiesta que a la vez tenía motivo político. Esa misma noche, Yulianna que por aquel entonces tan solo tenía 13 años vestía un hermoso traje color turquesa, que poco después se vio manchado por la sangre de su padre. Era el último día que lo había visto. Y ahora estaba recordándolo. A partir de ese momento cambió su vida.
Yulianna notó como se alejaban de ella todos esos oscuros y dolorosos pensamientos, y entonces volvió en si.
Abrió los ojos lentamente e intentó visualizar algo concreto, pero no podía. No tenía fuerzas. Entonces vio algo. Mejor dicho, a aguien y lo reconoció, y lo llamó con una melodiosa y dulce voz: "Jerarld", susurró, y entonces le sonrió. Algo había pasado aquella noche, pero ella no podía recordarlo. Solo sabía que había besado unos dulces labios.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
EL tiempo pasaba mientras Yuli seguía dormida allí mismo a mi lado…
Yo sostenía su mejilla, observando aquellos recuerdos que inundaban su mente, me sentí realmente mal por invadir su intimidad de esa forma, pero no tenía otra opción, quizás si el tiempo y las circunstancias me lo permitiesen, yo le contase también porque de alguna forma ella se me hacia tan familiar.
Era como si las tragedias marcasen a la gente dejando un rastro invisible. Como si esto hiciese que con el tiempo te terminases reuniendo con gente similar a ti…como si el dolor también uniese a las personas de alguna forma.
Baje la cabeza, agobiado con la idea de que ella no se despertase, seguía estando fría y aquello me hacía pensar en que si no abría los ojos ya solo me quedaría una única solución… hasta que al fin, como si ella pudiese descubrir mis temores, abrió los ojos con tranquilidad.
Me incline sobre ella para poder contemplar sus ojos claros.
- Yuli! Le sonreí alegre, note el aire entrando a mis pulmones. Por fin volvía a respirar, ya que llevaba mucho tiempo sin hacerlo. Y le mire ya algo más tranquilo, por fin pudiendo ver su mirada limpia, aunque ésta estuviese llena de dudas.
Escuche sus pensamientos. No lo recordaba…no recordaba aquel momento en que bebí de ella…Acaricie su mejilla intentando sentir el calor de su piel, poco a poco dejaba de estar tan fría, ahora volvía a ser yo el ser sin calor. Aquello me alegraba.
-Yuli…sabes que ha pasado? Ella entrecerró los ojos intentando pensar pero todo parecía ciertamente borroso, solo había el recuerdo de mi compañía y aquel dulce beso, ella sonrió al recordarlo y yo al verlo en sus pensamientos. Carraspee, después de todo, se suponía que los pensamientos de Yuli eran de ella, y yo no debía demostrar que podía percibirlos por encima.
Por otra parte, era una suerte que no recordase aquel momento, pues aquello no era una experiencia precisamente feliz…Mientras menos recordase más posibilidades habían de que ella siguiese tranquilamente con su existencia sin que yo le perturbase mas.
-Ahm…Azúcar….Yuli me miro sin entenderme. Necesitas algo dulce. Te has desmayado….parecías algo cansada…mmmmmm yo creo que quizás por culpa del estrés… Tanta gente por aquí y por allá… es normal…a mí también me agobian las multitudes, sabes?? dije bajando la voz. Como si aquello fuese un secreto que compartía con ella.
Definitivamente aquella noche no me sentía creativo, con lo bien que se me daba a mi inventarme historias y ahora le salía con esa tontería a Yuli.
Acomode algunos cojines para que ella quedase mas sentada en aquel sofá, mientras las mantas aun reposaban sobre sus piernas. seguí sentado a su lado, realmente alegre de que aquel ejercicio hubiese funcionado, de que ella despertase y que estuviese conmigo, pero aun no había acabado.
Ahora estaba con ella a escondidas, y sabía que para bien o para mal alguien caería en nuestra ausencia, y su estado aun era débil como para que pudiésemos volver a la fiesta. Yuli aun parecía muy decaída y era normal porque había estado a punto de pasar el límite con ella…
Me puse en pie y comencé a pasear de un lado a otro en calma, intentando pensar en algo mientras Yuli me observaba divertida, quizás queriendo averiguar porque estaba yo tan agobiado.
Sería mejor no decirle aun que había estado a punto de matarle.
Fue entonces cuando alguien giro con calma el pomo de la puerta, y yo me lance apoyándome contra la puerta, extendiendo los brazos a los lados.
Yuli se levanto un poco y me miro arqueando una ceja…
-Ahmmm…Discúlpame un momento Yuli. Iré a ver qué pasa….y ya de paso a traerte algo dulce…No…no te muevas de aquí. Vale? Comente sonriendo nervioso, en un gesto que realmente era extraño. Después de todo, aun seguía intentando frenar la puerta mientras la persona de afuera daba golpetazos para entrar.
Salí de la habitación para ver quién era el que quería entrar, fuese quien fuese se llevaría mas de algún zarandeo de mi parte…
Definitivamente Yuli pensaría que yo era un demente. Pero bueno…algo me decía que con el tiempo descubriría que no era un demente tan peligroso como podría parecer en un principio.
Yo sostenía su mejilla, observando aquellos recuerdos que inundaban su mente, me sentí realmente mal por invadir su intimidad de esa forma, pero no tenía otra opción, quizás si el tiempo y las circunstancias me lo permitiesen, yo le contase también porque de alguna forma ella se me hacia tan familiar.
Era como si las tragedias marcasen a la gente dejando un rastro invisible. Como si esto hiciese que con el tiempo te terminases reuniendo con gente similar a ti…como si el dolor también uniese a las personas de alguna forma.
Baje la cabeza, agobiado con la idea de que ella no se despertase, seguía estando fría y aquello me hacía pensar en que si no abría los ojos ya solo me quedaría una única solución… hasta que al fin, como si ella pudiese descubrir mis temores, abrió los ojos con tranquilidad.
Me incline sobre ella para poder contemplar sus ojos claros.
- Yuli! Le sonreí alegre, note el aire entrando a mis pulmones. Por fin volvía a respirar, ya que llevaba mucho tiempo sin hacerlo. Y le mire ya algo más tranquilo, por fin pudiendo ver su mirada limpia, aunque ésta estuviese llena de dudas.
Escuche sus pensamientos. No lo recordaba…no recordaba aquel momento en que bebí de ella…Acaricie su mejilla intentando sentir el calor de su piel, poco a poco dejaba de estar tan fría, ahora volvía a ser yo el ser sin calor. Aquello me alegraba.
-Yuli…sabes que ha pasado? Ella entrecerró los ojos intentando pensar pero todo parecía ciertamente borroso, solo había el recuerdo de mi compañía y aquel dulce beso, ella sonrió al recordarlo y yo al verlo en sus pensamientos. Carraspee, después de todo, se suponía que los pensamientos de Yuli eran de ella, y yo no debía demostrar que podía percibirlos por encima.
Por otra parte, era una suerte que no recordase aquel momento, pues aquello no era una experiencia precisamente feliz…Mientras menos recordase más posibilidades habían de que ella siguiese tranquilamente con su existencia sin que yo le perturbase mas.
-Ahm…Azúcar….Yuli me miro sin entenderme. Necesitas algo dulce. Te has desmayado….parecías algo cansada…mmmmmm yo creo que quizás por culpa del estrés… Tanta gente por aquí y por allá… es normal…a mí también me agobian las multitudes, sabes?? dije bajando la voz. Como si aquello fuese un secreto que compartía con ella.
Definitivamente aquella noche no me sentía creativo, con lo bien que se me daba a mi inventarme historias y ahora le salía con esa tontería a Yuli.
Acomode algunos cojines para que ella quedase mas sentada en aquel sofá, mientras las mantas aun reposaban sobre sus piernas. seguí sentado a su lado, realmente alegre de que aquel ejercicio hubiese funcionado, de que ella despertase y que estuviese conmigo, pero aun no había acabado.
Ahora estaba con ella a escondidas, y sabía que para bien o para mal alguien caería en nuestra ausencia, y su estado aun era débil como para que pudiésemos volver a la fiesta. Yuli aun parecía muy decaída y era normal porque había estado a punto de pasar el límite con ella…
Me puse en pie y comencé a pasear de un lado a otro en calma, intentando pensar en algo mientras Yuli me observaba divertida, quizás queriendo averiguar porque estaba yo tan agobiado.
Sería mejor no decirle aun que había estado a punto de matarle.
Fue entonces cuando alguien giro con calma el pomo de la puerta, y yo me lance apoyándome contra la puerta, extendiendo los brazos a los lados.
Yuli se levanto un poco y me miro arqueando una ceja…
-Ahmmm…Discúlpame un momento Yuli. Iré a ver qué pasa….y ya de paso a traerte algo dulce…No…no te muevas de aquí. Vale? Comente sonriendo nervioso, en un gesto que realmente era extraño. Después de todo, aun seguía intentando frenar la puerta mientras la persona de afuera daba golpetazos para entrar.
Salí de la habitación para ver quién era el que quería entrar, fuese quien fuese se llevaría mas de algún zarandeo de mi parte…
Definitivamente Yuli pensaría que yo era un demente. Pero bueno…algo me decía que con el tiempo descubriría que no era un demente tan peligroso como podría parecer en un principio.
- Spoiler:
- Disculpa la demora, es por las clases, he tenido poco tiempo. >_<
Jerarld Délvheen- Vampiro/Realeza
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
- Spoiler:
- No pasa nada!! Pero por favor, avísame por privado. Es que no me llegan las notificaciones. Gracias
Yulianna pensó en todo lo que había pasado. Se sentía decaida, cansada, y agobiada. Pero entonces intentó recomponerse. No pudo. Pero Jerarld estaba a su lado, ayudándola. Era tan especial. Sí. ¿Por qué había resultado ser una persona tan increiblemente sorprendente? Yulianna no tenía respuesta a aquello, pero si de algo estaba segura era de que ese hombre tenía un gran corazón. Y ella tenía la esperanza de poder conocerlo más. Era alguien increible. Tan sensato, dulce, cauto y a la vez cautivador... no podía quitarle los ojos de encima.
Entonces él le explicó lo que había pasado. Es verdad. Se acordaba. Había estado en el jardín con él, pues ella misma lo había llevado a aquel lugar. Era tranquilo, acogedor, y nadie podría molestarles. Estrés. Era cierto. Ella llevaba unos días demasiado agobiada, pero ese viaje a Rumanía, a aquel lugar tan lejano de París había acabado con ella. Sus últimos proyectos, su nueva colección, esa boda, y todos los trajes que tenía que idear, que hacer. Era realmente mucho estrés. Pero además estaban sus problemas, la soledad que la había conquistado ocho años atrás y nunca la había abandonado. ¿Por qué? No había respuesta. Pero seguía sola.
Sonó la puerta. Yuli salió de sus pensamientos. Sonrió por unos instantes cuando Jerarld dijo que necesitaba algo dulce. Chocolate. Siempre lo llevaba encima. Tomó un pedazo del que llevaba en su bolso y se puso en pie. En aquella elegante habitación había un espejo. Se retocó el peinado, se echó un poco de maquillaje en una extraña marca que tenía sobre el cuello y se arregló las arrugas de su hermoso vestido. Yulianna volvía a ser la misma.
Salió de la habitación y un hombre vestido de color crudo hablaba con Jerarld. Era un servidor de la princesa. ¡Lo había olvidado! Yulianna tomó del brazo a su acompañante y sonriendo corrió con él hacia el salón. Se encontraba mucho mejor. No sabía si era por el chocolate o por volver a rozar la piel de él.
De lejos vio a los principes y el altillo que la esperaba con luz tenue. La música comenzaba a sonar.
-Observa. -Dijo Yuli y besó la frente de Jerarld. De nuevo brillaba como una estrella del cielo. Todos la observaban. Y de nuevo bajó aquella escalera. Cuando llegó abajo cruzó el salón y subió al altillo. Entonces todos la miraban. Ella buscó a Jerarld con la mirada. Y comenzó a cantar. Sí. A cantar, pues ella siempre había dado clases de canto, y la princesa, que también era su amiga, quería que le dedicase algo en aquel día tan especial.
"Solo en ti, por siempre seré feliz. Historia que presentí, mucho antes de vivir en mi. Porque solo en ti, encuentro lo que ayer perdí, tú eres en mi existir, mi gran felicidad.
Si tú me amas, yo seré esa esperanza, que jamás se querrá morir en este amor sin fin, tú serás siempre mi alma... "
Todos comenzaron a bailar, y la princesa derramó una lágrima. Tres minutos y medio pasaron. Finalmente Yulianna miró a Jerarld y le guiñó un ojo. Todo volvía a la normalidad, y de nuevo volvían a estar lejos, como dos extraños. ¿Seguiría eso siendo así?
"Por ti volaré. Espera, que llegaré... mi fin de trayecto eres tú... para vivirlos los dos. Por ti volaré, por cielos y mares hasta tu amor, abriendo los ojos por fin contigo iré... " Comenzó a cantar el cantante invitado, y Yulianna tomó una copa de champagne caminando hasta aquel hombre que le había robado un pedazo de su corazón en tan poco tiempo, y que en cierto modo la había marcado.
Yulianna Fiódorovna- Humano Clase Alta
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Salí de la habitación y cerré veloz contemplando al hombre que tenía delante.
Era uno de los sirvientes, pero no uno de los sirvientes cualquiera, era uno de los que servía en especial a la princesa. Porque?
Quise escuchar lo que aquel hombre quería antes de entrar en su mente y ordenarle que se convirtiese en un zombi y dejase de incordiarnos.
- Señor Délvheen... Le mire extrañado, porque alguien me buscaba precisamente a mí y por mi apellido? muy poca gente sabía que yo estaba en Rumania, y normalmente yo cambiaba mis nombres al igual que hacía con los libros que publicaba, era una forma de mantener el anonimato y pasar desapercibido a la vez cuando me estaba moviendo por algún país.
- Ocurre algo?
-Esta carta es para usted dijo aquel hombre entregándome un sobre cerrado, le mire atentamente, analizandole. Sus ojos no brillaban y entonces lo entendí. Estaba bajo el influjo de alguien, pero de quien?
En ese instante Yuli apareció sonriendo a mi lado y me tomo del brazo mientras yo me apresuraba en guardar aquella carta en mi bolsillo.
Yuli me sonreía dulcemente, sin recordar nada de lo que había pasado.
Le contemple expectante, sin entender que ocurría. Ella bajo las escalas y la muchedumbre se aparto para dejarle pasar contemplando su belleza, mientras la joven se acercaba hacia aquel altillo.
Escuche aquella voz mágica sin esperármelo en lo mas mínimo, su voz inundo la sala con suavidad, mientras relataba aquella historia con tranquilidad casi con misticismo, como si su voz transportase a todos los presentes a un lugar muy lejano...
Escuché concentrado e hipnotizado con aquella preciosa voz.
Definitivamente aquella joven guardaba muchos secretos.
La princesa realmente emocionada agradeció el gesto de Yuli y yo baje aquellas escaleras buscándole con la mirada.
La gente le rodeo dedicándole agradables palabras, ovacionando su talento y su belleza. Mientras su acompañante en el canto continuaba la melodía.
Sonreí desde la distancia y entonces me entristecí al recordar lo que había estado a punto de hacer, a punto de destruir…
Baje un momento la mirada y fue entonces cuando recordé aquella carta que asomaba por mi bolsillo, la tome y la leí con rapidez aun mezclándome con el gentío que caminaba a mi lado mientras se emparejaban para continuar el baile.
“Es una lástima que tanta gente tenga que sufrir esta noche por tu culpa…
…El suspiro de los inocentes se olvidara, y tu no podrás hacer nada…
Me pregunto si podrás vivir con ello, mi queridísimo J.D...
Mire aquel papel sin creer lo que leia, Contemple a mi alrededor, todos los presentes se movian disfrutando de la celebracion sin tener en cuenta nada mas.
Fue entonces comprendí que alguien me seguía, pero quien? Porque? En Rumania!?
Conocia a ciertos vampiros de este país, pero de hacia ya demasiados años, era posible que ellos no se hubiesen olvidado de mi aun?
Al parecer mi venida a este país había levantado ciertas asperezas entre algunos de mis “amigos” Y aquella amenaza significaba que seguían mis pasos, que sabían que estaba allí, que había algo planeado…
Y si me habían seguido…Sabían que había estado con Yuli.
Le contemple en la distancia, observando cómo caminaba hacia mí.
Ella estaba en peligro y todos los asistentes de la sala también. Aquella noche la gente más importante de aquella sociedad se encontraba reunida celebrando aquello, era un momento idóneo para querer atentar contra todos ellos también.
Que sería lo que habían planeado? Realmente podría ser cualquier cosa. Lo único que tuve claro, es que al menos a ella tenía que sacarle del palacio. Y tenía que hacerlo ya!
Me acerque a Yuli caminando con prisas, como decírselo? como explicarle una situación a simple vista…tan tremendamente absurda?
Llegue hasta ella al fin, sin poder evitar demostrar mi preocupación.
-Yuli, tengo que pedirte algo, ya sé que apenas me conoces, pero necesito que confíes en mí esta noche, tenemos que irnos…
La música siguio sonando como telon de fondo, sin que nadie se diese cuenta del gran peligro en el que se encontraban...
Era uno de los sirvientes, pero no uno de los sirvientes cualquiera, era uno de los que servía en especial a la princesa. Porque?
Quise escuchar lo que aquel hombre quería antes de entrar en su mente y ordenarle que se convirtiese en un zombi y dejase de incordiarnos.
- Señor Délvheen... Le mire extrañado, porque alguien me buscaba precisamente a mí y por mi apellido? muy poca gente sabía que yo estaba en Rumania, y normalmente yo cambiaba mis nombres al igual que hacía con los libros que publicaba, era una forma de mantener el anonimato y pasar desapercibido a la vez cuando me estaba moviendo por algún país.
- Ocurre algo?
-Esta carta es para usted dijo aquel hombre entregándome un sobre cerrado, le mire atentamente, analizandole. Sus ojos no brillaban y entonces lo entendí. Estaba bajo el influjo de alguien, pero de quien?
En ese instante Yuli apareció sonriendo a mi lado y me tomo del brazo mientras yo me apresuraba en guardar aquella carta en mi bolsillo.
Yuli me sonreía dulcemente, sin recordar nada de lo que había pasado.
Le contemple expectante, sin entender que ocurría. Ella bajo las escalas y la muchedumbre se aparto para dejarle pasar contemplando su belleza, mientras la joven se acercaba hacia aquel altillo.
Escuche aquella voz mágica sin esperármelo en lo mas mínimo, su voz inundo la sala con suavidad, mientras relataba aquella historia con tranquilidad casi con misticismo, como si su voz transportase a todos los presentes a un lugar muy lejano...
Escuché concentrado e hipnotizado con aquella preciosa voz.
Definitivamente aquella joven guardaba muchos secretos.
La princesa realmente emocionada agradeció el gesto de Yuli y yo baje aquellas escaleras buscándole con la mirada.
La gente le rodeo dedicándole agradables palabras, ovacionando su talento y su belleza. Mientras su acompañante en el canto continuaba la melodía.
Sonreí desde la distancia y entonces me entristecí al recordar lo que había estado a punto de hacer, a punto de destruir…
Baje un momento la mirada y fue entonces cuando recordé aquella carta que asomaba por mi bolsillo, la tome y la leí con rapidez aun mezclándome con el gentío que caminaba a mi lado mientras se emparejaban para continuar el baile.
“Es una lástima que tanta gente tenga que sufrir esta noche por tu culpa…
…El suspiro de los inocentes se olvidara, y tu no podrás hacer nada…
Me pregunto si podrás vivir con ello, mi queridísimo J.D...
Mire aquel papel sin creer lo que leia, Contemple a mi alrededor, todos los presentes se movian disfrutando de la celebracion sin tener en cuenta nada mas.
Fue entonces comprendí que alguien me seguía, pero quien? Porque? En Rumania!?
Conocia a ciertos vampiros de este país, pero de hacia ya demasiados años, era posible que ellos no se hubiesen olvidado de mi aun?
Al parecer mi venida a este país había levantado ciertas asperezas entre algunos de mis “amigos” Y aquella amenaza significaba que seguían mis pasos, que sabían que estaba allí, que había algo planeado…
Y si me habían seguido…Sabían que había estado con Yuli.
Le contemple en la distancia, observando cómo caminaba hacia mí.
Ella estaba en peligro y todos los asistentes de la sala también. Aquella noche la gente más importante de aquella sociedad se encontraba reunida celebrando aquello, era un momento idóneo para querer atentar contra todos ellos también.
Que sería lo que habían planeado? Realmente podría ser cualquier cosa. Lo único que tuve claro, es que al menos a ella tenía que sacarle del palacio. Y tenía que hacerlo ya!
Me acerque a Yuli caminando con prisas, como decírselo? como explicarle una situación a simple vista…tan tremendamente absurda?
Llegue hasta ella al fin, sin poder evitar demostrar mi preocupación.
-Yuli, tengo que pedirte algo, ya sé que apenas me conoces, pero necesito que confíes en mí esta noche, tenemos que irnos…
La música siguio sonando como telon de fondo, sin que nadie se diese cuenta del gran peligro en el que se encontraban...
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Re: Discutiendo con mi ángel, mi demonio (Jerarld Délvheen)
Yulianna observaba a la gente, pero solo quería encontrar a Jerarld. Estar otra vez a su lado. Pero... ¿donde demonios estaba? Y para colmo de males todos la paraban para decirle lo bella que había sido la canción, y también vio a la princesa emocionada, por lo que no quiso acercarse.
Intentó salir de allí, buscar a ¿su acompañante? Si es que podía llamarlo así. Era... tan extraño... no sabía explicarlo. El joven era sorprendente, o así le había resultado a ella, y con muchas virtudes, pero en lo más profundo de su mirada ella podía ver tristeza, y soledad. ¿Le ocurriría algo? ¿Tendría un pasado tan oscuro como el de ella? Negó para su interior. Esperaba que no. Eso no se lo deseaba a nadie.
Continuó avanzando entre el gentío. ¡Jerarld! Quiso gritar al verle, pero sería demasiado expectante, y llamaría la atención de muchos. Así que no dijo nada, y entonces se percató de su rostro. Problemas, decía su mirada.
-¿Qué ocurre? -Dijo cuando lo tenía en frente. Esa noche iba a ser movidita. Yulianna examinó su mirada, su rostro, sus gestos, y entonces se dio cuenta de que él no la miraba a ella, sino al resto. ¿Qué le preocupaba? Entonces habló. Parecía preocupado. Ella jamás había imaginado que esa noche que en principio parecía tranquila podía dar tantas vueltas. Pero se alegraba de estar con él, y eso deseaba. Seguir a su lado, aunque fuera por esa noche.
¿Irse con él? Se lo pensó. Era lógico. ¿Podía confiar en él? Algo le decía que si. Entonces sin pensárselo lo cogió de la mano y se acercó a su oído. "Confío en ti". Susurró. Y ambos salieron de allí. Le llevó fuera del salón, por la salida de atrás. Era lógico que algo iba mal. Lo presentía. Y necesitaba alejarse del gentío, además que quería saber con exactitud lo que ocurría.
Siguieron andando, juntos, ignorando a la gente del servicio, y también a invitados, solo eran ellos dos, huyendo del resto. Y llegaron a la parte opuesta del castillo. Era la puerta de atrás. Y ella no le dejó que siguiera corriendo. Le impulsó hacia la pared y se puso frente a él.
-Dime que pasa. Confía en mi. -dijo mirándole a los ojos.
Intentó salir de allí, buscar a ¿su acompañante? Si es que podía llamarlo así. Era... tan extraño... no sabía explicarlo. El joven era sorprendente, o así le había resultado a ella, y con muchas virtudes, pero en lo más profundo de su mirada ella podía ver tristeza, y soledad. ¿Le ocurriría algo? ¿Tendría un pasado tan oscuro como el de ella? Negó para su interior. Esperaba que no. Eso no se lo deseaba a nadie.
Continuó avanzando entre el gentío. ¡Jerarld! Quiso gritar al verle, pero sería demasiado expectante, y llamaría la atención de muchos. Así que no dijo nada, y entonces se percató de su rostro. Problemas, decía su mirada.
-¿Qué ocurre? -Dijo cuando lo tenía en frente. Esa noche iba a ser movidita. Yulianna examinó su mirada, su rostro, sus gestos, y entonces se dio cuenta de que él no la miraba a ella, sino al resto. ¿Qué le preocupaba? Entonces habló. Parecía preocupado. Ella jamás había imaginado que esa noche que en principio parecía tranquila podía dar tantas vueltas. Pero se alegraba de estar con él, y eso deseaba. Seguir a su lado, aunque fuera por esa noche.
¿Irse con él? Se lo pensó. Era lógico. ¿Podía confiar en él? Algo le decía que si. Entonces sin pensárselo lo cogió de la mano y se acercó a su oído. "Confío en ti". Susurró. Y ambos salieron de allí. Le llevó fuera del salón, por la salida de atrás. Era lógico que algo iba mal. Lo presentía. Y necesitaba alejarse del gentío, además que quería saber con exactitud lo que ocurría.
Siguieron andando, juntos, ignorando a la gente del servicio, y también a invitados, solo eran ellos dos, huyendo del resto. Y llegaron a la parte opuesta del castillo. Era la puerta de atrás. Y ella no le dejó que siguiera corriendo. Le impulsó hacia la pared y se puso frente a él.
-Dime que pasa. Confía en mi. -dijo mirándole a los ojos.
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