AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Aliémonos [Jerarld J. Délvheen]
2 participantes
Página 1 de 1.
Aliémonos [Jerarld J. Délvheen]
Ajusté aquél pañuelo de color salmón a mi cuello y practiqué una de mis seductoras sonrisas que quitaban el hipo, decidiéndome al fin, a llamar aquella puerta usando la cabeza de león que adornaba mi bastón señorial. Dos veces. Pausa. Ladeé mi rostro hacia la derecha, luego a la izquierda, y al fin, unos apresurados pasos llegaron a la puerta que se abrió con rapidez, mostrándome parte de un fabuloso vestíbulo que me distrajo más del tiempo estipulado. Carraspeé entonces y agaché la mirada para luego alzar una ceja.
- Me habían dicho que te conservabas mejor, viejo amigo.- bromeé, palmeando el hombro de aquél siervo que confuso, me miraba pestañeando tras cerrar la boca, pues intuía que quería replicar mi aparente confusión de identidad con su amo.- Bromeaba, disculpe mis confianzas. ¿Podría hacerle entrega de ésta carta al señor Délvheen?- le pedí ahora con un tono más cordial, entregándole un sobre blanco que él tomó tras vacilar un momento, dejando pronto mi guante blanco sin aquello que había ido a traerle.
El anciano asintió y cerró la puerta tras él, dando la vuelta aunque manteniéndome frente a la misma entrada, contemplando el cielo estrellado, demasiado nítido para mi gusto. El verdor oscuro de aquellas tierras me fascinó e incluso imaginé cuán relajante sería tumbarse en aquél césped teñido del rocío matinal, con unas gafas de sol, una hamaca, un cóctel, una preciosidad abanicándome, el sol tostando mi piel desnuda...
Solté una pequeña risa ante mis altas espectativas, volviendo al mundo real cuando a lo lejos, escuchaba la voz del siervo hablando con Jerarld, probablemente, respondiendo a su preguntas tras leer mi carta que, mentalmente, repasé en silencio:
Adorable compinche pelirrojo,
Sé que me has echado de menos y tras escuchar tus ruegos, aquí estoy, frente a la puerta de tu mansión. Espero que no me dejes esperando mucho más tiempo, hace frío. En realidad no, ya sabes que no nos afecta las bajas temperaturas, pero queda más cordial, ¿verdad?
Así que ya sabes qué hacer: arruga ésta carta, dile a tus siervos que te dejen solo y en cuanto abras la ventana, me colaré por ella. Nadie recordará mi presencia aquí, ya sabes cómo funcionan las cosa conmigo, querido Jerarld.
Axásveroth
PD: No puedes reclamarme que no te avisara. Acabo de hacerlo.
Torcí una sonrisa satisfecha en cuanto escuché el crujir de una ventana que se abría en la segunda planta, por lo que, sujetándome en sombrero de copa y acomodándome la capa negra que ondeaba suavemente, dejé que mi cuerpo se elevara poco a poco hasta el lugar indicado, guiándome a demás, por el aroma de papel quemado que se esfumara por la misma ventana en la que ahora me encontraba, sentado elegantemente sobre el alféizar, contemplando la figura de Jerarld que me daba la espalda con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones.
- Toc, toc.
- Me habían dicho que te conservabas mejor, viejo amigo.- bromeé, palmeando el hombro de aquél siervo que confuso, me miraba pestañeando tras cerrar la boca, pues intuía que quería replicar mi aparente confusión de identidad con su amo.- Bromeaba, disculpe mis confianzas. ¿Podría hacerle entrega de ésta carta al señor Délvheen?- le pedí ahora con un tono más cordial, entregándole un sobre blanco que él tomó tras vacilar un momento, dejando pronto mi guante blanco sin aquello que había ido a traerle.
El anciano asintió y cerró la puerta tras él, dando la vuelta aunque manteniéndome frente a la misma entrada, contemplando el cielo estrellado, demasiado nítido para mi gusto. El verdor oscuro de aquellas tierras me fascinó e incluso imaginé cuán relajante sería tumbarse en aquél césped teñido del rocío matinal, con unas gafas de sol, una hamaca, un cóctel, una preciosidad abanicándome, el sol tostando mi piel desnuda...
Solté una pequeña risa ante mis altas espectativas, volviendo al mundo real cuando a lo lejos, escuchaba la voz del siervo hablando con Jerarld, probablemente, respondiendo a su preguntas tras leer mi carta que, mentalmente, repasé en silencio:
Adorable compinche pelirrojo,
Sé que me has echado de menos y tras escuchar tus ruegos, aquí estoy, frente a la puerta de tu mansión. Espero que no me dejes esperando mucho más tiempo, hace frío. En realidad no, ya sabes que no nos afecta las bajas temperaturas, pero queda más cordial, ¿verdad?
Así que ya sabes qué hacer: arruga ésta carta, dile a tus siervos que te dejen solo y en cuanto abras la ventana, me colaré por ella. Nadie recordará mi presencia aquí, ya sabes cómo funcionan las cosa conmigo, querido Jerarld.
Axásveroth
PD: No puedes reclamarme que no te avisara. Acabo de hacerlo.
Torcí una sonrisa satisfecha en cuanto escuché el crujir de una ventana que se abría en la segunda planta, por lo que, sujetándome en sombrero de copa y acomodándome la capa negra que ondeaba suavemente, dejé que mi cuerpo se elevara poco a poco hasta el lugar indicado, guiándome a demás, por el aroma de papel quemado que se esfumara por la misma ventana en la que ahora me encontraba, sentado elegantemente sobre el alféizar, contemplando la figura de Jerarld que me daba la espalda con las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones.
- Toc, toc.
Klaus- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 24/07/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Aliémonos [Jerarld J. Délvheen]
Estiré ambos brazos en forma de cruz como aquel hombre me indicaba, esperando impaciente.
Espere señor Délvheen que le ajustare aquí, aquí y aquí….
Indicaba el sastre mientras tomaba medidas sobre la camisa que llevaba puesta, estironeandome, midiéndome, haciéndome mover de un lado a otro…
Llevaba todo el atardecer retocando una simple camisa, -y es que aquel era el sucesor de mi sastre anterior, por lo tanto era nuevo no solo en el oficio, sino tambien en el negocio.-
Suspire, lo cierto es que empezaba a aburrirme. Pues aquel jovencito, llevaba mas de cuarenta minutos ajustándome la ropa, cuando las medidas se tomaban en cinco minutos.
Uy disculpe le he pinchado, uy otra vez, uy otra vez jujujuju.
Torcí una mueca y arquee una ceja, parecía que el sastre se divertía a mi costa, y es que no sabia si estaba siendo paranoide…o es que estaba tardando y equivocándose a posta, pues sentía que por mas que se esmeraba ya no podia estrechaba estrechar mas la tela.
Mmmm…Diría que si me deja la camisa así, iré demasiado…apretado.
Oh nonono, así es como debe ir, ¡son las nuevas tendencias! no solo se vera mas entallado, sino que se le marcara…esa musculatura que lleva oculta siempre bajo los impecables trajes de corte clásico que le ha hecho mi padre, que ya descanse en paz…¿Ha hecho ejercicio? Comento agarrando mi bíceps de forma casi posesiva.
Gire la cabeza a un lado encontrándome con los ojos centelleantes del rubio, pálido y a la vez sonrosado jovencito.
Ehm, creo que mejor dejamos lo de tomar medidas para otro día señor Gaultier.
¿Eh?, pero si aun no he…! En aquel entonces, interrumpiéndole, abrió la puerta y se adentró con calma mi mayor héroe.
Señor, acaba de llegar alguien que desea hablar con usted, indico Sam entregándome una carta.
Gracias Sam, por favor acompaña al señor Gaultier, que ya se marcha, ¡no le entretengas! que le he robado toda la tarde.
Y así fue como el héroe casi arrastraba al muchacho fuera de la sala mientras éste se quejaba, aunque yo ya le ignorase por completo.
Desplegué el delicado papel y camine por la sala, leyendo la carta, quedándome por un instante pensativo…
Hacia ya demasiado tiempo que no visualizaba aquella exquisita letra, inconfundible, tanto como el sutil aroma que emanaba de ella, camine apreciándola, abriendo la ventana, doblando la carta en dos y lanzándola a la chimenea, mirando como las llamas la devoraban por completo, pensando por un instante en la infinidad de motivos que podrían traer a mi querido e intrigante amigo a mi residencia. momento en que su voz sonó a mi espalda, por lo que me giré.
Adelan…Mis palabras se vieron interrumpidas al ver como la camisa, obviamente demasiado estrecha para mi, se rasgada por las costuras de los hombros y costados ante el mas sutil de mis movimientos. te…
Voy a despedir a ese sastre. Pensé en voz alta, mirando el gesto divertido de Axásveroth, un gesto que me obligo a hablar en mi favor.
No me mires asi. No, no lo he hecho a posta! Indique ante ese atisbo de sonrisilla que avecinaba una carcajada que no tardo en llegar y que me contagio a mi también, haciéndome suspirar resignado mientras avanzaba hacia el, sujetando su mano para empujarle dentro de la estancia, aprovechando el mismo tirón para acercarle a mi, abrazándole y recibiendo su abrazo -siempre un tanto fuerte- de vuelta.
Entonces, me separe de él y tome su rostro entre mis manos.
Oh, pero mírate…Si estas viejísimo. Indique con seriedad, bromeando con el al ver su aspecto idéntico al de hacia cientos de años, percibiendo su sonrisa picara, sabiendo que ocultaría algo, pues sus visitas siempre tenían un porque.
¿Porque no te pones cómodo y me esperas mientras voy algo de ropa que no se desarme con un movimiento? Pregunte divertido mientras le contemplaba
…¿Oh es que tienes prisas...señor hago-visitas-cada-dos-siglos?
Espere señor Délvheen que le ajustare aquí, aquí y aquí….
Indicaba el sastre mientras tomaba medidas sobre la camisa que llevaba puesta, estironeandome, midiéndome, haciéndome mover de un lado a otro…
Llevaba todo el atardecer retocando una simple camisa, -y es que aquel era el sucesor de mi sastre anterior, por lo tanto era nuevo no solo en el oficio, sino tambien en el negocio.-
Suspire, lo cierto es que empezaba a aburrirme. Pues aquel jovencito, llevaba mas de cuarenta minutos ajustándome la ropa, cuando las medidas se tomaban en cinco minutos.
Uy disculpe le he pinchado, uy otra vez, uy otra vez jujujuju.
Torcí una mueca y arquee una ceja, parecía que el sastre se divertía a mi costa, y es que no sabia si estaba siendo paranoide…o es que estaba tardando y equivocándose a posta, pues sentía que por mas que se esmeraba ya no podia estrechaba estrechar mas la tela.
Mmmm…Diría que si me deja la camisa así, iré demasiado…apretado.
Oh nonono, así es como debe ir, ¡son las nuevas tendencias! no solo se vera mas entallado, sino que se le marcara…esa musculatura que lleva oculta siempre bajo los impecables trajes de corte clásico que le ha hecho mi padre, que ya descanse en paz…¿Ha hecho ejercicio? Comento agarrando mi bíceps de forma casi posesiva.
Gire la cabeza a un lado encontrándome con los ojos centelleantes del rubio, pálido y a la vez sonrosado jovencito.
Ehm, creo que mejor dejamos lo de tomar medidas para otro día señor Gaultier.
¿Eh?, pero si aun no he…! En aquel entonces, interrumpiéndole, abrió la puerta y se adentró con calma mi mayor héroe.
Señor, acaba de llegar alguien que desea hablar con usted, indico Sam entregándome una carta.
Gracias Sam, por favor acompaña al señor Gaultier, que ya se marcha, ¡no le entretengas! que le he robado toda la tarde.
Y así fue como el héroe casi arrastraba al muchacho fuera de la sala mientras éste se quejaba, aunque yo ya le ignorase por completo.
Desplegué el delicado papel y camine por la sala, leyendo la carta, quedándome por un instante pensativo…
Hacia ya demasiado tiempo que no visualizaba aquella exquisita letra, inconfundible, tanto como el sutil aroma que emanaba de ella, camine apreciándola, abriendo la ventana, doblando la carta en dos y lanzándola a la chimenea, mirando como las llamas la devoraban por completo, pensando por un instante en la infinidad de motivos que podrían traer a mi querido e intrigante amigo a mi residencia. momento en que su voz sonó a mi espalda, por lo que me giré.
Adelan…Mis palabras se vieron interrumpidas al ver como la camisa, obviamente demasiado estrecha para mi, se rasgada por las costuras de los hombros y costados ante el mas sutil de mis movimientos. te…
Voy a despedir a ese sastre. Pensé en voz alta, mirando el gesto divertido de Axásveroth, un gesto que me obligo a hablar en mi favor.
No me mires asi. No, no lo he hecho a posta! Indique ante ese atisbo de sonrisilla que avecinaba una carcajada que no tardo en llegar y que me contagio a mi también, haciéndome suspirar resignado mientras avanzaba hacia el, sujetando su mano para empujarle dentro de la estancia, aprovechando el mismo tirón para acercarle a mi, abrazándole y recibiendo su abrazo -siempre un tanto fuerte- de vuelta.
Entonces, me separe de él y tome su rostro entre mis manos.
Oh, pero mírate…Si estas viejísimo. Indique con seriedad, bromeando con el al ver su aspecto idéntico al de hacia cientos de años, percibiendo su sonrisa picara, sabiendo que ocultaría algo, pues sus visitas siempre tenían un porque.
¿Porque no te pones cómodo y me esperas mientras voy algo de ropa que no se desarme con un movimiento? Pregunte divertido mientras le contemplaba
…¿Oh es que tienes prisas...señor hago-visitas-cada-dos-siglos?
Jerarld Délvheen- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 476
Fecha de inscripción : 14/08/2011
Edad : 794
Localización : Paseando por el techo de casa...
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Aliémonos [Jerarld J. Délvheen]
- Si todos los recibimientos fueran así, créeme que vendría a visitarte más a menudo.- bromeé, relamiéndome los labios a medida que avanzaba hasta su figura quedando frente a él, acariciando la escasa piel de su brazo derecho que quedaba a la vista tras hacerse añicos con un simple movimiento de su musculatura.- ¿Me has echado de menos, pelirrojo?- le pregunté con cierto rin tintín provocativo en mi voz, guiñándole el ojo antes de tomar una bocanada de aire y avanzar hacia la chimenea ardiente, dándole la espalda al anfitrión mientras jugueteaba con mis dedos entrelazados tras mi espalda, deteniéndome al fin frente al fuego chispeante que captó la atención de mis ojos claros.- ¿Cómo se encuentra tu numerosa familia? Espero que no planees urdir una secta con ella…- intenté bromear de nuevo, suspirando apesadumbradamente y dándome por vencido al fin.- Es cierto, me temo que no me encuentro en una simple visita de cortesía, pues de ser así, ambos sabemos que no seguirías vestido ahora.- murmuré con total sinceridad y sin atisbo ya de buen humor.- Es por un asunto gubernamental.- añadí, frunciendo mi ceño antes de girar sobre mi mismo eje y clavar mis ojos en los suyos, hablándome ahora mediante nuestro telepático don silencioso.- Pretendo derribar a mi hermano, haciéndome al fin con un trono que me pertenece por más derechos que a él. Lo sabes, Jerarld: llevo milenios a su merced, siendo yo quién más responsabilidades tiene y quién más en la sombra se encuentra, olisqueando el poder sin poder degustarlo jamás. Ahora es mi momento y te necesito conmigo. A ti y a algunos de los tuyos, pues bien es sabido que mantienes contacto con brujos, licántropos, metamorfos, inquisidores y demás fauna dispuesta a colaborar en ésta histórica y transcendental causa de la que te propongo ser partícipe. Ayúdame y te deleitarás con el sabor de la gloria. No me mires así…- le reproché de repente.- No pido ningún sacrificio, en realidad sólo necesitaría que distrajeras a la Reina con tus encantos.- me expliqué, poniendo los ojos en blanco y escapándoseme una mueca antes de proseguir con tono severo.- Yo pondré la fuerza, el Ejército me sigue a mí. Tú y los tuyos seréis la llave para alcanzar el triunfo que todo el mundo sobrenatural espera ansioso. ¿Serás tú quién se lo niegue?
Esbocé una sonrisa complacida aun sin escuchar la respuesta de mi interlocutor y mientras lo hacía, saqué de uno de mis bolsillos interiores una pipa, la cual prendí con una cerilla que lancé a las brasas de la chimenea, respirando el humo antes de expulsarlo por mis orificios nasales, sintiendo el placer que aquél simple gesto me brindaba.
- ¡Pésimo anfitrión! ¿Dónde está el vino?- reclamé alzando mis brazos al aire para, dando un pequeño paso de baile caribeño, deslizarme por la suave tapicería del sillón más cercano que encontré, exhalando un pequeño gemido como si me encontrara demasiado cómodo por lo cansado que venía.
Esbocé una sonrisa complacida aun sin escuchar la respuesta de mi interlocutor y mientras lo hacía, saqué de uno de mis bolsillos interiores una pipa, la cual prendí con una cerilla que lancé a las brasas de la chimenea, respirando el humo antes de expulsarlo por mis orificios nasales, sintiendo el placer que aquél simple gesto me brindaba.
- ¡Pésimo anfitrión! ¿Dónde está el vino?- reclamé alzando mis brazos al aire para, dando un pequeño paso de baile caribeño, deslizarme por la suave tapicería del sillón más cercano que encontré, exhalando un pequeño gemido como si me encontrara demasiado cómodo por lo cansado que venía.
Klaus- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 24/07/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Aliémonos [Jerarld J. Délvheen]
Me cruce de brazos y le mire arqueando una ceja.
Distraer a la reina...
Entre eso y que mi ropa, por algún extraño motivo, nunca dura más de dos horas intacta si tu estas en mi compañía...
Solté un resoplido.
Termínale creyéndole a Jäeger, cuando dice que tengo complejo de cortesano. Indique mentalmente, riendo.
Camine hacia uno de los muebles cercanos, extrayendo un par de copas que me dispuse a servir dándole la espalda.
Lo cierto...es que parece que el destino te acompaña. Indique vertiendo el liquido en aquellas copas. Quedándome pensativo mientras servia…Y es que aquello que me habia dicho, no era una simple idea de reclamar un trono…Involucraba una guerra interna, en la que de inmiscuirme podría repercutir en los mios y afectarles directamente…y aquello me preocupó.
Me gire y camine lentamente hacia él dándole una de las copas ante su mirada interrogante.
Por lo que introduje una mano en el bolsillo de mi pantalón, extendiéndole una nota doblada que había llegado hacia un par de horas a mis manos.
Axásveroth comenzó a mirar el papel, frunciendo el ceño ante las notas musicales que se hayaban escritas en ella, -mas que seguramente reproduciendo el sonido que cada nota haría al tocarla, vislumbrando que era una melodía discorde y mal sonante sin orden ni musicalidad alguna.-
Pero entonces pareció captar el ligero aroma que emanaba del papel, por lo que me miro asombrado.
Así es. La reina se te ha adelantado, es ella quien quiere verme. Esas notas que ves escritas son la ubicación del lugar de encuentro.
La reina y yo habíamos tenido una relación cordial desde siempre, y es que ambos nos habíamos conocido en un momento un tanto estresante de nuestras vidas. Por lo que de forma inesperada, ella se había convertido en una de mis mentoras, y me había enseñado a utilizar mis dones de forma precisa, además de acompañarme en uno de mis viajes cuando era un atolondrado y disperso neófito, sediento y enfurecido con el mundo.
Al parecer yo le había intrigado desde un primer momento, y el hecho de que también fuera músico, le había gustado, pues desde aquel entonces, no volvió a mandarme una palabra escrita. Sus cartas se convirtieron en aquel momento, en pequeñas partituras; como si se tratara de una obra que se mostraba en forma de notas musicales, que debidamente cambiadas por sus respectivas letras, mostraba el mensaje que me enviaba.
Me senté en el reposabrazos en donde Axásveroth se hallaba, bebiendo un sobro de mi copa mientras soltaba un suspiro.
Desde que te conozco no ha pasado un solo dia en el que no desees derrocar a Cyrion…Y lo cierto es que has sido paciente…Sin embargo, me veo obligado a preguntártelo Far…
¿Crees que es ahora el momento?...¿Crees, que deberías hacerlo? Una vez empieces con todo esto ya no habrá vuelta atrás.
Tome el papel que le había enseñado recién, me puse en pie y camine hacia la chimenea, lanzándolo hacia ella. Y quedándome por un momento allí, contemplando el crepitar del fuego.
Si me decidía a actuar con él, debería hacerlo a ocultas de la familia. Al menos de Johannes, Elle y Gabriel…Aunque sobretodo, debía mantener a Elle lo más lejos que pudiera de todo aquel asunto. Ya que ella parecía ser la mas interesada en el asunto interracial y en sus secretos, por lo que si se veía inmersa en todo esto...
Fruncí el ceño, pues la idea de que sus existencias se vieran amenazadas no me hizo ni pizca de gracia.Sin embargo, algo me decía que sino le ayudaba, podría terminar siendo peor.
Negué con la cabeza …
Oh por cierto.
Si, si...
Mi numerosa familia se encuentra bien, y llegas tarde. Fundamos una secta, esta prosperó y ahí vamos…
creamos orgias todos los domingos. Y alabamos al líder…
Que soy yo.
Comente de pronto,dando un nuevo sorbo, bromeando como había hecho él al principio para poder romper el silencio que se había formado. No fuese a ser que mi acompañante siguiera considerándome como un mal anfitrión…
Distraer a la reina...
Entre eso y que mi ropa, por algún extraño motivo, nunca dura más de dos horas intacta si tu estas en mi compañía...
Solté un resoplido.
Termínale creyéndole a Jäeger, cuando dice que tengo complejo de cortesano. Indique mentalmente, riendo.
Camine hacia uno de los muebles cercanos, extrayendo un par de copas que me dispuse a servir dándole la espalda.
Lo cierto...es que parece que el destino te acompaña. Indique vertiendo el liquido en aquellas copas. Quedándome pensativo mientras servia…Y es que aquello que me habia dicho, no era una simple idea de reclamar un trono…Involucraba una guerra interna, en la que de inmiscuirme podría repercutir en los mios y afectarles directamente…y aquello me preocupó.
Me gire y camine lentamente hacia él dándole una de las copas ante su mirada interrogante.
Por lo que introduje una mano en el bolsillo de mi pantalón, extendiéndole una nota doblada que había llegado hacia un par de horas a mis manos.
Axásveroth comenzó a mirar el papel, frunciendo el ceño ante las notas musicales que se hayaban escritas en ella, -mas que seguramente reproduciendo el sonido que cada nota haría al tocarla, vislumbrando que era una melodía discorde y mal sonante sin orden ni musicalidad alguna.-
Pero entonces pareció captar el ligero aroma que emanaba del papel, por lo que me miro asombrado.
Así es. La reina se te ha adelantado, es ella quien quiere verme. Esas notas que ves escritas son la ubicación del lugar de encuentro.
La reina y yo habíamos tenido una relación cordial desde siempre, y es que ambos nos habíamos conocido en un momento un tanto estresante de nuestras vidas. Por lo que de forma inesperada, ella se había convertido en una de mis mentoras, y me había enseñado a utilizar mis dones de forma precisa, además de acompañarme en uno de mis viajes cuando era un atolondrado y disperso neófito, sediento y enfurecido con el mundo.
Al parecer yo le había intrigado desde un primer momento, y el hecho de que también fuera músico, le había gustado, pues desde aquel entonces, no volvió a mandarme una palabra escrita. Sus cartas se convirtieron en aquel momento, en pequeñas partituras; como si se tratara de una obra que se mostraba en forma de notas musicales, que debidamente cambiadas por sus respectivas letras, mostraba el mensaje que me enviaba.
Me senté en el reposabrazos en donde Axásveroth se hallaba, bebiendo un sobro de mi copa mientras soltaba un suspiro.
Desde que te conozco no ha pasado un solo dia en el que no desees derrocar a Cyrion…Y lo cierto es que has sido paciente…Sin embargo, me veo obligado a preguntártelo Far…
¿Crees que es ahora el momento?...¿Crees, que deberías hacerlo? Una vez empieces con todo esto ya no habrá vuelta atrás.
Tome el papel que le había enseñado recién, me puse en pie y camine hacia la chimenea, lanzándolo hacia ella. Y quedándome por un momento allí, contemplando el crepitar del fuego.
Si me decidía a actuar con él, debería hacerlo a ocultas de la familia. Al menos de Johannes, Elle y Gabriel…Aunque sobretodo, debía mantener a Elle lo más lejos que pudiera de todo aquel asunto. Ya que ella parecía ser la mas interesada en el asunto interracial y en sus secretos, por lo que si se veía inmersa en todo esto...
Fruncí el ceño, pues la idea de que sus existencias se vieran amenazadas no me hizo ni pizca de gracia.Sin embargo, algo me decía que sino le ayudaba, podría terminar siendo peor.
Negué con la cabeza …
Oh por cierto.
Si, si...
Mi numerosa familia se encuentra bien, y llegas tarde. Fundamos una secta, esta prosperó y ahí vamos…
creamos orgias todos los domingos. Y alabamos al líder…
Que soy yo.
Comente de pronto,dando un nuevo sorbo, bromeando como había hecho él al principio para poder romper el silencio que se había formado. No fuese a ser que mi acompañante siguiera considerándome como un mal anfitrión…
Jerarld Délvheen- Vampiro/Realeza
- Mensajes : 476
Fecha de inscripción : 14/08/2011
Edad : 794
Localización : Paseando por el techo de casa...
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: Aliémonos [Jerarld J. Délvheen]
Despegué mis labios sonrientes cuando algo que percibí me hizo menear la cabeza y llevar mi mano hacia el interior de mi traje, buscando a la altura de mi pecho aquella estaca de roble blanco. Chasqueé la lengua contra mi paladar mientras me ponía en pie, dando la espalda a la ventana por la que había entrado y por dónde salió disparada aquella estaca en un veloz movimiento de mi cuerpo entero que tras romper los cristales que cayeron en un agudo estruendo al suelo, perforando el pecho de una mujer que planeaba en el exterior y cuya figura empezó a resquebrajarse en millones de pedazos, convirtiéndose en una bola de fuego tras la que sólo cenizas quedaron de ella, llevándoselas el viento.
- Echaré de menos a Padme.- refunfuñé negando con la cabeza, volteándome hacia Jerarld para dedicarle la más casual de las sonrisas ante el pequeño incidente de su ventana.- No sabes qué tan loco me ponía sus pendientes en ese ombligo persa...-reí, volviéndome a sentar en la misma butaca y tomar la copa que apuré casi con sed real.- ¿Por dónde íbamos?- pedí, interrumpiéndole cuando éste iba a responderme.- ¡Oh, la familia!- exclamé con cierta teatralidad.- Supe que tu hijo estudia en la Universidad, ¿cierto? Qué gran orgullo debe suponer para ti, querido. Y en cuanto a tu hija... ¿es cierto que atentó contra Cyrion? ¡Sólo por eso ya me gusta! ¿Me la presentarás algún día? Espero que no estés formando pequeños rebeldes en mi contra, ¿eh?- bromeé con un guiño cómplice.
Al recorrer la estancia con la mirada, mis ojos volvieron a posarse en las llamas de la chimenea, recordando aquella nota de la reina. Me mordí los labios, ahora un tanto nervioso, mirando de reojo por aquella ventana rota que quedaba tras de mí. Supe que si los Reyes habían enviado a Padme a vigilar mis pasos, habrían mandado más refuerzos de la corte, aunque no fueran militares a mi cargo. De hecho, Padme era sólo una dama de compañía de ellos, se limitaba a servirles los banquetes, la bebida, a bailarles cuando se lo requerían y poco más. ¿Para qué sacrificarla? Supuse que si bien acertaron con la idea de pensar que yo tramaba algo a sus espaldas, no podría ser nada tan grave como para poner en mi contra a alguno de mis hombres para espiarme. ¿Les estaría subestimando? No podíamos perder más tiempo. Todo parecía indicar que empezaban a sospechar mis planes y era precisamente el factor sorpresa lo que decantaría la balanza hacia mi victoria.
- Acude. Ve a su cita. Dale todo lo que ella te pida y más. Distráela toda la noche y si puedes, retenla el resto del día. Me da igual lo que hagas con ella mientras no vuelva a Palacio. Por mí... puedes matarla si te place.
La voz de mi mente sonaba severa y con un sabor amargo, por lo que intenté disipar el tenso ambiente escondiendo mi rostro tras la copa, buscando degustar su contenido al percatarme que ya se encontraba vacía, resoplando antes de erguirme y dirigirme hacia el armario en busca de algo más fuerte, tomando una botella de absenta que descorché sin siquiera pedirle permiso y que bebí sin necesidad de usar recipiente alguno, demasiado sumido en mis pensamientos, esperando todavía una respuesta a la que tuve que insistir con ansiedad.
- ¿Cuento contigo, hermano?
- Echaré de menos a Padme.- refunfuñé negando con la cabeza, volteándome hacia Jerarld para dedicarle la más casual de las sonrisas ante el pequeño incidente de su ventana.- No sabes qué tan loco me ponía sus pendientes en ese ombligo persa...-reí, volviéndome a sentar en la misma butaca y tomar la copa que apuré casi con sed real.- ¿Por dónde íbamos?- pedí, interrumpiéndole cuando éste iba a responderme.- ¡Oh, la familia!- exclamé con cierta teatralidad.- Supe que tu hijo estudia en la Universidad, ¿cierto? Qué gran orgullo debe suponer para ti, querido. Y en cuanto a tu hija... ¿es cierto que atentó contra Cyrion? ¡Sólo por eso ya me gusta! ¿Me la presentarás algún día? Espero que no estés formando pequeños rebeldes en mi contra, ¿eh?- bromeé con un guiño cómplice.
Al recorrer la estancia con la mirada, mis ojos volvieron a posarse en las llamas de la chimenea, recordando aquella nota de la reina. Me mordí los labios, ahora un tanto nervioso, mirando de reojo por aquella ventana rota que quedaba tras de mí. Supe que si los Reyes habían enviado a Padme a vigilar mis pasos, habrían mandado más refuerzos de la corte, aunque no fueran militares a mi cargo. De hecho, Padme era sólo una dama de compañía de ellos, se limitaba a servirles los banquetes, la bebida, a bailarles cuando se lo requerían y poco más. ¿Para qué sacrificarla? Supuse que si bien acertaron con la idea de pensar que yo tramaba algo a sus espaldas, no podría ser nada tan grave como para poner en mi contra a alguno de mis hombres para espiarme. ¿Les estaría subestimando? No podíamos perder más tiempo. Todo parecía indicar que empezaban a sospechar mis planes y era precisamente el factor sorpresa lo que decantaría la balanza hacia mi victoria.
- Acude. Ve a su cita. Dale todo lo que ella te pida y más. Distráela toda la noche y si puedes, retenla el resto del día. Me da igual lo que hagas con ella mientras no vuelva a Palacio. Por mí... puedes matarla si te place.
La voz de mi mente sonaba severa y con un sabor amargo, por lo que intenté disipar el tenso ambiente escondiendo mi rostro tras la copa, buscando degustar su contenido al percatarme que ya se encontraba vacía, resoplando antes de erguirme y dirigirme hacia el armario en busca de algo más fuerte, tomando una botella de absenta que descorché sin siquiera pedirle permiso y que bebí sin necesidad de usar recipiente alguno, demasiado sumido en mis pensamientos, esperando todavía una respuesta a la que tuve que insistir con ansiedad.
- ¿Cuento contigo, hermano?
Klaus- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 36
Fecha de inscripción : 24/07/2012
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» Jerarld J. Délvheen.
» Latidos [Jerarld Délvheen]
» Cazada {Jerarld Délvheen}
» ¡ Encontré a mi espejito! (Jerarld Délvheen)
» Renacimiento {Priv. Jerarld Délvheen}
» Latidos [Jerarld Délvheen]
» Cazada {Jerarld Délvheen}
» ¡ Encontré a mi espejito! (Jerarld Délvheen)
» Renacimiento {Priv. Jerarld Délvheen}
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour