Las muertas cuerdas de un violín y la encorbada bailarina [~.Privado.~]

-El sonido del mar parecía una obra de arte que se repetía incansable a lo largo de las horas ecigiendo al tiempo que se detuviera con el contoneo de sus aguas aun cuando haciendo caso omiso a las peticiones del mar los segundos parecian avanzar más rápido cuando se llegaba a aquella parte de Paris, territorio de pescadores, personas que ceñían su existencia en la mitología de poseidón contentándolo con sacrificios que a menudo eran humanos. El brujo habia entregado uno de los numerosos medicamentos que fabricaba en su lugar de trabajo casi siempre atestado de creyentes otras solo de nobles en busca de remedios aunque la mayor parte de su "hogar" estaba repleto de espíritus que o bien deseaban sus servicios o bien solamente se aburrían y acudían a uno de los pocos que podían observarlos...el humo de un cigarro prestado forzaba sus labios a cortar el silencio mientras el reloj marcaba las diez de la noche un hombre relativamente joven empezó a tocar con un violín melodías que habrían hecho sonreir a los más exquisitos- No solo los vivos viven de la musica

-No importaba que alguien que hubiera pasado le hubiera tomado por loco puesto que él no se ceñía por el famoso que dirán sino que cuando tenia o quería hablar lo hacía, admirando como frente a la pasarela de madera o mejor dicho en el embarcadero lo que parecia una niebla espontánea se habia transformado en una bailarina, hermosa sin duda pero quizás objeto de envidia por como al principio su figura no parecia deforme sino pura, hermosa, los cabellos escondían su espalda y su flequillo el lado derecho del rostro, un vestido que a los pocos minutos se vió destrozado descubriendo las piernas y los senos de la bailarina pero al espiritu no le importó, a pesar de que las cicatrices aparecian, que un charco de sangre se formaba de su maltrecho cuerpo ella seguía bailando con una sonrisa, se preguntó si sabía que había muerto o si al saberlo no podía abandonar la música o en su defecto al músico.

Una figura extraña aunque independiente pues en otro momento se habria envuelto en la mirada de la mujer que seguramente le pediría un que otro favor para que la persona amada respondiese a sus palabras, le tomarían por loco pero tras unas palabras, confesiones de ultima hora dichas por los labios acartonados de un fantasma huirían pensando que estaban siendo espiados o por como optaban muchos creerían y enviarían otros mensajes a sus amados lo cual respondia siempre con seriedad a pesar de ser un cruel oponente de los momentos de amor ¿que humano responderia al amor cuando él no ha recibido nada de éste, ni siquiera en su infancia? no odiaba al corazón incluso los muertos parecían aún sentir el bombeo del mismo pero no le era gracioso pensar en dejarse llevar por él- Su melodia es preciosa señor, hasta los muertos bailan con ella

-En alto, sus palabras resonaron haciendo que aquel violinista le sonriera, debia de haber sido noble en otra ocasion pues sus dientes no sufrian el ennegrecimiento propio de los que tocaban en las calles o sus cabellos no estaban del todo grasos, su piel parecia seguir bella e incluso sus labios no parecian rajadospor la sequedad, sus sospechas eran varias como una historia que aún antigua se repetia para todos los publicos-