En la oscuridad de la noche [Privado]

Y fue así como el escalofríos recorrió mi cuerpo de pies a cabeza, cada parte de mi piel se erizo por completo, la noche traía consigo más que solo sombras y oscuridad, una suave briza envolvente cubrió aquel lugar, moviendo mis cabellos de un lado a otro, oír en ese momento era la medida justa, ¿pero que escuchaba en realidad? El sonar de los bichos nocturnos, el ulular de un búho a metros de mi, una que otra rata caminar y un chillido, el aleto de alguna ave a mi alrededor, y pasos de humanos, típicos, pausados, con miedo… tal vez… parecían pasos seguros, o quizás…

Cerré mis ojos para concentrarme más en aquellos pasos que se acercaban, era una de las mejores maneras de que mis sentidos estuvieran en su máximo potencial, de un segundo a otro todos los ruidos desaparecieron y logre solamente escuchar aquellos pasos, que andaban en total armonía, para con ellos, pero había más, aquella respiración no era la común, ¿venia agitado? ¿Quizás arrancando?, me centre en ello, la respiración era típica de un caminante algo apresurado ¿Qué era? Lo que si sabía que se acercaba mas a mí, algo no podía aun descifrar en qué momento exacto pasaría por aquí, tan silenciosamente como acostumbraba retrocedí dos pasos, mi memoria si mas no fallaba atrás de mi había una rama, lentamente y con todo el cuidado posible puse el pie junto a ella.

No era el momento preciso para una transformación, sentía algo de desconfianza, muy típica en mi y más si me encontraba en aquel lugar, en medio de la oscuridad, en medio de arboles y muchos otros seres que andaban por este lugar, animales nocturnos y algo más que solo un animal. Mi respiración casi era inaudible y pude sentir o mejor dicho escuchar el aleteo de aquel búho, espantado si estaba escapando ¿un cazador? Los segundos parecían horas y aun no lograba distinguir quien seguía en dirección hacia mí, me apoye en un árbol que estaba a mi izquierda, escondida tras la sombra de este a la espera expectante de aquella persona, mi respiración era tan lenta que nadie a parte de un vampiro podría oírla, algo había aprendido con los años a controlar mi cuerpo, a que mis signos vitales disminuyeran pero aun así mantenerme en pie. Frente a mis ojos paso el búho que con sus extensas alas y su suave vuelo se acerco al suelo y caso una pequeña rata, el chillido fue algo sonoro pero no logro asustarme, pero los pasos se detuvieron en alguna parte del bosque, mi cuerpo se enderezo separe mi espalda de aquel árbol y di un paso, que ni yo misma logre escuchar cuando mi pie volvió a tocar el suelo. Mi ojo aun estado como humano tenían esa capacidad de ver en la oscuridad agradecía por aquello, comencé a observar a mí alrededor. Mis instintos humanos me decían que alguien estaba cerca y mis instintos felinos afirmaban lo anterior.

Con una agilidad que solo una persona como yo podía tener, comencé a escalar aquel árbol, con algo de facilidad, agradecía que mi cuerpo fuera más elástico que el de cualquier otro. Lentamente llegue hasta una rama que había no muy alto y sentándome en ella sentí un crujido no muy lejos de donde estaba, una sonrisa se poso en mis labios y mis ojos cambiaron de dirección, gire mi cabeza y logre ver la silueta de un hombre, mi olfato comenzó a jugar, a llenarse de los aromas que a esas horas de la noche habían en el bosque, centre toda mi atención en los aromas provenientes en la dirección de aquel hombre mi olfato no fallaba y logre sentir lo que me temía, lobo.

Tiempo después de haber pasado ya mi primera noche de luna llena en París, el lugar que había marcado en mi sin duda alguna había sido el bosque parisino que fue encuentro antes ya de este ser y de la lobo que se había convertido en una amiga compañera de raza por así decirlo, persona fiel, amable pero algo confundida, por supuesto él estaría presto para ayudarla en lo que sea se lo había dicho, pero algo no le podía tener tranquilo a Andy quizá esa sensación de no saber aún que hacer o a que recurrir cuando pasé nuevamente por una de estas desagradables situaciones a las cuales no se podía oponer tan solo lamentar en silencio o algunas veces en voz alta, pero prefería no mostrar la tristeza para así no intranquilizar a nadie, a fin de cuentas su vida era perfecta para todos los que le rodeaban, ¿no?, tenia dinero, casta, titulo, poder, las mujeres no le faltaban aunque el deseara una especial y no del montón, la verdad era que no, el Duque no era tan feliz como todos pensaban, en gran parte por ese motivo escapo a París, para buscar felicidad y por el momento sin contar aquel incidente de la transformación la había tenido en completa calma, su morada le encantaba, frente a las flores y los animales, los aromas y el paisaje hermoso, había encontrado a la pequeña Nizza, la niña de sus ojos, aquella pequeñita que había visto nacer, caer en la desgraciada enfermedad y luego ser consciente del asesinato de sus padres, el cual según cree el mismo Andy fue cobrado por él, tan solo era una presentimiento, no tenia prueba alguna de que aquello sea verdad, pero si lo fuera solo esta vez no le podría afectar derramar sangre, tanta nebulosa mental, tenia que desaparecer de él o se volvería loco en algún momento

Mansión del duque Chale - Jardín Botánico

Suspiros largos y bocanadas de aire solo en el balcón se escuchaban, provenían de Andy, algunos sirvientes cuchichaban entre ellos sobre que pasaba con su amo, más había prohibido a todos entrar en la habitación con una fiereza que pocas veces se notaba en su rostro, parecía molesto o lleno de odio, pero realmente solo estaba decepcionado y fastidiado por él mismo, no quería ser un asesino que pierda el control cada luna llena, los dientes comenzaron a golpear entre sí por la impotencia, dio un gran salto hacia el pasto cayendo para girar luego de tocar tierra, técnica útil para evitar el contra golpe de la caída, corrió y corrió sin rumbo fijo o al menos eso creía, ni siquiera pensó en ir por Dred o una carroza, ya bastante alejado del jardín e incluso de la ciudad se detuvo a pensar el porque de su actitud, cuando levanto la vista y observo la entrada al bosque, no dudo e ingreso a paso firme y veloz.

Bosque

Aquellos sonidos tan familiares y tan tranquilizadores esta vez si servían, un poco pero servían, nuevamente estaba rodeado de arboles, plantas y animales nocturnos, los alados le fastidiaban solo un poco, más no era insoportable, cada sensación en el bosque siempre era diferente para él ya que siempre que lo presenciaba se encontraba ya desnudo, esta vez con ropa puesta para su alivio le daban tan solo a entender que no se encontraba allí por su pecado, sino por su propia voluntad o contra esta quizá, pasos rápidos nuevamente contra la tierra se escuchaban, deseaba encontrarse en lo más profundo del bosque como hace unos días, así lo consiguió, en medio de este, se giro por completo observando todo y suspiro al final para seguir corriendo hasta que algo extraño sucedió, sintió una presencia, no del todo, estaba oculta o al menos esa presencia creía estarlo del todo, más no de él, ese olor era extraño, no era de un humano común, ¿qué era?.

-Se que no estoy solo aquí, ¿me podría dar el gusto de saber quien me vigila en la oscuridad?

No era la primera vez que me topaba con un lobo por Paris y ya tenía más que claro que tampoco sería la última, mis ojos al sentir aquel aroma se tornaron completamente verdes mis pupilas se dilataron y entre la oscuridad la silueta comencé a seguir, estudiando cada paso de aquel ser que caminaba por la noche en medio del bosque, de su espesura, de su oscuridad. Lobito, lobito pensé mientras en la altura que me encontraba todo pareció detenerse y sus palabras llegaron como gritos a mis oídos, si algo odiaba eran los ruidos muy fuerte y precisamente cada silaba que aquel había pronunciado me pareció extremadamente fuera de volumen, me levante de la rama en la que estaba, espere a que se acercara un poco más, no quería asustarlo y estaba claro que eso no pasaría, tanto el como yo teníamos varios de nuestros sentidos bien desarrollados, un perro y un gato, un encuentro que podría terminar mal o tal vez lo contrario. Si algo tenía en la cabeza era que siempre que me topaba con alguno de su clase las cosas salían de control, todo era diferente y como si el reino animal fuera lo que predominara el odio era más fuerte que cualquier otra cosa.

Con delicadeza y sin hacer el menor ruido salte del árbol quedándome con una rodilla en el suelo y la otra doblada, levante mi cara y lo pude ver mejor su olor me embriago y como si mi piel se erizara me levante con rapidez, un paso, dos, tres, nadie escuchaba cuando la amenaza se hacía presente, nadie podría oírme pero si sentirme. Llegue quede a su espalda, seguí estudiándolo mis ojos que podían ver en la oscuridad hacían de las suyas mirando el lugar. - ¿Vigilar? Yo diría que solo contemplar – mi voz sonó calmada, mi sangre se agolpo en mi corazón y la sonrisa en mi rostro se pintó. Yo no vigilaba eso se lo dejaría a los cazadores, yo solo me daba el gusto y me tomaba la libertad de ser lo que realmente era un fiera un felino, atrapado en el cuerpo de una humana.

Lo rodee lentamente hasta quedar frente a frente con el enemigo con aquel lobo que si hubiera luna llena no dudaría en acabar con mi preciada vida, más ahora que había encontrado el destino que me unía con los humanos, a menos de un metro quede parada de él y con una mirada llena de misterio mis ojos buscaron en los ajenos alguna respuesta a tantas interrogantes que comenzaban aparecer en mi cabeza, una tras otra. Sus ropas y su postura me decían lo que más temía de clase alta, el recelo que sentía hacia ellos se había acabado una noche de invierno pero de algo si podía dar fe, las apariencias, todas sin excepción engañaban, mas podía solo dejarme llevar por mis sentidos felinos que a esas horas de la noche estaban en todo su esplendor. Mis pies descalzos acariciaban el suelo húmedo por la bruma que a esa hora había en el bosque, podía sentir las vibraciones de todo a mi alrededor, mis oídos escuchaban más allá de donde estábamos, un búho en las alturas nos observaba con los ojos bien abiertos, quizás solo quizás estaba pendiente del pequeño ratón que se estaba escondiendo a centímetros de nosotros siendo presa del miedo cuando el aroma de un cambia formas felino y un hombre lobo se mezclaba era fatal, para cualquier animal terrestre que hubiera cerca. Pero algo diferente había esta vez, ni él ni yo estábamos en nuestras respectivas .

Era extraño, por alguna razón a pesar de mi incomodo estado y dolor podía notar perfectamente en aquella mujer un poco de hostilidad y recelo, ¿por qué?, yo no había perpetrado ningún acto para generarlo, seguro ya habría tenido alguna experiencia desdichada con algún otro Lycano, yo no debía cambiar su perspectiva de la raza, tan solo cambiar la mía, la rama sonó y escuche como la mujer bajo, en un principio no descubrí en su totalidad donde se encontraba, pero al acercarse más note claramente que había elegido llegar por mi espalda, no me moví, deje que se acercara si quería lastimarme esa sería su principal oportunidad, me arriesgue sí, pero en el fondo tenía una corazonada que esa hostilidad que ella demostraba era más por miedo de ser dañada que por querer dañar a otro, tal como lo había pronosticado, no me ataco, tan solo dijo unas sutiles palabras y se giro delante mío, no me moví, no había necesidad, la dueña del escenario por el momento era ella, no debía interrumpir su performance, guardo silencio por unos segundos, quería esperar a que ella dijera algo más, pero no fue así, no se escucharon más palabras, tan solo los animales y todo lo que nos rodeaba, me agache sutil sin emitir sonido y levante por la cola al ratón que era vigilado por el hambriento animal, me incorpore y olfatee el aire, nuevamente los ojos quedaron clavados en la mujer, comencé a recorrer su cuerpo, la vista a la perfección me dejo así contemplarlo, desde el rostro fui contemplando, un silencioso observador, el rostro, las facciones, su tez blanca era bastante atractiva, sus ojos, que extraño color pensé, le llamaron la atención, no se detuvo continuo bajando hasta el blanco pecho, las curvas, las ropas que llevaba, clase baja pensó mientras llegaba hasta sus pies los cuales estaban descalzos, no tenía más duda, era de clase baja, quizá el recelo también sería por como él iba vestido, muchos suelen repudiar a los de clase alta o la nobleza por eso, no es que le fastidiara, en algún punto les entendía, pero él no tenia la culpa de los desmanes de sus iguales, de todas formas, no pretendía decirle de buenas a primeras, "Hey soy el Duque de Rusia", así que el tema quedaría sin más relevancia, esperaba al menos poder entablar una conversación sin riña y quien sabe tal vez alguna amistad nacería de dos personas con aparentes sentidos desarrollados fuera de lo común, aún tenia esa pequeña duda, no era Lycana, pero expresaba bestialidad, ¿por qué?, misterio ahora rodeaba a la mujer, la naturaleza curiosa de Andy se hacía notar cada vez más, no es que pudiera preguntar, ¿qué eres tú?, ¿por qué siento esta sensación tan fuera de lo común?, sería algo tonto e imprudente, también teniendo en cuenta que ella le contestaría con la verdad, un suspiro llego a escapar de sus labios por la resignación, no había más tiempo que esperar, continuo el dialogo - Me estaba usted contemplando, ¿fue digno el espectáculo? - pregunto sin más para al culminar aquellas palabras soltar en el aire al ratón el cual a los pocos segundos llegar al tope del aire fue atrapado entre las garras del depredador - Llevaba un tiempo el animalito esperando, la naturaleza aveces es tan devastadora, la ley del más fuerte dicen, no la comparto del todo, ¿sabe?, aveces los débiles merecen ser defendidos por otros, en esta ocasión no fue así - sin quitar la vista de la mujer extraña dio leves pasos hasta recostarse pegando la espada contra el árbol en el que ella antes le había estado observando en silenció, el aroma extraño seguía entrando por las fosas nasales de Andy pero intentaba ignorarlo para dejar de pensar en ello y sus preguntas - Mi nombre es Andy Chale, hace muy poco llegue de Rusia, he venido a explorar el bosque para un futuro no muy cercano no perderme, no crea que pretendo lastimar a ninguna vida por aquí, amo la naturaleza y todo lo que la conlleve, lo del ratón, usted sabe que era inevitable de todas formas, un gusto señorita... - hizo la pausa esperando si es que le respondía identificándose al menos con un alias

De palabras era muy cortante, de mirabas solía ser mas, de gestos aquellos eran mis delatores aunque muchas veces escuche que mis ojos, si en ellos mostraba mis fortalezas, a lo que le temía y a lo que no, que él en laberinto que había dentro de ellos podía verse mi naturaleza felina, no me importaba aun sabia que para muchos seres sobrenaturales les era indiferente mi raza, no sabían más que las leyendas de un pasado bien lejano, pero yo era la viva imagen de aquello, un cambia formas, una ser tan magnífico como el lican pero con más sensibilidad que un vampiro, extraña comparación pero así era, tres razas, que de por si eran enemigas pero, no siempre sucedía aquello, habían excepciones.

Una sonrisa casi invisible se vislumbro en mi rostro, una sonrisa tan invisible que desapareció cuando de su mano colgó aquel ratoncito que nada tenía que ver, que mostraba la fortaleza de los sentidos de aquel, un ratón el elemento preferido de no tan solo en Búho si no de una gata, asco si en mi forma humana aquello era inhumano pero como Lit, era carne fresca, extraño, diferente mis ojos se quedaron en el peño animal que indefenso se encontraba quería tomarlo entre mis manos y ocultarlo de su depredador, pero no moví ni un solo musculo, claro que no le mostraba una fortaleza y yo la mía, mi autocontrol en mis transformaciones era diferente, yo tenía conciencia el… él ni siquiera eso. Respire profundamente el olor a perro llego a mis fosas nasales, ya me había acostumbrado pero de alguna forma era un detonante natural a mis sentidos extrasensoriales. Mis ojos cambiaban de color, lo sabia del anaranjado al verde, al gris, mostrando que yo era tan sorprendente como él, o quizás más.

Me encamine junto con él al tiempo que el aleteo silencioso del búho se acercaba a nosotros y con sus garras atrapaba al indefenso ratón, un rugido salió de mi interior mis pupila se dilato al extremo que sentí como un escalofríos recorría por mi cuerpo – El espectáculo fue, un enigma, un laberinto del cual solo usted era el personaje principal – palabras mezcladas, ideas vánales todo aquello era la mezcla perfecta que me habían enseñado a la hora de hablar, hablar pero no decir mucho – El animalito, es un animal que trabaja en conjunto, uno solo no es amenaza pero una plaga de ellos si – Claro que sí, me cruce de brazos, una parte de mi estaba molesta por el actuar que se presentaba por nombre de Andy – El bosque esconde misterios recorrerlo solo no es algo bueno para ninguno ni usted ni yo, los depredadores andan a la orden de la noche, una parte de usted lo sabe, sabe que no estamos solos y que algunos metros de nosotros hay alguien más observándonos – Di vuelta mi cabeza tan solo unos centímetros al noreste y en la lejanía podía ver al vampiro alimentarse, dispuesto atacar a todos los que se cruzaran por su camino, cada vez la noche se ponía más entretenida – Usted sabe que ahora no es una amenaza para nadie, pero todos guardamos secretos – volví a quedarme en sus ojos mirándole sin darle tregua alguna - Mi nombre es Sophia… Sophia D’ Luca, conozco el bosque como la palma de mi mano es el mejor laberinto que puede existir – mis labios se ensancharon formando una verdadera sonrisa, claro que si, el bosque lo conocía en todas mis formas y a todas horas del día -Dígame Chale, ¿este bosque se parece a los de Rusia? – romper el hielo de una forma inusual de eso era una verdadera especialista.

- Shopia...¿siempre actúas así?, lo digo porque a pesar de tu sonrisa y aparente tranquilidad y aún teniendo en cuenta todo lo que nos acontece, no estas tranquila, algo intentas demostrar, esos cambios en tu físico, tus ojos, los noto claramente, la verdad es que no eres humana del todo, ¿estoy en lo correcto, verdad?, por cierto me alegra saber aquello, no sería divertido, ¿una visita guiada por aquí?, mire que podría perderme - dijo bromeando y la miro luego con algo de seriedad pero amable aún - los bosques de Rusia son completamente diferentes, los árboles son de otra especie y caso siempre abundan los pinos, todos completamente llenos de nieve, tan solo en verano esto cambia un poco, a mi me gusta más la nieve, el blanco es pureza, ¿sabes?, mi color favorito, luego sigue el rojo y el negro, como bien dijiste hace unos momentos los animalitos, pero los animalitos no son los únicos que en conjunto triunfan, los seremos humanos también, nosotros, no importa si el vampiro este muy hambriento, o muy enojado o muy atento, ya lo tenemos en la mira y solo no podrá, la unión hace la fuerza y si ataca, en conjunto le venceremos, estoy seguro que poses habilidades más allá de las humanas, pero no sé exactamente cuales, por mi parte, desde ahora y como cada persona que tengo la dicha de conocer, sus ojos pasan a ser míos, en cual sea el momento, tan solo tengo que desearlo y entrar en aquel trance para saber que es lo que les sucede, es bastante útil la verdad, me sirve para cuidar a las personas que quiero una vez estén lejos, incluso, hasta Rusia y mi hogar pueden estar bajo mi control visual ahora mismo si lo deseo, me gustaría que me mostraras no solo el bosque, sino de lo que eres capaz, el respeto se gana no con rudeza ni fuerza bruta, sino con amabilidad, buen trato y haciéndose valer, ¿no lo cree así? – dio unos pasos mirando directamente a la dirección por la cual provenía la amenaza y tan solo sonrió - ¿dime tú, piensas hacer algo?, parece que es un mal hombre aquel ser, no se basto con beber, asesino por placer, detesto eso , soy una persona muy tranquila, pero no me gusta dejar impunes los pecados , además es una amenaza, así como su víctima ahora, pueden caer muchas más – se acerco más y presiono el puño contra el árbol – aunque no es muy sensato enfrentarse a un vampiro, claro, en soledad – se volteo y la miro a los ojos con una duda, ¿planeaba hacer algo al respecto? , se apoyo contra el árbol observando al detalle su reacción, seguramente el vampiro ya estaba consciente de nuestra presencia y quién sabe, quizá podría atacarnos o quizá no, parecía que no había remedio a la situación, esperar al vampiro y esperar a Sophia, ¿cuál sería el destino de aquella noche en mitad del bosque?, no lo sabríamos por el momento, en el peor de los casos quizá fuera abandonado y tendría que hacer frente al chupa sangre con la compañía solo de su espada