AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Bajo los suburbios entre callejónes ( Lexie )
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Bajo los suburbios entre callejónes ( Lexie )
La primera explicación etimológica se puede atribuir a cualquier inquilino de esta ciudad. Si bien hay indicios de asentamientos britanos dispersos por la zona, e incluso diferentes criaturas, algunas en semejanza a los vapiros y otras simplemente eramos animales, aun sin descartar a los humanos sintiendose unos héroes.
Me encontraba situado en mi habitación, una habitación donde la entrada de la luz era demasiado reprimida y que para mi buen gusto ahora era de noche para poder vagar sobre y entre los malditos suburbios y callejones de esta ciudad... intentando apoderarme de la mente fructuosa y del cuerpo de algún inquietante individuo o animal que posiblemente pretenda atacar mi estado físico o simplemente quiera robarme alguna pertenencia, aunque pensandolo bíen en esta noche la lluvia no permitiria eso.
A nadie en sus cabales se le ocurriría pasear por la ciudad a esas intempestivas horas de la noche y con un tiempo tan desapacible. Las ráfagas de aire retorcían la lluvia hasta calar las perneras del pantalón y los zapatos, defendidos inútilmente por un enorme paraguas negro que se desesperaba luchando como un velero en medio de una tempestad. Pero aquella mano lo gobernaba con inusual pericia mientras atravesaba las desiertas avenidas. Mi silueta, desdibujada por el agua, se recortaba a lo lejos flanqueando los edificios, que formaban oscuros corredores por los que discurrían las enfurecidas corrientes de aire. Noche infernal, adecuada a sus propósitos. Apenas había coches circulando por las calles. Los faros furtivos de algún taxi o de algún alma perdida con destino incierto. No hay indeseables ni prostitutas. Ningún tipo de escoria social del género nocturno que normalmente puebla estas aceras. Nadie soportaría una noche como esta a la intemperie. Mi paraguas poco podía hacer por resguardarme de la lluvia, pero sí de la indiscreción de las cámaras de vigilancia que poblaban esquinas, cornisas, cajeros y demás sitios susceptibles de ser vigilados. Yo, un hombre de traje oscuro y gabán, se enfrentaba orgulloso con su gran talle a los elementos, resbalando mi cálida figura por las angostas calles de los suburbios y callejónes. Detenía mi paso cada cierto tiempo, tranquilo, y permanecía atento con todos mis sentidos, a mi alrededor. Por fin llegé hasta la negra boca de un callejón y clave miss ojos en la oscuridad. La basura se amontonaba en los flancos, y grandes cajas de cartón, deformadas por el peso del agua, me entorpecían el paso hacia la mitad. Mientras, las pesadas gotas de lluvia hacían contorsiones entre el entramado metálico de las escaleras de emergencia que descendían por un costado de la fachada, creando una siniestra melodía al entrechocar con el metal.
Sin duda alguna esto era deprimente, ni una alma penando, ni un individuo mas simplemente a distancia solo una mística silueta que desconocía, simplemente entrecerraba los ojos y agudizaba los oídos, intensificando mis sentidos solo para saber que es o era lo que a mi semejante distancia se apresuraba y que por momentos detenía su cuerpo entre la mística neblina que se comenzaba a encrucijar sobre las angostas avenidas de estos insípidos lugares.
Me encontraba situado en mi habitación, una habitación donde la entrada de la luz era demasiado reprimida y que para mi buen gusto ahora era de noche para poder vagar sobre y entre los malditos suburbios y callejones de esta ciudad... intentando apoderarme de la mente fructuosa y del cuerpo de algún inquietante individuo o animal que posiblemente pretenda atacar mi estado físico o simplemente quiera robarme alguna pertenencia, aunque pensandolo bíen en esta noche la lluvia no permitiria eso.
A nadie en sus cabales se le ocurriría pasear por la ciudad a esas intempestivas horas de la noche y con un tiempo tan desapacible. Las ráfagas de aire retorcían la lluvia hasta calar las perneras del pantalón y los zapatos, defendidos inútilmente por un enorme paraguas negro que se desesperaba luchando como un velero en medio de una tempestad. Pero aquella mano lo gobernaba con inusual pericia mientras atravesaba las desiertas avenidas. Mi silueta, desdibujada por el agua, se recortaba a lo lejos flanqueando los edificios, que formaban oscuros corredores por los que discurrían las enfurecidas corrientes de aire. Noche infernal, adecuada a sus propósitos. Apenas había coches circulando por las calles. Los faros furtivos de algún taxi o de algún alma perdida con destino incierto. No hay indeseables ni prostitutas. Ningún tipo de escoria social del género nocturno que normalmente puebla estas aceras. Nadie soportaría una noche como esta a la intemperie. Mi paraguas poco podía hacer por resguardarme de la lluvia, pero sí de la indiscreción de las cámaras de vigilancia que poblaban esquinas, cornisas, cajeros y demás sitios susceptibles de ser vigilados. Yo, un hombre de traje oscuro y gabán, se enfrentaba orgulloso con su gran talle a los elementos, resbalando mi cálida figura por las angostas calles de los suburbios y callejónes. Detenía mi paso cada cierto tiempo, tranquilo, y permanecía atento con todos mis sentidos, a mi alrededor. Por fin llegé hasta la negra boca de un callejón y clave miss ojos en la oscuridad. La basura se amontonaba en los flancos, y grandes cajas de cartón, deformadas por el peso del agua, me entorpecían el paso hacia la mitad. Mientras, las pesadas gotas de lluvia hacían contorsiones entre el entramado metálico de las escaleras de emergencia que descendían por un costado de la fachada, creando una siniestra melodía al entrechocar con el metal.
Sin duda alguna esto era deprimente, ni una alma penando, ni un individuo mas simplemente a distancia solo una mística silueta que desconocía, simplemente entrecerraba los ojos y agudizaba los oídos, intensificando mis sentidos solo para saber que es o era lo que a mi semejante distancia se apresuraba y que por momentos detenía su cuerpo entre la mística neblina que se comenzaba a encrucijar sobre las angostas avenidas de estos insípidos lugares.
Última edición por Yareth Farrel el Mar Sep 27, 2011 9:58 pm, editado 1 vez
Yareth Farrel- Mensajes : 426
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Bajo los suburbios entre callejónes ( Lexie )
off: Lamento mucho la tardanza!!! Pero ya estoy aqui. =)
"Maldita noche!!" repetía Lexie mientras se dirigía a la salida del burdel.
"Eh, Lexie! No puedes irte el lugar esta lleno, ve a cambiarte y ven a trabajar!!" gritó el mulato que se encontraba tras la barra; "No esta noche Mason, estoy cansada y me voy a casa!" replicó la mujer que seguía caminando. "Lexie....dije que no puedes irte, las chicas ya todas están ocupadas y aún hay clientes, ve a cambiarte y regresa con monsieur Springall antes que vuelva a quejarse de ti! Y esta vez sin chistar!!" seguía gritando el mulato, quien era el encargado del lugar por esa noche. "YA te lo dije Mason, me voy a casa, estoy cansada y no pienso volver con ese infeliz, por mi el y tu puede irse al demonio!" gritó y salió del lugar.
La mujer estaba acostumbrada a toda clase de comportamientos de los hombres que acudían al burdel; sabía perfectamente que no iban ahí a tratar a las chicas como damas de sociedad, sino a realizar sus deseos más mundanos y a comportarse como no lo podían hacer en sociedad y Lexie estaba de acuerdo con eso, de hecho, ella misma era una prueba viviente de la doble vida que era tan sencilla de llevar. Pero monsieur Springall se había extralimitado, tanto que había provocado que Lexie repudiara su trabajo por primera vez desde que había entrado ahí por primera vez.
Una vez en la calle rompió a llorar sin cesar de caminar y, mientras las grandes gotas de lluvia se mezclaban con sus lágrimas, la chica se tranquilizaba poco a poco. Una vez que el llanto se detuvo, Lexie notó la soledad que acompañaba a las calles, seguía lloviendo y era comprensible que las calles estuvieran vacías, tal como lo habían estado miles de veces antes; pero esa noche, un sentimiento en particular se apoderó de la ya vulnerable mujer..........MIEDO.
Al fin llegó a un callejón, el que se encontraba a una calle de su casa y se detuvo en secó.
El callejón era como un hoyo negro. No se veía nada, la oscuridad reinaba el sitio y Lexie definitivamente no quería pasar por ahí, pero por fuerza debía atravesarlo, si quería llegar ya a casa. Miró fijamente hacía el callejón tratando de acostumbrarse a las tinieblas y trató de apresurar el paso, pero entonces la sombra de algo parecido a una larga gabardina se visualizó gracias a un faro que de pronto relampagueó. La chica quedó paralizada, sería un ladrón? algún ebrio? uno de esas criaturas de la noche a la que la gente temía tanto?
"Qui-quién esta ahí?" preguntó con un hilo de voz. Probablemente era la pregunta más tonta del mundo , pero era todo lo que se le ocurría. Estaba paralizada, ninguno de sus miembros respondían a las ordenes que su cerebro enviaba; el frío le calaba hasta los huesos y se encontraba empapada. "Responda! quien esta ahí!" repitió esperando que su voz sonara un poco más segura; mientras el pánico la embargaba al pensar que tal vez esa sería su última noche.
"Maldita noche!!" repetía Lexie mientras se dirigía a la salida del burdel.
"Eh, Lexie! No puedes irte el lugar esta lleno, ve a cambiarte y ven a trabajar!!" gritó el mulato que se encontraba tras la barra; "No esta noche Mason, estoy cansada y me voy a casa!" replicó la mujer que seguía caminando. "Lexie....dije que no puedes irte, las chicas ya todas están ocupadas y aún hay clientes, ve a cambiarte y regresa con monsieur Springall antes que vuelva a quejarse de ti! Y esta vez sin chistar!!" seguía gritando el mulato, quien era el encargado del lugar por esa noche. "YA te lo dije Mason, me voy a casa, estoy cansada y no pienso volver con ese infeliz, por mi el y tu puede irse al demonio!" gritó y salió del lugar.
La mujer estaba acostumbrada a toda clase de comportamientos de los hombres que acudían al burdel; sabía perfectamente que no iban ahí a tratar a las chicas como damas de sociedad, sino a realizar sus deseos más mundanos y a comportarse como no lo podían hacer en sociedad y Lexie estaba de acuerdo con eso, de hecho, ella misma era una prueba viviente de la doble vida que era tan sencilla de llevar. Pero monsieur Springall se había extralimitado, tanto que había provocado que Lexie repudiara su trabajo por primera vez desde que había entrado ahí por primera vez.
Una vez en la calle rompió a llorar sin cesar de caminar y, mientras las grandes gotas de lluvia se mezclaban con sus lágrimas, la chica se tranquilizaba poco a poco. Una vez que el llanto se detuvo, Lexie notó la soledad que acompañaba a las calles, seguía lloviendo y era comprensible que las calles estuvieran vacías, tal como lo habían estado miles de veces antes; pero esa noche, un sentimiento en particular se apoderó de la ya vulnerable mujer..........MIEDO.
Al fin llegó a un callejón, el que se encontraba a una calle de su casa y se detuvo en secó.
El callejón era como un hoyo negro. No se veía nada, la oscuridad reinaba el sitio y Lexie definitivamente no quería pasar por ahí, pero por fuerza debía atravesarlo, si quería llegar ya a casa. Miró fijamente hacía el callejón tratando de acostumbrarse a las tinieblas y trató de apresurar el paso, pero entonces la sombra de algo parecido a una larga gabardina se visualizó gracias a un faro que de pronto relampagueó. La chica quedó paralizada, sería un ladrón? algún ebrio? uno de esas criaturas de la noche a la que la gente temía tanto?
"Qui-quién esta ahí?" preguntó con un hilo de voz. Probablemente era la pregunta más tonta del mundo , pero era todo lo que se le ocurría. Estaba paralizada, ninguno de sus miembros respondían a las ordenes que su cerebro enviaba; el frío le calaba hasta los huesos y se encontraba empapada. "Responda! quien esta ahí!" repitió esperando que su voz sonara un poco más segura; mientras el pánico la embargaba al pensar que tal vez esa sería su última noche.
Lexie Breckenridge- Mensajes : 178
Fecha de inscripción : 04/07/2011
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Re: Bajo los suburbios entre callejónes ( Lexie )
El fragor de la noche y el holocausto que la oscuridad eclipsaba en mi rostro, era místicamente de tiniebla, de temor aunque deliberadamente de mis ojos desprendía una sutil confianza indefensa pero detrás de ella podía ser algo sustentable como peligrosa, aunque esta noche no pretendía contemplar temor de una mujer ya que de una chica se trataba al visualizar bien aquella figura que se dibujaba a la distancia.
El viento había cesado un poco, pero no dejo de infringir aquel frío que con la lluvia aumentaba en su temperatura helada... los pasos de mi persona comenzaron a surgir nuevamente, el paraguas que cubría mi cuerpo, eventualmente descendía discretamente para dejar al descubierto las facciones físicas de mi rostro... mi cabello comenzó a mojarse y a desprenderse en una cascada por sobre mis hombros, el color claro de mi ojos se dibujaría nuevamente a la poca luz que indagaba entre esa oscuridad. La mujer arribo lentamente hacia mi persona con una cuestión ligeramente apacible... era algo extraño, después de no visualizar ninguna alma sobre las aceras de la avenida, ahora de la nada surgía un ser que ahora se abrigaba entre las penumbras de este callejón. Salí para dejar que me mirara de mejor modo, sabia que el temor en ella se hacia presente, el intento de valentía se dibujaba en su mirar y posiblemente era sencillo entrar en su mente, pero por ahora, solo por ahora... parcialmente no aria nada a nadie.
Aquella joven se abrigaba solo con sus brazos y el temor en sus palabras se hiso notar al momento en que su voz se hiso sonora, de mi cuerpo una chaqueta inservible para mi se acomodaba discretamente sobre mi físico, la desprendí de mi y se la extendí sin importarme la tempestad que comenzaba a diluirse con el tiempo, junto con la chaqueta deje el paraguas para su beneficio total, ya que había obtenido lo que había querido con anterioridad, y no precisamente de ella.
La mire fijamente a los ojos al escuchar su pregunta, sin una sola palabra sali ante la poca luz funebre y nocturna para que lograra austentar su visibilidad ante mi y trate de sonreír de medio lado... -Pero no debería estar a estas horas sola en estos lugares.- Termine de acortar distancia para que tomara la chaqueta y se cubriera con ella, la joven era frágil a la vista, mas sin embargo su carácter sustentaba una fuerza que la defendía y que a pesar del temor la valentía surgía de algún lugar.
Esperaba que no tuviera temor de mi presencia, era mas que obvio que un hombre como yo en un lugar de soledad era para pensar en el miedo, sin embargo mi rostro no intensificaba la maldad que quizá muchos de mi tipo dejaban ver solo con la vista, sin embargo trataria de hablar lo menos posible, aunque al parecer debía hacerlo pues eran solo dos personas bajo una lluvia inminente que poco a poco dejaba de diluir su riqueza por todo este lugar. .
El viento había cesado un poco, pero no dejo de infringir aquel frío que con la lluvia aumentaba en su temperatura helada... los pasos de mi persona comenzaron a surgir nuevamente, el paraguas que cubría mi cuerpo, eventualmente descendía discretamente para dejar al descubierto las facciones físicas de mi rostro... mi cabello comenzó a mojarse y a desprenderse en una cascada por sobre mis hombros, el color claro de mi ojos se dibujaría nuevamente a la poca luz que indagaba entre esa oscuridad. La mujer arribo lentamente hacia mi persona con una cuestión ligeramente apacible... era algo extraño, después de no visualizar ninguna alma sobre las aceras de la avenida, ahora de la nada surgía un ser que ahora se abrigaba entre las penumbras de este callejón. Salí para dejar que me mirara de mejor modo, sabia que el temor en ella se hacia presente, el intento de valentía se dibujaba en su mirar y posiblemente era sencillo entrar en su mente, pero por ahora, solo por ahora... parcialmente no aria nada a nadie.
Aquella joven se abrigaba solo con sus brazos y el temor en sus palabras se hiso notar al momento en que su voz se hiso sonora, de mi cuerpo una chaqueta inservible para mi se acomodaba discretamente sobre mi físico, la desprendí de mi y se la extendí sin importarme la tempestad que comenzaba a diluirse con el tiempo, junto con la chaqueta deje el paraguas para su beneficio total, ya que había obtenido lo que había querido con anterioridad, y no precisamente de ella.
La mire fijamente a los ojos al escuchar su pregunta, sin una sola palabra sali ante la poca luz funebre y nocturna para que lograra austentar su visibilidad ante mi y trate de sonreír de medio lado... -Pero no debería estar a estas horas sola en estos lugares.- Termine de acortar distancia para que tomara la chaqueta y se cubriera con ella, la joven era frágil a la vista, mas sin embargo su carácter sustentaba una fuerza que la defendía y que a pesar del temor la valentía surgía de algún lugar.
Esperaba que no tuviera temor de mi presencia, era mas que obvio que un hombre como yo en un lugar de soledad era para pensar en el miedo, sin embargo mi rostro no intensificaba la maldad que quizá muchos de mi tipo dejaban ver solo con la vista, sin embargo trataria de hablar lo menos posible, aunque al parecer debía hacerlo pues eran solo dos personas bajo una lluvia inminente que poco a poco dejaba de diluir su riqueza por todo este lugar. .
Yareth Farrel- Mensajes : 426
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Bajo los suburbios entre callejónes ( Lexie )
Se trataba de un hombre, que salió al encuentro de Lexie ofreciéndole un abrigo para resguardarse del frío y, sin pronunciar palabra la cubría de la lluvia con un paraguas, acortando la distancia que había entre ellos. No era común que alguien ofreciera tal cantidad de atenciones a una cortesana y menos que lo hiciera sin esperar nada a cambio; por lo que la chica retrocedió un paso, en señal de defensa.
"Ha! Que no debería estar aquí a estas horas? Por supuesto que no! Debería estar en casa y dejar de exponerme a cualquier clase de peligro que pueda traer la noche! Pero es lo que te gusta no querida? El sexo lo vale todo no?? Entonces lidia con esto!!" pensó en respuesta al comentario del desconocido que estaba frente a ella; mientras su mirada reflejaba miedo y rabia, mas hacia ella que al joven. "Quién es usted?" preguntó de nuevo en un tono de fallida seguridad y total falta de audacia mientras miraba alternadamente al hombre y al abrigo que prometía calor a su pequeño cuerpo ya entumecido por el frío.
En una de esas miradas, observó realmente el rostro de la criatura que ahora se empapaba y que la miraba fijamente, era un caballero; alguien bien vestido y de mirada enigmática; pero.......que hacía en un callejón? Simplemente no encajaba allí; "Lo, lo siento monsieur, se ha quedado atorado aquí por la lluvia?" preguntó con más seguridad pero sin perder el miedo totalmente.
Seguía sin colocarse el abrigo y aunque moría de frío, de vez en cuando volteaba a los lados en busca de algún indicio de peligro, sin perder de vista totalmente al caballero que bien podría ser el mayor peligro de la noche.
"Ha! Que no debería estar aquí a estas horas? Por supuesto que no! Debería estar en casa y dejar de exponerme a cualquier clase de peligro que pueda traer la noche! Pero es lo que te gusta no querida? El sexo lo vale todo no?? Entonces lidia con esto!!" pensó en respuesta al comentario del desconocido que estaba frente a ella; mientras su mirada reflejaba miedo y rabia, mas hacia ella que al joven. "Quién es usted?" preguntó de nuevo en un tono de fallida seguridad y total falta de audacia mientras miraba alternadamente al hombre y al abrigo que prometía calor a su pequeño cuerpo ya entumecido por el frío.
En una de esas miradas, observó realmente el rostro de la criatura que ahora se empapaba y que la miraba fijamente, era un caballero; alguien bien vestido y de mirada enigmática; pero.......que hacía en un callejón? Simplemente no encajaba allí; "Lo, lo siento monsieur, se ha quedado atorado aquí por la lluvia?" preguntó con más seguridad pero sin perder el miedo totalmente.
Seguía sin colocarse el abrigo y aunque moría de frío, de vez en cuando volteaba a los lados en busca de algún indicio de peligro, sin perder de vista totalmente al caballero que bien podría ser el mayor peligro de la noche.
Lexie Breckenridge- Mensajes : 178
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Re: Bajo los suburbios entre callejónes ( Lexie )
Si bien sabia, la noche sería larga y la lluvia torrencial no cesaría su golpeteo sobre nuestros cuerpos , sencillamente era un momento extraño para aquella mujer que había aparecido repentinamente mientras aun reorientaba algo en mi cabeza para poder corresponder su pregunta directa que había hecho hacia mí. Tomo el abrigo pero a primera instancia se denominó en ella un temor intenso que no opto por colocárselo, quizá era comprensible… recibir una prenda de un desconocido que aparece en un callejón bajo la lluvia en la noche era de pensarse y mucho más aun de quedarse en el lugar sin hacer nada al respecto.
Era algo extraño, jamás pensaba encontrarme a un individuo a estar horas de la noche y mucho menos con este clima tan espectral, las tinieblas se apoderaban de aquel callejón cuyo paso era sumamente grotesco por la forma en la que estaba, la poca luz no permitía visualizar a la perfección ni su rostro de ella tanto como el mío, pero aun así podía identificarla bien sin saber cómo era realmente. Escurrí mi cuerpo un poco más a ella para que tuviera mejor visualización de mi rostro, con una sonrisa fiel de mis labios logre corresponder a la pregunta que me hiso clandestinamente… - Realmente no soy nadie, menos para usted… pero puedo serlo, al menos por el momento, soy Yareth Farrel y lamento el asustarle manteniendo el temor dentro de su cuerpo.-
Aun no contemplaba la idea de saber que demonios era lo que buscaba yo en este lugar, claro estaba que alimentarme ahora no era posible y menos en este lugar, simplemente la perdición de mi ser al deambular por estos rumbos era lo más concordante con lo que podía responder en el caso de la siguiente cuestión… trate de alejarme un paso para que tuviese mayor facilidad de al menos contemplar la idea de colocarse el abrigo, su cuerpo temblaba con el frio y el agua escurría de sus prendas como si estas conformaran una mística cascada de agua que emanaba de su piel llenada por el cielo.
- No, realmente divagaba por estos lugares misteriosos por la noche, podría decir que me perdí pero no es así, puedo salir de aquí a la perfección, ¿pero tu estas perdida?- Al final pude comenzar un dialogo con ella preguntando un poco ya que no osaba en preguntar demasiado ni mucho menos que pareciera interrogatorio, posiblemente ese era el hecho por el cual la soledad que me acompañaba era la más fiel y confiable compañía… - deberías cubrirte, el frio no da tregua en momentos como estos, créeme.-
Era algo extraño, jamás pensaba encontrarme a un individuo a estar horas de la noche y mucho menos con este clima tan espectral, las tinieblas se apoderaban de aquel callejón cuyo paso era sumamente grotesco por la forma en la que estaba, la poca luz no permitía visualizar a la perfección ni su rostro de ella tanto como el mío, pero aun así podía identificarla bien sin saber cómo era realmente. Escurrí mi cuerpo un poco más a ella para que tuviera mejor visualización de mi rostro, con una sonrisa fiel de mis labios logre corresponder a la pregunta que me hiso clandestinamente… - Realmente no soy nadie, menos para usted… pero puedo serlo, al menos por el momento, soy Yareth Farrel y lamento el asustarle manteniendo el temor dentro de su cuerpo.-
Aun no contemplaba la idea de saber que demonios era lo que buscaba yo en este lugar, claro estaba que alimentarme ahora no era posible y menos en este lugar, simplemente la perdición de mi ser al deambular por estos rumbos era lo más concordante con lo que podía responder en el caso de la siguiente cuestión… trate de alejarme un paso para que tuviese mayor facilidad de al menos contemplar la idea de colocarse el abrigo, su cuerpo temblaba con el frio y el agua escurría de sus prendas como si estas conformaran una mística cascada de agua que emanaba de su piel llenada por el cielo.
- No, realmente divagaba por estos lugares misteriosos por la noche, podría decir que me perdí pero no es así, puedo salir de aquí a la perfección, ¿pero tu estas perdida?- Al final pude comenzar un dialogo con ella preguntando un poco ya que no osaba en preguntar demasiado ni mucho menos que pareciera interrogatorio, posiblemente ese era el hecho por el cual la soledad que me acompañaba era la más fiel y confiable compañía… - deberías cubrirte, el frio no da tregua en momentos como estos, créeme.-
Yareth Farrel- Mensajes : 426
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Bajo los suburbios entre callejónes ( Lexie )
off: Lamento la tardanza!!!! Inspiración 0!!
Su inseguridad no había sido enmascarada, el caballero la había notado enseguida y ahora definitivamente tendría que tranquilizarse, ya que de otro modo el miedo no la dejaría pensar con claridad "Oh!! No se preocupe, es solo que es extraño encontrar a alguien en una noche como esta..." habló "Ohh!! no, no estoy perdida. Pero esta noche en particular no ha sido muy buena para mi, creo que estoy un poco paranoica..... " continuó a modo de disculpa por su comportamiento.
Yareth se encontraba a escasa distancia de Lexie, lo que la ponía más nerviosa, ya había sufrido demasiado por esa noche con el acoso de monsieur Springall; pero por más que ella quería apartarse, había algo en los ojos del hombre que estaba frente a ella que la obligaban a permanecer donde estaba, tanto así que por un momento se perdió en esos enigmáticos ojos que se distinguían a medias a causa de la poca luz que las farolas desprendían.
Entonces sonrió ante el comentario a cerca del clima y se descubrió titiritando y adolorida hasta los huesos por causa de su ropa mojada "Eee..gracias monsieur Farrel!!" murmuró y se colocó el abrigo. Enseguida el calor que emanaba del mismo comenzó a combatir el frío de su cuerpo y como por magia también la duda y la paranoia comenzaron a disminuir "Y.... si no esta perdido......que lo trae por acá? Vive cerca de aquí??" preguntó tratando de hacer conversación y esperando que Yareth no la notara entrometida.
Su inseguridad no había sido enmascarada, el caballero la había notado enseguida y ahora definitivamente tendría que tranquilizarse, ya que de otro modo el miedo no la dejaría pensar con claridad "Oh!! No se preocupe, es solo que es extraño encontrar a alguien en una noche como esta..." habló "Ohh!! no, no estoy perdida. Pero esta noche en particular no ha sido muy buena para mi, creo que estoy un poco paranoica..... " continuó a modo de disculpa por su comportamiento.
Yareth se encontraba a escasa distancia de Lexie, lo que la ponía más nerviosa, ya había sufrido demasiado por esa noche con el acoso de monsieur Springall; pero por más que ella quería apartarse, había algo en los ojos del hombre que estaba frente a ella que la obligaban a permanecer donde estaba, tanto así que por un momento se perdió en esos enigmáticos ojos que se distinguían a medias a causa de la poca luz que las farolas desprendían.
Entonces sonrió ante el comentario a cerca del clima y se descubrió titiritando y adolorida hasta los huesos por causa de su ropa mojada "Eee..gracias monsieur Farrel!!" murmuró y se colocó el abrigo. Enseguida el calor que emanaba del mismo comenzó a combatir el frío de su cuerpo y como por magia también la duda y la paranoia comenzaron a disminuir "Y.... si no esta perdido......que lo trae por acá? Vive cerca de aquí??" preguntó tratando de hacer conversación y esperando que Yareth no la notara entrometida.
Lexie Breckenridge- Mensajes : 178
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Re: Bajo los suburbios entre callejónes ( Lexie )
Las disculpas fueron enviadas radicalmente de mi parte para ella, no pretendía misterios entre lo que podía o no pasar esta noche oscura y tormentosa, la mujer era una obra maestra de la belleza ya que la naturaleza había sido buena con ella generándole un cuerpo magnifico y espectacular, quizá para muchos no podía ser notorio pero al menos para mí vista mejorada y de mayor visión era sencillo ver que la mujer era hermosa en todo sentido, pero los espasmos de un impulso en locura tenía que controlar, si es que no quería que saliera huyendo de mí en cuestión de segundos.
Sabía que era extraño para alguien hasta para mi poder encontrar personas en un momento nocturno y lleno de tinieblas como el mismo en el cual nos encontrábamos nosotros, al menos para mí había sido la elección correcta para estar en un lugar preciso a la vez para ser servicial con alguien a quien lo necesito como ella en estos momentos. – Quizá la paranoia no sea buena consejera y mucho menos una buena compañía, sin embrago espero que la noche pueda mejorar para usted, aun es joven y en el transcurso del tiempo pueden suceder muchas cosas ¿ no lo cree así?- Sonreí con discreción, pero con un hilo de perversión en aquella sonrisa, la verdad no sabía porque lo había hecho, quizá por la abstinencia de muchos años cruzados en mi o simplemente por un placer mío de poder hacerlo en ese momento inquietante.
Al fin había accedido a colocarse el abrigo que le había ofrecido, si mal no recordaba en mis manos traía un paraguas que en un momento perdí de vista, quizá la corriente lo había arrastrado o la misma oscuridad lo escondía por ahí en un rinconcito, sin embargo sonreí ante el acto de que por fin se había cubierto el cuerpo después de verla temblar por el viento frio que recorría cada rincón del lugar. – Descuida no te preocupes… bueno realmente no tengo idea de que pueda hacer por estos sitios, los murmullos en mi cabeza me hicieron salir a la calle en un tiempo espectral, pero creo que fue bueno, me trajo a cambio la compañía de un ser hermoso, refiriéndome a usted madame.- reverencie mi cuerpo un poco sonriéndole sin despegar la mirada de su rostro, así que todo podía pasar o pensar ella en este momento.
Enderece mi cuerpo nuevamente y mirando al cielo concluí que era más probable que saliéramos de ese lugar, éramos ya un manojo de agua entre mucha que ya corría por nuestros pies… - Creo que deberíamos salir de aquí, si usted gusta o le parece podía acompañarle hasta su morada o algún lugar que le resguarde del frio y le manifieste un mejor calor que la haga sentir bien.- en ese momento el intelecto se hiso presente, solo hacía falta que la Lexie accediera o simplemente reaccionara con algún comentario o algo parecido sobre lo planteado por mis labios.
Sabía que era extraño para alguien hasta para mi poder encontrar personas en un momento nocturno y lleno de tinieblas como el mismo en el cual nos encontrábamos nosotros, al menos para mí había sido la elección correcta para estar en un lugar preciso a la vez para ser servicial con alguien a quien lo necesito como ella en estos momentos. – Quizá la paranoia no sea buena consejera y mucho menos una buena compañía, sin embrago espero que la noche pueda mejorar para usted, aun es joven y en el transcurso del tiempo pueden suceder muchas cosas ¿ no lo cree así?- Sonreí con discreción, pero con un hilo de perversión en aquella sonrisa, la verdad no sabía porque lo había hecho, quizá por la abstinencia de muchos años cruzados en mi o simplemente por un placer mío de poder hacerlo en ese momento inquietante.
Al fin había accedido a colocarse el abrigo que le había ofrecido, si mal no recordaba en mis manos traía un paraguas que en un momento perdí de vista, quizá la corriente lo había arrastrado o la misma oscuridad lo escondía por ahí en un rinconcito, sin embargo sonreí ante el acto de que por fin se había cubierto el cuerpo después de verla temblar por el viento frio que recorría cada rincón del lugar. – Descuida no te preocupes… bueno realmente no tengo idea de que pueda hacer por estos sitios, los murmullos en mi cabeza me hicieron salir a la calle en un tiempo espectral, pero creo que fue bueno, me trajo a cambio la compañía de un ser hermoso, refiriéndome a usted madame.- reverencie mi cuerpo un poco sonriéndole sin despegar la mirada de su rostro, así que todo podía pasar o pensar ella en este momento.
Enderece mi cuerpo nuevamente y mirando al cielo concluí que era más probable que saliéramos de ese lugar, éramos ya un manojo de agua entre mucha que ya corría por nuestros pies… - Creo que deberíamos salir de aquí, si usted gusta o le parece podía acompañarle hasta su morada o algún lugar que le resguarde del frio y le manifieste un mejor calor que la haga sentir bien.- en ese momento el intelecto se hiso presente, solo hacía falta que la Lexie accediera o simplemente reaccionara con algún comentario o algo parecido sobre lo planteado por mis labios.
Yareth Farrel- Mensajes : 426
Fecha de inscripción : 27/03/2011
Re: Bajo los suburbios entre callejónes ( Lexie )
El calor que el abrigo brindaba al cuerpo de Lexie era acogedor. Podía sentir como la sangre que por un momento se había quedado estática en cada parte de su cuerpo debido al frío , comenzaba a recorrerlo nuevamente, una sensación por demás agradable, tanto que por un momento olvidó donde se encontraba; hasta que regresó a la realidad gracias a la mirada inquisitiva que monsieur Yareth le dirigía.
Era extraño, la cortesana estaba acostumbrada a toda clase de miradas pero la de él causaba miedo por momentos y se sentía admirada en otros; entonces el impulso la hizo hablar, "Tiene razón monsieur Yareth, la tiene en ambas afirmaciones; la paranoia en definitiva no es buena consejera y menos en climas como este y la noche aún es muy joven y puede traer toda clase de aventuras en especial para jóvenes como nosotros"; sonrió coquetamente.
Sentía las mejillas calientes y sabía que lucirían coloradas ya por el calor que emanaba del abrigo y también por el comentario recién hecho.
Quería arrepentirse de lo que había dicho; esa noche no se sentía bien para ser una buena compañía ni física ni socialmente, pero el cumplido y la invitación formuladas a continuación disiparon su arrepentimiento frágil de por sí y después de todo el hombre se encontraba mojado también, así que
tal vez un buen whisky o algo de vodka resguardados en su habitación del Burdel podía calentarlos.
Pero entonces una nueva duda entró en su cabeza; que pasaría al proponer al hombre acudir al burdel? Que pensaría? Además no podía entrar por la puerta principal puesto que Mason la haría volver al trabajo; y en la puerta de atrás alguna compañera podría verla. Y si lo llevaba a casa? Pensaría mal de ella por la invitación? "No puede pensar mal, el se ofreció no?" pensó "Así que creo que solo hay una forma de saberlo" continuó.
"Es cierto, la noche cada vez esta más cerrada y no creo que la lluvia cesé en un buen tiempo, así que voy a tomarle la palabra Yareth, mi casa se encuentra en esa dirección, vamos??" preguntó sonriendo y comprendiendo que el caballero podía tomar esa invitación como algo más, así que remató "Y si gusta puedo invitarle un trago para entrar en calor mientras nuestras ropas se secan,le apetece?"
Sabía que eso podía ser una clara invitación a pasar la noche con ella, pero después de todo lo que le había sucedido esa noche, bien merecía pasar un rato agradable con un hombre que prometía una buena charla....."Entre muchas cosas más..." pensó al ver por completo al hombre que tenía enfrente.
Era extraño, la cortesana estaba acostumbrada a toda clase de miradas pero la de él causaba miedo por momentos y se sentía admirada en otros; entonces el impulso la hizo hablar, "Tiene razón monsieur Yareth, la tiene en ambas afirmaciones; la paranoia en definitiva no es buena consejera y menos en climas como este y la noche aún es muy joven y puede traer toda clase de aventuras en especial para jóvenes como nosotros"; sonrió coquetamente.
Sentía las mejillas calientes y sabía que lucirían coloradas ya por el calor que emanaba del abrigo y también por el comentario recién hecho.
Quería arrepentirse de lo que había dicho; esa noche no se sentía bien para ser una buena compañía ni física ni socialmente, pero el cumplido y la invitación formuladas a continuación disiparon su arrepentimiento frágil de por sí y después de todo el hombre se encontraba mojado también, así que
tal vez un buen whisky o algo de vodka resguardados en su habitación del Burdel podía calentarlos.
Pero entonces una nueva duda entró en su cabeza; que pasaría al proponer al hombre acudir al burdel? Que pensaría? Además no podía entrar por la puerta principal puesto que Mason la haría volver al trabajo; y en la puerta de atrás alguna compañera podría verla. Y si lo llevaba a casa? Pensaría mal de ella por la invitación? "No puede pensar mal, el se ofreció no?" pensó "Así que creo que solo hay una forma de saberlo" continuó.
"Es cierto, la noche cada vez esta más cerrada y no creo que la lluvia cesé en un buen tiempo, así que voy a tomarle la palabra Yareth, mi casa se encuentra en esa dirección, vamos??" preguntó sonriendo y comprendiendo que el caballero podía tomar esa invitación como algo más, así que remató "Y si gusta puedo invitarle un trago para entrar en calor mientras nuestras ropas se secan,le apetece?"
Sabía que eso podía ser una clara invitación a pasar la noche con ella, pero después de todo lo que le había sucedido esa noche, bien merecía pasar un rato agradable con un hombre que prometía una buena charla....."Entre muchas cosas más..." pensó al ver por completo al hombre que tenía enfrente.
Lexie Breckenridge- Mensajes : 178
Fecha de inscripción : 04/07/2011
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