Un paseo "tranquilo" [Brad] +18

por **Naela Bellis** Sáb Oct 08, 2011 10:15 am

Las personas se apartaban a mi paso como movidas por un resorte, esa noche no estaba tranquila. Buscaba a alguien que pudiera calmar mi ansia de sangre y placer, más fuerte que el resto de días por la jornada en casa ordenando a los criados como queria que dispusieran el salón principal cansada de la anterior decoración. Mis pasos rapidos pero delicados sonaban en el suelo a causa de los tacones que estilizaban mi ya hermosa figura.

Un olor demasiado conocido me hizo girar y caminar por una calle latera hasta la puerta de una casa privada, de alguien desconocido. Empujé la puerta sabiendo que si Brad estaba dentro o había estado alli, ya se habría encargado de ello.El olor a sangre inundó mis pulmones en cuanto hube caminado dos pasos hacia el interior del lugar, paré para poder escuchar algun sonido que no tardó en producirse.

Un cuerpo acababa de caer a plomo al suelo. Sonreí divertida y caminé silenciosa hasta la puerta de la habitación viendo a Brad en la cama con una joven en brazos, ya debil por la sangre que había bebido.

-Buenas noches...-mire los dos cuerpos del suelo, sus padres supuse- a todos

por **Brad Stanford** Jue Oct 13, 2011 11:04 am

El sabor ferreo caia entre mis labios, sin importar que mancharan o cuanto caia. Mis ojos se levantaron hasta Naela con una sonrisa y mi cuerpo como un resorte ensangrentado.

Recordé momento antes cuando me habia dejado caer por los callejones de París, era una noche otoñal, fria y helada, que se te introducia por los huesos y el momento perfecto para conseguir un digno tentempié a esas horas de la noche. Mis ojos se pararon en una mujer, esbelta, de cara larga, ojos finos y suaves, mejillas sonrosadas y perfume parisino. Sus manos eran finas enfundadas en guantes de encaje blancos y puritanos...como a mi me gustaban.

Era fácil si sabias como encandilar a la presa, como hacer que se sonrojara y la lujuria desbordara cada cm de su cuerpo.

La voz de Naela me sacó de mis recuerdos, cierto era que los habia podido rememorar al mismo tiempo, por la telepatia pero sonrei y me acerqué rodeando su cintura para besarla con cierta crudeza y pasión, mojando sus labios en sangre.

-Buenas noches, mi reina- pude articular cuando ambos nos separamos jadeantes y relamiendonos. Evité pisar los cadaveres tirados en el suelo, que no di mayor importancia que la que tenian. Alimento de los gusanos, como su nombre indica en latín -Siento no haberte dejado....un gran banquete pero aun puedes disfrutarlo tanto como yo-

por **Naela Bellis** Lun Nov 07, 2011 7:31 am

Relamí cada centímetro de sus labios saboreando la sangre que todavía quedaba en ellos tras su cena. Dulce, quizás demasiado sin una sola dosis de picante, esa chica era una puritana sin remedio asi que estaba mejor muerta. Supe que Brad escucharía ese pensamiento haciéndole reir prácticamente al instante.

-Veo que lo pasas bien sin mi –la frase salió entre mis labios como un aparente ataque. Nada más lejos de la realidad, el haberle encontrado pasando una velada agradable con otra joven hacía hervir mi sangre, pero eso siempre desembocaba en lo mismo, sexo. - ¿La has violado o solo tomaste esa sangre insípida que corría por sus venas? – ladeé la cabeza esbozando una sonrisa perfecta que escondía el alma más oscura que pudieras encontrar en los callejones parisinos en estas fechas.

Se libera sin dificultad de las manos de Brad hasta entonces alojadas entre su cintura y la curva de al cadera, caminando cadenciosamente hasta la cama. Con un aparentemente leve empujón tira al suelo el cuerpo inerte de la joven ocupando su lugar, deliciosamente tibio.

- Una pena que no haya comida, yo que pensaba quedarme a disfrutar un rato..-sonrie al tiempo que coloca las manos entre su melena tras la cabeza esperando la respuesta de Brad.

por **Brad Stanford** Vie Nov 11, 2011 5:50 am

La sangre era casi palpable en el aire, su boca aun emitia el olor ferreo y sangriento de la joven que yacia en el suelo inerte. La voz de Naela inundaba mis sentidos estaba encandilado de esa armoniosa voz, esa sonrisa danzante tanto como sus caderas y de las ganas de arrebatarla la sensualidad en un golpe de lascivia- Siento decepcionarte, pero mi intención era violarla cuando ese aprensivo y borracho energumeno se lanzo sobre mi...-señalé con la cabeza en tono despreciable el cadaver del que parecia el cabeza de familia.

Apenas tarde un momento en acercarme siguiendo el contoneante cuerpo de la joven que me condujo hasta el lecho, ensangrentado, tedioso y alborotado. La melena de Naela se esparció con toda la almohada y tan solo mi cuerpo de rodillas frente a ella se agachó para dejar un rastro de besos desde su cadera hasta sus labios, besandolos con frenesí con fuerza y con ganas. Mis manos reaccionaron rápidas levantando su rostro para acomodarme la acción de lamer su cuello, vibrante y suave quizás no tan cálido como mi boca que se abria para dejar paso a los colmilllos y mordiendo su cuello harto de esperar a su sabor.

Avivó la sangre de mis ojos que enloquecian por la adrenalina y la sangrienta noche que se mostraba ante nosotros, dejando que los gemidos cortaran el silencio, que mis manos desnudaran su cuerpo y que las suyas casi en un chasquido rompieran las mias. Era un salvajismo erotico, tetrico y sangriento que no tardo en hacerme perder la cabeza y excitarme tanto como esperaba- Mi cuerpo te echaba de menos...-susurré en el borde de sus labios mientras la colocaba a horcajadas encima de mi con una sonrisa complice y sangrada en los labios.

por **Naela Bellis** Dom Dic 04, 2011 5:43 am

Consciente de que mi gesto, acercándome a la cama no le dejaría indiferente, y menos aun con el cuerpo lleno de sangre de una chica virgen y delicada como a él le gustaban, cerré los ojos escuchando cada una de sus palabras arrastradas, mientras se acercaba a la cama, al centro de mis piernas.

El contacto de mi piel gélida con sus labios, más temblados y deseables que nunca por la sangre que había consumido, fue como una descarga entre ambos cuerpos que no tardó en acelerar la respiración y movimientos de las manos por el cuerpo del contrario para evadir las capas de ropa que una tras otra iban quedando esparcidas por la habitación. Los botones de su camisa chocaron con la ventana que teníamos junto a la cama, sonido que me hizo abrir los ojos para disfrutar de la vista de su cuerpo desnudo otra vez.

Una sonrisa se instaló en mis labios debido al mordisco que le puso frenético como cada vez que probaba mi sangre, esa mezcla de dolor y placer que invadía mi cuerpo junto con el conocimiento del estado de su cuerpo, deseoso del mío hizo que un gemido saliera del fondo de mi garganta, mientras arañaba su espalda.

Cedí al manejo de sus manos colocando la cadera en perfecta armonía con su pelvis, moviéndome encima de él sin acercarme a su cara para nada, sino mirándole mientras dejaba solo de adorno mi melena, cayendo libre por mi pecho mientras ejercía la presión justa para hacerle enloquecer, queriendo más de mi pero sin conseguirlo por el momento –Ya lo noto- pasé la mano desde su muslo hasta su miembro con un roce tan sutil como prometedor.

por **Brad Stanford** Jue Dic 08, 2011 3:10 am

La miré a los ojos y con ellos entrecerrados disfruté de caricia que me brindaba. Su melena desprendía ese olor tan natural, tan magnífico y encandilador como su piel. La sed de mujer aviva en cada hombre que pudiera acercársele y lejos de poder sorprenderme su cuerpo había sido caminado con infinitas manos tanto como el mío. Pero ninguna de esas manos eran capaces de comprender lo que un cuerpo como el suyo merecía.
Mis manos hábiles subieron de su culo hasta la espalda desnuda aprontándola ligeramente y moviendo la cadera para acentuar el roce de su entrepierna con la mía. Con los años, Naela perfeccionó, si cabe la sensualidad de su cuerpo, el fuego en el lecho y el manejo de los hombres, cosa que me hacia caer en una espiral de locura y posesión que jamás me libraba.

Me incorporé para quedar sentado, cerca de sus senos y con una sonrisa en los labios acercándome a ellos, abrí la boca ligeramente dejando asomar la punta de la lengua antes de perfilar sus pezones con ellos y hundir una mano en su pelo tirando de su cabeza hacia atrás para escuchar un jadeo que me volvía loco, debía tenerla , debía desearme y yo desearla a ella. Después de ese baño de sangre era todo lo que me faltaba para hacer la noche perfecta. Me concentré en el movimiento de la lengua, dura, sobre sus pezones para de vez en cuando, succionarlos y dejar mordiscos sobre ellos hasta que se endurecieran, sabía que la encantaba y puede que a mi más que ella. Sus labios blandos, perfectos y deseables, vibrantes de deseo como sus manos, no importaba. El tiempo sino el disfrutar de su cuerpo tanto como me dejara -Mi reina- dije sobre sus labios y como un jadeo aun en la posición de sujetar su melena- Vas a gemir…porque esta noche, ahora. Te haré mia.

por **Naela Bellis** Jue Dic 08, 2011 10:54 am

Ya le tenía, era mío. Desde que le conocí hasta ahora nunca ha dejado de pertenecerme de la misma manera que yo a él, pero aun asi disfruto de cada momento en el que veo y hago que caiga a mis pies, suplicando con sus acciones y movimientos que me entregue a él y que le haga gozar de la cama de mil formas distintas. Moví el cuerpo a medida que sus manos exploraban cada poro de mi piel, ondulaba o tensaba las partes adecuadas para hacer que su excitación creciera lo máximo posible, mi deseo cuando yacía con Brad, era volverle loco. En cambio con mis habituales acompañantes nocturnos, lo normal es que buscara sangre y de paso me divirtiera un poco haciéndoles a ellos desear volverme loca a mi, tarea prácticamente imposible.

Más que con nadie, me agradaba y enloquecía pasar las horas con Brad, nos deseábamos y nos queríamos matar al mismo tiempo y eso es exactamente lo que nos obligaba a permanecer unidos, ambos compartíamos cama con otras personas con consentimiento del otro pero el mero hecho de saber o ver con quien nos éramos infieles nos hacía enloquecer de celos.

El primer contacto del aliento de Brad sobre uno de mis pezones me hizo sonreír al ver lo que se viviría a continuación, el tirón de pelo no hizo sino afirmar mis sospechas, esa noche estaba saciado de sangre pero no de sexo, y yo era la única que sabía cómo y qué hacer para que jadeara y gimiera hasta agotarse. En ese momento el primer gemido se escapó de mis labios rindiéndome a los juegos de su lengua como una alumna entregada, presionando algo más mi pecho a su boca incitándole a apretar más.
Ante las palabras de Brad, sonreí con lascivia buscando sus labios para que soltara mi melena y poder maniobrar con libertad llevando mi mano al miembro duro de él, masajeándolo con algo de fuerza para hacerle jadear ahora a él -Ya sabes que hacerme gemir para ti es tarea fácil, espero al menos que trates de hacerme gritar- susurré cerca de su oído dejando luego un reguero de besos y mordiscos por todo su cuello.

por **Brad Stanford** Mar Dic 20, 2011 10:48 am

La excitación se extendía por mi cuerpo hasta llegar a mi entrepierna, entre las sábanas alocadas y suaves que envolvían su cuerpo se escondía la lascivia y gemidos que se acentuaban en cada movimiento de mis manos. Ambas sinuosas envolvían y recorrían la totalidad del cuerpo de Naela, notándola especialmente suave, tersa y vibrante.

Apenas había pasado tiempo con ella, aunque si bien el concepto de relación jamás lo habíamos tenido, cada uno juraba fidelidad y afecto. Lealtad y devoción por el otro pero ya se sabe que ambos, nos aburrimos rápido de las cosas y nuestros caracteres chocan desembocando en acciones tan pasionales y eróticas como esta.

Levanté la vista fijándome en sus labios rojos, carnosos y suaves que tanto me encantaban devorar, así deslicé mi lengua por su cuello mientras las yemas de los dedos de mi mano recorrían el esternón subiendo hasta su cuello. Tan delicado parecía contra mi mano, tan deseado y embriagador como siempre. Solté una respiración cuando notaba la suya excitada pues era lo que más me gustaba, verla disfrutar de todo lo que la brindaba. Mientras mis labios se entretenían ahora con el lóbulo de su oreja mi mano la giró con suavidad para que ambos tuviéramos contacto visual antes de besarla y esa misma mano bajarla hasta su entrepierna ya humedecida para separar sus labios y pasar entre ellos la yema del mío acariciando su clítoris. Apoyé mi frente sobre su hombro al empezar a masajear aquella zona haciendo ligeros círculos sobre él, para adquirir una velocidad más notable, más pasional dejando que el momento guiara por la necesidad de ambos. Me abandoné a sus besos y tan solo en ese momento estábamos ella y yo. Los gemidos entornaban y envolvían la estancia.

Cerré los ojos besando esos labios que antes dije, con devoción y ansiedad tanto que dejé de masturbarla para ponerme sobre ella, necesitaba sentir el mayor contacto de su cuerpo con el mío, necesitaba tomarla. Mi lengua se encontraba a medio camino con la suya, acariciándose y lamiéndose. La adrenalina embriagaba mis sentidos y mis músculos se tensaban al susurrar sobre su oído entre jadeos de deseo- Te deseo…

por **Naela Bellis** Mar Ene 10, 2012 6:38 am

Los besos impidieron que hiciera ningún ruido por el placer que empezaba a crear Brad en mi con aquellas caricias al principio fugaces. Pase mi lengua por sus labios antes de introducirla en su boca buscando la suya, aumentando el ritmo del beso a medida que pegaba mi cuerpo al de Brad incitándole a que asimismo él acelerara las caricias que ejercía sobre mi clítoris. En ese momento si gemí deteniendo momentáneamente el beso que nos estábamos regalando mutuamente. Moví mi cadera para obligarle a bajar los dedos hasta la entrada de mi vagina presionando después notando esos mismos dedos introduciéndose en ella, mordí su labio inferior hasta notar una gota de sangre dar el toque de sabor necesario para hacerme enloquecer entre sus brazos, succioné para aprovechar todo lo que pudiera.

Sujeté la almohada con ambas manos haciendo incisiones por las que se veían las plumas de las que esta estaba rellena, disfrutando totalmente del momento morboso que habíamos creado en aquella casa ajena con el olor a sangre y sexo llenando el ambiente. Cambié la posición haciéndole quedar tumbado boca arriba bajando yo mi mano hasta su miembro masajeándolo para devolver el placer que él me hacía creado, masturbándole sin separar mis labios de los suyos acallando asi los jadeos que esto generaba en él.
Aproveché mi propia lubricación para seguir masturbándole más rápido, hasta que me detuve con un toque de maldad en la mirada sentándose a horcajadas sobre él introduciendo su miembro en mi interior de una sola sentada que me hizo gemir a mi y jadear a él que colocó sus manos en mi cadera inmediatamente ayudando a un movimiento que no tardó en llegar por mi parte.

Llegaba hasta el fondo de mi una y otra vez recorriendo mi interior y chocando con las paredes de mi vagina, creando más placer entre ambos entrando en el frenesí que nos envolvía en cada escena de sexo que compartíamos.

“Quiero notar tu lengua” –dice con voz susurrante y erótica en su cabeza moviéndome ahora de forma más lenta sobre él, esperando a que se deslizara bajo mi y dejara mi sexo sobre su boca como otras tantas veces.

por **Brad Stanford** Dom Ene 29, 2012 3:21 am

Cuántas veces había recorrido ese cuerpo sucedáneo de las más divinas mujeres de la historia, retenía los rasgos más excitantes y sexuales que en la vida había podido atinar mientras que mi labios experimentados sobre ella volvían a retener cada beso que me brindaba.

La situación había cambiado drásticamente por un momento estaba sobre mi devorándome esos labio ávidos de deseo y de sed de sangre, de lujuria de extorsión en un cuerpo de exprimir cada poro inquebrantable de mi ser entre su cuerpo. Y ahora su voz pedía que la intrusa de mi lengua bajara hasta sus muslos y que estos se posaran a ambos lados de mi cabeza dejándome ver la ambrosía del sexo en todo su esplendor. Apenas pude retener el jadeo que salió de mis labios, esa mujer. mi mujer, sabia como hacer que un hombre se excitara sobremanera, sabía cómo hacer que me faltara el aliento si lo tuviera y que los latidos silenciados y fríos de mi corazón llamearan intensos intentando abrasar cada parte de mi pecho como sus manos hacían al tocarme.

Posé mis manos sobre su culo, atrayéndola contra mis labios y estos se juntaron de inmediato con los inferiores suyos. Noté como se acomodaba y mi lengua certera buscaba lo que necesitaba y propinaba el placer que ella había susurrado casi en una orden de sus labios” por supuesto mi reina”-dije a modo de telepatía en su cabeza mientras la excitación y los jadeos se hacían patentes en la de ambos disfrutando de la misma sensación divina y oscura que nos poseía. Nuestro mejor entretenimiento el sexo.

Seguía lamiendo y disfrutando de todo lo que me daba sin importar más que su excitación, mis manos apretaban su espalda y necesité sentirla mía por lo que lo aproveché para tumbarla a un lado y colocarme sobre ella. Mis manos separaron las piernas kilométricas y desnudas, su tono dorado al contraste de la mía, blanquecina y casi enfermiza recibieron a mi cadera con soltura y sinuosidad cuando alojé la punta del miembro sobre su sexo y empujé ligeramente introduciéndolo de golpe sin mediar palabra tan solo con un contacto visual del que ambos disfrutábamos mientras en la estancia tan solo resonaba ambos cuerpos chocar, la entrada por la lubricación de ella y los jadeos de esfuerzo de mis embestidas, disfrutando del momento que me ofreció , lúgubre esa noche rodeados de cadáveres que alimentaron mi sed de sangre y mi sed de mujer.

Alargué el momento cumbre en el que ambos, notábamos las manos clavarse en nuestras pieles, sus dientes buscar ambos cuellos y disfrutar de un buen orgasmo que nos hiciera caer, no exhaustos pero si desahogados de su fogoso fuego y tensión que había entre los dos.

por **Naela Bellis** Miér Feb 01, 2012 5:06 am

El cambio de postura para acabar ese encuentro en un orgasmo no tardó en darse. En cuanto tuve su cuerpo tan frio como el mío pero notablemente más pálido, sobre mi me aferré a su espalda con las uñas clavándolas al tiempo que movía el cuerpo con frenesí aumentando el placer de ambos hasta llegar ambos al límite de nuestro placer y dejar que se corriera dentro de mí, único hombre al que permitía aquello. El calor pasó por cada centímetro de mi cuerpo llenándome de esa sensación de vacío momentáneo que me permitía relajarme en sus brazos como cada noche de furia y pasión que nos juntaba en el lecho.

Aún con él dentro de mí, estiré mi cuerpo para adaptarme a las sábanas de la cama recogiéndole con las piernas para que se acercara a mí, y poder así devorar su boca de nuevo, con más calma y parsimonia, sin prisa ni ganas de nada que no fuera tenerle pegado a mí y saborear la sangre que caía por su cuello debido al mordisco que le había dado para llegar con más intensidad al clímax.

Después del tiempo que por causas como su reciente proclamación como rey y por el hecho de tener una hija neófita a la que enseñar muchas cosas, este encuentro nos venía bien a ambos para afianzar los vínculos que desde hacía mucho tiempo nos mantenía unidos. No en perfecta armonía pero… ¿Qué sería de la vida de un vampiro si todo fueran alegrías?

Un jadeo se coló entre mis labios, todavía rojos debido a su sangre a la furia con la que nos habíamos besado, cuando salió de mi. Noté la humedad que había dejado en mi interior tras acabar, por lo que sonreí y repetí los besos sin gana de que se alejara durante un buen rato. Lo bueno de estar en aquella casa es que ya estaban todos muertos, no había olores que dijeran lo contrario por lo que teníamos total libertad para estar el tiempo que deseáramos, bañarnos y salir a la hora que apeteciéramos.

-Tienes que practicar más…- dije para picarle y conseguir que se riera y me sujetara contra él como hacia siempre en aquellos momentos de intimidad y cariño en los que ninguno era capaz de negar el amor que sentía por el otro, amor que normalmente ocultábamos tras una máscara de sexo y sangre.

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