AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Encuentros determinantes[Brad Blase]
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Encuentros determinantes[Brad Blase]
Llevaba semanas de monotonía, su padre no trabajaba por las noches, durante el día muchas de las hijas de algunos otros médicos, ricachones y banqueros había decidido que el hall de su casa era un buen lugar para hablar de trivialdiades, chicos que las tratarían como a un mueble y beber te y comer pastelitos. Leara sonreía y asentía hastiada de tanta rutina. Pero sin esa rutina y sin una de esas conversaciones no habría podido lograr descubrir algo de lo más interesante.
No soportaba lo impresionables que eran esas mujeres, en todo. En la conversación decían algo sobre una tienda de magia, todas querían ir a ver el lugar y "experimentar" reían de forma nerviosa y pasaban a hablar, de nuevo, del atractivo del chico. Leara evitó poner los ojos en blanco, "siempre igual" pensaba, pero algo que dijo una de ellas captó su atención y se pronunció únicamente para pedir la información de esa tienda.
En cuanto hubieron terminado no esperó a que llegase su padre o su querida Ann, le diese más quehaceres se marchó. Iba bien arreglada y su curiosidad estaba comenzando a invadir todos y cada uno de los espacios de su mente. Tras no mucho caminar y agradecer el movimiento de piernas, la brisa, el ruido de la calle y el calor del sol llegó. Miró algo incrédula a la fachada del edificio y entró.
No sabía cómo describir el olor, no sabía se le resultaba agradable, o no, era extraño y pensó que nunca había olido algo así. Aunque eso tampoco la impresionó mucho, entró sin fijar la vista en nada, sus ojos curiosos querían verlo todo a la vez. No se sentía especialmente atraída por la magia, siempre había pensado que eso eran cosas de libros. Príncipes encantados, hechizos que se rompen con un sacrificio, ilusiones de algún brujo o hechicera que se divierte haciendo el mal... Todos esos arquetipos correspondían a alguna historias o cuento que había leído o le había contado. Pero en la realidad esas cosas no existían, al menos para ella.
Paró en seco y se quedó mirando al dependiente, el que según sus "conocidas" del te de esa mañana, era una persona muy versada en la magia pero que eso no era lo importante... Lo ojeó sin mucho interés no dejándose encandilar por su encanto ni su físico... Demasiados había conocido así ya, y en muchas ocasiones.
Luego se quedó pensando... Estaba ante una persona que según algunas personas podía hacer magia y estaba en una tienda... Pero no tenía ni idea de lo que quería comprar o qué podía necesitar de aquel lugar. Su curiosidad la había llevado hasta allí, pero sin ningún motivo aparente. "Al menos saluda." Dijo una vez que su cerebro volvió a tomar el mando y su curiosidad estaba aturdida. Había olvidado incluso sus buenos modales.
Se puso recta y miró de forma amable al hombre que allí se encontraba. No sabía qué podía querer de una tienda como esa pero allí estaba, al menos podría echar un vistazo más detenidamente... "¿Qué clase de objetos y libros tendrán aquí?" ¡Genial! Ya tenía algo por lo que preguntar y no quedar como una estúpida.
-Buenos días.- Dijo con voz suave y sutil.-¿Tiene algún libro interesante?- No era una pregunta muy concreta, pero al menos podría pasear por la tienda buscando y mirando por todos lados.
No soportaba lo impresionables que eran esas mujeres, en todo. En la conversación decían algo sobre una tienda de magia, todas querían ir a ver el lugar y "experimentar" reían de forma nerviosa y pasaban a hablar, de nuevo, del atractivo del chico. Leara evitó poner los ojos en blanco, "siempre igual" pensaba, pero algo que dijo una de ellas captó su atención y se pronunció únicamente para pedir la información de esa tienda.
En cuanto hubieron terminado no esperó a que llegase su padre o su querida Ann, le diese más quehaceres se marchó. Iba bien arreglada y su curiosidad estaba comenzando a invadir todos y cada uno de los espacios de su mente. Tras no mucho caminar y agradecer el movimiento de piernas, la brisa, el ruido de la calle y el calor del sol llegó. Miró algo incrédula a la fachada del edificio y entró.
No sabía cómo describir el olor, no sabía se le resultaba agradable, o no, era extraño y pensó que nunca había olido algo así. Aunque eso tampoco la impresionó mucho, entró sin fijar la vista en nada, sus ojos curiosos querían verlo todo a la vez. No se sentía especialmente atraída por la magia, siempre había pensado que eso eran cosas de libros. Príncipes encantados, hechizos que se rompen con un sacrificio, ilusiones de algún brujo o hechicera que se divierte haciendo el mal... Todos esos arquetipos correspondían a alguna historias o cuento que había leído o le había contado. Pero en la realidad esas cosas no existían, al menos para ella.
Paró en seco y se quedó mirando al dependiente, el que según sus "conocidas" del te de esa mañana, era una persona muy versada en la magia pero que eso no era lo importante... Lo ojeó sin mucho interés no dejándose encandilar por su encanto ni su físico... Demasiados había conocido así ya, y en muchas ocasiones.
Luego se quedó pensando... Estaba ante una persona que según algunas personas podía hacer magia y estaba en una tienda... Pero no tenía ni idea de lo que quería comprar o qué podía necesitar de aquel lugar. Su curiosidad la había llevado hasta allí, pero sin ningún motivo aparente. "Al menos saluda." Dijo una vez que su cerebro volvió a tomar el mando y su curiosidad estaba aturdida. Había olvidado incluso sus buenos modales.
Se puso recta y miró de forma amable al hombre que allí se encontraba. No sabía qué podía querer de una tienda como esa pero allí estaba, al menos podría echar un vistazo más detenidamente... "¿Qué clase de objetos y libros tendrán aquí?" ¡Genial! Ya tenía algo por lo que preguntar y no quedar como una estúpida.
-Buenos días.- Dijo con voz suave y sutil.-¿Tiene algún libro interesante?- No era una pregunta muy concreta, pero al menos podría pasear por la tienda buscando y mirando por todos lados.
Leara Dupuis- Humano Clase Alta
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 29/01/2014
Re: Encuentros determinantes[Brad Blase]
La tienda esta abierta desde horas de la mañana, no hubo mucha clientela ese día, a pesar de todo sigo sin tener mucho renombre en la ciudad, pero por alguna razón se esta corriendo el rumor de que hay objetos mágicos aquí, no se de donde sacan tantas tonterías, es cierto que tengo algunos libros y que en el aparador salgan unas reliquias egipcias no significa que sean mágicas, apenas son baratijas que conseguí, ninguna parece ser mágica y ademas no tienen mas uso que ser de adorno.
He tenido que meter mercancía de mi propio repertorio, se que no debería hacerlo porque es peligroso tenerlos visibles pero los uso para rellenar el espacio, no creo que nadie se de cuenta y si alguien lo hace me daré cuenta yo de inmediato si es una criatura sobrenatural por su aura, y si esta criatura esta interesada espero que ofrezca un buen precio o un trueque en el que yo salga mas beneficiado, la verdad necesito recursos para mis planes y espero que funcione.
Al cabo de un momento un cliente entra por la puerta, se trataba de una mujer y esta por su forma de vestir y andar parecía ser una mujer de muy buen porte y con dinero, cosa que me alegro el dia, seguro un buen negocio saco con esta chica pensé de inmediatamente mientras observaba como se acercaba, sus movimientos eran bastante temerosos, distantes, tal vez no había venido al lugar correcto conmigo o simplemente se había perdido y esto no era lo que buscaba, de todas espere directamente que ella hablara, pacientemente pasaron unos segundos pero la mujer no parecía poder decir algo, ¿Solo venia a curiosear? No lo creo, pareciera que quisiera hablar pero no lo hace, sonreí entonces y me quede observándola fijamente esperando a que dijera algo, la verdad si me estaba alegrando el día.
Cuando estaba ya planteándome la idea de que la chica era muda unas palabras por fin salieron de su boca -Buenos días- sonreí -Pense que solo habia venido a verme- comente con un tono jocoso -Bienvenida al precio de la historia, ¿en que le puedo ayudar?- le ofrecí ahora mas calmado esperando su solicitud -¿Libros?- miro algo extrañado por la petición de esta dama -Por supuesto que tengo algunos- le respondí inmediatamente y salí del lugar para ir a un pequeño aparador donde se encontraban cuatro libros juntos -Mire estos, son de segunda mano pero en muy buen estado- saco tres dejando un libro ancho cuya cubierta es completamente negra y sin ningún tipo de marcas -Por ejemplo este es un bonito libro de cocina italiana para una dama que quiere complacer los gustos de su esposo- dije mostrando uno de los libros que tome del aparador que en su portada decía “Todo Cocina Italiana” -Estoy seguro que le sacara mucho provecho- luego saco el otro libro -Pero si lo que busca es algo mas artístico tengo aquí una copia en buen estado de la clasica novela de William Shakespeare Romeo y juliana, con esto seguramente tendrá muchas horas de entretenimiento para usted cuando este en casa esperando a su marido- mostré el libro con la portada algo gastada -Un excelente regalo- muestro entonces el tercer libro de mi mano -Y este es un diccionario bastante completo- algo grande y pesado -Siempre muy util y con muchas respuestas- me quede entonces esperando a ver la respuesta de la chica -¿Cual le interesa?-.
He tenido que meter mercancía de mi propio repertorio, se que no debería hacerlo porque es peligroso tenerlos visibles pero los uso para rellenar el espacio, no creo que nadie se de cuenta y si alguien lo hace me daré cuenta yo de inmediato si es una criatura sobrenatural por su aura, y si esta criatura esta interesada espero que ofrezca un buen precio o un trueque en el que yo salga mas beneficiado, la verdad necesito recursos para mis planes y espero que funcione.
Al cabo de un momento un cliente entra por la puerta, se trataba de una mujer y esta por su forma de vestir y andar parecía ser una mujer de muy buen porte y con dinero, cosa que me alegro el dia, seguro un buen negocio saco con esta chica pensé de inmediatamente mientras observaba como se acercaba, sus movimientos eran bastante temerosos, distantes, tal vez no había venido al lugar correcto conmigo o simplemente se había perdido y esto no era lo que buscaba, de todas espere directamente que ella hablara, pacientemente pasaron unos segundos pero la mujer no parecía poder decir algo, ¿Solo venia a curiosear? No lo creo, pareciera que quisiera hablar pero no lo hace, sonreí entonces y me quede observándola fijamente esperando a que dijera algo, la verdad si me estaba alegrando el día.
Cuando estaba ya planteándome la idea de que la chica era muda unas palabras por fin salieron de su boca -Buenos días- sonreí -Pense que solo habia venido a verme- comente con un tono jocoso -Bienvenida al precio de la historia, ¿en que le puedo ayudar?- le ofrecí ahora mas calmado esperando su solicitud -¿Libros?- miro algo extrañado por la petición de esta dama -Por supuesto que tengo algunos- le respondí inmediatamente y salí del lugar para ir a un pequeño aparador donde se encontraban cuatro libros juntos -Mire estos, son de segunda mano pero en muy buen estado- saco tres dejando un libro ancho cuya cubierta es completamente negra y sin ningún tipo de marcas -Por ejemplo este es un bonito libro de cocina italiana para una dama que quiere complacer los gustos de su esposo- dije mostrando uno de los libros que tome del aparador que en su portada decía “Todo Cocina Italiana” -Estoy seguro que le sacara mucho provecho- luego saco el otro libro -Pero si lo que busca es algo mas artístico tengo aquí una copia en buen estado de la clasica novela de William Shakespeare Romeo y juliana, con esto seguramente tendrá muchas horas de entretenimiento para usted cuando este en casa esperando a su marido- mostré el libro con la portada algo gastada -Un excelente regalo- muestro entonces el tercer libro de mi mano -Y este es un diccionario bastante completo- algo grande y pesado -Siempre muy util y con muchas respuestas- me quede entonces esperando a ver la respuesta de la chica -¿Cual le interesa?-.
Bard Blase- Hechicero Clase Baja
- Mensajes : 224
Fecha de inscripción : 19/12/2013
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Re: Encuentros determinantes[Brad Blase]
Le costó admitirlo pero el comentario le hizo un poco de gracia, aun así simplemente sonrió ante la ocurrencia de que el único motivo por el que se pasaba por el lugar era por verle a él. Pero no le parecía tan descabellado después de la conversación que había tenido pocas horas antes mientras tomaba el te con un montón de mujeres de su misma posición social, aunque más bien parecían niñas de parbulario. Dejó de focalizar su atención en eso y toda su mente se centró en los libros que traía el dependiente.
No pasó inadvertida la cantidad de cuatro libros, observaba de forma sutil como las manos del hombre seleccionaban cuales de ellos le iban a ser presentados... El que quedó apartado captó su atención pero no sin sentir un poco de resquemor y desconfianza "¿Qué clase de libro no tiene título en su lomo o cubierta?"nEso lo hacía un poco más interesante. Cuando él comenzó a hablar Leara le escuchó con atención, mirándole a los ojos y a sus gestos, para después observar el libro.
No se molestó ante los comentarios, bueno, no aparentemente; pero estaba tan cansada del tema del matrimonio, de ser una buena señora de casa y de tener que complacer en todo a los hombres y a su "esposo" o "futuro esposo" según el caso que casi no terminó de escuchar lo que decía. Lear si había críado entre lujos, dinero y bonitos vestido con delicosa comida, pero la primera nana que tuvo siempre la dejaba jugar en los fogones desde bien pequeña al menos de esa manera se aseguraba que no iba a ir corriendo de un lado para otro arrojando pintura sobre las paredes. A Leara le gustaba la cocina, más que nada como pasatiempo, aunque apenas nunca cocinaba nada, tenían un estupendo servicio que se encargaba de eso; pero no se le daba nada mal. Siguió escuchando.
Adoraba el siguiente ejemplar, lo tenía. Bueno lo tenía en varios formatos y en diversas lenguas, nadie veía mal que una mujer leyese ese tipo de libros. Pero además de gustarle era una excusa para entrar en la biblioteca y observar si su padre o hermanos habían comprado algún libro de medicina, derecho o cualquier otra rama que le interesase. El libro trágico de Romeo era tanto una distracción para ella como para los de su familia. Pero no, tampoco buscaba eso. Así que siguió pendiente sin decir nada. De nuevo, la mención de esperar al marido y todas esas estupideces que se les inculcaba de pequeñas, no lo entendía y tanta mención, sumada a la insistencia de sunpadre y la actitud de sus otras compañeras la irritaba bastante, pero no debía forma un espectáculo... Al menos no ahí, frente a un desconocido, no en ese momento. Era una situación sin importancia, decidió relajarse y dejarlo pasar, sumirse en otros pensamientos mientras el dependiente terminaba de hablar.
Leara se estaba haciendo una imagen, más o menos del carácter de persona que era... Y no distaba mucho de lo que habitual, aparente y común para un hombre. Reprimió un suspiro de agotamiento con lo referente a ese tema. Pensando más bien en la razón que tenía ella y lo equivocadas que estaban sus conocidas. En este lugar no había nada de mágico, estaba claro que en pocas ocasiones Leara sabía diferenciar la realidad de los libros, relatos y cuentos. Y una de esas ocasiones era esa, la magia no existía.
Un diccionario si captó su atención, en la maleta que había debajo de su cama repleta de libros que había comprado aquí y allá sin que nadie se diese cuenta faltaba un diccionario completo y lleno de términos complicados.
-¿Me permite ojeralo?- Preguntó de forma formal. Aunque sus ojos se seguían dirigiendo hacia el libro sin título, sin imagen, sin nada. Era inquientante, atrayente y muy curioso. Se humedeció los labios de forma delicada. El diccionario estaría bien, salían varios terminos que trataban de conocimientos muy específicos, por lo que podría sacarle provecho. "¿Cuánto costará?" Pero su cerebro no sabía si preguntaba por el diccionario del que ya había levantado la vista o por el libro misterioso en el cual tenía sus ojos fijos. No hizo referencia a que se quedaría con el diccionario, se lo pensaba llevar pero se sentía completamente atrapada por el cuarto libro que no había sido ni mencionado.
-¿Y ese libro?- Dijo mirando a los ojos del hombre y luego a libro no titulado.-¿De qué trata?-Preguntó sin poder evitar la curiosidad en su voz. Sus ojos curiosos viajaban del hombre al libro y viceversa.
No pasó inadvertida la cantidad de cuatro libros, observaba de forma sutil como las manos del hombre seleccionaban cuales de ellos le iban a ser presentados... El que quedó apartado captó su atención pero no sin sentir un poco de resquemor y desconfianza "¿Qué clase de libro no tiene título en su lomo o cubierta?"nEso lo hacía un poco más interesante. Cuando él comenzó a hablar Leara le escuchó con atención, mirándole a los ojos y a sus gestos, para después observar el libro.
No se molestó ante los comentarios, bueno, no aparentemente; pero estaba tan cansada del tema del matrimonio, de ser una buena señora de casa y de tener que complacer en todo a los hombres y a su "esposo" o "futuro esposo" según el caso que casi no terminó de escuchar lo que decía. Lear si había críado entre lujos, dinero y bonitos vestido con delicosa comida, pero la primera nana que tuvo siempre la dejaba jugar en los fogones desde bien pequeña al menos de esa manera se aseguraba que no iba a ir corriendo de un lado para otro arrojando pintura sobre las paredes. A Leara le gustaba la cocina, más que nada como pasatiempo, aunque apenas nunca cocinaba nada, tenían un estupendo servicio que se encargaba de eso; pero no se le daba nada mal. Siguió escuchando.
Adoraba el siguiente ejemplar, lo tenía. Bueno lo tenía en varios formatos y en diversas lenguas, nadie veía mal que una mujer leyese ese tipo de libros. Pero además de gustarle era una excusa para entrar en la biblioteca y observar si su padre o hermanos habían comprado algún libro de medicina, derecho o cualquier otra rama que le interesase. El libro trágico de Romeo era tanto una distracción para ella como para los de su familia. Pero no, tampoco buscaba eso. Así que siguió pendiente sin decir nada. De nuevo, la mención de esperar al marido y todas esas estupideces que se les inculcaba de pequeñas, no lo entendía y tanta mención, sumada a la insistencia de sunpadre y la actitud de sus otras compañeras la irritaba bastante, pero no debía forma un espectáculo... Al menos no ahí, frente a un desconocido, no en ese momento. Era una situación sin importancia, decidió relajarse y dejarlo pasar, sumirse en otros pensamientos mientras el dependiente terminaba de hablar.
Leara se estaba haciendo una imagen, más o menos del carácter de persona que era... Y no distaba mucho de lo que habitual, aparente y común para un hombre. Reprimió un suspiro de agotamiento con lo referente a ese tema. Pensando más bien en la razón que tenía ella y lo equivocadas que estaban sus conocidas. En este lugar no había nada de mágico, estaba claro que en pocas ocasiones Leara sabía diferenciar la realidad de los libros, relatos y cuentos. Y una de esas ocasiones era esa, la magia no existía.
Un diccionario si captó su atención, en la maleta que había debajo de su cama repleta de libros que había comprado aquí y allá sin que nadie se diese cuenta faltaba un diccionario completo y lleno de términos complicados.
-¿Me permite ojeralo?- Preguntó de forma formal. Aunque sus ojos se seguían dirigiendo hacia el libro sin título, sin imagen, sin nada. Era inquientante, atrayente y muy curioso. Se humedeció los labios de forma delicada. El diccionario estaría bien, salían varios terminos que trataban de conocimientos muy específicos, por lo que podría sacarle provecho. "¿Cuánto costará?" Pero su cerebro no sabía si preguntaba por el diccionario del que ya había levantado la vista o por el libro misterioso en el cual tenía sus ojos fijos. No hizo referencia a que se quedaría con el diccionario, se lo pensaba llevar pero se sentía completamente atrapada por el cuarto libro que no había sido ni mencionado.
-¿Y ese libro?- Dijo mirando a los ojos del hombre y luego a libro no titulado.-¿De qué trata?-Preguntó sin poder evitar la curiosidad en su voz. Sus ojos curiosos viajaban del hombre al libro y viceversa.
Leara Dupuis- Humano Clase Alta
- Mensajes : 22
Fecha de inscripción : 29/01/2014
Re: Encuentros determinantes[Brad Blase]
Mientras charlaba con la joven aproveche para observarle un poco, una mujer bella sin duda y ademas se encontraba muy bien vestida y arreglada, era obvio que se trataba una chica de alta cuna, pero lo extraño es que siendo así vino ella y no mando a ningún lacayo hacerlo, ademas venir a buscar libros de segunda mano cuando hay todo tipo de tiendas de libros de primera mano donde una noble puede comprar, yo apenas tengo algunos algo viejos. Algo no esta bien con esta chica, sera mejor ver bien que es lo que quiere.
Luego de mostrarle el primer libro la chica aparentemente no se vio interesada, -Una buena comida para después- coloco el libro sobre un aparador y espero su reacción por el siguiente, pero luego de un momento parece no interesarle tampoco -Una buena novela que quedara guardada- luego de mostrarle el tercer libro pareció interesada, le mostré que el diccionario estaba en buen estado -Como puede ver esta en excelentes condiciones, ademas esta bastante actualizado, me costo un poco conseguirlo y ya me han procurado por el- pues la verdad nadie había preguntado por el pero no estaba de mas alardear un poco -Mire su autor y la edición para que vea que es de los mejores- le dije tratando de ganarme la venta fácil.
Luego de esto la mujer se intereso en el libro que quedaba en el aparador y este si era una libro especial del que no me podía despegar tan fácil, -Ese no es un libro para chicas de su clase señorita- le dije acomodando los libros uno encima del otro -Es un viejo libro que habla de cosas sin sentidos, la verdad solo lo uso para rellenar el espacio- dije volteandome a pensar -Pero recuerdo que tengo una caja con unos cuantos libros mas por acá- me alejo un poco dejándote sola con los libros y metiéndome debajo del aparador a buscar unas cajas -Debe estar por acá- comienzo a buscar.
*Has observado el libro en varias oportunidades pero en una de esas oportunidades logras alcanzar a ver como algo en el libro cambia, puedes notar como de repente de una forma sutil una cantidad de letras aparece rápidamente en un pequeño brillo pero luego que parpadeas desaparecen, tan fugas que no parece haber pasado pero que estas segura que paso, el libro sigue hay igual como antes pero por un breve intenta algo cambio en el, luego de mirarlo fijamente por un rato mas vuelve a suceder, pero es tan sutil que debes permanecer viéndolo mucho tiempo, como si de pronto una pequeña luz encendiera las letras por hilera y las apagara.*
-Ya recuerdo, debe estar hay detrás- dije pensando en que necesitaba ya un ayudante -Deme un momento que ya los traigo- Abro la puerta de la habitación y entro para buscar la caja que tengo con los otros libros, sabia que debía sacarlos antes.
Luego de mostrarle el primer libro la chica aparentemente no se vio interesada, -Una buena comida para después- coloco el libro sobre un aparador y espero su reacción por el siguiente, pero luego de un momento parece no interesarle tampoco -Una buena novela que quedara guardada- luego de mostrarle el tercer libro pareció interesada, le mostré que el diccionario estaba en buen estado -Como puede ver esta en excelentes condiciones, ademas esta bastante actualizado, me costo un poco conseguirlo y ya me han procurado por el- pues la verdad nadie había preguntado por el pero no estaba de mas alardear un poco -Mire su autor y la edición para que vea que es de los mejores- le dije tratando de ganarme la venta fácil.
Luego de esto la mujer se intereso en el libro que quedaba en el aparador y este si era una libro especial del que no me podía despegar tan fácil, -Ese no es un libro para chicas de su clase señorita- le dije acomodando los libros uno encima del otro -Es un viejo libro que habla de cosas sin sentidos, la verdad solo lo uso para rellenar el espacio- dije volteandome a pensar -Pero recuerdo que tengo una caja con unos cuantos libros mas por acá- me alejo un poco dejándote sola con los libros y metiéndome debajo del aparador a buscar unas cajas -Debe estar por acá- comienzo a buscar.
*Has observado el libro en varias oportunidades pero en una de esas oportunidades logras alcanzar a ver como algo en el libro cambia, puedes notar como de repente de una forma sutil una cantidad de letras aparece rápidamente en un pequeño brillo pero luego que parpadeas desaparecen, tan fugas que no parece haber pasado pero que estas segura que paso, el libro sigue hay igual como antes pero por un breve intenta algo cambio en el, luego de mirarlo fijamente por un rato mas vuelve a suceder, pero es tan sutil que debes permanecer viéndolo mucho tiempo, como si de pronto una pequeña luz encendiera las letras por hilera y las apagara.*
-Ya recuerdo, debe estar hay detrás- dije pensando en que necesitaba ya un ayudante -Deme un momento que ya los traigo- Abro la puerta de la habitación y entro para buscar la caja que tengo con los otros libros, sabia que debía sacarlos antes.
Bard Blase- Hechicero Clase Baja
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Re: Encuentros determinantes[Brad Blase]
Era cierto el libro estaba en buen estado, el autor era bastante conocido y una buena referencia, me gustó. Seguramente se lo llevaría, era algo que ya había decidido al poco de verlo. No podía saber si era cierto lo que decía, podría ser que ya lo tuviese apalabrado o podía estar echando un farol para así encarecer el precio. Era una mujer de clase social alta, pero no una estúpida, además de vez en cuando se perdía entre los mercados ambulantes donde ahí estás obligada a regatear sí o sí. Pero claro, eso no se lo podía decir a un desconocido... A saber qué tipo de persona era realmente, aunque cada vez le quedaba más claro. Las siguientes palabras volvieron a hacer un efecto de choque en la mente de Leara. Era una mujer paciente, cordial, educada y que sabía que debía hacer oídos sordos a todas esas sandeces que escuchaba.
Pero todo tenía un límite, no estaba su padre delante, no había más personas y no se encontraba en una de esas estúpidas cenas o comidas o actos de sociedad donde no le queda más remedio que aguantar para no dar un espectáculo... Aunque a veces no podía evitarlo y se ganaba más de una mirada de desaprobación y el reproche y decepción de su padre. Pero de una persona como ese dependiente no tenía por qué seguir tolerando nada más de ese tipo de comentarios.
"Si solo usa para rellenar especio qué más le da que me lo lleve mientras pague... Algo hay en este libro." Pensó. Dejó de escucharle y se centró en el libro por completo, se fijó en él pensando que tal vez el título o el autor habrían estado escritos pero los años y el mal uso y desgaste habían hecho borrar la inscripción, se esforzaba por ver algún reflejo o sombra de lo que debió estar escrito hace tiempo.
Leara aguantó la respiración sorprendida por lo que había visto... ¿O lo había imaginado? Ni siquiera escuchaba ya la voz del hombre, simplemente era un murmullo lejano entre toda la cantidad de pensamientos y reacciones que recorrían una parte y otra de su mente. Habían sido letras, estaba completamente segura de ello, había encontrado lo que andaba buscando... Pero no estaba segura de su conclusión, porque más que encontrar había sido como si de repente, hubiesen aparecido. Volvió a mirarlo y de nuevo sucedió disntiguió algunas letras y un par de vocales pero nada que pudiese cobrar algo de sentido para ella. Escuchó los pasos del hombre y alzó la cabeza. "¿A dónde va?" Su mente intentó recuperar fragmentos de lo que había estado diciéndole.
-Ehm... Sí, sí, vale. De acuerdo.-Dijo de forma cordial. Esperó unos segundos y estiró el brazo para alcanzar el libro. Se lo puso justo en frente y lo estudio, de nuevo pasaba pero esta vez era de forma más rara. Leara no pudo evitarlo, estaba intrigada. Su curiosidad la guiaba sin que ella pudiese hacer nada por evitarlo. Cogió el libro y lo abrió.
Sus ojos pasaban por las páginas en blanco. No había nada... Pero no tardó en suceder, al igual que en la tapa, sucedía lo mismo en las hojas y su mente atenta y preparada iba leyendo letras de uno y otro lado. De repente soltó el libro dejándolo caer en el mostrador. Éste se cerró de forma automática, la respiración de Leara no era calamda, aprecía que llegaba de una carrera y se miraba las manos sorprendida. Le dolían como si hubiese estado cargando durante horas objetos de gran peso. Las cerró y las abrió lentamente... No recordaba qué había leído, solo sabía que le había parecido ver algunas letras...
Miró de nuevo el libro, no le daba buena espina, pero ella era consciente de que el temor a lo desconocido solo se solucionaba de una forma. Iba a volver a cogerlo para abrirlo, pero alzó los ojos. Parpadeó varias veces, estaban cansados y les escocían. Cuando ya se encontraba mirando al frente y más o menos calmada y restablecida, su vista se topó con los ojos del dependiente. Ese hombre comenzó a despertar su curiosidad.
Desde un primer momento le había parecido el tipo de persona que sabía exactamente lo que vendía, su instinto o intuición femenina o lo que fuese le decía que el dependiente sabía para qué servía ese libro, lo que sucedía con él y de dónde venía. Era tan interesante el dueño como el objeto. Leara lo dudaba, pero a lo mejor una parte de él sí. Le miraba intrigada de forma diferente. No dijo absolutamente nada, pero las diferentes preguntas se iban formando en su mente.
Aunque por otro lado, su parte más racional, empírica y "sensata" luchaba por ahcerla entrar en razón y hacerle ver que todo había sido producto del cansancio y su imaginación desmedida en algunas ocasiones. Pero no tenía modo alguno de saberlo sin volver a coger el libro o preguntando. Siguió en la misma postura sin decir nada.
Pero todo tenía un límite, no estaba su padre delante, no había más personas y no se encontraba en una de esas estúpidas cenas o comidas o actos de sociedad donde no le queda más remedio que aguantar para no dar un espectáculo... Aunque a veces no podía evitarlo y se ganaba más de una mirada de desaprobación y el reproche y decepción de su padre. Pero de una persona como ese dependiente no tenía por qué seguir tolerando nada más de ese tipo de comentarios.
"Si solo usa para rellenar especio qué más le da que me lo lleve mientras pague... Algo hay en este libro." Pensó. Dejó de escucharle y se centró en el libro por completo, se fijó en él pensando que tal vez el título o el autor habrían estado escritos pero los años y el mal uso y desgaste habían hecho borrar la inscripción, se esforzaba por ver algún reflejo o sombra de lo que debió estar escrito hace tiempo.
Leara aguantó la respiración sorprendida por lo que había visto... ¿O lo había imaginado? Ni siquiera escuchaba ya la voz del hombre, simplemente era un murmullo lejano entre toda la cantidad de pensamientos y reacciones que recorrían una parte y otra de su mente. Habían sido letras, estaba completamente segura de ello, había encontrado lo que andaba buscando... Pero no estaba segura de su conclusión, porque más que encontrar había sido como si de repente, hubiesen aparecido. Volvió a mirarlo y de nuevo sucedió disntiguió algunas letras y un par de vocales pero nada que pudiese cobrar algo de sentido para ella. Escuchó los pasos del hombre y alzó la cabeza. "¿A dónde va?" Su mente intentó recuperar fragmentos de lo que había estado diciéndole.
-Ehm... Sí, sí, vale. De acuerdo.-Dijo de forma cordial. Esperó unos segundos y estiró el brazo para alcanzar el libro. Se lo puso justo en frente y lo estudio, de nuevo pasaba pero esta vez era de forma más rara. Leara no pudo evitarlo, estaba intrigada. Su curiosidad la guiaba sin que ella pudiese hacer nada por evitarlo. Cogió el libro y lo abrió.
Sus ojos pasaban por las páginas en blanco. No había nada... Pero no tardó en suceder, al igual que en la tapa, sucedía lo mismo en las hojas y su mente atenta y preparada iba leyendo letras de uno y otro lado. De repente soltó el libro dejándolo caer en el mostrador. Éste se cerró de forma automática, la respiración de Leara no era calamda, aprecía que llegaba de una carrera y se miraba las manos sorprendida. Le dolían como si hubiese estado cargando durante horas objetos de gran peso. Las cerró y las abrió lentamente... No recordaba qué había leído, solo sabía que le había parecido ver algunas letras...
Miró de nuevo el libro, no le daba buena espina, pero ella era consciente de que el temor a lo desconocido solo se solucionaba de una forma. Iba a volver a cogerlo para abrirlo, pero alzó los ojos. Parpadeó varias veces, estaban cansados y les escocían. Cuando ya se encontraba mirando al frente y más o menos calmada y restablecida, su vista se topó con los ojos del dependiente. Ese hombre comenzó a despertar su curiosidad.
Desde un primer momento le había parecido el tipo de persona que sabía exactamente lo que vendía, su instinto o intuición femenina o lo que fuese le decía que el dependiente sabía para qué servía ese libro, lo que sucedía con él y de dónde venía. Era tan interesante el dueño como el objeto. Leara lo dudaba, pero a lo mejor una parte de él sí. Le miraba intrigada de forma diferente. No dijo absolutamente nada, pero las diferentes preguntas se iban formando en su mente.
Aunque por otro lado, su parte más racional, empírica y "sensata" luchaba por ahcerla entrar en razón y hacerle ver que todo había sido producto del cansancio y su imaginación desmedida en algunas ocasiones. Pero no tenía modo alguno de saberlo sin volver a coger el libro o preguntando. Siguió en la misma postura sin decir nada.
Leara Dupuis- Humano Clase Alta
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Re: Encuentros determinantes[Brad Blase]
Sabia que debía contratar a alguien para que me ayudara con el trabajo, tengo que estar ordenando, inventariando, limpiando, arreglando y atendiendo a la vez, todavía tenia cosas en cajas que no tuve el tiempo de inventariar ni ordenar, pero menos mal que la recordé. De verdad quisiera un ayudando con todo esto pero no da la base para pagarlo y hoy en día todo el mundo quiere ganar mas de lo que merece, ademas estas cosas son valiosas, algunas tienen poderes especiales, no podría confiar en cualquiera para que estuviera aquí, lo peor es que con las investigaciones y los recados o asuntos que tengo que hacer de ves en cuando todo se complica aun mas, tendré que ver como hago para hacer todo, sera abrir medio tiempo o cerrar mas temprano, algo tengo que hacer porque son muchas cosas para mi solo.
Deje a la chica un momento a solas para buscar la caja y luego recordé que estaba el libro hay, pero claro ese libro no tenia nada para ella, la pluma usada es tan especial que solo unos ojos entrenados para verlos podrían leerlos, pero esta chica no era mas que una curiosa que seguro se escapo de su marido y se metió aquí para despistarlo seguro, se aprovecha que el lugar esta algo solitario, bueno no debo preocuparme mucho, si alguien se atreve a llevárselo se llevara algunas sorpresas si no sabe como usarlo, pero bueno eso no es lo importante, lo importante es vender que necesito el dinero para todo lo que planeo hacer.
*Cuando tomas el libro este se siente algo pesado, mas de lo que debería pero puedes cargarlo, sus paginas blancas e impecables, todo el libro bajo su portada esta como nuevo, cada pagina que pasas es pesada, mientras tienes el libro en las manos justamente en los momentos en los que las letras son algo visibles también logras escuchar unos leves susurros que al principio se confunden por lo suaves que son pero los notas, fugaces y tampoco se entienden como sucede con las letras*
Levanto un par de cajas hasta que logro encontrar la que buscaba, la arrastro del suelo y la abro para percatarme de lo que era la correcta, dentro habían varios objetos que tuve que sacar y al final efectivamente estaban los libros. Me levanto con el par de libros en la mano y salgo para mostrárselos a la joven, cuando estoy a punto de hablarle noto que esta esta ojeando el libro, una media sonrisa en mi rostro me quedo observándole, estaba tan concentrada en lo que hacia que no se percato de que yo la veía, pero luego algo llamo mi atención, las sutiles auras que el libro dejaba notar aparentemente intentaban conectarse con su lector, el libro tonto creía que podría sacar algo de la chica cuando se trata de solo una mujer.
Mientras observaba la joven dejo caer el libro y hay fue donde se percato de mi presencia, me quede observándole un momento para luego darle una leve sonrisa, -Le dije que en ese libro no había nada para usted- pongo los libros de mi mano sobre la mesa y me acerco a tomar el otro -Ya le dije que solo es para rellenar el espacio y no hará nada con el- Coloco nuevamente el libro en su lugar *sientes de nuevo el susurro y al alejarlo de ti sientes como si te quitaran algo preciado* noto como el aura del libro continua intentando vincular a la chica, en serio que a veces me sorprendo de este tonto libro, -Mejor vea estos excelentes ejemplares que tengo aquí- pongo el par de libros frente a ella, uno de costura y otro de floristería -Estos dos le van a gustar- le comento mientras la miro sonriente.
Deje a la chica un momento a solas para buscar la caja y luego recordé que estaba el libro hay, pero claro ese libro no tenia nada para ella, la pluma usada es tan especial que solo unos ojos entrenados para verlos podrían leerlos, pero esta chica no era mas que una curiosa que seguro se escapo de su marido y se metió aquí para despistarlo seguro, se aprovecha que el lugar esta algo solitario, bueno no debo preocuparme mucho, si alguien se atreve a llevárselo se llevara algunas sorpresas si no sabe como usarlo, pero bueno eso no es lo importante, lo importante es vender que necesito el dinero para todo lo que planeo hacer.
*Cuando tomas el libro este se siente algo pesado, mas de lo que debería pero puedes cargarlo, sus paginas blancas e impecables, todo el libro bajo su portada esta como nuevo, cada pagina que pasas es pesada, mientras tienes el libro en las manos justamente en los momentos en los que las letras son algo visibles también logras escuchar unos leves susurros que al principio se confunden por lo suaves que son pero los notas, fugaces y tampoco se entienden como sucede con las letras*
Levanto un par de cajas hasta que logro encontrar la que buscaba, la arrastro del suelo y la abro para percatarme de lo que era la correcta, dentro habían varios objetos que tuve que sacar y al final efectivamente estaban los libros. Me levanto con el par de libros en la mano y salgo para mostrárselos a la joven, cuando estoy a punto de hablarle noto que esta esta ojeando el libro, una media sonrisa en mi rostro me quedo observándole, estaba tan concentrada en lo que hacia que no se percato de que yo la veía, pero luego algo llamo mi atención, las sutiles auras que el libro dejaba notar aparentemente intentaban conectarse con su lector, el libro tonto creía que podría sacar algo de la chica cuando se trata de solo una mujer.
Mientras observaba la joven dejo caer el libro y hay fue donde se percato de mi presencia, me quede observándole un momento para luego darle una leve sonrisa, -Le dije que en ese libro no había nada para usted- pongo los libros de mi mano sobre la mesa y me acerco a tomar el otro -Ya le dije que solo es para rellenar el espacio y no hará nada con el- Coloco nuevamente el libro en su lugar *sientes de nuevo el susurro y al alejarlo de ti sientes como si te quitaran algo preciado* noto como el aura del libro continua intentando vincular a la chica, en serio que a veces me sorprendo de este tonto libro, -Mejor vea estos excelentes ejemplares que tengo aquí- pongo el par de libros frente a ella, uno de costura y otro de floristería -Estos dos le van a gustar- le comento mientras la miro sonriente.
Bard Blase- Hechicero Clase Baja
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Re: Encuentros determinantes[Brad Blase]
La joven se encontraba aturdida, pero sentía la necesidad de seguir observando algo. Estaba cada vez más convencida de que en ese libro había algo. Lo que había visto y escuchado no se lo había imaginado, de eso estaba segura. Miró de nuevo al hombre y siguió la mano que alejaba al libro. Su rostro reflejó una mueca de disgusto, sutil, ya que seguía guardando las forma. Decidió centrarse y hacer caso omiso al libro. "No hay nada." Le repetía la parte racional, pero incluso esa zona sabía que no había imaginado nada... ¿Entonces qué? Se mordió el labio de forma nerviosa.
Y movió sus ojos hasta el libro que le estaba enseñando el dependiente. Pero seguía pensando en las palabras que iban y venían, en los susurros incomprensibles pero reales... Probablemente ese libro fuese lo más interesante que había en la tienda... siempre había sido una chica paciente, pero la curiosidad y la forma de tratarla de ese hombre hicieron que se olvidase un poco de esa virtud. Leara no soportaba la costura, era el peor "entretenimiento" del mundo. Era lenta, agobiante y el mero hecho de que se considerase un deber y una forma de divertimiento para las mujeres hacía que la mujer sintiese más repulsión hacia esa actividad. La paciencia de Lear estaba hecha para las personas no para las agujas y el hilo. "Flores." Dijo su mente. Le gustaban las flores, pero para qué iba a querer ella un libro de floristería. Era absurdo.
-Disculpe.- Dijo en un tono neutral. Sabía que si su padre o alguno de sus hermanos hubiesen estado allí con ella, la habrían detenido de inmediato. También era consciente de que no había nadie así que, decidió hablar y dejar algunas cosas claras.- No sé qué tipo de mujer se creerá que soy. Pero desde luego no soy como ninguna de sus clientas estúpidas y consentidas que se conforman con cocinar y esperar a que llegue el primer hombre que pase por la puerta para desposarla, así que déjese de menesteres culinarios y de maridos, por favor. Ese libro.- Dijo mirando al objeto de su curiosidad.- Tiene algo, lo sé, lo he visto y lo he escuchado. No sé el qué, pero no es un simple libro de adorno.- Las palabras salían lentamente, para hacerse entender, con una entonación normal y sin elevar el tono de voz. De forma suave, como había estado hablando todo el tiempo.
Si era cierto que no le servía de nada, no entendía el recelo en guardarlo, apartarlo y evitar venderlo. Se supone que la gente en los comercios tiene cosas para vender, ¿No? Leara no dejaba de preguntarse, qué interés tenía el hombre en guardar un libro que según el solo hacía bulto. Si era de su agrado preguntar por él o comprarlo, era problema suyo. Si decidía gastarse el dinero en un libro de páginas en blanco que no tenía la menor importancia para el dependiente... "¿Qué problema hay? Él se deshace de un libro que no le sirve de nada y además gana dinero..."
-Si es un libro que no le sirve a usted de nada, se lo compro.- Continuó diciendo la mujer-. El dinero le servirá más que ese libro, ¿No?- Hizo una pequeña pausa.- A no ser que realmente haya algo en ese libro y tenga algo de especial...- Dijo mirando de forma atenta al hombre. No quería dejar escapar ni el más mínimo gesto que pudiese delatar cualquier mentira que pudiese decirle.
Se había olvidado completamente del otro libro que tenía pensado llevarse, en ese momento le daban igual los demás libros, quería saber más de ese ejemplar. Se estaba comenzando a replantear muchas cosas, podría ser cierto que sus conocidas del te, tuviesen razón y fuese una tienda de magia... ¿Era eso acaso posible? Seguramente el concepto de magia que ellas pensaban y el que ella por lo que estaba viviendo y tenía leído elucubraba distaba mucho, pero la pregunta sobre la posibilidad real de que la magia existiese, realmente como tal la aturdía. Porque, siendo así, qué otras que aparecen en los libros y se toman como fantasiosas podrían existir, qué miembros de la sociedad estaban enterados de la existencia de este hecho, para qué serviría, sería como en los cuentos o en las representaciones teatrales o tendría algún grado de riesgo, era una magia entendida como ciencia o eran dos polos opuestos...
Las preguntas se arremolinaban en su mente, también cabían dos posibilidades más, que ella apenas contemplaba: que hubiese sido realmente producto de su imaginación, y que fuese algún tipo de libro escrito de tal manera que solo se pudiese descubrir su tinta sometiéndola a algún tipo de reacción química. Tanto la primera posibilidad de la magia, como la tercera de la reacción química llamaban enormemente la atención y curiosidad de la joven.
Y movió sus ojos hasta el libro que le estaba enseñando el dependiente. Pero seguía pensando en las palabras que iban y venían, en los susurros incomprensibles pero reales... Probablemente ese libro fuese lo más interesante que había en la tienda... siempre había sido una chica paciente, pero la curiosidad y la forma de tratarla de ese hombre hicieron que se olvidase un poco de esa virtud. Leara no soportaba la costura, era el peor "entretenimiento" del mundo. Era lenta, agobiante y el mero hecho de que se considerase un deber y una forma de divertimiento para las mujeres hacía que la mujer sintiese más repulsión hacia esa actividad. La paciencia de Lear estaba hecha para las personas no para las agujas y el hilo. "Flores." Dijo su mente. Le gustaban las flores, pero para qué iba a querer ella un libro de floristería. Era absurdo.
-Disculpe.- Dijo en un tono neutral. Sabía que si su padre o alguno de sus hermanos hubiesen estado allí con ella, la habrían detenido de inmediato. También era consciente de que no había nadie así que, decidió hablar y dejar algunas cosas claras.- No sé qué tipo de mujer se creerá que soy. Pero desde luego no soy como ninguna de sus clientas estúpidas y consentidas que se conforman con cocinar y esperar a que llegue el primer hombre que pase por la puerta para desposarla, así que déjese de menesteres culinarios y de maridos, por favor. Ese libro.- Dijo mirando al objeto de su curiosidad.- Tiene algo, lo sé, lo he visto y lo he escuchado. No sé el qué, pero no es un simple libro de adorno.- Las palabras salían lentamente, para hacerse entender, con una entonación normal y sin elevar el tono de voz. De forma suave, como había estado hablando todo el tiempo.
Si era cierto que no le servía de nada, no entendía el recelo en guardarlo, apartarlo y evitar venderlo. Se supone que la gente en los comercios tiene cosas para vender, ¿No? Leara no dejaba de preguntarse, qué interés tenía el hombre en guardar un libro que según el solo hacía bulto. Si era de su agrado preguntar por él o comprarlo, era problema suyo. Si decidía gastarse el dinero en un libro de páginas en blanco que no tenía la menor importancia para el dependiente... "¿Qué problema hay? Él se deshace de un libro que no le sirve de nada y además gana dinero..."
-Si es un libro que no le sirve a usted de nada, se lo compro.- Continuó diciendo la mujer-. El dinero le servirá más que ese libro, ¿No?- Hizo una pequeña pausa.- A no ser que realmente haya algo en ese libro y tenga algo de especial...- Dijo mirando de forma atenta al hombre. No quería dejar escapar ni el más mínimo gesto que pudiese delatar cualquier mentira que pudiese decirle.
Se había olvidado completamente del otro libro que tenía pensado llevarse, en ese momento le daban igual los demás libros, quería saber más de ese ejemplar. Se estaba comenzando a replantear muchas cosas, podría ser cierto que sus conocidas del te, tuviesen razón y fuese una tienda de magia... ¿Era eso acaso posible? Seguramente el concepto de magia que ellas pensaban y el que ella por lo que estaba viviendo y tenía leído elucubraba distaba mucho, pero la pregunta sobre la posibilidad real de que la magia existiese, realmente como tal la aturdía. Porque, siendo así, qué otras que aparecen en los libros y se toman como fantasiosas podrían existir, qué miembros de la sociedad estaban enterados de la existencia de este hecho, para qué serviría, sería como en los cuentos o en las representaciones teatrales o tendría algún grado de riesgo, era una magia entendida como ciencia o eran dos polos opuestos...
Las preguntas se arremolinaban en su mente, también cabían dos posibilidades más, que ella apenas contemplaba: que hubiese sido realmente producto de su imaginación, y que fuese algún tipo de libro escrito de tal manera que solo se pudiese descubrir su tinta sometiéndola a algún tipo de reacción química. Tanto la primera posibilidad de la magia, como la tercera de la reacción química llamaban enormemente la atención y curiosidad de la joven.
Leara Dupuis- Humano Clase Alta
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Re: Encuentros determinantes[Brad Blase]
Me mantuve pendiente a la reacción de la chica al momento en el que ella observaba los libros, por la cara que tenia no pareció llamarle la atención el de costura, no era tampoco algo muy llamativo, el libro era un simple instructivo, seguramente una chica como ella ya tendría conocimientos de esto asi que no le seria tan útil, -Al mostrador- dije tomando el libro y esperando que este si le llamara la atención pero nuevamente no le interesaba, su rostro ahora mostraba cierto descontento, tampoco era tan malo, en este libro se mostraban muchas flores y técnicas para cultivarlas, esto es algo que perfectamente podría hacer en su casa -Un hermoso libro- insistí un poco pero sin éxito, tome el libro y de nuevo lo coloque a un lado notando a la chica con una aptitud extraña.
La chica entonces comenzó a hablar en una forma un tanto distante, reclamaba que ella no era una mujer con marido, mire entonces y me percate que efectivamente no tenia anillo en su mano, la mayoría de mujeres siempre se sienten atraídas por la idea de casarse y tener una familia, pero esta aparentemente no era de ese tipo, por el tono en el que hablaba y la forma en que lo hacia se notaba que los comentarios no le agradaban, no es mi culpa haberme topado con la chica que esta fuera del molde -Oh disculpe si mis comentarios le ofendieron- trate de mantener una sonrisa ante todo pero sus palabras igual no eran las mas agradables -No pensé que le incomodaría, algunas chicas me han preguntado por este tipo de cosas y por eso las adquirí recientemente- continué tomando los libros -Pero la entiendo, tal vez tenga algo mas por aquí que le interese y no sea de el estilo hogareño que no le gusta- conteste organizando los libros.
-¿Este libro?- la joven seguía haciendo mención sobre el libro, cada ves con mas interés, ¿sera posible que el libro hizo un vinculo con la chica? Escuche luego lo mas importante, aparentemente la chica había sentido algo con el libro, sus intentos no fueron tan fallidos, -No entiendo porque tanta insistencia con el- lo tomo y lo pongo frente a la chica -No tiene nada, seguro se lo esta imaginando todo, mire como no pasa absolutamente nada- Empiezo a pasar las paginas una tras otra mostrándolas en blanco, luego con mi dedo pulgar las paso bastante mas rápido cerca de ti para que las puedas ver todas *El oír de sus paginas pasar te hace sentir bien, cuando las paginas pasan rápido se genera una pequeña brisa que te hace disfrutar* -Es un simple libro en blanco- noto entonces como cada ves los pequeños trazos de las aura de la chica y el libro se van acercando mas, es decir que se esta haciendo mas fuerte, ella no te va a comprar, luego de esto la chica dice que lo quiere comprar, mas sorpresas por parte de esta chica -¿Comprarlo? Pero si ya le mostré que es solo un libro en blanco- lo alejo un poco de la chica, parece que el libro a estado mucho tiempo sin alguien que le de uso y anda desesperado, *nuevamente el alejar el libro no se siente grato* de una u otra manera lo voy a detener, luego cuando este a solas reprimiré su poder para que no siga intentando esto, -No quiero venderle un libro para que luego me vengan diciendo que en mi establecimiento estafo a la gente, que vendo libros en blanco, luego dirán que vendo botellas vacías y no se que otras cosas, no no eso no me conviene- comente tomando el libro y apartándome un poco de la chica para llevarlo al mostrador -Ademas ahora que usted lo dice tiene razón, debería usarlo para algo, ya se, guardare los apuntes del inventario en el y así valdrá su precio- dije intentando desviar la atención y buscando una salida del inconveniente.
La chica entonces comenzó a hablar en una forma un tanto distante, reclamaba que ella no era una mujer con marido, mire entonces y me percate que efectivamente no tenia anillo en su mano, la mayoría de mujeres siempre se sienten atraídas por la idea de casarse y tener una familia, pero esta aparentemente no era de ese tipo, por el tono en el que hablaba y la forma en que lo hacia se notaba que los comentarios no le agradaban, no es mi culpa haberme topado con la chica que esta fuera del molde -Oh disculpe si mis comentarios le ofendieron- trate de mantener una sonrisa ante todo pero sus palabras igual no eran las mas agradables -No pensé que le incomodaría, algunas chicas me han preguntado por este tipo de cosas y por eso las adquirí recientemente- continué tomando los libros -Pero la entiendo, tal vez tenga algo mas por aquí que le interese y no sea de el estilo hogareño que no le gusta- conteste organizando los libros.
-¿Este libro?- la joven seguía haciendo mención sobre el libro, cada ves con mas interés, ¿sera posible que el libro hizo un vinculo con la chica? Escuche luego lo mas importante, aparentemente la chica había sentido algo con el libro, sus intentos no fueron tan fallidos, -No entiendo porque tanta insistencia con el- lo tomo y lo pongo frente a la chica -No tiene nada, seguro se lo esta imaginando todo, mire como no pasa absolutamente nada- Empiezo a pasar las paginas una tras otra mostrándolas en blanco, luego con mi dedo pulgar las paso bastante mas rápido cerca de ti para que las puedas ver todas *El oír de sus paginas pasar te hace sentir bien, cuando las paginas pasan rápido se genera una pequeña brisa que te hace disfrutar* -Es un simple libro en blanco- noto entonces como cada ves los pequeños trazos de las aura de la chica y el libro se van acercando mas, es decir que se esta haciendo mas fuerte, ella no te va a comprar, luego de esto la chica dice que lo quiere comprar, mas sorpresas por parte de esta chica -¿Comprarlo? Pero si ya le mostré que es solo un libro en blanco- lo alejo un poco de la chica, parece que el libro a estado mucho tiempo sin alguien que le de uso y anda desesperado, *nuevamente el alejar el libro no se siente grato* de una u otra manera lo voy a detener, luego cuando este a solas reprimiré su poder para que no siga intentando esto, -No quiero venderle un libro para que luego me vengan diciendo que en mi establecimiento estafo a la gente, que vendo libros en blanco, luego dirán que vendo botellas vacías y no se que otras cosas, no no eso no me conviene- comente tomando el libro y apartándome un poco de la chica para llevarlo al mostrador -Ademas ahora que usted lo dice tiene razón, debería usarlo para algo, ya se, guardare los apuntes del inventario en el y así valdrá su precio- dije intentando desviar la atención y buscando una salida del inconveniente.
Bard Blase- Hechicero Clase Baja
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Re: Encuentros determinantes[Brad Blase]
La sensación de incomodidad la hacía hablar sin pensar y el libro ocupaba cada rincón de su mente, o al menos casi toda. Una parte de su cerebro se preguntaba una y otra vez qué estaba sucediendo, si por esa pequeña parte hubiese sido, la mujer ya estaría fuera de la tienda, calle abajo comprando cualquier cosa sin sentido para recobrar la normalidad. Pero no era así, había algo más que simple curiosidad en la necesidad que sentía hacía el libro y se terminó percantando de ello, aunque eso no solucionaba para nada su problema.
Le pareció extraño que no le montara una escena sobre lo que debía aspirar o no una chica como ella y eso hizo que se relajase, el hombre también era un tanto curioso, al menos aparentemente, porque también podía ser que no quisiese incomodar a una cliente. Dejó de pensar en el hombre que la atendía y se volvió a centrar en el libro. De nuevo se le ofrecía la oportunidad de ver más objetos o libros que pudiesen encajar con lo que fuese que estuviese buscando. Le apetecía sí, pero quería seguir ojeando el libro sin título, después otros libros estarían bien, pero en ese momento, solo sentía la necesidad de ese libro que con tanto esmero el dependiente intentaba hacer pasar por uno más de los que tenía en la tienda.
Al final resultaba que sí podría haber ago en aquel lugar que llamase la atención de la señorita Dupuis, había ido pensando qe encontraría una tienda que decía vender remadios, magia y demás inventos solo para atraer a supersticiosos, niñas aburridas y personas que, por el motivo que fuese creían en esas cosas de forma real. Su intención era la de ir y poder comprobar que, como solía pasar, las demas mujeres exageraban. Pero se había olvidado de todo eso, había encontrado que llama su atención, captaba su curiosidad y sobre todo la atraía, el libro. No se planteaba que pudiese ser cosa de magia, de algún tipo de encantamiento... Simplemente lo achacaba a su curiosidad, demasaida incluso para la que solía tener, pero qué otra si no, podría ser.
Desde bien pequeña había merodeado por la enorme biblioteca de la casa, desde que aprendió a leer casi había vivido en ese lugar, le gustaba escuchar las hojas pasar, el tacto de las páginas, el olor que desprendían muchos de los libros... Ese libro era exactamente igual, solo que con una sensación más elevada. El hecho de que la alejasen de aquel lugar y de todos los libros sobre conocimientos y ciencia que eran interesantes no impidieron que ella por su cuenta no se las apañase para seguir con su pasión. Alejaba el libro y hacía el ademán de querer llevarlo a la trastienda. "No le estoy diciendo que se lo pago y todo." Achacó su mente, no entendía por qué motivo no se lo quería vender si además era ella la que lo estaba pidiendo. Eran muchas cosas y por algún motivo se sentía algo agotada, pero no dejaba que se notase en su rostro, palabras o gestos, no era el típico cansancio del día a día... No sabía todavía cómo expresar o qué nombre poner a lo que sentía.
Desde luego que no podía dejarle hacer eso, Leara no quería dejar que aquel hombre guardase nada dentro del libro, no lo veía correcto ni coherente, además si se le ocurría escribir encima de las páginas en blanco, seguramente dificultaría todavía más el hecho de leer o entender las letras que de vez en cuando se podían intuir en sus páginas. Ellas las había visto y además había escuchado algo, lo sabía. No se lo estaba imaginando. Aunque, ¿Realmente sería capaz el dependiente de hacer algo así? De nuevo la duda de si sabía lo que tenía entre manos o no. Si lo sabía seguramente sabría qué hay dentro, porque es tan difícil distinguir las letras y quién es el escritor o cuándo fue escrito. Si no lo sabía, siempre podía seguir ofreciendo dinero por él, o de alguna forma tarde o temprano terminaría vendiéndoselo... Se suponía.
-Ponga un precio y le daré más de lo que vale- Dijo. Era casi el último recurso que le quedaba para hacerse con el libro.- Sé que no está del todo en blanco, es difícil de ver, pero a veces se pueden ver algunas letras, solo hay que fijarse con atención.- Dijo, para darle a entender al dependiente que a lo mejor él no se había dado cuenta de ese pequeño detalle.
Leara además de la extraña atracción que sentía hacía el libro, tenía curiosidad. Se imaginaba en su cuarto, pasando largas noches y tardes esforzándose por ver una letra e ir poco a poco transcribiendo lo que el tiempo o la tinta utilizada por el autor no dejaban ver de forma sencilla y habitual.
"A todo esto..." Pensó cuando se mente se vio un poco menos embotada y aturdida por todo lo que sucedía, "¿Qué hora será?" Era extraño, no sentía que el tiempo se hubiese pasada rápido como cuando disfrutaba haciendo algo, pero tampoco sele había hecho tedioso, como cuando tiene que sorportar largas hora de conversación insulsa y aburrida. Sentía como si no hubiese pasado el tiempo, era una sensación extraña. Agradeció no haber quedado con su padre, hermanos o cuñadas para comer o pasar la tarde, así no llegaría tarde a ningún sitio, o temprano o a tiempo. No tenía ni idea de la hora ni el momento del día en el que se encontraba, eso era algo extraño para ella.
Le pareció extraño que no le montara una escena sobre lo que debía aspirar o no una chica como ella y eso hizo que se relajase, el hombre también era un tanto curioso, al menos aparentemente, porque también podía ser que no quisiese incomodar a una cliente. Dejó de pensar en el hombre que la atendía y se volvió a centrar en el libro. De nuevo se le ofrecía la oportunidad de ver más objetos o libros que pudiesen encajar con lo que fuese que estuviese buscando. Le apetecía sí, pero quería seguir ojeando el libro sin título, después otros libros estarían bien, pero en ese momento, solo sentía la necesidad de ese libro que con tanto esmero el dependiente intentaba hacer pasar por uno más de los que tenía en la tienda.
Al final resultaba que sí podría haber ago en aquel lugar que llamase la atención de la señorita Dupuis, había ido pensando qe encontraría una tienda que decía vender remadios, magia y demás inventos solo para atraer a supersticiosos, niñas aburridas y personas que, por el motivo que fuese creían en esas cosas de forma real. Su intención era la de ir y poder comprobar que, como solía pasar, las demas mujeres exageraban. Pero se había olvidado de todo eso, había encontrado que llama su atención, captaba su curiosidad y sobre todo la atraía, el libro. No se planteaba que pudiese ser cosa de magia, de algún tipo de encantamiento... Simplemente lo achacaba a su curiosidad, demasaida incluso para la que solía tener, pero qué otra si no, podría ser.
Desde bien pequeña había merodeado por la enorme biblioteca de la casa, desde que aprendió a leer casi había vivido en ese lugar, le gustaba escuchar las hojas pasar, el tacto de las páginas, el olor que desprendían muchos de los libros... Ese libro era exactamente igual, solo que con una sensación más elevada. El hecho de que la alejasen de aquel lugar y de todos los libros sobre conocimientos y ciencia que eran interesantes no impidieron que ella por su cuenta no se las apañase para seguir con su pasión. Alejaba el libro y hacía el ademán de querer llevarlo a la trastienda. "No le estoy diciendo que se lo pago y todo." Achacó su mente, no entendía por qué motivo no se lo quería vender si además era ella la que lo estaba pidiendo. Eran muchas cosas y por algún motivo se sentía algo agotada, pero no dejaba que se notase en su rostro, palabras o gestos, no era el típico cansancio del día a día... No sabía todavía cómo expresar o qué nombre poner a lo que sentía.
Desde luego que no podía dejarle hacer eso, Leara no quería dejar que aquel hombre guardase nada dentro del libro, no lo veía correcto ni coherente, además si se le ocurría escribir encima de las páginas en blanco, seguramente dificultaría todavía más el hecho de leer o entender las letras que de vez en cuando se podían intuir en sus páginas. Ellas las había visto y además había escuchado algo, lo sabía. No se lo estaba imaginando. Aunque, ¿Realmente sería capaz el dependiente de hacer algo así? De nuevo la duda de si sabía lo que tenía entre manos o no. Si lo sabía seguramente sabría qué hay dentro, porque es tan difícil distinguir las letras y quién es el escritor o cuándo fue escrito. Si no lo sabía, siempre podía seguir ofreciendo dinero por él, o de alguna forma tarde o temprano terminaría vendiéndoselo... Se suponía.
-Ponga un precio y le daré más de lo que vale- Dijo. Era casi el último recurso que le quedaba para hacerse con el libro.- Sé que no está del todo en blanco, es difícil de ver, pero a veces se pueden ver algunas letras, solo hay que fijarse con atención.- Dijo, para darle a entender al dependiente que a lo mejor él no se había dado cuenta de ese pequeño detalle.
Leara además de la extraña atracción que sentía hacía el libro, tenía curiosidad. Se imaginaba en su cuarto, pasando largas noches y tardes esforzándose por ver una letra e ir poco a poco transcribiendo lo que el tiempo o la tinta utilizada por el autor no dejaban ver de forma sencilla y habitual.
"A todo esto..." Pensó cuando se mente se vio un poco menos embotada y aturdida por todo lo que sucedía, "¿Qué hora será?" Era extraño, no sentía que el tiempo se hubiese pasada rápido como cuando disfrutaba haciendo algo, pero tampoco sele había hecho tedioso, como cuando tiene que sorportar largas hora de conversación insulsa y aburrida. Sentía como si no hubiese pasado el tiempo, era una sensación extraña. Agradeció no haber quedado con su padre, hermanos o cuñadas para comer o pasar la tarde, así no llegaría tarde a ningún sitio, o temprano o a tiempo. No tenía ni idea de la hora ni el momento del día en el que se encontraba, eso era algo extraño para ella.
Leara Dupuis- Humano Clase Alta
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Re: Encuentros determinantes[Brad Blase]
¿Sigue insistiendo con el libro? Parece que la chica va a seguir con el tema, yo esperaba dejarlo de lado pero no sera posible esta ves, sobre todo notando la hora, ya debería estar cerrado pero me distraje entre buscar las cosas organizar y ademas la chica vino para completar el paquete, volver a mover, buscar, abrir cerrar, entrar y salir, es verdad que este era el trabajo y debía acostumbrarme pero igual ya me quiero ir, sobre todo después que los últimos días ha sido igual de tarde, ademas de que tengo que salir de la ciudad para llegar a casa, es un largo y tedioso viaje que no es conveniente hacer solo.
Las cosas cada ves se van poniendo mas intensas en la tienda, es verdad que sabia que el libro tiene estas cualidades antes de colocarlo pero para esto se lleva mucho tiempo de observación y posesión del libro, pero con esta chica sucedió con tan solo mirarlo por un corto tiempo, no me imagine que lograría crearse una conexión tan rápidamente, la magia a veces tiene reacciones especiales que no se logran comprender tan fácilmente, ¿porque esta chica entro en conexión tan rápidamente con el libro? Si pudiera realizar un estudio seria excelente, lo malo es que necesitaría mas tiempo y por su puesto a la chica, podría ser útil la verdad pero solo es una ricachona, aunque pensándolo bien, eso me podría sentar bien, ¿pero que estoy diciendo? Es solo una chica, que si le digo algo seguro me trae problemas, aunque también menciono que no le gusta ser como todas las chicas, le estoy dando demasiadas vueltas al asunto.
Aunque aparentemente se vea calmada mis ojos pueden ver mas haya de lo que su rostro muestra, su aura estaba perturbada, claro, el libro intentaba crear la conexión y su esencia esta respondiendo a esto, un momento, pero claro, hay esta la explicación de todo, cuando el libro intenta hacer una conexión en una persona la propia mente y esencia de la persona rechaza este tipo de intromisión, por esto siempre se necesita mucho tiempo para que el libro logre superar las defensas de estas personas, incluso suelen rechazarlo cuando lo toman por mero impulso, pero en el caso de la chica no parece haber una defensa que traspasar, pero esto significa que ¿La chica de verdad quiere tener una conexión? Escucho inmediatamente la respuesta de la chica que aclara mis dudas, pues parece que si lo quiere y mucho, la pregunta es ¿Porque? -¿Que le atrae a usted tanto de este libro señorita?- le pregunte entonces para conocer un poco mas sus motivos -Usted dice sentir algo pero ¿No es esa una razón para alejarse se el en ves de acercarse?- tal vez decirle esto le dejara asumir algunas cosas pero tenia que saber la verdad, -¿A que a venido exactamente usted?- si mi idea es correcta ella quería el vinculo -¿Que es lo que busca?-.
Si es cierto que quiere el libro entonces es una buena oportunidad para sacar provecho de las cosas, doy una ojeada de arriba abajo, la verdad es que la chica no esta nada mal y ademas tiene dinero, algo bueno puedo sacar de ella, -Pero si usted de verdad quiere este libro déjeme decirle que entre mas lo quiera el coste se multiplica- le di una sonrisa sosteniendo el libro en mis manos -Y no hablo de dinero precisamente- le miro directamente a los ojos -El dinero es importante y me serviría pero un objeto de este tipo no puedo entregarlo por solo dinero, necesito algo que pueda compensar todo el esfuerzo en conseguirlo- me acerco a la chica y la miro de forma lasciva demostrando así mi interés físico sobre ella -No se ¿tiene algo mas interesante para ofrecerme?- dije a un paso de ella
Las cosas cada ves se van poniendo mas intensas en la tienda, es verdad que sabia que el libro tiene estas cualidades antes de colocarlo pero para esto se lleva mucho tiempo de observación y posesión del libro, pero con esta chica sucedió con tan solo mirarlo por un corto tiempo, no me imagine que lograría crearse una conexión tan rápidamente, la magia a veces tiene reacciones especiales que no se logran comprender tan fácilmente, ¿porque esta chica entro en conexión tan rápidamente con el libro? Si pudiera realizar un estudio seria excelente, lo malo es que necesitaría mas tiempo y por su puesto a la chica, podría ser útil la verdad pero solo es una ricachona, aunque pensándolo bien, eso me podría sentar bien, ¿pero que estoy diciendo? Es solo una chica, que si le digo algo seguro me trae problemas, aunque también menciono que no le gusta ser como todas las chicas, le estoy dando demasiadas vueltas al asunto.
Aunque aparentemente se vea calmada mis ojos pueden ver mas haya de lo que su rostro muestra, su aura estaba perturbada, claro, el libro intentaba crear la conexión y su esencia esta respondiendo a esto, un momento, pero claro, hay esta la explicación de todo, cuando el libro intenta hacer una conexión en una persona la propia mente y esencia de la persona rechaza este tipo de intromisión, por esto siempre se necesita mucho tiempo para que el libro logre superar las defensas de estas personas, incluso suelen rechazarlo cuando lo toman por mero impulso, pero en el caso de la chica no parece haber una defensa que traspasar, pero esto significa que ¿La chica de verdad quiere tener una conexión? Escucho inmediatamente la respuesta de la chica que aclara mis dudas, pues parece que si lo quiere y mucho, la pregunta es ¿Porque? -¿Que le atrae a usted tanto de este libro señorita?- le pregunte entonces para conocer un poco mas sus motivos -Usted dice sentir algo pero ¿No es esa una razón para alejarse se el en ves de acercarse?- tal vez decirle esto le dejara asumir algunas cosas pero tenia que saber la verdad, -¿A que a venido exactamente usted?- si mi idea es correcta ella quería el vinculo -¿Que es lo que busca?-.
Si es cierto que quiere el libro entonces es una buena oportunidad para sacar provecho de las cosas, doy una ojeada de arriba abajo, la verdad es que la chica no esta nada mal y ademas tiene dinero, algo bueno puedo sacar de ella, -Pero si usted de verdad quiere este libro déjeme decirle que entre mas lo quiera el coste se multiplica- le di una sonrisa sosteniendo el libro en mis manos -Y no hablo de dinero precisamente- le miro directamente a los ojos -El dinero es importante y me serviría pero un objeto de este tipo no puedo entregarlo por solo dinero, necesito algo que pueda compensar todo el esfuerzo en conseguirlo- me acerco a la chica y la miro de forma lasciva demostrando así mi interés físico sobre ella -No se ¿tiene algo mas interesante para ofrecerme?- dije a un paso de ella
Bard Blase- Hechicero Clase Baja
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