En la observación se encuentra el conocimiento. [Soren]

por Invitado Jue Jun 24, 2010 7:18 am

Había muchos sitios que frecuentaba en sus salidas nocturnas. Y había escogido muy bien venir a París, ya no solo por esa serie de movimientos o actividad que parecía estar dándose en lo que se consideraba la capital del amor, sino por el hecho de poder dar clases nocturnas, como la que acaba de dar. Explicar la filosofía a personas cuya capacidad de integración no es tan elevada como la de uno mismo es complicado, mucho, el tener que rebajar la complejidad de mente, su magnitud, a algo más simple y fácil de entender era un proceso que requería esfuerzo y concentración.

Sin embargo lo conseguía, y el dinero que cobraba bien lo merecía. Ser docente era una de esas actividades que lograban satisfacer su afán de "vivir"; por llamarlo de alguna forma. Había terminado hace un par de horas y ya había cazado a un ladrón de poca monta , uno de tantos a los que le sigue la pista y que forman parte de su cadena alimenticia... Y es que no osaría alimentarse hasta la muerte de uno de sus estudiantes, por ejemplo, o de una de esas personas que tienen una vida por delante. ¿Quién es él para juzgar a otros? Nadie, pero necesitaba alimentarse y si tenía que ser de alguien que no hacía nada más aparte del mal, que así fuese.

Recostado sobre un árbol del patio interior, un antiguo roble de siglos de antiguedad, probablemente más que él, o por un estilo, sus ojos contemplan el vasto cielo nocturno cubierto de estrellas. La Luna parece haberse escondido para jugar con el universo al gato y al ratón, y la oscuridad, siempre eterna y presente, parece envolver la zona con sus fríos y opresivos brazos, unos a los que él ya se ha acostumbrado, teniéndolos como una segunda madre, una cobertura... Para él, la oscuridad es el Sol para cualquier humano. Un tenue suspiro escapa de sus labios, sibilino, centesimal e inexcrutable. La cantidad de pensamientos, de ideas, que baraja en apenas minutos es apabullante, y probablemente a otro le daría dolor de cabeza. Una de sus manos juguetea con el reloj de bolsillo, cuya cadena cuelga oscilando de forma natural y espontánea al compás del viento. La otra mece el césped, en continuos movimientos verticales.

Silencio, eso es lo que se apodera de él, de la zona y de la misma ciudad en esos momentos... Un silencio en el que Breccio, a diferencia de otros muchos...

Se siente vivo.

por **Soren Kaarkarogf** Jue Jun 24, 2010 7:01 pm

Aquella no había sido una buena clase. En general, estaba satisfecho con la calidad de sus clases, pero esa semana tenía mucho movimiento en la tienda con los nuevos barcos cargados de mercancía que llegaban al puerto desde los países bajos, no había tiempo para Baudelaire y Renoir, cuando se tenía que hacer el inventario de un montón de estatuillas gitanas, que según el vendedor estaban malditas y le traerían mala suerte por los próximos 10 años. A lo mejor la mala suerte ya había comenzado y quizás por eso, había tropezado con el borde de la mesa de su propio escritorio, tumbando los libros al suelo y quebrando el frasquito con tinta negra manchándolos.

Soren no sabía que era peor, si tener que reescribir los manuscritos o las risas indiscretas de los estudiantes. Si la rencarnación existía, en otra vida habría sido payaso en un circo, de eso estaba seguro. Haría réir a la gente y no tendría que avergonzarse por ello.

Caminó por los pasillos con frustración, esa noche no usaba el gabán, hacía calor. Sólo vestía un camiza de algodón blanco de mangas largas y un pantalón desgastado de color marrón. En su mano derecha traía un par de libros de poesía y tratados de arte, llenos de papelitos que separaban las páginas desordenadamente. Mientras atravesaba el pasillo buscando el patio interior, no pudo evitar escuchar la conversación de un par de jovencitas de no más de 20 años.

- ¿Haz visto al profesor nuevo? - Comentó una con expresión emocionada.
- ¿Di Napoli? siiiii, ¡es guapisimo! - Exclamó la otra dando un saltito digno de una novela rosa. - Me inscribí en la clase de filosofía sólo por verle -

Soren blanqueó los ojos, llevaba escuchando cosas como esa toda la semana, 'El profesor Di Napoli es demasiado sexy que las chicas no pueden ni siquiera concentrarse' había dicho un joven el lunes pasado en la cafetería interior, 'Las clases del profesor Di Napoli son tan buenas, que nadie se queda dormido' Había dicho otro. Di Napoli esto, Di Napoli aquello. Era curioso que no se hubieran encontrado aún, aunque bueno, la facultad de filosofía quedaba al otro lado del parque interno y él casi siempre salía corriendo luego de terminar clases para encargarse de la tienda. Aunque tenía a EunMi como ayuda, no le gustaba dejar en manos de otros su responsabilidad.

Se encontró pues, atravesando el patio interior y una figura llamó su atención, había un hombre recostado en un árbol, parecía disfrutar de la vista noctura. ¿Sería un estudiante? se preguntó, aunque no parecia tener la edad de uno, pero nunca se sabía, habían estudiantes de todas las edades, inclusive algunos parecían más viejos que él. Sin nada mejor que hacer y sin querer regresar para tener que organizar las 'literalmente' malditas estatuillas gitanas, Soren se encontró haciéndo algo que casi nunca hacía.

Socializando.

- Que locura con el tal Di Napoli - Comentó casualmente bordeando el árbol - Chicos y chicas mueren por él por igual - Agregó encogiéndose de hombros. - Si me descuido cancelarán mi clase y se pasarán todos a la suya - Meneó la cabeza.

(Off rol:
EDIT
- Edité un pedacito que me había faltado por copiar en el comienzo.
perdón se me fue la mano y me quedó larguisimo. Pero bueno, casi siempre me quedan largos los posts introductorios :/)

En la observación se encuentra el conocimiento. [Soren]

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Re: En la observación se encuentra el conocimiento. [Soren]