Entre las sombras de la oscuridad (Balthazar)

-Mal nacido!!!!!!- grito con todas sus fuerzas sin importar si el tipo alcanzaría a escucharla o no. Solo creía que al menos de ese modo liberaría un poco de su rabia, cuando el carruaje se detuvo por un camino oscuro y la obligaron a bajar, abandonándola a su suerte en ese lugar tan oscuro y solitario.

Se derrumbo dejándose caer sobre el suelo sin girarse a mirar nada a su alrededor se llevo las manos a su rostro presionando sus manos sobre sus ojos como si con eso las lágrimas que anunciaban su salida las pudiera detener. Tan solo pasaron unos segundo cuando unas gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas.

Con rapidez y brusquedad seco sus lagrimas pues si algo había aprendido de su hermana era a no ser débil y mucho menos a mostrar tal debilidad. Se levanto mirando a su alrededor y percatándose que la había dejado tirada en pleno bosque.

Comenzó a andar con pasos acelerados adentrando a cada paso entre la espesura del bosque con la esperanza de encontrar algún sitio donde resguardarse de los peligros de la noche no sería nada inteligente de su parte intentar volver a casa a estas horas de la noche.

Los sonidos de la noche se hacían más presentes a cada paso, los sonidos de los animales, el viento era como si susurra a su oído, como si en cualquier momento algo se la fuera a devorar.

Agotada pego su espalda contra el tronco de un árbol con el afán de recobrar un poco el aliento y poder continuar cuando un sonido muy diferente la alarmo, el crujir de la hojarasca al ser aplastada por unos firmes pasos. Se quedo atónita. Inmóvil, el miedo comenzaba a recorrer cada poro de su piel

Disfrutaba de la tranquila noche en la cual la luna iluminaba parte de la sala donde me encontraba. Me aproxime hacia un ventanal para poder observarla y admirar en todo su esplendor su belleza, no había duda de que muchas personas la envidiaban, tan hermosa firme e inalcanzable. Donde podía ser participe de todo lo que pasaba en el mundo, era testigo de todo cuanto alcanzaba su visión. Me quede un rato apoyado allí con mil cosas en la cabeza, sobretodo el silencio sepulcral que se había formado en torno a toda la casa. Como cada noche que andaba sin rumbo por los pasillos de la mansión. Me aleje de aquel cristalino ventanal para tomar un libro que solia mantener sobre el escritorio. Teniendo el ventanal tras de mi siendo asi mi compañera en la soledad que me envolvía. Me recosté sobre el mismo asiento donde me encontraba cerca de mi escritorio leyendo con lentitud cada palabra que plasmaba cada hoja, las cuales pasaba mientras me sumergía en la lectura sin percatarme de lo que pasaba a mi alrededor. De repente me apeteció una copa de sangre con lo cual me levante de mi asiento aproximándome a mi amplia biblioteca donde tras un compartimento secreto sirviéndome una copa de sangre. Volvi hasta mi asiento tomando a penas un sorbo que mojo mis labios de aquel liquido carmín dejando una mancha sobre ellos. Con lentitud pase mi lengua sobre ellos para dejarlos totalmente limpios. Me embarque de nuevo en el viaje de la amplia lectura que estaba teniendo.

Tome aire profundamente llenando asi mis pulmones expulsando lentamente por las fosas nasales. No me hacia falta el tomar el aire pero aun asi era un gesto involuntario que no podía evitar por mi cuerpo asi como el mismo parpadeo. Mi postura se volvió algo mas comoda que la de antes, dejándome deslizar por el asiento, a pesar de tener mi libro abierto no podía evitar que la mirada se me fuera atraves del ventanal mientras pensaba en varias partes de mi vida y como había cambiado. Todo era muy complejo ya que en menos de nada me había encontrado con mi esposa la cual pensaba que había fallecido como humana y ahora era como yo. Mi hija que permanecia lejos de casa sin saber bien su paradero y la extrañaba aunque seguramente estaba bien ya que se había ido a estudiar. Estaba concentrado en mis pensamientos que ni mirada se fijaba bien en lo que había atraves del ventanal, tenia tantas cosas que me gustaba de la noche, pero no me apetecia salir esa noche tenia la sensación de que estaría mejor en casa, no venia nada mal también estar completamente seguro de la necesidad de sangre, estaba saciado y no me apetecia morder a nadie sobretodo si planeaba pasarla con total tranquilidad y comodidad. Nunca viene mal pasar unos ratos solos y tener algo mas de intimidad sin los largos viajes y reuniones que tenia que soler ir solamente por cortesía, compromiso que mi titulo llevaba a cuestas. Muchas veces me invitaban a los bailes pomposos de donde mucha de las chicas estaba buscando ya el acompañante de su vida, un marido por asi decirlo. Era la forma que tenían muchas madres de encontrarle hombres a sus hijas y mas si era adinerado y entre mas dinero como poder le era mucho mejor para abarcar incluso el conseguir mantener a su familia y asi se aseguraban un buen por venir. En mi caso todos pensaban que era viudo pues mi mujer había fallecido supuestamente era lo que muchos pensaban aunque prefería mantenerlo en secreto a pesar de habérmela encontrado.

Pase lentamente mis dedos por mis labios con lentitud recordando de nuevo aquella noche en que la había encontrado totalmente desnuda y a punto de perecer con los primeros rayos de sol. Nuestra discursion que acabo mejor de lo que me había esperado, volviendo a sentir su piel bajo mis dedos y mis labios junto a los suyos. Volver a hacer el amor con ella era algo que no se podía explicar con palabras, hasta el propio aliento se me iba tras su piel, sensaciones que reaparecen con un tiempo que nadie sabria como seguiría después de ello. Quede apoyado en mi asiento con la copa en la mano tomando pequeños sorbos de aquel liquido carmín dulcemente delicioso. Tome mi caballo negro como la misma noche hasta llegar al bosque, cuando me adentraba cada vez en su espesura, contemple una silueta no muy lejano de alli. Deje el caballo algo alejado para no incomodarla, era un dulce aroma el que llegaba a mis fosas nasales. Cuando me acerque lo suficiente para que me viera me quede a una distancia prudencia.- Se encuentra bien Mademosielle?.- pregunte mientras retiraba mi abrigo y se lo ofrecia.- Que la ha traido por tan lejano lugar?.- me quede donde estaba esperando a que ella no sintiera miedo y acabara huyendo.

A pesar de que la voz masculina que se dejo escuchar era amable, pausada, tranquila y la evidente cordialidad que reflejaba su rostro y sus acciones ella permanecía inmóvil a excepción de sus parpados que de repente abrían y cerraban a la velocidad de un rayo. Hacía frío, si que hacía frío. Su cuerpo comenzaba a tiritar y ese abrigo que le ofrecía aquellos brazos extraños sin duda era la solución para al menos calmar ese frío que amenazaba con calarle hasta los huesos y justo hasta la medula. Después de largo rato estudiando al hombre y en vista de que no pensaba dar media vuelta e irse, continuaba observándola con cierta ternura en sus ojos, más le valía que fuera ternura y no compasión, esperando a por respuestas a sus preguntas asintió ligeramente con la cabeza indicándole con ello que se encontraba bien. Quiso decir que sentía miedo pero porque carambas algo como lo que esta noche le estaba sucediendo la iba a asustar, su pánico solamente había durado escasos segundos y eso ya había pasado no pensaba darle gusto a ese sentimiento de que se instalara en su interior, no señor.

- Estoy bien Monsieur no se preocupe – le respondía aún sin dar un paso hacía el frente. Sus dientes comenzaron a hacer cierto ruido al golpear los superiores con los inferiores - Condenado frío del demonio – pensó e intento mantener los labios apretados cosa que solo logro durante algunos segundos.

Total no tenía miedo, no pensaba dejar que nada le asustará además de que creía que todo en la vida estaba marcado por el destino y si en su destino estaba marcado que aquí en medio del bosque algo malo le sucediera pues lo recibiría con dignidad. Solo lamentaba no tener cerca a Reika. Reika fue su mayor impulso para que con determinación diera varios pasos acercándose al caballero quien cada vez la observaba con mayor curiosidad o preocupación tal vez. Estiro su brazo y cogió el pesado y fino abrigo que aún le ofrecía – gracias – dijo finalmente colocándoselo encima – es una noche muy fría o ¿será que en el bosque se siente más el frío? – pregunto dando vueltas a aquella pregunta que desearía no tener que responder al menos no todavía. Pero tampoco es que podía dejarlo sin una respuesta – me he perdido – opto por decir una mentira piadosa aunque estaba segura de que ese cuento no se creería ni aunque se lo dijera poniéndose de rodillas pero al menos mostraba educación, porque era pobre pero educada, al no dejarlo esperando a por una respuesta - ¿usted podría ayudarme a encontrar el camino de regreso? – se sintió como una tonta no era acaso lo que él ya estaba haciendo. No cualquiera ofrecía un abrigo tan fino a alguien que evidentemente era desconocida y encima era tan evidente su clase, muy inferior a la suya y tampoco nadie esperaría con tanta paciencia como había hecho él a recibir respuestas cualquier otro en su lugar de haber sido un insensible se da media vuelta y se va sin importarle que le sucedía y si hubiera sido alguien de muy malos y perversos sentimientos ahora estaría intentando abusar de ella para después matarla. En cambio quien tenía frente a ella mostraba una total bondad, había algo especial en su mirada y ante todo denotaba sinceridad.

Comenzó a frotarse las manos para conseguir un poco de calor con la fricción entre ellas. Fijo la vista en el hombre esperando a que le dijera algo, pues se mantenía tan callado, entrecerrando un ojo reacción de la impaciencia por que le hablará de nuevo. – Monsieur – lo llamo pasando una mano de un lado a otro una y otra vez frente a su rostro pues parecía como si de pronto su mente su hubiera ido a otro sitio olvidándose que ella estaba ahí frente a él.

No sabia que podia hacer una dama como ella en pleno bosque, habia sido demasiado asqueroso quien lo habia hecho pero aun asi eran capaces de cualquier cosa y lo estaban demostrando, ponerle los cuernos a sus parejas con señoritas que algunos podria decirles que eran sus nietas, ninguno de ellos se paraba a mirar tal cosa, otros con la escusa perfecta podian discriminar o pisotear mas a la gente que no tenia ni para comer, muchas veces no se daban cuenta de la suerte que tenian por la posicion que les toco vivir, algunos ni esa se merecias, estaba el mundo desequilibrado pero en ese momento que veia a la joven frente a mi cubrirse con mi abrigo y en una noche tan fria me hacia pararme a pensar si era victima de uno de los temas que habia pensado antes, preferia no meterme en el tema pero al menos saber que estaba bien y no incomodarla, a simple vista podia ver que estaba muy podria decirse que muy bien pero tenia que guardar las formas y respetar a la joven.

Apenas di unos pasos mas hasta encontrarme a su lado asegurandome de que no le hacia falta mas ropas estaba por mandar a alguien a por ellas en si a uno de mis empleados pero preferia quedarme a su lado para que estuviera comoda y no se asustara.- No os preocupeis os llevare de vuelta hacia vuestra casa, pero espero que perdone mi osadía pero antes me gustaria que viniera a mi casa por algo de ropa y abrigo.- sonrie ligeramente mientras sabia que no habia tantas horas de aqui a que saliera el sol y por esos lugares no habia nada a salvo y menos en la noche que podia salir cualquier ser y hacer algo. En los tiempos que corrian muy pocos sabian de la existencia de otros seres y si ahora mismo la dama que tenia frente a mi no lo sabia preferia que siguiera asi la cosa.

Mi mirada no podia evitar que se me fuera para los lados haciendo asi que me quedara con la atencion de que no habia nadie por alli, no habia nadie pero tampoco conocia la identidad de la joven.- Perdone no me he presentado me llamo Balthazar Ducreaux.- Tome su mano con suavidad para besar su dorso, deje que su mano se deslizara por la mia hasta que volvio a donde estaba, mi mirada se fijo en la suya.-Podras descansar en mi casa a menos hasta que salga el sol si deseas.- poco despues de eso le indique el camino viendo si queria seguirlo, sabia que hacia poco que nos conociamos pero no por ello tenia pensado hacerle algo, aunque me pare en un momento .- Tiene familia señorita?.- pregunto por saber si alguien la esperaba para mandarle una nota refiriendose donde estaba y como se encontraba. No la estaba obligando a nada en ese momento si queria podia llevarla hasta donde quisiera despues de todo no era cortes dejarla asi y mas despues de que seguramente le hubiera pasado algo desagradable.- Necesita ayuda?.- pregunte para saber si debia tomarla del brazo o sostenerla de la cintura en todo caso seria mejor que la llevara hacia mi casa para curarla y alli se encontrara en reposo lo suficiente para luego mandar a que la llevaran a casa.

Me aproxime a ella dejando que mi brazo la rodeara y en ese momento acabara por cerrar mejor el abrigo y que sintiera algo mas de calor.- Sera mejor que nos vayamos de aqui, no es seguro y hara que enferme por tanto frio.- Cuando se cerraba la noche era el peor momento porque de noche calida lo dudaba seria mejor que si deseaba volver en otro momento, no sabia bien como habia llegado ahi pero si que debia de ayudarla en ese momento ya lo demas se solucionaria poco a poco era algo delicado pero si lo averiguara y sabia que alguien le habia hecho algo seguramente me tomaria la justicia por mi mano, no lograba asimilar a ese tipo de personas como podian llamarse "humanos" si su mismo comportamiento no los definia como tal cosa.