Sombras en la oscuridad || Sophia

por **Mimi Drummond** Dom Jun 21, 2015 9:04 pm

El sabio es quien quiere
asomar su cabeza al cielo;
y el loco es quien quiere
meter el cielo en su cabeza.
-Chesterton-

Toda la mañana por aquellos bosques y zonas donde nadie habita o piensa que existiría alguna alma que pueda ayudar a alguien que lo necesite, quizás por eso es que todas las cosas malas ocurren en la lejanía, donde nadie pueda oír los gritos de súplicas de aquellos que su inocencia y locura son blancos fáciles de sitiadores.

Así se puede oír a lo lejos los pasos angustiados, corriendo mejor dicho, pisando las hojas secas y las ramas caídas hasta tropezar con una piedra alguien que deja el sonido de un cuerpo desplomándose a la tierra, los gritos de hombres y mujeres que buscan a aquella criatura ¿un cisne? ¿un monstruo? No, nada de ese se asemeja a la criatura de cabellos castaños y ojos claros que corre por su vida, con una mancha de sangre en su cabeza producto un golpe, sus manos llenas de tierra y sangre, su ropa algo rasgada por las tantas veces que tropezo de bruces o se enredó en ramas.

Agitada, casi sin aire, llega a un claro, un camino que le conduce por una senda, algunas casas están construidas y la joven asustada por ser encontrada y asesinada toca las puertas desesperada por encontrar una alma caritativa.

-Por favor ayuda, por lo que más quiera, alguien que me ayude-
Mimi, Mimi que niña para más tonta deja de correr y enfréntalo, como yo lo hice
-NO, déjame tu solo causas problemas-
Mirate Mimi, mira como luces, quien te va a ayudar

La risa que cree escuchar pero solo está en su cabeza, los problemas de su mente inquieta la llevo a ser persiguida por matar a un hombre, el mismo que quiso violarla y aquella que tomó nombre y personalidad como Beatriz lo acabó, ahora la joven bruja de nombre Mimi es perseguida por asesina, no es su culpa, no del todo, au así las lágrimas en su rostro la llevan a seguir golpeando puertas y más puertas, hasta que ve una casa, una pequeña cabaña humeando de la chimenea, corre a ella, corre tan rápido que nuevamente cae y esta vez la palma de su mano se abre en una cortada no tan profunda pero lo suficiente para dejar que la sangre brote, se levanta toda sucia para seguir corriendo hasta llegar y tocar la puerta con puños y patadas

-Por favor por favor, ayúdeme tenga piedad, abra la puerta se lo suplico, por caridad-

Su desesperación crecía aun más cuando veía a la causante de que la persigan para matar

-Vete déjame, no hagas más daño-
-burra crees que te dejaré si lo que quiero es tu corazón
-NO -

Con desgarro toca aquella puerta suplicando mientras la risa de maldad en que en su mente escucha como si fuera real, su voz se escucha en sus gritos pero no de la otra persona con la que se supone que está hablando, es su misma voz pero en su cabeza los cuales se reflejan sobre sus labios que se mueven por no emiten sonido solo hacen los gestos de las palabras, pero en la realidad solo está ella hablándose y mirándose y dos voces, la de ella consciente y la de la otra mujer inconsciente que es ella misma solo que en su mente parece otra.

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por **Sophia D'Luca** Vie Jun 26, 2015 9:43 am

Sombras en la oscuridad

Bosque

Mimi

Paris

UN refugio para el alma, eso era aquello, en la lejanía del bosque junto a algunas casas o cosas abandonadas había conformado una pequeña morada, para momentos como ese, momentos en los que uno perdía la cabeza, donde necesitaba de la soledad y tranquilidad total. Escapar a Paris para aquello era lo más satisfactoria que me ocurría, con la fiesta de cumpleaños pisándome los talones, mi servidumbre estaba vuelta un caos, yo no entendía mucho de aquellos eventos y solo decía sí o no según pareciese gustarme o no, había dejado expresado que vendría a Paris en busca de una máscara especial, una fabricada a mi medida, lo cierto era que solo necesitaba encontrarme con mi yo interior, con la fiera que corría por los campos, con la niña ingenua que trataba de sobrevivir diariamente yo Sophia simplemente eso.

Uno de mis sirvientes el más leal me acompaño, sabia de mis escapadas y por orden de mi antiguo esposo no me volvería a dejar sola nunca, me había resignado así que ahí estaba el preparando el desayuno aun cuando yo prefería salir a cazar algo, no me dejaba mucho espacio, pero si el necesario – Piero, ¿Creíste que había muerto? – le pregunte mientras ordenaba la mesa, aun bajo la mirada de él en desaprobación – Usted mi Lady, como reina no debería hacer eso yo soy el encargado de todo – Suspire de manera notoria haciendo notar mi malestar – No nací en cuna de oro, puedo hacer de todo y lo sabes – hice una pausa, mientras mi estomago comenzaba a gruñir – te hice una pregunta Piero, aguarde silencio completamente y me lo observe mientras traía los panecillos, huevos revueltos y una cantidad de comida que me parecía exagerada – Siempre la mantuve en la mira Signora, mantenemos una condición similar así que la estuve siguiendo y dándole su espacio, se aproxima el tiempo en donde tengo que entregarle una serie de respuestas – me levante con ímpetu, no entendía de que estaba hablando y justo cuando le iba a hablar la puerta de aquella morada sonó, algo apresurada.

Ágilmente abrí y vi a una joven que parecía perturbada, Piero abrió aun más la puerta y me hizo un gesto de negación – No – dije casi en unisón con las mismas palabras de aquella jovencita, me incline un poco y tome sus manos – ¿Ocurre algo? – Pregunte con lo más humilde que existía en mi corazón, mis instintos afloraron y mi piel se electrifico, felinos captadores de energías decían las creencias y aun cuando estaba en mi forma humana cosas de esa naturaleza me afectaban, algo había mal…

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por **Mimi Drummond** Jue Jul 02, 2015 11:21 pm

Aferrandose a las manos de su salvadora con unos ojos hambrientos por la protección del peligro, de ella misma. La voz en su cabeza no para de reírse, la puede ver junot a ella mofándose de su suerte, del mal que ha causado y que es obligada a pagar sin saber por qué, solo por compartir cuerpo. Cansada, de tanto correr busca el auxilio en aquellas manos que la sostienen unos minutos, trata de explicar pero su mirada va a todos lados tanto afuera por donde la siguen como adentro viendo la posibilidad de estar en un peligro mayor.

Su apariencia no es como la mujer que le atiende, más ella desgarbada, ensangrentada y sucia se arrodilla frente a la dama frente a ella, tomándole las telas del vestido en una súplica que se ve llena de lágrimas.

-Ya vienen, vienen por mí, por lo que ella hizo. Ella es mala y yo pago las consecuencias de sus actos. Por piedad ayúdeme, ellos vienen por ella pero me llevaran a mi porque se parece ella a mí y yo a ella-
Mimi ella no te va a ayudar, mírate y mirala a ella. Ella tiene clase y tu no
-La clase no importa, si…si…yo…yo se lo pido con la verdad me ayudará. Lo…Lo sé-
Mimi que tonta, deja de balbucear

Habla con aquella que ha causado todo el problema pero no está, aunque la joven la mira a su lado, sus labios se mueven ligeramente cuando habla la otra y ella se contesta en voz alta, la risa la oye en su cabeza atormentada.

Se aferra más a las piernas de la mujer justo cuando un hombre se acerca a ella para separarla. Las lágrimas corren con fuerza y siente en su corazón latir más a prisa porque teme el fin que le espera por culpa de aquella que solo Mimi puede ver, que solo ella puede oir y que solo ella conoce de su existencia.

-Se lo pido señora, no los deje acercarse a mi, no quiero más de eso se lo suplico. Ya vienen, vienen por mí, están cerca, los puedo oir con sus antorchas y picas, me quieren quemar-

Se desespera y no sabe qué hacer, parece un ratón asustado por verse acorralado de todos lados

-Todo esto es tu culpa, si tu no lo hubieras hecho-

Grita hacia un lado, dejando al hombre y a la mujer desconcertados por su actitud, una que hace que el mismo caballero resguarde a la dama de un posible ataque. La mirada escrudiñada que le lanza aquel hombre a la joven bruja es digna de un protector que cuidará a su señora de cualquier amenaza, y eso era lo que pensaba de ella, y no solo él si no todos los que se cruzaban con la desdichada alma que vaga por las calles sin rumbo y sola.

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por **Sophia D'Luca** Dom Sep 27, 2015 11:35 am

Sombras en la oscuridad

Bosque

Mimi

Paris

Sentí como Piero cambiaba de ánimo al ver mi reacción, ¿Acaso el no sabia de donde yo había salido? apreté mi mandíbula con fuerza y vi como la joven caía a mis pies necesitada de protección, sabia muy bien que era sentirse de aquella forma, yo tambien sentia aquello desde la muerte de Zarek… la necesidad de que alguien te proteja de verdad. Seguía sintiendo aquello en mi piel, los escalofríos de que ella no estaba bien, no estaba sola, mi corazón se disparó cuando sus balbuceos comenzaron y sentí como una punzada clavaba mi interior, Piero intentó alejarla y solo puse mi mano en su pecho - Dejala, esta atormentada - mi voz salió con seriedad y lo que más apretó mi corazón fueron las palabras de que venían por ella, mi afinidad por las brujas nacía en tiempos remotos y lo supe, en ese momento y una suave sonrisa se pintó en mi rostro, condenada por ella misma pensé al tiempo que Piero a mis oídos me decía que no era seguro, yo bien sabía lo que era bueno y malo para mi y en esta ocasión podría tal vez doblegar los pasos y entender… una vez un joven me ayudó cuando quitaron todo lo que me pertenecía, era tiempo de devolverle la mano al destino.

Me agache poniéndome a su altura y llevando mi mano a su barbilla - Todos tenemos un secreto que nos come por dentro, no conozco tu historia pero hay algo que nunca me falla mis instintos, se que dices la verdad… pero tambien se que lo que te atormenta no te dejara en paz - mi yo felino se agudizaba en momento como esos, donde la protección nacia y todo se aumentaba más, al mirarla a los ojos vi como la lucha interna la tenia de aquella manera - No te preocupes te protegeré, en todas mis formas - si por que como humana tenía poder, pero como animal era una verdadera fiera, si ella estaba acompañada de voces su voz notaría a lo que me refería, mi afin con el mundo espiritual, con el mundo mágico era la verdadera puerta al alma de cualquier ser - Donde las sombras en la oscuridad habita un alma… siempre hay un rayo de proteccion - termine por decir y ayudándole a entrar a mi morada que por fuera solamente tenía esa humildad característica por del lugar en su interior era algo que Piero había mandado acomodar… como me había dicho “Algo Digno para una Reina” suspire y mire a Piero haciendo una mueca. - Piero yo se que sientes lo mismo que yo… por favor ayúdame - Le dije, el con su condición de cambiante poseía los mismos instintos que los míos, y tenia fe que muy dentro su animal interno lo ayudaría a que todo saliera bien.

Tome una taza de té de la mesa y se la acerque a la joven - Mi nombre es Sophia… solo quiero pedirte una cosa… ayúdame a ayudarte - dije con cariño mientras llenaba mis pulmones de aire y le tendi la taza hacia ella - Somos extrañas con condiciones diferentes… se que tienes algo en tu interior… me lo dice mi alma, mi propia oscuridad… pero no te haré daño… lo prometo - si había algo que nunca rompía era eso una promesa, me senté a su lado Piero no nos quitaba los ojos de encima - Cuentame tu historia y te contaré la mía - podía ofrecer una buena conversación, un techo y protección incondicional, no era egoísta ni mucho menos ostentosa así que si ella me lo permitia haría lo que estuviera a mi favor para protegerla, de quien la siguiera y de ella misma.

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por **Mimi Drummond** Lun Nov 02, 2015 10:25 pm

Luchando contra su propia alma y voluntad que la aferraba arrastrándola a situaciones inhóspitas y peligrosas, pero que luego eran el eco de la mente perdida. Observó a la mujer con lágrimas en sus ojos porque aun tiempos como aquellos había un alma caritativa que le tenía la mano con aquella ternura y candidez que en su corta vida jamás había encontrado, no supo si aquello era real o si los campesinos la habían atrapado y ella estaba soñando con algo así.

Sus lágrimas corrían sin permiso alguno por aquel rostro sucio, sus mejillas tenían la clara evidencia de ello, su mano ensangrentada y ese rostro lastimado con sangre seca y algo fresca le hacía pensar que aquel golpe que recibió la dejó en un estado de ensueño y eso era producto de su mente imaginativa, se obligó a pellizcarse la herida que tenía para sentir la cruda realidad pero todo seguía igual y ello le hacía llorar más

-Ella es dulce y buena-
A mi no me agrada, tonta aléjate de ella te va a hacer daño
-¿Por qué? Pero si se ve buena no creo que me haga ningún mal-
Eres estúpida Mimi o qué, aléjate de esa mujer la odio con todo mi ser

Sus ojos no podían creer pero estaba decidida a no hacer caso aquella voz en su cabeza que le hablaba a su oído lentamente con el tono de la furia, al menos haría algo que cristianamente sería aceptable, pagar el acto que ha recibido.

Tomó aquella taza tomando un poco para calmarse, estaba tibio y le gustaba el aroma mentolado con toques de semillas de girasol y hierbas, una sonrisa afloró tras aquel rostro demacrado de tanto sufrimiento; la pregunta de la mujer o mejor dicho las palabras que emitía de calma y consuelo tranquilizaron a su corazón aunque en su interior había algo que saltaba y sabía que era la otra persona que haría lo que fuera para salir y recordar aquello comenzó a temblar hasta el punto que soltó la taza de porcelana quebrándose en el suelo en varios pedazos, sus ojos se abrieron de par en par mirando a todos lados dentro de aquella propiedad, buscaba algún punto de seguridad para aquella mujer.

Observó al señor que se encontraba cerca de la mujer enarcándole una ceja desaprobatoria por su comportamiento, no era el primero, pero comenzó a alejarse de él con las manos extendidas negando el contacto con aquel hombre. Comenzó a alejarse de aquellas buenas personas hasta estar contra la puerta con sus manos fijas en la madera casi clavando las uñas

-Señora no se acerque, ella sabe sus intenciones y hará lo que sea para lastimarla, ya lo hizo una vez y lo hará otra y otra no se la puede parar, ya sabe cómo salir sin que sea por el toque de algún hombre, ella sabe cómo salir ahora y no puedo controlarla mucho yo, yo no tengo poder-

Su respiración se agita bruscamente y sus ojos se desorbitan, busca controlarse lentamente cerrando con fuerza los ojos, se deja caer al suelo con sus manos cubriendo sus orejas repitiendo como si fuera un mantra o algo así

-Todo está bien, no va a pasar nada, ella no hará nada no hará nada malo, está todo bien si puedo, no puedes salir no puedes hacerlo, cálmate Mimi, cálmate, respira está todo bien-

Palabras sin sentido que logran su cometido, y así lejos de aquellas buenas personas comienza a relatar parte de lo que recuerda, su mente sigue tan confusa como antes; abre lentamente sus ojos viendo a los pies de la mujer como si estuviera absorta en otro mundo o situación.

-No me acuerdo mucho de mi vida, yo solo sé que ella está conmigo y que es mala, que hace cosas que luego me lastiman y no sé porque dijo una bruja que era por mi bien que ella me protegía, y otra dijo que era yo mismo, y otra más mencionó que era por envidia y a todas las lastimón sin necesidad de contacto, generalmente con las mujeres cuando me tocan no pasa nada, pero ella encontró la forma de salir y no sé cómo, pero con los hombres el solo roce o contacto le deja salir y no puedo controlarla quedo como dormida. No quiero que nada malo le pase por mi culpa, soy mala quizás por eso me pasa todo esto fui mala y este es mi castigo, por eso una persona como usted tan buena y dulce no debería encontrarse con estas situaciones, no quiero que le lastime ella, es un peligro y por eso me encierro en mi casa en una celda en el sótano para no herir pero esta vez fue tarde y no alcance y paso lo que paso-
Crees que contándole todo eso algo va a suceder Mimi, no seas estúpida y deja de balbucear que pareces una tonta. Voy a matarlos y a ti luego te daré un castigo por tus tonerías, burra.

Sus labios se movían en formar aquellas palabras pero no emitía sonido alguno, solo la sonrisa y el eco de la voz que escucha fuerte y claro dentro de sí, una voz que se asemeja a la de ella, pero no lo es, o quizás sí. El cansancio se notaba en sus ojos, su cuerpo y aquella voz apagada y marchita que presentaba..

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