¡El Demonio ha enterrado al Ángel! {Privado}

por **Nicolás D' Lenfent** Mar Oct 18, 2011 4:00 pm

Algunos me llaman “Ángel de amor y luz” un maldito ser de bondad y eterno fuego, enviado desde el cielo para guiar vuestros pasos miserables de los que deben ser cuidados, por senderos donde los espíritus ansían caminar, dicen que brillo como un astro en el firmamento; como un rayo en el crepúsculo, una estúpida chispa de la fuente. ¡ESTO! Esto es lo que produzco cuando me miran, cuando este vampiro se deja ver tras las sombras de su vida, tras el silencio que el conforta sentir mientras camina y desaparece en la nada sin ninguna dificulta. ¿Tan hermoso soy? Porque siempre que ven este rostro escondido por detrás del olvido le recuerdan que es un dios. Eso era lo que siempre ignoraba, siendo aquel hombre miserable que demuestra el odio a esas plegarias, esas ironías de “Dios”.

Pero la parte que más disfrutaba era mi respuesta, dejando que el mundo la oyera, hablando sin temor. ¿Quién conoce el temor? Nada de lo que conozco está incluido el miedo, el temor, la debilidad, nada podría sentir.

Yo solo vivo por mí, solo por mí, mi alma se junta y solo existe para la noche, ahora se encuentran atadas por el lazo de la eternidad. ¿Que mas quieres de mi? Dices que nuestro lazo es por las antiguas leyes de que soy el Ángel y la noche es la causa.

Mientras mi bote agitaba las espumas del mar, observe en calma desde la proa, era encantador amaba la belleza, pasional pulso firme del timón iluminado de sus bellas formas. ¡Maldeciré entonces la barca que en la noche fue el naufragio, pues el infame navegante abandono su puesto ahora estaba envuelto de radiantes sombras. El mismo se maldijo, el mismo abandono el bote, ahora ese bote ya era ajeno, pues el también ya se ha perdido, se aleja de prisa al igual que él entre las olas del viento.

Dejando los tesoros de su alma a los servicios del silencio, no hay criatura que camine por este lugar. Gritando los cielos y el infierno ¡Que los Ángeles y los Demonios nacen del mismo vientre! Hasta que la pasión los guía hacia abajo, o por el camino ascendiente. Ahora la locura brota de la desesperación del mundo, ¡El mundo es cruel al juzgar estas cosas! Esto es el gran mal, o el gran bien. Veo que mis hombros están cubiertos de alas, esas alas de la capa.

Gritando en la mente que todos deberían de agradecer que esta pena se haya enseñado así, pues el demonio ha enterrado al Ángel que había en mi.

por Invitado Dom Oct 23, 2011 3:15 pm

Aquella tarde-noche decidí irme a la laguna, me encantaba la paz que allí se respiraba, aquella paz no era posible en ningún otro lado de la gran ciudad parisina. Amaba aquel sitio pero a veces echaba de menos mi hogar, si, mi amada Inglaterra. El sitio donde había nacido, donde mis verdaderos padres estaban enterrados y donde había crecido. Pero ahora yo era parte de Paris desde hacía algunos años y allí estaba sentando en mi vida. Mis pasos me llevaban hacia la laguna casi sin que tuviera que pensarlo, como si alguien allí me llamara y mis pasos supieran que tenían que ir hacia allí. El frio de otoño se notaba y mi frágil cuerpo iba algo más protegido que días atrás.

Mi vestido de color crema hasta los pies me resguardaba algo del frio, mis manos iban protegidas por unos preciosos guantes. Por mi forma de caminar y mi altura (aunque era poca) no parecía una chica de 16 años pero lo que me delataba era mi rostro y con ella mi dulce mirada. Mi cabello rubio volaba por el viento que me azotaba a medida que me acercaba mas y mas a la laguna. Pero no cesaba en mi empeño, algunas veces tenía que cerrar mis ojos verdes para que no se me metiera nada en ellos.

Pero al final, logre llegar. Mi sonrisa se instalo en mis labios al notar aquel sitio que para mí era como un sitio sacado de un cuento de hadas. Me encantaba estar allí, me acerque hasta el agua mientras que liberaba una de mis manos de aquellos guantes que las protegían. Me arrodille en la orilla y metí la mano en el agua. Estaba templada, estaba perfecta para bañarse en ellas pero no me iba a meter. Después de unos minutos jugando con el agua saque mi mano del agua y la seque un poco con mi pañuelo.

Me aparte unos pasos del agua y me senté en el suelo teniendo cuidado con mi vestido, amaba a ese vestido. Me lo había regalado mi amada madre y siempre lo llevaba. Cuando se me rompía las criadas me lo cosían, yo nunca las trataba como tal ya que no me gustaba demasiado el abusar de ellas. Y aunque ellas siempre me decían que eran criadas nunca cambiaba mi actitud, yo era como era.

Mire hacia el infinito con mis verdes ojos volviendo a ponerme el guante para no pasar frio. Aguantaba mi cabello para que no se pusiera delante de mi rostro cuando mi atención se centro en una persona que estaba como yo en la laguna.

por **Nicolás D' Lenfent** Mar Nov 08, 2011 1:38 pm

Era el recorrido más eterno que nunca, los silencios eran traspasados con demencia a enloquecer sin saber que sentir. Siendo una eternidad tranquila y atemorizante a la vez mientras se veía danzar al viento sin determinar qué camino daría, era incierta la dirección un pergamino dudoso y perdido. A simple vista de perdía en la nada como un vaivén ¡No le alejes! Un maldito deseo inferior se forjo desde lo más profundo de su ser con gran fuerza a aferrarse a eso, el cuerpo avanzaba sin alguna ordenación, los pensamientos sobresalían de la noche más hermosa y radiante como en aquella ocasión se sentía, el fuego incendiaba su cuerpo y este solo danzaba pero fue tan rápido que el fuego se apago y solo quedo el deseo olvidado. Anhelándole con tal fervor, que sus pasos eran firmes a la luz se deslumbraban y se veían lentos como un humano, las manos moldeadas aguardadas en el interior de su bolsillo del pantalón, donde era mejor sentir la rozadura de la tela fina y frágil.

La túnica se arrastraba al avanzar, las hojas de los árboles eran las que anunciaban su presencia, el sonido sexo de las hojas como si fuesen a romperse y un “trac” en ellas se destellaba, el cantar del viento aumento, movían la capa con sensualidad y solo caminaba sabiendo que la noche estaba a punto de terminar. Era la laguna más inquietante, todo lo de su alrededor causaba excitación plena.

Solo un instante basto para que percibiera en esa oleada de vientos la sangre, un cuerpo cálido para este cuerpo muerto, una bebida exótica fingiendo beber vino sagrado. Su mirada tan indiferente, esos ojos verdes donde anuncian los bosques llenos de vida, la brillantez que luce al contemplarle ¡Ojos del corazón, verdes lucientes, vengan en camino derramando vida!

Mujer inusual, mujer perdida ¿Qué ha de hacer una princesa fuera de su castillo? El crema de su vestido opacaba el agua que reflejaba, solo un suspiro y el color se marchita, has de guardar las manos de la vida ¡Lúcelas! Deseo ver como estrangulan mi alma. La distancia entre los dos se acortaba, los cabellos dorados me llevan con un baile, invitándome a verlos y seguir su camino hasta rozarlos con mis labios. El agua huelo en ti ¡Eres más vida que nada! Tengo ganas de matarte, el deseo monstruoso ha salido en mí que deseo darle oscuridad en vez de luz.

Pero nada dura como la noche que se hacía eterna y la luz anunciaba su llegada, perdiéndose con el viento como si fuese una alucinación desapareció de su vista. Su rostro cubierto con demasiado silencio y la luz nocturna, esa luz que es oscuridad. Todo negro como debe de ser se apodero de su cuello, sus manos acariciaban temerosamente con seducción aquella piel, levándolas a la altura de su rostro, pegándola más a él en la posición de que s hallaba sentada, y este solo hincado. -Morir o vivir-Le susurro con descaro y sus palabras una perfecta combinación de pasiones y seducciones que se desenvolvían en sus notas del alma.Y no dejaba de sentir su rostro, su piel que era lo más dulce para devorar primero.

por Invitado Sáb Dic 03, 2011 5:03 am

OFF: Siento la tardanza he tenido algunos problemas personales

La noche me llamaba, me hacia olvidarme de todo. Como envolviéndome en un manto individual del mundo, alejándome de aquel mundo lleno de corrupción y de maldad. Un ángel en medio de la oscuridad, de cabello rubio y ojos verdes. Un verdadero ángel, que intenta traer el bien al mundo. Pero que se siente poco a poco arrastrada hacia el abismo sin ni siquiera poder utilizar su poder. La oscuridad es mas fuerte que ella, sabe que la tiene y que poco podrá salvarla, pero lo que la oscuridad no sabe es que la ángel a la que quiere atrapar no quiere rendirse, quiere ganar y hará todo lo que tenga en su mano para conseguirlo.

Escucho pasos cerca de mí, mi mente vuelve a la realidad. Dejando que estos pasos se acerquen esperando un poco para girar la cabeza y ver a alguien entre la negrura que se apodera de la laguna. Espero demasiado, unas manos acarician la fina piel de mi cuello pasando al rostro. Un rostro de muñeca que parece poder romperse con cualquier roce. De mis labios sale un suspiro involuntario disfrutando de esas caricias, sintiendo el cuerpo ajeno a mi espalda.

¿Morir o vivir? Pregunta difícil, todos vivimos, todos morimos. No hay vuelta de hoja, pero si pudiéramos elegir, si pudiéramos cambiar ¿Qué es lo que elegiríamos? ¿La vida o la muerte? Solo uno sabe lo que quiere, vuelvo a la realidad por el tacto helado de sus manos. No es humano, vampiro. Puedo saberlo con solo sentir sus dedos estudiar mi fina piel. Al fin, mis labios se abren para dejar salir aquellas palabras.

-Todos vivimos, todos morimos. Elegir una u otra a veces es imposible. ¿Me ofrece algo?

Pregunte con aquella voz cargada de dulzura que la vida me había dado. Mi ser anhelaba girarse y ver a poseedor de una voz seductora y de aquellas manos que arrancaban suspiros de mí ser.

por **Nicolás D' Lenfent** Jue Dic 29, 2011 2:10 pm

Su luz no basta para que desee matarla, solo hace que el drama comience en sus ojos
¡Te equivocas! Este es un vampiro que no teme ser enjaulado una vez más en el cielo o en el infierno
¿Qué destino tomara?, puesto que solo hay uno donde el reinara y ¿por qué no reinar en ambos?
Hará que sea la esclava de sus delirios y de sus alas blancas se arrancaran
Por su luz y su propia oscuridad ¡Guerra! ¿Quien será el rey supremo?
Pues el será el que reinara hasta en su alma.
Nicolas D’ Lenfent

Aun no deja de decir oraciones. “Dios” Cuida de ella si es que existe, su luz se penetra en sus ojos hasta lo más interior de su alma que grita con desespero que sea salvada, la ira y el rencor se apoderan de este que sus ojos muestran la nubla mirada de un cegador perdido. Negando con el rostro le muestra que no todo es imposible. Pues la burla se apodera de su mente, su rostro se refleja seco e indiferente. El más triste rostro se podrá ver pero eso ni ella lo sabe, solo ve la amargura y la soledad. Le apretó de la cintura donde deseaba que despertara si es que sentía que soñaba o que era una simple aparición. Brindándole dolor para que vea que esto no era un juego. ¡Juego1 Podrá ser juego pero era del demonio enfurecido, que tiene deseos de escribir y no dejar de escribir obras. Toda su maldita vida ha sido de actuación y de drama. Así que sus ojos están brillosos y su boca se encuentra en el cuello ajeno donde la voz temerosa renace desde la mayor maldad-Ofrezco todo y nada- Girando el cuerpo ajeno para que quedara frente a él-Porque no empezar por arrancarte la dulzura de tu rostro- Le miro y su voz tan sarcástica y deseosa de seguir con ese afán de matarla hasta hacer que la luz de un ángel deje de existir.

El sondo del viento se prolongaba mas acompañado con hoja secas de los arboles que se arrastraban en el suelo, el agua tan quieta como la mujer ahora se mostraba, solo era un momento pero para que darle lo mejor si uno puede hacer que sufra lentamente hasta que deje de desearlo el demente vampiro. – Y bien porque no extiendes tus alas para darle más pasión a esto- Sarcasmo y mas sarcasmo puesto que se refería a su luz donde ahorita le arañaba el pecho con una sola uña tan larga y filosa como sus colmillos. Una gota de sangre brotaba al inicio pro se hizo más larga la gota que parecía tan excitante verla recorrer el cuerpo, era tan apetitosa pero antes de probarla deseaba tortura para su cuerpo. Para el masoquismo que veía encenderse con un pensamiento escondido.

por Invitado Lun Ene 16, 2012 8:19 am

De pronto, mientras esperaba que me dijera algo sentí que me apretaba el vientre, mis ojos se cerraron por el dolor que acudió a mi vientre. Pero pronto me quede delante de él, mirando a sus ojos. Era muy apuesto pero también me daba algo de miedo, porque las palabras que dijo hicieron que toco mi cuerpo se tensara. ¿Quería matarme? Pero yo no le había hecho nada, pero aun así me sentía extraña con él. Mis poderes no funcionaban con él, ni siquiera lo entendía pero así era.

Pero por alguna extraña razón también me sentía bien allí con él, solo tenía 16 años pero nunca me había sentido de aquella forma con nadie. ¿Qué me ocurría? Le mire a los ojos, en los suyos parecía haber maldad y en los míos solo dulzura y ternura, como la dulzura que él quería arrebatarme. ¿Cómo? ¿Qué podía pasar entre nosotros? Le mire a los ojos.

-¿Cómo puede el demonio conseguir la dulzura de un ángel?

Dije mirándole a los ojos, porque eso pasaba ahora yo era el ángel y él el demonio, podíamos perder o podíamos ganar. ¿Quién ganaría? ¿El ángel? ¿El bien? ¿O el demonio? ¿El mal? Nada estaba decidido.

por **Nicolás D' Lenfent** Mar Mar 13, 2012 4:10 pm

Porque esa maldita luz aun sigue en sus ojos ¡No! No quiere que se penetre su luz, la oscuridad de sus ojos luchan contra ella. Un mundo totalmente diferente, pero ¡Ah! Que era lo que pasaba por su mente. Entre más voces rondaban, aquellos pensamientos absurdos le decían que era momento de hacer que valla al cielo de la penumbra perdida, por esa razón le estrujo mas negando la vista de su rostro, solo el color de sus pupilas eran vistas por el rojizo color que desprendían de su luz que no deja de brillar ante él.

Tomando aquel heaven mostrándole que tan apuesto podría ser mostrando la bestia que es. Gozando de cada momento y ahí, uña filosa juguetona que se hallaba en la piel de este ángel empezó a indagar con maldad, arrasando la fragilidad de su piel que la sangre se desprendía como una pequeña llaga, siendo un recorrido lastimoso para ella pero para este demonio exquisito era, gozando más de lo que se avecinaba de lo que hacía.- ¿Te encantan los ojos de la agonía?-rasgándole la piel de su cuello con descaro, ignorando la sangre pues su sangre no era apetecible pero algo quería de ella. La presión se hizo más intensa en su mejilla que no puedo contener un gemido algo perdido, manteniendo la vista en su rostro disfrutando de sus emociones a flote. –Siendo tú un ángel, sabes bien como el demonio adquiere lo que desea. –Ha abandonado su mejilla por querer estrujarle del cuello. Liberando la muerte en su mano que ahí le contuvo.-Pero, esa no es la pregunta que debes de realizar-maldito descarado por jugar siempre con las palabras que lograba sacar, todo era sarcástico cuando logran escucharle-La pregunta es ¿Viviré? –Más presión, mas dolor gozaba.- ¿Entonces, has podido leer mis ojos?-ladeando el rostro por mas burla, pero la muerte merecía después de hacerle hablar. Demonio que no dice lo que hará si no solo lo hace y ya. Pero esta vez era diferente, deseaba sentirla y torturarle más con sus palabras.

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