Fall of Leaves (Celestine Arceneau)

por **Imre Andrássy** Lun Oct 24, 2011 12:41 am

Lo bueno de levantarse apenas el último rayo de sol acariciaba la superficie de la tierra, era que tenía una noche más joven delante de él. Mucho más tiempo para disfrutar de aquella vida que, quizás en un principio, de alguna manera aceptara, acostumbrándose, una vida ya pasante del centenario. Muchos años de soledad, en la que no encontraba un propósito realmente claro.

Siempre había tenido la mentalidad de un niño, aunque, su cuerpo lo fuera, su mente no lo era del todo. Y mucho menos ahora que vivía con Louis. Y era por influencia del cambiaformas, que el estaba creciendo, solo un poco.

Solo eso. Seguía siendo un chiquillo. Uno de los vampiros con más humanidad, que aquellos seres de los que, en teoría, debería alimentarse.

Había dejado la casa que compartían, para divertirse un poco, entre las calles bohemias de Paris. Vistiendo en blanco, color que le había dado por usar ese ultimo tiempo, el cual hacia que su piel resaltará más; pero no le prestaba atención a esos detalles. El no se consideraba ni un poco lindo. A veces no comprendía como es que la gente se lo quedaba mirando. A esa hora, las calles mostraban un poco de movimiento. Las noches en la capital francesa siempre parecían tener vida.

Cándidos amantes jóvenes, tomados del brazo. Hombres de deslumbrantes ropajes, dispuestos a una buea partida de naipes, quizás un par de copas, hasta terminar, o bien tirados sobre las piedras, detrás de los callejones. O muertos tras un entupido duelo.

Se detuvo un poco a mirar los escaparates, con las manos detrás de su cuerpo. Estaba tranquilo y cómodo. Quizás, terminara comprando algo... algo para él, su amado que siempre tenia algo para el pequeño vampiro y este ya comenzaba a sentir mucha pena por no retribuirle también aunque sea con una cosa pequeña.

por **Celestine Arceneau** Jue Oct 27, 2011 12:35 pm

Los gustos de mi madre, refinados, hermosos y en especial, costosos. No hay día en el que no se compre algo cada vez que sale al centro, menos hoy. Dejó pedido un encargo en una tienda y se olvidó de irlo a buscar y como ya está anocheciendo le pidió a Jaime, uno de nuestros sirvientes, que lo vaya a buscar… una oportunidad perfecta para mi.

Tras insistir un poco, mi madre me permitió acompañar a Jaime, y es por esta razón que ahora camino a su lado rumbo a la tienda vestida con mi fino vestido color crema, mientras lentamente la gente va regresando a sus casas y otros, por el contrario, salen de ellas, a medida que los últimos rayos del sol desaparecen y dejan paso a la noche.

Me encanta caminar con Jaime, es uno de los pocos sirvientes que no teme que mis padres lo amenacen por dejarme hacer lo que quiero y darme algunos gustillos. Camino unos pasos tras él, mirando las vidrieras que muestran las mercancías que venden en estas tiendas.

Jaime entra a la tienda donde mi mamá tenía el encargo y yo me quedo afuera mirando los escaparates. Cruzando la calle uno me llama la atención y voy hacia él, teniendo cuidado al cruzar. Me acerco al escaparate de una juguetería, en la tienda de al lado un joven vestido de blanco también está mirando. Lo observo unos cuantos segundos, hasta que me doy cuenta de lo que hago y que eso es de mala educación según me dijo mamá, así que rápidamente desvío mi mirada de nuevo a las muñecas.

por **Imre Andrássy** Dom Oct 30, 2011 7:00 pm

Había tantas cosas bonitas en las tiendas que no sabía por donde escoger ¿Qué podía ser mejor para su pareja? Sabía que debía de ser algo especial y no cualquier cosa pero jamas pensó que sería tan difícil el escoger algo hasta que de repente lo encontró. La tienda estaba al lado de una jugueteria, pero su atención estaba en ese colgante tan hermoso y que le cautivo por completo, parecía que era el único y eso significaba que era especial, recorrió el escaparate de esa tienda o más bien joyería para ver si salia el precio por ahí y si ¡Ahí estaba! Sus ojos se iluminaron porque si no se equivocaba el pequeño vampiro, le alcanzaba e incluso le sobraba un poco de dinero, no la gran cosa pero por su amado valía la pena.

Emocionado se decidió por entrar a la joyería pero antes de hacerlo sintió una mirada sobre su persona, curioso la desvió hasta donde provenía y se encontró con una niñita que no aparentaba más de 4 años, muy pequeñita y bonita, recorrió su mirada toda la cercanía y no vio a ningún adulto con ella ¿Qué hacia sola en ese lugar? La emoción por comprarle de inmediato el regalo a Louis se esfumo de forma rápida y comenzó a caminar hasta donde estaba ella con mirada preocupada.
Podía estar perdida y jamas se lo perdonaría si no la ayudara. Al estar ya a su lado se agacho un poco y la miro observando su perfil.

- Nee ¿Qué haces por aquí solita y a estas horas pequeña? ¿Estas perdida? -el vampiro poso sus manos en sus rodillas para estar más cómodo en esa posición aunque bueno no era muy alto por la edad que fue convertido así que estaba muy cómodo así.

por **Celestine Arceneau** Lun Nov 14, 2011 3:51 pm

Esa muñeca es muy hermosa… y no me refiero a la muñeca de vestido rosa con encaje… ni a la que tiene ese vestido con volados de seda… no, no me interesa ninguna de esas muñecas ostentosas y de precios caros. Yo me refiero a esa pequeña muñequita que seguramente cabría en mi mano, solo vestida con un vestido de flores de una tela barata. Estoy muy, pero muy segura que mi madre gritaría de espanto al ver a esa muñeca de poco “gusto” como ella diría, pero para mi es la muñeca más linda de toda la juguetería.

Me quedé embelesada viendo a la muñequita que me olvidé de lo que ocurre a mi alrededor, me gustaría poder tenerla, pero no puedo pedirle a mis padres que me la compren, jamás lo harían… y mucho menos si se trata de esa muñeca que no es para los de “nuestra clase”, ellos siempre dicen eso.

Una voz me saca de mis pensamientos y al voltear mi cabeza, me encuentro la cara del joven que estaba mirando el escaparate de al lado. Le sonrío.

-No estoy perdida señor…-

Digo con educación y señalo con mi dedo la joyería que está enfrente, cruzando la calle. Una de las joyerías más caras. Adentro se puede ver la espalda de un hombre hablando con el dueño de la tienda.

-Ahí está Jaime-

Dice con inocencia y regresa a mirarlo. Hace una pequeña reverencia con educación y como es debido mientras se presenta.

-Soy Celestine… Agneau… no, Argenau… no, Ar..ce..ne..au.-

Se presenta diciendo pausadamente su apellido. Le sonríe otra vez y mira de nuevo el escaparate de la juguetería.

-Estoy mirando.-

Su mirada se clava en la muñequita otra vez.

por **Imre Andrássy** Vie Dic 02, 2011 8:13 am

La niña parecía muy concentrada viendo los escaparates de las muñecas aunque veía que no estaba para nada interesada en las que parecían finas si no que en la más sencilla, era bonita pero obviamente no todos mirarían la belleza que esta tenía si no que verían las otras que eran más novedosas y con ropas más elaboradas. Su voz le hizo voltear de nuevo hasta ella y sonrió aliviado de que no estuviera sola cuando vio al hombre en la tienda.

- Oh entiendo linda -una nueva sonrisa apareció en sus labios pero de ternura al escuchar como se presentaba, era muy adorable Celestine... como su nombre- yo soy Imre Andrássy un gusto pequeña -volvió su mirada a las muñecas también como ella- ¿Te gusta esa? -apunto a la sencilla y pequeña muñeca del escaparate. No sabia ni porque le preguntaba si estaba más que claro pero no perdía nada con preguntarle aparte que podía comprársela si ella deseaba porque se veía que era de clase alta y habían padres que no dejaban ser a sus hijos... los trataban como unos adultos y que debían siempre tener cosas caras, eso no debía de ser.

por **Celestine Arceneau** Lun Ene 09, 2012 1:33 pm

-Es un placer conocelo Señor Andasy… An-dra-ssy… perdón.-

Le saludo como me han enseñado, siempre con educación, aunque me equivoco al decir su nombre sin querer y rapidamente me disculpo bajando la cabeza y esperando que no se haya enojado conmigo. Parece ser una persona amable, pero mis padres también parecen serlo cuando hay otras personas presentes y en realidad cuando estamos en casa no son así, para mi son monstruos feos, gritones y malos. En especial mi madre.

Su pregunta me hace salir de mis pensamientos y miro a la muñequita que me encantó y asiento firmemente con la cabeza.

-Sí. Es la más linda de todas.-

Digo sonriendo, con mis manos pegadas al vidrio del escaparate como si quisiera atravesarlo y poder agarrar a aquella sencilla muñequita.

Off: Mil disculpas por la tardanza, mi user estaba sin inspiración.

por **Imre Andrássy** Mar Feb 07, 2012 8:23 pm

Una nueva sonrisa se instalo en el rostro del vampiro al escuchar como la niña intentaba decir su apellido, era normal que alguien de la edad de ella no pudiera decirlo bien así que no entendía porque pedía perdón. Acerco su mano hasta la cabeza de la niña y acaricio esos suaves cabellos con cariño.

- No hay nada que perdonar, tranquila, si quieres puedes decirme Imre. Es más corto y fácil ¿No crees? Creo que te será más sencillo –alejo su mano y desvió su mirada también a esa muñeca, la niña parecía quererla mucho ¿Y si…? Volvió sus ojos azules hasta la pequeña escuchándola y se decidió- espérame aquí ¿Si? Vuelvo enseguida.

Se adentro a la tienda sacando el dinero que traía consigo y se acerco al dueño de esta preguntándole por esa muñeca. Él hombre se le quedo mirando sorprendido porque pese a que Imre no fuera alguien de estatus social alto se vestía muy bien, si supieran los demás que era él quien se hacia sus trajes, una sonrisa se formo en su rostro de rasgos infantiles y el señor le dijo el valor después de salir de su asombro, pagó por esta y la fue a buscar entregándosela al vampiro. Sonrió otra vez agradeciéndole y se camino fuera de la tienda y vio aun a la niña fuera y se la extendió.

- Toma, es toda tuya.

por **Celestine Arceneau** Sáb Feb 11, 2012 7:21 am

Me relajo y le sonrío a este joven al ver y saber que no se ha molestado con migo por haberme equivocado en su nombre. Tras eso regreso mi atención a esa muñequita pequeña y hermosa. Al escucharle lo miro entrar en la tienda sin entender que hará. Pero no importa, yo no me movería de ese lugar, no puedo tener esa muñeca pero puedo mirarla todo lo que quiera sin que nadieme regañe por hacerlo.

Pero mi felicidad se esfuma, como si alguien apagara una vela, al ver que el dueño saca la muñeca del escaparate. Probablemente alguien la esté comprando y se la lleve lejos. Lentamente aparto mis manos del vidrio bajandolas y dejandolas a mis costados, agacho mi cabeza mirando el suelo de la calle con tristeza. Esa muñequita se fue…

Escucho la puerta de la tienda abrirse y unos pasos acercarse a mi. La voz del joven me hace levantar la cabeza y mirarlo con mis ojos tristes, tristeza que desaparece al ver la muñequita de la tienda. Miro sorprendida a la muñequita en manos de Imre. ¿En serio? ¿de verdad es mia?

-¿De verdad?-

Pregunta y la tomo entre mis manos. La miro con fascinación acaricio su cabello y le arreglo el moño del vestido antes de sonreir ampliamente y volver a mirar a Imre.

-¡Muchas gracias!-

Mi felicidad es grande, como nunca antes lo fue. La muñequita es mia gracias a él. Hago el amago de abrazarlo, pero recuerdo que eso no se debe hacer… al menos eso es lo que me dicen, así que solo le sonrío ampliamente.

por **Imre Andrássy** Dom Mar 11, 2012 6:23 pm

Ver el rostro de la niña triste cuando llego a su lado le hizo sentir mal pero sabía que no dudaría mucho esa expresión en ella. Tal vez debió haberle dicho a que iba a dentro y no asustarla de esa manera pero bueno ya lo había hecho y no quedaba de otra que esperar su reacción cuando viera la muñeca en las manos del vampiro.

Aquello no se hizo esperar, pero no fue la que espero ya que parecía muy sorprendida por ese hecho pero al ver como pasaba de esa expresión a una de felicidad, Imre sonrió contento viéndola como acariciaba los cabellos de esa pequeña pieza que serviría como juguete a la pequeña y como otra cosa más si se podía.

- No me agradezcas la he comprado encantado para ti pequeña, espero que la cuides bien ¿Eh? –su voz salió cariñosa y algo infantil por la edad en que fue convertido, pudo apreciar como la niña quería abrazarlo pero no hizo nada solo le sonrió. Por su parte él si la abrazo encantado por la niña aunque encontrara un poco raro que se reprimiera mucho acaso... ¿Sufriría? ¿Le harían daño en su casa? Esas ideas le preocupaban por completo.

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