Alastair Parthenopaeus

por **Alastair Parthenopaeus** Lun Oct 24, 2011 5:50 am

Alastair

Sigfried

Parthenopaeus

*Edad*

29 años aparentes, edad real 3242 años

*Especie*

Vampiro

*Tipo y Clase Social*

Clase Alta

*Orientación Sexual*

Heterosexual

*Lugar de Origen*

Antigua Isla de Creta

*Fecha de Muerte*

1414 AC tal vez, no es algo que realmente le importe recordar

Habilidad&Poder

* Infringir dolor por medio de la mente*
[justify]Su mayor placer torturar a sus enemigos con sus mayores temores, introduciéndose en su mente hasta controlar sus pensamientos a voluntad. Llevándolos a la demencia en la mayoría de los caos. *Clarividencia

Si ha conseguido grandes cosas con las pertenencias extraviadas de sus enemigos, distinguiendo el lugar donde se esconden e incluso adelantándose a sus pasos.

*Manipulación de la memoria*

Para que ocultar sus pisadas con métodos tan burdos como ocultar su nombre e incluso hacer desaparecer todo rastro de él. Lo mejor era hacerles creer lo que él deseaba, alterando su memoria e incluso controlando algunas de sus decisiones.

Apariencia

Es un hombre de alto, esbelto y de elegante porte que mide alrededor de dos metros. Su cuerpo es el propio de un hombre que desde muy joven se ha entrenado en diversas disciplinas de defensa y ataque, producto de la época en que se crío, aún cuando de ella no acostumbre hablar. Sus músculos no llegan a ser excesivos, pero se encuentran bien delineados en su abdomen y pectorales.

Su rostro de rasgos marcados y finos, no dejan de ser masculinos. Sus ojos reflejan frialdad y algunas notas de amargura de un hombre que ha decidido vivir como un ermitaño errante. No por ello deja de sonreír y mantener cierta vitalidad enigmática en su rostro.

Su cabello rubio, cae en una media melena que suele llevar algo alborotada en torno a su rostro, sin perder el aire elegante que le otorga su estirpe. Él cultiva con esmero la imagen de un guerrero, de un príncipe aventurero, aunque por años se negó a aceptar el principado... Hasta que le destino jugó sus fichas y no hubo trono que ocupar

Personalidad

Es interesante hablar de mí, pues tantos años de vida y de errar por el mundo, han forjado en mí un carácter algo disperso y contradictorio, que pocos son capaces de entender.

No puedo negar que prima en mi la esencia de un asesino, un asesino que disfruta ver la muerte y provocar dolor, para así mitigar el propio dolor que se anido en mi. Pero admito que con el tiempo he perdido el interés por el sufrimiento de los humanos, descubrí que con ello no conseguiría sanar nada. En aquello influyeron fuertemente mis hermanos, cuando al fin pude compartir con ellos, conseguí entender la importancia de aquellos seres inferiores llamados humanos, y en buena parte descubrí que había algunos destacables. Como se ve aparte de asesino, soy un arrogante egocéntrico conquistador.

Con aquello podréis pensar que soy una bestia, pues sí en buena parte lo soy, pero no he dejado de lado la técnica básica para conseguir lo que deseo, más si se trata de una hembra, a las cuales hay que domesticar, tal como si fuesen crías asustadizas con las cuales debes ganarte su confianza.

Pero eso es con los extraños, con sus hermanos, si bien no se demuestran afectos, existe cierta cercanía en la que prima la razón por sobre la bestia. Debió aprender que no siempre podría ser una bestia incivilizada si deseaba vivir entre humanos. Digamos que sus años de vampiro salvaje, acabaron al integrarse a la familia que siempre se le negó, y dejo que ellos lo guiasen a ser un ser más racional y menos pasional.

Sus hermanos, y su familia, son intocables, con ellos se permite bajar las barreras emocionales que él se impone como buen ermitaño que es. A momentos, el se permite entre ellos ser él niño que nunca afloro en su verdadera infancia, gastándoles bromas, bromas pesadas pero bromas a fin y al cabo. Su humor es el más sarcástico, la única que se compara a él es Aranel.

Biografía

Seré breve e intentaré abarcar la mayor información posible, pero les advierto que son algunos milenios que cubrir y otros que simplemente no mencionaré…

Parthenopaeus, es un nombre griego, tan griego como los mismos cimientos de la antigua isla de Creta, donde nací y me crié, como parte del pueblo Aqueo e hijo de uno de los grandes líderes de aquel pueblo, pero un hijo bastardo a fin de cuentas que fue criado para ser un guerrero y un líder en la batalla, un estratega como pocos y un espía. No me correspondía ser parte de la realeza, como le correspondía a Acheron *quien con el paso del tiempo, hablo de algunos milenios, cambio su nombre a Franz II Von Habsburg*Lothringe* o como a Cassiopeia Aranel, los dos hijos legítimos de mi padre.

Por el contrario Aidan Urian y yo Alastair Sigfried , fuimos frutos de una relación extramarital de mi padre con una doncella que estaba destinada a ser Sacerdotisa, como la mayoría de las doncellas de la época, y aunque él jamás fue ni un buen padre ni un buen líder, si contaba con el apoyo de la gestión de sus antecesores. Pero aquello ni a Urian ni a mí nos importaba, éramos guerreros los más fieros de todos, con apenas un año de diferencia entre cada uno, dirigíamos con igual ímpetu las dos grandes facciones de nuestras tropas. Fue en una excursión por la frontera que realizábamos en conjunto que fuimos envueltos por las artes seductoras de dos emisarias del Olimpo. Bordeaba la medianoche cuando ellas apenas cubiertas por delicadas telas se presentaron, hombres impetuosos ansiosos de poseer a una hembra, no nos resistimos a sus encantos. Si, tal como se narra en los mitos, nos dejamos seducir en un juego placentero, pero el precio a pagar fue sangre por sangre, aquella fue nuestra conversión.

Ciertamente como ocurrió o quienes eran esas vampiresas, no es algo que me interese explicar, del mismo modo que no me detendré a contarles detalles como fue nuestra vida antes de eso. Lo cierto es que debimos adaptarnos a nuestra nueva realidad, tardamos en regresar con nuestro pueblo y cuando lo hicimos, descubrimos que Acheron y Aranel habían corrido la misma suerte. Curioso destino, al parecer los Dioses habían decidido concedernos la inmortalidad, contrario a nuestro padre, quien murió en un brutal y sanguinario ataque, una muerte merecida por empeñarse en cortejar a la mujer del líder de su peor enemigo.

Mientras Acheron se empeño en machar con su pueblo rumbo al Peloponeso, yo seguí otro camino, me despedí de mis hermanos, de los tres y seguí mis propios pasos como un errante, no estaba atado a ellos y ansiaba poder como mi padre lo hizo algún día. Me quede en Creta el tiempo suficiente para vislumbrar un nuevo camino. Para aquel entonces las historia sobre a antigua Atlántida eran mitos, cuentos que se les narraban a los infantes, aunque todo cuento tiene un poco de realidad… en esa época conocí a otro ser como yo un vampiro, cuyo nombre quedo grabado en mi memoria Valerius y que no solo vio en la época de los atlantes, sino que fue uno de sus monarcas. Yo era un vampiro joven, recién convertido y él, con algunos siglos (quizás milenios) encima, los suficientes para compartir sus conocimientos con los míos. Me propuso un viaje por territorios que han sido cuna de gran conocimiento, como su pupilo, ¿Qué vio en mí? No lo sé, pues en esa época era tan ambicioso y sanguinario como lo fuese mi padre. Conocí a su esposa, tan elegante y efímera como los mismos dioses, Sirat, así le llamaba, también me presento a sus descendientes, de algún modo consiguieron mantener a su lado a la progenie de los hijos que procrearon siendo humanos, una larga línea si nos remontamos a los orígenes de su unión.

Algunos siglos entre ellos, me ayudaron entender sus mundo, como consiguieron mantener tan unida a su familia a pesar de las diferencia y como fe que se convirtieron en los grandes líderes de una ciudad que por siempre será recordada como la cuna de las grandes civilizaciones. Me presentaron lo que a ojos mortales es un sueño, una evocación del Olimpo, pero que en realidad fue la creación de su mente y de su puño, una tan majestuosa e idílica ciudad que debía mantenerse oculta, Agharta. Las artes de la guerra fueron parte importante de mi nuevo entrenamiento, pero bajo la filosofía de la tolerancia, no se trataba de matar por placer, sino por el bien mayor de la ciudad. Aunque sus enseñanzas fueron bien recibidas, llegado su momento decidí marchar, pude ver la decepción en la mirada de Valerius mientras que Sirat me entrego su comprensión, dejando abiertas las puertas de la ciudad para cuando desease regresar…

Me aleje de las tierras subterráneas hacia territorios más fríos y lejanos, hacia las Tierras altas de Escocia y luego al territorio que en la actualidad se conoce como Irlanda. Allí me uní a un grupo de vampiros, con los que desarrolle mis nuevas habilidades entre mezclando mi capacidad como estratega y mis capacidades como sobrenatural, o semi-dios, si así se llamaba en aquellos tiempos las criaturas que tenía alguna capacidad especial, fueron casi 100 años entrenando con ellos, ganándome su confianza e incluso su respeto. Era un buen guerrero y además uno de los hombres de confianza de los territorios vikingos, me empape de sus conocimientos, una civilización que no estaba lejos de lo que conocí en Creta o en Mesopotamia de la mano del Sanat Kumara y de la Shamballah.

En Grecia, Roma, Meosopotamía, Etiopia e incluso los extintos Persas, consideraban una bendición que estos seres con poderes sobrenaturales los liderasen, en especial si se trataba de vampiros. Se les admiraba y mucho, éramos venerados y considerados enviados para liderar sus pueblos. No se les temía como ahora o se les perseguía como comenzó a ocurrir el llamado año 0, año que según los llamados hebreos nació su salvador aquel que los liberaría del yugo de los sobrenaturales, pero no hay prisa ya llegaré aquel punto de la historia.

Aun estamos en tierras irlandesas donde mi ambición se vio fuertemente saciada, ya era lo suficientemente poderoso como para comandar tropas de nórdicos, habían transcurrido más de 500 años de mi conversión y mi propósito era uno solo, invadir las tierras irlandesas y asumir en mis manos el control de aquello que eran los Tuatha, pequeños reinos que no superan los 200 habitantes. Cada Tuatha, poseía su propio monarca, algunas de ellas mujeres, no fue difícil someter aquellas tierras bajo mi control y con ello a sus líderes. A algunas les bastaba con un par de noches, lo que para mi espíritu libre era perfecto. Hembras, eran capaces de vender a su pueblo por una noche, y aunque la batalla fue necesaria, ayudo mucho invadir a algunas lideres en otra lucha, un cuerpo a cuerpo demasiado placentero. Fue allí conocí a Niamh, líder de uno de los reinos a quien despose para mí, por sus cualidades como guerrera y amante. Ella al igual que yo era una bendecida por los dioses, con quien goberné por casi 700 años a aquellos reinos bajo el titulo del Gran Rey. Pero confieso que me hastíe de gobernarlos, me hastíe de ver siempre lo mismo e incluso de despertar siempre con la misma mujer.

Si era un digno hijo de mi padre, aunque como líder imponía más respeto que él. Yo era y soy un mujeriego y no me importa ser fiel a nadie…Ni siquiera Niamh, una hembra a la cual amé, pero por quien deje de sentir la necesidad de estar a su lado, era como si no estuviese completo en su compañía. Hermosa, grácil, un guerrera en todos los sentidos, pero que no lograba satisfacerme del todo como hombre. Así regrese a mis andanzas, buscando mujeres mortales a las que poseer y luego alimentarme de ellas, al finalizar el coito, pero Niamh jamás se sintió traicionada hasta la llegada de ella. Una noche de luna llena se presento en el campamento buscando a Sigfried, solo una persona me llamaba así, la gratitud fue mayor me resulto imposible no recibir a quien fuese mi Tutriz. Bajo la mirada atónita de mi entonces esposa que me esperaba ya en el lecho, fui al encuentro de la Shamballah, no fue suficiente una noche, sino que siete días completos ocultos en una de las cuevas en los arrecifes, donde ella me puso al corriente de las novedades de Agharta y yo mismo le narre sobre mi vida…

Como era de esperar, cuando regrese a la tribu Niamh estaba enfurecida e incluso ordeno se alzasen contra mí, enceguecida por los celos de un pasado que ella jamás mereció conocer, ordeno mi ejecución. Aunque olvido que fue bajo mi mano que su pueblo surgió, me libere y di muerte a unos cuantos, incendiando campamentos…. Los celos de ella despertaron lo peor de mi y con ello mi desprecio. Nos enfrentamos en una batalla salvaje y animal nos enfrentamos una noche, ella alegando atención y yo deseando marcharme, no entraré en detalles, pero si diré que ella se convirtió en polvo y yo me marche de Irlanda…

De Irlanda me fui a roma, donde buscaba alejarme de mis delitos y retomar aquello que abandonase, mi placer por recorrer el mundo y mi espíritu guerrero. Fue en ese viaje que el ya mencionado Sanat Kumara y yo no reunimos de un modo casual, aunque hoy puedo apostar que fue la mano de su consorte la que nos guio a aquel lugar aunque en ese entonces no se o menciono mi encuentro con Sirat. El líder de Agharta conocía bien mis hazañas en el norte y le interesaba fuese parte de la idílica Ciudad de Sobrenaturales, un proyecto tan ambicioso como yo, pero cuyos frutos ya eran palpables. Acepte, bajo la única condición que no pretendiese me asentase demasiado tiempo en un solo lugar, no podría vivir como sedentario. Nuestra estancia en roma coincidió con lo que los hebreos llamaron año 0, pues para ellos comenzaba un nuevo régimen lejos del yugo de los sobrenaturales, los que para ese entonces ya estaban asentados en Roma, como Emperadores y lideres. Aquel que llamaron el hijo de Dios, era en el fondo un cazador, él y todo su sequito, tome palco allí a observar que tan lejos podría llega con su revuelta, demasiado lejos a decir verdad. Aquella se convirtió en mi primera misión como minoico, asegurarme que aquel descontrol llamado Catolicismo no fuese una amenaza para la ciudad, por fortuna aquello dejo de ser amenaza por una larga temporada… o al menos eso creí.

Mi siguiente parada después de Roma y fue Etiopía, donde esperaba impregnarme de nuevos conocimiento, y lo hice, sus dioses sus creencias seguían intactos pues allí aun no llegaban las creencias del Catolicismo y que los seres como yo, aun éramos venerados. De ese viaje regrese con tres grandes trofeos o marcas, la primera; la firme convicción que aun había futuro para Agharta y la posibilidad de una armonía entre sobrenaturales y humanos. La segunda; el Ojo de Horus o Udyat, un talismán símbolo de la indestructibilidad del cuerpo y la capacidad de renacer, y prosperidad. Finalmente una mirada que me ha perseguido por siglos una odalisca indolente que me capturo con su mirada y de quien solo conserve una daga ye el recuerdo de sus ojos…. Su nombre un enigma que el tiempo se encargara de revelar…

Cuando regrese a territorio europeos esperaba ver los ánimos cambiados, pero no, no fue suficiente con lo anteriormente hecho. Fácilmente una secta opositora se conformaba, la que hoy conocemos como Iglesia Católica, ella surgió en el afán de librar a los humanos del paganismo y la adoración de falsos dioses, falsos dioses que en su mayoría eran Vampiros, Cambiaformas y Licántropos, y claro a los herejes los Magos. ¿Recuerdan las persecuciones a los cristianos? Sí, me divertí bastante con aquello, pero para librarse de semejante plaga se requería de un gran número de opresores, y aunque en un principio el régimen del terror fue de gran ayuda. Ya en el 300 DC eran demasiados quienes se apegaban a esta Secta que se conformaba como religión oficial del Imperio. Recurrí a mis maestros con noticias poco gratas, ellos mantuvieron la calma, pues ya el secreto de la ciudad se encontraba firmemente protegido por el hechizo de las arenas. Mi misión ahora me erradicaría en Europa, el régimen de la Santa Iglesia se expandía y las persecuciones comenzaban a ser poco fructíferas.

Debía tomar otro rumbo en mi vida, quizás buscar a los Parthenopaeus, si a mis hermanos, ellos ya había emigrado por diversos territorios siendo grandes líderes, pero finalmente se encontraban en el territorio actual de los Paises Bajos, donde Acheron gobernaba, pero bajo una nueva identidad, bajo el nombre de Franz II Von Habsburg*Lothringe. Aranel y Urian, como honorables príncipes. Mi llegada fue una sorpresa para todos, pero quien mejor me recibió fue Urian, quien parecía esperar mi regreso. Después de casi 2000 años sin vernos, era imposible que no existiesen diferencias y rencores, en especial por parte de Aranel, quien me consideraba un traidor a la familia. Por el contrario Acheron *Franz II* acepto mi presencia y me denomino príncipe errante, mi deber era uno solo, las tropas y conseguir información para el reino, a mi cuidado estaba la seguridad de ellos, pues bien se sabía de la existencia de un grupo de cazadores, en su mayoría creyentes del “Santo Credo” otros por odio o resentimiento contra los vampiros. Que estaban en contra de estos “seres sobrenaturales”, como nos llamaban, en especial si estos eran grandes monarcas y lideres.

Mi estadía en los países bajos no estuvo exenta de novedades, y aunque mi mente siempre busco los ojos de la joven odalisca que conociese en etiopia, la vida de la corte me llevo a conocer a más de una dama que acaparo mi atención. Algunas fueron simples diversiones nocturnas, otras fueron amantes habituales a las visitaba cuando se me antojaba. Se conocía bien en el reino mi fama, y no falto la dama que pretendió obtener de mi algo más que noches de pasión. De ellas solo una lo consiguió, bordeamos ya el siglo XV, cuando una fiesta de mascaras se llevo a cabo en la corte un humano a quien me referiré como el “Lord” era el anfitrión y su conquista, una vampiresa joven, conocida como la Bathory. Sus atributos eran innegables, un figura apetecible y un aroma que invitaba a saborear su sangre, un filtreo fue necesario para que el “Lord” ordenase, ignorando mi parentesco con los monarcas acurio al entonces Rey y planeo en conjunto con él un ataque paralelo hacia ella y hacia mí. Claro, nunca se supo que el entonces monarca, era mi hermano Urian y me advirtió de antemano de los planes del “Lord”, ambos, tanto Lay Bathory como yo nos libramos del ataque, aunque nuestros caminos se separaron. Desconozco donde fue a dar lady Katherine Bathory, pero lo que es yo me dirigí al Sacro Imperio a visitar su emperatriz y ver con mis propios ojos cuan ciertos eran los rumores que llegaban desde aquellos territorios tan conocidos por mí.

Desde ya unos mese, mientras me encontraba en los Países Bajos que llegaron noticias desde el Sacro Imperio Romano, una vampiresa de renombre había tomado el poderío de este territorio, su nombre temida Adalia Sabrina Di Alessandro, se le conocía por ser una tirana y bajo el yugo de la fuerza y las manipulaciones que ella consiguió convencer a los entonces emperadores de cederle el poder. Curiosamente ella y yo nos conocíamos, fuimos compañeros de armas en los tiempo es en que fui aprendiz del Sanat Kumara, pero las ambiciones de ella eran aun mayores que ls mías. Fue sencillo, para ella mantenerse en el poder, aun contra la oposición del mismísimo senado. Viaje a enterarme de lo que allí ocurría, pero mi misión no estaba en esas tierras, y lo que ocurrió en los siguientes años es algo que no merece ser contado.

Pero en lo que me pareció una par de años, cuando en realidad fueron siglos, con fugaces visitas al Palacio de Cristal, una nueva noticia se anunciaba el entonces Rey Franz II, en antaño Acheron, contraería matrimonio con la temida Adalia Sabrina Di Alessandro, era algo que no podía perderme, los conocía a ambos y ese matrimonio sería un hito interesante, no solo para el Clan, sino para ellos mismos. Mi hermano “mayor”, atándose por la eternidad a una mujer. Las bodas fueron dignas de la nobleza a la que pertenecían, pero no por ello fue un matrimonia feliz, pues debieron luchar contra las constantes oposiciones, no solo del senado y su pueblo sino también la inquisición que comenzaba a alzarse con fuerza felices.

Solo Acheron y Sabrina, fueron felices, y de eso la mejor demostración eran sus hijos, los mellizos Katra y Apostolos, los que fueron fruto del amor de ambos y un sortilegio realizado por un nigromante que les concedió la bendición de la paternidad. Ambos jóvenes fieles reflejos de sus padres, aunque nunca compartí mayormente con ellos a quienes solo vi en ciertas ocasiones, cuando visitaba el Imperio. Pues si después de las bodas reales y en especial cuando se anuncio el embarazo de la emperatriz, se requirió mi presencia para vigilarle y velar la integridad de los temporales mortales emperadores. Pero sus hijos, los gemelos, eran humanos y desde ese entonces mi función no solo era pactar alianzas para los países Bajos, sino también para el Sacro Imperio y velar por la seguridad de los nuevos príncipes.

Ahora, he de confesar que erré en mi labor, y no pude cumplir con la seguridad que se me pedía, llegue tarde, muy tarde para impedir la masacre que aquella gélida noche se apodero del Imperio y de los Paises Bajos. Un manto de traiciones y estrategias muy bien planeadas cubrieron a los Parthenopaeus, también conocidos como los Von Habsburg*Lothringe.

Esa noche perdimos todo, el Palacio de Cristal fue incendiado, mientras que en el Sacro Imperio, Franz II y su esposa, eran apresados por motivos políticos, Urian y Aranel, ellos no estaban en el reino cuando aquello ocurrió, pero fueron apresados en Rumania. Apostolos, de él se perdió el rastro en las fronteras de Italia. Era una cacería, para evitar que el Sacro Imperio Romano Germánico y los Países Bajos, afianzasen su unión política y territorial, una expansión que resultaba ser una amenaza para la estabilidad de Europa.

Ciertamente la fortuna acompaño mis pasos aquella jornada, mis arrebatos pasionales por la joven Al’Ramiz, me llevaron a rastrearla, y descuidar mis funciones como centinela de ambos Reinos. Seguí los pasos de la vampiresa y estos me llevaron a la frontera de los Países Bajos, yo la interceptaría allí, pero antes una carta de un viejo amigo de la familia, un anuncio que debíamos escondernos, huir. Mi descuido costaría caro y corrí a galope por el bienestar de mi familia, pero era tarde, lo comprendí al vi a Katra, mi sobrina, víctima de una trampa huyendo en el corcel del Jeque Al’Ramiz quien la defendía.

Lo que ocurrió después de aquello no es difícil de imaginar, se sabía que tanto a ella como a mí se nos buscaba para darnos muerte o al menos apresarnos, ambos exiliados y sin lugar al que volver, aceptamos la protección de aquel Jeque. No deseaba asentarme en un solo lugar, pero debía proteger al único familiar que con certeza estaba vivo y quizás quien sabe, me llevase alguna sorpresa con la joven Al’Ramiz… De mis hermanos noticias no había, tal vez estaban muertos o prisioneros en el mejor de los casos, pero nadie se atrevería jamás a decir que es lo que la fortuna destino para ellos…

Yo, me empeñaría en acompañar a Katra y protegerla, aunque la fortuna podía deparar otros caminos para mi errante andar…. Agharta necesita de mi presencia del mismo modo que mi sobrina, aunque un no serán los únicos que necesitara de mi e incluso pedirán asiente mi andar. Será tiempos de cambios en mi vida inmortal, donde más de un enigma se develara en el siglo de las luces donde el yugo de la inquisición es aun más latente y la amenaza de la guerra es una espada amenazante sobre nuestras cabezas

Datos Extra

♦ Lleva tatuado el ojo de horus en su brazo derecho, señal de su estancia en Egipto
♦ Le gustan las águilas, por considerarlas libres y errantes como él. Además de ser el emblema que su familia portase por milenios
♦ Tiene un collar donde cuelga el Martillo de Thor, recuerdo de sus primeros años en tierras irlandesas
♦ El apellido “Parthenopaeus” es el verdadero apellido de su familia, aunque Acheron al asumir la corona cambio su nombre a Franz II Von Habsburg*Lothringe.
♦ Es uno de los Minoicos del Sanat Kumara, Valerius, quien actualmente se hace llamar Francoise Devoire, lo considera como un hermano,

CRÉDITOS A WICKIE DE SOURCECODE.

por **Nigel Quartermane** Lun Oct 24, 2011 4:46 pm

FICHA APROBADA

Nota importante: Como te mencione antes, no es posible que asumas el cargo de príncipe, aun cuando no tengas el color celeste y el rango del mismo; mencionas en tu ficha que vas directo a asumir tal cargo, por eso te lo menciono, quizás esas sean las intenciones de tu personaje y tu trama, pero no será posible que proclames a tu personaje como un príncipe en tus temas ya que como te explique no aceptamos mas gente de realeza, aun cuando no tengan color y rango.

por **Alastair Parthenopaeus** Lun Jul 16, 2012 11:50 pm

Paso a avisar que ya termine con edición, lamento la tardanza.

Saludos

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