Lo importante es transformar la pasión en carácter {Celestine}

por **Nicolás D' Lenfent** Mar Oct 25, 2011 5:05 pm

En la noche brillaban las estrellas enmarcando una luna muy redonda, que orgullosa veía y era muy oronda mostrándose feliz de estar conmigo. Me preguntaba si vivía en aquellas luces, si sabrá descubrir cuál es su onda y sé que no sabe por qué la onda esta dentro de mí, trata de esconderse todo aquel firmamento en las más bellas zonas. Porque escucho su voz nocturna, es mi luz escondida, sintiendo en su ser mi palpitar muerto, trata de decirme que espere y espere pero esperar no puedo la noche no es eterna. Sé que no miente, sé que me ama la noche, las estrellas, la luna, eso significar creer y aunque callada permanezca volveré a tu encuentro junto a esta plaza donde solo las pinturas se muestran y ahí reflejas toda belleza.

Escrito está en mi alma vuestro gesto, la luna me sonríe a flore, y cuando yo escribí de dos deseos ella solo lo describió, me lee la mente y eso es lo que escondo, no deseo compartir mi delirio a cuesta de su luz.

Perfecto lugar donde escape a un encuentro con la luna, era esplendido tocar ahí hechizado por lo maravilloso del paisaje, pinturas que me idolatran y me hacen vivir de una manera singular e inolvidable, mi alma brilla sin necesidad del silencio. Veo la gente que desaparece de la nada, estoy solo al fin solo, pero que es ese llanto. Puedo sentir una esencia… ¡Pasión! Se me estaba elevando el cuerpo detrás de aquel ser que me dejo ciego, cerrando los ojos mientras levitaba. La sombra ha salido estaba al camino de la tortura, de la sed. Nadie más solo somos tú y yo. Girando sin dejar de olerle, me imaginaba a una pequeña llorando desconsoladamente. ¡Magnifico! La niña está perdida, abrí los brazos en ese instante el aire golpeaba con suma dureza pero era encantador, mis cabellos se movían danzando por la sed que sentía.

Mi mente se trasladaba a ella y era más perfecto saber que estaba perdida. Oh1 La humedad, la fuerza con que latía ese corazón me hacia saborearle, mi boca gozaba ya ese dulzón. Sus ojos tan débiles por el llanto, esas lágrimas perdidas que caen en su ropa y lo salado se podía describir como el viento pasaba y me impregnaba de él.

El cielo nocturno me estaba cuidando, me envolvía en su tuna oscura que parecía ser un esplendido espectro que al verle solo provoca locura e ilusiones. Las palabras se han ido, temiendo a que el profundo anochecer muera y se marchiten mis flores que cogía de la mano, esas flores color negro como mi vida se han escapado de mis manos y se han liberado como yo he liberado mi sed. Veo que caen y la niña las mira, escapando de ahí como un torbellino bajo con lentitud con los brazos cruzados y esa capa que me cubría toda identidad.

por **Celestine Arceneau** Dom Oct 30, 2011 5:34 pm

Extraviada… perdida… sin saber por donde ir… sin conocer el camino.
Esas son las palabras que describen la situación en la que estoy… está bien, sé que estoy en una plaza, pero no sé cómo llegué aquí ni tampoco por donde debo ir para regresar a casa. Me adentré en la pasa intentando reconocer algún lugar y así retomar el camino… pero por el contrario, terminé aún más perdida en medio de la plaza.

En este lugar no hay faroles que iluminen mi camino, solo la luna es la única proveedora de luz, una tenue luz que solo me sirve para ver sombras. Sombras que en plena noche adquieren formas siniestras que lo que consiguen es provocarme escalofríos por mi espalda. El viento frío y la oscuridad de esta noche otoñal hacen que mis escalofríos se mezclen con mis temblores de temor, desde que tengo memoria la oscuridad me asusta, no importa donde esté, si está oscuro no puedo dejar de temblar.

Dejo de caminar y miro a mi alrededor. No hay nada ni nadie, estoy sola en plena noche. La presión en mi pecho es inmensa y tengo que dejarla salir, y la única forma de hacerlo es através del llanto. Las lágrimas saladas hacen su camino por mis mejillas sin detenerse hasta caer sobre mi vestido de color rosa claro con detalles bordados en blanco y el suelo. Al principio mis lágrimas caían en silencio, pero lentamente gemiditos escapan de mis labios aumentando el volumen. Solo mi llanto se escucha acompañado por el suave ruido del viento sobre las hojas de los árboles que se mueven por el cielo.

Algo rosa mi nariz y al bajar la mirada puedo distinguir una flor de color negro. Cae otra… y otra… agarro una con una de mis manos y levanto la mirada por pura inercia, como para saber de donde vienen. Solo veo el cielo iluminado de estrellas y la brillante luna. Vuelvo a mirar la flor en mi mano, pero un sonido a mi espalda llama mi atención. Era el sonido que hace una tela al moverse con el viento. Al girarme me encuentro con la silueta de un hombre con capa, aunque no puedo distinguir su cara, puedo sentir perfectamente su mirada sobre mí. El llanto paró y solo quedan mis lágrimas cayendo en un recorrido silencioso. Esa persona me produce escalofríos y doy dos pasos hacia atrás para alejarme aún más de él.

por **Nicolás D' Lenfent** Mar Nov 08, 2011 1:33 pm

El arcángel ha aterrizado de su vuelo, sus brazos se han extendido que parecen alas, esas alas donde le muestran la oscuridad plena de su existencia, la túnica que le cubre hecha por la misma negrura del mundo, donde no hay estrella alguna si no dos soles que se muestran en sus ojos tristes y solitarios del mundo real. Acercándose a la dosis perfecta “Que niña” Su piel tan frágil le hacían detener el tiempo y aventarse a ella para devorarla pero esto solo era un deseo inferior que se aferraba a gritos de que lo hiciera, sus colmillos ya aclamaban ser presionados en su cuello, en su muñeca. El miedo se percibía y el movimiento lo confirmaba, ella daba dos pasos atrás y él se le acercaba más donde le hizo una leve reverencia. Sin dejar de descubrir su rostro, la esencia de su alma.

Danzo para ella ya que le provocaba la pasión con el anterior llanto, aun el sabor de sus lagrimas se percibían, su corazón tan apetecible que ya sentía tenerlo en sus manos y estrujarlo para beberse la sangre dulzona y cálida. Dejar ver lo que se siente, saber qué es lo que sucede cuando la luz permanece siempre junto a ti, beber de la luz, saborear su belleza. Que esplendía niña, su fragilidad es más excitante que nada pero ¡Danza! Su cuerpo más cálido podrá moverse con delirios y este ambiciona demasiado de ella.

-Ven.-al fin el “Galán de la noche” ofreció su mano alargándola hacia la dirección de la pequeña para que fuera su acompañante, sea su guía esta noche para reunir toda magia en una sola. Que siga los compas de las melodías que se escuchan en su mente, compartir su temor juntos. Sentir la vida con sus manos mientras intente huir de él, su miedo prendía toda locura en el.

La pequeña se negaba y se veía pero esto no acabaría fácilmente, apenas estaba comenzando a desearla solo era momento de que cayeran las estrellas y así poder apoderarse de ella por completo. Al ver que no acedia le tomo de las manos para cargarla y así dar vueltas en su propio eje, ¡La tierra no gira! Solo son ellos moviendo la vida juntos. El viento era el que elevaba el ritmo con más seducción, y su rostro le inundaba de amor.

Más de mil años esperando, había pensado de que nunca tendría su droga, ella era todo y ahora la tenía justamente y solo deseaba seguirla viendo sin perderse cada movimiento. Penetrando a su mente donde solo el miedo se prolongaba mas. ¡No temas! Le quería decir pero sus ojos solo le demostraban de que todo pasaría y ella ni siquiera lo sentiría. –Al fin Juntos- Musito apenas con un indiferente movimiento en sus labios, aun cargaba de ella y danzaba, el cielo está a punto de destruirse y ella al fin ha llegado a su brazos. Solo un segundo bastaba para que su sangre recorriera su propio cuerpo y sentir la conexión más profunda de lo que llego a pensar. Le volvía loco su piel, su sensibilidad, sus ojos ¡Seguiré! Hasta que la noche deje de verse en sus ojos.

por **Celestine Arceneau** Miér Nov 09, 2011 5:27 pm

¿Es mi imaginación o el ambiente se puso más frío que antes?... No, no es el ambiente, es esta persona que hace que todo parezca más frío de lo que es, me congela la sangre su sola presencia y no entiendo la razón de esto… mis instintos… aquellos instintos primitivos que todo humano posee y que muy pocas veces le hace caso están más latentes que nunca, el instinto que me dice que esta persona es peligrosa, el instinto que me dice que corra en la dirección contraria a la que está, el instinto que se conoce como “sobrevivir”, este instinto crece en mi interior como una gran bola de nieve que cae de una colina, llenando cada rincón, de mi ser.

-Ven.-

Esa pequeña palabra hecha por sus labios solo me hace temblar. No me había dado cuenta que me quedé quieta, observando su danza como hipnotizada hasta que se detuvo y habló. La respuesta es obvia, aunque sus palabras se escucharon fuertemente yo solo escuché una palabra muy diferente… “Peligro”.

-No… gracias señor…-

Rechazo su oferta con educación y temblando. Miro hacia un lado y estoy preparándome para escapar de este lugar, aunque talvez termine más perdida que ahora, pero seguramente será menos peligroso que este lugar… doy un paso para alejarme de esta persona pero enseguida me encuentro siendo cargada por unos brazos fríos al tacto y todo gira a mi alrededor mientras esta persona me hace girar con él sobre su eje.

No deja de danzar conmigo en sus brazos y en un giro me encuentro con sus ojos… algo en ellos… una especie de mensaje… como si me dijeran que todo pasará rápido… pero ¿todo qué? ¿qué cosa pasará rápido? Sinceramente prefiero no saberlo. Mis instintos… aquella alarma innata suena fuertemente dentro de mi, con gran fuerza, advirtiéndome del peligro. Mi corazón late rápidamente y siento mi garganta reseca y trago con fuerza.

Seguimos girando. No hay nadie más que nosotros. Seguimos danzando. La oscura noche solo iluminada por las estrellas y la luna nos acompañan. Seguimos girando. Me habla. Seguimos danzando. Sus palabras hacen que un escalofrío recorra toda mi espalda. Seguimos girando, danzando, una danza rara, un baile que me produce escalofríos.

por **Nicolás D' Lenfent** Jue Dic 29, 2011 2:14 pm

Como una lágrima de la faz princesa,
Sus últimas palabras en libertad
Con la más profunda cicatriz en el corazón
Entonces, sus ojos comenzaron a agotarse
Bajo el peso de un sueño mortal,
A crecer en extrañas tristezas,
A nublarse, como si pudiesen llorar.
Nicolas D’ Lenfent

Era el maldito silencio que hacia delirar a este violinista que al fin ha conseguido su melodía final con aquella niña, entregada a sus brazos con la danza de la muerte ¡No! Muerte ¡No! Ella no debe de morir, ¿Quién te dará esa pasión? Si la matas. ¡Egoísta! Por desear el delirio con ella y no quererla compartir, y así será marcada la vida de esta niña cumpliendo los deseos del vampiro enloquecido.

Vueltas y más vueltas se hacía, pues tenía que empezar con el sacrilegio de la primera gota de sangre de la princesa del dolor, la que ha sido elegida para recorrer el sendero del vacío de Nicolás, esta a punto de iniciar, y en su mente se vino el recuerdo de la hoguera en la que iba a ser sacrificado para dejar el alma en pena.

El intenso brillo en sus ojos, el deseo se estaba descontrolando, el animal estaba por salir de la jaula pero esto quería hacerlo como una noche lo mostro ante el público, ante el mundo, lentamente y con una excelencia de drama en su ser y así dio inicio. Un beso fue posado en su frente, la piel más suave y tan perfecta era que nunca se espero ese momento. Sera que la muerte a predicho su rencuentro con el violinista y este era su regalo para la despedida final.

Disfrutaba de ella en lo más mínimo, su reacción, el temor que presentía de ella, el temblor que acaricia su piel fría era tan cautivadora al sentirle, verle que su alma se aferra a la salvación, a escapar del demonio que se ha encontrado en el. ¡Escalofríos! Era la primera vez que pudo percatar esto de una pequeña como ella, fascinante era todo.

Y ahí al fin al dar un medio giro sus labios dejaron un beso en el pecho tras este dejo relucir sus colmillos blancos y filudos que se hundieron en la piel ajena donde la primera gota rozo sus labios tan anhelantes empezaron a extraerle la sangre. Podía sentir el corazón en sus labios, sentía que lo estaba estrujando, tan cerca estaba, aquel lugar en su pecho donde guarda la melodía de la vida. La niña había sido inclinada para morderle mientras que con un abrazo tan protector le dejo posando. Aun giraban, el baile no secaba aun y de repente apareció en su mente la misma ave volando a oscuras y la luz veía pero después todo era triste y dolor.

por **Celestine Arceneau** Vie Ene 13, 2012 8:01 am

Giramos, giramos y giramos en infinitas vueltas sin fin, en una danza muy extraña para mi, extreaña y al mismo tiempo en una danza que me infundaba miedo. No se porque es este sentimiento de miedo, de ganas de salir corriendo, de estar lejos de la persona que en estos momentos me tiene en sus brazos y me hace bailar con el, un baile, una danza, en la que yo no quiero participar.

Un beso, un beso en la frente… es increíble como un simple beso dado por esos labios fríos me hace temblar, tener escalofríos de miedo, como si mi cuerpo supiera algo que pasará y que mi mente ignora por completo.

Un giro más, me inclina levemente… y un grito de dolor escapa de mis labios al sentir que algo se clava en mi pecho, un grito solo escuchado por los árboles y las bancas de esta solitaria plaza. No estoy segura de lo que pasaba, pero sí sé que el causante de este dolor es esta rara persona. Con mis manos trato de empujarlo, apartarlo de mi y que me suelte, pero es algo simplemente inútil. Mis pequeños golpes no le hacen nada, es más, pareciera que no los siente. Mi corazón late más deprisa al dare cuenta que no hay forma en que pueda soltarme.

Lentamente mis movimientos se vuelven más lentos y débil. Un extraño cnsancio comienza a invadir mi cuerpo. Miro el cielo nocturno, poblado de brillantes estrellas y la luna como la única testigo de lo que está pasando. Cierro los ojos para no marearme más de lo que estoy.

Una sombra pasa por arriba de nosotros rápidamente…. Otra vez hace lo mismo, esa sombra proyectada por la luz de la luna, aleteando, como si de un ave negra se tratara. Algo cae lentamente sobre mi pecho, frente a los ojos de este hombre… es una pluma, una pluma negra. Otra pluma cae, aterrizando en mi cara, pero yo no abro los ojos, como si no la sintiera. Una pluma más, esta vez de color blanca, cae sobre la cabeza de este hombre. A nuestro alrededor, plumas y plumas blancas y negras caen, creando un colchón de plumas en el suelo.

De golpe una chispa salta en el suelo, entre las plumas, cientos de chispas brillan como en una extraña danza creando un circulo a nuestro alrededor. El viento sopla y de golpe esas chispas brillan con intensidad y se convierten en enormes llamaradas de fuego. Es como si ambos estuviéramos dentro de una enorme hoguera donde el fuego no nos alcanza.

por **Nicolás D' Lenfent** Mar Ene 24, 2012 7:54 pm

¿La muerte porque le seduce?
No se cansa en sembrar terror y melancolía
Tienes que venir a él, para entregarle el ave
Pero ¡Dejadla! Que vuele por el cielo extenso y claro
El ave ya no es tuya ahora es libre.
Ahora goza de tu soledad eternamente
Escuchas! Más solo estarás.
Nicolas D`Lenfent

Tan seductor el viento se movía alrededor de ellos parecía que la locura se adentraba en cada uno de sus ojos, ahora mismo le transmitía aquella oscuridad que le apasionaba, esos sentimientos de soledad. La muerte estaba seduciendo a su princesa del dolor, ¿Por qué le seducía? No se cansaba de sembrar el terror y la melancolía con sus labios, quería sentirla toda, querer que viniera su alma a él. ¡Su alma quería destrozar! Que esplendoroso momento se sentía ¡Egoísta! Todo era egoísta de su parte, quería robarle su alma y apoderarse de ella, quitarle aquel tesoro que a él algún maldito día se la arrebataron, es por eso que nunca se conformara con otras vidas. ¡Matar! Hacer el dolor en ellos era un perfecto arte inigualable. Pero algo paso, ¿Qué está pasando? Sigue bebiendo de ella y no se acaba, su dulce sabor no para, aun sigue danzando con los latidos de su corazón.

¡No! Gritaba en su mente aterrorizado, el ave se ha escapado de su vacio ¡Donde está el ave! ¡Donde esta Nicolás! Apretando los ojos con fuerza, sus brazos permanecientes en el cuerpo de la pequeña, la sangre siguiendo aquel camino lleno de espinas muertas, recorriendo el lago eterno de su cuerpo, pero donde ha de ir todo aquella sangre rosal, su corazón ya había muerto y no había lugar para tanta belleza. El ave que tanto buscaba lo ha encontrado en ella, ella es el templo donde el ave puede guardar sin morir. Una mordida más en su cuello y un gemido excitante lleno de fervor donde hizo que sus ojos brillaran. Sus ojos al cerrarlos se han robado el brillo de la luna, se robaron el color de la sangre de su princesa, sigue bebiendo y las vueltas siguen, el mismo aire los alza y el baile del viento aterrador se transforma.

Un momento, solo un momento sintió como caricias en él, su cuerpo aclamaba más de ello que sus manos comenzaron a acariciarle su cuerpo, donde con aquel sueño se vieran sus alas envolverle, escondiéndolos del mundo y algo ocurrió. El espectro ha liberado una lagrima de su ojo, su rostro ha sido manchado por aquella sangre que se desvanece en su mejilla, un trueno de que la lluvia caería bajo de ellos y así comenzó a llover y el a llorar silenciosamente.
La luna la sentía cerca que le susurro que le dejara, que dejara a la princesa para ella, que la lluvia vino a salvarlos a ambos, que apagaría la hoguera si le entregaba a la princesa. Pero él seguía y al final abrió sus ojos al sentir que la danza ahora era lenta y vio que el alma la tenía cerca de él , sus ojos le vieron que guardo aquel recuerdo de ella en él y rápidamente le abandono con un grito hermoso-¡NO!-Le dio un pequeño beso en aquellos labios dejando su promesa de que jamás le mataría.

por **Celestine Arceneau** Mar Ene 24, 2012 8:44 pm

Temor, es el sentimiento que tengo en lo más profundo de mi ser. Tengo miedo de lo que está pasando, miedo de lo que esta persona está haciendo, aunque no lo entiendo, solo sé que mi cuerpo, antes lleno de energía y espíritu, lentamente se vuelve pesado, costándome hacer el más mínimo movimiento, la calidez que me envuelve desaparece y el frío de la noche, cala profundo hasta mis huesos, haciéndome temblar. El aire… me cuesta respirar, siento que se me dificulta, como si tuviera un caballo acostado en mi pecho y no me deja respirar con normalidad, mi respiración es débil, pausada, profunda. Los latidos de mi corazón se van debilitando a medida que el elíxir carmesí de la vida, sale de mi cuerpo, manchando mi vestido con algunas gotas que la boca de esta persona no logra retener y encuentran una salida.

Quiero alejarme, quiero salir corriendo, dejar de bailar esta extraña pieza de danza. Nunca creí que… desearía volver a casa, pero eso quiero, estar en casa y no haber salido. Por más que le ordene mentalmente a mi cuerpo moverse, simplemente no puedo, intentar levantar mi mano es como tratar de levantar un oso gigante… me es imposible, y mi mente comienza a dormirse y despertarse constantemente, enviándome en un viaje de sueños y realidad constante que no estoy segura de cuando estoy despierta y cuando no.

Algo se posa en mis labios, regresándome brevemente a la realidad. Con un esfuerzo sobrehumano abro las ventanas de mi alma, que en estos momentos están opacos por el debilitamiento y el estado de mi cuerpo. No logro enfocar y por eso solo veo borroso. Pero internamente, el miedo que sentía desaparece, como si todo hubiera terminado y ya nada más pasaría. Los faroles de mi alma, que siempre están brillantes, se cierran, dejando de emanar luz, mi cuerpo se vuelve más pesado y mi mente su suma a la oscuridad de la noche, dejándome inconciente en los brazos de este hombre.

Al mismo tiempo que mis ojos se cierra, las ilusiones hechas a mi alrededor desaparecen. La hoguera se apaga como si alguien soplara una vela, las plumas dejan de caer y al tocar el suelo desaparecen en una muda explosión de humo. Dejándonos nuevamente solos en el suelo firme , somos solo nosotros dos en compañía de la noche, la luna y las estrellas. Solo nosotros, ninguna otra alma a nuestro alrededor.

por **Nicolás D' Lenfent** Mar Mar 13, 2012 4:05 pm

Su luz tan hermosa no debe de apagarse ¡Dejadla! Que su belleza no cese ante este horrible deseo. Pero ¿por qué luna?, ¿porque a ella? ¿Por qué le salvas la vida? Que no ves que sufre por no matarla, por gozar de sus latidos lentos invitándole a sentir sus melodías finales, ver su cuerpo inerte y seguir danzando con su cuerpo. Quiere ser el maldito titiritero que juegue una vez más con la muerte en sus brazos porque negarle esa pasión, y esta noche llena de sueños sangrientos. Empezando ese hermoso heaven liberado en su sueño ¡Sueña! Que el jinete ira en tu búsqueda, no temas por cerrar los ojos, despierta o dormida siempre podrá verte. Emprendiendo el camino a sus pensamientos mientras encuentra la entrada a su sueño para convertirlo en una pesadilla.

-Duerme mi pequeña Celeste-Imaginando el celeste que representaba para el negado completamente por lo que era, solo podría vivir ese sueño a su lado sin importarle que sea una ilusión. ¡Todo es ilusión y nadie lo sabe! –Déjame entrar para morir en ese sueño donde te encuentras, si al melancólico ángel le has negado tu muerte entonces dejar que obtenga mi muerte a tu lado. Voz, esa voz le incita a dormirle más, evitar que se despierte y solo permanezca entre sus brazos, una suavidad adquirieron sus manos al acariciar sus cabellos, enloquecido estaba por ver el sueño más dulce que no había visto nunca. Perdiendo todo encanto, fantasía finalizada porque todo se transformo en la verdadera historia de su dama durmiente. Porque la sensación de aquel beso seguía sintiendo, aun sus labios tibios presentía rozarlos con su frialdad de estos labios melancólicos. Sus pies le hicieron saber que el vuelo había finalizado, estaba justo pisando la tierra de la realidad. ¡Trueno veloz, trueno hermoso! Se ha lanzado contra el viento, y la capa la ha envuelto protegiéndola de la tormenta anunciada.

¡Agua! Diminutiva e indefensa, una gota cayó en su mejilla, cerrando los ojos danzando sin parar. ¡Baile! Que jamás debe de terminar, ella es la melodía que necesita para seguir el baile, su respiración divina sensación que sentía en ella, y su mente solo veía aquel corazón debilitado, pero nada ha terminado, la pesadilla aun no termina. Pesadilla que se ha hecho para ambos. Sigue danzando para ella, para la luna por tristeza de que no le cumplió su deseo. Un deseo que jamás podrá obtener por culpa de su luz, por los celos que la soledad le tiene por ver a este maldito arcángel desear más la muerte de esa princesa que su propia soledad. –La rosa se ha de marchitar algún día, así como su belleza se irá como un hilo al viento ¡Duerme mientras deseo aun mas este sueño de matarte!- Emprendiendo el viaje a las estrellas, a las estrellas que son esos hermosos ojos tan puros que los mancha al verlos, ella duerme y aun puede imaginar el color de sus ojos, nada se podrá olvidar mientras desee matarla hasta entonces ese será su tormento. Un beso le ha dado en el dorso de su mano, princesa mortal, princesa de su dolor.

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