AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Erase dos veces....que quise decirte te extraño.[Kaine de Ronsard]
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Erase dos veces....que quise decirte te extraño.[Kaine de Ronsard]
Muchas experiencias viví en todo estos meses que pase lejos de París, pero había vuelto con la esperanza de que al menos pudiera ver una cara conocida. Volví al orfanato, lugar donde pasaba parte de la mañana trabajando y parte de la noche cuidando a los pequeños del orfanato. Había vuelto con el pensamiento de que podría volver a estar en este lugar, junto con los niños de nuevo. Alguien había dejado el puesto libre de ayudante, así que lo tome enseguida, no había nada que volver del pasado y poder retomar antiguas costumbres. Las costumbres eran cosas que no se debían de perder nunca y según escuche alguna gente las habían olvidado, las habían apartado poniendo otras distintas. El lugar seguía igual que siempre, bello, con sus ventanales envueltos con una bella enredadera verde, que se teñía de hoja de otoño. Mucho tiempo paso, pero todo seguía igual. Pude ver un retrato mío puesto en un pequeño altar cerca de las escaleras que conducían hacia el Cristo en la pequeña capilla del orfanato. Al parecer, para algunos niños, era aun un recuerdo demasiado vigente en sus memorias, pero ahora era real, de nuevo vivía y era una prueba real de ello. Aquí estaba, así que entre en la capilla, observando el lugar deshabitado que a esas horas los niños deberían de estar durmiendo. Era de noche. Las velas iluminaban el lugar tenuemente contrastándolo con la luz de la luna y cuando la observe a través del cristal de la ventana, ciertos recuerdos vinieron a mi mente. Él, el mago de las estrellas, también la luna recordaba a los paseos que lejos de París realizaba todas las noches antes de irme a dormir. Volví a ver el retrato y había un cochecito de juguete, el mismo que utilizaba aquel niño.
Tendría que haber crecido, al menos unos centímetros desde que dejé de verlo. Si, podría no acordarse de mí, aunque yo no sé qué clase de persona soy, huyendo y volviendo de nuevo para no encontrarme a nadie. Ni tan solo escuche noticias de mi padre adoptivo, ni de nadie más que conocí hace tiempo. Mis piernas flaquearon, mi cuerpo se sentó sobre un banco de madera que había junto con otros bancos mas, el cochecito seguía sin moverse, mi mirada iba hacia mis rodillas, mi pelo hacia delante y mis manos taparon mis ojos ocultando las recientes lágrimas que salían de la cuenca de mis ojos. Comencé a llorar, me dije que nunca más lo volvería a hacer, pero era inevitable sentirme tan sola en un lugar en el que habitaba tantos recuerdos, tantos, que se acumulaban en mi mente hasta hacerme explotar. Escuche un aullido contrastando con el llanto, eso me recordó que París se había vuelto más peligrosa que cuando lo deje. Un cierto conde, había sido encarcelado por alta traición, alguien había perdido a una niña, ayer había llovido hasta inundar ciertos negocios, una revolución se acercaba. ¿Qué había pasado? ¿Me iba y esto se volvía patas arriba? Otro aullido escuche, ya me causo curiosidad, me asome a la ventana y vi una manada de perros. -¡Perros!-Pensé frunciendo el ceño. Alguien que conocía solía ir con perros. Negué admitiendo lo posible. Entonces mire al coche de juguete y este se había movido un poco hacia el borde de la mesa en donde se encontraba. Escuche voces que respondían y preguntaban, hasta pude escuchar gritos cada vez más alarmantes. Quería ir, la curiosidad me hacia ir, pero ¿Y si me buscaban?
¿Y me habían encontrado? Volví para olvidar de nuevo otro pasado. Decidí andar un par de pasos hacia delante, mis tacones hacían eco en la capilla. Jugaba con mis manos de lo nerviosa que estaba por si era quien yo creía que era. Entonces, me pare en seco. ¡Oh! Un perro, con el rabo en movimiento me miraba a la cara y agarro el bajo de mi falda, pero no hice nada. Enseguida otros pasos junto con una regañina me habían dejado de piedra.
-Hola...-Mis palabras simplemente fallaron.
Tendría que haber crecido, al menos unos centímetros desde que dejé de verlo. Si, podría no acordarse de mí, aunque yo no sé qué clase de persona soy, huyendo y volviendo de nuevo para no encontrarme a nadie. Ni tan solo escuche noticias de mi padre adoptivo, ni de nadie más que conocí hace tiempo. Mis piernas flaquearon, mi cuerpo se sentó sobre un banco de madera que había junto con otros bancos mas, el cochecito seguía sin moverse, mi mirada iba hacia mis rodillas, mi pelo hacia delante y mis manos taparon mis ojos ocultando las recientes lágrimas que salían de la cuenca de mis ojos. Comencé a llorar, me dije que nunca más lo volvería a hacer, pero era inevitable sentirme tan sola en un lugar en el que habitaba tantos recuerdos, tantos, que se acumulaban en mi mente hasta hacerme explotar. Escuche un aullido contrastando con el llanto, eso me recordó que París se había vuelto más peligrosa que cuando lo deje. Un cierto conde, había sido encarcelado por alta traición, alguien había perdido a una niña, ayer había llovido hasta inundar ciertos negocios, una revolución se acercaba. ¿Qué había pasado? ¿Me iba y esto se volvía patas arriba? Otro aullido escuche, ya me causo curiosidad, me asome a la ventana y vi una manada de perros. -¡Perros!-Pensé frunciendo el ceño. Alguien que conocía solía ir con perros. Negué admitiendo lo posible. Entonces mire al coche de juguete y este se había movido un poco hacia el borde de la mesa en donde se encontraba. Escuche voces que respondían y preguntaban, hasta pude escuchar gritos cada vez más alarmantes. Quería ir, la curiosidad me hacia ir, pero ¿Y si me buscaban?
¿Y me habían encontrado? Volví para olvidar de nuevo otro pasado. Decidí andar un par de pasos hacia delante, mis tacones hacían eco en la capilla. Jugaba con mis manos de lo nerviosa que estaba por si era quien yo creía que era. Entonces, me pare en seco. ¡Oh! Un perro, con el rabo en movimiento me miraba a la cara y agarro el bajo de mi falda, pero no hice nada. Enseguida otros pasos junto con una regañina me habían dejado de piedra.
-Hola...-Mis palabras simplemente fallaron.
Lenneth P. Stratowski- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 31/10/2011
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Re: Erase dos veces....que quise decirte te extraño.[Kaine de Ronsard]
El humo del opio que había estado fumando durante los últimos cinco minutos salía de sus labios danzando grácilmente entre sus cabellos y era lo que había estado llenando su habitación últimamente, el sentimiento que recorría su cuerpo después de probarla le regresaba la tranquilidad y le volvía un poco más loco cada vez, sonrió mirando su pipa, aquella hierba no le afectaba en lo absoluto ni la necesitaba, ninguno de los suyos lo hacía, los sentidos de su lobo lo mantenían en la tierra y les hacían inmunes a cosas con las que los humanos normales podrían quebrarse fácilmente, sin duda era una de las pocas ventajas que le había encontrado a su ya común condición de hombre lobo.
Un sentimiento de melancolía le recorría cada vez que intentaba pensar en lo ocurrido hacía dos meses, durante ese tiempo había pasado muchas cosas y en realidad las cosas se habían calmado bastante desde la última vez, había encontrado a viejos amigos y aunque el no recordaba nada de vez en cuando destellos de luz alumbraban su cabeza, últimamente había algunas cosas que comenzó a superar, se había sentido terrible al saber que Pandora, aquella chica a la que prometió proteger había muerto a golpeada y maltratada a manos de su amo, mientras el yacía perdido entre un montón de cazadores locos, también había otra gran lista de las personas a las que echaba de menos sin embargo pensar en ellas ya no era doloroso, solamente se sentía solitario y de alguna manera reconfortante, de vez en cuando le gustaba pasar por el cementerio o por el bosque, o el lugar donde residían sus tumbas, tomar un trago con Hiro, hablar un poco con Yin y cantarle algunas estrofas a Pandora, era como en los viejos tiempos y aun cuando ellos no me hablase y no pudiesen contestarme era fácil para mi pensar que me estaban escuchando, en algún lugar lejano, y aun así mas cerca de lo que me imaginaba estaban ellos, sonriendo como antes, jugando y bromeando conmigo, aun cuando Yin era un poco seria o Hiro parecía algo trastocado podía sentir la calidez de sus risas a lo lejos
- Estense quietos!!!!!-grito el licano mientras sentía la intranquilidad entre sus acompañantes, como muchas veces durante todo el tiempo que llevaba recordando sus pies lo había llevado corriendo hasta aquel solitario lugar, bueno, en realidad el lo llamaba solitario porque en ahora, comparado con el pasado, no había ni una maldita cosa que lo mantuviese atado a aquellas paredes de piedra excepto su fantasma, aquel viejo fantasma formado del recuerdo y el anhelo que sintió alguna vez por alguien que ya no estaba, pensaba que la vez pudiese ver a sirenia y hablar un rato con ella, después de algún tiempo había podido volver a ese lugar sin que el estómago se le revolviese y sus manos comenzasen a temblar, podía mirar aquella ventana con melancolía solamente y no con aquel infinito dolor que amenazaba con dejarlo caer en el abismo- Por favor chicos que les pasa!!!!-grito viéndolos incontrolables, parecían ansiosos y se habían echado a correr en un momento dado asaltando a una joven y al instante Seba se pegó de sus faldas, como siempre ese perro confianzudo parecía haberle tomado cariño a la joven con solo verla, Kaine estaba a punto de decir algo mas cuando repentinamente fue golpeado con la imagen del rostro de la muchacha ¿Podría ser? ¿Podría ser esto real? Sus manos y sus labios temblaron de aquella manera tan familiar, pensó que habían dejado de hacerlo pero al parecer no lo había superado por completo
- Le…Lenneth???-sus ojos mostraban una terrible confusión y en el momento en el que escucho su voz lo supo, ella estaba de vuelta
Un sentimiento de melancolía le recorría cada vez que intentaba pensar en lo ocurrido hacía dos meses, durante ese tiempo había pasado muchas cosas y en realidad las cosas se habían calmado bastante desde la última vez, había encontrado a viejos amigos y aunque el no recordaba nada de vez en cuando destellos de luz alumbraban su cabeza, últimamente había algunas cosas que comenzó a superar, se había sentido terrible al saber que Pandora, aquella chica a la que prometió proteger había muerto a golpeada y maltratada a manos de su amo, mientras el yacía perdido entre un montón de cazadores locos, también había otra gran lista de las personas a las que echaba de menos sin embargo pensar en ellas ya no era doloroso, solamente se sentía solitario y de alguna manera reconfortante, de vez en cuando le gustaba pasar por el cementerio o por el bosque, o el lugar donde residían sus tumbas, tomar un trago con Hiro, hablar un poco con Yin y cantarle algunas estrofas a Pandora, era como en los viejos tiempos y aun cuando ellos no me hablase y no pudiesen contestarme era fácil para mi pensar que me estaban escuchando, en algún lugar lejano, y aun así mas cerca de lo que me imaginaba estaban ellos, sonriendo como antes, jugando y bromeando conmigo, aun cuando Yin era un poco seria o Hiro parecía algo trastocado podía sentir la calidez de sus risas a lo lejos
- Estense quietos!!!!!-grito el licano mientras sentía la intranquilidad entre sus acompañantes, como muchas veces durante todo el tiempo que llevaba recordando sus pies lo había llevado corriendo hasta aquel solitario lugar, bueno, en realidad el lo llamaba solitario porque en ahora, comparado con el pasado, no había ni una maldita cosa que lo mantuviese atado a aquellas paredes de piedra excepto su fantasma, aquel viejo fantasma formado del recuerdo y el anhelo que sintió alguna vez por alguien que ya no estaba, pensaba que la vez pudiese ver a sirenia y hablar un rato con ella, después de algún tiempo había podido volver a ese lugar sin que el estómago se le revolviese y sus manos comenzasen a temblar, podía mirar aquella ventana con melancolía solamente y no con aquel infinito dolor que amenazaba con dejarlo caer en el abismo- Por favor chicos que les pasa!!!!-grito viéndolos incontrolables, parecían ansiosos y se habían echado a correr en un momento dado asaltando a una joven y al instante Seba se pegó de sus faldas, como siempre ese perro confianzudo parecía haberle tomado cariño a la joven con solo verla, Kaine estaba a punto de decir algo mas cuando repentinamente fue golpeado con la imagen del rostro de la muchacha ¿Podría ser? ¿Podría ser esto real? Sus manos y sus labios temblaron de aquella manera tan familiar, pensó que habían dejado de hacerlo pero al parecer no lo había superado por completo
- Le…Lenneth???-sus ojos mostraban una terrible confusión y en el momento en el que escucho su voz lo supo, ella estaba de vuelta
Kaine de Ronsard- Licántropo Clase Alta
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Fecha de inscripción : 13/06/2011
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Re: Erase dos veces....que quise decirte te extraño.[Kaine de Ronsard]
No sabía cómo actuar. Estaba en un escenario, sola, en silencio, dispuesta a decir mi monologo. Silencio. Más y más silencio y mil palabras en mi cabeza, mil acciones por querer demostrar en...hacia Kaine. Dijo mi nombre, no parecía haberme olvidado. La noche que, por última vez nos vimos, él parecía estar en mi habitación, la noche nos invadía con sus llantos de lluvia. ¿Qué anunciaba? ¿Una despedida? ¿Un mal augurio? Mis manos, ahora se revolvían nerviosas, mi cuerpo quería moverse, pero no podía a causa del miedo. ¿Qué me pasaba? Era Kaine de Ronsard, él único que el destino caprichoso quería que me encontrase. Le miraba y miré a aquel perro que al parecer se había encariñado con mis ropas.
Un recuerdo fugaz vino en aquel instante mientras el canino parecía insistir en mis faldas. ¡Dios mío! Es el mismo vestido, el mismo que lleve en aquella noche. No me di cuenta, posiblemente estaba el aroma de cuando me abalance sobre Kaine en aquel almacén. Al recordarlo, me sonroje, le estaba mirando y no me di cuenta que de los tirones que me daba, mis pies andaban hacia delante, hacia Kaine, hasta que ya, apenas cinco centímetros nos separaban del uno del otro. Más nerviosa me puse, pero era una tonta, siempre lo había sido. Le miraba a aquellos ojos castaños que tanto me gustaban. Eran, profundos, inocentes y cuando sonreía, bueno, dejémoslo ahí.
-Ka...Kaine...-Dije pues yo también estaba un poco en estado de shock, posiblemente no tanto como él pues me vio después que yo a él, pero mis labios se quedaron secos de no saber qué decir. Después de tanto tiempo, ¿Qué podías decir? Habían sido dos meses, dos meses desde la última vez que le vi, que roce su piel con mis manos desnudas. Mi mano, temblorosa se dirigía hacia la mejilla izquierda de Kaine, quería acariciarla, sentirla después de dos meses sin verle-...Lo..Yo...s—soy yo....-mi voz salía en cortes pequeños, desquebrajada por no saber qué decir, por no saber que pensar en decirle. El silencio había acallado a los perros que bueno, ladraban hacia unos momentos y mi mano seguía aun en su mejilla, bien, ahora le acariciaba con el pulgar parte de su pómulo-. . . –Trague saliva pues no me era fácil, no era por timidez casualmente, sino porque no sabía que decir, le tenía ahí mismo.
Parecía no escapar, no quería que escapase. No, Kaine, no te escapes y no pude aguantar abrazarle, rodeando mis brazos por su cintura y pegando mi cuerpo al suyo, fuerte, que no se me escapara. Era alguna clase de sueño que finalmente, se convirtió en realidad después de tanto tiempo. ¿Por qué me fui? ¿Por qué dejar morir mis sentimientos? Kristof había hecho un trabajo increíble con aquella pócima del sueño eterno, más bien me sentía como la blancanieves de algún cuento que después de que despertara, encuentra a su príncipe. Aunque, en esto último, no estaría bien segura. ¿Y si él Ya estaba aquí, pero lejos de mí alcance? Que Dios me mate, si llega a ser así.
-Kaine, te extrañe...-Dije junto con algunas lágrimas que salían de mis ojos-...Te...extrañe-En realidad lo primero era decir lo que mi corazón sentía, era la primera persona a quién había extrañado en mucho tiempo, de algún modo, había captado mi atención desde el primer momento que le vi, junto al pequeño niño Thomas que se quedo dormido cuando le leía un cuento para dormir. Intente mirarle a los ojos de nuevo, pero solamente me volví a esconder en la curva de su cuello, mis ojos le mojaban su piel desnuda, su olor, era el de siempre, a un olor de la tierra, a alguien que le gustaba el aire libre al igual que a mí.
¿Cómo reaccionaría? No lo sabía, pero ahora quería estar por siempre en sus brazos, o al menos cerca de él. Estaba sacando cosas de donde no las había, pero mi corazón acelerado, palpitaba una y otra vez, a paso veloz, intente reprimirlo pero me apegue más a él-...Es algo repentino...no supe esta sorpresa que el destino nos tenía a ambos reservado....-Dije, murmurando, pero parecía más un comentario englobándonos a todos que para nosotros dos. Los perros estaban iguales, no habían cambiado en mucho tiempo.
Un recuerdo fugaz vino en aquel instante mientras el canino parecía insistir en mis faldas. ¡Dios mío! Es el mismo vestido, el mismo que lleve en aquella noche. No me di cuenta, posiblemente estaba el aroma de cuando me abalance sobre Kaine en aquel almacén. Al recordarlo, me sonroje, le estaba mirando y no me di cuenta que de los tirones que me daba, mis pies andaban hacia delante, hacia Kaine, hasta que ya, apenas cinco centímetros nos separaban del uno del otro. Más nerviosa me puse, pero era una tonta, siempre lo había sido. Le miraba a aquellos ojos castaños que tanto me gustaban. Eran, profundos, inocentes y cuando sonreía, bueno, dejémoslo ahí.
-Ka...Kaine...-Dije pues yo también estaba un poco en estado de shock, posiblemente no tanto como él pues me vio después que yo a él, pero mis labios se quedaron secos de no saber qué decir. Después de tanto tiempo, ¿Qué podías decir? Habían sido dos meses, dos meses desde la última vez que le vi, que roce su piel con mis manos desnudas. Mi mano, temblorosa se dirigía hacia la mejilla izquierda de Kaine, quería acariciarla, sentirla después de dos meses sin verle-...Lo..Yo...s—soy yo....-mi voz salía en cortes pequeños, desquebrajada por no saber qué decir, por no saber que pensar en decirle. El silencio había acallado a los perros que bueno, ladraban hacia unos momentos y mi mano seguía aun en su mejilla, bien, ahora le acariciaba con el pulgar parte de su pómulo-. . . –Trague saliva pues no me era fácil, no era por timidez casualmente, sino porque no sabía que decir, le tenía ahí mismo.
Parecía no escapar, no quería que escapase. No, Kaine, no te escapes y no pude aguantar abrazarle, rodeando mis brazos por su cintura y pegando mi cuerpo al suyo, fuerte, que no se me escapara. Era alguna clase de sueño que finalmente, se convirtió en realidad después de tanto tiempo. ¿Por qué me fui? ¿Por qué dejar morir mis sentimientos? Kristof había hecho un trabajo increíble con aquella pócima del sueño eterno, más bien me sentía como la blancanieves de algún cuento que después de que despertara, encuentra a su príncipe. Aunque, en esto último, no estaría bien segura. ¿Y si él Ya estaba aquí, pero lejos de mí alcance? Que Dios me mate, si llega a ser así.
-Kaine, te extrañe...-Dije junto con algunas lágrimas que salían de mis ojos-...Te...extrañe-En realidad lo primero era decir lo que mi corazón sentía, era la primera persona a quién había extrañado en mucho tiempo, de algún modo, había captado mi atención desde el primer momento que le vi, junto al pequeño niño Thomas que se quedo dormido cuando le leía un cuento para dormir. Intente mirarle a los ojos de nuevo, pero solamente me volví a esconder en la curva de su cuello, mis ojos le mojaban su piel desnuda, su olor, era el de siempre, a un olor de la tierra, a alguien que le gustaba el aire libre al igual que a mí.
¿Cómo reaccionaría? No lo sabía, pero ahora quería estar por siempre en sus brazos, o al menos cerca de él. Estaba sacando cosas de donde no las había, pero mi corazón acelerado, palpitaba una y otra vez, a paso veloz, intente reprimirlo pero me apegue más a él-...Es algo repentino...no supe esta sorpresa que el destino nos tenía a ambos reservado....-Dije, murmurando, pero parecía más un comentario englobándonos a todos que para nosotros dos. Los perros estaban iguales, no habían cambiado en mucho tiempo.
Lenneth P. Stratowski- Hechicero Clase Alta
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Re: Erase dos veces....que quise decirte te extraño.[Kaine de Ronsard]
- Vuelve aquí animal estúpido!!!-a pesar de la manera grosera en la que le gritaba al animal su voz estaba a punto d quebrarse, el canino al parecer no noto ningún tipo de amenaza en la voz de su amo porque siguió jugando con las telas entre su osico, Kaine se quedó en silencio, al igual que todo en su alrededor, por un segundo parecía que el tiempo se detuvo de una manera abrupta, casi violenta, sus manos se esforzaban al máximo, cerrando los dedos en un par de apretados puños que querían evitar lo inevitable, el temblor en ella y todo el resto de su ahora débil cuerpo.
Asaltado por los recuerdos del pasado que desfilaban ante sus ojos como en los desfiles de modas que ofrecían algunas prominentes casas de costura, trato de mantenerse sobre sus piernas y no estamparse contra el frio y solitario asfalto bajo sus pies, inevitablemente surgió en el los deseos de abrazarla, de acariciar su cabello y besar la cima de su cabeza, sin embargo aquello era imposible, no sabía que le impedía moverse pero estaba seguro de que se trataba de alguna cosa más fuerte que él, los fantasmas del pasado competían con los fantasmas del presente formando delante de sus ojos una borrosa sombra al parecer ato sus pies y manos inmovilizándole, un sentimiento entre horrible, triste y hermoso lo asalto dejándole también mudo unos cuantos segundos, hasta que sus temblorosos labios formaron aquellas palabras pensadas por mucho tiempo.
- Estas de vuelta!!!!Porque te fuiste??!!! Porque desapareciste??!!! Donde te encontrabas durante todo este tiempo, durante estos meses en los que te busque aun cuando no era consiente de tu existencia??!!! Aun cuando yo…!!!-nada llegaba a el, ni sus palabras, un sus caricias, ni sus brazos rodeándole el torso, era como si se tratase de un fantasma, de un verdadero fantasma venido de los cuentos de ultratumba que su padre le contaba de pequeño para asustarlo cuando no quería que hiciese alguna cosa o entrase a algún sitio, su piel se veía blanca como la de un muerto, como la de un autentico muerto acabado de salir de la tumba, aquello lo asusto durante unos terribles segundos en los que su mente le engaño de una manera tétrica diciéndole que aquella que lo abrazaba no era Lenneth, sino demonio enviado desde el infierno para atormentarlo, sin embargo enseguida sacudió la cabeza haciéndose a la idea de que aquello era imposible, Lena, Lenneth jamás sería un demonio, sin importar las formas en que se presentase o desapareciese ella nunca jamás podría ser comparada con un demonio.
De repente se encontró con la razón por la cual sus ojos le parecían tan borrosos, se llevó una mano al rostro tocándolo y noto que ahí, ahí donde sus ojos terminaban y sus mejillas comenzaban, un pequeño manantial surgía, se preguntó nuevamente de donde salía aquella agua, era obvio, lagrimas, las lágrimas nacían desde el fondo de su alma, y cada que una comenzaba a rodar un pedazo de su alma se desgarraba lentamente.
Finalmente sus manos se resbalaron alrededor de los hombros de Lenneth y se quebró lastimosamente sobre su cuello, podía oler la fragancia de sus cabellos y sentir su tersa piel pero aun con todo aquello el mal sentimiento jamás se fue por completo, él no sabía porque, pero si sabía que ella jamás podría ser suya ahora, ni ella de él, el sentimiento de añoranza volvió repentinamente conforme se le escurrían las lágrimas, aquel encuentro era algo que nunca le contaría nadie, sería un celoso secreto guardado en el fondo de su corazón porque la pureza de sus sentimientos era tan autentica que no deseaba que las palabras pudiesen ensuciarlos
- Aun cuando te extrañaba tanto!!!!!- aquella sería la última confesión dada, hacia ese imposible que cada segundo se les iba mas lejos de las manos, que cada segundo desaparecía delante de sus ojos y que cada minuto amenazaba con destrozarle el alma- quiero ser egoísta, no quiero que me dejes aun cuando sé que al final nos separaremos de nuevo, por favor lenita ,dime que no estás aquí, dime que eres un sueño al que jamás podre dejar ir-aquella egoísta manera de hablar fue la que siempre le caracterizo, insensible, siempre pensando en sus propios sentimiento y en no ser lastimado, eran los sentimientos de una persona que amo, y segura amando, pero cuyo amor ahora estaba ensombrecido por uno más grande, uno que no alcanzaba a recordar correctamente
Asaltado por los recuerdos del pasado que desfilaban ante sus ojos como en los desfiles de modas que ofrecían algunas prominentes casas de costura, trato de mantenerse sobre sus piernas y no estamparse contra el frio y solitario asfalto bajo sus pies, inevitablemente surgió en el los deseos de abrazarla, de acariciar su cabello y besar la cima de su cabeza, sin embargo aquello era imposible, no sabía que le impedía moverse pero estaba seguro de que se trataba de alguna cosa más fuerte que él, los fantasmas del pasado competían con los fantasmas del presente formando delante de sus ojos una borrosa sombra al parecer ato sus pies y manos inmovilizándole, un sentimiento entre horrible, triste y hermoso lo asalto dejándole también mudo unos cuantos segundos, hasta que sus temblorosos labios formaron aquellas palabras pensadas por mucho tiempo.
- Estas de vuelta!!!!Porque te fuiste??!!! Porque desapareciste??!!! Donde te encontrabas durante todo este tiempo, durante estos meses en los que te busque aun cuando no era consiente de tu existencia??!!! Aun cuando yo…!!!-nada llegaba a el, ni sus palabras, un sus caricias, ni sus brazos rodeándole el torso, era como si se tratase de un fantasma, de un verdadero fantasma venido de los cuentos de ultratumba que su padre le contaba de pequeño para asustarlo cuando no quería que hiciese alguna cosa o entrase a algún sitio, su piel se veía blanca como la de un muerto, como la de un autentico muerto acabado de salir de la tumba, aquello lo asusto durante unos terribles segundos en los que su mente le engaño de una manera tétrica diciéndole que aquella que lo abrazaba no era Lenneth, sino demonio enviado desde el infierno para atormentarlo, sin embargo enseguida sacudió la cabeza haciéndose a la idea de que aquello era imposible, Lena, Lenneth jamás sería un demonio, sin importar las formas en que se presentase o desapareciese ella nunca jamás podría ser comparada con un demonio.
De repente se encontró con la razón por la cual sus ojos le parecían tan borrosos, se llevó una mano al rostro tocándolo y noto que ahí, ahí donde sus ojos terminaban y sus mejillas comenzaban, un pequeño manantial surgía, se preguntó nuevamente de donde salía aquella agua, era obvio, lagrimas, las lágrimas nacían desde el fondo de su alma, y cada que una comenzaba a rodar un pedazo de su alma se desgarraba lentamente.
Finalmente sus manos se resbalaron alrededor de los hombros de Lenneth y se quebró lastimosamente sobre su cuello, podía oler la fragancia de sus cabellos y sentir su tersa piel pero aun con todo aquello el mal sentimiento jamás se fue por completo, él no sabía porque, pero si sabía que ella jamás podría ser suya ahora, ni ella de él, el sentimiento de añoranza volvió repentinamente conforme se le escurrían las lágrimas, aquel encuentro era algo que nunca le contaría nadie, sería un celoso secreto guardado en el fondo de su corazón porque la pureza de sus sentimientos era tan autentica que no deseaba que las palabras pudiesen ensuciarlos
- Aun cuando te extrañaba tanto!!!!!- aquella sería la última confesión dada, hacia ese imposible que cada segundo se les iba mas lejos de las manos, que cada segundo desaparecía delante de sus ojos y que cada minuto amenazaba con destrozarle el alma- quiero ser egoísta, no quiero que me dejes aun cuando sé que al final nos separaremos de nuevo, por favor lenita ,dime que no estás aquí, dime que eres un sueño al que jamás podre dejar ir-aquella egoísta manera de hablar fue la que siempre le caracterizo, insensible, siempre pensando en sus propios sentimiento y en no ser lastimado, eran los sentimientos de una persona que amo, y segura amando, pero cuyo amor ahora estaba ensombrecido por uno más grande, uno que no alcanzaba a recordar correctamente
Kaine de Ronsard- Licántropo Clase Alta
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Re: Erase dos veces....que quise decirte te extraño.[Kaine de Ronsard]
Los gritos me reconcomían, hacia que me encogiera en su pecho, en aquel en el que me refugiaba en el mismo instante que el desechaba sus justas replicas de porque mi huida ¿Y ahora como hablaría? ¿Qué podría decir en mi contra?-Kaine...-me separe de él unos milímetros para ver su rostro, quería verle, comencé a tocarle el rostro, las mejillas con ambas de mis manos- Yo he estado esperando el momento oportuno para decírtelo...para volver a Paris solamente porque necesitaba de alguien como tu...de alguien al que conseguí...no sé explicarlo...-No, no te separes de mi-...No, no te separes de mi...-Me volví a abrazar alrededor de su cintura-...No puedo explicar mi afecto por ti...¿acaso hay palabras suficientes para explicar el amor que proceso por ti?-Mi frente se aferraba a su camisa, a su pecho, mis brazos alrededor de espalda y torso.
Habían sido muchos días, semanas, pero pocos meses hasta que decidí volver a Paris a estar solamente quizás con él, con Kaine, solo que ¿A que jugábamos ahora? Palabras extrañas para mi anhelado encuentro con Kaine, bien no me corte, bien tuve la osadía de pegar mas mi cuerpo al de Kaine, acercando mis labios al oído de Kaine-Solo nosotros sabemos lo que es que dure un sueño...no te alejes, no dejes que este sueño acabe, no ahora que por fin te tengo a....mi lado Kaine de Ronsard...-un hilillo, quería haber mantenido una calma en aquel susurro, solamente no pude aguantar la congoja del mal estar en el que estaba, termine por flaquear la voz y hablar en el desesperado anhelo en el que estaba por querer de nuevo estar con Kaine, como bandidos en la noche, huyendo de...algo, de aquello que temía que nos pudiera separar.
-¿Qué final es ese Kaine?-Apoye el lado de mi rostro sobre el pecho de Kaine, aun estaba pegada a su cintura y cuerpo, uno de sus fieles caninos aun agarraba el bajo de mi vestido, me importaba poco, mi atención estaba entera puesta en quien era ladrón de mis cinco sentidos, de mi pasado, presente y de un futuro que yo anhelaba o quería tener junto a Kaine.
Kaine, Kaine, Kaine ¿Por qué fuiste villano, quien robo mi corazón? ¿Por qué fuiste Romeo con tu ausencia? ¿Por qué eres héroe ahora salvándome con tu presencia de la soledad eterna? -Sácame el corazón de mi pecho, clávalo en una estaca o haz con él lo que quieras, pero quédate conmigo para siempre....ahora que puedo estar...Oh, Kaine, por favor...-Le mire atentamente a esos ojos café, que me robaba el alma sin previo aviso-...porque si no puedo estar contigo para siempre...ya sería el final de mi existencia, mi cargo en la realeza lo ocuparía otra persona, me iría por las calles hasta que la muerte viniera a hacerse mi amiga...-Su olor me trastornaba demasiado, no podía parar de llorar, me separe de él unos pasos, con las manos sobre mi rostro, ocultando las lagrimas que después mis manos fueron a coger el pañuelo del bolso a juego con mi vestido.
-....-Quería seguir hablando, mas ya no podía hacer mas apego con palabras que seguramente podrían ser en vano escuchadas, mas el motivo de mi huida hacia la paz no las había nombrado-Yo..... Tuve que pasar por un mal estar. Un mal estar con el que mi corazón en soledad tuvo que pasar. ¿Pero qué paso? Muchas cosas además de tener que irme lejos de aquello que más amaba y que no podía olvidar. Pensarás que es mi padre, pero no, pensaras que es mi madre, pero tampoco. A la persona que más he amado y que aun sigo amando. No quiero el amor de otra persona que el tuyo, no quiero otros labios que no sean los tuyos, no quiero caricias sobre mi cuerpo que no sean de tus manos.... ¿Kaine entiendes qué...?-Miraba a Kaine muy de cerca, lo tenía a casi un palmo de distancia-... ¿Entiendes que te amo?...
Algunas veces que el pasado puede doler, pero podemos huir de él o bien, aprender a afrontar la verdad. Erase una vez en el orfanato de París cuando me encontré con un niño que se llamaba Thomas. Después de que lo subiera a dormir al cuarto, baje pues había escuchado sonidos extraños por la cocina para encontrarme con varios perros y a su lado un hombre desconocido, del cual ahora yo amaba.
Aquella noche pues, había comenzado a llover, sus perros se habían quedado afuera y yo fui a por unas toallas al despensero, Kaine pareció haberme seguido y me caía de una corta escalera para caer cerca de los brazos de Kaine. Todos a mi habitación, enseguida y seguía lloviendo aquella noche, como la de hoy.
Esta noche, alguien lloraba, la noche, también lloraba. Era la vuelta de un recuerdo. La vuelta de un encuentro y una despedida que finalmente hoy es un reencuentro-Kaine...-Su aroma comencé a oler por su cuello, no pude evitar lamerle un poco la curva de su cuello, agarrándome en su cintura-Quédate...
Habían sido muchos días, semanas, pero pocos meses hasta que decidí volver a Paris a estar solamente quizás con él, con Kaine, solo que ¿A que jugábamos ahora? Palabras extrañas para mi anhelado encuentro con Kaine, bien no me corte, bien tuve la osadía de pegar mas mi cuerpo al de Kaine, acercando mis labios al oído de Kaine-Solo nosotros sabemos lo que es que dure un sueño...no te alejes, no dejes que este sueño acabe, no ahora que por fin te tengo a....mi lado Kaine de Ronsard...-un hilillo, quería haber mantenido una calma en aquel susurro, solamente no pude aguantar la congoja del mal estar en el que estaba, termine por flaquear la voz y hablar en el desesperado anhelo en el que estaba por querer de nuevo estar con Kaine, como bandidos en la noche, huyendo de...algo, de aquello que temía que nos pudiera separar.
-¿Qué final es ese Kaine?-Apoye el lado de mi rostro sobre el pecho de Kaine, aun estaba pegada a su cintura y cuerpo, uno de sus fieles caninos aun agarraba el bajo de mi vestido, me importaba poco, mi atención estaba entera puesta en quien era ladrón de mis cinco sentidos, de mi pasado, presente y de un futuro que yo anhelaba o quería tener junto a Kaine.
Kaine, Kaine, Kaine ¿Por qué fuiste villano, quien robo mi corazón? ¿Por qué fuiste Romeo con tu ausencia? ¿Por qué eres héroe ahora salvándome con tu presencia de la soledad eterna? -Sácame el corazón de mi pecho, clávalo en una estaca o haz con él lo que quieras, pero quédate conmigo para siempre....ahora que puedo estar...Oh, Kaine, por favor...-Le mire atentamente a esos ojos café, que me robaba el alma sin previo aviso-...porque si no puedo estar contigo para siempre...ya sería el final de mi existencia, mi cargo en la realeza lo ocuparía otra persona, me iría por las calles hasta que la muerte viniera a hacerse mi amiga...-Su olor me trastornaba demasiado, no podía parar de llorar, me separe de él unos pasos, con las manos sobre mi rostro, ocultando las lagrimas que después mis manos fueron a coger el pañuelo del bolso a juego con mi vestido.
-....-Quería seguir hablando, mas ya no podía hacer mas apego con palabras que seguramente podrían ser en vano escuchadas, mas el motivo de mi huida hacia la paz no las había nombrado-Yo..... Tuve que pasar por un mal estar. Un mal estar con el que mi corazón en soledad tuvo que pasar. ¿Pero qué paso? Muchas cosas además de tener que irme lejos de aquello que más amaba y que no podía olvidar. Pensarás que es mi padre, pero no, pensaras que es mi madre, pero tampoco. A la persona que más he amado y que aun sigo amando. No quiero el amor de otra persona que el tuyo, no quiero otros labios que no sean los tuyos, no quiero caricias sobre mi cuerpo que no sean de tus manos.... ¿Kaine entiendes qué...?-Miraba a Kaine muy de cerca, lo tenía a casi un palmo de distancia-... ¿Entiendes que te amo?...
Algunas veces que el pasado puede doler, pero podemos huir de él o bien, aprender a afrontar la verdad. Erase una vez en el orfanato de París cuando me encontré con un niño que se llamaba Thomas. Después de que lo subiera a dormir al cuarto, baje pues había escuchado sonidos extraños por la cocina para encontrarme con varios perros y a su lado un hombre desconocido, del cual ahora yo amaba.
Aquella noche pues, había comenzado a llover, sus perros se habían quedado afuera y yo fui a por unas toallas al despensero, Kaine pareció haberme seguido y me caía de una corta escalera para caer cerca de los brazos de Kaine. Todos a mi habitación, enseguida y seguía lloviendo aquella noche, como la de hoy.
Esta noche, alguien lloraba, la noche, también lloraba. Era la vuelta de un recuerdo. La vuelta de un encuentro y una despedida que finalmente hoy es un reencuentro-Kaine...-Su aroma comencé a oler por su cuello, no pude evitar lamerle un poco la curva de su cuello, agarrándome en su cintura-Quédate...
Lenneth P. Stratowski- Hechicero Clase Alta
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Fecha de inscripción : 31/10/2011
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Re: Erase dos veces....que quise decirte te extraño.[Kaine de Ronsard]
Todo ocurría tan rápido a su alrededor que no sabía exactamente lo que estaba ocurriendo, su mente se despejo como un espejo al que le echan agua, aquellos recuerdos confusos por fin despertaron de aquel largo letargo en el que había caído, sintió que las telarañas en su cabeza se caían poco a poco, las sensaciones comenzaron a car rápidamente, avanzando sobre su piel, sobre todo su cuerpo, como si fuesen pequeñas hormigas dentro de sus huesos.
De repente se sintió mareado de nuevo, últimamente todo lo que tenía que ver con ella lo mareaba, su tacto le mareaba, su voz le mareaba, sus ojos y su mirada lo mareaban, quería terminar con aquello aunque fuese un total cobarde, quería volver a olvidar, sentirse libre de cualquier lazo o recuerdo, olvidar todas las cosas equivocadas que hizo y sobre todo el remordimiento por no arrepentirse de sus acciones.
- No puedo!!! Lo siento!!! Pero no puedo!!! No puedo con nada de esto!!!-grito expresando todo lo que se le atoro en la garganta cuando su memoria estaba perdida, quizá no era mucho, pero era lo que sentía clavado en el pecho, el simplemente no podía, ya no podía seguir, con eso ni con nada, quizá estaba destinado a vagar solo por el mundo, quizá las cosas serían más divertidas de ese modo, quizá… tan solo quizá. Levanto entonces la mirada y alejo la vista de ella al igual que sus cuerpos
- Ninguno de los dos podemos… simplemente no!!-continuo antes de alejarse por completo de ella, los perros comenzaron a ladrar exaltados, ellos últimamente cuidaban de más a su amo, su estado psicológica estaba francamente desequilibrado por el exceso de opio y la caída por el risco, aunque la hierba no le causaba adicción si sentía a la droga, su organismo estaba bien, pero su cabeza no. Kaine tomo una fuerte bocanada de aire y se lanzo a correr en dirección contraria, no deseaba sentirse más atrapado, solo quería correr, solo quería olvidar.
De repente se sintió mareado de nuevo, últimamente todo lo que tenía que ver con ella lo mareaba, su tacto le mareaba, su voz le mareaba, sus ojos y su mirada lo mareaban, quería terminar con aquello aunque fuese un total cobarde, quería volver a olvidar, sentirse libre de cualquier lazo o recuerdo, olvidar todas las cosas equivocadas que hizo y sobre todo el remordimiento por no arrepentirse de sus acciones.
- No puedo!!! Lo siento!!! Pero no puedo!!! No puedo con nada de esto!!!-grito expresando todo lo que se le atoro en la garganta cuando su memoria estaba perdida, quizá no era mucho, pero era lo que sentía clavado en el pecho, el simplemente no podía, ya no podía seguir, con eso ni con nada, quizá estaba destinado a vagar solo por el mundo, quizá las cosas serían más divertidas de ese modo, quizá… tan solo quizá. Levanto entonces la mirada y alejo la vista de ella al igual que sus cuerpos
- Ninguno de los dos podemos… simplemente no!!-continuo antes de alejarse por completo de ella, los perros comenzaron a ladrar exaltados, ellos últimamente cuidaban de más a su amo, su estado psicológica estaba francamente desequilibrado por el exceso de opio y la caída por el risco, aunque la hierba no le causaba adicción si sentía a la droga, su organismo estaba bien, pero su cabeza no. Kaine tomo una fuerte bocanada de aire y se lanzo a correr en dirección contraria, no deseaba sentirse más atrapado, solo quería correr, solo quería olvidar.
Tema Cerrado, gracias por compartir estas pocas pero valiosas lineas conmigo
Kaine de Ronsard- Licántropo Clase Alta
- Mensajes : 205
Fecha de inscripción : 13/06/2011
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