Sólo tú comprendes todo [Sara Ascarlani]

por **Lily Cappelletti** Lun Nov 07, 2011 12:08 pm

Nadie, jamás, ha dicho que los sacrificios son algo que te dejará con el rostro lleno de risas y el pecho inflado por el orgullo que eso causa. Quizás con el tiempo si, pero… ¿qué es el tiempo cuando eres inmortal? A veces un día parece sólo un suspiro y muchas otras minutos son eternos. Vivir o mejor dicho, no vivir, en esas circunstancias no es algo que sea fácil de llevar, sumarle el hecho de tener la presión de un cargo sobre tus hombros y tener que contradecir tu naturaleza, tu personalidad e incluso tus creencias por eso, es algo que termina cansándote. Lily ya no es la princesa Liliana, ahora es sólo Lily tal como ha querido hace tanto tiempo, ya no rinde cuentas ni siente esa obligación de tener que volver a Italia cada ciertos años y fingir ser la pariente de si misma. Ya no tiene el recuerdo de esa realeza que sólo le ha traído desgracias, no aparece ante sus ojos la imagen de una familia que primero la obliga a casarse con alguien a quien termina matando y una hija criada por alguien más por sus malas decisiones. Lily se siente libre, es libre, abraza ahora la libertad amparada por la noche.

Si quisiera podría quitarse los zapatos y caminar descalza sobre esa superficie, si quisiera podría desnudarse y nadar sin importarle si alguien la mira o si está correcto lo que hace o no. Si quisiera Lily podría quedarse sentada en esa orilla hasta que el sol saliera y con eso olvidar todo, pero claro, ella no ha luchado tanto para ahora rendirse fácilmente. La carta con su renuncia al cargo ya ha llegado a destino hace un par de días, ahora de seguro una similar viene de vuelta, duda que a alguien le interese y es probable que ya tenga a otra sentada en su puesto, las cosas en Italia siempre le parecieron más extrañas de lo normal, especialmente por la casi nula relación que poseía con los otros soberanos, - ¡Sara! – Lily no suele ser muy efusiva pero abraza a quien es quizás una de sus pocas amigas dejando besos en cada una de sus mejillas, sólo ella comprendía perfectamente lo que sentía en ese momento, sólo alguien que pasa por su mismo proceso es capaz de no juzgar ni criticarla. - ¿cómo estás querida? – el saludo es amable y podría verse extraño para dos criaturas como ellas, pero comportarse según las definiciones no es algo que Lily pueda hacer aún.

por **Sara Ascarlani** Lun Nov 07, 2011 12:53 pm

Las desgracias de una artista encerrada bajo la inmensidad de un imperio absorbente y pario que no deja más que cruzadas y fines políticos en pro a la destrucción masiva de los inmortales. Los grandes monopolios la atosigaban pero la tradición milenaria que tenía a sus espaldas pesaba tanto que no le permitía dejar el reino. La tristeza embriagaba su alma, el arte, que tanto amaba, lo tuvo que dejar atrás empolvándose lentamente con el tiempo. Ya no recordaba cuando fue la ultima vez que había tenido las perfectas curvas de su cello entre sus piernas y la fricción de las cuerdas sobre sus finos y gélidos dedos. La pasión que brotaba de sus ojos no era la misma al ver un tratado o reuniones bañadas en hipocresía mas exquisita, espesa y carmesí, las noches de lujuria incesante y las damas prohibidas que clandestinamente se colaban a sus aposentos para sentir así sea por unas cuantas horas, la sensación de viveza al lado de un muerto. Era una noche cualquiera y sin dar explicaciones, regresó a París en búsqueda de paz.

Y se encontraba en la laguna donde su huella ya era imborrable, prefería estar allí que en cualquier otro lugar de París omitiendo su conservatorio, el viento y los inmensos árboles le daban esa sensación de calma que tanto necesitaba. Nunca antes se había sentido tan aturdida y llena de espectros en su alma, tan solo era una legacía que a la luna presente había roto sin ninguna clase de misericordia. Sin embargo su cuerpo era más liviano y pudo sentir que respiraba después de tantos siglos, una leve sonrisa se asomó en sus labios y las hojas caídas fueron testigos de tal acontecimiento. Una voz conocida le llamó la atención, a lo lejos se encontraba la silueta de una mujer que se acercaba rápidamente hacia Sara, ella respiró profundamente -¿Lily?- y recibió ese curioso y efusivo abrazo de su vieja amiga Lily que apareció de las sombras -Bene, Grazie querida ¿Y usted? ¿Qué hace en la laguna? Pensaba que se encontraba en Italia- La miraba fijamente con el dolor en sus ojos pero con el mismo sentimiento de libertad.

por **Lily Cappelletti** Vie Dic 23, 2011 1:37 pm

Lily podría ir armando en su cabeza ideas que quizás no alcancen un buen puerto, tener la libertad completa puede ser un beneficio o también el comienzo de la pesadilla. Tener que explicar algo que ni siquiera comprende puede convertirse en un martirio o tal vez el primer paso de algo nuevo que va armándose de a poco, paso a paso especialmente cuando no tienes el tiempo en contra. Ella vuelve a ser Lily, simplemente Lily y ese pensamiento por mínimo y casi ridículo que parezca la hace sonreír mostrando esos colmillos que estaba acostumbrada a esconder, ¿cómo será salir a cazar a solas? ¿Simplemente valiéndose de si misma para sobrevivir? Sin guardias de su especie que hagan el trabajo por ella ni sirvientes que dejen a su próxima comida justo frente a su nariz, con ojos asustados y una vena latiendo en el cuello, listo para ser de ella, para que sólo necesite mirarlo a los ojos y sentir como va rindiéndose, entregándose a ella, finalmente aburrido. – ¿Italia? Italia ya no es más mi patria, ahora pertenezco a esta… esta será mi tierra, donde pase los años hasta que un nuevo destino decida llamarme… - respuestas a medias para alguien que merece la verdad, - ya no soy princesa querida Sara… he dejado al fin ese cargo que sólo había traído desgracias a mi existencia… -

Una carcajada algo fría sale de sus labios, parece cortar el aire en dos y querer amenazar con que hasta los animales bajo la tierra puedan sentir su presencia en ese lugar, ¿desde cuándo se debe esconder la felicidad sólo por pertenecer a los llamados seres de la noche? Lily conoce su papel dentro de la sociedad, su nuevo papel que puede adoptar con toda seguridad, es ahora actriz de un teatro sólo compuesto por vampiros como ella, una más del montón, nada de reverencias ni falso agrado por respeto basado en un título que nunca creyó merecer, - La laguna es el primer lugar que visito a solas… ya no tengo gente cuidando mi espalda ni asegurándose de que cada uno de mis pasos sean los correctos… - los colmillos parecen iluminar aquello que la luna no alcanza, da un paso adelante y se acerca aún más a su amiga que también luce un semblante distinto, ¿o quizás es sólo ella que ahora mira todo de otro modo? – ¡Oh mi querida amiga! ¡Me siento tan bien! ¡Tan bien como nunca lo había estado! – toma sus manos y da besos en ellas con esos labios helados, un gesto cálido que se contradice a cada instante. Lily abre y cierra los ojos, respira profundo aunque no lo necesita, se da el lujo de cometer errores sólo porque así lo desea, sólo porque ahora puede hacerlo.

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