Elian E. Brennan

Nombre del Personaje: Elian Eithne Brennan.
Edad: 25 años.
Especie: Humano.
Tipo y Clase Social: Clase alta.
Orientación Sexual: Sapiosexual.
Lugar de Origen: Dublín, Irlanda.
Habilidad/Poder: ------


Para ser una chica su cuerpo no es del todo fino, mucho menos delicado o de una silueta que se marque con facilidad y se vea a simple vista; aunque, claro, eso la ayudó bastante. Alta, quizás demasiado para las chicas de su edad, pues su longevo cuerpo alcanza una estatura de un metro con setenta y dos centímetros, lo cual resulta mucho mayor si a eso le añadimos las botas que con frecuencia se le ve obligada a usar para una mayor credibilidad a su ser, siendo así incómodo a veces al caminar pero que con el tiempo lo ensayó, alcanzando una estatura casi del metro con ochenta centímetros cerrados. Su cuerpo es delgado, aunque sus hombros y espalda están bien formados por entrenamientos físicos, sus brazos y piernas no pierden lo estilizado de su figura, sus manos poseedoras de dedos largos y finos que no enseña con frecuencia, usando diversos tipos guantes, al igual que con sus extremidades; tenemos el caso de su busto, un busto poco pronunciado pero que aun así existe, una cintura definida y medianamente curva como formando la clásica figura de "guitarra" que una mujer debe tener, pero que, astutamente, esconde lo primero con vendas y un corsé más arriba de lo usual, y ropa extra en lo segundo, algo que emplea en todo su cuerpo para adoptar esa silueta fornida de un hombre, ni sus caderas se salvan de ser encubiertas.

Su piel es suave, terca, de un color claro pero sin caer en lo pálido, lo suficiente para dejar notar su raza oriental que fue expuesta al sol naciente; su rostro, mientras, tiene pómulos marcados, un aspecto incluso catalogado como andrógino por su propia familia que la ha mirado en su aspecto femenino como masculino, pero que le ayuda a lograr esa "tosquedad" para un rostro más varonil; sus labios son curiosos, de por su son algo anchos en especial el inferior, pero el superior tiene una forma curva exagerada a la típica, algo que se nota muchísimo más cuando hace muecas o sonríe, la llamada "boca de gato". Hablar de sus ojos es contar un rasgo más que común en los de su nación, alargados y con esa particular curvatura que ya al discrimina de ser occidental, pero que no pierden expresiones ni amplitud vivaz, la seriedad y la grima son tal legibles en éstos como la serenidad y el gozo, tintadas sus orbes de un marrón oscuro que es difícil de describir pues es confundible con el azabache, se enmarcan con pestañas medianamente pobladas y unas cejas algo gruesas y largas. Su cabello es, para ella, todo un asunto, ya que sin bien más de una vez se le ha aconsejado que adopte un corte más "hombre", tercamente lo mantiene como quiere. Oscuro, su color es igual de confundible que sus ojos, marrón muy oscuro pero nada opaco, de un largo que puede fácilmente pasar su media espalda, lacio y suave, cada hebra perfectamente cuidada pero que no tiene corte muy definido, es más bien plano porque incluso su flequillo largo es fácilmente amoldable con el resto, usualmente atado en la coleta ya sea alta o a la altura de su nuca.



Ser uno mismo es importante, confiar en lo que eres y en tus propias capacidades para lograr tus metas, eso te ayuda a fortalecer tu personalidad y mostrarte al mundo como quieres esperando que éste te acepte. Pero, ¿Qué pasa cuando desde que tu existencia se supo, ya no puedes ser lo que quieras? El hecho de no mostrarte como originalmente te formaste y desarrollaste, o, simplemente, como tú deseas ser; todo aquello elegido por terceros en tu vida. Eso cambia a cualquiera, ya sea de pensamiento y de actitud. Eso, le ocurre a Elian.

En primera, y como a todo hombre que quiere dar la buena primera impresión, se le enseñó a ser caballeroso, muy respetuoso y hablar con formalidades, desde su hora de seleccionar palabras hasta los movimientos que realiza, todo está fríamente calculado para mostrarse como el "hombre" ejemplar para muchos, y claro, muchas; su paciencia es admirable, soporta charlas de horas ya sea en estudios, conversaciones típicas, desconsuelos ajenos y hasta anécdotas que sobrepasan la barrera de los años, siempre elogiando el más mínimo detalle que ya se le hizo costumbre y una capacidad de percepción de las cosas impresionante, le hacen falta breves minutos con una persona para ya convertirse en un detector de mentiras insuperable. Sus modales aun así no le dejan libre de las emociones, que si bien demuestra pocas, las siente, siempre dispuesto a ayudar al débil y necesitado o bien, corregir errores de los propios, siendo muy autocrítico y con un basto conocimiento de la música, arte, idiomas y arquitectura; claro está, aun por más modesto que intente ser, se le tacha a veces de egocéntrico y que alardea de todo, cosa que no es su caso para nada. Toma todo con seriedad, el darle un peso a cada momento y opinión es crucial en su vida, es por ello que siempre se le verá como alguien correcto ante amigos, iguales o desconocidos; alguien inquebrantable, dicen algunos. Es lo mismo al intentar ser persuadido, una vez algo entra en su cabeza, mueve cielo y tierra para conseguirlo, incluso ideales, objetos, y hasta personas, mostrando en molestas ocasiones ese lado romántico que se funde a la perfección con su modestia y caballerosidad.

¿Qué más quieren que les diga? Es un joven correcto, respetuoso y fiel a sus ideales sin pasar a llevar el del resto; incluso, es algo serio y las bromas a veces no las tolera cuando no están en su debido contexto. Es lo más esencial que se necesita saber... Oh, casi lo olvidaba, un pequeño detalle. Elian, al ser una chica vestida y comportada como un hombre, se ha visto obligada a mostrar una imagen falsa, tanto en apariencia como en personalidad, es por ello que siempre reprime lo que realmente quiere ser; la chica suave y sutil. Una personalidad que sólo ha visto la luz y desarrollo su madre, siendo la única que tolera que ella se libre de ese aire masculino para entrar en la delicadeza de una mujer. Simpática, no le cuesta nada entablar una conversación con desconocidos, esto realmente no cambia; su sonrisa es preciosa y se muestra con mucha frecuencia, riéndose de casi todo y un basto sentido del humor, es como si no sintiese grima por nada ni por nadie, amante de los ratos libres en compañía. Pero ciertamente, aun así no se convierte en una fina e indefensa mujer, con la gente que puede socializar así en muy abierta al hablar, la apariencia y el comportamiento no le importan, dotada con un gran carácter al dar su opinión, tiene incluso a molestar o golpear a las personas, de juego, cuando se siente demasiado apenada para hablar. Pero bueno, ¿Para qué seguir hablando de ésto? Es probable que nadie conozco éste lado suyo.



Lo excéntrico no tiene raza, tampoco se puede medir pues para algunas personas lo normal es raro y lo descabellado es común. Una vida con tantas vueltas puede ser interesante de escuchar, pero no así grata de contar. Francamente hablando, Elian quisiera tener otra historia que contar de su pasado, a pesar de no odiarlo del todo, es lo que le tocó.

Comenzando por sus padres, quienes por fortuna tuvieron vidas monótonas. Él, un irlandés de tomo y lomo, bebedor compulsivo y de familia noble, pero sin título, su familia siempre pudo catalogarse como de una posición económica casi tan buena como la de una realeza, literalmente un noble sin título. Mientras que su madre, una joven geisha japonesa que desde muy pequeña fue vendida por sus padres a una casa que albergaba a éstos jóvenes y jovencitas en busca de recursos, se inició en la música y en otras áreas de la entretención como su profesión lo dictaba. No falta la deducible forma en la que se conocieron, pues su padre siendo un joven con el suficiente dinero para hacer y deshacer lo que quisiera, no fue difícil para él embarcarse con un círculo más cercano de amigos a la diversión que era el mundo oriental en ese entonces. ¿Y qué mejor diversión para jóvenes con dinero lleno de hormonas que unas geishas? Evidentemente, nada. Un hombre de veintiocho años contra una mujer aun joven de tan sólo diez y siete años. uno dudaría lo fuerte que sería una conexión con el dinero de por medio. Pero se equivocan, pues ellos realmente se llegaron a amar más allá de la fortuna, o del sexo, o cualquiera de esas vagas vulgaridades.

La locura fue tal que el joven no dudó un gastar el dinero que fuese necesario para sacar a su amada de ese negocio que sólo la alejaba más y más de sus redes, llevándosela consigo de vuelta a Irlanda para que comenzara de nuevo una vida como la esposa de un hombre de buena índole y fama, aprendiendo todas las costumbres e idiomas que evidentemente era muy diferentes, pasando muchos años de convivencia con un "intérprete" de por medio hasta que la joven aprendiese el irlandés e inglés.

Como todo hombre poderoso y de alto estándar, el deseo de tener un heredero, uno al cual dejar a cargo de sus tierras, sus costumbres y enseñarle la vida como es para seguir sus pasos, se hizo latente poco a poco. El matrimonio iba a la perfección, pues para ninguno la idea de procrear que rechazada, ideaban desde los más pequeños detalles como el nombre, hasta la casa en la que convivirían con el futuro varón, porque eso era lo que el hombre deseaba, un hijo. Cuando se dio la noticia de que su esposa por fin había quedado preñada, parecía perro con dos colas de lo dichoso que se hallaba, vanagloriándose ante todos sus conocidos, siendo felicitado por su familia y aun más contaba la noticia a los que no conocía de que pronto sería el padre de un fuerte hombre de fe; su mujer tuvo los mejores cuidados e incluso antes de los cuatro meses de gestación la habitación para el niño ya estaba hecha, el nombre elegido y las ganas implantadas. Preparados para recibir a "Elian".

Pero, nada es color de rosas, nada es perfecto y ciertamente, nada se hace como uno desea del todo. El tan esperado día del parto se cumplió, las matronas hacían todo con cuidado para recibir al joven señor, el padre aguardaba afuera y con todas las ansias de tomar a su hijo en brazos. El trámite se hizo largo, se complicó demasiado y por ello tardó incluso horas en que saliera el crío. Los llantos de la criatura reinaron en la ascienda esa noche de invierno, una señal al hombre que su hijo estaba por fin en la tierra, cuando de la habitación donde residía su esposa y allegado, salió una de las matronas. "Es una niña, señor, no es un niño". Horribles, horribles fueron esas palabras para la ilusión rota de hombre, incluso para su madre, quien aun cuando estaba feliz de tener a su hijo, o bien hija, en brazos, estaba algo decepcionada, y triste por haberle fallado a su esposo. Elegido así su nombre, Elian Eithne, señal de lo que pudo ser pero falló.

La encrucijada vino años después, en los primeros años de vida de la criatura el padre había insistido y forzado a su mujer a fingir todo, fingir que el bebé en la cuna no era otro si no un heredero, no una mujer más en la tierra como lo hacía ver el frío corazón del hombre. Después de todo, nadie lo notaba. Elian se comenzó a extrañar cuando comenzó a tener uso de razón, el porqué ella debía comportarse y vestirse de otra manera que no fuese el resto de sus amigos y amigas en la villa. ¿Tendría que ver su estatus? ¿Era un capricho de la sociedad? ¿Por qué le cambiaban los vestidos que tanto admiraba con su vista por unos pantalones y sweteres holgados? La razón llegó momentos después a sus oídos de la peor manera que pudo desear, la discusión de sus padres, una de las tantas.

"Esa criatura no es mi hijo, ¡Que tenga mi sangre no especifica que deba amarlo como el hijo que quería! Es un error, todo lo que ella traiga será un error."

Su madre, caritativa y piadosa de los llantos de la criatura, tuvo que contarle a triste realidad de su nacimiento, que si bien fue planeado, acabó en desgracia. Desde entonces no dijo más, sentenciada a la vida de vivir una mentira, aun cuando muchas veces había pensado en huir de casa, otra vida no se le hacía viable tanto económicamente como el dónde, también su padre se lo reprimía incapaz de perderla; no por afecto y amor, claro, se escudaba en el hecho de, en el caso de conocerse su origen, desprestigiaría el apellido de su familia. Así, fue criada como un chico, todas las cosas que hace uno en ese entonces, los estudios nunca descuidados, la galantería aprendida de su mismo padre y las calles, despeñarse en deportes y música como uno de los más destacados de todo Dublín.

Los años pasaban y la figura de la joven se iba acentuando. Para quizás su fortuna, o mejor, para la satisfacción de su padre, su madre tras sus años de geisha y compartiendo con hombres que se hacían pasar por mujeres, logró una fácil transformación de género, empezando con vendas cuando el busto de no era tan prominente, a después acentuarlo con un corsé especialmente creado para sacar la zona del busto y quedar como una ajustada y dolorosa faja. Al principio era doloroso, ya fuera físicamente por los artefactos que debía ocupar para ocultar su femenina anatomía, como lo era psicológicamente el haberle fallado a su padre sin haberlo querido, como también el deber fingir que era un hombre ante todo ser viviente que se topara en su camino. El hecho de ser mujer claro que le complicaba, eso ayudaba a hacerlo un "hombre" mucho más apuesto y de rasgos poco toscos, por lo que en seguida se hacía conocido y codiciado por mujeres de alta alcurnia que debía rechazar antes que todo se concretara. Muchas discusiones con su padre sobre buscar prometida, todas quedaban en nada y se formó la imagen de un joven soltero codiciado pero muy caprichoso y selectivo, incluso oía palabras como prejuicioso, elitista y hasta homosexual. Si supieran la real ironía de esas palabras.



# La única persona que la llama por su segundo nombre, Eithne, es su madre, quien la trata como una mujer cualquiera.
# Sabe hacer Ventriloquia desde muy niña y anhela aprender ilusionismo.
# Excelente jinete, lo practica a cada hora y siempre que se "pierde" de vista, estará haciendo eso. Incluso sus perros le acompañan.
# También tiene talentos musicales, sabe tocar el arpa y el canto lo lleva bien, aunque lo segundo lo practica más en solitario pro su voz.
# Gran cocinera, especialista en platillos nórdicos.
# Independiente si se halla sola o en compañía, al momento de enfurecer tiende a hablar en japones.
# Adora las patatas. Todo lo que contenga patata para ella es una delicia.
# La única arma con la que está familiarizada es el sable de esgrima, pues tuvo clases en su infancia, pero jamás le ha llamado demasiado la atención.
# Dentro de los idiomas que domina están: el francés, el japonés, el ingles, el irlandés y muy poco de español.
# Como mascota tiene dos canes. Uno ya algo viejo con siete años de raza Akita Inu, y recientemente adquirió un Pastor Australiano, de unos cuatro años de edad. Ambos machos, usualmente le acompañan a todos lados.
# Probó el tabaco por primera vez a causa de su padre, en recomendación para engrosar más aun su voz. Duró dos años con el vicio, pues jamás le gustó del todo.
# Es virgen. No es inocente ni tampoco le teme a la intimidad, de hecho más de alguna situación comprometedora a tenido con mujeres, pero jamás llega a la intimación por su obvia condición.