Los tísicos conspiran contra él, dicen: "alli hay una obra de Sheskespeare, vamos allí a toser" Avec Violette Diamant

por **Salazar Phantomhive** Mar Nov 22, 2011 3:21 pm

Si una cosa me acordaba de mi Inglaterra era las obras de Shaskpeare. Recuerdo que mi favorita era, sin duda, Macbeth. Aquel pobre infeliz que quería reinary triunfar desafiando su propio destino. Muchas veces quel pintoresco personaje me recordaba a mi padre. Una persona ciega por sus codicia, pero claro... mi padre no había tenido nada que codiciar. Y todo esto, lo que quiero decir con tanto recuerdo, es que se estrenaba, por primera vez (creo recordar) esa obra en Paris y a pesar de mi escased de dinero conseguí colarme dentro de aquel enorme teatro. Claro, para camuflar mi gran pobreza me puse mi mejor traje y, por mejor, hay que entender que era el único traje que no tenía un agujero o estaba lleno de parches. Era una camisa limpia pero que se veía vieja, una chaqueta junto a unos patalones de un color azul. Me pusé el anillo en mi mano para que vieran que tan pobre no era... solo era una falsa, claro.

Entré y esperé a que se sentaran todos para poder sentarm yo y no quitarle el asiento a nadie. La obra empezó y yo difrutaba con cada palabra que esuchaba. Intentando dejarme llevar por el pésimo actor que interpretaba a Macbeth. ¿Pero donde habían conseguido al actor?¿En una feria? Y para empeorar las cosas alguien empezó a toser esajeradamente. Me estaba cabreando. ¡Qué manera de estropear una obra maestra! Miré a la sala y vi de dodne povenía. No veía la cara de quien tosía pero equella persona se iba a enterar. Me levanté y caminé hasta esa persona. Siempre agachas para no molestar a los demás y también muy silenciosamente.

-Disculpe, hay gente que intenta disfrutar de una magnífica obra. Si vos no os encontráis bien solo tenéis que salir por la puerta y beber un poco de agua.- Me tono era cortés aunque no oculté los matices de molestia que había en ella. A estas alturas de la vida no me ima a cortar ni un pelo. Bastante me tuve que callar cuando era vivía en la iglesia.

por **Violette Diamant** Mar Nov 22, 2011 3:55 pm

Aquella noche, como tantas otras, Violette había decidido ir al teatro. Era una de sus pasiones así como todo aquello que tuviera que ver con el arte. Siempre todo eso le recordaba a mejores días cuando había ido con su padre y este, durante los trayectos en carruaje, le contaba cientos de cosas a cerca de la obra, el autor... Lo echaba muchísimo de menos, sobretodo en aquellas ocasiones que debía ir sola en el transporte pues, tan si quiera su madre había querido acompañarla. La razón es complicada, Violette se encontraba mal pero, pese a los consejos del médico, había decidido ponerse uno de sus vestidos para la ocasión e ir a ver aquel renombrado estreno.

El carruaje se detuvo en la puerta del lugar el cual ya estaba plagado de damas y caballeros compartiendo opiniones sobre cualquier tema y, como no, rumores. Suspiró y bajó del coche abrigándose bien para no empeorar aquel resfriado que la había asaltado de pronto pero el cual, de no ser por la voz ronca y la suave tos, no se habría notado en su arrebolado y feliz rostro.
-Bon soir -musitó cordialmente a varios conocidos antes de entrar al teatro y sentarse en su butaca la cual había adquirido la entrada esa misma noche.

Aquel lugar estaba lleno de caras conocidas tanto de recuerdos infantiles como de reuniones de intelectuales. Se había metido tanto en el mismo mundo en el que su padre se movía que temía acabar exactamente igual que él pero... Las luces se apagaron y dejó completamente de pensar para observar aquella magnífica obra del aclamado William Shakespeare. Todo iba perfectamente bien hasta que, en uno de sus ataques de tos alguien vino a llamarle la atención. ¿Creía que era culpa suya?
-Lo siento, monsieur pero, a día de hoy no puedo dejarme la garganta en casa -susurró irónicamente. Aquel hombre no sabía con quién había ido a meterse...no por su rango si no por su mal carácter -Creo que he pagado lo suficiente para poder permitirme toser en la obra ¿No cree? - continuó.

Estaba a punto de levantarse e irse pero, por el simple hecho de mantener su orgullo a sabiendas de que aquella escena podría costarle la expulsión a ambos. Al final iba a presenciar algo más interesante que aquella obra mal representada.

por **Salazar Phantomhive** Miér Nov 23, 2011 12:00 pm

Me quedé mirando fijamente a la joven que tenía delante mía. Por lo bien que iba vestida parecía que era de clase alta pero no debía juzgar a si de pronto.
--Lo siento, monsieur pero, a día de hoy no puedo dejarme la garganta en casa. Creo que he pagado lo suficiente para poder permitirme toser en la obra ¿No cree?

-Claro que no puede olvidarse la garganta pero si ve que no va a estar bien podría tener el detalle hacia los demás de no haber venido.- Hice una pausa y carraspeé levemente para aclarar mi voz.- Que yo sepa, hoy en día, no hay que pagar para poder toser, señorita. A si que me da igual que hayas pagado una fortuna en francos para venir a ver esta obra, que esta realmente pésima representada. Desde luego los actores franceses no saben interpretar la obra de un inglés.

¿Qué se habría creido aquella mujer? ¿Que por pagar la entrada ya tenía el derecho de estropear una pobre diversión con su tos y sus enfermedad. - Quiero pedirle que si se ve usted muy mal que no dude en llamar a uno de los acomodadores para que la lleve a fuera, sino me veré obligado a hacerlo yo. Ya sabes, por eso de la salud pública.- Ahora levanté un poco más la voz para que el de al lado de la joven se enterara.- No creo que venir enferma al teatro sea muy bueno para las personas que esten sentadas alredor suya, señorita- Sonreí maliciosamente.

por **Violette Diamant** Miér Nov 23, 2011 12:33 pm

La joven escuchó con atención las palabras de aquel hombre que había decidido perturbar su paz. Absorbía cada una de ellas, saboreándolas pues más tarde sería su turno para reprochárselas. La ironía también se plasmaba en las palabras de aquel hombre al igual que ella la había usado como arma propia, de cualquier forma, no le causaba ningún daño ni tan si quiera en su orgullo pues para Violette no era más que un completo desconocido y toda una molestia.

-Al menos estamos de acuerdo en algo...-susurró sonriéndo de forma ladeada ante su comentario sobre la representación. Sin duda aquel actor no era digno de tal obra pero por el precio de las entradas, habían tenido que encontrar entre lo mediocre, lo mejor. A pesar de esa corta interrupción, lo dejó continuar con su discurso el cual se detuvo cuando ya empezaba a oírse entre el público cientos de chistidos.

La gente empezaba a molestarse con aquella conversación nada digna de una señorita como ella y, mucho menos, en mitad de una obra de tal envergadura. Aquello podría acabar incluso con la pausa de la obra ya que, al echar un ojo al actor, se le veía nervioso e incluso distraído.
-No voy a contagiarle nada a nadie, es un simple resfriado, además, cómo iba a negarle el placer de sacarme a la fuerza,me encantaría comprobar como lo hace -murmuró retándolo, segura de que no se le ocurriría desatar tal escándalo -Vuelva a su sitio, monsieur, y deje las amenazas para cuando vaya a cumplirlas

por **Salazar Phantomhive** Miér Nov 23, 2011 2:21 pm

Sonreí ante lo ultimo, no sabía de lo que eres capaz. Levanté la cabeza como si buscara a alguien y levanté la mano como si llamara a uno de los trabajadores. Utilicé uno de los poderes que más me gustaba: la ilusión. Hice que apareciera en la sala uno de los trabajadores que me había inventado el aspecto. Pero claro ese hombre era mentira pero ella no lo sabía. Aquella imagen se acercó hasta nosotros como si se tratase de una persona de verdad.

-¿Necesitas algo Lord?¿Y usted lady?- dijo mientras hacia una reverencia

-sí verás, esta señorita se encuentra mal y con sus toses esta interrumpiendo la obra. ¿Le haría el favor de acompañarla hasta la puerta?

-Claro, señor. Mi lady ¿me acompaña usted hasta la entrada, por favor?

La imagen se giró hacia la joven. Yo sonreía triunfante. Ella no se pondría en ridículo al negarse. Seguramente su alto ego se lo impediría.Quizás la siguiera después... me podría divertir, total una chica mimada y ricachona menos en el mundo. ¿Quién se daría cuenta? Me quedé esperando a que se levantara y preparado para ampliar el rango de ilusión por si llamábamos la atención y tenía que hacer que todo el mundo viera aquel hombre que yo me había inventado.

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