Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

por **Roxan Van der Gotten** Jue Dic 01, 2011 11:59 am

Con la temporada encima las presentacioness de las nuevas damas de la sociedad, asi como los compromisos que se solian ir dando en el transcurso, no era de extrañarse que se llevasen a cabo un sin fin de bailes en placio;la invitacion habia llegado ya hacia dos semanas cosa extraña que la anunciaran con tanta antelacion pero conociendo a la realeza no me cabia duda que habrian solicitado la presencia de algunos nobles para esa ocasion, alguna presentacion logicamente.

Camine hacia la biblioteca con la invitacion en las manos jugueteando y sopezando si asistir o no, entre en la habitacion la chimenea estaba encendida la habitacion calida, me detuve en el ventanal que daba hacia el jardin admirando la tarde, estaba nublada habia estado lloviendo a lo largo de la mañana, los criados habian estado muy atareados debido al clima, sonrei al ver a la pequeña An jugando en uno de los hijos de agua que caian del tejado, mi cabeza divagaba entre lo fragil que es la vida, la belleza de la mortalidad y de la inmortalidad tambien, habia quien decia que era una aventura eterna, pero se le habia olvidado decir que tambien podria ser una soledad eterna. El sonido del cristal llamo mi atencion la pequeña An se habia acercado y me saludaba desde el otro lado Nana su abuela aparecio en ese instante reto a la pequeña por estar mojada negue con la cabeza mientras sonreia, ambas marcharon, observe el membrete real aun recordaba cuando habia sido la primera ocasion que lo habian utilizado hacia ya tanto... no se cuanto permaneci encimismada en aquellos recuerdos, el leve toque de la puerta me hizo girar para ver a nana entrar en la habitacion con el te dispuesto y unas pastas, dejo la bandeja en la mesa de centro que habia frente a la chimenea, cabe decir que nana es una mujer entrada ya en años de rostro dulce y afable; observo el sobre que tenia entre las manos y sonrio.

-¿Cres que deberia ir nana?- sonrei al ver que su cara se iluminaba de alegria sabia su respuesta por descontado pero aun asi espere a que me respondiera - Recordar mi señora que a esos bailes solo invitan a los mas importantes y cercanos a la nobleza- su sonrisa lo decia todo tome la taza que me ofrecia, respire profundamente para despues darle un sorbo a la humeante taza de te; - en ese caso podrias decirles a las doncellas que preparen todo, creo que llevare el vestido beis con detalles en oro- era mi mas reciente adquicicion telas traidas especialmente para elaborarlo asi como un fino hilo de oro con el cual se habian bordado los detalles del vestido y un precioso encaje bordado en el escote del mismo perfecto para una ocasion como esta. Nana hizo una leve reverencia y marcho a prepar todo, continue bebiendo el te, uno minutos mas tarde entor An corriendo como solia hacer siempre para despues detenerse avergonzada - Lo.. siento.. mi señora.. se me volvio a olvidar tocar la puerta- sus mejillas sonrosadas y su cara de pena lo decian todo -¿ No venias a darme algun recado querida An?- dije de forma dulce mientras me inclinaba a ver esos ojos castaños, una sonrisa se dibujo en su rostro - Si! dice nana que todo esta listo la espera en sus aposento para cuando usted decida subir- su sonrisa era unica y brillante - bien en ese caso ve a decirle que subo ahora - sonrei mientras la pequeña salia de la habitacion de la misma forma como habia llegado.

Deje la taza de te en la mesilla y subi a mis aposentos con la invitacion en la mano al entrar estaba Nana con dos de las doncellas ue habian preparado mi baño - Podeis retiraros- hicieron una leve reverencia y marcharon menos nana quien me ayudo a desvestirme mientras entraba en la tina de agua caliente comenzo a cepillarme el cabello y lo labo lentamente el baño era un ritual que solia hacer siempre escencia de lavanda en el agua y despues como fragancia en mis ropajes, sali de la tina comece a secarme el cuerpo mientras nana se encargaba de mi cabello y de traerme las prendas para vestirme; cuando por fin estuve con el vestido y todo puesto nana continuo con el cabello pero al parecer nada le convencia asi que decidio dejarlo suelto haciendo un leve semi recogido con un alfiler de oro que habia adquirido hacia mucho en el extremo llevaba unos critales que hacian la forma de una rosa, "perfecto" pense al ver por fin terminado el peinado el cochero esperaba para llevarme, bese a nana en la frente sali de la habitacion y nana tras de mi con una capa del mismo tono que el vestido, yo no me percataba del frio que hacia pero ella si y como siempre velaba por mi "salud" sonrei al ponerme la capa y subi al carruaje acomodandome en los mullidos cojines.

Unos minutos mas tarde me encontraba entregando mi capa para entrar al gran salon... todo como como siempre era mas que perfecto la iluminacion, los vitrales, el servicio, los asistentes, era realmente magico el ambiente que lo envolvia todo.

por **James Mayer Rothschild** Miér Dic 07, 2011 11:38 pm

El velo de la noche se apoderaba del cielo azul, y traía consigo un aire de frio, que soplaba y hacia mecer los arboles con una tranquilidad que hacia relajar los pensamientos de cualquiera que gustara de pasear por los bellos parajes hacia un misterioso y abandonado castillo, camino rústicamente construido, lleno de piedras que dificultan el andar de los caballos, y hermosos y frondosos árboles que adornan el sendero, que por las noche no pasa un alma por las leyendas que cuenta sobre ese sendero que da a la gran castillo.

Una noche de esas frías el viento sopla fuerte, y una silueta de un ave recorría por el cielo un sendero olvidado, llegando hasta la cúpula del castillo, la noche pintaba hermosa, el cielo adornado por una hermosa y deslumbra luna llena, que brillaba con majestuosidad y parecía llenar de vida el castillo; aquella ave camino por el por la orilla de tejado hasta llegar a una gran venta, adornada con un hermoso ventanal que en él está dibujado una hermosa mujer, de cabello castaño y mirada triste; aquella ave grazno fuerte avisando de su llegada; de aquella gran ventana una silueta de un viejo se asomó al escuchar aquel graznido; tomo el ave, y de la pata un mensaje tomo dejo salir al ave, que tomo vuelo hacia su destino o mejor dicho hacia donde había salido.

Todo era oscuridad en aquel gran castillo, los pasillos largar adornados con hermosas pinturas y una alfombra roja que parecía interminable eran pocamente iluminados con velas, atrayendo aún más la oscuridad y un semblante de lúgubres, aquel viejo camino a paso tranquilo, un viejo con un traje bien planchado, a un que lo viejo no lo podía esconder, alto de ojos claros y delgado a mas no poder, con la cara chupada y una enorme nariz, que era característica de done el venia, con poco pelo en la cabeza pero con gran cantidad en la cejas, este peculiar personaje camino por aquellos pasillos, hasta llegar a una gran puerta de madera, adornada con el escudo del dueño del casillo, y a cada lado de la puerta un par de viejas velas escurridas por la cera derretida de estas mismas; llamo a la gran puerta tres veces, el sonido de las manos huesudas de aquel viejo mayordomo parecía rezumbar por todo el castillo, sin esperar respuestas entro, y el rechinido de aquella gran puerta daba un más el toque lúgubre.

-señor una hermosa ave a traído un mensaje para usted, del palacio roya, solicitan su presencia para una fiesta.

Una enorme habitación con libros por todos lados, una cama que parecía jamás ha sido usada, una hermosa y vieja chimenea estaba prendida y cercas de ella un viejo sillón rojo, que daba la espalada a la puerta, y de aquel viejo sillón se escuchó. –Porque interrumpes mi amena lectura con tan irrelevante mensaje, si bien sabes que yo no asisto a tan pretenciosas fiestas.-

Aquel viejo mayordomo insistió, con su vos rasposa, pero esta vez con voz de mando y acercándose a la viejo sillón rojo, dijo.

-mi amado señor esto más que una invitación es una orden directa, pues han citado a todo representante de la corona, y no se olvide que usted, no solo es dueño de este castillo, si no también es conde de España, y ya han pasado siglos desde que usted hizo presencia, como mayordomo de esta casa, es mi obligación seguir con el protocolo de la realeza, pues bien el mensaje esta dicho, y su tina con agua caliente esta lista, le pido a sus excelencia que se deje de niñerías y pase adarce un baño para alistarse para la fiesta.-

Aquel conde de cabello largo agacho la mira, y dio un suspiro y se levantó de su cómo sillón, camino despacio hasta donde se encontraba parado su mayordomo, le toco el hombro con su mano y mostro una sonrisa.- mira que un viejo como tú me de semejante orden es digno de admirar, por eso te aprecio tanto viejo, un que no me explico porque invitarme el mismo día de la fiesta.-, - eso lo puedo responder yo señor, pues yo he pedido que las invitaciones las manden el mismo día, así su excelencia no podrá hacer uno de sus típicos viajes, para escapar de su responsabilidad como conde.

El conde camino hasta la puerta, mientras soltaba una risa de al escuchas las palabras de su mayordomo.-mira que las has hecho bien viejo, pues alista mi ropa real para salir de inmediato, y claro ensilla mi caballo, pues me has alegrado la noche, y te la are buena, por única vez seguiré el protocolo real, a un que a mi manera claro está, viejo amigo.

Salió con una sonrisa en el rostro el conde, algo raro en él pensó su viejo mayordomo, salió y se perdió en la oscuridad de su castillo, poco rato después salió del cuarto de baño, desnudo mostrando algunas cicatrices en su cuerpo, camino hasta la gran habitación de su castillo donde ya lo esperaba su mayordomo con su armadura real, puesto que la ocasión ameritaba ponerse aquella armadura de oro, con el escudo de armas de la corono española en el corazón y su escudo familiar en el brazo derecho, hermosos tallados adornaban le resto de la reluciente armadura, un pretencioso aniño de rubí color rojo carmesí como símbolo de su título de nobleza, y una espada reluciente en cintura, con el mango adornado en la punta del mango con un zafiro y con la hoja de plata con filo legendario, que simbolizaba su poder como conde y caballero de la realeza española y terminaba su vestimenta con una hermosa capa roja, como la de aquello emperadores romanos, con la barba bien definida y el cabello bien peinado salió de su viejo y maltratado castillo, hacia la entrado donde un hermoso caballo purasangre negro con la cabeza protegida con un hermoso casco de plata y una silla de oro con incrustaciones de diamantes, el conde mostro una sonrisa sarcástica y mira a su mayordomo, -he aquí la mayor de mis presunciones una brillante armadura y un hermosa caballo, venga pues, recordad este día, pues yo el conde de España Maxwell Reinalt, por ti viejo amigo seré tu ultimo orgullo viejo, descansa ahora que ya has cumplido, bien tu labor.

Salió de prisa en su caballo, dejando tras de sí una ligera nube de tierra, por aquel sendero solitario, se escuchó el repicar de las herraduras de aquel caballo, la gente de las cercanías cerraba su ventas y puertas, pues si bien sabían de la existencia de un conde, jamás lo había visto, solo los viejos podían recordarlo, a un noble con cabello largo y mira triste; no paso mucho tiempo realmente hasta que el conde salió a campo traviesa, donde bajo la velocidad de su caballo y a paso lento se dejó llevar.

-valla noche tan hermosa hace hoy, pero estas noches tan hermosas me hacen sentir tantán nostalgia, como odio estar solo, mi pecado fue intentar salvar lo que más quería, nada sale como uno espera, valla que me ha costado saberlo, una noche fría como esta me gustaría tenerte a mi lado.-

La luces del palacio hacia su parición el horizonte, gente importante de la región y más haya hacia su aparición a tan agradable fiesta, carrozas lujas con bellas damas he importantes caballero adornaban la entra de tan imponente palacio, una hermosa carroza se disponía a entra lentamente por la puerta, cuando de la nada aquel hermosa caballo hizo su aparición, el relinchido de los caballos de aquel carruaje se hizo escuchar, la gente asombrada no crea tan salvaje aparición, el caballo y el jinete entraron hasta, la puerta donde guardias ya esperaban para detener a tan salvaje personaje, pues un noble de clase alta era el dueño de aquel carruaje; los guardias apuntaron sus lanzas hacia el dueño del caballo que con una sonrisa burlona, desensillo su caballo y quitando las lanza de su camino dijo.

-Lo nobles de clase alta no saben que deben dejar pasar a la realeza, y ustedes guardias bajen sus armas pues al que está apuntando es al conde de España, hagan se a un lado si no quieren iniciar algo que no puedan parar.

Los guardias agacharon la cabeza, y dejaron pasar al miembro de la corona española, con una sonrisa entro al palacio, y caminando pensaba, (-maldita prepotencia la mía, mira que mostrarla a tan respetables personas, pero divino protocolo de grandeza de nosotros los nobles de la realeza, como odio esto, pero bueno ya estoy aquí), hermosamente adornado el palacio, digno de la realeza y la clases alta que estaba entrando, no llego muy lejos, de la entra cuando lo anunciaron, acto típico para dar a conocer la entra de la gente importante.

-Conde de España, caballero noble y digno poseedor del apellido Reinalt, su excelencia Maxwell Reinalt conde de España.

por **Roxan Van der Gotten** Jue Dic 08, 2011 3:04 am

Hacia ya algunos minutos de mi llegada, con copa en mano me dispuse a recorrer al salon y a seguir el protocolo, saludos y reverencias de cuantos nos conociamos y claro esta la presentacion de los anfitriones, un grupo de amigos conversaban de las nuevas noticias que corrian en el mundo, las nuevas adquisiciones y unn sinfin de vanalidades que como siempre, solian aburrirme ya que despues de todo la vida seguiria su curso; me disculpe para poder seguir saludonda a los ahi presentes, Siempre es bueno ser "amiga" de tan importantes dignatarios, asi como de la clase alta.

El salon estaba bellamente iluminado termine mi copa y cogi una nueva, varios caballeros intentaban por todos los medios el tener mis atenciones, contandome de sus adquisiciones y riquezas... ¿que mas daba la riqueza si te encontrabas sola? negue con la cabeza y sonreia atentamente a aquellos que me rodeaban continuaba con las conversasiones aburridas que se podria hacer; un grupo de cuerdas comenzaron a sonar acto seguido se despejo la zona de baile pero nuestras conversaciones continuaban, de cuando en cuando se oian las presentaciones de los nobles que iban llegando.

Me sente en uno de los delicados sofas que habian dispuesto para los invitados, claro esta que mis acompañantes no se apartaron de mi seguian contandome cosas b¡vanas y triviales un grupode damas dos de ella entradas en años acompañaban a una joven dama que al parecer era uno de sus primeros bailes y por la actuacion de sus dos carceleras se podia decir que estaban a la busqueda de marido; no dudaron en acercar a aquella joven a nuestro circulo, hacienod las presentaciones pertinentes, sonrei a la joven y le ofreci un lugar junto a mi las otras dos mujeres la dejaron a mi cargo por unos instantes; -Tranquila, creo que estaras a salvo hasta que regresen de nuevo- murmure suavemente para que solo ella me escuchara, la introduje un poco en la conversasion y sutil mente empuje a lor Ritchmon a que la sacara a bailar era un joven apuesto y por lo que sabia de el, el menos peligroso de los ahi presentes.

Sin mas la presentacion del Conde de España, acto seguido entro en el salon, un caballero de porte impecable, parecer era una buena pieza, venia con la armadura real, buen porte; pero algo en el alerto mis sentidos, no era como los demas, no era humano, desvie la mirada puesto uno de mis acompañantes me preguntaba algo, a lo cual respondi sin mayor interes.

¿Como era posible que el Conde de España fuera uno de los mios?, al parecer la noche seria entretenida, la joven bolvia del baile con las mejillas mas que sonrrojadas, asi que me disculpe para acompañarla al tocador y de paso poder apresiar al Conde de mas cerca si esque se presentaba la ocasion.

por **James Mayer Rothschild** Jue Dic 15, 2011 3:45 am

Todo era felicidad y soberbia en el bello palacio, que era adornado con grandes y costosos arreglos florales , hermosas esculturas adornaban la mesa central, donde la gente iba a admirar la belleza de dichas piezas, la gente mas acaudalada de la región y extranjeros se dieron cita en tan gran evento, se podía observar por cualquier lugar del palacio a un miembro de la realeza o a un acaudalado millonario de la clases mas alta por el lugar intentando hacer alianzas que le pudieran dar algún beneficio a largo tiempo, como siempre buscando la manera de obtener algún beneficio; mas haya de la mesa se podía observar el gran salón de baile donde las parejas iban a demostrar sus mejores paso, que siempre era de gran calidad a los ojos de los espectadores, también era el área donde las nuevas relaciones se forjaban, y las nuevas familias se formaban, lugar atemorizante para los y las primerizas adolecentes que era abordadas por aquellos personajes que viven de buscado la felicidad en la juventud y la hermosa ingenuidad de los jóvenes primerizos.

Todo lo normal en un baile de alta alcurnia, el conde que era dicho de ser un miembro antiguo de la realeza se veía abrumado ante tal evento, ya que su existencia a los ojos de algunos no era bien vista, cosa que realmente lo tenia sin cuidado, pero el ser visto por aquellos ególatras lo hace enfermar, puesto que para el tanta vanidad es algo que le molesta sabiendo realmente la situación de aquellos que no gozan de un estatus, pero que calla puesto que con lo años ha aprendido a tolerar.

Empezó a caminar por le lugar, a paso tranquilo observando cada uno de los invitados, como si realmente estuviera interesado, caminando y la mismo tiempo jugueteando con el aniño real, movía su cabeza devolviendo el saludo de aquello que se cruzaban en su camino, llego hasta la gran mesa con las hermosas esculturas, las miro detenida mente, con una sonrisa de sarcasmo tomo de la mesa una copa de vino tinto, el mas fino de la región regalo que fue hecho al rey por uno de los invitados, llevo la copa hacia su nariz y sintió el tan delicioso aroma de tan fino licor, pero que con nostalgia dejo a un lado, puesto que en su condición le era imposible beber tan fino licor, lentamente se dirigió hasta un de los balcones, para tratar de admirar los que llamaba la obra maestra, las estrellas, pero mas tardo en caminar cuando un viejo de con prolijo bigote y un hermoso y fino traje se hacer a él, para platicar puesto que era raro ver al conde de España asistir a tan grandes eventos, pues es bien sabidos por todos su antipatía por semejantes reuniones.

-disculpe usted mi lord, es ralamente un placer verlo en tan imponente fiestas.

El conde solamente respondió con una de sus típicas sonrisas falsas que ha perfeccionado con el paso del tiempo, se disponía a marcharse de un de repente como abejas tras la miel llegaron varios importantes personajes hacia él , todos con lo mismo intentando tener el agrado del conde, puesto que de la realeza era el mas viejo y para muchos el mas raro acaudalado de la región, puesto que vivía con su hija y un viejo mayordomo; pero muchos se rumoraba acerca de su vida, puesto que a su palacio nadie se atrevía aponer un pie, pero sabían que tener al conde maxwell de aliado no solo les traería respeto a los ojos de la realeza, si no que también un poderoso aliado en las guerras, puesto que era bien sabido su capacidad a la hora de la batalla, temido por muchos y respetado en el campo de batalla.

-que cansado estoy de escuchar las palabrerías de estos personajes, mas un tener que fingir que realmente me importar lo que me estas contando, pero hay una presencia en esta fiesta que me llena de curiosidad, por lo pronto me tocara seguir escuchando tan aburridas historias.

Pensamiento que sabia esconder a la perfección y fingir que para él es un arte aprendió a lo largo del tiempo.

por **Roxan Van der Gotten** Jue Dic 15, 2011 9:44 am

Después de volver del tocador, las mujeres que habían dejado a mi cargo a la joven, parecían acechantes cuando las encontramos de nuevo, querían saber todos los por menores y me agradecían encarecidamente que hubiera presentado a la joven a Lord Ritchom puesto era un buen partido y pocos rumores corrían acerca de el; sin mas sonreí continuando con la conversación de aquellas mujeres, que empezaban a indicarle a la joven lo que tendría que hacer a continuación si deseaba atraer la atención del lord, mis ojos sutilmente buscaban al Conde, no tanto porque me importase codearme con los de la realeza si bien era cierto en más de una ocasión había pertenecido a la corte; no le encontraba en ese lugar así que me dispuse a dar un paseo por las estancias, como siempre los saludos y las sonrisas por conveniencia, alguno ya comenzaban a hacer alianzas.

Negué con la cabeza puesto que este tipo de eventos me encantaban solo por los vals, pero poco más, hasta el día de ahora no había un hombre que lograra impresionarme ni por su forma de bailar, sus riquezas o por el poco cerebro que tenían, salude a uno de los nobles que tan buenos recuerdos tenia de su familia para después continuar mi recorrido y lo vi… ahí... rodeado de aquellos hombres que intentaban ganarse la simpatia del conde, podria haberse calificado de emboscada puesto que uno lo habia abordado y en pocos segundos estaba rodeado de un grupo de caballeros, respondia perfectamente y parecia prestarles interes pero habia algo en sus ojos que indicaba que estaba mas que aburrido con tanta charlataneria de aquellos hombres.

Sonreí con picardía observando al Conde era atractivo, un hermano de sangre por llamarlo así, normalmente los de mi sangre tendían a tener un sentido del humor un tanto diferente del resto, había observado que dos caballeros estaban discutiendo vigilándome por que no se le puede llamar de otra forma al hecho de que estén dándose valor el uno al otro para ver quién de los dos era capaz de cortejarme y que yo lo aceptara sonreí nuevamente en mi cabeza como siempre estaba la idea de divertirme un poco y si de paso hacia ruborizar a algún humano sería divertido, puesto mi atrevimiento era una de las cosas que al parecer se admiraba de mi, en alguna ocasión alguien me había llamado "una mujer de armas tomar".

Justo en el momento que lo caballeros decidieron acercarse a mi yo comencé a caminar en dirección al Conde cuando estuve cerca de los caballeros salude con total naturalidad mientras hacia una leve reverencia - Caballeros... espero no os importe, puesto he venido a secuestrar al Conde- dije con una sonrisa sensual mientras rodeaba el brazo del conde, como si fuéramos viejos amigos, ninguno de ellos se atrevió a decirme nada, solo quedaba ver la reacción del Conde que en cualquiera de los casos era más que aceptable y me divertiría; puesto mi atrevimiento de interrumpir una reunión de caballeros, haría ruborizarse a más de uno.

por **James Mayer Rothschild** Jue Dic 15, 2011 11:13 am

Cansado de tanta adulación, pesaba si realmente había sido una buena idea haber venido, no obstante sé que la gente sospecha de mi, cosa que particularmente no me interesa, peor tal vez esa paz se pueda terminar si la gente descubre quien soy en verdad, pues sangran se derramaría absurdamente, pero que cansado es escuchar a estos sujetos, hablar de cosas tan vanidosas.

La cara del estaba inmersa en sus pensamientos, respondiendo a los cuestionamientos de los que lo rodeaban, siempre con su sonrisa fingida, su mirada de poco interés y jugueteando con su aniño real, era difícil entender como una persona esta y no en una platica, pero distraído perdido en sus pensamientos, fue sacado de ellos bruscamente, si bien rara vez aquel viejo conde es sorprendido en esta ocasión, una persona de hermosa apariencia y de un aroma peculiar lo llevo bruscamente a la realidad, dejan ver una lado del que pocas veces muestra, confundido y extrañado miro a quien lo había sacado de sus pensamientos y de un fingir constante.

-quien será esta bella dama, que por su aroma me dice que es un hijo de la noche, me estaré haciendo mas viejo, que no logre en un principio saber que había un vampiro mas en esta fiesta, valla que si he cometido un grave error, pues bueno veamos como resulta esto.

Ambos personaje se alejando de aquella gente, cosa que llamo la atención, pues la reputación del conde, lo acompañaba, pues se rumoraba que el conde de España solo tenia ojos para su hija; pero siempre con ese temple que lo caracteriza se recompuso y tomo de la mano a su bella salvadora, y lo que hace mucho no hacia la llevo al gran salón de baile, pues su belleza era innegable y maxwell estaba aburrido, tal vez esta será una señal de algo, cosa que maxwell vio hacia, y que mejor que un baile para romper con la monotonía que había estado experimentando hasta hace pocos momentos.

-mi bella salvador de linda sonrisa y bello semblante, me permitiría sacarla a bailar, pues me gustaría saber mas de usted, ya que al parecer tenemos algo en común, cosa que me ha cautivo de usted.

El conde le ofreció su mano a la espera de la respuesta de tan bella dama.

por **Roxan Van der Gotten** Jue Dic 15, 2011 11:24 am

Sonrei ampliamente cuando le oi llamarme "salvadora de linda sonrisa", escuche su peticion hice una leve reverencia ante al siguiendo los mas recatados estandares de los buenos modales - Mi lord sera un honor el poder conpartir con voz un baile- dije mientras colocaba mi mano encima de la suya para entrar en el salon de baile.

Al parecer ya se habia percatado de lo que era, sonrei de forma cautivadora - Lamento si mi forma de salvarle ha dejado un poco trastocado su reputacion de padre abnegado, pero creo que dichos caballeros no pensaban dejarle tranquilo en toda la noche - ya estabamos en el salon de baile y la pieza comenzaba hicimos una reverencia y comenzamos el baile, tenia una voz mas que agradable y cautivadora, estaba enterada de algunos rumores sobre el pero ninguno indicaba que no fuera humano, sonrei mientras danzabamos por el salon, se podia apreciar un murmullo de los comentarios de los ahi presentes -Creo que he provocado que tenga que dar muchas explicaciones mi lord..- dije sonriente

por **James Mayer Rothschild** Jue Dic 15, 2011 11:48 am

Maxwell tranquilamente empezó a bailar como hace mucho no lo hacia, escuchaba las palabras de la bella dama con quien bailaba, intentando escuchar cada palabra, algo difícil para quien no goza de escuchar las palabras de los demás, pero en que esta ocasión realmente se esforzaría por escuchar.

El murmullo de la gente era mas que evidente pues era raro ver a maxwell conde de España bailar en una fiesta, pues lo mas normal en el, que se la pase charlando con algún miembro de la realeza, y después se marche, realmente es una dama de armas tomar, murmuraba la gente, al ver bailar a tan peculiar pareja.

-la única explicación que usted me tiene que dar es por que aun no me ha dado su nombre, puesto que me gustaría saber con quien estoy bailando, ya quien le debo mi gratitud, por los demás no se preocupe, pues ante mis ojos usted es solamente un bella dama, pues no distingo razas ni clases sociales, así no se preocupe, por detalle ajenos de razas.

Maxwell la tomo por la cintura y al terminar la bella pieza musical del baile, la llevo hasta a un balcón donde se podía observar la belleza de los jardines reales, y ahi se presento como es debido, para alguien de su estatus.

-Mi bella salvadora mi nombre es Maxwell Reinalt y me complacería mucho si me regalara su nombre, pues nada mejor para mi que darle las gracia por alegrar lo que hasta hace poco tiempo era una noche infame.

por **Roxan Van der Gotten** Jue Dic 15, 2011 11:59 am

sonrei ante su tan acertada respuesta - Mi lord... lamento informarle que por esta noche sere solo su salvadora una mujer poco misteriosa, aunque he de admitir que no entiendo que intenda decirme con lo de "razas" - sonrei nuevamente, la explicacion que habia dado no sabia si debia ofenderme por lo de clases sociales o razas, aun asi para mi todos valian segun su honor y palabra, era la unica distioncion que hacia el resto no lo veia en realidad. La pieza termino el conde me tomo por la cintura guiandome hacia uno de los balcones, desde ahi podias admirar la belleza de los jardines, "realmente preciosos en una noche como esta" pense

Se presento formalmente pero no habia hecho mencion a su cargo solo habia dicho "Maxwel Reinhalt" talvez le estaba juzgando antes de conocerle - Un placer mi lord - dije haciendo una reverencia - puesto que tenemos cosas en comun he de deciros que mi nombre es Cassandra Van der Gotten; aunque en este siglo mi nombre es Roxan, creo que nos hemos salvado mutuamente mi lord.. puesto que esta noche no parecia ser diferente a alguna otra; pero gracias a vos parece ser mas prometedora - sonrei ampliamente

por **James Mayer Rothschild** Sáb Dic 17, 2011 7:39 pm

Le mostré una sonrisa pues al parecer mi comentario le había extrañado, tal vez había sido muy directo y se pudo mal interpretar mi comentario, así que me decidí y la tome de la mano y le dije con una voz suave.-perdone mi comentario anterior pues si me refería a raza es por el hecho de que usted mi bella salvadora es un ser de la noche como yo, y solo digamos que nosotros los seres de la noche no solemos llevarnos bien, a un que espero que con su divino corazón perdone el comentario de este estúpido vampiro y como muestra de arrepentimiento tome este pequeño obsequio.

La bella música que tocaba la orquesta se detuvo para tomar un descanso, a gente que se encontraba en el gran salón de baile regresaba a sus lugares, pues la cena se disponía ha ser servida, mientras en el balcón con una vista plena del hermoso jardín maxwell le entregaba su anillo real, y se lo ponía en la palma de la mano, pues el conde de España tenia la fana de ser muy desinteresado, pero a la vez muy generoso.

La paz de la noche adornada con las hermosas estrellas que tintineaban al campas de la bella música que dejaba de sonar, a lo lejos una maravillosa vista de la ciudad adornada con bellas luce era el escenario perfecto para un romaica velada o una fiesta digna de ser recordada

por **Roxan Van der Gotten** Dom Dic 18, 2011 5:12 am

La noche se presentaba perfecta los jardines tenian un fulgor que en cualquier otro momento no se habria percibido, y la compañia los hacia un mas perfectos, la musica dejaba de tocar y los invitados empezaban a dispersarse por las salas contiguas la cena se serviria pronto... Maxwell sonrio y me explicaba lo que habia intentado decirme con lo de las razas, me senti estupida por haberme tomado el comentario a mal puesto era evidente que el conde se referia a nuestro estado, tomo mi manos con tal delicadeza que si mi corazon latiera se habria acelerado sin poder controlarlo, le mire a los ojos su rostro enmarcado por la belleza de la noche le hacian parecer mas que apuesto, sus ojos profundos ese semblante que le hacia un rostro varonil, cualquier dama se habria sentido atraida hacia tal perfeccion; ademas de que su porte, su sola presencia hacia que te sintieras protegida y cobijada por el, despues me ofrecia su anillo real como obsequio

-mi lord... no tiene por que hacerlo, os agradezco la atencion pero lo que me dais tiene gran valor para voz y no me parece correcto que lo aceptase, amenos que vos tambien acepteis un obsequio de mi parte - no queria ofenderle puesto que un obsequio de esa magnitud no se hace a cualquiera, y ante la sociedad podria mal interpretarse como simbolo de otras intenciones, tenia entendido que el conde solo tenia ojos para su hija y yo no queria ser la causante de complicarle las cosas en casa.

Siempre habia llevado conmigo, la unica cosa que habia poseido mi madre y que ella me habia dado el dia que mi padre me habia vendido, era el unico recurdo de ella, a nadie se lo habia contado, lo habia estado guardando desde hacia tanto, era ya una reliquia o se podria valorar asi. Una anillo que no tenia ninguna priedra ni nada era de lo mas sencillo puesto que en aquellos tiempos no cualquiera podia poseer tales joyas, durante los años que habian transcurrido simplemente lo habia pulido haciendo que tuviera un brillo unico y bastante atractivo.

Era algo realmente importante para mi, la razon de el por uqe deseaba entregarselo al conde no era solo por que el me diera el anillo real si no por que habia algo en mi interior que me hacia confiar en el, asi como desearle.. no solo era el porte, su belleza, ni ese tipo de cosas vanales ni comunes; en otros tiempos, habria dicho que eramos almas gemelas destinadas a encontrarnos pero aun asi era algo que solo yo sentia, y no el conde; aun asi deseaba que tuviera algo de mi y de mi historia con el. sabia que mi anillo le quedaria pequeño obviamente, y pudiera que no le gustase en absoluto tal obsequio o le pareciera poca cosa pero para mi era el mayor de mis posesiones.

por **James Mayer Rothschild** Mar Ene 10, 2012 3:08 am

La mire hacia sus dos hermosos ojos llenos de tanto misterio que me hacen desear tenerla a mi lado para poder descubrir tantas cosas de ella, pues hay algo que me intriga de ella, su dulce y elegante apariencia me hacen recordad viejos tiempos, cuando mi corazón a un latía y podía emitir sentimiento por alguien, tantos recuerdos viene a mi mente, podre ser un viejo pero a un siento que me falta algo por vivir, tengo una hermosa hija, un cargo dentro de la corona y aun con eso me siento totalmente vacío.

El viento empezaba a soplar con un poco mas de intensidad trayendo consigo un frio lleno melancolía, las nubes pensaban adornar el manto nocturno y el bello resplandor de la luna, el tiempo traía consigo nubes de tormenta augurando una noche llena nostalgia y de recuerdos, que estaría armonizada por le bello sonido de la orquesta que acompañaba atan elegante fiesta; la mira profunda del conde Maxwell se perdía en los hermosos ojos de tan divina acompañante, pero que con el primer relámpago se perdió dicha admiración y que lo llevo a la horilla del balcón para de hay contestar al ofrecimiento de la bella compañía.

-Mi querida madame Van der Gotten, este anillo es solo un pedazo de metal si valor para mi, jamás he apreciado mi titulo como noble de la corona española, desde el día en tome este aniño, hasta la fecha me he preguntado si realmente es lo que quiero, quiero que usted tenga este aniño, es un obsequio de mi parte, que lleva consigo mi titulo de realeza, pues no solo le entrego el aniño sino, que también le entrego lo que con el simboliza.

Maxwell miraba hacia el cielo mientras pronunciaba sus palabras que con cada una de ella la tormenta se acercaba cada vez mas, el viento ahora soplaba con gran violencia, los rayos y trues característicos de la Francia se invitaron a la fiesta mas elegante de parís, con ellos el tiempo empezaba a caminar mas despacio pues los eventos que estaban por pasar nadie los hubiera imaginado.

-No lo tome como un intercambio pues lo que usted me quiere dar tiene un gran valor, que no se puede comparar con ningún cargo de la realeza, pues puede que algún día le pida ese aniño, pues muchos andan en busca de ese cargo, crea mis palabras pues llevan mas de dos mil años tras el pues de conde de España, pero yo ya estoy cansado de este tiempo, y no si seria el destino el que nos a presentado pero veo en sus ojos que usted es a quien yo estoy buscando.

El conde se acercó y tomo la mano derecha donde sin esperar respuesta puso el aniño real, mientras que con la otra mano le tocaba el rostro mientras que centraba su mirada en los bellos ojos de tan hermosa persona; todo aquel ventarrón fuerte y las nubes de tormenta se unieron a coro, pues al entregarle el anillo la tormenta empezó a caer fuertemente, los relámpagos iluminaban la noche y los truenos cantaban la liberación del conde de España Maxwell Reinalt.

por **Roxan Van der Gotten** Sáb Ene 28, 2012 12:40 pm

no comprendia muy bien lo que el misterioso conde intentaba o queria decirme, tome el anillo entre mis dedos observandolo con detenimiento, ¿que deseaba que hiciera con el?; habia dicho que mas adelante podria volver a pedirmelo ¿a caso se tomaba alguna excedencia temporal?, el clima cambio como si anunciase que el conde habia cedido su cargo, a una perfecta desconocida.. no lograba entenderlo muy bien.

- mi lord puesto que al parecer me sede vuestro cargo he de preguntar bajo que condiciones me lo entrega se que vuestra hija se opondria a tal hecho, y ¿vos que hareis. que deseais que haga con ello?; lamento deciros que no comprendo vuestras palabras - la tormenta nos empapaba por completo, el viento azotaba contra nosotros pero aun asi su caricia me parecio tan calida, sus ojos me atraian pero no podria decir que habia en ellos, parecia estar feliz por liberarse de aquel peso.

No lograba comprender lo que sucedia extendi la mano para acericiar su rostro, parecia ser un buen hombre, ¿pero solo el sabia que demonios podria encerrar en su interior?

por Contenido patrocinado

Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)

Re: Un baile de lo mas singular(Priv.Maxwell Reinalt)