La compañía me hace feliz [Libre]

por **Valentin Zukovski** Miér Dic 21, 2011 11:49 am

Estaba totalmente cansado, había pasado todo el día trabajando en su biblioteca, solo y sin compañía, ni había podido jugar con sus mascotas por estar tan ocupado. En total tenía 10 perro, eran muchos, pero la verdad es que era un dueño impulsivo, que cuando veía a una hermosura de cachorro se enamoraba rápidamente de él, no sabía como hacía para sacar tiempo y jugar con todos, pero lo hacía, a todos los consentían y los trataba de la misma forma a todos, claro, siempre había uno que era mas consentido que otro por la confianza y antigüedad.

Después de terminar de trabajar eran como las 3 de las tardes, se había ido a dar una ducha, para después jugar con sus tres perros más pequeños; un chihuahua, poodle patas cortas y un pug. Que cariñosos eran, los adorabas, eran pequeños, lindos y muy amistosos además de muy obedientes, cada uno tenía una personalidad diferente, eso lo hacía más divertido.

Sus mascotas eran muy bien cuidadas por la servidumbre, tenían cuatro personas que se encargaban de cuidarlas y mantenerlas felices, cuando este no podía jugar con ellas a veces se sentía estresado y de mal humor.

Había elegido al pug para dar un paseo por las calles de parís; él era tranquilo y amistoso, los otros dos eran algo intensos para salir, el Chihuahua no le gustaba que se acercaran a Valentín, no importaba si eran mujeres, hombre o niños, simplemente lo quería para él, el poodle era muy hiperactivo y alegre, siempre buscaba problemas en donde no lo había, cuando Valentín los sacaba siempre perseguía algún gato o asustaba a alguna señora importante.

Paseaba muy tranquilo por la acera de una de las calles de la ciudad con su mascota caminando tranquilamente a su lado, su caminar era elegante, se notaba que los dos eran de la clase alta, aquel porte y elegancia no se veía en todo lugar, el pequeño animal se detuvo en seco, había algo que le había molestado, rápidamente Valentín se detuvo para revisarle, una de sus patas había pisado mal, este sonrió y con cariño se inclino para acariciarle la patica y así animarlo a seguir, cuando este se sintió aliviado el ardor comenzó a dar pequeños salticos mientras jadeaba feliz por estar al lado de si querido amo.

El joven Ruso simplemente sonreía al ver como la felicidad de su mascota le era contagiada, la verdad es que ellos no eran sus “mascotas” era algo más que eso, eran su familia de parís, no se imaginaba dejar a parís ni a ellos, podría morirse antes de hacerlo.

por **Romilda Hetfield** Miér Dic 21, 2011 8:56 pm

Las calles parisinas están más despiertas que lo normal, pensó para sí misma la muchacha cuando se dirigía a hacer unas compras que le había encargado su tutora. A Romilda no le gustaba hacer sus mandados puesto que no le daba confianza la gente de París, no tenía esa cordialidad y bondad que los griegos o los italianos. Todo allí era muy frío, muy seco y cortante. Si bien ella no era la más cordial y simpática muchacha que podría ser, tampoco le gustaba que el resto adoptara su actitud de callada y distante. Prefería un poco más de amabilidad a la hora de ir a comprar comida o lo que sea que se necesitara.

Ya cargaba en su cesto de mimbre unas cuantas manzanas rojas, encargadas por las pequeñas niñas las cuales gozaban mucho de comer frutas. Y la verdad era que se veían tan ricas que daban ganas de comerlas, pero se contuvo. Además, la calle no era lugar para ir comiendo, mucho menos con todas esas miradas que la veían de arriba abajo. Como siempre, iba bien sencilla con su vestimenta: vestido largo color amarillo muy claro, una cinta blanca que le ajustaba a la cintura, su capa negra encima por el viento que soplaba en el otoño, y llevaba atado un sombrero, puesto que su tutora le dijo que así era como iban las muchachas francesas y así era como debía ir ella. Pero a Romilda no le gustaba, le incomodaba y quería quitárselo.

Estaba demorada con sus tareas y aún no encontraba dónde es que vendían las verduras. Le habían indicado el camino, pero aún así, no recordaba exactamente, se encontraba un poco desorientada. Buscando más allá de su vista, vió a un joven de espalda que llevaba a un perro de paseo, no supo distinguir la raza.

- Disculpe, señor - se excusó desde detrás de él - ¿Podría usted decirme dónde queda el mercado de verduras?

por **Valentin Zukovski** Jue Dic 22, 2011 5:16 pm

Seguía caminando como si nada por las calles parisinas acompañado de su amigo animal, la gente parecía distante, ya estaba acostumbrado a eso, los rusos siempre parecían fríos y hasta antipaticos ¿Quién eran mas frios? Se preguntaba mientras comenzaba a descifrar el comportamiento de los franceses, al haber estudiado psicología se le hacía fácil analizar un poco aquellos gestosque los diferenciaba del resto de las personas.

Vestia algo sencillo, para un dia tranquilo y sin formalidades, una levita bien arreglada de color blanca medio abierta en el pecho, un pantalón chocolate ajustado y unas hermosas botas negras con un poco de tacón un su suela, su cabello estaba arreglado hacia atrás pero el viento lo había alborotado y estaba todo desarreglado. Paso rápido una calle para llegar a otra acera e ir hacia un lugar que él ni sabía, solo caminaba por ahí.

Escucho una dulce voz detrás de el, se detuvo mientras veía una chica de clase media, se veía por sus vestimentas y siempre Valentín sabia quien era quien, no por sus vestimentas si no por la forma de ser de aquella persona

-Bonjour dama- giro su cuerpo aun sosteniendo la correa del can en su mano-la tienda de verduras ¿dijo?- miro a su alrededor mientras trababa de ubicarse.

-Lo siento señorita- dijo algo apenado –Odio las verduras y no sé dónde queda el puesto, pero si desea puedo ayudarle a encontrarlo- miro la cesta que estaba algo pesada-déjeme la cesta y usted encargase de Odin- dijo sonriendo amablemente

Comenzó a caminar mientras buscaba alguien para preguntar, cuando encontró a una señora le pregunto amablemente quien le indico que a dos calles encontraría una tienda que vendían verduras.

por **Romilda Hetfield** Jue Dic 22, 2011 8:51 pm

La muchacha se sorprendió ante la cordialidad del joven, incluso se sonrojo. Siempre le resultaba extraño que alguien se ofreciera a ayudarla así, mucho más en esta ocasión porque no conocía al joven y él muy amablemente se había ofrecido. Sólo supo agradecerle con una sonrisa incómoda, también por la diferencia en sus vestimentas, él parecía de una clase mayor, lo que la confundía un poco porque Romilda tenía como idea que los de clase alta eran todos unos estirados que jamás se fijaban en las inquietudes de los que eran clase inferior. Difícilmente, trato de apartar sus prejuicios y aceptar la ayuda que le daban.

- Muchas gracias, es usted en verdad muy amable - le dijo sonriente pero un tanto tímida mientras le daba la canasta con las manzanas y ella tomaba la correa del animal, era muy bonito el perro.

Él desconocía dónde quedaba la verdulería, y ella jamás había aprendido su ubicación, pero el muchacho le preguntó a una señora que estaba por allí, y le dijo que el mercado de frutas se encontraba a solamente dos cuadras. Entonces emprendieron el recorrido por las calles de París.

- ¿No le gusta las verduras? Eso es extraño - le respondió a su comentario. - Todos debemos comer vegetales, eso es lo que nos enseñan.

por **Valentin Zukovski** Mar Ene 03, 2012 9:37 am

Su caminar era muy tranquilo, mantenía la cesta en su brazo derecho, mientras caminaba hacia donde la anciana había dicho, le indico a la joven que le siguiera, y ella le siguió a su lado mientras caminaban entre la gente, la joven de pelo rojos pregunto porque no le gustaban las verduras, le miro mientras seguía caminando, una sonrisa se dibujo en sus labios, no era que no comía o no le gustaban, era que no las necesitaba pues ya en su plato estaban, le había hecho una mala broma y ahora se sentía algo avergonzado.

-Disculpe, no es que no los coma- se rasco su cabeza riendo nervioso-Solo que no los necesito comprar yo mismo-

No le gustaba hablar de sus orígenes, o de su clase, por eso no decía sobre el porqué no comía verduras, por eso trato de cambiar el tema mientras seguían caminando, el can seguía a los dos como si nada, es más le gustaba estar con la compañía de la joven eso era bueno.

-¿y para quienes son las compras?- pregunto, pues viendo la cantidad que había comprado no era para ella sola debían tener más personas viviendo con ella, calculaba unas tres personas más con ella o eso decía por las manzanas que había en la cesta.Habían llegado a la puerta de la tienda, Valentín se detuvo mirando el letrero de al frente, de verdad no sabía que esto estaba ahí.

por **Romilda Hetfield** Miér Ene 04, 2012 12:02 pm

La muchacha escuchó la respuesta del joven en cuanto a las verduras, esa sencilla respuesta de "no debo comprarlas yo mismo" fue amable pero cortante a la vez. Aunque bien no era nada extraño puesto que a los hombres jóvenes no se acostumbraba a enviarlos a hacer las compras, tal vez se refería a eso, o quién sabía, no estaba demasiado segura pero el tema ya había terminado.

Comenzaron a caminar en busca del mercado, y Romilda notó la elegancia en los andares de él, un paso firme y no tanto delicado, sólo enseñaba formalidad, lo cual atraía un poco las miradas del resto de los campesinos que hacían las compras. Entonces la muchacha intentó ponerse un poco a su nivel de andar, enderezando su postura y subiendo el mentón, se sentía rara pero deseaba estar al tanto de la situación.

Al estar distraída en imitar al joven, la tomó de sorpresa su pregunta.
- Esto... Son para mis tutores y sus nietas - explicó, sin desarrollar mucho más la respuesta. Se sentía un tanto incómoda por no saber tratarlo al joven.

por **Valentin Zukovski** Jue Ene 05, 2012 1:02 pm

Había llegado al lugar en donde se encontraba la tienda, como habia sospechado, aquello era para alguien más, sonrió de forma tierna asintiendo a lo que ella explicaba.-Entramos?- pregunto invitándola a entrar, cuando llegaron a dentro se dio cuenta que era n lugar de muchos colores y matices, todas aquellas verduras, con sus colores verdes y marrones.

El dueño de la tienda se apresuro para llegar y atenderlo, se dirigió al conde, pues por aquellas vestimentas se veía que era alguien importante y tal vez pensaba que la mujer era una empleada de él. Valentín rápidamente le explico que ella era la clienta no el, sujeto a su mascota dejando a libertad a la joven para que pudiera comprar lo que necesitaba, mientras tanto el se habia sentado en una silla al frente de la tienda.

-Excelencia!

El joven no le prestó mucha atención al llamado, hasta que encontró a una vieja baronesa abrazándolo fuertemente, le había saludado con una reverencia, él le saludo explicando que estaba descansando mientras una amiga hacia unas compras.

-ohh… una dama?- murmuro la baronesa riendo-bueno señor Volkova me retiro, tengo que ir a una reunión-

-Claro, espero verla después- los dos se despidieron. Quedando Valentín otra vez solo, se quedo esperando a la joven hasta que esta tuviera todas las compras listas.

por **Romilda Hetfield** Sáb Ene 07, 2012 3:32 pm

Entrando en el mercado, observó que había varias personas dentro, haciendo sus compras como ella. Cuando el vendedor los vió llegar, primero pensó en servirle al joven, Romilda estaba acostumbrada puesto que el machismo era muy fuerte en algunos hombres. Luego de que el hombre se disculpara brevemente, ella le preguntó acerca de unas verduras específicas y fue dirigida hasta ella, que justamente se encontraban cerca del muchacho con su mascota. Le comentó sobre los colores de los vegetales, pero pronto calló al ver que alguien se le acercaba a saludarle.

Escuchó que lo había llamado "Excelencia", y entonces fijó sus ojos en el chico. Era cierto, su elegancia no era casual. Él sin dudas era de la realeza, y no había estado demasiado atenta como para notarlo. O bien podría ser que su desconocimiento sobre las familias reales eran bastante escasas. Lo miró algo apenada, a pesar de que él se había ofrecido a ayudarle, se sentía incómoda por ser acompañada con una presencia tan importante, y en un mercado de verduras, no era lugar para la realiza.

- Oh... no sabía que pertenecía a la realeza - le dijo con un poco con timidez.

por **Valentin Zukovski** Jue Ene 12, 2012 2:51 pm

La joven se había acercado, por sus ojos se podía ver que había oído todo, Valentín no le gustaba aquella sumisión en los ojos de ninguna persona solo por tener un título nobiliario, le sonrió como si nada, indicándole que bajara la voz un poco, no quería que alguien más se enterara, pero ya era muy tarde, el dueño de la verdulería también había oído y ofreció algunas verduras gratis para él y su acompañante.

-No hay porque hacerlo- se apresuro a decir pero ya el vendedor había añadido mas verduras a la bolsa de la chica-mejor vámonos- sujeto las bolsas y le dio la correa del animal a la chica apresurándose para salir de aquel especifico lugar, por suerte muy pronto no había nadie cerca que lo reconociera.

-Mis disculpas.- dijo sonriéndole a la joven quien llevaba su mascota-Usted no sabía porque yo no le había dicho nada sobre mí, no se culpe de hacerme tratado de una manera común- trataba de aliviar aquella vergüenza que la joven sentía-me agrada estar con una señorita tan hermosa y tranquila como usted-

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