AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
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Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Caminé al son tenue de los violines, la danza aún no había comenzado y los invitados conversaban entre ellos en pequeños corrillos. Yo, sorprendentemente dada mi cuna, me sentía fuera de lugar, ¿la causa? Simple.
No tenía pareja. Hecho que no dejaba de asombrarme, sin duda y dada mis cualidades, podría haberla encontrado perfectamente, pero ninguno de mis modelos me había satisfecho lo suficiente a pesar de que en aquel momento lamentara semejante dato en grado sumo. Supongo que interiormente me avergonzaba de no tener nadie con quien danzar pese a mi atractivo físico.
Y no había ni una sola dama sin compañía en el salón.
Ajusté un poco mejor mi antifaz granate oscuro, del mismo tono que mi larga chaqueta de terciopelo, y continué andando hasta la entrada, entonces fue cuando la vi.
Era la perfección encarnada.
Se trataba de la mujer más bella que había visto en toda mi vida que tímidamente terminaba de entrar por la puerta ataviada con un delicado vestido morado. Tapaba su rostro con un antifaz de terciopelo también morado rematado por plumas de pavo real, sin embargo la pequeña máscara no podía ocultar la belleza de sus enormes ojos almendrados, que sin duda habían capturado los míos.
Me acerqué a ella, o más bien a él, pues se trataba de un hombre como pude constatar al hallarme más próximo, tratando de moderar mi nerviosismo, sintiéndome casi como un adolescente que conoce a su primer amor. Con cuidado, extendí una mano hacia él, acariciando su hombro desnudo a causa del vestido, maravillándome de la increíble suavidad de su piel tan pálida como la mía. Se volvió y pese a lo que había esperado, me pareció aun más hermoso que antes.
-¿Me haríais el inmenso honor de concederme este baile?- Pregunté inclinándome elegantemente y extendiendo mi mano en su dirección.
No tenía pareja. Hecho que no dejaba de asombrarme, sin duda y dada mis cualidades, podría haberla encontrado perfectamente, pero ninguno de mis modelos me había satisfecho lo suficiente a pesar de que en aquel momento lamentara semejante dato en grado sumo. Supongo que interiormente me avergonzaba de no tener nadie con quien danzar pese a mi atractivo físico.
Y no había ni una sola dama sin compañía en el salón.
Ajusté un poco mejor mi antifaz granate oscuro, del mismo tono que mi larga chaqueta de terciopelo, y continué andando hasta la entrada, entonces fue cuando la vi.
Era la perfección encarnada.
Se trataba de la mujer más bella que había visto en toda mi vida que tímidamente terminaba de entrar por la puerta ataviada con un delicado vestido morado. Tapaba su rostro con un antifaz de terciopelo también morado rematado por plumas de pavo real, sin embargo la pequeña máscara no podía ocultar la belleza de sus enormes ojos almendrados, que sin duda habían capturado los míos.
Me acerqué a ella, o más bien a él, pues se trataba de un hombre como pude constatar al hallarme más próximo, tratando de moderar mi nerviosismo, sintiéndome casi como un adolescente que conoce a su primer amor. Con cuidado, extendí una mano hacia él, acariciando su hombro desnudo a causa del vestido, maravillándome de la increíble suavidad de su piel tan pálida como la mía. Se volvió y pese a lo que había esperado, me pareció aun más hermoso que antes.
-¿Me haríais el inmenso honor de concederme este baile?- Pregunté inclinándome elegantemente y extendiendo mi mano en su dirección.
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 22/01/2011
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Esa era la noche...
Desde hacia uno días había recibido una invitación la cual me pareció por demás sorprendente ya que jamás creí que sería invitado a una de esas fiestas que se celebraban en el palacio porque sinceramente no era conocido por nadie ahí pero bueno no me haría mal ahora hacerme conocer ¿Verdad? Debieron haberse enterado que era parte de una poderosa familia allá en Japón y por eso ahora me encontraba a tan solo unos cuantos escalones de entrar al salón ajustándome de paso la mascara que hacia juego con el vestido morado que portaba, ah... mi color favorito.
El suspiro no se hizo esperar cuando estaba ya frente a la puerta, me encontraba nervioso de ver a tanta gente reunida hablando de quien sabe que cosas, nunca había estado en una fiesta así pero puede que sea divertido así que con pasos tímidos me anime a entrar. "Vamos Tsuki ni que te fueran a comer" pensaba para tranquilizarme, una sonrisa suave se instalo en mis labios los cuales después se abrieron sorprendidos al ver frente a mi un atractivo hombre que me extendía su mano y con la otra libre tocaba mi hombro descubierto, un escalofrió recorrió mi cuerpo mientras escuchaba su invitación.
Me encontraba perdido en esos increíbles ojos que demore en contestar más que avergonzado.
- Claro caballero. Sería un honor el bailar con usted -extendí de vuelta mi mano para que entrara en contacto con la suya y un nuevo escalofrió me recorrió al tocar esa suave y pálida piel de ese ser que me había quedado más que claro que no era un simple humano pero por ahora no sentía peligro así que compartiría un poco con él.
Desde hacia uno días había recibido una invitación la cual me pareció por demás sorprendente ya que jamás creí que sería invitado a una de esas fiestas que se celebraban en el palacio porque sinceramente no era conocido por nadie ahí pero bueno no me haría mal ahora hacerme conocer ¿Verdad? Debieron haberse enterado que era parte de una poderosa familia allá en Japón y por eso ahora me encontraba a tan solo unos cuantos escalones de entrar al salón ajustándome de paso la mascara que hacia juego con el vestido morado que portaba, ah... mi color favorito.
El suspiro no se hizo esperar cuando estaba ya frente a la puerta, me encontraba nervioso de ver a tanta gente reunida hablando de quien sabe que cosas, nunca había estado en una fiesta así pero puede que sea divertido así que con pasos tímidos me anime a entrar. "Vamos Tsuki ni que te fueran a comer" pensaba para tranquilizarme, una sonrisa suave se instalo en mis labios los cuales después se abrieron sorprendidos al ver frente a mi un atractivo hombre que me extendía su mano y con la otra libre tocaba mi hombro descubierto, un escalofrió recorrió mi cuerpo mientras escuchaba su invitación.
Me encontraba perdido en esos increíbles ojos que demore en contestar más que avergonzado.
- Claro caballero. Sería un honor el bailar con usted -extendí de vuelta mi mano para que entrara en contacto con la suya y un nuevo escalofrió me recorrió al tocar esa suave y pálida piel de ese ser que me había quedado más que claro que no era un simple humano pero por ahora no sentía peligro así que compartiría un poco con él.
Tsuki Kageyama- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/03/2011
Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
De pronto la música cambió, dando paso al suave inicio de un vals, con cuidado deslicé mi mano hasta situarla en su cintura conduciéndole hasta la pista de baile. Nos situamos en el centro mismo mientras juntaba más nuestros cuerpos buscando una postura cómoda para empezar a bailar.
En cuanto dimos los primeros pasos pude darme cuenta de que nuestros cuerpos, que se hallaban en perfecta armonía, parecían flotar sobre la pista. Conforme el crescendo tomaba forma agarré su cintura alzándolo en el aire para después volver a girar. Cuando bajó, deslizando su brazo izquierdo por sobre mis hombros, pude ver la sorpresa en sus ojos, probablemente no había esperado que lo levantara de aquel modo.
Tuve que ocultar una sonrisa al ver su incredulidad mientras, de nuevo, lo tomaba entre mis brazos al ritmo de la música. Continuamos con la dinámica durante los siguientes ocho minutos, hasta que las notas de los violines se disolvieron delicadamente en el aire, entonces, cuando por fin conseguí despegar mi mirada de la suya, pude observar que el resto de los asistentes, en vez de bailar, había estado observándonos, y en el mismo momento en que la última nota se apagó rompieron el silencio recién creado con su batir de palmas.
Tomando tan solo su mano derecha me incliné gentilmente, primero ante él, y después ante nuestro improvisado público, mientras que con la misma elegancia con la que había capturado mi mirada, él joven de morado hacía lo mismo.
Nos retiramos, y al hacerlo, pude darme cuenta de que no había soltado aún su mano, aunque tampoco se había mostrado molesto al respecto. Aproveché el hecho para inclinarme de nuevo con una sonrisa procediendo a presentarme -Mi nombre es Alexei Ivan Nureyev, rad vstreche s vami- besé suavemente el dorso de su mano y añadí en francés -encantado de conocerte, krasivyĭ-
En cuanto dimos los primeros pasos pude darme cuenta de que nuestros cuerpos, que se hallaban en perfecta armonía, parecían flotar sobre la pista. Conforme el crescendo tomaba forma agarré su cintura alzándolo en el aire para después volver a girar. Cuando bajó, deslizando su brazo izquierdo por sobre mis hombros, pude ver la sorpresa en sus ojos, probablemente no había esperado que lo levantara de aquel modo.
Tuve que ocultar una sonrisa al ver su incredulidad mientras, de nuevo, lo tomaba entre mis brazos al ritmo de la música. Continuamos con la dinámica durante los siguientes ocho minutos, hasta que las notas de los violines se disolvieron delicadamente en el aire, entonces, cuando por fin conseguí despegar mi mirada de la suya, pude observar que el resto de los asistentes, en vez de bailar, había estado observándonos, y en el mismo momento en que la última nota se apagó rompieron el silencio recién creado con su batir de palmas.
Tomando tan solo su mano derecha me incliné gentilmente, primero ante él, y después ante nuestro improvisado público, mientras que con la misma elegancia con la que había capturado mi mirada, él joven de morado hacía lo mismo.
Nos retiramos, y al hacerlo, pude darme cuenta de que no había soltado aún su mano, aunque tampoco se había mostrado molesto al respecto. Aproveché el hecho para inclinarme de nuevo con una sonrisa procediendo a presentarme -Mi nombre es Alexei Ivan Nureyev, rad vstreche s vami- besé suavemente el dorso de su mano y añadí en francés -encantado de conocerte, krasivyĭ-
Última edición por Sasha Nureyev el Sáb Ene 07, 2012 7:05 pm, editado 1 vez
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Hubo un cambio en la música, dando paso al vals, el con su mano desocupada la poso en mi cintura guiándome hasta la pista. Estaba pendiente los movimientos de ese hombre rubio, no sabia porque pero no podía dejar de admirarlo, su belleza me atraía de gran manera causando que mis mejillas estuvieran con un leve tono cereza casi todo el tiempo. Nos situamos en el centro del lugar buscando una posición para nuestros cuerpos y así comenzar a dar los primeros pasos para el baile, se sentía tan bien estar así con él.
A medida que la música continuaba en la parte del crescendo me alzo para continuar con un giro, quede sorprendido por eso y mi mirada lo demostraba por completo, abrí unos segundos la boca para decir algo pero ningún sonido salio de esta y volvió a realizar la misma acción. Un nuevo sonrojo en mis pálidas mejillas y continuamos el baile por los siguientes ocho minutos hasta que el sonido se fue disipando lentamente. Desvié la mirada avergonzado notando la mirada de los presentes sobre nosotros acaso ¿Fuimos los únicos que bailamos? Eso era raro, pero más lo fue aun cuando al terminar la ultima nota todos aplaudieron.
Una sonrisa delicada se instalo en mis carnosos labios, mi primera fiesta y sucedía esto, era increíble. Nos separamos un poco, tenia tan solo mi mano derecha tomada y se inclino ante mi primero para girarse un poco y se inclino hasta nuestro público; hice lo mismo pero tomando una parte de mi vestido, estaba resultando muy bien todo y más estando al lado de aquel atractivo ser.
Caminamos fuera de la pista sin soltarnos de la mano, por alguna razón se sentía tan bien estar así con él no quería separarme ¿Le molestaría eso? Esperaba que no. Cuando nos detuvimos el se inclino nuevamente presentándose a la vez que besaba mi mano, su nombre le quedaba perfecto... demasiado diría yo, un nuevo sonrojo en mi y ahora fui yo quien se inclino en una reverencia.
- Un placer el conocerle Alexei. Mi nombre es Tsuki Yuu Kageyama, gracias por el baile -sonreí hermosamente para él.
A medida que la música continuaba en la parte del crescendo me alzo para continuar con un giro, quede sorprendido por eso y mi mirada lo demostraba por completo, abrí unos segundos la boca para decir algo pero ningún sonido salio de esta y volvió a realizar la misma acción. Un nuevo sonrojo en mis pálidas mejillas y continuamos el baile por los siguientes ocho minutos hasta que el sonido se fue disipando lentamente. Desvié la mirada avergonzado notando la mirada de los presentes sobre nosotros acaso ¿Fuimos los únicos que bailamos? Eso era raro, pero más lo fue aun cuando al terminar la ultima nota todos aplaudieron.
Una sonrisa delicada se instalo en mis carnosos labios, mi primera fiesta y sucedía esto, era increíble. Nos separamos un poco, tenia tan solo mi mano derecha tomada y se inclino ante mi primero para girarse un poco y se inclino hasta nuestro público; hice lo mismo pero tomando una parte de mi vestido, estaba resultando muy bien todo y más estando al lado de aquel atractivo ser.
Caminamos fuera de la pista sin soltarnos de la mano, por alguna razón se sentía tan bien estar así con él no quería separarme ¿Le molestaría eso? Esperaba que no. Cuando nos detuvimos el se inclino nuevamente presentándose a la vez que besaba mi mano, su nombre le quedaba perfecto... demasiado diría yo, un nuevo sonrojo en mi y ahora fui yo quien se inclino en una reverencia.
- Un placer el conocerle Alexei. Mi nombre es Tsuki Yuu Kageyama, gracias por el baile -sonreí hermosamente para él.
Tsuki Kageyama- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
-Tsuki- murmuré perdido en la profundidad de sus ojos, me costó unos segundos reponerme, pero lo disimulé lo mejor que pude y le sonreí -No Tenéis que agradecerme, soy yo quien debería estar honrado al haber tenido una pareja tan maravillosa- se sonrojó un poco más y eso aumentó mi sonrisa -¿Deseáis acompañarme a tomar un refrigerio?- señalé a los múltiples camareros que ofrecían copas.
Luego lo conduje lentamente hacia ellos sin poder dejar de mirarle durante un solo instante, solo podía agradecer el no haber encontrado ningún obstáculo a mi paso o habría tropezado como un estúpido.
No sé en que momento me detuve, provocando que él también se parara, tomé su mano haciendo que se volviera hacia mí y miré profundamente sus ojos, tan profundos, tan cálidos, tan bellos.
Con cuidado acaricié uno de sus hombros desnudos, subí por su cuello y alcancé sus mejillas, me quedé unos instantes acariciándosela, leyendo la incertidumbre en sus ojos, pero su piel... ¡oh, su piel!
Pura seda blanca como la nieve, sus rizos, tan sedosos, y tan inalcanzables, sentía que no podía siquiera rozarlos con la punta de los dedos. Conforme mi caricia avanzó, inevitablemente me encontré con su antifaz, una pieza exquisita sin duda, pero que en aquel momento solo servía para ocultar lo que más ansiaba ver.
Lo retiré con suavidad, y pronto, la bella pieza de artesanía se halló tirada en el suelo, lo que vi ante mí fue incluso mejor de lo que había imaginado. Su cara, completa, era la obra de arte más perfecta que jamás había observado.
Tuve deseos de besarle, lo habría hecho y no me habrían importado las personas que nos rodeaban, pero sentir su mano sobre la mía me devolvió la cordura. Aunque no la apartó, solo continuó mirándome fijamente, con aquel sonrojo que parecía haberse instalado a perpetuidad en sus mejillas. Tan solo se movió para, en un gesto, despojarme de mi propia máscara.
Luego lo conduje lentamente hacia ellos sin poder dejar de mirarle durante un solo instante, solo podía agradecer el no haber encontrado ningún obstáculo a mi paso o habría tropezado como un estúpido.
No sé en que momento me detuve, provocando que él también se parara, tomé su mano haciendo que se volviera hacia mí y miré profundamente sus ojos, tan profundos, tan cálidos, tan bellos.
Con cuidado acaricié uno de sus hombros desnudos, subí por su cuello y alcancé sus mejillas, me quedé unos instantes acariciándosela, leyendo la incertidumbre en sus ojos, pero su piel... ¡oh, su piel!
Pura seda blanca como la nieve, sus rizos, tan sedosos, y tan inalcanzables, sentía que no podía siquiera rozarlos con la punta de los dedos. Conforme mi caricia avanzó, inevitablemente me encontré con su antifaz, una pieza exquisita sin duda, pero que en aquel momento solo servía para ocultar lo que más ansiaba ver.
Lo retiré con suavidad, y pronto, la bella pieza de artesanía se halló tirada en el suelo, lo que vi ante mí fue incluso mejor de lo que había imaginado. Su cara, completa, era la obra de arte más perfecta que jamás había observado.
Tuve deseos de besarle, lo habría hecho y no me habrían importado las personas que nos rodeaban, pero sentir su mano sobre la mía me devolvió la cordura. Aunque no la apartó, solo continuó mirándome fijamente, con aquel sonrojo que parecía haberse instalado a perpetuidad en sus mejillas. Tan solo se movió para, en un gesto, despojarme de mi propia máscara.
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Suspire cuando mi nombre salió de sus labios, su voz y su mirada me tenían cautivado por completo. El sonrojo se intensifico al ver esa sonrisa y por las palabras que dijo ¿Yo una pareja maravillosa? No lo creía mucho y más que decir que no estaba acostumbrado a bailar, en ese momento solo me deje guiar por él.
Vi hacia donde apuntaba viendo a los varios camareros que estaban por todo el salón, no me caería mal nada de eso ¿Verdad? Asentí abriendo apenas los labios para susurrar un “si”, me tenía como hipnotizado y su mirada posada en mí hacía sentirme avergonzado ¿Qué podía estar viendo en mí? Tanta gente hermosa en el lugar y se había fijado en este cambia formas. Mis ojos se entrecerraron cuando se detuvo y su mano tomo la mía para ponerme frente suyo, parpadee curioso porque no dejaba de verme de aquella manera ¿Qué podía estar pensando ese hombre? Su mano libre fue a parar en mi hombro dejando suaves caricias para ir subiendo hasta llegar a mi mejilla, mis labios se abrieron pero nada salió de ellos me dejaba sin palabras y muy sorprendido cada gesto que hacia ese ser.
En un movimiento que lo sentí demasiado rápido su mano llego hasta mi antifaz retirándolo haciendo que este cayera al suelo, mi rostro quedo por completo al descubierto y no pude evitar llevar mi propia mano hasta la suya tocando esa pieza que no me permitía admirar por completo ese rostro que por lo que veía era hermoso.
- Alexei –su nombre salió en un suave susurro de mis labios y lleve mi mano hasta atrás para retirar el antifaz, su rostro quedo en todo su esplendor y me sonroje más. Si que era atractivo, todo lo que veía en él era perfecto. Aferre el antifaz porque sabía que en cualquier momento se me caería y no quería que eso sucediera por temor a romperlo… sí que ese ser me tenia cautivado por completo.
Vi hacia donde apuntaba viendo a los varios camareros que estaban por todo el salón, no me caería mal nada de eso ¿Verdad? Asentí abriendo apenas los labios para susurrar un “si”, me tenía como hipnotizado y su mirada posada en mí hacía sentirme avergonzado ¿Qué podía estar viendo en mí? Tanta gente hermosa en el lugar y se había fijado en este cambia formas. Mis ojos se entrecerraron cuando se detuvo y su mano tomo la mía para ponerme frente suyo, parpadee curioso porque no dejaba de verme de aquella manera ¿Qué podía estar pensando ese hombre? Su mano libre fue a parar en mi hombro dejando suaves caricias para ir subiendo hasta llegar a mi mejilla, mis labios se abrieron pero nada salió de ellos me dejaba sin palabras y muy sorprendido cada gesto que hacia ese ser.
En un movimiento que lo sentí demasiado rápido su mano llego hasta mi antifaz retirándolo haciendo que este cayera al suelo, mi rostro quedo por completo al descubierto y no pude evitar llevar mi propia mano hasta la suya tocando esa pieza que no me permitía admirar por completo ese rostro que por lo que veía era hermoso.
- Alexei –su nombre salió en un suave susurro de mis labios y lleve mi mano hasta atrás para retirar el antifaz, su rostro quedo en todo su esplendor y me sonroje más. Si que era atractivo, todo lo que veía en él era perfecto. Aferre el antifaz porque sabía que en cualquier momento se me caería y no quería que eso sucediera por temor a romperlo… sí que ese ser me tenia cautivado por completo.
Tsuki Kageyama- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/03/2011
Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Mi nombre, en sus labios sonaba más bello que nunca, y de nuevo las ganas de besarle me asediaron, terminé de llevarlo hasta uno de los camareros, tomé dos copas de champagne para finalmente sentarme a su lado en uno de los muchos sillones blancos y dorados que llenaban la pared occidental de la sala, tras nosotros, el cristal reflejaba las luces de las lámparas haciendo que pareciera haber un halo tras su cabeza, sin duda, la corona luminosa habría sido el complemento final para su angelical presencia.
Dio un sorbo a su bebida causando que una gota traviesa escurriera desde sus labios, si la inocencia no hubiera brillado en sus ojos, habría estado seguro de que me provocaba. Con cuidado pasé un dedo por su barbilla recogiendo la gota para después llevarlo a mis labios. Lamí el líquido sin dejar de mirarle a los ojos, mientras me miraba entre avergonzado y escandalizado ante mi impúdica actitud.
Después sonreí, era él el que provocaba aquellas reacciones en mí, era él el que hacía que todo se me olvidara, que no me importara nada más que su presencia.
De nuevo la música sonaba, pero ninguna de las parejas que se movía sobre el suelo de mármol resultaba interesante a mis ojos, que se hallaban centrados en el hermoso Tsuki. Cuando se movió mirándome una vez más supe que por mucho que jamás volviera a verlo, su imagen me acompañaría para siempre, podría dibujarlo con los ojos cerrados, pero no quería que se fuera, ni por un segundo deseaba dejar de mirarlo, porque quería más de él, quería besarle, amarle, abrazarle y nunca más dejarle ir, quería poseer hasta su alma.
Casi reí ante mis propios pensamientos, yo, que jamás había creído en el amor, de pronto no podía apartar mis pensamientos de un joven al que había conocido hacía apenas unos minutos, ni la hora completa se cumplía y ya quería pasar con él el resto de mi vida. Aunque precisamente por eso, por no haber creído en el amor, aquel sentimiento que me recorría por dentro era el más dulce que jamás había experimentado.
Pude ver su tímida mirada posada en mí, como si quisiera decir algo, pero ciertamente incapaz de ello, entonces, sin previo aviso, le arrebaté la copa posándola junto a la mía en una mesita cercana y tomando su cara entre mis manos de nuevo hablé casi contra sus labios -Tak kak ya uvidel vas , ya ne mog ostanovitʹsya glyadya na vas- no pude evitar acabar murmurando en mi lengua natal, pero cuando me di cuenta de que había hablando en ruso intenté traducirlo, sin embargo no fui capaz de encontrar las palabras adecuadas -tan hermoso, eres tan hermoso- fue lo único que pude decir, y mientras me acercaba un poco más a él cerré los ojos suavemente.
-Me tienes hechizado Tsuki Kageyama, estoy completamente a tu merced, moĭ milyĭ.
Dio un sorbo a su bebida causando que una gota traviesa escurriera desde sus labios, si la inocencia no hubiera brillado en sus ojos, habría estado seguro de que me provocaba. Con cuidado pasé un dedo por su barbilla recogiendo la gota para después llevarlo a mis labios. Lamí el líquido sin dejar de mirarle a los ojos, mientras me miraba entre avergonzado y escandalizado ante mi impúdica actitud.
Después sonreí, era él el que provocaba aquellas reacciones en mí, era él el que hacía que todo se me olvidara, que no me importara nada más que su presencia.
De nuevo la música sonaba, pero ninguna de las parejas que se movía sobre el suelo de mármol resultaba interesante a mis ojos, que se hallaban centrados en el hermoso Tsuki. Cuando se movió mirándome una vez más supe que por mucho que jamás volviera a verlo, su imagen me acompañaría para siempre, podría dibujarlo con los ojos cerrados, pero no quería que se fuera, ni por un segundo deseaba dejar de mirarlo, porque quería más de él, quería besarle, amarle, abrazarle y nunca más dejarle ir, quería poseer hasta su alma.
Casi reí ante mis propios pensamientos, yo, que jamás había creído en el amor, de pronto no podía apartar mis pensamientos de un joven al que había conocido hacía apenas unos minutos, ni la hora completa se cumplía y ya quería pasar con él el resto de mi vida. Aunque precisamente por eso, por no haber creído en el amor, aquel sentimiento que me recorría por dentro era el más dulce que jamás había experimentado.
Pude ver su tímida mirada posada en mí, como si quisiera decir algo, pero ciertamente incapaz de ello, entonces, sin previo aviso, le arrebaté la copa posándola junto a la mía en una mesita cercana y tomando su cara entre mis manos de nuevo hablé casi contra sus labios -Tak kak ya uvidel vas , ya ne mog ostanovitʹsya glyadya na vas- no pude evitar acabar murmurando en mi lengua natal, pero cuando me di cuenta de que había hablando en ruso intenté traducirlo, sin embargo no fui capaz de encontrar las palabras adecuadas -tan hermoso, eres tan hermoso- fue lo único que pude decir, y mientras me acercaba un poco más a él cerré los ojos suavemente.
-Me tienes hechizado Tsuki Kageyama, estoy completamente a tu merced, moĭ milyĭ.
Última edición por Sasha Nureyev el Jue Feb 09, 2012 6:50 am, editado 1 vez
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
¿Cómo era posible que alguien que recién conocía me tuviera así? Jamás en toda mi vida me había sucedido algo parecido, sentía los latidos de mi corazón acelerados y mis mejillas no podían evitar ponerse de ese tenue color rojo por algún gesto que tuviera conmigo, era extraño pero no por eso yo iba a querer que dejara de hacerlo al contrario pese a todo me gustaba.
No supe en qué momento llegamos hasta uno de los camareros, por andar perdido en esos pensamientos, así que solo atine a sonreírle y tomar la copa de champagne que me ofrecía y caminamos hasta instalarnos en uno de los sillones, su mirada estaba fija en mí otra vez y me ponía totalmente nervioso, avergonzado y otros sentimientos más que ahora no podría descifrar. Lleve la copa hasta mis labios con movimientos delicados y le di un sorbo al contenido, una gota traviesa se escurrió por estos pero no le di gran importancia no creía que fuera algo malo ¿Verdad? Aunque me sorprendió lo que hizo, había llevado su dedo hasta donde había caído esa gota y después lo llevo a su boca ¡Por Dios! ¿Cómo hacia todas esas cosas? Atraje una de mis manos a mi pecho avergonzado viendo esa hermosa sonrisa en el rostro del ser frente mío ah… era hipnotizante.
La música volvía a sonar y parejas comenzaban a bailar pero mi atención solo era para Alexei, era el único que encontraba que valía la pena mirar en esos momentos. Como me gustaría que esa no fuera la última vez que nos viéramos pero no me sentía capaz de decirle algo como eso ¿Qué diría? No creía soportar un no de su parte así que lo mejor sería callar y dejar de mirarlo de esa forma tímida que había comenzado hacer ¡No me había dado cuenta! Ojala no se hubiera visto como si quisiera decirle algo si no estaría por demás apenado al momento en que me preguntara aquello.
Parpadee curioso cuando tomo mi copa dejándola con la de él en una mesita a nuestro lado para tomar mi rostro y comenzar a susurrar muy cerca de mí cosas que no llegue a entender por el idioma que fue dicho ¿Qué pudo haber sido esas palabras? Lleve mis propias manos hasta las de él en mis mejillas y me sonroje bastante con lo siguiente que dijo yo… ¿Hermoso? Y que aparte lo tenía ¿Hechizado? ¿Era posible? Porque la verdad eso era lo mismo que creía de él.
Sus ojos se cerraron suavemente y mi cuerpo se estremeció porque cada vez nos encontrábamos más cerca, nuestros labios pronto estarían juntos y los latidos de mi corazón se hacían más rápidos… Alexei ¿Qué pretendes? Me pregunte mentalmente y termine por cerrar también mis ojos con mi rostro bastante sonrojado.
No supe en qué momento llegamos hasta uno de los camareros, por andar perdido en esos pensamientos, así que solo atine a sonreírle y tomar la copa de champagne que me ofrecía y caminamos hasta instalarnos en uno de los sillones, su mirada estaba fija en mí otra vez y me ponía totalmente nervioso, avergonzado y otros sentimientos más que ahora no podría descifrar. Lleve la copa hasta mis labios con movimientos delicados y le di un sorbo al contenido, una gota traviesa se escurrió por estos pero no le di gran importancia no creía que fuera algo malo ¿Verdad? Aunque me sorprendió lo que hizo, había llevado su dedo hasta donde había caído esa gota y después lo llevo a su boca ¡Por Dios! ¿Cómo hacia todas esas cosas? Atraje una de mis manos a mi pecho avergonzado viendo esa hermosa sonrisa en el rostro del ser frente mío ah… era hipnotizante.
La música volvía a sonar y parejas comenzaban a bailar pero mi atención solo era para Alexei, era el único que encontraba que valía la pena mirar en esos momentos. Como me gustaría que esa no fuera la última vez que nos viéramos pero no me sentía capaz de decirle algo como eso ¿Qué diría? No creía soportar un no de su parte así que lo mejor sería callar y dejar de mirarlo de esa forma tímida que había comenzado hacer ¡No me había dado cuenta! Ojala no se hubiera visto como si quisiera decirle algo si no estaría por demás apenado al momento en que me preguntara aquello.
Parpadee curioso cuando tomo mi copa dejándola con la de él en una mesita a nuestro lado para tomar mi rostro y comenzar a susurrar muy cerca de mí cosas que no llegue a entender por el idioma que fue dicho ¿Qué pudo haber sido esas palabras? Lleve mis propias manos hasta las de él en mis mejillas y me sonroje bastante con lo siguiente que dijo yo… ¿Hermoso? Y que aparte lo tenía ¿Hechizado? ¿Era posible? Porque la verdad eso era lo mismo que creía de él.
Sus ojos se cerraron suavemente y mi cuerpo se estremeció porque cada vez nos encontrábamos más cerca, nuestros labios pronto estarían juntos y los latidos de mi corazón se hacían más rápidos… Alexei ¿Qué pretendes? Me pregunte mentalmente y termine por cerrar también mis ojos con mi rostro bastante sonrojado.
Tsuki Kageyama- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Cuando nuestros labios se rozaron fue como si pudiera ver el sol en casi cinco siglos, como si la misma luna me envolviera en su luz, alzándome sobre el cielo estrellado. Jamás había sentido nada tan profundo en un beso.
Su boca era como una tímida flor que comenzaba a abrirse, sus belfos, tan delicados como la más suave de las sedas y su lengua, aquel delicado músculo rosado que se acercaba lentamente para encontrarse conmigo era el manjar más dulce que había probado, hacía que la miel resultara amarga.
Una de mis manos se deslizó por sus rizos cobrizos, su tacto casi me hizo temer que se rompiera tan solo con mi roce, todo él era frágil como la porcelana, blanco como el mármol, y a la vez tan fuerte... en sus labios pude percibir aquel poder latente que dormía, aletargado aún, en el interior del hermoso Tsuki, y supe, que si algún día despertaba, no sería capaz de resistirme, tan solo de dejarme consumir por su luz.
Sus brazos rodearon lentamente mi cuello, aproximándome a su cuerpo esbelto como un junco, nuestras bocas estaban unidas en un beso perfecto, y nuestros cuerpos tan solo deseaban seguirlas, ¡si tan solo no hubiéramos estado en público! Le habría hecho el amor allí mismo, en el sueño o sobre el sillón, y me habría entregado por completo.
Separarme de él, fue la acción más difícil que me he visto obligado a realizar, tanto es así, que durante unos segundos permanecí allí, simplemente con los ojos cerrados terminando de disfrutar de su sabor en mis labios. Luego, al levantar lentamente los párpados, fue como si despertara de un maravilloso sueño, a nuestro alrededor nada había cambiado, pero entre nosotros, entre el bello Tsuki y yo, todo era diferente.
Seguíamos unidos en un ligero abrazo, que al parecer, ninguno queríamos romper, mis manos en su nuca y en su mejilla, sus brazos en mis hombros, y el calor que nos unía conquistando el mísero espacio que nos separaba. Traté de hablar, quise decir algo, explicar mi conducta, pero ni una sola palabra brotó de mí, no necesitaba excusarme, estaba seguro de que mi mirada lo explicaba todo.
El silencio nos envolvió, una quietud liviana, casi amena, que no podía dejar de resaltar el hecho de que nuestras miradas seguían cruzándose.
Castaño contra verde.
Lo estreché con fuerza contra mí y sonreí, permitiéndome descansar la cara en su cabello, imbuyéndome de su perfume. Tan solo habría deseado que ese momento no acabara nunca. Pero todo lo bueno se acaba, y entonces, en un grácil gesto se separó, mirándome con sus inocentes pupilas de miel, como pidiendo una explicación, una explicación que no pude negarle.
-No he podido resistir la tentación, como te he dicho Tsuki, me hallo hechizado por tu hermosura y apenas soy capaz de contener mis actos al estar cerca de ti. Comprendo que he sido descortés y atrevido, y que te he besado sin permiso y de improviso sin que apenas nos conozcamos, por eso , si me pides que me aleje, puedo jurar que jamás volverás a verme.
Tragué saliva esperando su respuesta y cuando mis pupilas se desviaron hacia sus labios me di cuenta de que tenía ganas de besarle de nuevo.
Su boca era como una tímida flor que comenzaba a abrirse, sus belfos, tan delicados como la más suave de las sedas y su lengua, aquel delicado músculo rosado que se acercaba lentamente para encontrarse conmigo era el manjar más dulce que había probado, hacía que la miel resultara amarga.
Una de mis manos se deslizó por sus rizos cobrizos, su tacto casi me hizo temer que se rompiera tan solo con mi roce, todo él era frágil como la porcelana, blanco como el mármol, y a la vez tan fuerte... en sus labios pude percibir aquel poder latente que dormía, aletargado aún, en el interior del hermoso Tsuki, y supe, que si algún día despertaba, no sería capaz de resistirme, tan solo de dejarme consumir por su luz.
Sus brazos rodearon lentamente mi cuello, aproximándome a su cuerpo esbelto como un junco, nuestras bocas estaban unidas en un beso perfecto, y nuestros cuerpos tan solo deseaban seguirlas, ¡si tan solo no hubiéramos estado en público! Le habría hecho el amor allí mismo, en el sueño o sobre el sillón, y me habría entregado por completo.
Separarme de él, fue la acción más difícil que me he visto obligado a realizar, tanto es así, que durante unos segundos permanecí allí, simplemente con los ojos cerrados terminando de disfrutar de su sabor en mis labios. Luego, al levantar lentamente los párpados, fue como si despertara de un maravilloso sueño, a nuestro alrededor nada había cambiado, pero entre nosotros, entre el bello Tsuki y yo, todo era diferente.
Seguíamos unidos en un ligero abrazo, que al parecer, ninguno queríamos romper, mis manos en su nuca y en su mejilla, sus brazos en mis hombros, y el calor que nos unía conquistando el mísero espacio que nos separaba. Traté de hablar, quise decir algo, explicar mi conducta, pero ni una sola palabra brotó de mí, no necesitaba excusarme, estaba seguro de que mi mirada lo explicaba todo.
El silencio nos envolvió, una quietud liviana, casi amena, que no podía dejar de resaltar el hecho de que nuestras miradas seguían cruzándose.
Castaño contra verde.
Lo estreché con fuerza contra mí y sonreí, permitiéndome descansar la cara en su cabello, imbuyéndome de su perfume. Tan solo habría deseado que ese momento no acabara nunca. Pero todo lo bueno se acaba, y entonces, en un grácil gesto se separó, mirándome con sus inocentes pupilas de miel, como pidiendo una explicación, una explicación que no pude negarle.
-No he podido resistir la tentación, como te he dicho Tsuki, me hallo hechizado por tu hermosura y apenas soy capaz de contener mis actos al estar cerca de ti. Comprendo que he sido descortés y atrevido, y que te he besado sin permiso y de improviso sin que apenas nos conozcamos, por eso , si me pides que me aleje, puedo jurar que jamás volverás a verme.
Tragué saliva esperando su respuesta y cuando mis pupilas se desviaron hacia sus labios me di cuenta de que tenía ganas de besarle de nuevo.
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
El choque de nuestros labios fue inminente, la sensación que estaba sintiendo con ese contacto era algo que no podría describir con facilidad pero sí podía decir con toda seguridad de que no quería que terminara. Me tenía por completo cautivado y atraído con su presencia ¿Qué pensaría él si le dijera que no deseaba separarme de su lado? ¿Qué estoy loco? Habían muchos posibilidades, pero que no era el momento indicado de pensarlas.
Disfrutaba del beso de manera tímida, no sabía en que momento había adentrado mi lengua en su boca pero lo había hecho mientras podría sentir su mano deslizarse por mis cabellos en una suave caricia como si temiera hacerme con ese simple toque daño, pero estaba confiado en que él sería incapaz de hacerlo así que rodee su cuello para que nuestros cuerpos se apegaran mucho más aun.
No deseaba separarme por nada en el mundo de Alexei pero el aire había comenzado a faltar y nos tuvimos que separar. Abrí de inmediato los ojos notando mi respiración acelerada y las mejillas calientes, debía de tener un enorme sonrojo en el rostro, aunque eso no me detuvo para verlo, observando como se mantenía con los ojos cerrados como si estuviera aun disfrutando del beso.
Me sonroje más aun si se podía cuando volvió a mostrarme sus claras pupilas, todavía nos encontramos abrazados, mis manos las tenía posadas en sus hombros mientras él las tenía una en mi cabeza y la otra en una de las mejillas. Sentía muy agradable estar así con él no tenía ni la más mínima intensión de querer separarme pero también deseaba saber porque del beso así que lo mire con la curiosidad pintada en mis ojos a la vez que me alejaba un poco, escuchando después sus explicaciones.
¿Alejarse? ¡No! Yo no quería eso, al contrario quería que... quería volver a verlo, que no fuera solo esa noche la que estuviera en su compañía. Mordí mi labio inferior ligeramente volviéndome a pegar a su cuerpo, lanzando pequeños suspiros para tranquilizarme un poco y poder hablarle.
- Alexei yo no... jamás pensaría en decirle que se alejara de mí. Q-quiero que se quede a mi lado ¿L-lo haría? -murmure apenas subiendo mis manos hasta sus mejillas- no se que me ha hecho usted pero hágalo, por lo menos esta noche -acerque mis labios a los suyos y de nuevo quedamos en un beso pero esta vez no estaba tan tímido como antes pero la inexperiencia se notaba a simple vista.
Disfrutaba del beso de manera tímida, no sabía en que momento había adentrado mi lengua en su boca pero lo había hecho mientras podría sentir su mano deslizarse por mis cabellos en una suave caricia como si temiera hacerme con ese simple toque daño, pero estaba confiado en que él sería incapaz de hacerlo así que rodee su cuello para que nuestros cuerpos se apegaran mucho más aun.
No deseaba separarme por nada en el mundo de Alexei pero el aire había comenzado a faltar y nos tuvimos que separar. Abrí de inmediato los ojos notando mi respiración acelerada y las mejillas calientes, debía de tener un enorme sonrojo en el rostro, aunque eso no me detuvo para verlo, observando como se mantenía con los ojos cerrados como si estuviera aun disfrutando del beso.
Me sonroje más aun si se podía cuando volvió a mostrarme sus claras pupilas, todavía nos encontramos abrazados, mis manos las tenía posadas en sus hombros mientras él las tenía una en mi cabeza y la otra en una de las mejillas. Sentía muy agradable estar así con él no tenía ni la más mínima intensión de querer separarme pero también deseaba saber porque del beso así que lo mire con la curiosidad pintada en mis ojos a la vez que me alejaba un poco, escuchando después sus explicaciones.
¿Alejarse? ¡No! Yo no quería eso, al contrario quería que... quería volver a verlo, que no fuera solo esa noche la que estuviera en su compañía. Mordí mi labio inferior ligeramente volviéndome a pegar a su cuerpo, lanzando pequeños suspiros para tranquilizarme un poco y poder hablarle.
- Alexei yo no... jamás pensaría en decirle que se alejara de mí. Q-quiero que se quede a mi lado ¿L-lo haría? -murmure apenas subiendo mis manos hasta sus mejillas- no se que me ha hecho usted pero hágalo, por lo menos esta noche -acerque mis labios a los suyos y de nuevo quedamos en un beso pero esta vez no estaba tan tímido como antes pero la inexperiencia se notaba a simple vista.
Tsuki Kageyama- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Sus palabras me paralizaron, haciéndome la víctima perfecta de su beso, aquel beso suave, vacilante y delicado. Sería aquel el primer beso que entregaba me pregunté, y me gustó la idea de ser el único que jamás hubiera probado sus labios.
Coloqué mis dos manos en su cara y tomé el control, nuestras bocas se rozaban, se frotaban incluso, el calor subiendo en mi pecho como una llama abrasadora. En apenas un segundo abandoné su rostro estrechando su delicado cuerpo con fuerza contra el mío, relamiendo su lengua en mi boca, degustando su saliva, queriendo devorar el manjar que tan gustoso se me ofrecía.
Pronto noté sus manos en mi frío cuello, acariciándome, incitándome a seguir, estaba tan abandonando en el contacto, tan seducido por Tsuki que habría continuado, ajeno a lo que nos rodeaba, esta vez no era capaz de apreciar nada más que su luz, que opacaba todas las demás.
Entonces, en el preciso instante en que mis dedos volaban raudos hacia los cierres de su vestido con toda la intención de profanarlos, un camarero chocó accidentalmente conmigo, derramando una copa de champagne sobre mi (hasta entonces) impoluto traje. El contacto con el helado líquido, seguido de las apresuradas disculpas del muchacho fue todo lo que necesité para regresar una vez más a la realidad que, comparada con la brillante fantasía que acababa de vivir, era de un triste y monocromo color grisáceo.
Me sacudí el vino secando después la hermosa tela, ahora arruinada, con la toalla que me fue ofrecida, a mi lado, Tsuki no había dejado de observarme con un gesto que iba desde la vergüenza hasta la preocupación. Algo abatido por cómo había terminado la noche le miré una vez más y sonreí acortando un poco más el espacio que nos separaba -Moĭ milyĭ, esta noche he de retirarme en vista de las desafortunadas circunstancias, pero no temas, en el próximo baile te estaré esperando para cumplir tus deseos y prometo que no volveré a marcharme-
Me dirigí a la salida con él de la mano besando después sus labios por última vez en la noche, encadené mis pupilas a las suyas y susurré contra sus labios -Partir así, con la promesa de volverte a ver, es una dulce pena-
Coloqué mis dos manos en su cara y tomé el control, nuestras bocas se rozaban, se frotaban incluso, el calor subiendo en mi pecho como una llama abrasadora. En apenas un segundo abandoné su rostro estrechando su delicado cuerpo con fuerza contra el mío, relamiendo su lengua en mi boca, degustando su saliva, queriendo devorar el manjar que tan gustoso se me ofrecía.
Pronto noté sus manos en mi frío cuello, acariciándome, incitándome a seguir, estaba tan abandonando en el contacto, tan seducido por Tsuki que habría continuado, ajeno a lo que nos rodeaba, esta vez no era capaz de apreciar nada más que su luz, que opacaba todas las demás.
Entonces, en el preciso instante en que mis dedos volaban raudos hacia los cierres de su vestido con toda la intención de profanarlos, un camarero chocó accidentalmente conmigo, derramando una copa de champagne sobre mi (hasta entonces) impoluto traje. El contacto con el helado líquido, seguido de las apresuradas disculpas del muchacho fue todo lo que necesité para regresar una vez más a la realidad que, comparada con la brillante fantasía que acababa de vivir, era de un triste y monocromo color grisáceo.
Me sacudí el vino secando después la hermosa tela, ahora arruinada, con la toalla que me fue ofrecida, a mi lado, Tsuki no había dejado de observarme con un gesto que iba desde la vergüenza hasta la preocupación. Algo abatido por cómo había terminado la noche le miré una vez más y sonreí acortando un poco más el espacio que nos separaba -Moĭ milyĭ, esta noche he de retirarme en vista de las desafortunadas circunstancias, pero no temas, en el próximo baile te estaré esperando para cumplir tus deseos y prometo que no volveré a marcharme-
Me dirigí a la salida con él de la mano besando después sus labios por última vez en la noche, encadené mis pupilas a las suyas y susurré contra sus labios -Partir así, con la promesa de volverte a ver, es una dulce pena-
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Solo tardó unos segundos para dominar el beso, sus manos y la cercanía que teníamos me hacía estremecer. Nunca había tenido mi cuerpo tan cerca de otro de aquella manera, era un tanto increíble que alguien que recién conocía causaba todo esto en mi ¿Yo le causaría algo? Supongo que si por la formaba que me estrechaba en sus brazos, su lengua atrapaba la mía y sus dedos iban deslizándose por mi espalda hasta el cierre del vestido. El rubor de mi rostro se hizo más intenso pero desapareció de golpe, al igual que la sensación de los labios ajenos cuando un camarero choco contra Alexei derramando una copa de champagne encima de él.
Él joven de inmediato se disculpo y nos separamos por completo viendo como le extendían a mi acompañante una toalla para que se limpiara. Lo mire con vergüenza y preocupación por la situación, me hubiera encantado que terminara esa noche de buena manera, no así pero bueno, ya estaba.
Suspire en el momento en que dijo las palabras que no hubiera deseado escuchar jamás, debía de irse aunque no era su culpa, aquello había sido un accidente. No podía echarle la culpa para nada así que solo asentí acompañándole a la salida, también me iría ya que no tenía nada más que hacer en ese baile.
Cuando estuvimos ya en la salida beso mis labios otra vez, como despedida momentánea y sello de que nos volveríamos a ver, le sonreí y apreté su mano con cariño.
- Le esperare con ansias en el próximo baile. Nos vemos mi príncipe -le susurre bastante cerca y bese su mejilla antes de verlo partir, solo pasaron unos minutos y también partí a casa, ilusionado con un reencuentro con aquel ser.
Él joven de inmediato se disculpo y nos separamos por completo viendo como le extendían a mi acompañante una toalla para que se limpiara. Lo mire con vergüenza y preocupación por la situación, me hubiera encantado que terminara esa noche de buena manera, no así pero bueno, ya estaba.
Suspire en el momento en que dijo las palabras que no hubiera deseado escuchar jamás, debía de irse aunque no era su culpa, aquello había sido un accidente. No podía echarle la culpa para nada así que solo asentí acompañándole a la salida, también me iría ya que no tenía nada más que hacer en ese baile.
Cuando estuvimos ya en la salida beso mis labios otra vez, como despedida momentánea y sello de que nos volveríamos a ver, le sonreí y apreté su mano con cariño.
- Le esperare con ansias en el próximo baile. Nos vemos mi príncipe -le susurre bastante cerca y bese su mejilla antes de verlo partir, solo pasaron unos minutos y también partí a casa, ilusionado con un reencuentro con aquel ser.
Fin de la primera noche
Tsuki Kageyama- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Frete al espejo, me anudé el corbatín color aguamarina, pero a los pocos minutos lo deshice arrojando la hermosa tela a un lado con rabia, era ya el cuarto que me probaba sin éxito.
Quería estar simplemente perfecto para él, y en un principio me había resultado sencillo escoger los ropajes de mi guardarropa, el traje de un blanco impoluto, la camisa de seda con cuello anudado hasta la garganta y botones dorados, el chaleco gris con brocado plateado y los enganches también en dorado. Incluso mis zapatos eran blancos, conseguidos especialmente para la ocasión. Pero entonces estaba el problema de la corbata, por mucho que buscara y rebuscara en mi armario simplemente no podía encontrar la que necesitaba.
Hasta que lo vi, un corbatín de seda esmeralda, del mismo tono que mis ojos, lo tomé con deleite e hice el nudo sin mirar, y cuando finalmente me observé en el espejo me di cuenta de que era perfecto para la ocasión.
Una vez estuve completamente vestido me peiné y me puse el abrigo, para después salir casi volando en dirección al baile, ansiaba verle, casi había pasado un mes desde nuestro encuentro y cada día, cada noche, había deseado tenerle a mi lado una vez más.
Cuando por fin llegué al palacio pude verlo esperando en la entrada, iba ataviado con un largo abrigo de piel, el largo cuello de pelo blanco se cerraba entorno a su barbilla pareciendo casi una continuación de su nívea dermis. Bajo el abrigo pude ver la sombra de un vestido claro, pero fue un segundo apenas antes de que alcanzara su posición.
Le tomé la mano besándosela -Lamento haberte hecho esperar Tsuki, moĭ milyĭ, ¿entramos?- Al ver su asentimiento y sin soltar su mano lo guié hacia el interior del salón. Cuando llegamos un mozo me quitó el abrigo y después deslizó el de Tsuki por sus hombros desvelando su magnífico vestido.
Decir que estaba sublime sería quedarse corto.
El vestido era de terciopelo gris perla y como la vez anterior dejaba sus hombros al descubierto, sin embargo tenía unas bellísimas mangas que le cubrían hasta los codos, el escote estaba marcado por una línea de brocado dorado. El corpiño combinaba el mismo gris que el resto del vestido con el centro de raso y puntillas blancas de encaje sobre las que colgaban ocho tiras de perlas. Las mangas tenían más cinta de brocado de oro separando el tul que cubría sus codos con el resto abullonado al igual que en la cintura donde una delicada cinta dorada señalaba el comienzo de la falda. Esta caía en generosos pliegues hasta el suelo salvo en el centro donde, al igual que en el corpiño, había una hermosa pieza blanca de lo que podría ser tul cubierto de encaje y perlas uniendo los extremos.
Toda la superficie del terciopelo estaba admirablemente bordada en hilo de oro y plata en especial en el borde, donde imitaba a una intrincada filigrana. Era el vestido de una reina.
Sus ropajes eran bellos, pero lo que rodeaba su perfecta garganta casi me hizo emocionar. No se trataba de una gargantilla opulenta, sino simplemente de una delicada lágrima, pero lo que tenía de especial era que se trataba de una esmeralda perfecta.
Con fuerza, tomé su mano atrayéndolo hacia mi para rodear su cintura con mi brazo y suavemente robarle un beso -estás aún más hermoso que el primer día en que te vi, en este momento sé que no podré alejarme de ti durante tanto tiempo como esta vez pasada- le miré directamente a los ojos y sonreí, acariciando después su rostro y recordando su despedida le susurré -¿Me concederías este baile moya printsessa?-
Quería estar simplemente perfecto para él, y en un principio me había resultado sencillo escoger los ropajes de mi guardarropa, el traje de un blanco impoluto, la camisa de seda con cuello anudado hasta la garganta y botones dorados, el chaleco gris con brocado plateado y los enganches también en dorado. Incluso mis zapatos eran blancos, conseguidos especialmente para la ocasión. Pero entonces estaba el problema de la corbata, por mucho que buscara y rebuscara en mi armario simplemente no podía encontrar la que necesitaba.
Hasta que lo vi, un corbatín de seda esmeralda, del mismo tono que mis ojos, lo tomé con deleite e hice el nudo sin mirar, y cuando finalmente me observé en el espejo me di cuenta de que era perfecto para la ocasión.
Una vez estuve completamente vestido me peiné y me puse el abrigo, para después salir casi volando en dirección al baile, ansiaba verle, casi había pasado un mes desde nuestro encuentro y cada día, cada noche, había deseado tenerle a mi lado una vez más.
Cuando por fin llegué al palacio pude verlo esperando en la entrada, iba ataviado con un largo abrigo de piel, el largo cuello de pelo blanco se cerraba entorno a su barbilla pareciendo casi una continuación de su nívea dermis. Bajo el abrigo pude ver la sombra de un vestido claro, pero fue un segundo apenas antes de que alcanzara su posición.
Le tomé la mano besándosela -Lamento haberte hecho esperar Tsuki, moĭ milyĭ, ¿entramos?- Al ver su asentimiento y sin soltar su mano lo guié hacia el interior del salón. Cuando llegamos un mozo me quitó el abrigo y después deslizó el de Tsuki por sus hombros desvelando su magnífico vestido.
Decir que estaba sublime sería quedarse corto.
El vestido era de terciopelo gris perla y como la vez anterior dejaba sus hombros al descubierto, sin embargo tenía unas bellísimas mangas que le cubrían hasta los codos, el escote estaba marcado por una línea de brocado dorado. El corpiño combinaba el mismo gris que el resto del vestido con el centro de raso y puntillas blancas de encaje sobre las que colgaban ocho tiras de perlas. Las mangas tenían más cinta de brocado de oro separando el tul que cubría sus codos con el resto abullonado al igual que en la cintura donde una delicada cinta dorada señalaba el comienzo de la falda. Esta caía en generosos pliegues hasta el suelo salvo en el centro donde, al igual que en el corpiño, había una hermosa pieza blanca de lo que podría ser tul cubierto de encaje y perlas uniendo los extremos.
Toda la superficie del terciopelo estaba admirablemente bordada en hilo de oro y plata en especial en el borde, donde imitaba a una intrincada filigrana. Era el vestido de una reina.
Sus ropajes eran bellos, pero lo que rodeaba su perfecta garganta casi me hizo emocionar. No se trataba de una gargantilla opulenta, sino simplemente de una delicada lágrima, pero lo que tenía de especial era que se trataba de una esmeralda perfecta.
Con fuerza, tomé su mano atrayéndolo hacia mi para rodear su cintura con mi brazo y suavemente robarle un beso -estás aún más hermoso que el primer día en que te vi, en este momento sé que no podré alejarme de ti durante tanto tiempo como esta vez pasada- le miré directamente a los ojos y sonreí, acariciando después su rostro y recordando su despedida le susurré -¿Me concederías este baile moya printsessa?-
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Esa noche quería que fuera especial así que me vestí con uno de los mejores vestidos que poseía, quería que me viera más bello que aquella noche. Deseaba estar a su lado y no sentirme tan de sobra en su compañía, él era tan guapo y hermoso. Nunca había visto alguien como Alexei en mi vida, parecía que no fuera real y solo fuera producto de mi imaginación o sacado de algún cuento de hadas. Sonreí ante esas ideas y negué con cierta suavidad, no tenía que pensar esas cosas porque era real y esa noche nos veríamos.
Cuando estuve listo me mire por última vez en el espejo, nervioso, y salí de casa con un abrigo encima que combinaba con mi vestuario. Solo tarde unos cuantos minutos en llegar al palacio donde sería esa nueva fiesta que había sido invitado y le espere al ver que aún no llegaba. En la entrada habían muchas personas que entraban a la fiesta y con cada minuto que pasaba no podía evitar ponerme nervioso ¿Y si no venía? Preguntas como esas me rondaban provocando que me mordiera con nerviosismo el labio inferior, hasta que pude divisarlo a lo lejos. Se veía tan atractivo con ese traje blanco y ese corbatín que combinaba con esos bellos ojos verdes que poseía, que un leve sonrojo se instaló en mis mejillas y el cual aumento cuando sus labios se posaron en el dorso de mi mano.
- No hay problema, no he esperado tanto –le sonreí sin dar importancia ya a su hora de llegada, pues con tenerlo ya a mi lado estaba mucho mejor- claro entremos –asentí y caminamos hasta el interior del lugar. Cuando llegamos un mozo le quito el abrigo a mi acompañante y después vino el mío, dejando al descubierto el vestido que llevaba esa noche.
Me esmere mucho para que a él le gustara y poder verme a su altura, aunque por su mirada parecía que así había sido y me sentía tan feliz por ello que una hermosa sonrisa afloro de mis labios y cuando me rodeo la cintura lo abracé por unos breves segundos. Tampoco deseaba verme tan lanzado aunque si por mí fuera me quedaría toda la vida en el confort de ellos.
- Gracias Alexei aunque tú lo estás más, ese traje te sienta de maravilla. Yo lo que más deseo es que no te alejes tanto de mí, quédate a mi lado –le susurre con la vergüenza latente en mi voz, pero era lo que quería y no había podido callarme. Cerré con suavidad los ojos cuando su mano acarició mi rostro y los abrí de inmediato ante su pregunta, sonreí, eso no debía de preguntarlo- por supuesto ¿Cómo no aceptar la invitación de tan buen compañero de baile? –bese su mejilla y nos encaminamos para la pista de baile.
Cuando estuve listo me mire por última vez en el espejo, nervioso, y salí de casa con un abrigo encima que combinaba con mi vestuario. Solo tarde unos cuantos minutos en llegar al palacio donde sería esa nueva fiesta que había sido invitado y le espere al ver que aún no llegaba. En la entrada habían muchas personas que entraban a la fiesta y con cada minuto que pasaba no podía evitar ponerme nervioso ¿Y si no venía? Preguntas como esas me rondaban provocando que me mordiera con nerviosismo el labio inferior, hasta que pude divisarlo a lo lejos. Se veía tan atractivo con ese traje blanco y ese corbatín que combinaba con esos bellos ojos verdes que poseía, que un leve sonrojo se instaló en mis mejillas y el cual aumento cuando sus labios se posaron en el dorso de mi mano.
- No hay problema, no he esperado tanto –le sonreí sin dar importancia ya a su hora de llegada, pues con tenerlo ya a mi lado estaba mucho mejor- claro entremos –asentí y caminamos hasta el interior del lugar. Cuando llegamos un mozo le quito el abrigo a mi acompañante y después vino el mío, dejando al descubierto el vestido que llevaba esa noche.
Me esmere mucho para que a él le gustara y poder verme a su altura, aunque por su mirada parecía que así había sido y me sentía tan feliz por ello que una hermosa sonrisa afloro de mis labios y cuando me rodeo la cintura lo abracé por unos breves segundos. Tampoco deseaba verme tan lanzado aunque si por mí fuera me quedaría toda la vida en el confort de ellos.
- Gracias Alexei aunque tú lo estás más, ese traje te sienta de maravilla. Yo lo que más deseo es que no te alejes tanto de mí, quédate a mi lado –le susurre con la vergüenza latente en mi voz, pero era lo que quería y no había podido callarme. Cerré con suavidad los ojos cuando su mano acarició mi rostro y los abrí de inmediato ante su pregunta, sonreí, eso no debía de preguntarlo- por supuesto ¿Cómo no aceptar la invitación de tan buen compañero de baile? –bese su mejilla y nos encaminamos para la pista de baile.
Tsuki Kageyama- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
El toque de sus labios en mi mejilla fue como el roce de las alas de una mariposa, con cuidado apreté sus dedos entre los míos haciéndole girar sobre sí mismo para atraerlo así hacia mi cuerpo, deslicé un brazo rodeando su cintura en cuanto sonaron las primeras notas de violín comenzando a moverme, el mismo vals que abrió la velada de nuestro primer baile -Parece que esta música ha sido creada para nosotros- le susurré al oído, atrayéndolo un poco más hacia mi cuerpo.
Bailamos hasta el fin de la música, esta vez por desgracia no estuvimos solos, pero no me importó, cada vez que le miraba, me sumergía en un mundo solo para nosotros. Al acabar no nos fuimos de la pista, sino que danzamos al son de la siguiente pieza, al escuchar su suave música sonreí -Las rosas del sur son las flores más bellas cuando no se encuentran en presencia de los jazmines del este, sin embargo ambas quedan opacadas ante el brillo de tus ojos- le comenté provocando un sonrojo en sus mejillas, sonreí, por mucho que viera aquella reacción estaba seguro de que nunca me cansaría de ella.
Cuando lo tomé entre mis brazos estuve seguro de que la espera había valido más que la pena, cada segundo que pasaba tocando su hermosa figura, aunque fuera por encima de la tela, era como andar por el paraíso cien años. Nunca en toda mi larga existencia me había sentido tan completo, jamás había dado importancia al amor, llegando incluso a dudar de la existencia de semejante sentimiento, hasta que le había visto y ahora cuando volvía a posar mis pupilas verdes sobre las suyas, un dulce calor recorría mis entrañas quemando todas mis dudas.
Nos separamos en la segunda canción, caminado lentamente alrededor de la pista. Cómo deseaba tomar su cintura, pensé con fuerza, pero allí, frente a toda aquella gente, no sería bueno ni para su reputación ni para la mía. Anduvimos hacia un cuarto más tranquilo, con las paredes repletas de ventanas por las que entraban los rayos de la luna siendo estos la única luz de la habitación. Lo guié hasta uno de los ventanales acariciando su rostro cuando el brillo plateado nos bañó.
-Llevaba tanto tiempo soñando con estar así contigo Tsuki, a solas- murmuré contra su frente, sujetándolo fuertemente contra mi pecho, respirando aquel aroma que tanto había echado de menos.
Bailamos hasta el fin de la música, esta vez por desgracia no estuvimos solos, pero no me importó, cada vez que le miraba, me sumergía en un mundo solo para nosotros. Al acabar no nos fuimos de la pista, sino que danzamos al son de la siguiente pieza, al escuchar su suave música sonreí -Las rosas del sur son las flores más bellas cuando no se encuentran en presencia de los jazmines del este, sin embargo ambas quedan opacadas ante el brillo de tus ojos- le comenté provocando un sonrojo en sus mejillas, sonreí, por mucho que viera aquella reacción estaba seguro de que nunca me cansaría de ella.
Cuando lo tomé entre mis brazos estuve seguro de que la espera había valido más que la pena, cada segundo que pasaba tocando su hermosa figura, aunque fuera por encima de la tela, era como andar por el paraíso cien años. Nunca en toda mi larga existencia me había sentido tan completo, jamás había dado importancia al amor, llegando incluso a dudar de la existencia de semejante sentimiento, hasta que le había visto y ahora cuando volvía a posar mis pupilas verdes sobre las suyas, un dulce calor recorría mis entrañas quemando todas mis dudas.
Nos separamos en la segunda canción, caminado lentamente alrededor de la pista. Cómo deseaba tomar su cintura, pensé con fuerza, pero allí, frente a toda aquella gente, no sería bueno ni para su reputación ni para la mía. Anduvimos hacia un cuarto más tranquilo, con las paredes repletas de ventanas por las que entraban los rayos de la luna siendo estos la única luz de la habitación. Lo guié hasta uno de los ventanales acariciando su rostro cuando el brillo plateado nos bañó.
-Llevaba tanto tiempo soñando con estar así contigo Tsuki, a solas- murmuré contra su frente, sujetándolo fuertemente contra mi pecho, respirando aquel aroma que tanto había echado de menos.
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Un suspiro, sus dedos apretando los míos con cuidado y un giro sobre mí mismo, hizo hincapié al apego de nuestros cuerpos para comenzar a movernos al ritmo del vals. Había anhelado días volver a estar en sus brazos, sintiendolos rodearme la cintura mientras yo me apoyaba en su cuerpo y nuestras manos seguían juntas. Era como un cuento de hadas de esos que se les cuenta a los niños pequeños sobre príncipes y princesas, cosas que en algún momento me parecieron graciosas pero ahora todo era diferente.
No supe en que momento la música termino comenzando otra melodía en donde la voz de mí acompañante hizo un juego con ella, me tenía como hipnotizado y con un ligero sonrojo en las mejillas porque al final todo fue un halago ¿Cómo podía si quiera pensar que mis ojos opacaban la belleza de aquellas flores? Alexei estaba mal… muy mal pero eso sí, no podía evitar sentirme especial ante ellas. Solté un suspiro ilusionado y roce como en un principio los labios en su pálida mejilla continuando con el baile.
Su mano se ceñía en mi figura como si esta hubiera sido moldeada perfectamente para él, nadie había estado tan cerca de mí. Ni aquel cambia formas, mi primer amigo en París lo había estado y algo dentro de mí me decía que tampoco alguien tendría la misma oportunidad que Alexei. Como me gustaría que estas noches siempre se repitieran, pero no debía de ilusionarme. Él rubio en cualquier momento encontraría alguien mejor que yo y vivirían momentos muchos más felices.
Cuando la segunda pieza termino mis ojos se encontraban cerrados sin que yo me hubiera dado cuenta, tal vez por tales pensamientos que atacaron mí mente torturándome de manera cruel pero debía de ser realista ¿No? Terminamos por separarnos y me atreví a mirarlo dejándome guiar en silencio por el salón hasta llegar a un cuarto más tranquilo, en donde solo estábamos nosotros, nadie podía molestarnos y eso me ponía nervioso, temía hacer alguna locura.
Solté un pequeñísimo jadeo con su caricia en mi rostro y lo que me dijo ¿Enserio había soñado con eso? Por favor que esto no fuera un sueño. Cerré los ojos cuando me abrazo con fuerza contra su pecho, respirando mi aroma y no pude más que abrazarlo también, pensando en tantas cosas, mi mente era todo un caos, pero aun con todo eso mí voz salió para él.
- Alexei… d-dime por favor que esto no es un sueño. Que en verdad estamos viviendo esto, que tú eres real, d-dímelo –me aferre con más fuerza a su cálido cuerpo, era una suplica, muchos sentimientos acumulados y solo por él.
No supe en que momento la música termino comenzando otra melodía en donde la voz de mí acompañante hizo un juego con ella, me tenía como hipnotizado y con un ligero sonrojo en las mejillas porque al final todo fue un halago ¿Cómo podía si quiera pensar que mis ojos opacaban la belleza de aquellas flores? Alexei estaba mal… muy mal pero eso sí, no podía evitar sentirme especial ante ellas. Solté un suspiro ilusionado y roce como en un principio los labios en su pálida mejilla continuando con el baile.
Su mano se ceñía en mi figura como si esta hubiera sido moldeada perfectamente para él, nadie había estado tan cerca de mí. Ni aquel cambia formas, mi primer amigo en París lo había estado y algo dentro de mí me decía que tampoco alguien tendría la misma oportunidad que Alexei. Como me gustaría que estas noches siempre se repitieran, pero no debía de ilusionarme. Él rubio en cualquier momento encontraría alguien mejor que yo y vivirían momentos muchos más felices.
Cuando la segunda pieza termino mis ojos se encontraban cerrados sin que yo me hubiera dado cuenta, tal vez por tales pensamientos que atacaron mí mente torturándome de manera cruel pero debía de ser realista ¿No? Terminamos por separarnos y me atreví a mirarlo dejándome guiar en silencio por el salón hasta llegar a un cuarto más tranquilo, en donde solo estábamos nosotros, nadie podía molestarnos y eso me ponía nervioso, temía hacer alguna locura.
Solté un pequeñísimo jadeo con su caricia en mi rostro y lo que me dijo ¿Enserio había soñado con eso? Por favor que esto no fuera un sueño. Cerré los ojos cuando me abrazo con fuerza contra su pecho, respirando mi aroma y no pude más que abrazarlo también, pensando en tantas cosas, mi mente era todo un caos, pero aun con todo eso mí voz salió para él.
- Alexei… d-dime por favor que esto no es un sueño. Que en verdad estamos viviendo esto, que tú eres real, d-dímelo –me aferre con más fuerza a su cálido cuerpo, era una suplica, muchos sentimientos acumulados y solo por él.
Tsuki Kageyama- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Lo apreté un poco más contra mí al escuchar sus palabras, me deshice la corbata abriéndome un poco la camisa y tomé una de sus manos, colocándola sobre mi pecho recién descubierto -Tócame y verás que no soy un sueño- moví un poco sus dedos hacia la izquierda -este corazón ha revivido desde que llegaste a mi vida, siente sus latidos y verás de que no hay nada más real en este mundo- El contacto piel con piel me provocó un escalofrío, quería sentir más de él contra mi cuerpo, no solo un poco más, sino cada parte de él.
Sujetando su barbilla con mi mano, le besé profundamente, introduciendo mi lengua entre sus labios permitiendo que mis dedos se deslizaran bajo la tela de la parte trasera de su corpiño, su cuerpo era como una adicción. Sentí mis colmillos desgarrar ligeramente su lengua, cuando las gotas de sangre llenaron mi boca con su sabor, con aquel delicioso sabor que me hizo ver las puertas del paraíso abiertas solo para mí.
Al sentir su necesidad de oxígeno, me separé apenas unos centímetros, pero fue como si un abismo se abriera entre nosotros, quería sentirlo más cerca, quería que permaneciera a mi lado para siempre. Era más que una obsesión, era una necesidad.
Al ver sus labios rojos y húmedos por el beso, sentí mis colmillos alargarse, pude ver cómo los miraba y me di cuenta de que estaba perdiendo el control sobre mí mismo. Me tapé la boca con las manos pero pronto me di cuenta de que no estaba asustado por el contrario parecía casi…fascinado –Has visto la parte más oscura de mí y sin embargo no te has asustado- susurré desde detrás de mis dedos. Nunca me había sentido acomplejado por mi vampirismo, es más, con el tiempo había llegado a hacer buen uso de él, no obstante, me importaba tanto, que al pensar en que podía herirle deseaba arrancarme los colmillos con las manos. Él era lo único que me importaba en aquel momento, era el centro de mi universo.
Quité las manos de mi boca acercándome con cuidado, hasta que nos hallamos a unos pocos centímetros de distancia, entonces acaricié sus hombros desnudos, subiendo hasta su cara, sosteniendo con mis dedos sus mejillas. Me acerqué un poco más, depositando un suave beso sobre sus labios, rompiendo su piel con la punta de mis colmillos, lo justo como para liberar un par de gotas de aquel adictivo líquido carmesí. Las lamí separándome un poco después, alzando su rostro, haciéndole estirar el cuello.
–Déjame beber de ti, Tsuki Kageyama, moĭ mily. Deja que con mi beso una nuestros corazones para siempre.-
Sujetando su barbilla con mi mano, le besé profundamente, introduciendo mi lengua entre sus labios permitiendo que mis dedos se deslizaran bajo la tela de la parte trasera de su corpiño, su cuerpo era como una adicción. Sentí mis colmillos desgarrar ligeramente su lengua, cuando las gotas de sangre llenaron mi boca con su sabor, con aquel delicioso sabor que me hizo ver las puertas del paraíso abiertas solo para mí.
Al sentir su necesidad de oxígeno, me separé apenas unos centímetros, pero fue como si un abismo se abriera entre nosotros, quería sentirlo más cerca, quería que permaneciera a mi lado para siempre. Era más que una obsesión, era una necesidad.
Al ver sus labios rojos y húmedos por el beso, sentí mis colmillos alargarse, pude ver cómo los miraba y me di cuenta de que estaba perdiendo el control sobre mí mismo. Me tapé la boca con las manos pero pronto me di cuenta de que no estaba asustado por el contrario parecía casi…fascinado –Has visto la parte más oscura de mí y sin embargo no te has asustado- susurré desde detrás de mis dedos. Nunca me había sentido acomplejado por mi vampirismo, es más, con el tiempo había llegado a hacer buen uso de él, no obstante, me importaba tanto, que al pensar en que podía herirle deseaba arrancarme los colmillos con las manos. Él era lo único que me importaba en aquel momento, era el centro de mi universo.
Quité las manos de mi boca acercándome con cuidado, hasta que nos hallamos a unos pocos centímetros de distancia, entonces acaricié sus hombros desnudos, subiendo hasta su cara, sosteniendo con mis dedos sus mejillas. Me acerqué un poco más, depositando un suave beso sobre sus labios, rompiendo su piel con la punta de mis colmillos, lo justo como para liberar un par de gotas de aquel adictivo líquido carmesí. Las lamí separándome un poco después, alzando su rostro, haciéndole estirar el cuello.
–Déjame beber de ti, Tsuki Kageyama, moĭ mily. Deja que con mi beso una nuestros corazones para siempre.-
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Apretó más mi cuerpo contra el suyo provocando que un suave suspiro se escapara de los labios. Estar en aquella cercanía hacía mi cuerpo estremecerse ni decir que la visión que me era proporcionara provocaba un sentimiento aparte, se despojó de aquella bella corbata que combinaba con sus ojos al mismo instante en que se abría la camisa, mostrándome su pálida piel de aquella manera.
Su voz se hizo escuchar en aquella habitación causando una suave sonrisa con tintes avergonzados en mis labios ¿Enserio Alexei me decía que le tocara? No me creía capaz, sentía al rubio como un ser superior que no merecía ser tocado por un simple cambiaformas como lo era yo, pero no pude decir nada cuando mi mano fue acomodada en su pecho haciendo que moviera los dedos. Una pequeña exclamación salió de mi boca mientras me ruborizaba, su piel era bastante suave y sus palabras hacia que sintiera ciertas cosas en el estómago ¡Debía de verme como toda una joven enamorada! Y esa impresión debía de darle a todas esas personas afuera cuando Alexei y yo estábamos cerca ¿Acaso lo miraba tan embobado como en estos momentos?
Verde y chocolate chocaban al instante en que me tomaba de la barbilla robándome otro beso. Tan profundo como ningún otro. Mi lengua se fue al encuentro de la ajena, comenzando un pequeño juego que continuo con ciertos toques de sus dedos por debajo de cierta parte de mi vestido hasta que algo desgarro un poco mi lengua. La sangre invadió nuestras bocas y fue bebida por el rubio como si estuviera probando cualquier otra cosas ¿Acaso él era…? La respiración ya hacía falta y él pareció darse cuenta porque de inmediato nos hizo separar.
Intentaba regular la respiración mientras mis ojos se encontraban ligeramente más abierto de lo normal, veía sus colmillos de manera curiosa e impresionado porque nunca antes me había topado con alguien de su raza. Sabía que habían de ellos, pero una cosa era saber que ver uno con tus propios ojos, esto era un tanto extraño aunque no iba a poder separarme de su lado aunque mi cuerpo lo quisiera porque ya me tenía por completo cautivado ¿Habría hecho algo él para que me sintiera de esa forma? No, no creía que fuera posible ¿Verdad? Estire mi mano a su rostro y acaricie sus dedos lentamente negando al instante.
- ¿Asustarme? No podría hacerlo sabiendo que yo tampoco soy humano o más bien no lo soy del todo. Aparte de que no me siento capaz de separarme de tu lado ¿Esto es normal mi querido Alexei? -suave salió mi voz que fue acallada por aquel nuevo beso que tan rápido como vino desapareció pero no sin antes haber roto de nuevo una parte de este para succionar algo de sangre. Esto sí que estaba tomando un rumbo diferente pero no me importaba, si era por él iba a dejarme hacer lo que quisiera. Entreabrí los labios soltando un leve sonidito cuando lamió mi cuello haciendo mi cuerpo estremecerse por completo, más de lo que una vez lo hizo. Su proposición me dejo por unos cuantos segundos en silencio sin saber bien que hacer pero no podía más- bebe de esta sangre, que solo te pertenece a ti. Sólo tu puedes hacerme sentir de esta manera Alexei, te quiero tanto. -moví un poco más de mi rostro para mostrarle más mi cuello y se tentara de hacerlo, igual yo le tenía demasiada confianza para con él.
Su voz se hizo escuchar en aquella habitación causando una suave sonrisa con tintes avergonzados en mis labios ¿Enserio Alexei me decía que le tocara? No me creía capaz, sentía al rubio como un ser superior que no merecía ser tocado por un simple cambiaformas como lo era yo, pero no pude decir nada cuando mi mano fue acomodada en su pecho haciendo que moviera los dedos. Una pequeña exclamación salió de mi boca mientras me ruborizaba, su piel era bastante suave y sus palabras hacia que sintiera ciertas cosas en el estómago ¡Debía de verme como toda una joven enamorada! Y esa impresión debía de darle a todas esas personas afuera cuando Alexei y yo estábamos cerca ¿Acaso lo miraba tan embobado como en estos momentos?
Verde y chocolate chocaban al instante en que me tomaba de la barbilla robándome otro beso. Tan profundo como ningún otro. Mi lengua se fue al encuentro de la ajena, comenzando un pequeño juego que continuo con ciertos toques de sus dedos por debajo de cierta parte de mi vestido hasta que algo desgarro un poco mi lengua. La sangre invadió nuestras bocas y fue bebida por el rubio como si estuviera probando cualquier otra cosas ¿Acaso él era…? La respiración ya hacía falta y él pareció darse cuenta porque de inmediato nos hizo separar.
Intentaba regular la respiración mientras mis ojos se encontraban ligeramente más abierto de lo normal, veía sus colmillos de manera curiosa e impresionado porque nunca antes me había topado con alguien de su raza. Sabía que habían de ellos, pero una cosa era saber que ver uno con tus propios ojos, esto era un tanto extraño aunque no iba a poder separarme de su lado aunque mi cuerpo lo quisiera porque ya me tenía por completo cautivado ¿Habría hecho algo él para que me sintiera de esa forma? No, no creía que fuera posible ¿Verdad? Estire mi mano a su rostro y acaricie sus dedos lentamente negando al instante.
- ¿Asustarme? No podría hacerlo sabiendo que yo tampoco soy humano o más bien no lo soy del todo. Aparte de que no me siento capaz de separarme de tu lado ¿Esto es normal mi querido Alexei? -suave salió mi voz que fue acallada por aquel nuevo beso que tan rápido como vino desapareció pero no sin antes haber roto de nuevo una parte de este para succionar algo de sangre. Esto sí que estaba tomando un rumbo diferente pero no me importaba, si era por él iba a dejarme hacer lo que quisiera. Entreabrí los labios soltando un leve sonidito cuando lamió mi cuello haciendo mi cuerpo estremecerse por completo, más de lo que una vez lo hizo. Su proposición me dejo por unos cuantos segundos en silencio sin saber bien que hacer pero no podía más- bebe de esta sangre, que solo te pertenece a ti. Sólo tu puedes hacerme sentir de esta manera Alexei, te quiero tanto. -moví un poco más de mi rostro para mostrarle más mi cuello y se tentara de hacerlo, igual yo le tenía demasiada confianza para con él.
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Escuché sus palabras viendo su ofrecimiento, y apenas pude contener mi deseo, era cierto que había sido yo quien le había pedido permiso para degustar aquel líquido vital que tanto había deseado probar desde que lo conocí, sin embargo quería que fuera un momento especial, nuestro momento.
Me dolían los dientes por la necesidad que tenía de profanar su cuello de cisne, haciendo gala de lo poco que quedaba de mi autocontrol, lo pegué a mí, eliminando cualquier resquicio de aire que pudiera separar nuestros cuerpos. Sentía su calor dirigirse hacia mí, como si deseara formar parte de mi ser. Con cuidado, me incliné colocando mis labios sobre su yugular, preparándome para morder.
Cuando mis colmillos perforaron su garganta pude ver cómo se desplegaba ante mí un mundo brillante, cómo sus alas de ángel se abrían envolviéndome, de pronto era como si el mundo por fin tuviera sentido para mí.
Su sangre era todo por lo que había esperado, el néctar más delicioso que jamás había probado. Bebí lentamente, degustando, saboreando cada gota que caía sobre mi lengua, a través de mis labios pude sentir el latir de su corazón. Sus dedos se hundieron en mi cabello apretándome más contra su carne, como si quisiera que nos convirtiéramos en uno solo, pero no hacía falta, pues su sangre ya corría por mis venas.
Estábamos unidos para siempre.
Ahora sabía por qué había vivido hasta aquel momento, había sido solo por él, para poder reunirme con aquel hermoso sueño que entre mis brazos, se transformaba en realidad.
Para poder ser uno con mi dulce luna de oriente.
Me separé lamiendo las punciones que mancillaban su cuello, tomé su cara entre mis manos y besé sus labios dándole a probar su propia esencia, cuando nos separamos, le miré fijamente a los ojos y susurré -Te Amo-
Me dolían los dientes por la necesidad que tenía de profanar su cuello de cisne, haciendo gala de lo poco que quedaba de mi autocontrol, lo pegué a mí, eliminando cualquier resquicio de aire que pudiera separar nuestros cuerpos. Sentía su calor dirigirse hacia mí, como si deseara formar parte de mi ser. Con cuidado, me incliné colocando mis labios sobre su yugular, preparándome para morder.
Cuando mis colmillos perforaron su garganta pude ver cómo se desplegaba ante mí un mundo brillante, cómo sus alas de ángel se abrían envolviéndome, de pronto era como si el mundo por fin tuviera sentido para mí.
Su sangre era todo por lo que había esperado, el néctar más delicioso que jamás había probado. Bebí lentamente, degustando, saboreando cada gota que caía sobre mi lengua, a través de mis labios pude sentir el latir de su corazón. Sus dedos se hundieron en mi cabello apretándome más contra su carne, como si quisiera que nos convirtiéramos en uno solo, pero no hacía falta, pues su sangre ya corría por mis venas.
Estábamos unidos para siempre.
Ahora sabía por qué había vivido hasta aquel momento, había sido solo por él, para poder reunirme con aquel hermoso sueño que entre mis brazos, se transformaba en realidad.
Para poder ser uno con mi dulce luna de oriente.
Me separé lamiendo las punciones que mancillaban su cuello, tomé su cara entre mis manos y besé sus labios dándole a probar su propia esencia, cuando nos separamos, le miré fijamente a los ojos y susurré -Te Amo-
Sasha Nureyev- Vampiro Clase Alta
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Re: Kaiserwalzer [Tsuki Kageyama]
Entreabrí los labios cuando los suyos se posaron en mi cuello como si preparara la zona para lo que vendría. Nuestros cuerpos se encontraban más apegados que nunca, provocando cierto estremecimiento en mí, Alexei era el primer hombre que me causaba ese tipo de cosas y no sabía bien que pasaría cuando el bebiera ese líquido vital, ya que bien todas sus palabras podían ser mentiras y solamente quería alimentarse, pero ¡No! Si fuera solamente eso no habría necesidad de hacer todo aquello, bien que pudo haberme atacado y dejado ahí para que terminara de morir tirado en aquel piso ¿Verdad? Debía de creer en su persona y dejar de pensar tanta tontería.
Cerré los ojos, pasando los brazos por su cuerpo y terminando por soltar un pequeño gritillo en el momento en que sus colmillos desgarrador la piel de mi cuello para que brotara la sangre, podía sentir como me era arrebatada, succionada por aquel ser de bellos ojos de manera lenta. No podía pensar con claridad, solo una pregunta venía a mente ¿Le estaría gustando? Mis dedos se hundieron en su cabello mientras sentía como se me iba un poco las fuerzas por la perdida de sangre, pero no era nada tan grave y algo que me importara si era para complacer a ese vampiro, podía hacer lo que quisiera.
Suspire y abrí lentamente los ojos, notando como alejaba su boca de mí para tomarme del rostro. Mis pupilas chocaron con las de él y los colores se me subieron al rostro cuando me beso, el sabor metálico de la sangre se mezclo en este pero no importo. Solo deje que me besara, correspondiendole también hasta que se separo para decir algo que me sorprendió enormemente ¿De verdad? Lo mire con la sorpresa reflejara en mis oscuros ojos, mostrandole al final una sonrisa.
- ¿Enserio? Yo... -baje la mirada sonrojandome otra vez pero aún con una sonrisa en los labios- te amo también -apoye la cabeza en su hombro abrazándolo con fuerza- espero que no sea tan tarde, no quiero separarme aún de tu lado. Pero tampoco podría exponerte al peligro que resulta ser el sol para ti.
( U: lamento por tan horrible respuesta oto-sama u/u )
Cerré los ojos, pasando los brazos por su cuerpo y terminando por soltar un pequeño gritillo en el momento en que sus colmillos desgarrador la piel de mi cuello para que brotara la sangre, podía sentir como me era arrebatada, succionada por aquel ser de bellos ojos de manera lenta. No podía pensar con claridad, solo una pregunta venía a mente ¿Le estaría gustando? Mis dedos se hundieron en su cabello mientras sentía como se me iba un poco las fuerzas por la perdida de sangre, pero no era nada tan grave y algo que me importara si era para complacer a ese vampiro, podía hacer lo que quisiera.
Suspire y abrí lentamente los ojos, notando como alejaba su boca de mí para tomarme del rostro. Mis pupilas chocaron con las de él y los colores se me subieron al rostro cuando me beso, el sabor metálico de la sangre se mezclo en este pero no importo. Solo deje que me besara, correspondiendole también hasta que se separo para decir algo que me sorprendió enormemente ¿De verdad? Lo mire con la sorpresa reflejara en mis oscuros ojos, mostrandole al final una sonrisa.
- ¿Enserio? Yo... -baje la mirada sonrojandome otra vez pero aún con una sonrisa en los labios- te amo también -apoye la cabeza en su hombro abrazándolo con fuerza- espero que no sea tan tarde, no quiero separarme aún de tu lado. Pero tampoco podría exponerte al peligro que resulta ser el sol para ti.
( U: lamento por tan horrible respuesta oto-sama u/u )
Tsuki Kageyama- Vampiro Clase Alta
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